Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Tu sonrisa tan resplandeciente, a mi corazón deja encantado; Ven, toma mi mano para huir de esta terrible oscuridad.

En el instante en que te volví a encontrar, mi mente trajo a mí aquel hermoso lugar que cuando era niño fue tan valioso para mí. Quiero saber si acaso tú conmigo quieres bailar si me das tu mano te llevaré por un camino cubierto de luz y oscuridad... — Mi corazón encantado, dragon ball GT.

¿En qué momento ella se volvió su inspiración, su motor, su motivo para ser mejor cada día?

Vegeta no lo sabe, pero cuando la vio suspirar al ver los vestidos de novia, sabiendo que ellos nunca haría nada de esa absurda tradicion pues ante sus leyes ella ya era su mujer, y vio esa mirada triste no pudo soportarlo más.

Tenían poco que todo había acabado después de lo de Cell, y él intentaba hacer las cosas lo mejor que podía a pesar de la molestia que la

muerte de su rival le ocasionó a su orgullo, pues nunca logró vencerlo.

Pero esa condenada mujer se le había metido dentro de la piel y verla sonreír y suspirar de tristeza era insoportable.

No le explicó a dónde iban, ni que secretamente había conseguido sus medidas, supo de ese lugar alejado en ciudad del Sur, una ciudad de juegos de azar donde las parejas iban a casarse.

Odiaba tan siquiera imaginarse haciendo esas cosas... él, el gran príncipe de los saiyajines, guardó en una cápsula todo, aprovechó que la halló desprevenida, ella estaba a solas con el crío en el jardín y se la llevó al vuelo.

Bulma no esperaba hallarse en brazos de su parca pareja de un momento a otro, — ¡Vegeta!—Dijo un poco asustada, además su voz llevaba reproche pues la tomó de la cintura para volar sin avisar, y a trunks lo llevaba de cabeza agarrado de una de sus rechonchas piernitas.

Bulma estaba por reclamarle a Vegeta su forma de tratar a Trunks cuando observó con más detalle y vio que su hijo se desternillaba en risas.

— Parece que le gusta — Dijo en voz baja mientras el Saiyan que no había dicho ni media palabra solo murmuró.

— Tsk, el crío es saiyajin, no le va a pasar nada—

Seguía anonadada sin saber que pasaba pero no objetó.

Llegaron a esa ciudad ruidosa y llena de grandes casinos, Bulma estaba más que confundida...

Lo miró entrar en una pequeña capilla en medio de ese bullicioso lugar.

— ¿Que hacemos aquí Vegeta?—

Decía mientras cargaba a Trunks.

Vegeta se sonrojó y se quedó un largo rato callado antes de hablar.

—Ante mis leyes eres mi mujer desde el momento en que sembré mi semilla en ti...— Aclaraba, un poco incómodo por tener que hablar de esas cosas abiertamente —pero tú necesitas la confirmación antes las tuyas así que eso haremos.—

Decía mientras el saiyan miraba avergonzado a otro lado, decir eso había sido demasiado para él que odiaba poner en palabras sus sentimientos.

— Yo... Bueno, no es necesario si no quieres Vegeta, yo estoy bien— decía suavemente Bulma, emocionada por el solo hecho de que él se atreviera a intentarlo siquiera.

— Ademas no vengo preparada — Intentaba excusarse para darle una salida a su pareja.

— Tsk, nunca me mientas— Serio y molesto dijo.

— Te conozco — dijo en tono de censura, de regaño, mientras Bulma lo miraba sorprendida.

— Además traje lo que necesitas— Decía mientras le daba una cápsula, y se ruborizaba, de verdad eso era algo que Vegeta jamás pensó hacer, pero ella... por ella estaba dispuesto a hacerlo.

— El crío y yo estaremos de aquel lado— dijo mientras agarraba a Trunks del pie nuevamente y se lo llevaba mientras su pequeño hijo se iba entre risas.

Cuando era pequeña siempre soñó que su boda sería en una increíble y fastuosa iglesia plagada de cientos de invitados, pero siempre pensó que sería con un simple humano.

Su realidad era aún más increíble. No, no tendría esa boda de ensueños que idealizó en su infancia, sino una hermosa, muy íntima con el amor de su vida, un verdadero príncipe... El príncipe de los saiyajines.

Miró sorprendida el sencillo pero hermoso vestido de novia, le quedaba a la perfección y aunque en apariencia se había visto muy simple ya puesto la hacía lucir increíble, realzaba la belleza natural de Bulma.

Su pecho se conmovió al entender el enorme esfuerzo que había puesto en eso su siempre serio marido, pues para ella siempre eso había sido él, aunque no tuviesen un papel que lo afirmase.

Cuando salió del lugar donde se cambió se sentía demasiado nerviosa, avanzó por ese angosto camino que la llevó frente a la capilla y se quedó sin aliento: Ahí estaba Vegeta como nunca lo vio ni siquiera en sus más secretos sueños: Vestido formal esperándola para hacer oficial eso que ellos ya eran en el corazón, en el alma y en la leyes saiyajines: Marido y mujer.

Incluso vio que había una pareja que ella no conocía y que fungiría como sus testigos, la mujer la miraba emocionada y le sonreía, Bulma miró a Vegeta confundida, quien le sonrió con cinismo y entonces ella lo dedujo: Sobornó a dos personas que andaban por ahí para que fingieran conocerlos y los aceptasen como sus testigos.

Cuando el juez preguntó si se aceptaban mutuamente como esposos, ella emocionada dijo que si, y el solo sonrío enigmático y asentía con la cabeza.

Eso fue todo lo que él juez necesitó para aceptar su consentimiento y hacerlos firmar declarándolos marido y mujer.

Ella se preguntó que harían pues no tenían las argollas de matrimonio, ellos no llevaban o eso creía hasta que vio a Vegeta sacar un par, y le sorprendió pues ese mineral no se parecía a ninguno que ella conociera:

—En la última salida que hice al espacio hace algunas semanas atrás para entrenar, me desvíe y aproveché para mandarlos a hacer —

Fue todo lo que dijo mientras le colocaba el anillo a Bulma quien temblaba emocionada...

Cuando toda aquella ceremonia terminó, él la tomó de la cintura y la sacó del sitio, a ella y Trunks, y así como estaba aún vestidos, se los llevó volando aún lugar, a una isla que estaba desierta.

Pasarían unos días ahí...

Bulma sonrió mientras le hablaba a su mamá para avisarle que regresarían en unos días más.

— Pero cariño pensé que iríamos al festival donde habrá una galería llena de nuevos vestidos, incluidos los de bodas—

Decía su madre quien no perdía la esperanza de que su hija y su yerno pronto formalizaran su unión.

Bulma sonrió mientras se tomaba una foto con el bello vestido puesto, mientras veía al saiyajin quien ya se había cambiado y acomodaba la casa que llevó en una cápsula, para que estuviera cómodos y su pequeño hijo emocionado seguía a su padre por todos lados.

— No me interesa verlos mamá, ya he encontrado el vestido perfecto y lo he usado... Vegeta y yo nos acabamos de casar—

Fue todo lo que emocionada dijo mientras colgaba y mandaba a su mamá la foto que ella pudo tomar antes de salir de la pequeña capilla donde se veían ella y Vegeta y Trunks, después de la ceremonia.

Luego apagó su celular y decidió disfrutar con su parco pero perfecto marido, de lo que él había ideado para celebrar su unión según las leyes terrícolas...

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Bueno este pequeño relato salió al ver un fanart de boda del talentoso #Vegetapsycho

Ojalá les haya gustado, recuerden que mis historias no son apegadas al canon así que antes de que algún purista del canon diga que eso Vegeta no lo haría porque... (inserte aquí mil cuestiones canon), esta es una de las tantas historias de mundos alternativos, y espero la disfruten como lo que es un relato.

Gracias x leerlo y déjenme saber sus comentarios