Capítulo 17. darse cuenta
Azucena.
Sin duda soy una completa cobarde, ya habían pasado casi tres meses completos desde su cumpleaños y que hacia yo evadiéndolo los primeros días y cada que se acercaba Ezio a mi lo evadía con Petruccio, con Claudia, con mamá incluso con papa pidiéndole entrenar en pelea pero siempre lo evadía después de un tiempo el dejo de acercarse dejándonos como unos compañeros que viven en el mismo edificio saludando cortésmente y ya de ahí no cruzábamos palabras, como si fueras extraños no iba a mentir mi cobardía causo esto y ahora en principios de octubre de 1476 ya solo me quedaban casi tres es en los cuales podríamos vivir tranquilamente incluso papá estaba fuera posiblemente buscando si habrá un ataque al duque o no hasta ahora no había conseguido información que realmente le ayudara ni siquiera sabia que es lo que Uberto estaba planeando.
Pero eso no importaba mi animo no volvió a ser el mismo hace muchos años que no volvía tener esta barrera casi no sonreía y mucho menos convivía como antes era toto demasiado a mi gusto, hacia mis deberes, mis tareas todo normal pero sabia que había algo mal y ahora me encuentro de camino a casa de Anna de Medici para entregarle un encargo, casi no hablaba con ella pero aun asi la apreciaba era una buena chica agradecía mucho aun su acercamiento.
-¿A que viene?- un guardia me detuvo en la entrada a la casa Medici la mayoría ya me conocía.
-Vengo de la casa Auditore a dejar un encargó a la señorita Anna- debía ser suficiente mis energías estaban en el suelo.
-¡No esperamos a nadie de ese lugar asi que lárgate!- el tipo a era demasiado bueno o no se que le pasaba ya que con un movimientos brusco trato de golpearme con su espada enfundada lo esquive un poco pero me alcanzo a dar en el brazo… que cansado
-Por favor debo entregar esto es para la señorita no miento- trate de razonar con el pero solo me comenzó a gritar de que me alejara de la casa y me largara antes de que me dañara.
-¡ACASO NO ENTIENDES…LARGATE!- al parecer agote su paciencia en no reaccionar ni un poco y mirándolo despectivamente me sentía como un globo desinflándose poco a poco y este guardia que ya había desfundado su espada acabaría conmigo senti mi cuerpo temblar no de miedo la rabia es lo que estaba a punto de salir.
-Señor…al igual que usted no tengo paciencia asi que por favor se lo pido háblele a la señorita Anna- pero en lugar de eso me atacó con la espada torpemente que fácilmente lo esquive unos estoques mas el realmente estaba cansado.
-¡MALDITA!-
-¡¿Qué esta sucediendo? Manolo!- una voz potente salió de la casa de Anna y al verlo era el capitán Rogelio me conocía bien y por supuesto a veces le daba un suplemento de vitaminas de diversas plantas.
-¡Capitán…estoy corriendo a esta mujer loca que trata de entrar a la casa!- y bom un golpe en su mejilla lo tiro al suelo
-¡¿Y por que no preguntaste si era cierto? Lárgate estas despedido!-
-Pero. Pero señor …-
-Señorita Azucena por aquí la señorita Anna la espera impacientemente- debía sentirme mal por el tipo pero trato de lastimarme asi que no sentía pena por el.
Al entrar mire hacia atrás y lo vi enojado azotando su casco y mirándome con un odio intenso la verdad lo ignore se lo merecía yo le advertí, pero no quiso escucharme.
-Lamento mucho eso, es nuevo hoy lo contrataron y no escucho fue un error de mi parte asi que pido disculpas – El capitán se inclino ante mi que vergüenza el no había hecho nada.
-No se disculpe capitán Marcos un error lo comete cualquiera lo importante es que el encargo no sufrió daños- le mostré la maleta con las medicinas eso lo tuvo contento y me llevo con Anna que estaba con muchas chicas.
-Azu…que bueno que has llegado pero…¿Qué traes puesto?- Anna era muy intensa y el que me vea con un pantalón parece que no le gusto nada de nada para una dama de sociedad verme asi le causaba mucho disgusto.
-Yo digo que se ve bien-
-Gracias Cristina…déjame asi Anna te prometo que será la ultima vez- Cristina ha sido mas sociable conmigo y me ha hablado mas de lo que pensé que haría desde que interrumpí su cita con Ezio la que me habla mas es ella y no él.
-Para nada…Azu es hermosa solo mírala sus ojos son un hermoso verde y su cabello en las puntas se ven rojas y mira tócalo- de pronto me vi rodeada siendo tocada por las demás chicas me senti como un experimento -Ven les dije muy suave y que decir de su color de piel muy suave no se que se hace pero pronto lo tendré y mi amado Miguel disfrutara de una tersa piel-
-No tengo opción verdad, me vas obligar a cambiar de ropa- me resigne viendo como comenzó a reír
-Sera un excelente día…¡ALINA LA ROPA POR FAVOR!- Anna me llevo hasta una silla las demás chicas me rodearon mientras traían mas cosas creo que me arrepiento de haber venido.
-Tranquila Zusu no dejare que Anna te cambie tanto o tu familia te encerrara por lo linda que quedaras y Ezio me reclamara por dejar a su hermanita muy linda presa de los hombro-
-No se como tomar eso-
-Déjala Cris…no opacara tu belleza deslumbrante pero se acercara lo suficiente- olvidaba que a veces Anna era algo venenosa yo solo me reí resignada, mi cabello fue suelto y como una muñeca me deje arreglar por estas chicas mientras seguían los chismes y los preparativos.
-Ahora el vestido espero te guste es de Francia enviado por una pariente mía- ya me imaginaba quien.
-Vamos Azucena será solo por hoy quítate eso- Ahh Cristina tu encanto no solo funciona en los hombres su hermosa mirada esos bellos ojos cafés y su asimetría era perfecta ya veía porque Ezio cayo encantado la primera vez que la vio en el mercado aunque me alegraba que no mostrara superioridad eso era un gran atributo pero no quería quitarme la ropa con mucho esfuerzo había hecho ropa de mi antigua vida y tener ese tipo de ropa no sería bien visto aquí.
-A es que yo…-
-Descuida no nos burlaremos de ti- Anna sin pedir permiso me bajo desabotono el pantalón y lo bajo y con ayuda de su sirvienta me quitaron la camisa dejándome en mi ropa interior una pequeña camiseta y mis calzoncillos.
-Ah ¿Azucena…?-
-Eres rara pero asi eres no preguntare – Anna gracias y de pronto comenzaron a ponerme capas y capas de ropa hasta llegar el vestido, era muy parecido a los que veía en películas pero este era un poco sencillo de color verde muy lindo como las hojas y muy pero muy pesado, me pidieron subir los brazos y senti la tela era suave lo hicieron con cuidado deje los ojos cerrados esperando que terminaran, senti como apretaron el vestido.
No se cuanto paso pero comenzaba a aburrirme de la espera
-¿Ya?-
-Ya casi…deja de preguntar-
-Argghh ya me aburrí…aparte esta oscureciendo no quiero regresar noche-
-Descuida hoy te quedaras aquí de hecho todas se quedarán aquí- ni como discutir con Anna asi que mejor aguantar todo esto.
-Pero no avise a mi familia-
-No te preocupes mande avisar a tu familia que te quedaras- estaba atrapada.
-¡Listo!- dijo y rápido fui a un espejo que tenia cerca y por los dioses….no me reconocía ningún poco el vestido si que cambiaba mucho a una persona y por supuesto mi cabello lo peinaron demasiado bien.
-Wou jamás pensé verme tan diferente- quería tocar mi cabello pero me daba miedo arruinarlo
-Aun no hemos terminado-
-¿Qué?-
-Chicas sigamos …cámbiense rápido quiero ver todo- y al voltear vi varios vestidos de diferentes tamaños y estilo esta si que iba a ser una noche larga. -Y Azucena no te preocupes tu imagen esta a mi cuidado.
La tarde y parte de la noche pase de vestido en vestido cambiando de peinado en peinado hasta que por fin dejaron que me pusiera un pijama, claro prestada era algo incomoda la túnica era linda y suave pero sin duda incomoda asi que tome una bata que me dieron también y salía al patio para disfrutar un poco de la noche algo fresca.
-Pensé que era la única en disfrutar la noche- Anna si que era única encontrarla aquí en la noche sin un guardia.
-Bueno no podía dormir y Sali a caminar un rato como tu-
-No debes ser tímida linda ven siéntate conmigo- Anna era una persona misteriosa le gustaba vestir a sus amigas convivir con ellas pero por alguna razón no la veo tan feliz, mire alrededor no había guardias asi que podía ser mas sincera.
-¿Anna eres feliz con todo esto?- mi pregunta le saco una sorpresa grande
-¿Acaso se nota mucho?-
-No…pero se leer muy bien a las personas o al menos eso quiero creer-
-Azu nunca he sido feliz …pero es mi deber como una Medici no mostrar ningún defecto y ser super perfecta ante todo y todos-
-¿Mas que tu felicidad?-
-Por supuesto…no soy la única que piensa en su familia antes que en si misma ¿No lo crees?-
-¿Por qué lo preguntas?-
-Yo también tengo un don Azu…me gusta observar todo y ver que hay cerca …y mis amigas mas queridas me gusta saber mucho de ellas como saber que dejaste que tu buen hermano Ezio sea feliz con cierta dama hermosa- ¿Cómo se dio cuenta?
-¿Cómo lo sabes nunca mostré nada?-
-Eres reservada eso no lo niego pero tus ojos muestran mucho de tu interior y se que ves a tu "Hermano" con ojos de amor- no podía creerlo si que tenia un don
-Vaya vida amiga… es cierto lo amo pero se que con Cristina estará bien y como dijiste todo sea por la familia-
-No entiendo por que no haces nada …-
-Eso debería decirte ¿al menos te casas con alguien que te gusta o igual por obligación? –
-No te mentiré al inicio fue por obligación pero al conocerlo me di cuenta que era un hombre sencillo y caí en sus encantos-
-Me alegro por ti-
-Gracias…tu deberías dar un paso y si no consigues nada puedo buscarte un marido en Francia –
-¡¿Francia?! No gracias aquí estoy bien…espera ¿Te iras a Francia? -
-Asi es…por que crees que tenia tantos vestidos de Francia mi familiar es de ahí- jamás pensé que se iría tan lejos
-¿Cuándo te iras?-
-En tres días-
-Eso es demasiado pronto…-
-Lo es pero no me arrepiento de nada tal vez irme lejos de Florencia me de la paz que tanto busco –
-Espero que si Anna-
-Bene espero que tu igual se valiente Azucena me iré a dormir- y Anna me dejo ahí sentada en el banco nunca pensé dejar de verla tan pronto me daba cuenta que el tiempo estaba pasando demasiado rápido y que hacia yo desperdiciaba mi tiempo alejando mi familia sobre todo a Ezio.
