Atención Este capítulo contiene escenas eróticas con contenido sexual. Leer bajo su propia responsabilidad.
Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
"Un tiempo para nosotros, algún día existirá, cuando las cadenas se rompan por el coraje nacido de un amor libre. Un tiempo en el que los sueños, negados durante tanto tiempo puedan florecer a medida que revelemos el amor que ahora debemos ocultar.
Un tiempo para que por fin veamos una vida que valga la pena para ti y para mí. Y con nuestro amor a través de lágrimas y espinas perduraremos mientras pasamos por cada tormenta.
Un tiempo para nosotros, algún día habrá un mundo nuevo, un mundo de esperanza brillante para ti y para mí. Un tiempo para que por fin veamos una vida que valga la pena para ti y para mí.
Un tiempo para nosotros, algún día habrá un mundo nuevo, un mundo de esperanza brillante para ti y para mí… — A time for us, Andy Williams"
Respiró los aires de libertad que esa nueva oportunidad de vida le ofrecía, después de haber vivido tanto tiempo en cautiverio, verse ahora como un sujeto libre era algo así inaudito, era un sueño hecho realidad.
5 años, cinco malditos años, lo que significaba 60 meses ó 1825 días terrestres, ese fue el tiempo que lo mantuvieron cautivo dentro de la prisión espacial en lo que ese pequeño y miserable planeta llamado Tierra se había convertido.
1825 días, 43800 horas, 2628000 minutos de dolor, de tortura, de incertidumbre, eso fue lo que Vegeta vivió en ese frío y miserable lugar.
Urdir el plan y contribuir a derrotar al tirano lo habían llevado ahí, pues aunque aunque él no lo hizo sólo, si contribuyó a lastimar al tirano gravemente y eso permitió a que poco tiempo después sucedieran las cosas.
A su mente llegó el momento de la batalla donde casi llevó a cabo todos sus sueños antes de que todo se fuera al demonio:
"Ya había alcanzado la sala de operaciones donde Freezer se alojaba.
El tirano sonrió — ¡Vaya monito! Nunca creí realmente que algún día llegarías a ser tan tonto para morder mi mano, no cabe duda los simios como tú jamás tendrán demasiada inteligencia...—
Intentó seguir molestando al saiyan pero Vegeta tenía demasiado tiempo esperando ese momento, pelearon fuertemente, la clave como Bulma le había dicho tantas veces era no permitir que el tirano cambiara de forma, su momento más débil sería precisamente cuando intentaba hacer el cambio de fase.
Ella había estado espiando, escuchando a escondidas las pláticas que Freezer y su padre el rey Cold tenían cuando se enteró de ese crucial detalle.
Durante la batalla Freezer se percató de dos cosas: Vegeta era más fuerte de lo que le había mostrado antes y de alguna manera el simio estúpido había aprendido a leer su forma de pelea. Alguien dentro de su base lo estaba ayudando de eso no cabían dudas.
El tirano era inteligente y sabía que debía ser alguien de su equipo de científicos la cuestión era quién.
No tuvo demasiado tiempo para pensar cuando un rayo de ki lo alcanzó — ¡Maldito mono insolente!— Fue todo lo que dijo antes de aventarle un rayo de energía de su propio ki y comenzar a buscar el cambio de transformación, se había hartado de jugar con el simio y ahora quería acabarlo.
Ese era el momento que Vegeta había estado esperando; lanzó su propio ataque, no dando oportunidad a Freezer de transformarse — ¡Galick Ho!— Gritó con el alma.
El tirano no alcanzó a reaccionar pues el golpe demoledor le dió fuertemente en el pecho y cuando se dio cuenta estaba tirado en el suelo, una tos lo sacudió y el sabor metálico de su sangre era lo que sentía.
— Dí tus últimas palabras antes de que te mate..."
Vegeta cerró los ojos y apretó los puños al recordar esa parte de los eventos.
«Si tan sólo no hubiera sido tan idiota y lo hubiera matado en ese instante»
Suspiró cancinamente de nada servía seguirse lamentando, lo hecho, hecho estaba. Aun así su mente fue golpeada con el recuerdo nuevamente, como si dichas memorias fueran su propio purgatorio...
"— Espera Vegeta, ¡Argh! — escupió más sangre— has mejorado mucho, puedo ascenderte, tendrás mejor posición en mi ejército y olvidaré esta insubordinación...— Intentaba negociar el tirano.
El saiyan lo miró altaneramente — Es momento de que te vas al infierno maldito insecto— estaba por lanzar el rayo que mataría al tirano cuando la puerta se abrió.
Zarbon malherido lanzó su propio poder sobre Vegeta agarrándolo desprevenido. El golpe de ki casi le dio de lleno al peliflama, apenas tuvo tiempo de cubrirse y fue lanzado duramente contra la pared.
—Esos malditos monos dieron más pelea que la que pensé pero el resultado era previsible, los maté como a los animales rabiosos que eran. Una pena que hallan matado a Dodoria— escupió molesto en el suelo — le dije que dejara de jugar con los simios, ¡Maldito idiota confiado...!— Fue lo que decía Zarbon mientras se acercaba a Vegeta y lo pateaba fuertemente —"
No recordaba mucho después de eso, Zarbon no solo lo había atrapado sino que le había dado una paliza, y torturado.
Lo que más le afectaba era el hecho de que casi había estado a punto de lograrlo, jamás había rezado ni creído en divinidad alguna hasta ese momento en que perdió, fue en ese preciso instante en que por primera vez oró, pidiendo a cualquiera de los dioses que quisiera escuchar que lo ayudaran a que nadie conectara a Bulma con la rebelión...
Y a pesar de que Freezer ganó la batalla, había quedado tan malherido que el rey de la galaxia y la patrulla intergálactica aprovecharon el momento y decidieron atacar, juntando los ejércitos de varios planetas, aprovecharon el momento para dar el golpe final contra el tirano.
Le hicieron creer al rey Cold que le devolverían a su hijo, que ellos lo habían recatado de la rebelión gestada dentro de los soldados del propio tirano, pero todo fue una trampa, habían aprovechado y colocado dentro del cuerpo de freezer una bomba tan poderosa que destruiría un planeta entero.
Cuando lo entregaron a su padre y a su hermano Cooler, el emperador del mal se hallaba inconsciente. Fue una maniobra tan baja, tan poco digna de guerreros, pero las guerras no se ganan con dignidad sino con estrategia y todos sabían que en el caso de la poderosa familia de tiranos era mejor acabarlos en ese momento. La nave explotó matando a todos ellos en forma casi instantánea.
En poco tiempo habían acabado con la tiranía del rey Cold y su familia. Sin embargo eso no cambió la estancia de Vegeta en la prisión, seguía siendo de los seres más peligrosos y a la nueva administración no le gustaba dejar cabos sueltos, aprovecharon que él ya se hallaba en en ese sitio para convenientemente no tener que de lidiar con su existencia, desecharon así al príncipe saiyajin olvidándolo en ese miserable lugar.
Tuvo que esperar todo ese tiempo hasta que logró hacerse de contactos y por fin pudo escapar. Cuando finalmente pudo ver la luz del día de nuevo, todo había cambiado demasiado, pues del antiguo imperio no quedaba nada, sus bases estaban destrozadas y todos los registros perdidos.
Su único objetivo al escapar de esa prisión fue encontrarla a ella. Sin embargo en la información oficial aparecía que la peliazul había sido enviada junto a varios otro miembros de los científicos a la prisión, misma de la que no salió una vez que el tirano fue depuesto.
"Muerta por enfermedad desconocida", era lo que decía el reporte que contenía su nombre y una fotografía ya borrosa de la peliazul mujer.
Aún recordaba cómo cayó sobre sus propia rodillas al leerlo... Aun sin creer en el contenido se ese reporte, exigió saber donde se halla enterrada. Lo llevaron a la fosa común del satélite prisión donde ella había sido llevaba, sitio final donde su cuerpo había sido desechado junto con el resto de los demás prisioneros que fallecían, como si no valiera, como si no importara.
El príncipe saiyajin no supo que sentir en ese momento al mirar la tumba comunitaria donde todos los sueños e ilusiones que alguna vez llegó a siquiera atreverse a soñar habían sido sepultados juntos con ella...
Quiso llorar, quiso gritar, quiso explotar su poder y mostrar el dolor que lo embargaba pero nada de eso le devolvería a su mujer.
— Lo lamento Vegeta...— Fue lo que la voz de su informante e investigador dijo.
Por un momento quiso regresar y acabar con todos los malditos que lo traicionaron y lo dejaron hundido en ese miserable lugar y que habían permitido que su Bulma sufriera, quemar todo hasta las cenizas y comenzar su nuevo imperio, pero... Estaba cansado, harto de eso y quería comenzar de nuevo en otro lugar donde nadie lo conociera, crear su imperio si... pero no sobre la cenizas de lo que fue el imperio de Freezer, ni de lo que era ahora el consejo de guerra de las naciones que regulan esa galaxia ahora.
A su mente llegaron miles de instantes de ellos dos juntos "...Desde aquel primer beso que Vegeta le había dado a la peliazul mujer, las muestras de cariño a solas solo habían incrementado. Vegeta había recorrido con sus labios todo el cuerpo de la científica, conocía el sabor de sus labios y esa esencia femenina secreta, que se hallaba celosamente escondida entre sus piernas.
Deseaba hacerla completamente suya, solamente se había detenido de hacerlo porque ella le había dicho que la compatibilidad genética era demasiado alta así que la peliazul tuvo que someterse en forma clandestina a anticonceptivos.
No podía hacerlo en forma normal o Freezer se enteraría y temían que Zarbon aprovechara esa información a su favor, para intentar acostarse con ella.
Por fin el día había llegado, los amantes tenían su propia guarida secreta en donde en esos momentos retozaban juntos, — ¿Estas segura de esto mujer? Porque una vez que te haga mía, jamás te dejaré ir...— Con voz ronca decía el saiyan mientras temblaba de excitación, al ver el pálido y cremoso cuerpo femenino desnudo bajo el suyo.
Vio esos ojos de un increíble azul que le devolvían la mirada de amor, mientras Bulma agarraba con sus delicadas manos la cara del saiyajin mientras permanecía acostada debajo de él.
— No hay nada que desee más que ser tu mujer Vegeta.— sonrojada fue todo lo que alcanzó a decir antes de que el saiyan devorara su boca.
Vegeta deslizó sus manos tras la espalda de la peliazul, acariciando esa piel tersa, bajando sus caricias para deleitarse con los suaves glúteos, mientras se acomodaba entre esas asombrosas piernas núbiles que se abrían mostrando el esplendor femenino, esa flor rosada que se escondía entre ellas.
Su miembro se hallaba tan duro, tan deseoso de entrar en ella, que no necesitó más que alinearlo en la entrada para que encontrara el camino a casa.
¡Quién pensaría que el feroz y salvaje príncipe saiyajin podía ser tan amable y delicado con la científica en esa primera vez! Lentamente fue empujando mientras sus manos acariciaban la espalda femenina, sus caderas, sus piernas y un millón de besos la consumían, mientras él adoraba con la boca y sus manos ese precioso cuerpo.
Su miembro deseoso hizo el camino a casa y lentamente ingresó en ella, él ybebiéndose los gemidos que de esa boca pecaminosa salían, sorbió con ternura las lágrimas que de ella salieron al sentir esa gruesa longitud adentrarse en ella.
De todas las emociones y sensaciones que había alguna vez sentido ninguna se comparaba con lo que en ese momento: unirse en uno con su mujer, lo hizo sentir..."
El recuerdo se desvaneció y el vacío de saber que ella ya no estaba ahí y que nunca más estaría lo devastó. Sintió como si un golpe demoledor en la boca del estómago lo hubiera dejado sin aire, comenzó a sentir demasiada presión en su pecho al grado de sentir doloroso el intentar respirar. El dolor de saber que ella ya no estaba lo estaba desgarrando por dentro...
Mientras a su mente llegaban más y más recuerdos: ella, sonriéndole mientras componía la cámara de gravedad secreta que había echo para él; ella, regañándolo por exigirse tanto en el entrenamiento, o molesta porque Vegeta se peleaba con Dodoria y éste lo había vuelto a golpear excesivamente.
Ella, temerosa de que él decidiera participar en la conspiración contra el tirano, Ella... todo siempre lo llevaba a ella... y ahora su todo se había desvanecido...
Se tragó todo el dolor que sentía, lloraría su pérdida sin lágrimas. Aceptó las condolencias que él informante en ese momento le daba.
— No tiene importancia...— Dijo con la mayor indiferencia que pudo hallar en su voz— ¿Conseguiste lo que te pedí?— preguntó. No tenía un motor ni sueños que lo impulsaran ahora que ella ya no estaba, pero intentaría comenzar de nuevo... Por el recuerdo de la mujer que lo había llevado a ser mejor cada día.
¡Que ironía! El saiyajin por fin se había librado de todas las batallas, había logrado comenzar una nueva vida, había logrado todo cuanto se había propuesto, pero todo carecía de sentido y significado sin ella.
—"Debes pasar desapercibido"— fue lo que sugirió quién le consiguió sus nuevos documentos y que pudo establecerlo en una galaxia completamente distinta...
Y ¡Vaya que esa era su intención! Pasar completamente desapercibido, él de verdad quiso comportarse y no generar ningún problema.
Consiguió mezclarse con la gente y comenzó de nuevo, viviendo un día a la vez, buscando su nuevo comienzo, aunque casi siempre alguien lo desesperaba y terminaba haciendo un caos, que lo obligaba a comenzar de nuevo en algún otro lado, con una nueva identidad.
Había logrado casi con éxito esta vez mezclarse con la población, había ido a ese planeta por unas refacciones que solo encontraría en el mercado negro de ese sitio; no había comido nada desde el día anterior.
«¡Un buen filete y estaré satisfecho... por fin podré largarme de este basurero!»
Ya saboreaba las ganancias del rápido negocio que haría con todo lo que había comprado; pero todo se fue por la borda al escuchar aquella voz melodiosa que pertenecía a la mesera en turno que iba a atenderlo que se acercó a su coche espacial a tomar su orden.
— ¿Que vas a ordenar guapo?— Fue lo que esa seductora voz dijo.
«¡No puede ser esa voz! ¡E-es ella...!»
Los ojos del saiyan se abrieron con sorpresa y rápidamente volteó a mirar a la mujer que tomaba su orden misma que sonreía sin haberlo volteado a ver, y que iba vestida con un uniforme pegado blanco luciendo unas tontas antenas como accesorio, a pesar de lo terrible del atuendo de mesera que llevaba, ella se veía preciosa.
«¿Acaso estoy soñando? ¡NO! No puede ser ella... yo vi los registros... ella murió...» su mente disvarió al verla, entró en shock en ese instante.
Buscó su voz para intentar llamarla... su voz salió ronca... anhelante — Bulma...— la llamó por su nombre en un suave susurro como si tuviera miedo que con tan solo nombrarla se desvaneciera frente a sus ojos, como si ella fuera solo la imagen fantasmal de la mujer que había ansiado ver durante todos esos años y no una mujer de carne y hueso.
Ella abrió los ojos sorprendida al escuchar aquella voz, y miró impactada a quien le habló de forma tan suave.
Conocía al dueño de esa vibrante y masculina voz, había soñado con ella cada noche desde hacía 5 malditos años cuando su destino se selló y su intento de rebelión y huida del planeta freezer fracasó.
El sádico emperador a pesar de nunca poder demostrar quién de los científicos había sido el que ayudó a Vegeta, la había considerado a ella dentro de las principales sospechosas, Freezer decidió quebrar su voluntad con torturas psicológicas que hubieran enviado al manicomio al mejor de todos los científicos; y con ella casi lo logró cuando le dijo que había matado al saiyan, casi la había quebrado emocionalmente, cuando llevó como trofeo la cola del saiyajin, diciéndole que lo había matado y ese era todo recuerdo que ella tendría de aquel simio impertinente, ese hecho la desgarró por dentro, algo que el tirano no había logrado ni con las torturas y golpizas brutales a la que sometió a la peliazul mujer, aún así ella mantuvo la promesa que le había hecho al saiyan de no dejar ganar a Freezer, y mientras ella no aceptara su culpabilidad ese lagarto no le ganaría.
Pequeños destellos de aquellos oscuros días llegaron a ella, "...Mientras la mantenían encadenada a la pared con las manos levantadas, después de una ronda de salvajes golpes, la cara de la mujer se hallaba deformada por la hinchazón en sus ojos y boca, casi no odia ver debido a la inflación de sus ojos, toda su cara estaba amoratada.
— No seas obstinada Bulma, acepta ahora como lo hicieron tus otros compañeros, que tú también ayudaste a los simios tontos, si aceptas tu culpabilidad seré amable y no te mataremos...—
La mujer aún lastimada alzó la cara mientras sentía como los músculos de sus brazos le exigían no moverse demás, pues el dolor de mantenerse en la misma postura la hacía querer gritar, sus muñecas se hallaban más que en carne viva por sostener las manos arriba, además debido a que la mantenían así, todo el día había momentos cuando caía en la inconsciencia que todo su peso descansaba sobre sus adoloridos brazos; adicional estaban las brutales golpizas a las que había sido sometida, aún así miró a los ojos al tirano y con la voz entre cortada alcanzó a decir — N-no sé n-nada de esa reb-belion...—
Tantas veces lo dijo que el tirano harto la envió a la prisión, fastidiado de no romper su voluntad y hacerla suplicar como él deseaba..."
La mirada impactada de Bulma dejaba ver todas las emociones que en ese momento sentía.
—V-vegeta...—
El saiyan en cuanto la vio olvidó toma mesura prometida, todo intento de pasar desapercibido, no lo pensó más salió rápidamente de su convertible volador blanco y tomó a Bulma entre sus brazos, la besó con intensidad mientras ella abrumada lo veía como quien ve a un fantasma, como quien conoce a alguien que ha regresado de entre los muertos, seguían en shock, sin saber qué decir, intentando procesar la información.
Él no lo dudó más, era su Bulma, la volvió a besar apasionadamente para después juntar su frente con la de ella mientras cerraba sus ojos, e inhalaba el dulce olor de la fémina.
— Los registros decían que estabas muerta... te busqué, lo hice sin parar, tan pronto pude huir de prisión...— Acarició con suavidad el mentón delicado.
Ella lo miraba con ojos asombrados —M-me dijeron que habías muerto...—
Para él en ese momento todo estaba decidido, ahora que la había encontrado no la dejaría ir... ya tendrían tiempo de ponerse al día, lo importante era que ella estaba viva... que tenían una nueva oportunidad.
Le dio un último beso antes de echársela sobre el hombro con un movimiento fluido.
— ¿Que estás haciendo Vegeta?— dijo entre risas la peliazul.
— ¡Recuperando lo que es mío!— Fue todo lo que él dijo mientras la metía al coche volador descapotable.
— ¡Oye tú que demonios haces esa esclava me pertenece!— Un tipo mal encarado con aspecto parecido a un jabalí y enorme rugió mientras los veía a lo lejos y comenzaba a caminar rumbo a donde estaban.
Bulma suspiró, no quería hacerse ilusiones de nada, la vida solo había mostrado que era cruel y no soportaría tener esperanza de nuevo para después darse cuenta que todo era una ilusión.
Sobre todo al escuchar al imbécil ese que se creía su dueño gritar de esa manera, mientras se acercaba hacia ellos en forma amenazadora.
— Después de que nos descubrieron y nos llevaron pasé un tiempo en una prisión, y cuando mataron a ese idiota de Freezer, intentaron chantajearme, mi libertad a cambio de trabajar para el nuevo gobierno.
Me negué a hacerlo, así que me dejaron en la prisión, tiempo después volvieron, pusieron como pretexto que al haber sido parte del equipo de freezer y por haberlo ayudado, debían ejecutarme o aceptar ser vendida y trabajar el resto de mi vida como esclava pagar mi deuda con la sociedad...—. decía la peliazul mientras agachaba la mirada.
Las manos del saiyan se cerraron en puños mientras su ceño se fruncía con enojo— ¿Te han hecho daño? ¿Hace cuanto que esos malditos hicieron eso?
Ella negó con la cabeza,— Tengo dos años trabajando en este lugar, se aseguraron que quienes nos compraban fuera para fuerza laboral y no para otros giros... el dueño es un bastardo abusivo pero jamás ha intentado nada realmente.
— Nos vamos ahora...— tajante dijo el saiyan pero ella negó con la cabeza.
—Si me voy, este collar— mostró el mismo que se ocultaba bajo su traje, en la parte baja del cuello.— Se activará y me inyectará un veneno, no puedo alejarme a un radio mayor de un kilómetro de este sitio...—
Vegeta abrió los ojos con sorpresa y furia, comprendiendo que la situación ameritaba otro tipo de acciones, decidió intentar algo diferente. — ¿Es ese idiota el dueño realmente?— Preguntó escéptico mientras señalaba al pelmazo que los miraba ahora desde una corta distancia con ceño fruncido.
Ella movió negativamente la cabeza. — Es su hermano mayor quien maneja todo, — Comentó tranquila.
— Ya veo...— Fue todo lo que él dijo antes de dar media vuelta y comenzar a avanzar donde se hallaba el cretino ese, dejando a una confusa Bulma parada al lado de su carro deportivo blanco, sin entender bien que era lo que él saiyan pretendía.
— ¿Vegeta? — Preguntó dudosa, pero el siguió caminando dándole la espalda, acercándose así al bruto que rugía como bestia rabiosa.
— Llévame con tu hermano— Ordenó el saiyajin tranquilamente. Pero el tipo simplemente quería que se alejara de su esclava, ella era muy bonita y la quería para él a pesar de que su hermano no le dejaba tocar a las mujeres que trabajaban en ese sitio.
— ¡Yo soy el jefe aquí! — molesto el tipo reiteró. Vegeta sonrió malicioso, — Si no me llevas en este instante, hallaré mi camino, tengo negocios más importantes que atender...
Bulma no escuchaba que era lo que hablaban, simplemente vio que Vegeta se alejó con el idiota aquel que se hacía llamar el "amo del sitio" nunca supo su nombre y lo detestaba, odiaba las miradas lascivas que más de una vez le lanzó, además era un fracasado todas lo sabían, incluso su hermano mayor se burlaba de él cada que podía.
La ansiedad la embargaba...¿Acaso de verdad estaba sucediendo?¿Cuantas noches no había soñado que Vegeta estaba vivo y que todo lo que había pasado había sido solo un mal sueño? ¿Cuantas noches despertó con la sonrisa en la cara, creyendo que su amado saiyajin de verdad estaba vivo, para darse cuenta que seguía siendo una esclava que dormía en el suelo amontonada con otras 10 mujeres más?
«¡Por favor! Por favor Kamisama... no dejes que éste sea otro sueño... mi corazón no lo podría resistir...»
No pasó mucho tiempo cuando se escuchó el click de su collar al abrirse, sintió que la presión que ese dispositivo había ejercido sobre su cuello los últimos 2 años y que aunque no la lastimaba le recordaba siempre que estaba ahí, se aligeraba y desaparecían, de inmediato lo tomó entre sus manos sorprendida y lo aventó lejos.
De pronto, mientras aún analizaba lo que eso significaba, una serie de explosiones sacudieron el lugar, el humo no dejaba ver nada y la gente comenzó a correr despavorida, mientras el resto de esclavas al ver que sus collares se abrían, salían corriendo aprovechando esa oportunidad para poder escapar.
Ella se quedó quieta sentada en ese coche, con el corazón palpitando fuertemente mientras esperaba verlo, no supo que estaba conteniendo el aliento hasta que a lo lejos vio una figura que comenzó a dibujarse, una sombra de alguien que avanzaba entre el humo y su corazón latió furiosamente — ¡Vegeta!— Corrió rápidamente arrojándose en sus brazos, abrazándolo, enganchando sus piernas en las caderas del saiyan mientras múltiples besos bañaban la cara del mismo.
El saiyan le dio una de sus típicas sonrisas ladinas mientras le devolvían beso apasionado, pero ningún rasguño se veía en él, mientras atrapaba a la peliazul en un posesivo abrazo — Tendré que cambiarme de ropa, mi conjunto actual se arruinó — Decía mientras hacía una mueca y señalaba su traje que antes lucía un impoluto blanco y que ahora estaba manchado con ceniza y algo parecido al hollín además de rastros de sangre.
Se subió al coche mientras Bulma aún emocionada saltaba al asiento del copiloto— ¿De verdad conseguiste mi libertad?— Emocionada decía mientras seguía besándolo por toda la cara.
—Debemos irnos y conseguir otras identidades— Urgió el saiyan, no quería estar ahí cuando la patrulla intergaláctica llegara.
Vegeta sabía que el intermediario que le conseguía los papeles se enfurecería, había roto su propio récord y no duró ni 3 días con esa nueva identidad, cambiaría de inmediato la misma, conseguiría una para su Bulma; se irían a una galaxia aún más lejana, y comenzarían de nuevo.
Ya nada le importaba, todo cuanto quería acababa de recuperarlo, escuchó la risa alegre de la mujer a la que amaba, fue su recuerdo lo que lo hizo permanecer cuerdo durante su cautiverio, y mientras ella se mantuviera su lado, él lo sabía, ellos estarían bien y serían invencibles... Por fin después de todo y gracias a un reencuentro fortuito tendrían su oportunidad de ser felices...
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Hola a todos!!!!
Este es la parte dos de este two shot, ¿Qué les ha parecido?
Está segunda parte la imaginé al ver preciosos fanarts vegebul mientras escuchaba la hermosa canción llamada A time for us (tema de amor de Romeo y Julieta).
Espero les haya gustado, déjenme saber su comentarios
