Advertencia: Contenido ligeramente hardcore y escenas de bullying homofóbico se darán a conocer en este capítulo.
Capítulo 19: Pijamada y confesiones [Parte II.]
Aunque parecía estar concentrado en la película, Fern estaba más atento a Finn de lo que quería admitir. Cada vez que el adolescente reía o hacía algún comentario bajo sobre la trama, el chico lo observaba de reojo como si quisiera grabar cada pequeño gesto.
-¿Qué tan mala es esta película que no puedes dejar de reír?-le susurró Fern con una sonrisa, inclinándose ligeramente hacia Finn.
-Es un clásico del cine malo-respondió Finn también en voz baja-¿cómo no reírse?-
Phoebe, al notar el intercambio, los miró de reojo. Aunque había decidido tratar de ignorar lo que pensaba sobre lo que su amigo tenía con Fern, esa pequeña interacción le provocó un nudo en el estómago que no pudo evitar.
Mientras tanto, Marceline, con su sexto sentido siempre activo, parecía captar todas las tensiones en la sala pero prefirió no decir nada. En su lugar, le lanzó una bolsa de dulces a Wendy y bromeó:
-Vamos a necesitar más azúcar para sobrevivir a esto. ¿Quién eligió esta película?
-Yo la sugerí-dijo Finn levantando la mano con orgullo fingido. Marceline fingió un suspiro dramático.
-Claro que sí, héroe. Claro que sí.
La película continuó y poco a poco, las bromas y risas fueron reemplazadas por el silencio relajado de un grupo de amigos disfrutando de su mutua compañía. A pesar de que todos sabían que había cosas que aún quedaban por resolver, al menos en ese momento, juntos, todo parecía más llevadero. A medida que la trama de aquella horrible película avanzaba, Georgy no pudo evitar tamborilear ruidosamente sobre sus rodillas como si estuviera tocando la batería, pensando que así aligeraría el ambiente tenso y silencioso del grupo, pero Wendy le dio un zape en la cabeza con la mano libre para que dejara de interrumpir.
-¿Puedes dejar de hacer eso?-protestó la tecladista sin dejar de sostener su botella de cerveza con la otra mano que estaba recargada en su regazo.
-¿Por qué me atacas así?-preguntó Georgy fingiendo un quejido de dolor exagerado-solo intento aportar un poco de ritmo a esta obra maestra del mal cine-
-El único ritmo que necesitamos es el de tu silencio-murmuró Wendy volviendo a concentrarse en la película.
Fern, que estaba observando lo que sucedía entre sus dos compañeros de banda, decidió ignorarlos por un momento para enfocar de nuevo su verde mirada en Finn, que parecía muy concentrado en lo que se mostraba en el televisor y sonrió levemente, el chico rubio suspiró por lo bajo.
Por lo que pareció un par de minutos, Fern permaneció en esa posición, sólo mirando a Finn como si fuera algo valioso, entonces, sin que él lo supiera, se encontró posando una mano en la pierna del adolescente y apoyándola allí, buscando algún tipo de reacción mientras se aproximaba. Finn se tensó al darse cuenta de lo que hacía el otro chico y volvió sus ojos azules nerviosos hacia él, enarcando una ceja, mirándolo fijamente, analizándolo antes de sonreír suavemente y colocar un brazo alrededor de Fern, acercándolo sin mediar palabra. Fern se sorprendió bastante y se molestó al ver que Finn realizaba tal movimiento sobre él, aunque fuera uno afectivo, eso no era lo que el chico de cabello rubio con las puntas teñidas de verde estaba buscando, sus ojos se encontraron con los del adolescente e inmediatamente giró la cabeza hacia otro lado, sus dedos golpeando ansiosamente el piso cubierto de mantas mientras enfocaba de nuevo su atención en la película. Fern hizo lo mismo, decidido a no dejar que sus pensamientos lo distrajeran más.
En la pantalla se veía a un grupo de adolescentes perdidos en un bosque, perseguidos por una figura con una máscara grotesca y un hacha vieja pero oxidada. La música estridente intentaba añadir tensión, pero el resultado era más cómico que aterrador. La cámara enfocó de forma abrupta al asesino, que levantaba su arma en un movimiento lento y teatral, justo antes de lanzar un golpe hacia su víctima. La música alcanzó un clímax estridente pero en lugar de un grito desgarrador, el actor soltó un gemido cómico que hizo que Finn prácticamente se obligara a sí mismo a reír.
-¡Por favor, no me mates! ¡Te doy mi dinero!-repitió Marceline burlándose del pésimo guion de la película.
Fern, ajeno a las risas, suspiró por lo bajo claramente frustrado con la película pero demasiado cómodo como para quejarse.
Y fue en ese momento cuando decidió que había llegado el momento de poner en marcha su plan.
Fern se quedó mirando la pantalla del televisor mientras se reproducían las escenas, como si intentara memorizar cada detalle de la película cuando en realidad lo que quería hacer era otra cosa. Con su mano aún apoyada en la pierna de Finn, inconscientemente comenzó a deslizarla lentamente hacia arriba para poder empezar a frotar su muslo, disfrutando de esta extraña oportunidad de poder tocar al adolescente, Finn se tensó ante el repentino contacto, sus ojos azules se volvieron rápidamente hacia Fern que, dándose cuenta de que había sido descubierto, no pudo evitar sentir como un suave sonrojo se asomaba a su rostro. Continuó acariciando al rubio mientras las escenas transcurrían, Finn aún no había reaccionado ante las caricias pero ya no estaba concentrado en la película, sólo estaba feliz de poder estar así de cerca del otro chico.
Un trueno resonó de forma exagerada cuando la cámara reveló al asesino detrás de su próxima víctima. El montaje abrupto y los efectos visuales mal hechos hicieron que rompiera la tensión del momento entre Finn y Fern, sobresaltándolos ligeramente y que Marceline pusiera los ojos en blanco.
Cuando consiguieron calmarse y controlar su acelerado pulso, Fern siguió acariciando la pierna de Finn por encima de sus pantalones de dormir y bajo la manta mientras contemplaba la pantalla. Luego apoyó su mano cerrada contra uno de los costados de Finn antes de cerrar los ojos, aspirar profundamente y captar el aroma del adolescente.
Glob, Finn huele tan bien, es una mezcla ligera de jabón cítrico y algo que me hace pensar en los días soleados en el bosque, como hojas frescas y madera tibia. Lo amo tanto... es como si con solo estar aquí, todo lo demás desapareciera. Como si este momento pudiera durar para siempre.
Sus caricias contra la pierna de Finn se hicieron más lentas y prolongadas, sus dedos se deslizaron por la tela del pantalón recorriendo casi toda la longitud de su pierna antes de volver a bajar y subir con gracia. Finn sintió que estaba perdiendo la cabeza con aquel simple pero adictivo roce, pudo sentir su propia cabeza dando vueltas apenas Fern se inclinó para subirle un poco la playera y presionar un suave beso en su cintura pero justo antes de que sus labios rozaran la piel del adolescente, escuchó otro trueno, el chico se movió hacia atrás y alzó la mirada para comprobar si Finn se había dado cuenta de lo que estaba haciendo, pero los ojos del rubio seguían fijos en la pantalla por lo que parecía que todo estaba en orden. Fern suspiró aliviado y luego volvió sus ojos verdes a la pantalla tratando de prestar atención a las absurdas escenas que se desarrollaban en el televisor.
En la pantalla, el asesino levantó su hacha una vez más, esta vez provocando un falso giro dramático en el que una de las víctimas tropezaba de manera exagerada con una raíz invisible. La música alcanzó otro clímax, y uno de los actores soltó un grito tan agudo que Finn no pudo evitar reír en voz baja.
Fern también sacó una mano libre de la manta y la usó para reprimir una carcajada mientras su otra mano seguía masajeando el muslo de Finn, sólo que esta vez lo hizo un poco más fuerte en comparación con lo que había sido anteriormente, y su deseo por el chico rubio estaba comenzando a desbordarse. No estaba seguro de cuánto podría resistir, así que contaba con que la película terminara pronto. El sonido de otro diálogo mal actuado en la película casi lo hizo perder la compostura pero rápidamente centró su atención en Finn, cuyo calor bajo su palma seguía enviando pequeñas descargas por su piel.
Había algo en la forma en que Finn lo miraba, en su expresión relajada y en esa confianza tácita entre ambos, que lo estaba enloqueciendo. Era como si todos los pensamientos racionales se hubieran desvanecido, dejando solo esa necesidad de estar más cerca.
-Demonios, ¿pero qué estoy haciendo?-pensó Fern reprimiendo un suspiro mientras sus dedos se detuvieron por un momento, temerosos de haber ido demasiado lejos. Pero Finn no retiró su pierna ni lo apartó. En cambio, le lanzó una mirada rápida y bajó los ojos hacia la manta.
-Estás cayendo en un juego muy peligroso-gruñó Finn por lo bajo, sonriéndole a Fern.
-¿A qué te refieres?-preguntó Fern fingiendo inocencia-sólo intento ayudar a mi amigo a pasar una noche agradable-
En la pantalla, los personajes de la película gritaban y corrían torpemente por el bosque, con el asesino siguiéndolos en un andar exageradamente lento, el contraste entre la trama absurda junto con la intensidad de lo que sentía hacia Finn le pareció casi cómico. Fern tuvo que reprimir una risa mientras miraba de reojo al rubio, que ahora parecía más relajado aunque seguía sin moverse ni comentar nada. La cámara enfocó al asesino justo cuando levantaba su hacha para un golpe final, la música alcanzó un clímax estridente pero esta vez, en lugar de sobresaltarse, Fern se encontró más consciente de los latidos acelerados de su corazón que de los gritos de los personajes.
Finn se mordió el labio luchando por mantener la calma. Sabía que no podría continuar mucho más sin que los otros se dieran cuenta, especialmente Marceline, cuya risa sarcástica llenaba la habitación en intervalos irregulares. Con cada escena absurda de la película, el tiempo parecía alargarse de forma insoportable.
-Vamos, termina de una vez-rogaba en silencio deseando que la película llegara al clímax para que la atención se dispersara y pudiera escapar de la presión de su propio deseo. Pudo oírse jadear, sintió cómo su propio miembro se endurecía mientras la mano de Fern comenzaba a frotar su pierna con más insistencia, casi aferrándose a la piel bajo la tela de sus pantalones mientras seguía acariciando arriba y abajo, sólo que ahora pudo sentir cómo su mano subía lentamente por su muslo. Ahora mismo estaba muy excitado, una parte de él sabía que lo que Fern estaba haciendo en ese momento era muy arriesgado, una locura incluso, pero había otra parte de su mente que quería que siguiera, que viera hasta dónde podía llegar. Todos pensamiento razonable fue ahogado por su propia lujuria, la mano del otro chico había dejado de moverse y ahora simplemente estaba descansando cerca de la parte superior de su muslo, apenas el más ligero movimiento puso esa mano en un lugar que obviamente no debería estar: era tan simple, incluso hasta la persona más ingenua se daría cuenta, y Finn era en efecto una de esas personas, pero también era bastante consciente de lo que estaba pasando. Antes de que Finn pudiera decir algo, Fern movió lentamente su mano hacia arriba hasta la parte interna de su muslo, su respiración era lenta y profunda, el aire de sus pulmones se deslizó como un fantasma sobre su piel y Fern hubiera jurado que sintió al adolescente temblar contra él. Una reacción que lo llenó de coraje a medida que su mano continuaba su trayecto hacia el destino deseado-Fern, ¿qué crees que estás haciendo?-
Esto último lo dijo en un susurro para evitar llamar la atención de las demás personas en aquel fuerte improvisado, pero estaba claro que Finn estaba increíblemente impresionado y desconcertado, puede que un poco ansioso. A Fern estas reacciones le parecieron bastante adorables, simplemente miró al adolescente con una sonrisa en su rostro e hizo una señal para que se callara mientras su mano entraba finalmente en contacto con la entrepierna de Finn.
El cuerpo del adolescente se puso completamente rígido, un grito ahogado salió de su garganta, intentó apartarse de Fern, levantarse y cambiar de lugar con otra persona pero se quedó quieto otra vez una vez que el chico de cabello rubio con las puntas teñidas de verde comenzó a masajear su pene. Finn cayó de espaldas al suelo cubierto de mantas, y la manta que cubría a ambos adolescentes permaneció en su lugar mientras sus ojos azules se cerraban y dejaba escapar un gemido en voz baja.
Fern soltó una risa apenas audible al tiempo que se ponía de rodillas, bajaba los pantalones de dormir y los boxers de Finn y contemplaba el miembro del adolescente. Fern sintió su propio miembro tensarse y que se le hacía la boca agua nada más verlo, luego tomó el pene de Finn y lamió suavemente el pre-semen que se estaba formando en la punta.
Finn se estremeció al sentir aquello y se mordió el labio inferior, los ojos verdes de Fern lo observaron y contemplaron su rostro enrojecer mientras introducía todo su miembro en su boca, Finn gimió y sujetó el cabello del otro chico, penetrando su boca. Fern se aferró a la cintura de Finn para mantenerse en equilibrio con cada embestida dada en su garganta, gimió alrededor de su pene y clavó sus uñas en la piel del adolescente. Esta parte siempre lo hacía excitarse, desde la primera vez que se acostaron, Fern estaba más que ansioso de que Finn lo follara tan duro que no fuera capaz de recordar su propio nombre.
Finn pudo sentir su orgasmo acercándose, no quería correrse todavía, aún quería disfrutarlo pero la boca de Fern estaba tan caliente y agradable que era difícil no tomar su cabeza y correrse dentro, así que apartó la cabeza de Fern de su pene y trató de recuperar el aliento.
Grob, es demasiado bueno en esto. ¿Dónde diablos aprendió a hacer eso? Esto va a ser divertido.
Sin dudarlo, Finn introdujo la boca de Fern otra vez en su erecto pene con una mano, mientras con la otra sujetaba con fuerza la manta que tenía debajo, su respiración se volvió esporádica y Fern estaba consciente de que estaba intentando luchar contra el impulso de ceder a sus necesidades, pero también era obvio que Finn estaba definitivamente gozando de ser estimulado por él.
Ese hecho se hizo aún más evidente apenas Fern sintió que el adolescente comenzaba a mover sus caderas para introducirse con más fuerza dentro de su boca, seguido por la punta rozando su garganta, aquello era tan jodidamente caliente, y Fern sabía que lo que estaban haciendo estaba mal, haciendo de las suyas con el adolescente allí mismo, en la sala de estar de su casa, en el mismo lugar donde estaba su grupo de amigos, mientras seguían viendo la película completamente ajenos a lo que estaba pasando entre ellos. Pero no podía importarle menos, después de todo, esa era la parte que hacia toda la situación arriesgada e interesante a la vez, y no había forma de que se detuviera.
Finn simplemente se dejó llevar por las sensaciones que le provocaba Fern, se sentía increíble, más allá de cualquier otra cosa que hubiera conocido y sabía que incluso si se atrevía a probarlo por sí mismo, nunca tendría la posibilidad de replicar la sensación. En el fondo de su mente, sabía que no sería capaz de lograr esto con nadie más que Fern, y, por aterrador que fuera, estaba bien con eso.
Al cabo de unos minutos, el rubio jadeaba y se estremecía, dándole a entender a Fern que su orgasmo estaba a punto de llegar. Esto sólo incitó a Fern a aumentar sus movimientos contra el pene del adolescente con más insistencia mientras subía y bajaba la cabeza dejando a Finn sin más opción que soltar un gemido agudo. El chico de cabello rubio con las puntas teñidas de verde mordisqueó su miembro juguetonamente con sus dientes, ganándose otro gemido por parte de Finn, la presión dentro de sus propios pantalones de dormir lo estaba volviendo loco pero estaba demasiado concentrado en complacer al adolescente como para masturbarse, en vez de eso, movió su mano libre sobre el vientre de Finn, alrededor de su espalda baja, trazando sus dedos por su columna vertebral, en respuesta se ganó otro gemido de parte del rubio que obviamente no logró reprimir.
Y con eso, Finn comenzó a mover sus caderas, pero ahora a un ritmo más lento incitando a Fern a que continuara succionando su miembro.
En tan sólo unos segundos más, voy a hacer que Finn se corra para mí. Y lo mejor de todo es ¡que a nadie le importa lo que está pasando! todos parecen estar tan absortos en la película, qué más da...
Miró una parte de la manta que los cubría a ambos, a Finn y a sí mismo, sólo para revisar si se estaba moviendo demasiado, quedando expuesto frente a sus compañeros de banda, pero eso no sucedió, la manta estaba firmemente colocada alrededor de ellos y cualquiera de las personas reunidas en la sala se daría cuenta de eso. Simplemente supondrían que había comenzado a inquietarse y hacer movimientos inocentes en un intento de acercarse a Finn y ponerse más cómodo.
Las embestidas se volvieron un poco más insistentes, así que Fern aceleró sus movimientos tan rápido como pudo, sintió el resbaladizo líquido pre-seminal fluyendo por su boca y garganta, Finn gimió y no en una forma muy discreta que digamos.
-¡Shhh!-Fern lo silenció mientras se separaba de su pene sólo para darle al adolescente una sonrisa provocadora, luego procedió con su tarea, deslizando su garganta de arriba y abajo por la erección de Finn.
Un jadeo reprimido retumbó en la garganta de Finn, Fern sonrió satisfecho mientras continuaba succionando su miembro. Finn lanzó un gritito y rápidamente movió sus manos hacia su boca en un intento por cubrir tan vergonzosos sonidos.
-¿Huh? ¿Finn?-preguntó Marceline preocupada-¿te sientes bien?-
-Sí, sí…-respondió Finn asintiendo de inmediato, aunque evitando verla directamente-solo… me asustó esa parte-añadió nerviosamente señalando la pantalla donde el asesino hacía otro movimiento ridículo.
Phoebe arqueó una ceja claramente escéptica pero prefirió no insistir. Wendy, en cambio, aprovechó para lanzar otro comentario sarcástico sobre la película.
-Honestamente, si eso te da miedo, entonces necesito mostrarte algo realmente aterrador-dijo con una risa contenida.
El grupo volvió a enfocarse en la película pero Finn no pudo evitar notar cómo Fern empezaba a mover la cabeza arriba y abajo otra vez. El chico sintió que una extraña calma lo invadía, de alguna forma, la presencia de su compañero parecía ser justo lo que necesitaba para distenderse en ese momento. Fern movió la cabeza para llevar a Finn a su punto más alto de placer, aunque, por los sonidos que el adolescente se empeñaba en ahogar, era casi difícil saber si estaba siendo sometido o si aún se sentía asustado por la patética escena.
Finn empezó a jadear silenciosamente, un torrente de respiraciones impotentes que hacían que el pulso sonara a un ritmo similar en los oídos de Fern, podría estar controlando a Finn pero ahora mismo estaba totalmente perdido en el momento, a su completa merced. Fern continuó con sus movimientos, su pene estaba tan duro como nunca lo había estado, y decidió llevar su erección contra el adolescente en un intento de liberar algo de su propia tensión sexual, sabía que Finn estaba cerca del orgasmo, y sabía cómo llegar allí pronto, así que se quedó quieto y se limitó a mantener un ritmo moderado.
Era jodidamente sexy ver a Finn nervioso, sonrojado y un poco sudoroso. Fern succionó más rápido y sonrió complacido, notando cómo el chico rubio apretaba la mandíbula y respiraba hondo por la nariz en un intento de no gemir. Fern rió suavemente y en eso, notó que el pene de Finn se sentía cada vez más resbaladizo a medida que los espasmos de su clímax comenzaban a ebullir, se detuvo un segundo para mirarlo. Finn lo observó con los ojos pesados, Fern simplemente le dedicó una amplia sonrisa y reanudó su tarea, y en otros pocos segundos, el adolescente fue golpeado por el orgasmo, el pene dentro de la boca de Fern comenzó a tensarse y pudo sentir la cintura de Finn moviéndose insistentemente hacia adelante.
El chico de cabello rubio con las puntas teñidas de verde notó la tensión en el cuerpo del adolescente como si también él la sintiera, a medida que el cuerpo de Finn se tensaba, éste apretó los ojos con frustración al tiempo que su cabeza se inclinaba hacia delante como si estuviera aceptando su derrota y entregándose por completo a sus deseos. Su pene palpitó contra la garganta de Fern quien siguió estimulando el latente órgano. Entretanto, la boca de Finn ya no estaba cerrada y emitió un sonido que podría considerarse como una mezcla entre un aullido y un gemido.
Afortunadamente, este sonido fue completamente eclipsado por Booboo, que emitió un gran bostezo, señal de que empezaba a aburrirse y estar harto de la exageradamente larga película.
-¡Oh, por el amor de Glob! ¿Cuánto va a durar este maldito show?-se quejó el trompetista con irritación.
Marceline soltó una carcajada, claramente entretenida por el desplante de su compañero de banda.
-Te advertí que iba a ser una basura, Booboo-respondió con una sonrisa socarrona mientras tamborileaba los dedos contra la pierna de Wendy quien (aún sentada a su lado) no intentaba no dormirse.
-¡Sí! pero no pensé que fuera una tortura-refunfuñó el trompetista levantándose de golpe de su lugar junto al sofá-voy por otra cerveza ¿alguien quiere?-
Phoebe negó con la cabeza aún enfocada en la película, Wendy alzó una mano sin apartar la vista del televisor.
-Tráeme una, la que tengo ya se terminó-pidió con voz cansada-este debe ser el momento más aburrido que hemos vivido viendo una película juntos, bueno, si exceptuamos aquella vez que vimos "Piratas del Caribe" y la precuela independiente de "Rastro de Calor"-
Aprovechando la distracción, Finn acabó llegando al orgasmo al tiempo que su semen se deslizaba por la boca de Fern. Otro grito estridente llenó la habitación, esta vez proveniente de la pantalla, seguido por un efecto de sangre tan exagerado que parecía sacado de una caricatura. Georgy comenzó a reírse, su tamborileo en las rodillas retomó el ritmo, y Marceline, con su tono burlón, exclamó:
-¡Esto es peor que un video de bajo presupuesto de Halloween!
El ambiente se llenó de risas, y Fern, manteniendo una expresión tranquila, se reclinó un poco hacia Finn, que intentaba disimular el calor en sus mejillas.
-¿Todo bien?-susurró el chico suavemente mientras todos estaban distraídos burlándose de la película. Finn, aún algo alterado, asintió rápidamente, intentando no cruzar miradas con él mientras se acomodaba bajo la manta.
La película finalmente llegó a su fin, dejando una mezcla de alivio y risas incómodas en el grupo. Mientras todos comenzaban a despejar la sala para poder irse a dormir, Minerva entró a la sala con una bandeja llena de tazas de chocolate caliente.
-Un poco de chocolate antes de dormir les hará bien, chicos-dijo la mujer de cabello rubio con una sonrisa amable mientras iba repartiendo las tazas entre los presentes.
-Gracias, señora-respondió Marceline tomando su taza con ambas manos y dándole un sorbo-esto es justo lo que necesitábamos luego de semejante tortura audiovisual-
Minerva rió suavemente antes de despedirse y retirarse a su habitación.
-Que descansen, chicos. Y no se queden despiertos hasta tarde ¿de acuerdo?
-¡Buenas noches!-respondió el grupo al unísono mientras ella desaparecía por el pasillo.
El silencio que quedó tras la partida de Minerva fue rápidamente reemplazado por miradas cómplices entre Marceline y los demás, Finn dejó su taza de chocolate a un lado para comenzar a repartir las mantas y almohadas, todos comenzaron a acomodarse para la noche. Marceline, con su taza en mano, rompió el silencio con una mirada curiosa hacia Finn.
-Ok, Finn, ahora que tu mamá no está aquí, necesitamos saber más detalles de lo que pasó en el festival. Phoebe no quiso contar nada más cuando le preguntamos.
Fern, siempre serio, asintió desde su rincón. Los demás también parecían intrigados, especialmente Wendy, quien miraba a Finn con una mezcla de interés y preocupación.
Finn suspiró, revolviendo su chocolate con una cucharita de porcelana mientras evitaba mirarlos directamente.
-No sé si sea buena idea contarlo…-dijo con voz baja claramente incómodo.
-Vamos, Finn. Somos tus amigos. Lo que sea que haya pasado, estamos aquí para ti-dijo Wendy, tratando de animarlo.
Finn se mordió el labio inferior, dudando, pero finalmente asintió.
-Está bien… pero prométanme que no dirán nada de esto a nadie-todos asintieron solemnemente. Finn tomó aire y comenzó a hablar, su voz temblorosa al principio. Les explicó que durante el festival, tres chicos de su escuela, conocidos por hacerle bullying, lo habían apartado de la multitud fingiendo ser amigos, llamándolo y prometiéndole que querían "hablar en privado". Finn, aun dudando, decidió seguirlos, pensando que quizá por una vez todo podría resolverse sin problemas. Pero lo llevaron a un área poco concurrida cerca de unos puestos en donde casi ni había gente merodeando-cuando nos alejamos de la gente, su actitud cambió por completo-dijo apretando su taza como si intentara contener la frustración-uno de ellos, el líder, me empujó contra la pared y empezó a insultarme-el grupo escuchaba con atención, en silencio-le pedí que me dejara en paz, que no le había hecho nada, pero no hizo caso a razones y me golpeó… varias veces-continuó Finn, su voz bajando aún más-los otros dos estaban haciendo guardia, asegurándose de que nadie se acercara-
Marceline murmuró una maldición, y Fern frunció el ceño, sus nudillos se pusieron blancos por la presión que estaba ejerciendo en ellos.
-¿Qué pasó después?-preguntó Wendy visiblemente afectada.
Finn tragó saliva, rememorando lo ocurrido.
-El líder me dejó en el suelo y me dio una advertencia… dijo que tiene ojos en todas partes y que estaría pendiente de lo que haga. Que esto no iba a quedar así.
Un silencio pesado llenó la sala. Fern, que había estado conteniéndose, apretó su taza con tanta fuerza que se escuchó un leve crujido. Marceline reaccionó rápido quitándosela antes de que la rompiera.
-¿Y por qué te hicieron eso?-preguntó Wendy, su voz llena de incredulidad-Finn, no lo entiendo. ¿Qué pueden odiar tanto de ti?-
Finn dudó mirando a todos en la sala antes de responder.
-Es… por mi orientación-dijo finalmente con la voz temblorosa.
Las palabras cayeron como una bomba, dejando a todos momentáneamente sin palabras. Phoebe lo miraba con los ojos muy abiertos, sorprendida.
-¿Tu… orientación?-preguntó la joven de largos cabellos oscuros con el ceño fruncido.
-Soy bisexual-dijo Finn rápidamente, su rostro rojo de vergüenza-pero nadie lo sabe. Ni siquiera mi mamá. Solo esos chicos… lo descubrieron antes de que yo estuviera listo para decirlo-
-¿C-cómo fue que sucedió?-preguntó Fern claramente intrigado por el pasado de su amigo pero también un poco shockeado por aquella repentina confesión.
-Fue hace unos meses… antes de que nos conociéramos-respondió Finn sintiendo su voz quebrarse ligeramente.
*Flashback*
Era un día cualquiera en la escuela, Finn estaba en la biblioteca revisando libros para un proyecto de literatura. En su mano tenía un ejemplar que le habían prestado del club de lectura, uno que trataba de una relación prohibida entre dos chicos, algo que le había llamado la atención. Había oído hablar maravillas del libro y, aunque le daba algo de vergüenza, no podía negar que lo estaba disfrutando.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó a tres figuras acercándose. El líder del grupo de bullies, Mark, le arrebató el libro de las manos con una sonrisa burlona.
-¿Qué tenemos aquí? ¿"Romance entre chicos"? ¿de verdad lees esta basura?-preguntó Mark en tono despectivo mientras sus amigos se reían detrás de él.
Finn intentó recuperarlo pero Mark se lo pasó a Toughy, quien lo alzó fuera de su alcance.
-No es asunto tuyo ¡devuélvemelo!-dijo Finn con firmeza, aunque su voz traicionaba un nerviosismo evidente.
-Oh, creo que sí es asunto mío. Ahora entiendo por qué eres tan raro ¿es esto lo que te gusta? ¿Chicos enamorados? No me sorprende que seas tan patético-Finn sintió el calor subirle al rostro, pero no dijo nada. Sabía que cualquier cosa que dijera solo empeoraría la situación-¿sabes qué es lo peor de todo esto?-continuó Mark, inclinándose hacia él con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos-gente como tú es la razón por la que este mundo está tan jodido. Creen que pueden vivir sus vidas como quieran sin consecuencias. Bueno ¿adivina qué? algunos de nosotros todavía sabemos lo que está bien y lo que está mal. Y tú, Finn, estás en el lado equivocado-los "amigos" de Mark rieron, y Finn sintió las lágrimas ardiendo en sus ojos, pero se obligó a no dejarlas salir-¿sabes qué sería lo mejor? Que mantuvieras tu asquerosa "verdad" en secreto. Nadie necesita saber lo que realmente eres-
Dejó caer el libro al suelo antes de alejarse con su grupo, dejando a Finn solo, paralizado por la mezcla de vergüenza, ira y miedo.
Desde ese día, todo había empeorado. Insultos, empujones, susurros a sus espaldas. Todo porque ellos sabían algo que él no estaba listo para compartir.
*Fin flashback*
El impacto de aquella confesión fue evidente en los rostros de todos. Phoebe parecía especialmente afectada, como si no pudiera creer que Finn hubiera estado cargando con algo tan grande sin decirle nada.
-Finn…-murmuró Wendy con los ojos llenos de compasión-no me puedo imaginar lo difícil que debe ser-
Finn trató de encogerse de hombros, pero el gesto fue torpe.
-No quería preocupar a nadie. Pensé que si lo ignoraba, se cansarían y me dejarían en paz. Pero no importa lo que haga, siempre encuentran una forma de hacerme sentir miserable.
Fern, con los ojos brillando de rabia, se puso de pie, caminando hacia la ventana para calmarse.
-Si esos tipos se atreven a ponerte de nuevo una mano encima, dímelo. No voy a quedarme sentado sabiendo que te lastiman.
Finn lo miró, sorprendido por la intensidad en su voz. Marceline, tratando de aliviar la tensión, se levantó y puso una mano en el hombro de Fern.
-Tranquilo, Hulk. Antes de romper algo, piensa en que tenemos que resolver esto con cabeza fría.
-No sé si pueda mantenerme frío si vuelven a lastimarlo-murmuró Fern, volviendo a su asiento.
Phoebe, quien había estado en silencio todo este tiempo, finalmente habló.
-¿Por qué no me lo dijiste, Finn? Pensé que éramos mejores amigos-preguntó la chica con voz temblorosa.
Finn la miró con tristeza.
-No es que no confiara en ti, Phoebe. Es solo que… apenas estoy descubriendo quién soy. Y después de lo del festival… no sabía cómo decírtelo.
Phoebe bajó la mirada, claramente dolida, pero terminó asintiendo.
-Está bien… pero prométeme que no volverás a pasar por esto solo, ¿de acuerdo?
Finn sonrió débilmente.
-Lo prometo.
Marceline, buscando cambiar el tono de la conversación, tomó un sorbo de su chocolate y dijo con una sonrisa:
-Bueno, Finn, debo admitirlo. Tienes un gusto increíble. Esos chicos son unos idiotas, y no mereces cargar con sus tonterías.
El comentario arrancó una risa ligera del grupo ayudando a aliviar un poco la tensión. Pero en el aire quedó la promesa de que harían lo que fuera necesario para proteger a Finn de ahora en adelante.
Luego de que las luces del fuerte improvisado de almohadas se apagaran, el grupo comenzó a acomodarse en sus espacios para dormir. El silencio llenó la sala de estar, interrumpido por la respiración rítmica de aquellos que ya habían caído rendidos tras el ajetreo del día. No obstante, Fern no podía dormir, daba vueltas en su lugar, atrapado en un torbellino de pensamientos, finalmente se quedó quieto cerrando los ojos con fuerza como si aquello lo fuera a ayudar, pero no pasó mucho tiempo antes de que algo lo sacudiera.
Un recuerdo repentino y vívido del festival.
Se incorporó con cuidado, tratando de no hacer ruido, la imagen de Tess y su lectura de manos volvió a su mente con una nitidez inquietante. Recordaba claramente las palabras de la chica:
"Vas a encontrar a alguien que cambiará la forma en la que ves el mundo. Podría ser para bien… o para mal"
Dirigió la mirada hacia Finn, quien dormía profundamente acurrucado entre las mantas sobre el colchón de su cama. Por alguna razón que no lograba entender, aquel recuerdo y las palabras de Tess parecían girar en torno a él. Con pasos sigilosos, Fern cruzó la sala y se detuvo junto al colchón, dudó por un momento pero luego se inclinó ligeramente y tocó el hombro de Finn.
-Oye, Finn… despierta-susurró en voz baja casi temeroso de que alguien más lo escuchara.
Finn gruñó y se movió, entreabriendo los ojos con el ceño fruncido.
-Fern ¿qué rayos haces? ¿sabes qué hora es?-murmuró el chico rubio con voz adormilada.
-Lo siento, pero… esto no puede esperar-respondió Fern apresurándose a justificar su interrupción-esalgoqueacaboderecordarypodríaolvidarlosilodejohastamañana-
-¿En serio?-Finn se sentó lentamente, frotándose los ojos y lanzándole una mirada incrédula-¿no puede esperar hasta el desayuno o algo así?-
Fern negó con la cabeza.
-No. Es sobre el festival... y sobre algo que Tess me dijo.
Finn suspiró claramente molesto pero su curiosidad lo hizo asentir.
-Está bien. Pero más te vale que sea importante-Fern lo miró con una mezcla de ansiedad y algo que Finn no pudo descifrar del todo. Sin embargo, antes de que pudiera hablar, se detuvo. Como si las palabras se atascaran en su garganta. Finn esperó unos segundos, impaciente, antes de fruncir el ceño-¿y bien? ¿Qué pasa?-
-Es solo que…-Fern volvió a mirar a Finn, pero en lugar de continuar, sacudió la cabeza y esbozó una sonrisa nerviosa-olvídalo. Tal vez no sea nada-
Finn lo observó confundido pero estaba demasiado cansado para insistir.
-Demonios, Fern ¿me despertaste para esto?
-Lo siento... de verdad-susurró Fern, retrocediendo hacia su lugar-buenas noches, Finn-
Finn murmuró algo inaudible mientras se acurrucaba nuevamente en las mantas. Fern, sin embargo, permaneció despierto mirando al techo mientras trataba de descifrar lo que realmente significaban las palabras de Tess. Una parte de él sabía que aquel detalle no era algo insignificante, pero también entendía que no estaba listo para compartirlo del todo.
La mañana en casa de Finn era un caos cálido pero reconfortante. La pequeña cocina apenas daba abasto para todos los invitados que habían pasado la noche allí, Marceline y su banda (Wendy, Georgy y Booboo) junto con Phoebe y Fern se acomodaron como pudieron alrededor de la mesa compartiendo risas y un desayuno improvisado. Finn pasaba platos con hotcakes de moras y jugo de naranja, mientras Minerva, paciente, supervisaba el momento. Marceline revisaba su teléfono recargada en la encimera de la cocina mientras bebía un café, hasta que el sonido de una notificación llamó su atención. Sus ojos se iluminaron al leer el mensaje.
-¡Oh, por Glob! Chicos ¡tienen que escuchar esto!-exclamó, todos dejaron de hablar y voltearon hacia ella con curiosidad.
-¿Qué pasa?-preguntó Wendy inclinándose hacia adelante.
-Es un correo del concurso del festival-dijo Marceline con una sonrisa, la cual se agrandó a medida que hablaba-aunque no quedamos en primer lugar, nos están dando un premio especial ¡nos entregarán algo de dinero por participar y… nos han ofrecido grabar algunas canciones para producir nuestro primer disco oficial!-
El silencio inicial fue reemplazado por gritos de alegría, Wendy golpeó la mesa emocionada, Georgie y Booboo chocaron las palmas y Phoebe aplaudió con entusiasmo. Finn, por su parte, se quedó boquiabierto antes de levantarse de un salto.
-Whoa ¡ESTO ES INCREÍBLE!-gritó y antes de detenerse siquiera a pensarlo, abrazó a Fern con fuerza dándole un beso rápido en la mejilla. La cocina quedó en completo silencio. Todos miraron la escena con expresiones de asombro, y Finn, dándose cuenta de lo que había hecho, retrocedió de golpe, completamente rojo-yo… ¡solo estaba felicitándolo!-dijo rápidamente, levantando las manos en señal de disculpa.
Fern, aunque igual de apenado, sonrió con calma.
-Sí, sí, no significó nada. Solo fue una felicitación.
Sin embargo, nadie parecía creerlo. Marceline arqueó una ceja y miró a Phoebe, quien apenas contenía una risa.
-Aha. Una felicitación muy… efusiva-comentó la joven con una sonrisa traviesa. Phoebe se llevó una mano a la boca para no reír abiertamente, mientras Fern se rascaba la nuca, incómodo.
Luego de eso, la conversación volvió al tema de la banda y sus planes para grabar, pero las miradas de reojo y las sonrisas cómplices dejaban claro que no dejarían pasar el tema por mucho tiempo.
Cuando todos terminaron de desayunar, fueron a recoger las cosas que usaron para la pijamada junto con sus mochilas y se despidieron, Finn cerró la puerta y la casa quedó en calma, o al menos estuvo en calma por un momento hasta que su madre lo llamó desde la cocina.
-Finn, ven aquí un momento-el chico obedeció aunque algo nervioso ante el tono de voz que uso para llamarlo. Minerva, quien estaba lavando los platos, volteó su cabeza hacia él y habló con firmeza-quiero que me digas la verdad sobre lo que pasó en el festival, Phoebe me contó que unos chicos te atacaron-
Finn bajó la mirada incómodo.
-No es nada, mamá… no quisiera meterme en más problemas.
-Finn, no puedes seguir evadiendo el tema. Quiero que al menos me des los nombres de esos chicos.
-Mamá…-Finn iba a protestar pero el semblante serio de su madre lo hicieron retractarse, dio un suspiro y después de un largo silencio, cedió-está bien. Fueron Mark, Jamaica, Blombo y Toughy-
Minerva asintió, su rostro ahora mostraba determinación.
-Gracias por decírmelo. El lunes iré contigo a la escuela para hablar con el director.
-¡¿Qué?!-Finn abrió los ojos con sorpresa-¡eso solo va a empeorar las cosas! si se enteran me van a…-
La mujer colocó una mano sobre su hombro, interrumpiéndolo con calma pero firmeza.
-No voy a permitir que sigan lastimándote, Finn. El sistema escolar tiene que hacer algo y yo no pienso quedarme de brazos cruzados.
Finn bajó la mirada sabiendo que no podría convencerla de lo contrario.
-Está bien… pero no grites ni hagas esto más grande de lo que ya es.
Minerva sonrió levemente y le dio un beso en la frente.
-Lo prometo, cariño. Pero esto tiene que terminar.
Finn asintió y salió de la cocina, sintiéndose dividido entre alivio y temor. Minerva, entre tanto, continuó lavando los platos, su mirada reflejaba tranquilidad pero su mente estaba llena de preocupación.
