Capitulo.25 Tortura.

Mata su luz un fuego abandonado.

Sube su canto un pájaro enamorado.

Tantas criaturas ávidas en su silencio

Y esta pequeña lluvia que me acompaña. By: Alejandra Pizaenik

Azucena.

28 de Diciembre de 1476

Había pasado ¿Cuánto? 3 minutos cuando los guardias ya estaban en la casa con espadas en manos, no se que tratarían de hacerme pero en el peor de los casos tratarían de matarme ahí mismo pero no sin antes llevarme a unos cuantos hombres, el shock de matar a alguien desapareció cuando mi vida corrió peligro por eso ya tenia la mano en mi cuchilla oculta en mi cadera.

-¡GIOVANNI AUDITORE SAL AHORA!- por fin había llegado hoy 28 de Diciembre de 1476 el dia donde son arrestados para el dia siguiente ser ejecutados que casi fue cambiado por una variable y esa variable pronto desaparecería.

-Llegan tarde se han ido- antes de que llegaran me sente en uno de los bancos de la entrada pero al hablar asuste a los guardias ganando que sacaran sus espadas apuntándome a mi demasiado rápido.

-¡Ja, la sirvienta de Giovanni defendiéndolo! ¡SAL COBARDE!- al parecer no me creían asi que me acerque a ellos lista para cualquier cosa.

-Adelante ve revisa todo pero no encontraras nada yo les avise que vendrían por ellos- no necesitaba flaquear ante sus miradas de asombro pero lo que no espere fue la señal del capitán para capturarme, me tomaron de ambos brazos tirándome al suelo en rodillas dejándome inmóvil.

Revisen cada habitación!- dio la orden haciendo que varios guardias fueran al interior de la casa. -¡Ese maldito cobarde!-

-Ya te dije se han ido- le mire desde abajo pero el decir esto solo gane un golpe en mi cara demasiado fuerte que comencé a sentir un sabor metálico en mi boca.

-¡Capitan todos se han ido, no hay nadie en la casa!-

-Asi que has ayudado a unos traidores….¡CAPTURENLA!- no puse resistencia deje que los guardias me tomaran llevaron arrastras fuera de la casa. -Llévenla y encierren a la perra en el palacio de la señoría, se le juzgara de acuerdo a las leyes- desde ese momento me senti en automático deje que me llevaran no tenia fuerzas para hacer nada ni siquiera para luchar los recuerdo de hace poco me invadieron y ver el odio de los Auditore me dejo devastada sin fuerzas de nada pero no importa todo es por su bien, esto me estaba dejando sin defensas.

El recorrido estuvo lleno de palabras para humillarme pero no me importaron debía prepararme mentalmente para lo que vendría este siglo fue conocido por sus métodos de tortura asi que debía tener fuerza para todo, los guardias que me llevaban amarraron mis manos haciendo que me fuera imposible defenderme a sus golpes en mi cuerpo y haciéndome caer al suelo ensuciándome en varias partes.

Al llegar a la prisión me pusieron cadenas en mis manos y en los pies no se que es lo que pasaría pero ahora que estoy aquí preferiría seguir en las calles siendo arrastrada por estos miserables guardias.

-¡ Hay maneras de hacer hablar a una persona y tu conocerás una de ellas!- sus palabras llenas de satisfacción no me gustaron mucho menos esa sonrisa sádica.

-Inténtalo- el capitán y yo nos desafiábamos con la mirada el tenía una de enojo y sabia bien el motivo por mi culpa perdió a sus objetivos y Uberto no estaría muy feliz de ello.

-Veremos cuanto te dura esa sonrisa tuya...¡Jaime! El fuete- estaba asustada usarían la flagelación para hacerme hablar pero eso no me detendría de mi no sacarían nada es mi meta en este sitio.

Vi como remojaron el fuete y con paso lento se acercó a mí tuve que respirar y cuando el sonido de esa cosa rompió el viento, en mi espalda un ardor intenso comenzó donde le dio de lleno junto con un dolor indescriptible pero no pude procesar nada porque siguieron con los azotes...uno...dos...tres...cuatro...seguían y seguían y que este mojado empeoraba las cosas el golpe eran más duro y abarcaba más al resbalar.

-¿Dónde están? Habla y terminaremos el castigo- la voz de alguien conocido apareció de repente lo mire desde abajo aguantando todo dándole una mirada de desprecio.

-¡HABLA!- el capitán grito azotándome más fuerte una y otra vez pero no baje la mira concentrarme en algo ayudaba pero de repente sentí como alguien me pateo haciéndome caer al suelo mugroso donde pasaba ratas qué se llevaban trozos de carne de prisioneros pasados.

-Tiene fuerza...capitán recuerde es una criminal no tenga piedad- maldito Uberto -Por favor sáquenle la información cuanto antes mis superiores esperan ver la cabeza de Giovanni-

-Como ordene- fueron solo segundos que me dejaron pero mi alivio fue casi nada cuando jalaron mis cadenas elevándome de nuevo haciendo que mi espalda se sintiera con fuego en ella pensé que seguirían con el fuete pero vi como sacaron un latico con pequeñas púas en las puntas remojándolo un poco….esto seria doloroso.

-Comiencen- fue una orden simple sin ser tan fuerte pero el miedo que me inundo fue enorme cuando senti el primer golpe.

-¡Aghh!- suprimí mi grito mordiendo mi lengua no quería verlos satisfechos con mis gritos de dolor, y siguieron por un buen rato dando golpes a mi espalda el dolor me estaba dejando inconsciente me dejaba adormecida en todo mi cuerpo podía sentir las espinas clavarse en mi piel para ser jaladas y sentía como algo tibio recorría mis piernas supongo que era mi sangre.

-¡DONDE ESTAN?!- como si fuera decirlo pero no podía decir nada debía concentrarme el temblor en mi cuerpo era incontrolable y al ver que no hablaba dio la orden de golpearme con palos que tenían en mis costillas y en mis piernas…debía decir algo….¡NO! ellos deben estar a salvo …..pero duele….debe ser asi…mi garganta ardía y aunque quería soltar lagrimas de dolor en mi mente se produjo una frase

-En este mundo señores… aquí están- no fue una mentira aliviar el dolor con una verdad me ayudo a recapacitar pero eso no les gusto ni un poco volviéndome a golpear con el látigo-¡AGHHH!- no pude detenerlo esta vez y los gritos comenzaron a salir de mi garganta.

-¡RESPONDE PUTA!- sus gritos exigiendo solo eran molestos…por que gritaban no eran torturados…

De mi no volvió a salir mas que esa frase una y otra vez ya perdiendo el sentido del tiempo y noción de donde estaba deje que siguieran con los golpes sin dejar salir nada, no se cuanto paso cuando me dejaron de golpear para dejarme tirada ahí, nadie fue a curarme asi que como pude comencé a quitarme la poca ropa que quedaba en mi espalda necesitaba dejar expuestas las heridas para que se cerraran un poco, mi respiración me dolía pero no deje que me afectara todo era por un bien mayor eso me repetí hasta que fue de noche.

No dormí nada esa noche no solo por el dolor que sentía, el maldito frio de esa torre era tan intenso que sentía que me daría hipotermia para distraerme tarareaba una canción para no cerrar los ojos no sentí el peso del tiempo pero al ver los primeros rayos de sol me puse de nuevo la ropa fue lo mas difícil que pude haber hecho tarde demasiado que cuando termine el sol ya comenzaba a ser sofocante en esta celda en el juego Petruccio un niño de 13 años estuvo aquí en este infierno y aunque papá lo defendió debió pasar mucho miedo me alegro yo evitar ese sufrimiento escuche pasos y voces de burlas esos malditos se acercaban cuando al fin abrieron la puerta entraron cuatro guardias.

-Por la orden del Maestro Uberto Alberti Hoy 29 de diciembre la mujer de nombre Azucena protegida del traidor Giovanni Auditore se le sentencia a la horca por encubrir a criminales peligrosos- el padre leyó un documento se escondio bien detrás de esos dos guardias, vi que dio la señal y se acercaron tomándome de las cadenas de mis manos haciéndome levantarme a la fuerza sacándome de ese sitio y me arrastraron por todas las escaleras

-¡Levántate perra!- sus insultos no eran nada comparados al dolor de esas miradas y el dolor infernal de mi cuerpo y con solo fuerza de voluntad me puse en pie ya estaba a casi nada de estar fuera del palacio y al salir solo mire un dolo sitio, comencé a caminar con dirección a esa tarima que ya era conocida para mi, la gente no eran demasiada en el juego a lo mucho mostro unos cien incluso menos pero en la vida real , estaba casi reunida toda Florencia ahí sus miradas y sus insultos se volvió un eco espantoso todas esas voces mezcladas eran aterradoras no me debía detener….mi corazón comenzó a doler y mi respiración comenzó a ser entrecortada…. al llegar a esa tarima me subieron exponiéndome a todos era horrible y en mi mente llego de nuevo el pequeño Petruccio ahí junto a su padre y hermanos, la vida real era mas dolorosa nada comparada con la ficción

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-¡PUEBLO HOY COLGAREMOS A ESTA CRIMINAL QUE PROTEGE A ESOS TRAIDORES QUE ESCAPARON!- Uberto estaba ahí y no se le veía muy a gusto incluso Rodrigo Borgia sus caras eran de molestia al tenerme a mi y no a Giovanni y sus hijos.

-¡Cuélguenla

-¡Mátenla

-¡Traidora

-¡Muerte a la criminal

-¡Ya cuelguenla

-¡Se merece mas.

Todas esas palabras dolían pero no baje la mirada ante nadie empecé a ver a todos lados cada uno de ellos, personas que alguna vez me saludaron veían mi persona entre consternados y asustados y otros me veían con diversión la humanidad estaba llena de matices y en momentos como este podía verlo fácilmente, no quise mirar mas asi que decidí mirar los techos que alguna vez recorrí junto a Ezio y Federico ganando carreras y escapando de alguno que otro guardia que hacíamos enojar eran bellos recuerdos y que el viento sople leve dándome un pequeño alivio era bueno y ver el cielo por ultima vez su color azul tan hermoso cambiando dependiendo el sol y aunque había algunas nubes dejándome ver la forma redonda del sol sentía que había perdido tiempo en muchas cosas pero algo llamo mi atención dos cuerpos moviéndose en los tejados deteniéndose en el mas cercano al mirar bien reconocí esas figuras ¿Qué hacen aquí?