Capitulo 21.
Claudia.
Tenía tiempo estando molesta con mis hermanos mayores eran unos tontos de primera ¿Acaso no pueden aceptar lo que sienten? Aun recuerdo cuando Azucena llegó a casa o bueno tengo pocas memorias pero lo que más recuerdo era ese hermoso vestido lleno de flores coloridas y ese peinado un poco deshecho pero lindo y cómodo quería que ella me compartiera esa dulzura y me alegraba saber que ya no sería la única hija aunque tenía tres hermanos era la única mujer y ella me aligeraba mi carga, aunque mi entusiasmo no duro mucho Azu se la pasaba jugando, corriendo, saltando incluso entrenando con Federico y Ezio estaba celosa pero ella siempre tenía tiempo para estar conmigo y me enseñaba como hacer peinados llenos de trenzas y aunque al inicio fracase ella me peinaba mientras charlábamos de cosas sin importancia, pasar mis días con ella fue lindo y aunque le aburría las clases para ser una dama las pasaba conmigo pero cuando cumplí 13 años y comencé a ver con otros ojos a los niños fue cuando me di cuenta que esos dos se miraban más que hermanos.
Sentía rabia cuando se trataban como simples buenos amigos y aunque trate acércalos no funciono y cuando me rendi decidí concentrarme en mis problemas amorosos y aunque ya tenia un novio y toda mi familia lo aprobaba Azucena era la única que no le agradaba Duccio de Luca era una persona maravillosa me trataba con tanta delicadeza y aun asi mi confidente mi hermana no lo quería pero dejo de molestarme con ello cuando fue el cumpleaños de Ezio al día siguiente fue poco decir que ella lo evitaba como la peste como si fuera alguien indeseable incluso me llevaba de compras para evitar hablar con el la verdad fue triste pero mas al ver a Ezio rendirse y comenzó el distanciamiento fueron dos largos meses de verlos dándose solo un saludo pero como dije no me metería más, di una solución y decidieron que ellos resuelvan esto pero algo cambió no supe que fue el día que papá llegó en la mañana no vi a Azucena desayunar con nosotros mamá incluso no le dio importancia hasta que fue la hora familiar donde ella apareció y nuestros padres se levantaron a abrazarla fue algo extraño incluso me abrazo a mi y a todos era raro pero al parecer todo mejoraría ya que incluso jugo ajedrez con Ezio , no quise preguntar que sucedió en la casa de Anna de Medici pero la apoyaría en lo que fuera.
Las semanas pasaron y ella parecía volver a la normalidad dándonos charlas sobre técnicas de cuidado de belleza y haciéndonos reír regañándome por ir con Duccio en la noche todo normal hasta el día de hoy a mediados de Octubre.
-¡Ya te dije que tomes esto!- Azucena tenía en una silla a Ezio en la cocina donde aun no había nadie asi como se veía paso una noche llena de bebidas de seguro con alguno de sus amigos.
-No quiero beber eso Huele horrible y de seguro será muy amargo-
-Vamos Ezio se ve que te ayudara- le daría una ayuda a Azu y si no se dejaba bien podíamos obligarlo
-Aggg mis hermanas me atacan…..no beberé eso- mire a Azucena y ella con un movimiento de cabeza me indico que planeaba así que pase hasta estar detrás de Ezio y lo tome de los hombros y ella se sentó encima de el y de un movimiento rápido tomo su cara apretando sus mejillas y le metió el liquido rojo a la boca y cuando lo hizo le cerró la boca para que tomara todo.
-Listo ya podemos ir a desayunar- Me reí de ver como Ezio tosía por el brebaje que le dio por supuesto el me miro de muy mala forma pero seguí riéndome.
-Es traición…..no puedo creer que ataquen las dos-
-No me dejaste otra opción pude no haberme enterado pero quien te manda a caerte frente de mi puerta – Asi que eso paso ya tenia tiempo que el prefería irse a su cuarto pero es bueno verlos ayudarse de nuevo.
-No te quejes agradece que te ayude con tus desastres- reír por sus peleas con medicamento era refrescante.
El desayuno paso tranquilo y cuando me fui a hacer mis deberes Azucena me acompaño a las tiendas a comprar cosas que necesitaba como he dicho es bueno volver a la normalidad.
Las semanas pasaban y Azucena pasaba mas tiempo con Leonardo según ella planeando una sorpresa para la misa de navidad ya estábamos a un dia de eso y yo comenzaba a ver por que le caía mal mi novio a mi hermana, Duccio me estaba comenzando a tratar mal, ya no era lo mismo ahora me trataba algo rudo y insinuaba cosas comenzaba a controlarme impidiendo que hablara con amigos y conocidos de la familia esperaba que Azucena no viera esto se por Petruccio qué ella tenia moretones en el cuerpo por peleas qué ha tenido con personas de la calle según para aprender a defenderse, más bien diría que esta agarrando la actitud peleonera de Ezio aunque había escuchado que papá había acusado al padre de Vieri de un crimen lo habían encerrado y eso causo mas problemas con mis hermanos.
Hoy tenía una cita con Duccio le pedí prestado su perfume a Azucena y aunque ella dijo que no era necesario que con verme linda era más que suficiente no podía aceptarlo debía dar lo mejor de mi.
-¡Duccio perdón la …demora! -Al haber llegado a la plaza pensando que estaba esperando como otros días fue una gran sorpresa no encontrarlo en ningún lado mire alrededor y no lo vi tal vez se le hizo tarde así que decidí esperarlo.
Los minutos comenzaron a pasar y decidí sentarme en un banco pero el no llegaba, veía a la gente pasar y el sol cada vez estaba más alto y comenzaba a cambiar de color el cielo.
-¿Claudia? ¿Qué haces aquí tan tarde?- de repente alguien me distrajo de mis pensamientos, Azucena estaba frente mío tenia varias bolsas llenas de no se que, vestida con su ropa casual de siempre un pantalón ancho si no te fijabas bien se veía como una falda posiblemente antes lo fue pero no le decían nada.
-Espero a Duccio- respondí no mirándola estará enojada
-¿Cuánto?-
-¿Cuánto que?-
-Cuanto tiempo llevas aquí esperando- me miraba enojada con esto menos lo querría-No puede ser desde la mañana –
-Tal vez tuvo una emergencia y no pudo avisarme- la vi suspirar viéndome algo decepcionada
-Vamos a casa-
-Pero ….puede venir-
-No vendrá Claudia ya esta anocheciendo vámonos- sus palabras eran razonables pero en mi mente se negaban a escucharla de seguro me va regañar, me sentía triste y tenía ganas de llorar y gritar pero antes de hacer algo me tomo de la mano levantándome y abrazándome ella al ser un poco más alta me cubría por completo era lindo poder esconder mis emociones turbulentas en su hombro.
-Mi hermanita tonta sabes que puedes contarme lo que sea y si quieres puedo irle a dar su merecido o Ezio le podemos decir y ni que decir de Federico se volverá loco si sabe que lloraste por un imbécil-
-No dejare que le hagan eso- Mi humor mejoro, pero decir eso solo causo que jalara mi mejillas.
-Necia como todos los demás- Bueno soy una Auditore que podía decir.
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Azucena
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-¡Por fin! Esa es la mirada ese es el sentimiento- me había costado mucho fingir indiferencia y arrogancia pero después de un mes y medio lo logre y hoy 24 de Diciembre de 1476 tenía todo listo había logrado hacer muchos concentrados de varias medicinas incluso varias notas más de como darles y se las di a Petruccio de como usarlas pero aun asi sentía que me faltaron muchas cosas que enseñarle.
-Sentía que no me saldría ni un poco- había hecho muchos logros y uno de ellos fue una actuación que incluso engaña a Leonardo una persona muy observadora curiosa y capaz de leer el ambiente con solo mirarlo su mente era asombrosa así que no me sentí mal en decirle muchas cosas para su avance tecnológico incluyendo la electricidad aunque aun seguía muy lejos de ella.
-Pero lo has logrado eso es lo importante – Leonardo tenia razón mire la hora en su reloj y vaya ya se estaba haciendo tarde.
-Debo irme…pero antes ¡Ten!- que mejor regalo que le puedo dar a Leonardo que un libro con mucha información sobre el mundo moderno pero sobre todo la electricidad y los motores, es un ingeniero asi que pude que avance más en sus proyectos y esperaba un día poder ayudarle con su prototipo para poder volar.
-Ammm Grazie- no supe si puso una cara de incomodidad por el significante libro o por que recibió algo como un libro.
-Ábrelo- le insistí y aun que dudo al inicio al leer la primera pagina de inmediato me miro con una nueva expresión una mas feliz y llena de emoción…
-¡Es…Es sobre …-
-Si se que te ayudara y harás grandes cosas… bene nos vemos hasta pasado mañana- le di un abrazo que respondió mas feliz de lo normal.
Antes de salir me lleve mis cosas que ocuparía para pasado mañana muchas cosas habían cambiado Se suponía que papa estaría en casa ya en estos días pero aun no llegaba y tenia miedo de algo cambio incluso se suponía que ya deberías estar aquí pero nada de nada, decidí pasear por la plaza admirando decoraciones rojas, doradas y verdes en varias casa y muchas flores, aun extrañaba las luces de la vida moderna pero presenciar esto era algo que no cambiaría por nada, todo tan nuevo y lo bueno que se aceptaban más ideas, al ver a una parte vi a Claudia sentada en un banco muy distraída mirando el suelo mire al cielo y ya casi oscurecía, al acercarme me di cuenta que estaba vestida como en la mañana…ese maldito de Duccio volvió a dejarla y aunque le sugerí golpearlo ella se negó rotundamente pero pronto se daría cuenta sus amigas pronto se burlarían de ella asi que decidí llevarla de regreso a casa.
-¿Estabas con tu amigo el artista?-
--Leonardo…si estaba con el arreglaba unos asuntos- no se por que era tan difícil aprenderse su nombre.
-Has pasado mucho tiempo con el….¿Acaso te gusta?-
-Mmm si es una excelente persona-
-¡¡¿Acaso ya olvidaste a Ezio por el?!!!- ¿Qué?
-¡Claudia!-
-¡Oh vamos! Como si no viera como miras a Ezio….no te juzgo son tus gustos- era solo una adolescente y noto mis problemas aunque técnicamente también era una adolescente.
-Ah…no me gusta Ezio…y Leonardo es un buen amigo-
-Zusu no nací ayer….pero si quieres seguir mintiéndote no te presionare más – la mire caminar con esa elegancia que ella solo podría tener…es cierto me mentía pero no quería hacer nada mas pronto habría muchos problemas.
Ya no le dije mas y fuimos a arreglarnos para la misa de media noche, mamá era muy estricta y nunca se perdía de una misa.
-¡Vámonos se nos hará tarde!- No paso mucho y ya nos estaba regañando, no podía ir mas rápido el vestido que tenía que llevar era incomodo más que nada porque era muy ajustado y se me hacía difícil de mover y por sobre todo tenía que llevar un tipo velo en mi pelo y cubrirme bien aggg es un fastidio.
-Ya voy- le dije saliendo con esa ropa tan incomoda, al bajar solo faltaba Claudia le encantaba arreglarse y se lo merecía sin duda el imbécil de Duccio no la merece.
-Te ves tan hermosa sabia que ese vestido te quedaría hermoso- Mamá me vio fascinada, pero yo solo la vi resignada mire a Federico y a Ezio que solo levantaron los hombros burlándose un poco de mi.
-Si hermana estas hermosa- Petruccio apareció abrazándome -Pero me gustaba verte mas en tu ropa de siempre – Aww el si sabia como alagar a una chica.
-Aprenda caballeros asi se debe halagar a una dama-
-Oh vamos el solo tiene 13 años- ay Ezio
-Y aun asi tendrá mas oportunidad de coquetear con chicas sin humillarse- Claudia por fin apareció atacando el orgullo de ambos yo me rei por ello ya que si les faltaba mas tacto a veces.
-Cállate Claudia-
-Basta de peleas vámonos- Mamá sabia como controlarnos no hubo mención del por que papa no estaba si que no dijimos nada, una de las pocas noches donde Florencia estaba con mucha gente en la noche era en la víspera de Navidad, la gente estaba bien vestida, olia bien y todo mundo estaba feliz y sin problemas.
La iglesia estaba llena pero lo bueno de estar con una familia noble que apoyaba a los artistas tenían lugares asegurados en la iglesia, pasamos toda la hora escuchando varios sermones no quería decirlo pero comenzaba a darme sueño asi que media hora mas de sermones por fin termino la misa indicando ya la media noche dando inicio a la navidad asi que todo ese dia era festejar y comer mucho pero enserio tenia sueño.
-Mamá ire a tomar un poco de aire-
-Claro linda pero no tardes- me levante de mi asiento aun quedaba mucho tiempo para poder irnos, con discreción logre salir sin recibir malas miradas me aleje un poco de la iglesia me recargue en un pilar sin ser vista, sentía los ojos pesados que se cerraban con el mas simple parpadeo.
-Te lo digo Giovanni debe ser asesinado lo más pronto posible, el asesinato del Duque de Milan esta mas rápido a descubrirse – esa voz se me hacia conocida
-Tienes menos de tres días para matarlo no me importa el medio olvida la ejecución publica-
-Pero…pero no puedo solo asi matarlo aun no se donde esta.
-Llegara pronto …que no sospeche nada y mátalo junto a todos sus bastardos – los planes habían cambiado sin duda me dejo sin aliento todo esto, si se lograba nadie sobreviviría ni siquiera Ezio.
-Que nadie te descubra Uberto- mi cuerpo estaba inmóvil escuchando como se alejaban esos malditos ya tenían todo planeado Rodrigo Borgia estaba desesperado y le dio un ultimátum a Uberto Alberti eso no me gustaba nada.
-¡Zusu! ¡¿Dónde estas?!- escuché la voz de Ezio no quería moverme pero verlo solo me dieron ganas de ir a abrazarlo y lo hice Sali corriendo abrazándolo fuertemente. -Hey ¿Todo bien?- me preguntó correspondiendo mi abrazo pero no dije nada, mis emociones se estaban alterando pero ahora mas que nada debía tener fuerza para que nada pase. -Me estas asustando linda….- debía decirle una mentira y ya sabia cual.
-Sueño….- le dije acurrucándome mas, el frio y su calor no ayudaban mucho aunque me despertó esa charla ya comenzaba a sentir ese sueño que tenia desde hace rato.
-Ahhh solo eso, vamos nos esperan- me dijo tratando de separarme, pero lo único que hice fue quejarme
-Noooo….cárgame – le dije mirándolo con ojos mas cerrados que abiertos.
-Bene…pero tan pronto como me canse tu peso te dejare a Federico- me dijo mientras me alzaba y me acurrucaba en su pecho aunque le di un golpe por burlarse de mi peso.
-Calla solo llévame…- lo escuche reir y en su movimiento de caminar hizo que me durmiera, todo el estrés y cansancio que he tenido estos días me estaba pesando y esto fue el resultado dormirme en brazos de alguien.
