Capitulo 12. Resolviendo
Azucena.
Al llegar a casa ya muchos de los que sirven a Papá se habían ido la casa se sentía un poco menos llena y al pasar al comedor todos estaban ya sentados con la comida papá fue hasta mamá besándola y sentándose en el otro extremo y yo pase a mi asiento junto a Ezio y Federico.
-Me alegro que llegaran a tiempo un poco más y cenamos sin ustedes-
-Lo siento mamá se me fue el tiempo-
-Espero que no se repita-
-Prometo que no volverá a suceder- la cena transcurrió tranquila comentando como les fue a todos en el día hubo risas y demás anécdotas hasta que todos nos retiramos a nuestras habitaciones ya estaba de mejor humor era bueno conocer a alguien nuevo siempre ayudaba a no caer en rutina y sobre todo era maravillosos conocer a alguien como Leonardo quien sabia que le interesarían mis ideas locas eso me distraería de mis problemas sentimentales.
.
.
Los días comenzaron a pasar y con ello recuperándome más, teniendo más movilidad y con ello en lugar de frecuentar a Leonardo cada tres días ahora iba casi cada día para hablar de lo que encontraba de nuevo en plantas, de lo que pensaba y el cómo se le ocurrían tantas ideas. Petruccio se molestaba a veces por que ya no le daba tanta atención pero lo prometí que no era eso y en apoyo a el le deje a disposición de que buscara por su cuenta en las cientos de plantas que tenia guardadas aun sin clasificar, eso lo puso muy feliz y dejo de reclamarle, con el que empecé a tener problemas era con Ezio me reclamaba de que me iba todo el día con Leonardo le dije que solo era un amigo con el que disfrutaba pasar tiempo pero no podía hacerle cambiar de opinión habíamos discutido demasiado … y ahora estaba quitando las hojas de unas nuevas plantas con demasiada prisa.
-Pobre de las flores y hojas en tus manos en este momento- de pronto una voz muy cerca de mi oído me hizo sobresaltar casi aventando mis plantas…
- ¡Ah! Leonardo me asustas –
- ¿Ahora quién te hizo enojar?- ¿Cómo lo sabia?
-¿Cómo sabes que estoy enojada?- me vio y me señalo mi trabajo y vaya si que les hice daño -Ou cuanto daño- sus hojas no estaban completas y las flores muchas le faltaban pétalos.
-¿Me contaras que te trae asi?-
-Bene …es Ezio se enoja por que según él …paso más tiempo contigo- - trate de imitar su voz pero se que no me salió ni un poco, Leonardo ya sabía de Ezio le he hablado mucho de él y mis hermanos.
-Creo que no quería saber eso –
-No se porque se enoja…el pasa mas tiempo cortejando a Cristina y solo me visita cuando necesita una medicina o para su resaca-
-Vaya Cristina Vespucio eso explica mucho-
-Solo escuchaste eso-
-Dispiace no soy muy bueno con los asuntos en el amor, pero tengo una duda… ¿no son hermanos? - sin duda era muy observador
-Crecimos como hermanos, pero en realidad Los Auditore me adoptaron a muy temprana edad- una explicación rápida en el futuro le contaría como sucedió tal vez cuando comience a decodificar los códices.
-Vaya eso si que fue inesperado pero explicaría muy bien el por que de este embrollo de amor-
-Pero tan obvio es que es un asunto de amor- no quería que nadie se diera cuenta yo sabia que no debía suceder, y haría lo que fuera para que ellos dos estén juntos.
-Azucena tus ojos demuestran el alma de una mujer enamorada lo he visto muchas veces cuando pinto a ciertas damas o cuando visito a ciertos nobles…. Tu mirada, tu enojo es el de una mujer enamorada sobre todo cuando hablas de él- su descripción me dejo sin habla no podía creerlo que fuera tan fuerte.
-Hay … que voy hacer Leonardo, mi corazón late por el pero no puedo hacer esto, él solo me considera una hermana y una buena amiga Ah- suspire dejándome caer en la silla que estaba ahí hasta que senti la mano de Leonardo en mi hombro tratando de consolarme
-Anímate Querida el futuro es incierto y no sabemos que pueda pasar –
-Tienes razón …gracias Leonardo- aunque yo sabia que pasaría asi que no tengo esperanzas…
-De nada para eso son los amigos-
-Bueno dejando los asuntos del amor a un lado ¿Qué te parece esto de regalo?- le mostré el diseño de un anillo con una navaja oculta…necesitaba ocupar mi mente en otra cosa.
-Esto es…- miro el papel asombrado aun no estaba bien definido pero estaba la idea plasmada en el, muy poco conocido diseño de un arma pequeña escondida a simple vista.
-Si ¿Podrías ayudarme a hacerlo? –
-¡Pero por supuesto!- pronto seria el cumpleaños de papá y que mejor que un arma para un asesino y estaba segura que le ayudaría en el futuro.
La planeación estuvo bien pero tenia que esconderlo de mi familia y para ello necesitaba la medida de su dedo asi que tuve que entrar a su cuarto de el y mamá sin que me detectara para tomar la muestra de un anillo suyo por fortuna no hice mucho ruido entrando que pese que seria lo mas complicado su entrenamiento como asesino complicaba las cosas, estar alerta en todo momento despertando con el menos ruido posible pero la fortuna como dije me sonrió no despertando ni un poco esperaba.
Salir fue un poco mas fácil fui de puntillas descalza logrando mi objetivo mañana llevaría la medida, con ayuda de un herrero mandamos a construir la joya de oro de buen tamaño y la pequeña navaja del mismo material, Leonardo me ayudo con el mecanismo y cuando lo obtuvo las piezas ya solo era ensamblar, nos tomo mas de dos meses hacerlo, en ese tiempo mientras Leonardo trabajaba en eso yo le enseñaba a Petruccio como destilar y hacer pequeñas pruebas para ver cuales eran toxicas jamás le dije que en el pero pequeños peces ayudaban y en ese tiempo que tenia libre después de mis clases de ser una dama me escabullía en las noches practicando la carrera libre debía recordar de lo que había visto de Gimnasia eso me ayudaría y flexibilidad en todo mi cuerpo al inicio fue doloroso pero comenzaba a tener mejor elasticidad agradecía mi cuerpo de 15 años o 16 no sabia bien la edad que tenia, mi mano quedo algo inmóvil al inicio pero por fortuna sano bien supongo por que mi cuerpo es joven, también comencé a practicar a escondidas de todos el sigilo, espiando a las personas en su casa y eso en verdad me daba mucha incomodidad escuchando los chismes del barrio hasta que algo me llamo la atención.
-¡Ese maldito Asesino se volvió a involucrar en nuestros asuntos!- la voz se me hacia familiar pero no sabia de quien era pero odiaba a mi padre. Me acerque un poco mas pero escuche la puerta cerrarse, tuve que marcar el sitio para volver de nuevo un habito que me ayudaría después para saber los peligros.
Todo estaba pasando rápido desde ese día no escuche mas, asi que me concentre en seguir entrenando, por ahora seguía con mi vida normal lo importante es el cumpleaños de papa.
-¡¿Ya lo tienes Leo?!- hoy era el dia, Sali temprano a correr antes de pasar por el regalo y me daría tiempo para cambiarme y arreglarme no le habia dicho a nadie pero hoy le cantaría una canción especial es un plagio pero aquí es original bueno casi le modifique mucho.
-Si casi no lo tenia se me hizo muy difícil lograr el mecanismo sin que saltara y sin que volara del anillo…pero aquí esta- me mostro el trabajo final lo tome con cuidado y lo puse en un dedo activándolo presionando con el pulgar de inmediato la cuchilla salió presione el botón y regreso al anillo era perfecto.
-Espero le encante- guarde de nuevo el anillo en el estuche -Muchas gracias Leo…vendré mañana –
-Gracias a ti me hiciste trabajar en un verdadero desafío… mucho cuidado –
-Claro hasta mañana- me despedí de el y comencé a correr directo a casa, al entrar vi gente moviéndose la mayoría por Claudia la que daba órdenes.
-¡Por fin llegas, vete a cambiar báñate y te espero aquí abajo para seguir con todo!—su voz era de una tirana si no fuera por que sabia que ella era asi me abría asustado.
-¡A sus ordenes!- fui a mi cuarto pero en el camino casi choco con Ezio desde nuestra discusión desde ese día no nos hemos hablado siempre lo veía querer decir algo pero se quedaba cayado. Yo no era mucho mejor que el, solo sonreí incomoda y me fui rápidamente a arreglarme ignorando su mirada.
Me entristecía eso asi que hoy debía arreglar eso esta ley del hielo era incomoda no quería que eso pasara no debía desaprovechar los momentos que quedaban.
Baje a ayudarle a Claudia con la comida, la decoración con todo ella era buena en eso, dejando todo perfecto para la noche.
-¿Algo mas Claudia?- Federico estaba descansando en una silla cerca yo estaba junto a el recargada por todo el movimiento que nos obligo hacer
-Creo que no, la comida, la decoración, los regalos y lo mas importante todos nosotros…Esperen y ¿Ezio?- era cierto al mirar alrededor los únicos que faltaban era mamá y Petrucio pero era por que el se puso un poco mal y bajarían en un rato se suponía que debíamos estar Federico, Claudia, Ezio y yo.
-¿No lo has visto Zusu?-
-Lo vi en la mañana Federico –
-Ash ¿como es posible esto? ¡Que alguien lo busque!- grito enojada saliendo del salón.
-Yo lo busco…-
-No, creo que debo ir yo …regreso en un rato, Federico dile a claudia por favor-
-Claro con cuidado-
Sali a buscarlo aunque los primeros sitios que había buscado fue el puente pero no había señales de él y el otro fue cerca de la tienda de vinos pero igual no había nada, la única opción eran los tejados lo único bueno era que debajo de la falta tenía un pantalón desde ese día donde Vieri casi me mata aprendí a llevar uno para poder levantar la falta sin preocupaciones, subí al tejado más cercano y comencé a ver a los alrededores, salte algunos mas y fue cuando lo vi…ahí cerca de la casa estaba sentado viendo la plaza, comencé a acercarme en silencio aun no se había dado cuenta y cuando lo tuve muy cerca le tape los ojos con las manos sorprendiéndolo haciendo que saltara un poco.
-¿Adivina quien soy?- le dije en su oído causando risas en el ya mas relajado.
-Un lirio muy travieso – le solté y me senté a un lado suyo acomodando de nuevo mi vestido -¿Cómo subiste con vestido?- le levante la falda mostrándole el pantalón dejándolo impresionado por ello.
-¿Qué sucede Ezio? ¿Acaso escapaste de las ordenes de Claudia?- le dije riendo pero el solo miro al horizonte sin reacciones -¿Ezio?- esto me estaba preocupando nunca se quedaba callado cuando me burlaba de él
-Lo siento mucho Zusu- dijo de la nada mirándome intensamente
-Ezio…-
-No déjame terminar… nunca debí reclamarte por que pasaras mas tiempo con tu amigo eso no fue correcto- tome su mano ganando una mirada de él algo sorprendida por mi acción.
-En eso tienes razón…Gracias por disculparte – su disculpa era un alivio a esa molestia de hace días y no pude evitarlo jale su mano a mi abrazándolo como pude el paso unos momentos hasta envolverme con sus brazos pegándome mas a el oliendo su perfume y un leve olor a vino.
-Que hice para merecerte linda flor… eres la mejor hermana del mundo- esas horribles palabras que apretaban mi pecho quería reír pero debía verlo con esos ojos.
-No lo se …asi que prepárate para cobrarte por mi presencia…ahora bajemos Claudia debe estar como loca-
-Ahh! Ni me lo digas me obligara a limpiar todo yo solo-
-Eso tenlo por seguro asi que vamos- me levante siendo seguida por Ezio mirando la gran diferencia de altura me lamentaba el era una cabeza mas grande que yo eso fastidiaba pero me resigne hace días, alce mi falda amarrándola para mejor movilidad, trate de no usar mucho mis manos al momento de bajar para tener mas fuerza y cuando ya estábamos en el suelo desate mi falda y me sacudí el polvo.
-¿Qué fue eso?-
-¿A Que cosa?-
-Bajaste de manera rara –
-Ah es solo un truquito te lo enseñare después, ahora andando nos deben esperar, tome su mano y comenzamos a correr con dirección a casa, no solté su mano en ningún momento era lindo sentir el contacto sin mas problemas, sin incomodidades solo siendo el y yo…era una tonta pero no importaba si el no se daba cuenta de nada.
