Preliminares: antes que nada, los personajes no me pertenecen sino a su autora: Rumiko. Segundo: hay OOC, parejas que en un inicio se oponen al INUKAG y las apariencias de algunos personajes se han humanizado pues en este universo no hay demonios. Por último, no autorizo que mi fic sea re-publicado en otras páginas como wattpad. ¡Qué disfruten mi primer fanfic por aquí!

Libro 1: El hermano del Rey

"El perro y la luciérnaga"

Cuando el Rey Taisho, conocido como "El Rey Soñador" por las visiones premonitorias que llegó a tener en diferentes etapas de su vida, despertó una mañana luego de una fiebre escarlata que casi lo mata, lo hizo con la fuerte seguridad y convicción de que los dioses le habían mostrado el camino a tomar para perpetuar su estirpe:

El sueño febril, provocado por el sopor de la enfermedad, le mostró un perro de pelo plateado postrado en un campo abierto en plena noche sin luna. Identificó al can de inmediato, era exactamente el mismo que ondeaba en el estandarte de su familia pero éste, en lugar de ser imponente o feroz, era un ser escuálido y moribundo que se arrastraba por el lodo de forma humillante.

El monarca entonces solo pudo sentir angustia, ¿qué trataban de decirle los dioses?, ¿acaso su linaje estaba condenado a extinguirse? No. Él no podía permitir que el legado de su padre, su abuelo y sus ancestros antes de ellos, muriera bajo su custodia.

Como si su desesperación hubiese sido escuchada como una plegaria, el perro plateado dio un aullido a la noche sin luna suplicando por su ayuda y ésta, en respuesta, ordenó a una de sus estrellas bajar a la solitaria pradera transformada en una luciérnaga que, posándose en la nariz del agonizante animal, trajo hasta él la bendición de la diosa madre que le dio fuerzas para pararse de nuevo en sus cuatro patas con un aspecto jovial y sano. Entonces el animal ladró con vigor, provocando que a los lejos se escuchara la respuesta de una jauría igual de poderosa que él.

El hombre de cabello plateado y ojos ámbar vio al renovado canino emprender su viaje corriendo hacia la llanura, con la luciérnaga siempre junto a él, iluminando el camino con su luz y bendiciendo el andar de ambos con su tintineo.

No existieron dudas en el corazón del monarca sobre lo que tenía que hacer.

Aún no se curaba del todo de las fiebres cuando ordenó que su sobrina Irasue, hija de su hermana y del hijo menor de Lord Higurashi, el señor de la viña de las luciérnagas, se uniera en matrimonio con su único hijo, el príncipe Inu no Taisho.

La joven princesa, encandilada por su apuesto primo, aceptó enamorada. Él, por su parte, cumplió con lo que sabía que era su deber…

Tan bien cumplió el heredero que de su arreglo matrimonial nació un hijo varón, el príncipe Sesshomaru. El rey, sintiendo en su pecho la enajenación del orgullo, declaró su visión una realidad y un presagio del triunfo de su sangre sobre otras estirpes.

Reafirmando así su derecho divino a gobernar las tierras del viento, los Taisho y Higurashi levantaron un juramento de gobernar siempre de la mano.