Atención Este capítulo contiene escenas eróticas con contenido sexual. Leer bajo su propia responsabilidad.
Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
Tus manos van ahí, donde las recibo siempre. Donde llegan y me tocan, donde tocan y me encienden. Y te gusta lo que ves y te gusta lo que sientes, y tu lengua corre más de lo que corre mi mente
Tu sudor con mi sudor una gota va tras otra, esas manos corren vuelan y estoy un poco loca. De tus besos tomo vida y me fundo en tu saliva, ven profundo más adentro hazme sentir viva...
No pares, no, no te detengas, no, quédate aquí, te necesito aquí; aquí, aquí, cuerpo con cuerpo...— Paulina Rubio, Sexy Dance
Había sido una semana muy estresante para Bulma, así que había considerado que invitar a Oolong, puar y Krillin a su casa a comer sería algo genial, incluso si eso significaba que Yamcha estuviera ahí con ellos, aunque por fortuna aún no llegaba.
Tenía poco más de dos meses de haber terminado su relación con él y a pesar de que eso se debió a las múltiples infidelidades del beisbolista, la peliazul ya no le dió importancia y decidió seguir con su amistad, la realidad es que últimamente su mente se hallaba enfocada intentado descifrar el enigma que era Vegeta.
Justamente Krillin estaba hablando de él en esos momentos —Deberías evitar tentar tanto tu suerte Bulma, a veces eres demasiado temeraria llevándole la contra a Vegeta, ¿No ves que podría matarte?
Bulma lo miró y sonrió, — ¡No lo hará!
Puar sorprendido por la simple y firme respuesta de su amiga preguntó curioso — ¿Cómo puedes estar tan segura de eso? Si lo haces enojar yo creo que si podría hacerlo.
— Si me mata se queda sin hogar, sin comida y sin quien le arregle la cámara de gravedad y le de más robots de entrenamiento—Decía segura.
— Tsk, hablas demasiado y eres muy ruidosa además de vulgar, esos insectos tienen razón debería deshacerme de ti...— habló Vegeta quien se hallaba recargado en uno de los árboles del jardín, era tan sigiloso y había escondido tan bien su ki que nadie se dio cuenta de su presencia hasta que él quiso mostrarse.
—¿Q-que haces aquí Vegeta? Estamos compartiendo entre amigos— Se atrevió a decir Krillin bastante nervioso. Tener al saiyajin cerca siempre lo alteraba, para el guerrero Z su amiga estaba loca, ¿cómo podía estar tan tranquila viviendo con ese asesino?
— No tengo que dar explicaciones a insectos como tú— Burlón dijo.
— No seas grosero Vegeta— Lo amonestó Bulma mientras tomaba un plato y comenzaba a preparar un platillo con la carne que estaba asando.
— Y yo lo invité Krillin— Decía mientras avanzan rumbo a donde estaba el saiyajin.
Vegeta tomó el platillo ofrecido por Bulma mientras la diversión refulgía en sus ojos. — ¿Así que no me tienes miedo eh?
Ella le devolvió la mirada retadora — ¿Debería?—
De un solo movimiento la tomó del cuello, todo pasó tan rápido, que nadie pudo hacer nada para detenerlo.
— ¿Segura qué no puedo romper tu cuello? — la risa malévola relucía en su cara. Y a pesar de que ella sentía que le faltaba un poco el aire no se asustó, le lanzó una mirada molesta.
— ¡Si no me sueltas ahora mismo no voy a darte más de comer!— Él la miró con más detenimiento, le gustaba esa actitud desafiante de la hembra, era preciosa y con mucho carácter, como las mujeres saiyajin.
Decidió soltarla, últimamente estaba dedicándole demasiado tiempo a pensar en ella y ese no era su propósito.
—Eres demasiado escandalosa—
Se dio la vuelta llevándose el platillo que Bulma le había dado y se fue a comer a otro lado.
Ella lo miró satisfecha mientras se iba.
— ¿Estás loca?¡Pudo matarte! ¡Bulma deja de provocarlo así!— Espantado le decía Krillin, pues sabía que si el saiyan decidía hacerle daño, todos morirían, nadie era tan fuerte en esos momentos sin Goku para vencerlo.
La peliazul sonrió y miró a su amigo — No me hará nada Krillin, eso es lo más que hace, amenazarme y después siempre se va—
— ¡¿No es la primera vez que hace eso?!— Espantado dijo Puar.
—No me hará daño, ahora basta de hablar de Vegeta —
Oolong que había visto toda la interacción a detalle de hecho no estaba asustado, solo curioso — Tengo la impresión que Bulma será la única que sobreviva —
Comentaba.
—¡No digas eso o te va a creer y va a ser más atrevida con Vegeta hasta que lo canse!— regañó Puar a Oolong.
La tarde después de eso había sido tranquila. Bulma había guardado más carne de lo que sobró para la cena del saiyan, mismo que de pronto llegó a donde ella estaba sentada en el comedor.
— Vaya al menos tu tonta y vulgar cabeza se acordó de dejarme mi cena— La molestó el saiyan, últimamente sus encuentros verbales habían comenzado a subir de tono, molestándose entre sí cada vez más.
Mismos que acababan con una gran tensión sexual entre ellos pero sin que Bulma hubiera logrado que el saiyan pasara de ahí.
Para ella Vegeta se estaba volviendo casi una dolorosa obsesión, tanto poder, tanto orgullo, un hombre tan poderoso hecho así mismo, un príncipe guerrero en toda regla y que hasta hora no había caído bajo el embrujo de su núbil cuerpo.
Todos los hombres si así ella se lo proponía caían ante sus deseos, pero no él, no el príncipe saiyajin que si bien le seguía el juego y peleaban, ¡Vaya que sí! Jamás había dado un paso más allá de eso.
Quería doblegarlo, que también cayera en el embrujo como el resto de los hombres pero simplemente éste jamás cedía. la hacía comenzar a fantasear, la ponía húmeda, cachonda y rápidamente los dildos que estaba usando para satisfacerse en las noches no estaban siendo ya suficientes.
Quería tener a ese hombre entre sus piernas... Aunque aún no sabía cómo lo lograría. Vegeta era impredecible, sabía que de llevarlo muy lejos, muy al límite podría matarla realmente.
— Un día voy a hacerte tragar tus palabras Vegeta, voy a hacer que te sientas inhibido y voy a ponerte muy nervioso, te voy a intimidar y vas a tragarte tus palabras y ofensas—
Dijo altiva la peliazul, el saiyan se carcajeó burlonamente, —eso está por verse mujer vulgar—
—¿Es una apuesta?— decía ella quien se había sentado en la barra de la cocina mientras lo veía comer, ese día llevaba un vestido naranja pegado y sabía que sus blancas y torneadas piernas se veían perfectamente desde el ángulo en el que estaba.
Adrede para provocarlo abrió las piernas, sabía que la ropa interior de encaje traslúcido que tenía le dejaba ver un poco de su azul y rizado montículo en las transparencias y quería desestabilizarlo, así que esa vista era algo erótico que nadie más que él estaba gozando — ¿Entonces... el príncipe saiyajin está demasiado asustado para aceptar la apuesta de una simple terrícola?— Picó el orgullo del guerrero a quien vio perdido en la vista que ella ofrecía.
Como pudo él reaccionó pues se había quedado fijamente viendo lo que se escondía tras esa ta ga de encaje, y se molestó consigo mismo por permitirse disfrutar de la vulgaridad que esa terrícola escandalosa le ofrecía.
— Tsk, ¿Y qué es lo que quieres perder?— la pinchó en el orgullo.
— Quien gane podrá pedir lo que desee—
Y con esa sencilla apuesta ambos sellaron lo que sería el comienzo del futuro del que Trunks era parte...
Habían pasado varios días y durante ese tiempo habían peleado como de costumbre, ninguno daba su brazo a torcer.
Bulma se dio cuenta que debería hacer un movimiento más atrevido si quería ganar, notó que cada vez que se acercaba de más al saiyan, como cuando presionó sus senos al pecho de Vegeta este de puso nervioso.
Así que un plan perverso se puso en marcha. Ese día sus padres estarían fuera de la corporación cápsula.
Lo escuchó cuando acabo de entrenar y le dejó la comida caliente en el comedor, al poco tiempo lo escuchó subir a sus cuarto.
Vegeta se hallaba estresado, seguía sin poder incrementar en forma drástica su energía, estaba contemplando que tal vez en los próximos meses tendría que irse al espacio a entrenar.
Aún sumido en sus pensamientos se dirigió al baño, se desnudó y se metió a bañar. Nunca se percató que Bulma lo había visto todo escondida en el armario del cuarto del saiyan, quien se hallaba tan distraído que jamás se percató de la presencia de ella.
La puerta de su baño se abrió tan suave que el saiyan jamás la escuchó, su mente, sus pensamientos se hallaban en la batalla.
Tampoco escuchó cuando la hembra dejó caer la fina tela que cubría su desnudez, para cuando la pudo notar ella ya se hallaba frente a él, completamente desnuda y a punto de entrar a su baño.
— ¿Q-que haces aquí?¡Me estoy bañando! — Exaltado comentó, mientras el rubor se extendía por todo él.
Sobre todo porque a pesar de todo era un príncipe y había sido educado bajo las estrictas formas de la realeza, jamás había tomado una hembra sin su consentimiento, desfogarse sexualmente había sido un acto mecánico para mantener su salud al máximo, pero siempre lo había hecho en casas de placer en los distritos de asteroides que se dedicaban a eso, bajo un común acuerdo comercial y no era algo de lo que estuviese orgulloso y tampoco era un acto que hiciese seguido.
De hecho lo había realizado en tan contadas ocasiones que sabía a ciencia cierta la cantidad de veces y no llegaban ni a 10.
Su intención no había sido mirar de esa forma a la mujer terrícola pero ella estaba desnuda frente a él. De por sí su cuerpo, sus curvas generosas siempre le llamaron la atención, más debido a la cadencia deliciosa, el vaivén tan seductor que las caderas de la hembra tenían.
Pero ahora con ella completamente desnuda frente a él el sonrojo tiñó sus mejillas. La humana era más que perfecta, esos senos enormes y perfecto con unos pezones color duraznos y unas aureolas tan bien definidas que solo quería tocarlos, su vista sin poder evitarlo bajó por todo su cuerpo, deteniéndose en el montículo de rizos azules perfectamente recortados e un triángulo dándole una imagen tan lasciva y erótica que su cuerpo comenzó a reaccionar.
La peliazul entró a la ducha, mientras como si fuera algo natural lo que ella hacía dijo — No seas tímido Vegeta podemos compartir la regadera...— Y comenzaba a mimarse con el agua.
Vegeta no sabía cómo reaccionar simplemente dijo — Eres una vulgar...— Mientras la veía comenzar a disfrutar del agua tibia, la miró voltearse, dándole una perfecta vista de esos glúteos que tenía tiempo haciéndolo perder la cabeza.
Era más exquisita de lo que la había imaginado, pues hacía muchas semanas que se debía masturbar a diario imaginando que ella le daba accesos entre sus piernas y podía tomarla.
Bulma rompió su soliloquio mental mientras curiosa preguntaba —¿Entonces quieres que me vaya?
A esas alturas ella sabía que estaba ganando la batalla y más cuando sumamente sonrojado respondió— ¡Y-yo jamás dije eso!
Ella tomó el jabón y la esponja y comenzó tallar los brazos del saiyan.
— Creo que necesitas ayuda...— Pícara dijo mientras se acercaba a ese musculoso cuerpo.
La peliazul se sentía muy excitada, el cuerpo esculpido del saiyan era más glorioso de lo que se imaginaba, no pudo ayudarse cuando se acercó a su pecho y tomó con su lengua una de las tantas gotas de agua que resbalaban de él para después proceder a comenzar a tallar con el jabón sus músculos de guerrero.
Vegeta se hallaba muy sonrojado jamás había recibido atención alguna de ese tipo de una hembra, las acciones de esa humana bulliciosa lo tenían confundido — Tsk—
Es todo lo que dijo antes de dejarla continuar.
La risa de Bulma es lo que se escuchaba al fondo al lograr su cometido, pero la alegría infantil de ella le dura poco, ella lo sabía la peligrosidad de tentar su suerte con alguien como Vegeta debido a lo impredecible que éste podría ser.
Si bien el saiyan había sido educado con ciertos estándares, tampoco era un santo ni mojigato, y si esa hembra que lo traía teniendo sueños eróticos casi a diario se le ofrecía, él no iba a rechazarla.
Rápidamente la acorraló contra la pared de la ducha, Bulma al sentirse aplastada en forma ruda contra esta, iba a comenzar a reclamar hasta que sintió algo duro casi encajándose en su vientre bajo.
Abrió exageradamente los ojos — ¡Oye Vegeta, solo vamos a darnos un baño! Controla a esa cosa de allá abajo, ni creas que vas a llegar más lejos—
El saiyan sonrió malévolamente — Y quien va a obligarme a seguir lo que una vulgar mujer como tú diga... No era esto lo que querías al presentarte así frente al príncipe de los saiyajines, voy a darte un buen castigo real— Decía mientras la tomaba del mentón y acercaba mucho sus labios a los de ella.
Bulma jamás lo admitirá en voz alta pero al ser una mujer tan voluntariosa, tan bella y tan rica, sabía que ninguno hombre se le resistía, y eso lo odiaba.
Por eso había terminado al final tan harta de Yamcha, y por eso a pesar de que intentó salir con otros hombres fracasó, ella quería un hombre real, un guerrero en plenitud que no tuviera miedo de su carácter ni de su apellido, que la dominase.
Fue ella quien cerró la brecha entre los labios y comenzó aquel lujurioso beso. Vegeta se sorprendió ante ese acto, ya lo había presenciado muchos veces en la tierra, pero siempre le dio asco, y jamás le vio el valor o atractivo, hasta ahora.
El sabor de la mujer era delicioso, adictivo, y la lengua de esa vulgar hacía maravillas en su boca.
Pronto comenzó a contestar los besos, replicando los movimientos de ella y de esa lengua impertinente, el beso se tornó tan profundo que técnicamente follaban sus bocas.
La cargó contra la pared de pronto sintió la humedad de sus pliegues resbalar, frotándose sobre su miembro que se hallaba aún atrapado entre ella y él, exigiendo que lo pusieran en la línea correcta para poder poseerla como debía.
Bulma se hallaba sumamente excitada, sentir como su sexo se restregaba sobre el de él la tenía demasiado fuera de sí, esos besos estaban licuando su mente y esas manos que apretaban sus nalgas la tenían completamente a merced de él, en ese punto su cordura ya casi la había abandonado.
Poco a poco Vegeta bajo los besos por el cuello de la hembra mientras ella enterraba las manos en ese cabello y abrazaba con sus piernas la cintura de él.
Sin avisarle capturó uno de sus pezones y se amamantó con brutalidad, ella jamás había experimentado un placer así una mezcla de placer con dolor pues por ratos él succionaba y por ratos mordía.
Cada succión que le daba hacía que su ya hinchado clítoris se contrajera, como si sus pezones estuvieran conectados a este, sin poder evitarlo comenzó a gemir.
— ¿Querías dominarme humana? Voy a enseñarte porque no se juega con el príncipe saiyajin, aprenderás tu maldito lugar terrícola impertinente.—
Decía mientras la bajaba y la obligaba a hincarse. Bulma aún estaba envuelta en la nube de placer que no se dio cuenta de lo que pasaba, para cuando reaccionó se hallaba hincada frente a él.
— Que demonios, no pienso hacer nada esto Vegeta...— Molesta dijo mientras se sentía humillada por que la tenía arrodillada, conociendo el ego de ese hombre, ella no dudaba que él le exigiera adorarlo como a un dios.
El saiyan rio, su malvada sonrisa ladina apareció en su rostro — Nadie te dio permiso de hablar terrícola—
Fue todo lo que dijo para después abrirle la boca e introducir su miembro rudamente.
Bulma se sorprendió, ella había esperado que Vegeta la humillara, no que quisiera continuar con su encuentro sensual. — chúpalo bien — Exigió el.
La peliazul se dijo a sí misma que estaba loca, Vegeta no era confiable, era impredecible, lo mejor era irse cuanto antes, y aún así no podía.
La forma ruda en que la estaba tratando la tenía demasiado cachonda, dejó de pensar y permitió que sus hormonas la controlasen.
Disfrutó del sabor del saiyan... disfrutó la textura de ese miembro... la dura y ancha circunferencia apenas le cabía en su pequeña boquita.
— Muestra tus respeto a mi humana atrevida— La tomó de cabello mientras sentía como ella introducía lo más que podía a su boca, pero no era suficiente, empujó su cabeza hasta que sintió tocar fondo, Bulma comenzó a sufrir pequeñas arcadas y la liberó.
— ¿Estás loco? ¡Vas a hacer que me ahogue si me lo haces tragármelo así! ¡Eres un animal!— gritó indignada.
Él la miró con desdén, — No te he dado permiso de parar, humana vulgar—
El que Vegeta no cediera a ella la tenía muy excitada, de pronto quiso saber que sería doblegar a un hombre tan orgulloso como él, y contrario a lo que él creyó ella volvió a llevarse su pene a la boca.
Decidió demostrarle lo que está "humana vulgar" como él la llamaba podía hacer, y comenzó a lamer a chupar la punta del glande y debajo de este.
El saiyan no esperó tal ataque, iba a decirle algo pero su mente se quedó en blanco y más al sentirla chupar sus bolas, de pronto la vio tomar sus generosos pechos y poner su miembro entre estos.
Jamás ninguna hembra de las que había pagado en el pasado había hecho algo tan erótico, ahora lo sabía, quería mantener esta hembra por un largo periodo, y así podría satisfacer la parte sexual que hasta ahora no había sido cubierta.
Su cabeza casi se perdió sobre todo cuando ella comenzó a hacerle una paja con sus grandes senos, además de la boca exquisita que con maestría lo masturbaba.
Se sintió mareado, un gemido mitad gruñido salió de él mientras sin poder evitarlo su simiente se disparó al fondo de esa garganta sensual que sin vacilar se tragó toda la esencia del saiyan, sin poder evitarlo él echó la cabeza a hacia atrás, apretó los dientes pero eso no acalló el gruñido de placentera satisfacción que esa perversa criatura había sacado del fondo de su ser.
Para cuando pudo reaccionar y abrió los ojos, se sentía realmente relajado, la vista fue algo sumamente erótico de ver, ella lamía los restos de su simiente aún derramada sobre su miembro el cual que a pesar de haberse venido con ganas seguía tan duro, tan necesitado, la vio bajar esa lengua endemoniada esos labios tan deliciosos chupando, lamiendo sus testículos también.
Ella se levantó con la lujuria aún plasmada en su mirada — ¿Mis respetos han sido suficiente para su alteza?— Osada preguntó la peliazul.
Ella sabía de sobra que había ganado la apuesta y ya no quería seguir tanteando ese terreno desconocido con el saiyan, Vegeta era demasiado impredecible y le urgía irse a su habitación para darse placer así misma, esto por mucho había sido el encuentro más erótico en su vida.
— Este baño ha durado demasiado así que creo es mejor irme...— Comentó ella casual mientras intentaba dar la retirada.
Pero lo que ella deseaba estaba lejos de ser lo que el saiyan quería, él aún no se sentía satisfecho y no lo haría hasta que no se enterrara dentro de ella.
La jaló bruscamente hacia él y la tomó de la cintura, haciendo que sus pechos turgentes se aplastaran contra su firme pectoral.
— ¿Quién te dijo que ya acabamos mujer vulgar? Aún estás sucia, debemos de terminar de bañarte también— decía antes de darle un beso agresivo y voltearla, quedando la espalda de ella chocando contra el frente de él.
Pronto sintió esa dura polla restregándose, abriendo en dos sus nalgas, — ¿Vegeta que haces?, pero el ya había abierto más fuerte el agua de la regadera y tomado el jabón.
— ¿No se nota? Estoy lavándote — Malicioso dijo, mientras una de sus manos enjabonadas masajeaba rudamente sus pechos, apretando sus pezones,
La otra mano enjabonada comenzaba a tallar los rebeldes rizos azules de su zona íntima, y a rozar los resbaladizos pliegues de su vagina.
— ¡No, espera no hagas eso!— Un calor increíble recorrió a Bulma y mientras ella decía que no, su respiración aceleraba, ella no ponía resistencia real por el contrario abrió en forma inconsciente más las piernas.
El se acercó a su oído y con voz grave solo dijo —Quieres que te talle adentro, sabes que estás sucia y quieres que te limpie,— Decía en forma lasciva mientras jugaba con esos pliegues, jugaba tocando suavemente ese hinchado clítoris pero no iba más allá, quería humillarla y que ella rogara por su toque.
—¡Dilo mujer o no lo haré, dime que es lo que quieres!—
Bulma mordió sus labios sabía que ese maldito orgulloso saiyajin acababa de ganarle en su juego, ella ya no podía más y todo lo que quería era sentir esos dedos dentro de ella.
— Tócame Vegeta, límpiame estoy sucia por favor hazlo...— Suplicó volteando su cabeza de lado tratando de verlo tras de ella, él capturó sus labios mientras sus dedos implacables la castigaban adentrándose en ella, primero uno, luego un segundo hasta llegar a tres, mientras la otra mano dejaba sus senos y atacaba el hinchado clítoris.
Ella gritó cuando se vino duro, él la sostuvo con un brazo cuando sintió las piernas de la humana fallar.
Rápidamente la cargó y la llevó a su cama, y así mojados como estaban la recostó.
Ella no podía ni hablar, había visto literalmente estrellas, fuegos artificiales cuando logró por fin respirar más regular.
— Eso fue increíble — Fue todo lo que ella dijo mientras volteaba a verlo. De pronto se fijó que la mano que él uso para darle placer estaba alzada y él la miraba con una sonrisa satisfecha.
Se notaba sumamente mojada, — Te veniste mucho mujer...— Dijo con un tono bastante arrogante el saiyan, ella se sonrojó pero antes de poder decir algo, él se puso a limpiar lamiendo los restos que aún tenía en su mano, un gruñido de placer salió de él.
— Esto no es suficiente — Fue todo lo que él dijo antes bajar hacia las piernas de la fémina y enterrar su boca en esa zona sensible que sabía tan bien.
— ¡Vegeta espera!— Fue todo lo que dijo antes de que él enterrara su lengua entre sus pliegues y comenzara a follarla con la boca.
Gemidos de satisfacción retumbó por todo el lugar, mientras la mirada pedida en lujuria de Bulma la hacían ver excesivamente deseable. Nunca había conocido una mujer como ella, donde el deseo y la satisfacción la hacían ver exquisita.
Ella gritó duro cuando el orgasmo inmisericorde la atravesó, pero él no se detuvo, se acomodó entre sus piernas y esta vez la cabeza dura y orgullosa de su viril miembro estaba a nada de ingresar a ella.
— Vegeta... N-no, no por favor —
El saiyan sabía que ya estaban más allá del no, habían llegado muy lejos, tocado y probado todo, culminar el acto y marcarla dentro con su simiente era necesario a este punt; ya había decidido conservarla para sí, hacerla su compañera de cama.
Con un suave empujón ingresó solo la punta de su miembro dentro de ella, ambos se sentían excitados, y calientes, ambos querían que él continuase, pero no seguiría hasta que ella lo expresara con palabras.
Era un asesino, un mercenario desalmado, pero hasta hombres como él tenían códigos de honor y abusar sexualmente no era algo que jamás hubiese hecho, no comenzaría ahora.
Ella sintió como él estaba jugando con ella, como la incitaba y luego dejaba colgada, lo odiaba por obligarla a decirlo en voz alta pero "Kami" ¿A quien engañaba? Ella deseaba que la hiciera suya y que la follara hasta hacerle olvidar su nombre, como el bruto salvaje que era, ella quería que la dominara, que la hiciera su mujer de la forma más primitiva posible.
— Dine que quieres que haga mujer vulgar y eso lo haré — fue todo lo que dijo.
—Hazme tuya Vegeta, muestrame lo que el príncipe saiyajin tiene para mí...—
Apenas dijo eso, él sonrío malévolamente — Como gustes—
Para salvajemente penetrarla de un empujón, sus gemidos comenzaron a ser tan altos que era gritos pero él continuaba, ella sentía que moriría por tanto placer.
—Espera Vegeta ponte un condon...— Intentó recordar Bulma pero ya era demasiado tarde.
Él estaba fuera de sí, siguió golpeándola tan profundamente que ella sentía los golpes muy muy adentro, ambos gritaron cuando la simiente caliente de él se derramó dentro de ella.
Bulma jamás había tenido sexo sin condón con su ex novio Yamcha siempre lo exigió, y no sabía si porque se trataba de Vegeta, un saiyajin, un extraterrestre , ella sentía que la experiencia era diferente, sentir su simiente caliente dentro de ella le dio un mayor placer.
Descansaron así abrazados y sudorosos. — Si vamos a tener estoy encuentros Vegeta deberían ser en mi recámara es más amplia— ella comentó casual.
La mujer le gustaba, no hizo del momento un drama no preguntó cursilerías tontas. — Tu cuarto será, más vale que no lo tengas con el desorden que suele haber— Fue todo lo que dijo.
Ella se acurrucó a su lado, en la cama del saiyan, quedando ambos en un cómodo silencio.
— Yo gané la apuesta— Descarada comentó.
— Tus gemidos dicen otra cosa— Replicó malicioso, ella resopló — lo dice quien gemía cuando le chupaba las bolas—
Él se rio ante el lenguaje soez de ella, la jaló y la acostó en la cama mientras quedaba sobre ella, — Eres una humana muy vulgar, decía mientras apretaba ligeramente su cuello— Pero la mirada de ella le decía que lejos de temerle la excitaba.
—Más te vale que puedas seguirme el ritmo humana o me conseguiré a otra que lo haga—
Ella descarada se rio, — Más vale que tú puedas seguir el ritmo principito o me veré forzada a buscarme a alguien más que me satisfaga.
Ingresó en ella sin avisarle — ¡Ahhh!— Gritó por el repentino placer que sintió, el saiyan la llenaba demasiado, sus vagina se sentía demasiado llena.
En forma rápida se levantó cargándola y siguió embistiéndola, los gemidos de ella llenaban todo el lugar.
— Quiero exclusividad en tu cama— Exigió mientras la penetraba fuerte y duro.
Si le hubiera pedido ser su esclava, mientras le daba tanto placer seguramente ella hubiera aceptado.
— ¡Dilo! Di que mientras tengamos este acuerdo de cama estarás exclusivamente dedicada a mí—
Exigió mientras la cargaba y aceleraba las embestidas.
Ella no contestó, acaban de salir de una relación no quería estar en otra, lo que enfureció al saiyan.
La aventó a la cama, el gesto rudo de él la hizo enojar.
— Vegeta que demonios— Pero no pudo decir nada más él la puso en cuatro sobre la cama obligándola a recostar parte de su pecho en la almohada y alzando las caderas, la jaló hasta que quedó en la orilla de la cama, y sin decir nada más volvió a penetrarla.
La vista era excelsa para el saiyan, ella mordía la almohada tratando de callar sus gemidos, mientras el le daba una suave nalgada para él pero que dejó colorado el suave glúteo de la peliazul, lo cual la llevó a excitarse más y más.
El saiyan estaba cumpliendo cuando buscaba en un hombre.
Exigente en mismo continuó — Di que seré el único que tendrá acceso a tu cuerpo mientras estés en mi cama o está sera la última vez que sucederá.—
Decía mientras las embestidas se aceleraban y ella sentía el fuego recorrerla, convulsionó por otro orgasmo pero él no el dio tregua, y siguió penetrándola salvajemente.
Para Vegeta era una delicia ver como entraba en ella y como sus redonda nalgas rebotaban contra su pelvis cada vez que entraba en ella.
— ¡Seré exclusiva pero tú también!— Como pudo dijo ella, Vegeta sonrió y sus dedos comenzaron a torturar su clítoris en forma audaz y desmedida, mientras seguía entrando en ella, la sintió temblar y sabía que estaba por llegar de nuevo, se notaba casi afiebrada, sonrojada con los ojos perdidos y su cuerpo sudado por la forma tan impúdica en que la penetraba, se veía hermosa.
Llegó de nueva cuenta al orgasmo y ella también, pudo sentir nuevamente como él la llenaba, y solo rezaba porque los anticonceptivos de emergencia funcionaran aunque él fuera un alíen.
Cayeron a la cama, sus respiraciones agitadas — No contestaste— reclamó la peliazul, — El trato y las restricciones van en ambos sentidos—
Él solo se rió — Es tan absurdo que creas que podría mezclarme con cualquiera en este lugar, que me ofendes; eres lo más parecido a la realeza de este insulso planeta, no tomaría como compañera de cama a nadie más que este por debajo de mi nivel.
Sabía que esa sería la mejor respuesta que obtendría de él, sonrió ante lo que dijo y lo dejo estar.
No eran novios a la manera terrestre, solo compartían cama pero tenían exclusividad y sabía que nada de sus tratos cambiarían, la única novedad sería sus encuentros sexuales, y aún así para Bulma esa nueva incipiente relación que comenzaban estaba siendo más importante para ella y más verdadera que la que tuvo por tantos años con el lobo del desierto.
Miró al saiyan quedarse dormido, ella misma sintió lo exhausto que su cuerpo estaba, se acurrucó a su lado y él lo permitió.
¿Compañeros de cama eh? Curioso título que había dado el saiyajin, sonrió satisfecha mientras se acomodaba en el pecho del saiyan dormido, y el lento latir del corazón del guerrero la arrulló, ya habría tiempo para conocerse más, se cuidaría con anticonceptivos, o eso es lo que ella pensó, sin saber que el la había marcado en más de un sentido, plantando su semilla que mientras dormida comenzaba ya a germinar dentro de ella...
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Hoy vi un fanart de #Chiomomo de Vegeta y Bulma tomando una ducha y mi imaginación voló
Espero que les haya gustado y me cuente que les pareció este OS, los quiero!
