Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
Si fuera más guapa y un poco más lista.
Si fuera especial, si fuera de revista,
tendría el valor de cruzar el vagón
y preguntarte: "¿quién eres?" — Jueves, La oreja de Van Gogh
Siempre lo miraba de lejos... ¡Él era tan guapo! No se atrevía a acercarse, no siquiera pensaba en intentar saludarlo, no era más que una ñoña cerebrito sabelotodo que trabajaba en una gran corporación tecnológica. No quería verse tan rara pero todos los días a la misma hora se subía en el tren y desde que el chico había comenzado a subirse una parada después de la de ella, lo contemplaba desde su lugar, soñando despierta.
Cuando ese día él no se sentó donde siempre sino que avanzó por el pasillo y lo hizo a su lado, las mariposas en el estómago de Bulma revolotearon alocadas, como si alguien hubiera agitado su jaula.
Él le dio una mirada de reojo, — Buenos días, ¿Puedo sentarme?— Fueron las breves palabras dichas con esa voz tan grave y varonil.
Bulma sintió sus piernas temblar y agradeció estar sentada —C-claro— Dijo mientras se sonrojaba toda.
"Contrólate" se reprendió.
No hablaron más en todo en camino, hasta que llegaron a la habitual parada, donde ella bajaba antes que él, se levantó y estaba por marcharse cuando volteó a verlo, él la estaba mirando, con esos ojos negros indomables...
Ella le sonrió nerviosamente y bajó casi a tropezones del vagón del tren.
Los días siguientes a partir de ahí fueron una repetición de lo mismo con respecto a él sentándose ahora siempre al lado de donde ella se sentaba, pero nunca hablaban más allá de los saludos iniciales, aún así para ella era una delicia, pues a su nariz llegaba el masculino aroma amaderado del perfume del atractivo hombre con cabello en forma de flama, Bulma intentaba no mirarlo embobada pero lucía tan atractivo en su se traje ejecutivo, que simplemente no podía evitar soñar despierta con él.
Ese día en especial estaba lloviendo y hacía frío, ella bajó como de costumbre en su parada, pero algo nuevo suscitó: Él bajó también en ese mismo lugar, lo cual había sido algo demasiado inusual, avanzaron juntos en silencio hacia la misma salida.
Bulma se puso nerviosa mientras caminaba a su lado.
"Parecemos una de esas parejas, ¡Kami! Es tan guapo, ¡Bulma contrólate!" Se reprendía así misma mientras avanzaba hasta llegar a la salida del metro.
Ella siempre había sido parlanchina y extrovertida, hasta que lo había visto por primera vez entrando en el mismo tren que ella, había enmudecido y se había vuelto el ser más tímido de repente. Para ser justas con ella, era entendible pues el joven a su lado era lo suficientemente atractivo para hacer que las miradas de la mayoría de las féminas reparasen en él y suspirasen al verlo.
Miró afuera, estaba lloviendo "maldición olvidé mi paraguas", frustrada pensó.
Se detuvo al ver la lluvia caer, mientras lanzaba un suspiro, tendría que esperar a que terminase la lluvia antes de salir.
Vegeta miraba todo, como hacía cada mañana. Mientras ignoraba los mensajes de Nappa y de Radditz, toda los días le hacían la misma pregunta: ¿porque tomas ese tren cuando puedes usar tu coche?
Él jamás fue bueno hablándole a las mujeres, eso se lo dejaba a Radditz, el enamoradizo hermano mayor de Kakaroto. Pero desde que una vez que iba rumbo al trabajo en el coche, mientras platicaba con su chofer, vio a la bella peliazul ingresar a una de las paradas del metro, su corazón quedó flechado, así que le pidió a Pumking, que detuviese el coche, entró al metro tras de ella y miró a que línea se dirigió, luego salió de nueva cuenta y le pidió al conductor que lo dejase en la siguiente entrada del metro, quien de inmediato llevó a su jefe a donde le pedía sin cuestionar.
Vegeta no era alguien que solía hacer locuras espontáneas pero no pudo ayudarse así mismo al verla, simplemente siguió lo que sus impulsos dictaban, y entró con nerviosismo a ese tren, y así fue como la vio la primera vez.
A la mañana siguiente le pidió a su chofer que se detuviera nuevamente en la parada del metro del día anterior a la misma hora, esperando tomar la línea adecuada a la hora adecuada. No sabía si la volvería a ver, era una locura pensar que sí, pero asumió que ella tomaba ese tren para ir a su trabajo todos los días así que abordó el mismo, y ahí estaba...
En un principio la miraba de lejos, ella también lo miraba. ¿Podría tal vez ella estar interesada en él?
Para cuando dio su siguiente movimiento y se sentó a su lado, lo confirmó, al notar su nerviosismo. Se mantuvo simplemente sentándose cerca por algunos días, observándola de reojo, intentando idear la forma en que daría el siguiente paso, que sería hablar con ella, cruzar más palabras con ella aparte de los buenos días.
Ese día, había llovido y él agradeció ese fortuito evento del clima, fue el día en que decidió dar el siguiente paso.
La miró detenerse enfrente de la salida del metro que daba a la calle y suspirar, ella esperaría a que la lluvia menguase o acabara para salir de ahí, detrás de ellos habían dejado un pequeño puesto donde vendían café.
Mandó mensajes a su chofer: Recógeme e la salida 15b del metro, avísame cuando estés llegando.
— Bueno no queda más que esperar— Dijo en voz alta iniciando así la conversación con la misteriosa chica del pelo azul.
Volteó a verla y pudo notarla estremecerse, le gustó la cara sonrojada de ella — Soy Vegeta Saiyan — se presentó.
Ella sonrió — Bulma Briefs— las manos de la chica era tan suaves.
— ¿Quieres tomar un café en lo que esperamos?— preguntó Vegeta, no había nada que hacer mientras lloviera así de fuerte, ella aceptó.
— ¡De todas formas llegaré tarde al trabajo así que claro!— Dijo sonriente la peliazul.
Y así comenzaron una amena charla:
— ¿Todos los días tomas el mismo tren?— preguntó el casual.
Bulma se hallaba bastante nerviosa, — ¡Sí trabajo en la corporación androide, estoy en el equipo de investigación del Dr. Gero—
Fue lo que comentó, se reprendió así misma, solía hablar demás cada vez que se ponía nerviosa.
Continuaron un rato la charla, ambos haciendo preguntas que parecían casuales, inocentes pero ambos tenían la intención de descubrir lo mas que pudieran del otro.
De pronto, el teléfono de Vegeta sonó, Pumking había llegado.
— Vamos, mi chofer nos llevará a tu trabajo para que no se te haga tan tarde— comentó amable.
Ella lo miró confusa —¿Chofer?— intentó ocultar su cara de confusión al darle un sorbo al delicioso café que Vegeta le había invitado.
Vegeta sonrió un poco apenado, no era usual en él acercarse a una linda chica, de hecho Radditz siempre lo molestaba por qué tenía mucha suerte con las mujeres pero nunca la sabía aprovechar según las palabras del mismo.
— No pienses que soy un acosador, pero... es que... empecé a tomar el tren a raíz de que te vi tomarlo... y por eso comencé a usar el servicio público.— Decía Vegeta mientras desviaba la mirada apenado y terminaba de tomar su bebida caliente, fue en ese momento que su chofer que ya había estacionado el coche llegó hasta donde estaban, con una sombrilla para ayudarlos a cubrirse y evitaran así mojarse.
Bulma lo miró con dulzura, bastante sonrojada, porque la que se lo había estado comiendo con los ojos desde que apareció cada mañana en la parada del metro después de la suya, era ella a él.
Lo sintió ponerle su saco sobre ella — Está lloviendo y hace frío, el coche tiene calefacción pero en lo que llegamos no quiero que el agua haga que te enfermes— Le comentó mientras ella se abrigaba bien con el saco de Vegeta.
No quiso verse acosadora oliendo la deliciosa colonia con toques de cedro y pino que emanaba del mismo pero era una tentación y le costó a la peliazul toda su fuerza de voluntad no aspirar el perfume del hombre en el saco.
— Gracias — Comentó sonrojada, mientras avanzaban en dirección al coche.
El trayecto fue tan corto hasta el lugar donde ella trabajaba, que no tuvieron realmente oportunidad de hablar demasiado... — ¿Entonces, te molestaría si paso a recogerte y terminamos de platicar en la cena?— Preguntó el hombre de negra mirada.
Bulma sintió sus mejillas sonrojarse, se emocionó mientras le pasaba su número telefónico a Vegeta, — Te veo a las 5 afuera de la empresa en donde trabajo— Y con un tierno beso apresurado en la mejilla se despidió de él, quien se quedó estático sorprendido por el mismo, sin haber tenido tiempo de poder contestar algo, pues ella bajó corriendo del automóvil.
Había sido una locura impulsiva que jamás había hecho antes, el subirse a un tren solo por ver nuevamente a una desconocida, pero no se arrepentía, había sido la mejor decisión de su vida.
Sonrió mientras decidía mandarle un mensaje por whatsapp a esa hermosa peliazul.
—Espero te guste la comida italiana...atte Tu acosador — Escribió Vegeta con una sonrisa risa divertida en su rostro.
— ¿Italiana? Wow ¡Es mi favorita...! Si adivinas mi platillo favorito te daré otro beso... atte... La loca del metro .— Contestó Bulma sonriente, todo eso le parecía un gran sueño, desde su rompimiento con su novio de toda la vida, hacía más de dos años no había querido salir con nadie... Y ahí estaba ahora, coqueteando con un perfecto y guapo desconocido.
Él sonrió, mientras escribía:
—No has hecho ninguna locura aún para que te considere loca...— Fue su breve respuesta, mientras llegaba y se bajaba del automóvil y entraba a la empresa que manejaba, mientras el resto de las personas que ahí trabajan saludaban al siempre serio CEO de la compañía que ahora parecía reírse él solo.
Bulma sonrió al leer ese mensaje, ahora que la plática era virtual se estaba envalentonando para ser más atrevida de lo usual. Se mordió el labio mientras rápidamente tomaba una foto desde arriba así se veía un poco de su recatado escote y fingía mandarle un beso.
Y le envió la imagen, agregando un...
— ¿Con eso basta para considerarme loca?— nerviosa dejó el cel al lado, no quería ver la contestación que le había dado Vegeta, estaba avergonzada de su misma acción.
Vegeta que había pedido una bebida a su secretaria casi se atragantó con la misma al ver tan sensual foto... ¿Acaso esa mujer quería darle un ataque cardíaco? ¿Sabía siquiera lo deliciosa y tentadora que se veía en esa foto, luciendo tal combinación de coquetería e inocencia a la vez?
No escucho nada de lo que decían Radditz y Nappa quienes ya estaban ahí con él molestándolo.
— ¿Porqué estás tan de buen humor?—
Preguntaba curioso Radditz.
Vegeta aprovechó que habían llegado para echarles la culpa del accidente con su camisa.
— Estaba de buen humor, hasta que un par de imbéciles llegaron, ¡Miren lo que ocasionaron!— Les decía a modo de reproche.
Radditz y Nappa intentaron ayudarlo a conseguir en ese momento una camisa nueva pues no querían que decidiera estar de mal humor el resto del día con ellos.
—Me debes una camisa hiciste que derramara mi bebida... ¡Ah! Y deberás darme ese beso en persona...— Fue la atrevida respuesta de Vegeta, mientras su mirada devoraba la hermosa foto enviada por esa mujer tan cambiante.
En principio se miraba tan recatada, y apenas le sonrió y tomó un poco de confianza, le mostró una faceta más atrevida que lo dejó fascinado.
Sonrió al imaginar a la tímida Bulma que no se había atrevido a hablarle en semanas hasta que él no la saludó primero...
Pospuso sus juntas de la tarde, todos notaban el buen humor que tenía el CEO de la corporación Ozaru, nadie entendía el porqué salvo el mismo y una coqueta y tierna peliazul...
Si todos ellos lo supieran en verdad, sabrían que lo que había sucedido es que su siempre serio jefe, se había enamorado...
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un pequeño one shot que nacio al escuchsr la hermosa cancion de Jueves de la Oreja de Van Gogh, espero les haya gustado :)
