—... y me dijo que incluso te podían dar la charla amenazante por salir conmigo —estaba diciendo Bianca.
—No me siento para nada preocupado, eh —dijo Charles con sarcasmo.
Bianca le sonrió brillantemente —Pero sin duda sería divertido.
—Tenemos definiciones diferentes de divertido —dijo Charles negando con la cabeza y es que ese había sido el principal problema cuando eran niños, porque siempre había aventuras, pero no tan divertidas en opinión de él, pero siguiendo con el tema—. Me alegra mucho que hayas podido hablar con ellos.
—Bueno, creo que hablar es ponerlo muy alto, me dediqué a balbucear mientras lloraba.
—Creo que es un intento bastante decente —Charles apretó suavemente la mano de Bianca para demostrar su apoyo—. Supongo que al final no importaba el que pensaramos que no lo íbamos a hacer.
—No quería hacerlo —admitió Bianca—. Todavía me da miedo que en cualquier momento nos pueden regresar a ese lugar, pero… no lo sé.
—Hubiera sido más fácil que ellos no estuvieran interesados.
Bianca asintió —Hubiera sido más fácil que nos rechazaran porque no nos conocen y no conocen las decisiones de su yo futuro
—Pero aquí los tenemos, dispuestos a conocernos y aceptarnos.
Ambos entendían eso, la primera vez que los vieron estaban un poco preparados para el rechazo, porque obviamente para nadie es fácil asimilar una noticia así, sin embargo a pesar de todos sus intentos, aquí estaban intentando formar una relación con las personas que serían sus padres.
—Pero no me van a amenazar ¿verdad? —preguntó Charles medio en broma.
Bianca se encogió de hombros.
—Bueno, me daría menos miedo ahorita.
Y es que era verdad que ninguno de sus padres se habían llegado a enterar de que eran novios, pero en realidad sabían que se gustaban y unos meses antes del ataque a los campamentos, Charles se había armado de valor para invitar a salir a Bianca —los dos les negaron a sus padres que fuera una cita, pero todos lo sabían—. El día de la no cita, Charles fue a recoger a Bianca con un pequeño regalo que su padre insistió que debía llevar, Nico abrió la puerta y si las miradas mataran, Charles probablemente estaría tres metros bajo tierra, casi podía ver la inscripción en su lápida "aquí yace Charles Jackson quien se atrevió a invitar a salir a la hija de Nico di Angelo".
Ahora era un poco gracioso recordar eso, además del hecho de que a Charles le había gustado Bianca desde hacía varios meses, pero no quería decirle nada porque tenía miedo de arruinar su amistad, y le importaba más que siguiera siendo su amiga a que correspondiera sus sentimientos.
—A veces me acuerdo de lo idiota que fuimos, podíamos haber empezado a salir antes —comentó Bianca como si pudiera leer los pensamientos de Charles.
—Zoé dijo que dábamos pena ajena porque casi podía ver que nuestros ojos se transformaban en corazones —dijo Charles.
—Me dijo lo mismo, pero no quise creerle. Era demasiado arriesgado.
—Pero tenía razón —señaló Charles.
—Sí, la tenía, pero no se lo diremos o se pondrá insoportable —bromeó Bianca.
Ella consideraba a Zoé una especie de hermana pequeña y la quería como tal, le gustaba su compañía y la exasperaba al mismo tiempo. No supo por qué en realidad nunca había visto a Charles como un hermano y a Zoé sí, si todos habían crecido juntos, pero le alegraba no haberlo hecho.
—Me gusta que estemos juntos —dijo Bianca.
—A mí también. Soy capaz de enfrentar todas las amenazas de tu padre para estar contigo.
Bianca se rió —Mi valiente caballero.
Ella se acercó hasta él y le dio un suave beso en los labios.
—Si un día regresamos a casa, no quiero que dejemos atrás esto —pidió Bianca.
Charles se sorprendió —¿Hablas en serio? Si volvemos a ese lugar sabes que hay algunas cosas que debemos tomar en cuenta.
—Lo sé, y podemos hacerlo solo que no por separado, deberíamos hacerlo juntos. Y aunque somos geniales por separado, creo que somos más increíbles juntos. Si lo necesitaramos, tus poderes y los míos serían perfectos.
—Wow, tienes todo planeado —dijo Charles con una sonrisa tentativa.
—Más o menos.
—Pero si no volvemos ahí entonces será un poco complicado.
—Si no volvemos ahí de todas maneras tenemos que encontrarnos —dijo Bianca con una confianza excepcional.
—¿Cómo?
—Creo firmemente que las almas se reconocen —comentó Bianca encogiéndose de hombros.
—Wow, Bianca Solace siendo cursi, es nuevo —dijo Charles con tono divertido, pero su expresión estaba a nada de convertirse en puros corazones.
—Cállate —dijo Bianca sonrojada.
—Me alegra que en otra vida, en otro universo o como quiera llamarlo, también quieras estar conmigo.
—En cualquier lugar siempre voy a querer estar contigo —respondió Bianca firmemente.
Charles le sonrió encantado y la volvió a besar.
Se quedaron un momento, solo estando cerca el uno del otro, tomando sus manos y tratando de no pensar en donde terminarían. Cuando el tiempo pasó fue necesario volver, solo que jo sin un nuevo beso.
—Pero si tu papá me amenaza, le voy a decir a mi papá —bromeó Charles.
—Me encantaría ver eso —dijo Bianca divertida.
Todo lo que había pasado desde el ataque había sido duro para ambos, fue un gran golpe para toda la estabilidad que conocían y luego llegaron aquí y fue igual de malo, por un momento fue cruel porque les estaban dando todo lo que les habían quitado, pero no de la forma que esperaban.
Habían estado pensando en todo lo que tenían que hacer, y era un poco difícil pensar como sería su relación o si habría una, era como si llevaran el peso del mundo en sus hombros, pero ahora, todo se sentía un poco más ligero, como si tal vez, solo tal vez, hubiera una pequeñísima posibilidad de que todo mejorara, tal vez no fuera perfecto, pero habría una oportunidad.
Esto nuevo se parecía mucho a la esperanza y esperaban que lo fuera, que de nuevo los pudieran dejar ser dos adolescente que disfrutaban de estar juntos sin pensar en que mañana podrían morir.
Cuando regresaron a la sala de juegos donde todos se quedaban, ciertamente fue una sorpresa ver ahí a algunos dioses preparados para hablar con sus hijos.
