Capítulo 16: Inmortal.

-¡No puedo creer que este día por fin haya llegado!-exclamó Marceline entusiasmada mientras veía a sus compañeros de banda preparar y acomodar su equipo para guardarlo en la camioneta que ella tomó prestada del trabajo de su padre.

Era sábado por la mañana y los integrantes de "Marceline & The Scream Queens" tuvieron que levantarse más temprano de lo acostumbrado debido a que su líder no había podido descansar casi nada la noche anterior por la emoción y los nervios del festival, si bien, todos se encontraban emocionados y ansiosos por ese día, quien estaba más que emocionada al parecer era la joven de largo cabello oscuro. Fern, con la frente empapada en sudor, estaba asegurándose de que los cables del equipo estuvieran perfectamente enrollados y listos para transportar a la camioneta.

-¿Esto es realmente necesario?-preguntó el chico levantando una caja llena de micrófonos y otras cosas más.

-Si no quieres que nuestro sonido apeste frente a todo el público, entonces sí, es absolutamente necesario-respondió Marceline, apenas le dirigió la mirada mientras observaba una lista de pendientes.

-Podrías haber contratado a alguien para hacer este trabajo-refunfuñó Fern, dejando la caja junto a una pila de instrumentos ya empacados.

Wendy, la tecladista de la banda, se rió desde su posición cerca de la entrada a la bodega.

-¿Y con qué dinero, viejo? apenas logramos costear las camisetas con el dibujo que Finn diseñó-señaló junto a la parte trasera de la camioneta un montón de cajas apiladas con las playeras recién estampadas.

Marceline sonrió al recordar la dedicación que puso Finn en ese diseño, aunque no lo admitiera en voz alta, apreciaba el esfuerzo que el chico rubio había puesto al querer capturar la esencia de la banda con su dibujo.

-A propósito ¿ya revisaron si las tallas son las correctas?-preguntó la joven de largo cabello oscuro dejando la lista de pendientes a un lado y dirigiéndose a las cajas.

-Oigan, no lo tomen a mal pero… ¡estas camisetas son geniales!-comentó Booboo, quien llevaba una de las playeras puestas como prueba. Estaba adornada con el dibujo de la serpiente y los helados rotos, el logo de "Marceline & The Scream Queens" se leía debajo en un estilo gótico y elegante que Finn había creado especialmente para ellos. Marceline esbozó una sonrisa al escuchar su comentario.

-Todo está en orden, Marcy. Hasta me aseguré de que las camisetas para nosotros estuvieran listas para que lleguemos al festival bien identificados-respondió Wendy alzando una ceja con un toque de orgullo.

-Perfecto-Marceline suspiró con alivio-entonces, una vez que terminemos aquí, nos dirigimos directo al festival. ¡Quiero llegar temprano para asegurarnos de que el escenario esté listo y todo funcione a la perfección!-

-¿Temprano?-preguntó Fern alzando una ceja mientras cargaba otra caja hacia la camioneta-pero ¿no debemos presentarnos al show hasta la tarde?-

-Sí, pero tenemos que estar antes para las pruebas de sonido. Además, no queremos correr riesgos, es nuestra gran oportunidad, chicos. ¡No podemos arruinarla solo por llegar tarde o porque algo salga mal!-exclamó Marceline con una determinación que todos reconocieron al instante. El grupo festejó, contagiado de su entusiasmo, una vez que terminaron de guardar todo dentro de la camioneta, cada uno tomó una camiseta antes de salir. Marceline sonrió al verlos: todos llevaban con orgullo el diseño de Finn por encima de la ropa que tenían puesta ese día, y por primera vez en años, se sentía como un músico profesional, lista para salir al escenario y dar lo mejor de sí-muy bien-añadió subiéndose al asiento del conductor-¡es ahora o nunca!-

Con eso, arrancaron hacia el festival, con la emoción y las expectativas llenando la atmósfera dentro de la camioneta.

Finn se miró en el espejo una vez más acomodando su sudadera favorita: blanca, con pequeñas orejitas de oso. Su reflejo mostraba una mezcla de emoción y nerviosismo, sentía algo extraño desde que Phoebe lo invitó al festival. Mientras se acomodaba la camiseta debajo de la sudadera, su teléfono comenzó a sonar en la mesita junto a la cama.

-¿Hola?-contestó sosteniéndolo entre el hombro y su oído mientras revisaba su armario buscando su chaqueta.

-¡Finn! ¿estás listo?-la alegre voz de Phoebe sonó al otro lado de la línea-dime que ya estás listo porque estoy demasiado ansiosa ¡este día va a ser increíble!-

Finn sonrió, contagiado por su entusiasmo.

-Sí, sí, ya casi. Solo me falta ponerme los zapatos y paso por ti.

-Perfecto. No tardes en llegar ¿eh? que no quiero perderme de nada.

-Claro que no. Nos vemos en un rato, Phoebe.

-¡Genial!-dijo ella antes de colgar. Finn suspiró profundamente, sintiendo una mezcla de alegría y ansiedad, justo entonces, la voz de su madre lo sacó de sus pensamientos.

-¿Nervioso por el festival?-preguntó la mujer de corto cabello rubio asomada en la puerta de la habitación, quién le sonreía con calidez.

-Un poco, supongo-respondió Finn volteándose para verla-nunca he ido a uno de estos-

Minerva entró en la habitación, se acercó y le acomodó un mechón de cabello rebelde.

-Sólo sé tú mismo, cariño. Disfruta de la música, la compañía, mantente a salvo y recuerda llamarme si pasa algo ¿de acuerdo? iré por ti tan pronto como pueda.

-Lo haré, mamá-dijo Finn asintiendo con la cabeza y agradeciendo la preocupación de su madre.

Minerva lo abrazó con ternura antes de dejarlo salir.

Al llegar a la casa de su amiga, Finn respiró hondo antes de tocar el timbre. Apenas pasaron unos segundos antes de que la puerta se abriera, revelando a un hombre alto, de cabello marrón casi rojizo, serio y con una mirada penetrante: el padre de Phoebe.

-Agh, eres tú otra vez ¿verdad?-preguntó el hombre examinándolo de arriba abajo, Finn asintió sintiéndose intimidado por su escrutinio-¡Phoebe!-cruzó los brazos, luego levantó la voz para llamar al interior de la casa-¡ya llegó tu novio!-

Finn sintió que su cara se encendía de inmediato. Antes de que pudiera reaccionar, Phoebe apareció detrás de su padre con una expresión de incredulidad y vergüenza.

-¡Papá!-protestó la chica, apartándolo del camino con un empujón suave-ya te dije que Finn y yo solo somos amigos-

-Oh, claro, claro. Solo amigos-replicó su padre, alzando las cejas con una sonrisa burlona mientras se alejaba.

Phoebe suspiró, mirando a Finn con una mezcla de disculpa y diversión.

-Perdóname por eso. A veces solo quiere humillarme.

-Está bien-dijo Finn, aunque aún sentía el calor en su rostro-y ¿lista para irnos?-

Phoebe sonrió, dejando de lado el momento incómodo.

-Más que lista. Vámonos antes de que vuelva mi papa y diga otra cosa para avergonzarnos.

Ambos se dirigieron a la parada de autobuses y se encaminaron hacia el festival, la emoción y la expectativa se incrementó con cada paso que daban. El sol de la mañana ya comenzaba a calentar las calles de la ciudad mientras Finn y Phoebe esperaban para tomar el autobús que los llevaría al festival. La parada estaba tranquila, no había muchas personas esperando, salvo por el sonido de los autos y otros vehículos que pasaban, algunos locales se encontraban cerrados debido que aún era muy temprano para su horario habitual de apertura. Finn observó distraído a un gato que cruzó corriendo la calle mientras Phoebe revisaba algo en su teléfono.

-¿Crees que esté muy lleno?-preguntó el chico rubio rompiendo el silencio que había entre él y su amiga.

-Es un festival de música, Finn. Obvio que va a estar lleno-respondió la chica de cabello rojo cobrizo con una sonrisa divertida. Guardó su teléfono y se volvió hacia él-pero eso es lo que lo hace emocionante. Muchas personas, mucha energía… es como si la música los conectara a todos-

-No sé si soy tan bueno con las multitudes-admitió Finn, metiendo las manos en los bolsillos de su sudadera.

Phoebe lo miro y luego, en un gesto inesperado, le dio un leve golpe en el hombro.

-Vas a estar bien-lo tranquilizó-además, me tienes a mí para guiarte. Soy tu brújula en este caos-

Finn se rió entre dientes, observando a la acera por un momento antes de elevar la mirada.

-De acuerdo, "brújula". Sólo espero que sepas lo que estás haciendo.

-¡Por supuesto que lo hago!-exclamó Phoebe sintiéndose ofendida, mientras llevaba una mano al pecho de forma dramática-he estado en más festivales de los que puedes contar con los dedos de la mano-

-¿Cuántos? ¿tres?-preguntó Finn con una sonrisa burlona recordando lo que su amiga le había dicho antes. Phoebe simplemente rodó los ojos.

-Suficientes para ser una experta.

Un viento ligero sopló, haciendo que Phoebe se acomode un mechón de cabello detrás de su oído. Dirigió su mirada avellana hacia el cielo despejado y de nuevo volvió a ver a Finn.

-Oye… ¿alguna vez has pensado en subirte a un escenario?

-¿Yo? ¡no! por supuesto que no ¿por qué lo haría?-preguntó Finn, claramente confundido por la pregunta de la chica.

-No sé, tal vez tengas algún talento oculto por ahí-dijo Phoebe encogiéndose de hombros-además, no es tan diferente de lo que haces cuando tienes que hablar frente a la clase ¿no?-

-Es completamente diferente-respondió Finn riendo con un poco de nerviosismo-pararme frente a un montón de extraños que me están juzgando… no, gracias-

Phoebe lo observó por un momento antes de sonreír.

-Bueno, si cambias de opinión, ya sabes a quién buscar para que te enseñe-dijo ella señalándose a sí misma con un dedo.

Finn negó con la cabeza, pero no pudo evitar sonreír. Justo entonces, el rugido de un motor anunció la llegada del autobús.

-Vamos, brújula-dijo el adolescente señalando el vehículo que se detenía frente a ellos-es hora de guiarnos hacia la locura-

Phoebe le dio un empujón suave antes de subir primero, y Finn la siguió, sintiendo que, aunque no estuviera seguro de lo que le esperaba, al menos no estaría solo.

En otra parte de la ciudad, Marceline y su banda finalmente llegaron al lugar donde se llevaría a cabo el Festival de Rock: el estacionamiento de un supermercado que, por ese fin de semana, se había convertido en sede de un evento de música. El lugar estaba repleto de equipos, cables, food trucks, pequeños puestos de actividades relacionadas con las artesanías, una tienda de campaña donde se hacían tatuajes, otra donde más tarde estaría una especie de adivina leyendo las manos de la gente y merchandising de los diferentes grupos que tocarían.

-¡BIENVENIDOS AL CAOS!-exclamó Wendy asomada desde la ventanilla mientras estacionaban la camioneta en un espacio asignado.

-Esto es más grande de lo que imaginé-dijo Fern observando a su alrededor con una mezcla de nerviosismo y emoción.

-No hay tiempo que perder, chicos-ordenó Marceline bajando de un salto de la camioneta-primero vamos a registrarnos y después volvemos a desempacar todo-

-Pensé que Phoebe ya se había encargado de eso-murmuró Fern pero nadie le prestó atención.

El grupo caminó hacia un gazebo donde un hombre con expresión cansada en su rostro y una larga lista en una tableta parecía estar a cargo de las inscripciones. Marceline (tan directa como siempre) fue la primera en acercarse.

-Hola, somos "Marceline & The Scream Queens". Venimos a registrarnos para el show.

El hombre levantó la vista y luego revisó su lista.

-¿Se registraron con cinco días de anticipación?

La pregunta cayó como un balde de agua fría. Marceline frunció el ceño sin poder creer lo que estaba escuchando.

-Una amiga nos dijo que no nos preocupáramos por eso y que podíamos registrarnos el mismo día.

El hombre negó con la cabeza.

-Lo siento, pero ya tenemos demasiadas bandas registradas. No puedo agregar más nombres a la lista.

-¡Esto tiene que ser una broma!-exclamó Marceline apretando los puños, claramente frustrada.

-Lo siento, chica. Son las reglas-respondió el hombre con indiferencia. Marceline suspiró, dirigió la mirada hacia sus compañeros quienes estaban esperando impacientes, de nuevo volvió a ver al encargado de registrar a las bandas para el evento, dio la vuelta y regresó con los demás.

-¿Qué sucede?-preguntó Booboo algo preocupado por el repentino cambio de actitud en su líder.

-¿Qué sucede, dices? ¡Que gracias al "increíble" consejo de Phoebe estamos a punto de quedarnos fuera del festival!-respondió Marceline visiblemente molesta.

-¡¿Qué?! ¡Trabajamos mucho para llegar hasta aquí! no pienso renunciar solo porque alguien cometió un error-protestó Wendy-debe haber algo que podamos hacer-

Sin perder un segundo más, la joven de largo cabello oscuro regresó a la mesa de inscripciones.

-Escúchame, amigo. Necesitamos que nos hagas un espacio, trabajamos muy duro para que nos digas que no. No somos una banda cualquiera, hemos estado ensayando, preparándonos, incluso trajimos merchandising para vender. Dime que podemos hacer para que nos dejen tocar.

-Uh, bueno, quizás…

-Sabemos cómo encender al público-Marceline lo interrumpió dándole una sonrisa de confianza-solo danos una oportunidad, no lo lamentarás-

El hombre suspiró, riendo ante su insistencia.

-Está bien, haré una excepción y les conseguiré un espacio pero solo tendrán un set corto.

-¡Hecho!-Marceline y ese sujeto estrecharon sus manos cerrando su trato, el resto de la banda comenzó a gritar en señal de victoria. Después de eso, la chica regresó con sus compañeros-bien, chicos ¡a desempacar!-

La banda la siguió rápidamente aunque Fern se detuvo por un momento, con la mirada en dirección al puesto de la gitana, preguntándose quien sería la persona que vendría a leer las manos de la gente que asistiría ese día al festival.

-¡Fern!-lo llamó Marceline al notar que se había quedado atrás-vamos, no tenemos todo el día. Aún tenemos que preparar los instrumentos y afinar las guitarras-

-Ya voy-respondió Fern apresurándose a alcanzarlos.

La camioneta que habían usado para transportar el equipo estaba estacionada detrás del escenario, y aunque tenía algunas abolladuras, había cumplido con su propósito de llevar a la banda al festival. Marceline abrió la puerta trasera y comenzó a sacar el bajo y el amplificador, mientras Wendy se ocupaba de sacar su teclado y Georgy con una expresión más relajada, se encargaba de bajar los platillos de su batería.

-¿Creen que tengamos tiempo para hacer una prueba de sonido antes de que comience el festival?-preguntó Wendy mientras limpiaba con cuidado las teclas.

-Si nadie se retrasa, puede que tal vez tengamos una chance-respondió Georgy acomodando las baquetas en el bolsillo trasero de su pantalón-aunque a Booboo le falta trabajar en las notas de su trompeta-

-¡Hey! yo no soy el único que necesita mejorar-replicó Booboo apareciendo detrás de la camioneta con su trompeta en mano-además, el público no notará si me equivoco. Estarán ocupados mirando a Marceline-

-¡Pero claro que se darán cuenta, imbécil!-intervino Marceline con una sonrisa burlona ajustando las cuerdas de su bajo-y cuando lo hagan, los voy a señalar y a decir "¿ven al trompetista? ¡fue él!"-

Las risas estallaron entre todos, incluso Booboo tuvo que unirse.

-Por suerte para todos, mi forma de tocar será tan increíble que opacará cualquier error-agregó Fern, cargando su guitarra.

-Solo no vuelvas a intentar improvisar otro solo como en el último ensayo, Fern-bromeó Wendy, señalándolo con un dedo-casi nos haces sonar como una banda de covers fallida-

El grupo estalló en carcajadas mientras terminaban de descargar el equipo. Una vez dentro del área designada para la prueba de sonido, comenzaron a instalarse.

-Bien, vamos a probar los micrófonos-dijo Marceline tomando uno de los cables.

Una de las chicas del coro que se encontraba más apartada del resto de la banda acomodando unas partituras, se unió a la conversación.

-Mientras todo esté listo para cuando nos llamen, no importa mucho. Lo importante aquí es mantener la calma y concentrarnos-dijo con una voz tranquila, aunque no pudo evitar ocultar una pequeña sonrisa de entusiasmo.

Georgy comenzó a montar la batería, golpeando suavemente los tambores para asegurarse de que todo estaba ajustado.

-Concentración, sí. Pero si Booboo desafina, voy a perderla por completo-comentó, guiñándole un ojo al trompetista.

-¡Yo nunca desafino!-exclamó Booboo levantando las manos a modo de indignación-mis notas son como poesía para los oídos. Ustedes simplemente no están listos para mi arte-

Marceline soltó una carcajada mientras afinaba su bajo.

-Claro, Booboo, y si algo sale mal, también será "arte" ¿cierto?

Mientras ajustaba su guitarra, Fern tocó un par de acordes suaves para probarla.

-Solo espero que el público sea menos crítico que ustedes. Deberían alegrarse de tenerme en esta banda.

-¿Alegrarnos?-Wendy levantó las cejas con fingida sorpresa-creo que la palabra que buscas es "tolerar". Pero sí, claro, estamos felices de tenerte aquí, maestro de los solos improvisados-

El ambiente se llenó de risas mientras todos afinaban sus instrumentos y revisaban el equipo. Finalmente, Marceline tomó el micrófono y se dirigió a todos.

-Okay, probemos esto en serio. Recuerden, la primera impresión cuenta, incluso si es solo para los técnicos de sonido.

-Y para Georgy, que sigue impresionado por cada golpe de sus baquetas-añadió Fern, ganándose otra ronda de risas del grupo.

A medida que la prueba avanzaba, los miembros se motivaban más con la idea de estar tocando en el escenario. Bromeaban entre ellos pero mostraban la cohesión que los hacía una banda. Poco a poco, la música comenzó a resonar en el área, atrayendo la atención de algunas personas que pasaban por el festival, asomándose curiosos.

El autobús se detuvo a unos metros del festival, Finn bajó primero de un salto ayudando a Phoebe a cargar una mochila con algunas cosas esenciales. El lugar ya estaba animado con grupos de personas caminando por los diferentes puestos, comprando comida y revisando el cronograma de bandas para tener idea de a qué hora tocarían.

-Whoa, esto es mucho más grande de lo que imaginé-comentó Finn mirando alrededor mientras se ajustaba su sudadera blanca con orejitas de oso.

-Y eso que apenas estamos comenzando-replicó Phoebe entusiasmada mientras sacaba su teléfono para revisar un mensaje-¡vamos a tener un día increíble!-

-¿Podemos dar una vuelta antes de que todo se llene?-sugirió Finn señalando algunos puestos coloridos y una tienda de artesanías.

-Lo siento, pero tendrás que dejarlo para después-le dijo la chica de cabello rojo cobrizo negando con la cabeza-primero necesito reunirme con unos amigos, prometí que nos veríamos apenas llegara. Después podremos hacer todo lo que quieras ¿qué dices?-

-Está bien-accedió Finn siguiéndola mientras se dirigían al área donde estaban los escenarios.

El sonido de risas y voces familiares llamó la atención de Phoebe, quien enseguida apuró el paso.

-¡Ahí están!-exclamó la chica emocionada-¡Marcy! ¡yujuu, aquí estoy!-añadió llamando la atención del grupo que se encontraba en el sector de preparación.

Marceline al escucharla giró rápidamente con una enorme sonrisa en su rostro.

-¡Phoebe! Creímos que no ibas a llegar, amiga.

-¡Ni loca me iba a perder esto!-respondió Phoebe abrazándola.

-Oye ¿segura que sabrás qué hacer? digo, a duras penas viniste a los ensayos y recién te presentas para tocar con nosotros ¡ni siquiera hiciste la prueba de sonido!

La chica de cabello rojo cobrizo soltó a la joven del abrazo y le sonrió con aire confiado.

-Pfff ¡por favor! yo nací lista. Además, confía en mí, no me hace falta ensayo ¿no es así, chicos?-dijo mirando al resto de la banda.

Georgy soltó una risa sarcástica mientras golpeteaba su batería.

-Oh, desde luego. Porque todos sabemos que improvisar nunca ha salido mal en la historia de los festivales.

-Booboo aún está intentando recordar las notas, así que técnicamente todos estamos improvisando-comentó Wendy con una sonrisa divertida mientras ajustaba las teclas de su teclado.

Marceline suspiró con fingida exasperación, llevándose una mano a la frente.

-Bueno, más te vale no meter la pata y hacerme quedar mal allá arriba-habló la joven de largos cabellos oscuros-si metes la pata, juro que cantaré "Francis Forever" y diré que es tu despedida del grupo-

-¡No te atreverías!-exclamó Phoebe fingiendo indignación-además, si alguien puede opacar un error soy yo. Es parte de mi talento-

Mientras los demás se reían, Fern permaneció un poco al margen observando la interacción de sus compañeras de banda con una sonrisa hasta que su mirada se topó con Finn quien había estado esperando pacientemente detrás de la chica.

-¡Finn!-dijo el chico con una expresión de sorpresa que parecía genuina.

-¡Fern!-respondió Finn correspondiendo la expresión con una sonrisa amplia mientras se acercaba hacia él y extendía los brazos; no obstante, Fern retrocedió ligeramente levantando las manos en señal de alarma.

-Espera, espera. Aquí no. Hay demasiada gente mirando-le dijo en voz baja como si quisiera evitar que alguien más lo escuchara.

-¿En serio, Fern? ¿Vas a poner reglas justo ahora?-preguntó Georgy a su compañero de banda desde lejos.

Marceline quien siempre estaba atenta, no pudo evitar escuchar la conversación, arqueó una ceja y soltó una risa burlona.

-Georgy tiene razón, nadie va a morder-comentó Wendy mirando a Fern con una mezcla de diversión y curiosidad. Finn sin inmutarse siquiera, se limitó a sonreír más amplio y dijo:

-Vamos, viejo. No pasará nada.

Tras un momento de duda (y bajo la presión de las miradas de sus compañeros) el rubio con las puntas teñidas de verde soltó un suspiró con resignación y permitió el abrazo, aunque su postura seguía siendo algo rígida. Finn, en cambio, parecía encantado y le dio un par de palmadas en la espalda antes de soltarlo.

-Siempre tienes que complicarlo todo, ¿eh?-bromeó el adolescente mientras Fern se frotaba la nuca.

-Es parte de mi encanto-respondió Fern, devolviéndole la sonrisa de forma discreta.

-¿Y tú qué haces aquí?-preguntó Marceline, dirigiéndose a Finn mientras regresaba a ajustar los micrófonos.

-Estoy con Phoebe-respondió Finn señalándola-quería explorar un poco antes, pero ella tenía que venir a saludarlos primero.

-Prioridades-dijo Georgy con tono burlón.

-Además, también estoy aquí para apoyarla-agregó Finn con una sonrisa mientras miraba a Phoebe. Al escuchar eso, Fern bajó un poco la mirada, ajustando la correa de su guitarra eléctrica. Aunque intentaba mantener su expresión neutral, no pudo evitar sentirse algo excluido.

Marceline notó el cambio en su semblante y, con una sonrisa cómplice, se acercó a Finn.

-Oye, no te olvides que Fern también está aquí para brillar-dijo señalándolo con un movimiento de cabeza.

Finn rápidamente captó la indirecta y miró a Fern con una expresión sincera.

-¡Por supuesto! También estoy aquí para apoyarte, amigo. Quiero verte dar lo mejor de ti allá arriba.

Fern levantó la mirada, sonriendo con un poco más de confianza.

-Gracias. Espero que no te arrepientas de esas palabras cuando me toque cantar.

El grupo rió al unísono, rompiendo la breve tensión, mientras volvían a sus tareas de preparación. Mientras todos caminaban hacia el backstage, Finn no pudo evitar soltar una pregunta que había estado rondando en su mente.

-Oye, Phoebe ¿cómo es que conoces a Marceline y su banda?

-Oh, eso-Phoebe, quien se encontraba revisando su teléfono, desvió la mirada hacia el chico con una sonrisa casual-nos conocimos hace tiempo en una noche de micrófono abierto, Marceline y yo congeniamos de inmediato porque a ambas nos gusta la música, sobretodo cantar, luego de eso me invitaron a unirme como corista y bueno… aquí estoy-

-Y ¿nunca se te ocurrió contarme que estabas en una banda?-preguntó Finn arqueando una ceja claramente intrigado. La chica se encogió de hombros queriendo disimular su incomodidad.

-No era algo que quisiera compartir con todo el mundo. Esto es más bien un hobbie, algo que hago para divertirme.

-¿Un hobbie?-Finn cruzó los brazos en señal de indignación-Phoebe, estás en una banda que ahora toca en festivales ¿y nunca me lo dijiste? Creí que éramos amigos cercanos-

Phoebe rió suavemente ante el tono de voz con el que le hablaba su amigo.

-No es que no confiara en ti, Finn. Es solo que… no quería que la gente lo viera como algo más… serio de lo que realmente es. Además, me gusta mantener ciertas cosas en secreto.

Finn suspiró, pero su expresión se suavizo.

-Bueno, está bien. Pero solo porque quiero ver que tan buena es esta banda tuya.

-Ya lo verás-Phoebe le dio un leve empujón en el hombro, divertida-te prometo que no te arrepentirás-al llegar al área del backstage, Phoebe revisó la hora en su teléfono y luego miro a su amigo con una sonrisa tranquila-bueno, Finn. Tengo que irme con ellos a preparar lo que falta, pero no te preocupes, nos veremos después del show ¿sí? mientras tanto, puedes ir a explorar el festival-

-Nah-pronunció Finn negando con la cabeza casi de inmediato, cruzándose de brazos con determinación-mejor me quedo por aquí, quiero ver su presentación desde el comienzo, además, me encantaría poder escuchar a "Marceline & The Scream Queens" en vivo-

Marceline, que había escuchado el comentario mientras ajustaba un cable, sonrió con suficiencia.

-Esa es la actitud, Finn. Prometo que no te vas a arrepentir.

Phoebe rodó los ojos de forma burlona.

-Tú siempre tan leal-dijo la chica de cabello rojo cobrizo mientras ponía una mano en el hombro de su amigo y le sonreía-bueno, ¡deséanos suerte!-

-No la necesitan. Ustedes podrán con esto-aseguró Finn con confianza.

Su amiga le dio una última sonrisa antes de unirse al resto de la banda, quienes ya comenzaban a caminar a la parte trasera del escenario. Finn los siguió con la mirada hasta que desaparecieron, luego se mezcló entre las personas que comenzaban a congregarse frente al escenario principal. Con las manos en los bolsillos, observó los rostros de los presentes, muchos de ellos hablaban animadamente mientras veían a una banda tocando su música en el escenario. No pasó mucho tiempo antes de que comenzara a captar fragmentos de conversaciones sobre la banda de Marceline.

-Oye ¿has oído hablar o escuchado al grupo "Marceline & The Scream Queens"?-le preguntó un chico con una chaqueta de cuero a su amigo.

-¿Bromeas? Claro que sí, tocaron en el bar de mi primo el mes pasado. La vocalista principal es increíble, tiene una gran voz y… es más ¿has visto su forma de vestir? es única-comentó el otro chico con admiración.

-No solo eso. Dicen que el guitarrista es un prodigio, aunque no parece muy sociable, toca como si tuviera fuego en las manos.

Finn sonrió ligeramente al oír eso último, imaginándose la reacción de Fern si hubiera oído el comentario.

-Creo que el punto débil de la banda es el trompetista-intervino otra voz femenina un poco más lejos.

-¿El trompetista? Booboo es bueno-dijo su compañera.

-Sí pero en comparación con los demás, no destaca tanto. Es como si el resto estuviera en otra sintonía.

El adolescente no pudo evitar fruncir el ceño levemente ante ese comentario, pero antes de que pudiera pensar algo más al respecto, otro grupo cerca de él llamó su atención.

-Espero que esta vez toquen "Remember You". Esa canción me pone la piel de gallina-dijo una chica con una gorra de colores.

-¿En serio? ¿esa? Prefiero "I'm Just Your Problem" o "Wake Up". Esas canciones son un golpe directo al corazón.

Finn comenzó a sentirse aún más emocionado por el show. Las expectativas parecían altas, y estaba seguro de que la banda no las decepcionaría. Mientras ajustaba su posición para tener una mejor vista del escenario, miró hacia el área donde se estaban haciendo los últimos preparativos. Aunque no podía ver a Fern o a Marceline, sabía que ambos estaban trabajando duro detrás de las cortinas.

-Vamos, chicos. Denles algo de qué hablar-pensó para sí mismo, esperando ansioso el inicio del espectáculo.

Por otra parte, en el backstage, el grupo estaba reunido realizando los últimos detalles. El sonido de la banda actual resonaba en el aire, mezclándose con los gritos y alaridos del público presente, el temporizador colocado en la pantalla gigante cerca del escenario marcaba que faltaban diez minutos para que terminara el tiempo asignado a los músicos que estaban tocando.

Marceline tamborileaba los dedos nerviosa contra su bajo mientras iba de un lado a otro, Fern y Georgy estaban sentados cerca, afinando sus instrumentos con calma a la vez que Wendy repasaba algunos acordes en el teclado con sus auriculares puestos, Booboo ajustaba la boquilla de su trompeta, silbando suavemente una melodía para distraerse.

La joven de largo cabello oscuro se detuvo repentinamente frente a la cortina negra que separaba el backstage del escenario principal, corrió un poco la tela y asomó la cabeza buscando entre la multitud.

-¿Pasa algo, Marcy?-preguntó Wendy, elevando su vista del teclado.

-No, no pasa nada-respondió ella fingiendo estar tranquila aunque por dentro se estaba muriendo de nervios, sus ojos seguían recorriendo el público, esperando encontrar a una figura familiar entre la multitud.

-Si no pasa nada ¿entonces por qué sigues mirando hacia afuera como si hubieras perdido algo?-preguntó Fern dejando de lado su guitarra y acercándose a ella, se cruzó de brazos mientras la miraba de reojo.

-No perdí nada-respondió la joven cerrando la cortina de un tirón-sólo estaba echando un vistazo-

-Ajá, seguro-murmuró el chico rubio con las puntas teñidas de verde antes de volver a su lugar.

Georgy, que había estado probando el sonido de su batería portátil, golpeó los palillos un par de veces para comprobar mejor la calidad.

-Vamos, Marcy. Suéltalo ¿es Bonnie otra vez?

La sola mención de la mujer de cabello rosa hizo que Marceline frunciera el ceño ligeramente, pero no dijo nada.

-¿En serio? ¿Te preocupa que no esté aquí?-preguntó Booboo apoyando su trompeta en el soporte y cruzándose de brazos-tal vez está en camino o atrapada entre la gente. Afuera está lleno-

-Ella nunca ha faltado a un show-respondió Marceline, sin molestarse en ocultar su inquietud esta vez-es como mi… mi amuleto de buena suerte ¿saben?-

-Está bien, mientras no te pongas a llorar si no aparece, todo estará bien-bromeó Georgy con una sonrisa ganándose una mirada fulminante de parte de Marceline.

-Cállate-espetó ella aunque sin mucha fuerza en su tono de voz.

El temporizador marcaba ocho minutos y los sonidos de la banda en el escenario principal comenzaban a desvanecerse, indicando que su última canción estaba llegando a su fin. Marceline volvió a abrir la cortina, esta vez mordiendo su labio inferior, sus ojos ansiosos buscando a Bonnie entre el mar de caras desconocidas.

-Marcy-dijo Wendy, quitándose los auriculares-¿seguro que todo está bien? no tienes que cargar con esto sola-

Marceline suspiró y se apartó de la cortina, sentándose en un taburete cercano.

-Lo sé. Es solo que... este show es importante para nosotros. Quiero que todo salga perfecto.

-Y que Bonnie esté aquí hace que todo sea perfecto, ¿verdad?-preguntó Fern sarcástico, dejando escapar un bufido y apoyando su guitarra en su pierna.

-Cierra la boca, Fern-respondió Marceline rápidamente, aunque su ligera sonrisa la delataba. El grupo intercambió algunas risas, aliviando momentáneamente la tensión mientras el tiempo continuaba acercándose a cero.

El bullicio del festival llenaba el ambiente con risas, música y conversaciones. Bonnibel ajustó su mochila al hombro mientras observaba un mapa de la página web del evento en su teléfono. El lugar estaba a colapsar, había filas de personas esperando para ordenar y comprar algo de comida, los diferentes puestos de artesanías estaban también abarrotados y los escenarios en diferentes áreas del estacionamiento le daban vida al lugar. A medida que avanzaba, sus ojos recorrían los nombres de las diferentes bandas y horarios impresos en el cronograma.

"Escenario Principal", con una leve sonrisa, Bonnie comenzó a abrirse paso entre la multitud en esa dirección; no obstante, al girar en una esquina, chocó accidentalmente con alguien provocando que ambos retrocedieran un paso.

-¡Ouch!-exclamó Finn, llevándose una mano al pecho mientras soltaba un pequeño grito agudo-¡Profesora Bonnie!-

La mujer de cabello rosa lo miro sorprendida pero divertida por la reacción que tuvo su estudiante al toparse con ella.

-¡Finn! Oh, vaya. Discúlpame, no te vi.

Finn aún con los ojos muy abiertos la señaló con el dedo como si hubiera encontrado a alguien en un lugar donde no debería estar.

-¿Qué estás haciendo aquí?-preguntó mirando a su alrededor como si esperara que algún compañero de clase apareciera también-es sábado, no puedes venir a reclamarme nada relacionado con la escuela ¿cierto?-

Bonnibel soltó una risa suave y negó con la cabeza.

-No te preocupes, Finn. Estoy aquí para divertirme, como todo el mundo. Además-hizo una pausa y miro el mapa en su teléfono-vine aquí para apoyar a la banda de Marceline-

Al escuchar esto, Finn la miró sorprendido.

-¿Apoyar a Marceline?-repitió frunciendo ligeramente el ceño-¿tú y Marceline son amigas?-

La joven mujer bajó la pantalla de su teléfono y una leve sonrisa se dibujó en sus labios.

-Algo así. Tuvimos nuestros momentos, pero eso quedó en el pasado.

Finn notó cómo un leve sonrojo apareció en las mejillas de su profesora, lo que le generó más curiosidad.

-¿Momentos? ¿qué tipo de momentos? ¿acaso eran como… amigas muy cercanas?-preguntó el adolescente arqueando una ceja con una mezcla de picardía y desconcierto.

Bonnie se aclaró la garganta, su tono de voz todavía relajado pero con un deje de incomodidad.

-Éramos cercanas, sí. Pero esas son historias viejas, Finn. Mejor preocúpate por encontrar un buen lugar cerca del escenario si quieres ver el espectáculo.

-¿Va a ser un buen show?-preguntó Finn intentando parecer casual con su profesora mientras la seguía caminando hacia el escenario principal. Bonnie asintió con seguridad.

-Lo será. Marceline es una artista increíble.

Finn notó el brillo en los ojos de su profesora cuando hablaba de la joven, pero decidió no insistir más. En cambio, ambos continuaron caminando hacia el escenario, perdiéndose en la creciente multitud.

El temporizador en la pantalla llegó a cero y el escenario principal quedó en silencio. Uno de los organizadores del evento tomó el micrófono para presentar al siguiente grupo.

-Y ahora, señoras y señores ¡reciban con un cálido aplauso a "Marceline & The Scream Queens"!-anunció con entusiasmo mientras el público respondía con aplausos y gritos.

En el backstage, Marceline respiró profundo y ajustó la correa de su bajo, volteó despacio a ver a sus compañeros de banda.

-Este es el momento, chicos-habló intentando sonar confiada pero una oleada de nervios le invadía el cuerpo.

-Todo va a estar bien, Marcy-le dijo Wendy dándole una palmada en el hombro.

-Recuerda, sin importar lo que pase, nosotros estamos aquí para ayudarte-comentó Fern regalándole una sonrisa tranquilizadora.

Marceline asintió esbozando también una pequeña sonrisa. Luego, con determinación, atravesó la cortina negra y subió las escaleras hacia el escenario seguida de su banda, ya afuera saludó al público con una mano alzada mientras se posicionaban en sus respectivos lugares. El sonido de los aplausos y las voces del público anunciaron el momento tan ansiado, Marceline tomó aire y avanzó al centro del escenario con una mezcla de nervios y determinación. La luz del reflector la enfocó dejando el resto de la banda en penumbra, aunque Fern, Georgy, Wendy, Phoebe, las coristas, y Booboo ya estaban en posición.

Los gritos del público se intensificaron, y muchas voces comenzaron a clamar nombres de canciones.

-¡Toquen "Screaming Shadows"!

-¡No, "Haunted Love"!

-¡Quiero "Broken Strings"!

Marceline tomó el micrófono esperando a que los gritos disminuyeran un poco antes de hablar.

-¡Hola a todos!-saludó con voz fuerte pero con un leve temblor que sólo los más atentos podrían notar-gracias por estar aquí-el público respondió con un nuevo estallido de aplausos-hoy quisiera hacer algo diferente-continuó mirando al público mientras sus dedos jugueteaban con las cuerdas de su bajo-la verdad, esta no es una de nuestras canciones habituales. Es algo que he estado trabajando por mucho tiempo-los murmullos comenzaron a extenderse entre los presentes mientras Marceline bajaba la mirada ligeramente la mirada y añadió-esta canción es muy personal para mí, es para alguien que en su momento fue muy importante en mi vida. No sé dónde estará ahora… pero si de alguna forma puede escucharme, quiero que sepa que esto es para ella-

El público quedó en silencio por unos instantes, algunos se mostraron impresionados por la sinceridad de sus palabras. Marceline cerró los ojos, tomó aire y asintió hacia sus compañeros.

Fern inició la melodía con suaves acordes en su guitarra, mientras Georgy y Wendy se unían creando una atmósfera envolvente. Booboo marcó el compás con su trompeta, agregando un toque melancólico. La introducción de "Inmortal" comenzó a fluir, y Marceline se aproximó al micrófono con los ojos cerrados, dejando que las primeras notas llenaran el espacio.

Cuando abrió la boca para cantar, su voz salió clara y emotiva:

Tengo aquí bajo el vestido bien escondiditos tus besos malditos

Mariposas que al alba de regreso a casa se venían conmigo

Yo tengo aquí bajo la cama cada madrugada que la "deshicimos"

Tengo tantas cosas y ninguna está en su sitio.

La voz de Marceline resonó con una mezcla de emoción y vulnerabilidad que capturó la atención del público.

Desde las sombras, Bonnibel apareció entre la multitud que se acumulaba frente al escenario. Su figura destacaba entre las demás, y Marceline la divisó de reojo. Por un segundo, perdió el ritmo, pero rápidamente se recompuso, clavando su mirada en el público frente a ella.

Tengo aquí dentro de un vaso la primera ola de aquella mañana

Tengo en uno de mis rizos el ritmo del tango que siempre bailabas

-Yo tengo escrito en un suspiro aquellas palabras que nunca dijimos-cantó ahora junto a Fern concentrado en su guitarra, éste intercambió una mirada rápida con Marceline, notando la breve distracción. A su lado, Wendy y Georgy mantenían el ritmo, conscientes del peso emocional que la canción traía para su vocalista.

Bonnibel, ajena a que había sido descubierta, sonrió al escuchar la voz de Marceline, acercándose poco a poco para buscar un lugar donde verla mejor.

Tengo tantas cosas y ninguna está en su sitio.

Después de ti, entendí. Que el tiempo no hace amigos.

Qué corto fue el amor.

Y que largo el olvido.

-Seré tu luz, seré un disfraz. Una farola que se enciende al pasar, cualquier mariposa, la estrella polar. Que viene sola y que solita se va-las palabras flotaban en el aire, y en ese instante, Bonnibel sintió como si cada verso le hablara directamente. La conexión era innegable. Marceline mantuvo la calma y la concentración, aunque por dentro su corazón latía con fuerza-seré el sabor de un beso en el mar, un viejo proverbio sobre cómo olvidar, seré inmortal, porque yo soy tu destino-

La presencia de Bonnibel le daba un peso aún mayor a la interpretación, y cada palabra se sentía más intensa.

Tengo aquí bajo mi almohada, tu fotografía frente a Santa Clara.

Fuiste más que mil palabras y yo le confieso que también te amaba.

[Con Fern] yo tengo abierta la ventana porque así se escapa el tiempo sin verte.

Mientras la canción avanzaba, algunos en el público comenzaban a encender las linternas de sus teléfonos, moviéndolas suavemente al compás. Finn, desde un costado del escenario, observaba fascinado, sin saber exactamente qué estaba sintiendo pero profundamente conmovido.

Tengo tantas cosas, tengo todas en mi mente.

Después de ti entendí, que el tiempo no hace amigos.

Qué corto fue el amor.

Y que largo el olvido.

Bonnibel finalmente encontró un lugar cerca del escenario, su mirada fija en Marceline. Cuando sus ojos se encontraron nuevamente, Marceline apenas esbozó una pequeña sonrisa, casi imperceptible, antes de volver a concentrarse en el final de la canción.

[Coro Marceline]

Seré tu luz, seré un disfraz

Una farola que se encienda al pasar

Cualquier mariposa, la estrella polar

Que viene sola y muy solita se va

Seré el sabor de un beso en el mar

Un viejo proverbio sobre cómo olvidar

Seré inmortal

[Puente]

Seré ese lunar que adorne tu piel

Una paloma cerca de donde estés

Un golpe de suerte, tu café de las tres

Alguna mirada que te haga enloquecer.

Seré la voz que avise en el tren

Un presentimiento de que todo irá bien

Seré inmortal

Seré inmortal

Seré inmortal

-Porque yo soy tu destino-la voz de Marceline, cargada de sentimiento, resonó por el lugar. Su mirada recorrió al público, la luz de los reflectores apenas permitiéndole distinguir algunos rostros entre la multitud-muy bien, ahora quiero que todos aplaudan con fuerza-

Tras decir eso, la joven de largos cabellos oscuros comenzó a aplaudir al compás de la pista sonora mientras movía ligeramente las caderas y el público se limitaba a acompañarla a medida que avanzaba la música. La banda continuó tocando con precisión, Bonnie también aplaudió junto al público aunque con un poco más de timidez.

(U-u, shalala)

(U-u, shalala)

(U-u lu)

El momento se convirtió en un espectáculo inolvidable. La energía que Marceline transmitía desde el escenario parecía conectar a todos, incluidos aquellos que apenas conocían la banda. A medida que la canción se acercaba a su final, Marceline movió su bajo al ritmo de las últimas notas, cerrando con un golpe sonoro que dejó al público gritando y aplaudiendo con fervor.

La joven miró una vez más hacia el público, Bonnie seguía entre la multitud. Por un instante, sus ojos se cruzaron de nuevo, y aunque el momento fue fugaz, Marceline no pudo evitar sentir una punzada de emoción mezclada con nostalgia.

-Gracias, ¡gracias a todos!-dijo al micrófono inclinándose junto con su banda mientras los aplausos seguían.

El presentador volvió al escenario mientras Marceline y su banda comenzaban a retirarse hacia el backstage, dejando tras de sí una atmósfera vibrante y expectante por lo que vendría después.

Bonnibel permaneció de pie entre la multitud, observando cómo Marceline se movía por el escenario con naturalidad, despidiéndose del público con una sonrisa amplia y genuina. Los aplausos resonaron apenas las luces del escenario comenzaron a apagarse poco a poco, marcando el final de su presentación. En el pecho de Bonnie se entremezclaban emociones que no lograba descifrar del todo, cada palabra de aquella canción había calado profundamente en ella despertando recuerdos que creía enterrados y sentimientos que no se había permitido analizar en mucho tiempo.

Observó a Marceline desaparecer entre las sombras del backstage y por un instante, pensó que quizás era mejor dejarlo pasar. No decir nada. Pero algo más fuerte dentro de ella la impulsó a moverse.

Con pasos decididos, Bonnibel comenzó a abrirse camino entre la multitud, dirigiéndose hacia la zona lateral del escenario. Sus manos temblaban ligeramente, y el corazón le latía con fuerza, a medida que se acercaba al backstage, los sonidos del festival se mezclaban con los ecos de las palabras de Marceline:

"Seré inmortal, porque yo soy tu destino."

La frase retumbaba en su cabeza, una y otra vez. Las palabras no solo eran hermosas, sino que parecían dirigidas a alguien muy específico. Bonnibel no podía evitar preguntarse si ese "alguien" era ella.

Aunque sabía que su relación con Marceline había terminado hace tiempo y no de la mejor manera, escuchar esos sentimientos plasmados en una canción hizo que algo se suavizara dentro de ella. No esperaba que esa canción significara una reconciliación inmediata, pero quizá podía ser el primer paso para intentar recuperar una amistad que había creído perdida para siempre.

Por otro lado, Fern había decidido alejarse un momento del grupo para ir a explorar el resto de la feria, debido a que por estar ocupados con las pruebas de sonido no tuvo tiempo de escaparse para recorrer todo lo que el evento tenía para ofrecer. Camino entre los puestos, intentando esquivar a la gente que iba y venía, y se encontró frente a una tienda decorada con luces suaves y telas de colores vivos. Un letrero desgastado anunciaba:

"Lectura de manos por Madame Circe"

Intrigado, el rubio con las puntas teñidas de verde se detuvo frente a la entrada de la tienda, dentro una figura conocida acomodaba cartas y cristales en una pequeña mesa. Su cabello teñido de verde brillante con algunas hojas como decoración caía en ondas sobre sus hombros por debajo de la capucha de su capa color azul eléctrico mientras los anillos de los dedos de su mano derecha brillaban bajo la luz tenue.

-Tú…-dijo Fern dando un paso hacia adelante-te conozco-

La chica levantó su mirada, sus ojos ambarinos se encontraron con los verdes de Fern. Por un momento pareció confundida, pero luego su expresión se endureció.

-No creo que eso sea posible-dijo ella con su voz calmada pero distante. Fern cruzó los brazos inclinándose ligeramente hacia adelante.

-Te vi hace unas semanas en una fiesta, estabas muy cerca de Finn.

Ella parpadeó, relajando su postura un poco.

-Oh, sí. Ya lo recuerdo ¿y qué? ¿Vas a hacerme algo por eso?-preguntó la chica con una ligera sonrisa desafiante.

-No, claro que no-respondió Fern alzando la mano para tranquilizarla-sólo me llamó la atención verte aquí ¿en serio eres una quiromántica o solo haces esto por diversión?-

Ella lo observó por un momento como evaluándolo antes de sonreír con algo de ironía.

-Es un poco de ambas cosas. Pero funciona para ganar algo de dinero en eventos como este-respondió con simpleza sin dejar de lado su sonrisa irónica. Fern asintió, metiendo las manos en los bolsillos.

-Entonces-el chico rubio con puntas teñidas de verde titubeó un poco antes de hablar-¿qué dices? ¿puedes leerme la mano?-

Ella arqueó una ceja, sorprendida por la petición.

-¿De verdad quieres saber cuál es tu destino?

-Sí, por supuesto-respondió Fern, mirando la silla frente a ella-quiero saber qué cambios importantes habrá en mi vida. Qué me depara el futuro-

La chica se inclinó hacia adelante apoyando los codos sobre la mesa.

-De acuerdo. Toma asiento-le indicó ella-pero no te quejes si luego no te gusta lo que escuchas-Fern se acomodó en la silla, extendiendo su mano hacia ella. La chica la tomó con delicadeza, sus dedos fríos pero firmes. Por un momento, el bullicio del festival pareció desvanecerse, y Fern se encontró fijando la mirada en los ojos profundos de la quiromántica mientras trazaba las líneas en su palma-¿sabes?… tienes una energía extraña-añadió después de un rato, su voz suave pero seria-tu línea de vida está marcada por cambios abruptos, como si estuvieras destinado a adaptarte a nuevas circunstancias constantemente-

Fern frunció el ceño.

-¿Y eso es malo?

-No necesariamente. Pero también veo algo interesante aquí-continuó ella señalando otra línea en su palma-vas a encontrar a alguien que cambiará la forma en la que ves el mundo. Podría ser para bien… o para mal-

Él la miró con curiosidad.

-¿"Alguien"? ¿eso es todo?

Ella soltó su mano y se encogió de hombros.

-Las líneas cuentan una historia, pero no siempre muestran los detalles. Lo demás depende de ti.

-Gracias- Fern sonrió levemente impresionado por la seriedad con la que ella hablaba mientras se levantaba de la silla-supongo que eso es algo en lo que pensar-

La chica le devolvió la sonrisa, algo más relajada ahora.

-Yo diría que ya lo estás haciendo.

Fern se levantó, pero antes de irse, se detuvo en la entrada de la tienda.

-Espera un momento. Antes de que me vaya, quiero saber algo ¿tu nombre es Circe?

Ella arqueó una ceja y negó con la cabeza, sonriendo levemente.

-No. Ese es solo un pseudónimo que uso para estos eventos-le respondió-mi verdadero nombre es Tess-

-Tess…-repitió Fern, como probando el nombre en su boca-es un buen nombre-

-Gracias-dijo ella con un pequeño encogimiento de hombros-¿y tú?-

-Fern-respondió él dándole una última mirada antes de salir. Mientras volvía al bullicio del festival, no pudo evitar reflexionar sobre lo que había escuchado y la extraña sensación que le dejó su encuentro con Tess, preguntándose si esas palabras enigmáticas realmente tendrían algún significado en su vida.

Bonnibel llegó a una cortina negra que separaba el área del público y la zona donde las bandas se reunían tras sus presentaciones. Respiró hondo y se abrió paso hacia el backstage con sus pensamientos cada vez más claros, no estaba buscando recuperar lo que habían sido, pero tal vez, la canción que Marceline le dedicó era una señal, un progreso, la razón de que podían encontrar la manera de al menos volver a ser amigas.

Cuando llego al área del backstage un guardia se interpuso en su camino. Bonnibel le explicó con firmeza que ella conocía a una de las integrantes de "Marceline & The Scream Queens" y que necesitaba hablar con ella. Tras un momento de duda, el guardia cedió y la dejó pasar. El murmullo del lugar era constante mezclado con las risas de las demás bandas y sus organizadores, desde su posición, Bonnie divisó a Marceline junto a su grupo con su bajo apoyado sobre una mesa, reía, aparentemente relajada tras su presentación, pero la mujer de cabello rosa notó algo en sus gestos: una especie de vulnerabilidad que parecía estar reservada únicamente para aquellos que la conocían bien.

Tomó aire y se acercó, esforzándose por mantener la compostura.

-Marceline-su voz salió clara pero calmada. La mencionada giró la cabeza, su sonrisa menguando levemente al reconocerla, sus ojos se encontraron y por un momento parecía que las palabras no hacían falta.

-Bonnie-dijo Marceline dejando a un lado lo que estaba haciendo-¿qué estás haciendo aquí?-

-Bueno, al final acepté tu invitación y vine al festival porque quería distraerme un poco y… porque quería verte tocar-admitió la mujer con sinceridad sintiendo el color rosa teñir sus mejillas.

La joven de largo cabello oscuro arqueó una ceja cruzándose de brazos. Su actitud habitual, confiada y un tanto desafiante parecía salir de nueva cuenta a la luz.

-¿Y? ¿Qué te pareció?-preguntó con una sonrisa leve, aunque en sus ojos había algo más, como si buscara una aprobación que no estaba acostumbrada a pedir.

-La canción... fue hermosa, muy personal, me conmovió y mucho-Bonnibel no pudo evitar sonreír pero esta vez lo hizo de manera más contenida. Hizo una pausa viendo a Marceline directo a los ojos-lo que dijiste en la letra de la canción ¿lo decías en serio?-

Marceline bajó la mirada por un momento, jugueteando con un brazalete en una de sus muñecas.

-Cada palabra-confesó en voz baja antes de volver a elevar la mirada para encontrarse con la de Bonnie-pero sé que eso no cambiará nada, no esperaba a que lo hiciera-

La mujer de cabello rosa asintió lentamente, organizando sus pensamientos mientras hablaba.

-Tienes razón. La canción no cambia nada y puede que no nos ayude a recuperar lo que teníamos pero… quizás sea un nuevo comienzo, para nosotras-habló Bonnie quien sonrió con más confianza-aunque sea me gustaría recuperar algo de eso que tuvimos, que seamos amigas-

La sorpresa en el rostro de Marceline fue evidente, pero rápidamente se transformó en una sonrisa cálida. Asintió, relajando los hombros como si una carga invisible hubiera desaparecido.

-Me parece un buen trato, Bonnie. Ser amigas suena bastante bien.

Ambas quedaron en silencio por un momento, el bullicio del festival llenaba el espacio entre ellas. De repente, los gritos del público se hicieron más fuertes, coreando el nombre de la banda.

-Parece que están pidiendo por más-comentó Bonnibel con una leve sonrisa.

Marceline rió y tomó su bajo, lanzándole una última mirada antes de regresar con su grupo.

-Esto no termina aquí ¿eh?-dijo con un guiño antes de desaparecer hacia el escenario.

Una vez bajo los reflectores, Marceline comenzó a tocar. Al llegar al coro de la canción, se quitó la camiseta promocional de su banda y la arrojó al público con un gesto desenfadado. Para su sorpresa, terminó en manos de Bonnibel, quien la atrapó de forma inesperada. La mujer de cabello rosa bajó la mirada, intentando esconder el sonrojo que teñía su rostro mientras el resto del público aplaudía y vitoreaba.

Desde el escenario, Marceline soltó una risa traviesa al notar lo ocurrido antes de seguir cantando con energía renovada.

El show continuó por unos minutos más, pero transcurrido ese tiempo tuvo que terminar. Mientras algunas personas del público comenzaban a dispersarse para seguir disfrutando del resto de las actividades del festival, Finn caminaba entre la multitud buscando a cierta chica de cabello rojo cobrizo con la mirada. Su voz resonaba entre todo el bullicio.

-¡Phoebe! ¿Dónde estás?-preguntó en voz alta intentando localizarla.

De pronto alcanzó a verla cerca de uno de los puestos laterales, hablando con un chico. Éste llevaba una bolsa de color caramelo en la espalda, dentro de la bolsa sobresalía uno de esos trajes aterciopelados deportivos como para hacer ejercicio, Finn se detuvo en seco al ver como aquel chico sonreía y felicitaba a Phoebe.

-Lo hiciste muy bien allá arriba. De verdad, estoy muy orgulloso de ti, mi princesa-dijo el joven antes de inclinarse y darle un beso en la mejilla.

Phoebe, con las mejillas encendidas, se rió suavemente mientras Finn los observaba desde unos metros de distancia. La escena lo dejó completamente confundido pero no dudó en acercarse a ellos.

-Phoebe-dijo Finn con firmeza interrumpiendo el momento. Ella desvió la mirada al ver a su amigo no muy lejos de donde estaba.

-¡Finn!-exclamó la chica quien le hizo una seña al chico que estaba con ella de que la esperara, fue corriendo hacia el adolescente, se abalanzó hacia él en un fuerte abrazo-¿qué te pareció el concierto?-preguntó con una amplia sonrisa mientras se separaba.

Finn le correspondió el gesto aunque seguía un poco impactado por lo que acababa de ver hace unos segundos.

-Estuvo genial. Tú… realmente te luciste ahí arriba-respondió con sinceridad, luego volvió su mirada hacia el chico de pie a unos pocos centímetros en donde ambos amigos estaban, sus cejas se fruncieron ligeramente-¿y quién es él?-

Phoebe notó la mirada de su amigo y sonrió, colocándose al lado del chico mientras se aferraba a su brazo.

-Oh, claro. Finn, él es Dee. Pero prefiere que lo llamen por su nombre artístico: C.B-respondió con una mezcla de orgullo y dulzura-y es mi novio-

Aquellas palabras cayeron como balde de agua fría sobre Finn, quien parpadeó varias veces intentando de procesar lo que acababa de oír. Salió de su trance al ver que C.B extendió una mano hacia él con una sonrisa relajada.

-Un gusto conocerte por fin, Finn-lo saludó aquel chico de complexión robusta riéndose ligeramente de su propio chiste-Phoebe me ha hablado mucho de ti-

Finn aún aturdido estrechó su mano por reflejo.

-Igualmente…-murmuró sin saber qué más decir. Su mirada alternaba entre Phoebe y C.B., intentando ocultar su desconcierto mientras el ruido del festival continuaba a su alrededor.

Phoebe observó la hora en su teléfono con cierta urgencia y luego se volteó hacia C.B, quien estaba terminando de ajustar la correa de su bolsa.

-Oye, C.B. en diez minutos tenemos nuestra presentación en el segundo escenario-le recordó dándole un suave golpe en el brazo para llamar su atención.

C.B sonrió con calma, como si el tiempo no fuera un problema para él.

-Lo sé, lo sé, Phoebs. Relájate, aún tenemos tiempo-respondió mientras sacaba una botella de agua de su bolsa y le daba un sorbo.

Phoebe lo observó con una mezcla de exasperación y cariño a la vez.

-Siempre dices eso, y luego terminamos corriendo al último segundo-replicó ella cruzándose de brazos. Él se rió y se inclinó hacia la chica dándole un beso rápido en la mejilla.

-Tranquila ¿sí? esta vez estoy preparado, ahora vámonos antes de que sigas regañándome.

Phoebe sonrió a regañadientes dejándose llevar por su energía despreocupada. Ambos comenzaron a caminar hacia el backstage del segundo escenario charlando animadamente mientras se abrían paso entre la multitud. Finn, que había estado observándolos desde lejos, decidió seguirlos sin saber exactamente por qué.

Desde su posición, el chico rubio pudo ver como Phoebe y C.B. hablaban en voz baja, probablemente repasando los últimos detalles de su actuación. Notó que Phoebe lucía emocionada, con un brillo en los ojos que rara vez había visto en ella. Por otro lado, C.B. parecía relajado, como si actuar frente a una multitud fuera algo completamente natural para él.

Al llegar al backstage, Phoebe abrió la bolsa de su novio, le entregó su ropa al tiempo que ella se quitaba la camiseta de la banda de Marceline, comenzaba a acomodar rápidamente su cabello e intercambiaba algunas de las ropas que uso en la presentación por algo más cómodo y con mejor movilidad. Mientras tanto, C.B. se cambió también con movimientos despreocupados, poniéndose un conjunto más ligero y adecuado para la coreografía que tenían planeada.

Finn, todavía oculto entre la multitud cercana al área del backstage, observó la escena con creciente incomodidad. Ver a Phoebe tan integrada y conectada con alguien más hacía que un extraño nudo se formara en su pecho.

Mientras ajustaban los últimos detalles de su vestimenta, Phoebe y C.B. intercambiaron unas palabras, seguidas por una breve risa compartida. Luego, la chica de cabello rojo cobrizo le dio un rápido abrazo, como si ese gesto encapsulara tanto apoyo como emoción.

-¿Listo para esto?-preguntó a su novio con una sonrisa desafiante.

-Siempre estoy listo, nena-respondió C.B con una sonrisa confiada, acomodando su gorra antes de tomar su lugar junto a ella.

Finn observó cómo ambos subían al escenario mientras la música comenzaba a sonar y en la pantalla grande en el escenario aparecía tanto el temporizador como algo de estática, al tiempo que la música resonaba por los estéreos instalados al costado del escenario.

[Letra "My Humps"]

[Intro: C.B & Phoebe]

What you gon' do with all that junk

All that junk inside your trunk?

I'ma get-get-get-get you drunk

Get you love drunk off my hump

My hump, my hump

My hump, my hump, my hump

My hump, my hump, my hump

My lovely little lumps, check it out!

El público estalló en aplausos y gritos al verlos empezar su coreografía perfectamente sincronizada.

[Verso 1: Phoebe]

I drive these brothers crazy, I do it on the daily

They treat me really nicely, they buy me all these iceys

Dolce & Gabbana, Fendi and then Donna

Karan, they be sharing all their money

Got me wearin' fly, but I ain't asking

They say they love my ass in Seven Jeans, True Religion

I say, "no," but they keep giving…

La música resonaba desde el escenario mientras Phoebe y De ese movían al ritmo de la vibrante canción, las luces giraban en patrones caleidoscópicos sobre el público quienes respondían con más gritos y aplausos, Finn estaba absorto en la presentación, observando como Phoebe se movía con una energía contagiosa que hacía brillar al escenario; no obstante, había algo allí que por alguna razón lo hizo sentir incómodo. Era una sensación sutil al principio, como un ligero cosquilleo en la nuca, la extraña impresión de que alguien lo estaba observando, Finn decidió ignorar aquello por el momento, enfocándose nuevamente en la coreografía de Phoebe pero entonces lo escuchó: risas apagadas, breves, apenas audibles pero estaban dirigidas hacia su persona.

Giró la cabeza hacia la multitud detrás de él intentando descifrar de dónde venían las risas. No vio nada fuera de lo normal: un grupo de amigos hablando cerca de un food truck, una pareja riendo mientras jugaban con barras de luces químicas.

-Es solo mi imaginación-pensó, pero cuando volvió su mirada hacia el escenario, notó una figura moviéndose entre el público, demasiado rápido como para poder identificar quién era.

Finn sintió su estómago encogerse, la incomodidad era una punzada constante. Decidió que lo mejor era alejarse un poco, buscar un lugar más tranquilo, quizás si se movía entre los puestos podría calmarse. A medida que caminaba, echó un vistazo al escenario, vio a Phoebe sonriendo mientras realizaba una vuelta acrobática y por un momento, sintió paz.

Pero esa paz se desvaneció rápidamente.

Un abrazo por el hombro sobresaltó a Finn, quien al percatarse de quien provenía aquel gesto, sintió el vello de su nuca erizarse de terror.

Aquel gesto marcaba el comienzo de su pesadilla.

La pesadilla que odiaba con todas sus fuerzas.

Un grupo de figuras emergió entre las sombras de los puestos. Mark lideraba el grupo, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Jamaica y Toughy estaban justo detrás, intercambiando miradas cómplices, mientras Blombo se mantenía al final observando a Finn como un gato que acecha a su presa.

-¡Hey, Finn!-saludó Mark con un tono exageradamente animado-¡hace rato que no "hablamos", amigo!-añadió sin deshacer su abrazo amistoso en el hombro mientras se lo llevaba caminando, lo había observado alejarse del escenario hacía un par de minutos, era el momento perfecto para ejecutar lo que tanto había esperado.

Los "amigos" de Mark los rodearon mientras caminaban pero ahora se dirigían a una zona mucho más apartada y desprovista de gente.

Pude sentir cómo un sudor frío recorría mi espalda. Intenté mantener la calma, a pesar de que mis manos temblaban ligeramente.

-No… no pasa nada. Solo quería tomar algo de aire fresco-respondió, su voz apenas se quebró. Jamaica soltó una risa leve, casi burlesca.

-Oh, sí, claro. Estos sitios pueden ser muy abrumadores ¿no es así?-preguntó-acompáñanos, te llevaremos a un lugar más tranquilo-

Finn intentó escapar pero Toughy de nuevo le bloqueó el paso.

-No te preocupes, viejo. Nosotros cuidamos de nuestro amigo, Finn-añadió Blombo con un tono de voz ligero, pero con una amenaza latente.

El corazón de Finn latía con fuerza mientras miraba a su alrededor. Nadie más estaba cerca, y los bullies se aseguraban de mantener un aire de falsa camaradería, lo suficiente como para que cualquier observador casual no sospechara nada.

-De verdad estoy bien-dijo el chico rubio intentando dar otro paso atrás solo para volver a ser empujado bruscamente por Toughy-ya déjenme ir, Phoebe estará preocupada si no me ve cerca del escenario-

-¡Oh, vamos, hombre! ¿Qué acaso no nos extrañabas o qué? me estoy ofendiendo con tu maltrato-comentó Mark con un tono de falsa tristeza, el resto del grupo tan sólo se rió de aquella situación, Finn se veía tan pequeño al lado de Mark, quien podía ser casi tan alto como él e incluso mucho más fuerte que Fern. Finn tragó saliva, sintiendo que el pánico lo invadía. No había forma de salir de esta situación, al menos no sin empeorar las cosas. Conforme lo acorralaban, Mark deshizo el "amistoso abrazo" apenas se aseguró de que estuvieran lo suficientemente alejados, debía cuidarse de lo que le haría al chico junto a él, no podían meterse en más problemas de los que ya tenían, no estaban en los terrenos de la escuela, eso se lo hizo también recordar a Finn mientras sujetaba su muñeca con fuerza, el resto de los bullies por otra parte intentaba encubrir lo que sea que estuviera por pasar mientras todos se dirigían a la parte trasera de unos cuantos puestos. Las luces del festival parecían volverse más lejanas, y Finn, aislado y sin aliados cerca, sabía que estaba completamente solo. Mark soltó la muñeca del adolescente quien por un momento pensó que solo le darían una advertencia y que saldría ileso de allí. Pero estaba muy equivocado-Toughy, Jamaica, vigilen que ningún chismoso se meta en donde no le concierne-exclamó mientras sus ojos regresaban a Finn tal como si éste fuera otro más de sus "juguetes".

El rubio temblaba aterrado, las lágrimas de sus ojos comenzaban a resbalarse despacio por sus mejillas mientras rogaba mentalmente que alguna fuerza externa apareciera para ayudarlo.

Se sentía desolado, confundido ¿por qué? ¿por qué siempre le pasaban estas cosas a él? ¿por qué siempre tenían que meterse con él?

Toughy y Jamaica asintieron con una sonrisa maliciosa, posicionándose cerca de los extremos del estrecho pasillo que se formaba entre los puestos. Blombo, por su parte, observaba en silencio, cruzando los brazos con aire de superioridad. Mark dio un paso al frente, inclinándose ligeramente hacia Finn, quien no podía evitar retroceder hasta que su espalda tocó una pared de madera.

-¿Porqué esa cara, Finn?-se burló Mark con una sonrisa torcida-¿acaso no entiendes lo importante que eres para nosotros?-

Finn intentó hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta. Su respiración era errática y las lágrimas seguían cayendo mientras sus manos se apretaban en puños temblorosos.

-Por favor, déjenme ir…-logró murmurar con la voz quebrada-yo… no les hice nada-

Mark soltó una carcajada seca y miro por encima de su hombro hacia sus compañeros, como si la súplica de Finn fuera la cosa más patética que hubiera escuchado.

-¿"Nada"?-repitió fingiendo sorpresa-¿oyeron eso, chicos? ¡El pobre Finn cree que no ha hecho nada!-

-¡Pobre Finn!-se burló Jamaica desde su puesto de vigilancia seguido de una carcajada burlona de parte de Toughy.

Mark volvió a centrar su atención en Finn, su rostro se endureció y se puso serio.

-Mira, esto no es nada personal ¿sabes? es solo que… bueno, alguien tiene que recordarte tu lugar. Y hoy nos toca a nosotros-pronunció Mark amenazante observando la expresión del chico frente a él, verlo tan débil, sollozando y sin hacer nada por protegerse le resultaba poco varonil y desagradable.

Con un movimiento rápido, Mark empujó a Finn contra la pared, atrapándolo con un brazo contra su pecho. Finn forcejeó, tratando de liberarse, pero la fuerza de Mark lo superaba con creces.

-¡DÉJENME EN PAZ!-gritó Finn, solo bastó aquella exclamación para recibir el primer golpe que hizo que Mark lo soltara y lo dejara caer al suelo, Blombo lo había golpeado justo en el estómago.

Sentí cómo el aire se me escapaba del cuerpo, intenté recomponerme, ponerme aunque sea de rodillas pero era imposible. No podía con aquel dolor tan inmenso, no solo el físico pero también emocional.

Mark observó a Blombo con una mezcla de irritación y aprobación, como si no estuviera del todo seguro de si debía reprenderlo o felicitarlo por tomar la iniciativa.

-Blombo, relájate-dijo finalmente, con un tono más burlón que serio-no queremos que se muera... aún-

Los demás soltaron una risa maliciosa, mientras Finn permanecía en el suelo, jadeando en busca de aire. Su mente estaba nublada por el dolor, pero aún podía escuchar sus risas, sentir sus miradas sobre él, como cuchillas atravesando su ya fracturado espíritu.

-¿Por qué yo?-pensó Finn con los ojos llenos de lágrimas, una pregunta que nunca parecía tener respuesta.

Mark lo sujetó con más fuerza, y su rostro se acercó al de Finn, sus ojos llenos de una mezcla de burla y crueldad.

-Tranquilo, Finn. Nadie vendrá a salvarte-Finn cerró los ojos con fuerza, intentando bloquear el miedo que lo invadía. Mark lleno de la furia que tenía reservada para con él, no se conformó con solo sujetar el rostro de Finn quien sollozaba de dolor para propinarle un puñetazo en éste.

Al encontrarse aquel golpe con el rostro del adolescente, lo hizo sentir cada uno de sus nervios contraerse hasta hacerlo sentir el dolor más horrible hasta el momento: sintió algo cálido y espeso brotar de su labio inferior, y solo ahí pudo darse cuenta de que el imbécil de Mark le había roto el labio haciéndolo sangrar. No lo soportó más y cayó al suelo dando sollozos incontrolables. El frío del suelo contrastaba con la ardiente sensación de su rostro, especialmente donde el puño de Mark había impactado.

Mark lo miró desde arriba, con una expresión de victoria retorcida.

-¿Qué pasó, Finn? ¿dónde está toda esa valentía que dicen que tienes?-se burló mientras flexionaba los dedos, como si se estuviera preparando para un nuevo golpe.

Blombo y Toughy observaban desde las sombras, riéndose entre dientes, mientras Jamaica hacía guardia al final del pasillo. Para ellos, esto era solo un juego, pero para Finn, era un infierno. El rubio intentó incorporarse, sus manos temblorosas luchaban por encontrar apoyo en el suelo pero su cuerpo estaba agotado, el dolor en su rostro y en su estómago lo mantenía paralizado.

-Por favor...-murmuró, su voz quebrada por el miedo y el dolor-déjame ir...-

Mark se arrodilló junto a él, tomándolo por el cuello de su abrigo y levantándolo ligeramente para que sus miradas se encontraran.

-¿"Déjarte ir"?-repitió con una sonrisa siniestra-¿y perderme la diversión? no me hagas reír, Mertens-

Antes de que pudiera hacer algo más, Jamaica interrumpió desde su puesto de vigilancia.

-Oigan, creo que alguien se acerca.

Mark frunció el ceño, su diversión se vio claramente interrumpida. Miro a sus compañeros y soltó a Finn bruscamente, dejándolo caer de nuevo al suelo.

-Maldita sea...-gruñó mirando al rubio por última vez antes de incorporarse-escúchame bien, Finn. Por ahora te dejare en paz pero esto no ha terminado. No pienses ni por un segundo que estás a salvo, tengo ojos en todas partes-

Con un gesto rápido, señaló a Blombo y Toughy para que lo siguieran, y el grupo se dispersó en la oscuridad, desapareciendo entre los puestos y las sombras del festival. Finn quedó allí, acurrucado en el suelo, temblando y con la respiración entrecortada. El eco de los pasos de sus atacantes se desvaneció, pero el miedo y la humillación seguían presentes, aplastándolo.

Intentó moverse, pero su cuerpo no respondía. El dolor era demasiado, tanto físico como emocional. Solo podía cerrar los ojos y desear que todo fuera un mal sueño.

Fue entonces cuando escuchó una voz, suave y preocupada, acercándose rápidamente hacia donde él estaba.

La multitud estalló en aplausos apenas Phoebe terminó con su presentación, la energía del festival alcanzó su punto más álgido; no obstante, mientras los gritos y la euforia continuaban, y las luces del escenario se apagaban, la chica de cabello rojo cobrizo se apartó por un momento de su novio para buscar a alguien entre el público con la mirada.

-¿Dónde estará Finn?-murmuró para sí misma frunciendo el ceño. Sabía que él le había dicho que trataría de estar cerca del escenario pero no lo veía por ningún lado. La chica se mordió las uñas de forma nerviosa, un hábito que había adquirido desde niña aunque no lo hacía con tanta frecuencia. Dee, quien acababa de unirse a ella tras la presentación, notó su ansiedad y no tardó en reprenderla.

-Phoebe ¿otra vez con eso?-dijo mientras tomaba su mano suavemente para apartarla de su boca-te lo he dicho mil veces, no es sano-

-Lo siento-respondió ella en un tono distraído retirando su mano y volviendo a escanear el área. Su inquietud no disminuía y los ruidos de fondo parecían no importarle.

En ese momento, Fern apareció corriendo entre la multitud, su respiración entrecortada y su expresión llena de urgencia.

-¡Phoebe! ¿has visto a Finn?-preguntó deteniéndose frente a ella.

Phoebe negó con la cabeza, lo que hizo que su preocupación se incrementara.

-Estaba aquí hace un rato, entre el público. Lo vi antes de subir al escenario, pero... ahora no está.

Fern se pasó una mano por el cabello visiblemente frustrado.

-Necesito encontrarlo. Hay algo que solo a él puedo decirle-explicó con un tono de seriedad que la chica de cabello rojo cobrizo no supo interpretar del todo.

-Si no aparece en unos minutos, buscaré mi teléfono para llamar a Minerva-decidió Phoebe cruzándose de brazos y mirando hacia los alrededores, como si el chico rubio fuera a salir de entre la multitud en cualquier momento. Fern se tensó al escuchar eso.

-No creo que sea buena idea preocupar a su mamá por nada. Además, podría ser algo simple. Tal vez Finn solo se perdió tratando de volver aquí.

-¿Y qué propones entonces?-preguntó Phoebe reflejando una mezcla de preocupación e impaciencia.

-Vamos a buscarlo-propuso Fern, señalando hacia el laberinto de puestos iluminados por las luces del festival-si se perdió, no debe estar muy lejos. Podemos encontrarlo antes de que sea necesario alertar a nadie-

Phoebe dudó por un instante, pero finalmente accedió.

-Está bien. Vámonos ahora.

Sin decir más ambos comenzaron a caminar a paso rápido dejando atrás el bullicio del escenario. La preocupación en sus rostros era evidente, aunque ninguno lo quería admitir en voz alta, ambos compartían el mismo temor: algo pudo haberle pasado a Finn.

Phoebe y Fern avanzaron rápidamente entre los puestos iluminados del festival. La música y risas de los presentes contrastaban fuertemente con la tensión que sentían mientras buscaban al rubio. Dee decidió acompañarlos tras notar la inquietud de su novia.

-¿Estás segura de que no pudo haberse ido solo?-preguntó Dee mientras buscaba a su alrededor con la mirada.

-No lo creo. Finn no haría algo así sin avisarme primero-respondió Phoebe con firmeza presionando los labios.

Fern caminaba un poco más adelante, con los ojos atentos a cada rincón. Sentía un peso en el pecho que no podía ignorar, como si algo estuviera terriblemente mal.

-Voy a revisar por allá, chicos-dijo el chico rubio con las puntas teñidas de verde señalando hacia una zona menos transitada que conectaba con el estacionamiento del festival. Phoebe lo siguió de cerca mientras De ese quedaba unos pasos más atrás, aun desconfiando de la urgencia de la situación. El estacionamiento estaba parcialmente iluminado por faroles altos y las luces dispersas de los automóviles, la música del festival apenas llegaba hasta allí dejando el lugar en un extraño y tenso silencio. Fue entonces cuando un sonido bajo, apenas perceptible, captó la atención de Fern-¿escucharon eso?-preguntó, deteniéndose en seco. Phoebe frunció el ceño agudizando el oído, al principio no escuchó nada pero luego un leve quejido rompió el silencio-¡por ahí!-exclamó corriendo hacia el origen del sonido, la chica de cabello rojo cobrizo lo siguió rápidamente con el corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho.

Cuando llegaron al lugar, el panorama los dejó congelados por un momento: allí, tendido en el frío asfalto, estaba Finn, recostado de lado con una mano sujetándose el abdomen y la otra tratando de limpiar la sangre que brotaba de su labio roto. Su cabello desordenado estaba pegado a su rostro, y su respiración era entrecortada, marcada por el dolor.

-¡FINN!-gritó Phoebe, el chico rubio reaccionó apenas al escuchar la voz de su amiga. La chica sin detenerse a pensarlo corrió hacia él, se arrodilló a su lado, tocando suavemente su rostro hinchado y sangrante. Su voz temblaba mientras limpiaba las lágrimas del rostro del chico con sus pulgares-¡por dios, Finn! ¡¿qué te sucedió?! ¡¿qué te hicieron?!-