Capítulo 7
La Charla con la Bruja
Coloca una lengüeta en su libro y lo cierra, para luego sonreírme de vuelta. Su habitación ya está llena de libros; puedo ver que varios ya los ha leído, mientras que otros siguen sin tocar.
No está desordenado, pero esta cantidad de libros es asombrosa.
—Buenos días, amo. —Echidna me mira con su sonrisa arrogante; que diga esas palabras solo me hace sentir incomodo—. ¿No te gusta que te diga así?
Suspiro, mirando hacía el sofá en su habitación. Quito unos libros y me siento, estirando mis brazos para verla desde aquí.
—Sé muy bien que puedes escapar del contrato de alma, después de todo hiciste las condiciones completas mientras yo estaba inconsciente. —La miro con una sonrisa, reconociendo que, aunque tenga que pagar un precio, dudo le impida seguir avanzando—. Aunque debo agradecerte por hacerlo de tal forma que no afecte el contrato con mi hija.
Concretamente no es un contrato lo que hicimos entre los dos, lo que hicimos fue jurar con nuestras almas, tal como se hizo con Roswaal. El problema es que para activarlo debíamos estar conscientes ambos, así que ella lo forzó sobre mi aprovechando mi inconsciencia.
Ella tiene que hacer todo lo que yo le diga; sin duda alguna. Pero hay cosas que no necesariamente me benefician.
—¿No puedes modificar de nuevo las opciones del contrato o sí? —pregunto, pero ella sonríe—. Esa condición que hiciste realmente te favorece.
"Si Echidna pierde el interés, puede dejar las tierras por un lapso indefinido". Esa parte del contrato fue escrita por ella, pero la condición es bastante simple.
Ella no puede fingir su interés, asi que solo tengo que seguir mostrándole y mostrándole sin parar.
—Fufu, eso fue hace mucho tiempo. En este momento soy muy débil para hacer algo así. —Ella se levanta, sentándose a mi lado y examinándome—. El efecto del odo de mi hija en tu cuerpo realmente es impresionante, aunque, tu puerta…
Si, mi puerta está en un mal estado. Durante la pelea con Flynn, durante la batalla con Garfield y Roswaal; usé mi puerta demasiado, con hechizos que no controlaba muy bien. Me excedí confiando en mi entrenamiento, por eso ahora no podré usar magia por un tiempo.
—Explícame un poco, quiero saber sobre el odo a detalle. —La miro con firmeza, deseando obtener respuestas.
—El odo es la fuente de vida de todo ser vivo, podría decirse que es lo que se llama como alma en tu mundo. —Echidna coloca su mano en mi pecho, haciendo que la mire con preocupación—. El odo y maná no son lo mismo, si bien puedes usar el odo para generar maná, este no necesariamente es lo mismo.
Entonces mi concepto estaba erróneo, si el odo es el alma, entonces en mi cuerpo debe haber más de un tipo de odo. Debe estar el alma de la persona que entró a través del cristal piroxeno.
—La grandeza y cantidad de odo indica la posibilidad de un usuario de usar magia. —Echidna cierra los ojos unos segundos, concentrándose—. Tu puerta es grande y está bien integrada. Aunque de momento esté dañada por la potencia y cantidad de hechizos que usaste, el odo de mi hija reparó la mayor parte del daño, fusionándose para hacer una puerta más fuerte y resistente.
La miro unos segundos, esperando que hable sobre esa alma. Echidna abre sus ojos y, al verme, descubre mis intenciones.
—Esa alma se está fusionando contigo desde el momento que llegaste, seguro pudiste usar magia que estaba fuera de tu alcance gracias a eso. —Echidna mira hacía mi pecho, probablemente viendo a detalle mi puerta—. El cuerpo de un sabio es, con certeza, impresionante; normalmente cuando en odo entra en una persona y se mezclan…
Su mirada se hace severa.
—Las personalidades también lo hacen. —Luego sonríe—. Pero tu pareces estar bien, ni siquiera recuerdas cosas del pasado, como si tu cuerpo lo absorbiese y trasformase en fuerza para ti.
Quizas si me afectó, mi personalidad pudo cambiar al aceptar el odo; al juntarlo con mi alma. Ahora que el odo es una verdad física, puedo asumir que Od Laguna también lo es. Sería algo así como el alma del mundo, y esta usa su odo para transformarlo en maná.
«¿Entonces no sería una fuente de energía limitada?»
—Tu puerta tiene una forma peculiar, ya se adaptó al miasma como la puerta de cualquier arzobispo. —Ella sonríe, mirando hacía mis ojos fijamente—. La cantidad de miasma que tiene tu cuerpo también está siendo contenida, aumentada y disminuida por los efectos del odo de mi hija, que se sigue fusionando con tu puerta.
Chasqueo la lengua, viendo que no puedo esconderle nada. Es una genio prodigio con una cantidad de conocimiento infinito. Crusch también tiene un poco de odo de Betty, pero, ciertamente, no ha logrado establecerlo dentro de ella de la misma forma.
—Estoy absorbiendo el miasma del cristal y usándolo al mismo tiempo. Así puedo apaciguar sus efectos, pero no parece tener limite. —Saco el collar, mostrándoselo a Echidna—. No pudimos hablar bien estos dos días, pero necesito trazar un plan.
Echidna en este momento se siente atraída hacía mi mundo, y como yo tengo la posibilidad de mostrarle todo lo que necesita, entonces podré mantenerla un tiempo. Su poder es grande, así que me conviene tenerla de mi lado de momento.
Si en algún punto se hace una enemiga, entonces…
—Beatrice sigue viva, puedo ver en tu collar restos de su odo. —Ella usa maná, un maná negro y profundo que me hace abrir los ojos en sorpresa. Nunca había visto un maná de este tipo—. A lo mucho debes tener dos o por mucho tres meses, luego su odo desaparecerá y morirá.
Ella me entrega el collar, y, con su advertencia dada, tengo un poco de tranquilidad. Pensé que serían semanas o un mes como mucho. Ya me puedo quitar este peso por un momento para concentrarme en el ahora.
Lo importante en este momento es saber algo.
«Necesito ver si lo reconocen».
—Subaru Natsuki. —La miro, y ella abre sus ojos por un instante. Su mano derecha se presiona con fuerza, pero ella rápidamente sonríe y la cubre con la otra mano.
«¿Una de las brujas reaccionó?»
—Dime, si vistes mis recuerdos, puedes saberlo… ¿Cómo es posible que estuviese en mi mundo? —Ahora que sé cuál es mi enemigo tengo que empezar a descubrirlo.
Este Natsuki Subaru…
«¿Qué clase de vida habrá tenido?»
Echidna se queda sin responder unos segundos. Se levanta y mira por la ventana, perdiéndose su mirada en el horizonte; rápidamente los segundos se convierten en minutos. Un sentimiento abrumador me invade, pues no puedo entenderlo.
—Ese poder que tienes, todo lo que este mundo es. El error que no debía existir y que, sin embargo, ya está hecho. —Echidna sigue mirando, colocando su mano en el frio vidrio de la ventana.
Realmente, si ambos podemos usar el retorno por muerte, nunca nos daríamos cuenta a menos que recordemos las cosas tras la muerte de otro. Pero no siento que ese sea el caso; Satella no les daría ese poder a dos personas.
Ella solo ama a uno de los dos, y parece que soy yo.
Aunque Pandora parece tener un control sobre mi poder, realmente es Satella quien hace los regresos. "No puedo hacer nada". Aún recuerdo esas palabras de Pandora, eso significa que ella no puede devolverme en el tiempo.
—Yo… —Echidna interrumpe mis pensamientos, ella se gira y me mira fijamente. Sus ojos negros invadiendo todo mi campo de vista.
Puedo verlo, aunque su expresion esté estable, aunque no tenga una sola arruga.
«Está enojada.,» La miro preocupado, pero ella aprieta sus manos con más fuerza. Rápidamente puedo ver las arrugas de la rabia, y con eso me doy cuenta de que la persona que está en frente de mí no es Echidna.
—¿Minerva? —tras mi pregunta ella abre sus ojos, mirándome sorprendida. Se cruza de brazos y mira hacia otro lado, por un momento puedo ver que sus orejas se enrojecen.
Ella suspira, mirándome con cierta molestia.
—Subaru Natsuki, lo odio. —Son sus primeras palabras, pero rápidamente puedo ver que se sostiene la cabeza, como si solo mencionarlo le causase un dolor inmenso—. Todas las brujas tenemos un enemigo en común, pero no es de tu incumbencia.
—Si lo es, en realidad, yo también…
Entonces su expresion cambia de golpe, y rápidamente Minerva cae al suelo. Su rostro parece sin fuerzas, y sus parpados caen como si les costase abrirlos. Sekhmet parece estar tomando el control ahora.
—Esta realidad es… un… error. —La mirada de Sekhmet es fría, sin emoción alguna. A pesar de tener el rostro de Echidna, puedo diferenciarlas bien—. Tú…
—Eso ya lo sé… —Miro hacía la ventana, pensando en sus respuestas—. ¿No pueden decir más?
Mis ojos se abren, mis manos tiemblan frenéticamente cuando veo que asiente. Me quedo mirando; puedo entender su gesto. El hecho de que ellas estén hablando de esta forma, el "error" de este mundo, todo lo que sucede con esta realidad.
—El mundo fue alterado por alguien. —Una sonrisa maliciosa se muestra ante mí, por lo que sé que estoy hablando con Echidna—. El pasado fue modificado, pero como estábamos en el castillo de los sueños, aun podemos recordar ciertas cosas. El problema es que no podemos hacerlo a detalle, dejando solo nuestras emociones al respecto.
Echidna me muestra un cristal piroxeno en su mano. Cuando lo toco, puedo sentir por un instante que soy transportado al castillo de los sueños. Sin embargo, rápidamente veo que sigo sentado en el sofá.
—Es un espacio alejado de este mundo, podrías decir que un espacio artificial, o un término más adecuado… —Echidna, sonríe, sentándose de nuevo—. Es un limbo, creado por tu servidora.
Algo como la biblioteca perdida, pero parece que más seguro.
—Entonces, saben que sus recuerdos fueron modificados, por eso saben que lo que recuerdan es solo un error, algo inventado. —Su asentimiento carcome mi alma, recordando que fue lo mismo que hizo con mi mundo.
«Así que Natsuki Subaru es capaz de tanto».
Una gota de sudor frio cae por mi frente.
—Con respecto a tu enemigo, ¿cómo podemos encontrarlo? —pregunto, pero ella niega con la cabeza.
—Tengo que recuperar mis fuerzas, para ello necesito conseguir ciertos objetos. —Echidna sonríe, señalándome— ¿Me ayudarás? Ahora que la realidad debe construirse nuevamente, yo también quiero que descubrir lo que una vez fue olvidado.
Cierro mis ojos unos segundos, viendo que su conocimiento sobre la situación es vago.
«Es como el hueco que queda en el corazón de alguien que ha sido borrado por gula».
El odio que sienten por Subaru se grabó en su alma, lo que significa que hizo algo tan horrible que ni modificar el mundo funcionó.
Algo tan horrible que incluso alguien que no comprende las emociones como los es Echidna lo odia.
—¿Con tus poderes al completo podremos vencerlo? —pregunto, pero Echidna entonces sonríe aún más.
—Mi enemigo puede no ser Natsuki Subaru. —Echidna suspira, mirando hacía el techo de la habitación—. Hay muchas cosas por descubrir y hacer, los conceptos del mundo fueron modificados; mi interés es seguir con mi camino, quien me lo impida solo será una pequeña piedra.
Echidna me mira fijamente, colocando su mano en su pecho.
—En realidad debería agradecerte. Fue gracias a ti que recuperamos parte de lo que se ha olvidado, tu memoria como sabio pudo ser modificada, pero en realidad lo que posees en tu cuerpo se mantuvo. —Echidna me señala y yo solo puedo tragar saliva—. Si no hubiese hecho la apuesta jamás me habría percatado de ello, y me hubiese ido sin saber de la verdad.
—Entonces... —Sonrío, y ella cierra sus ojos en asentimiento—. Como seres codiciosos que somos, ¿descubriremos la verdad juntos?
Ella sonríe, y me doy cuenta de que, para ella, debe ser como una propuesta de matrimonio. Sus mejillas se enrojecen levemente, y yo solo la puedo mirar con indiferencia. Sus emociones son algo que no entiendo, así que no me causan sentimientos.
—Si eso deseas, descubramos todo hasta el final de nuestros tiempos. —Su mirada viene con una sonrisa coqueta, con los ojos entre cerrados—. Quien diría que me propondrías algo tan hermoso.
Pongo mi mano en mi rostro, pasándola por mi cara hasta quedarme sosteniendo mi nariz. Suspiro, pues al menos sé que la tendré de aliada por un tiempo.
«Un momento, si Echidna puede modificar y transformar el espacio de castillo de los sueños, entonces…»
—¿La biblioteca prohibida podría modificarse? —Ambas son las creadoras de la biblioteca prohibida, si Echidna puede usar magia Yin para mantener el castillo de los sueños, entonces podría obtener el acceso—. ¿Puedes obtener la biblioteca prohibida?
Aún si no puede usar todo su poder, algo tan simple como controlar un hechizo debería ser pan comido para ella. De esta forma podré tener acceso a la biblioteca, así como trasladarla a mi nuevo hogar.
—Ella es la administradora de la biblioteca, de hecho, cuando rompió su contrato todos los libros se borraron, ¿cierto? —Yo asiento de inmediato ante su pregunta—. Al romper el contrato perdí los permisos como administradora, pero debería ser posible si puedo ver el hechizo que conecta con la biblioteca.
«Entonces hay una esperanza». Suspiro, sintiendo un poco de calma. No puedo dejar de seguir con mis avances, aunque no tenga a Beatrice, no puedo dejar que la ciudad se vea afectada por ello.
Echidna sonríe, mirándome fijamente como un águila que encontró a su presa.
—Puedo obtener la biblioteca prohibida, asi como puedo crear una copia de Beatrice usando nuestros recuerdos. —Echidna sonríe maliciosamente, acercándose a mí. Yo la miro, inexpresivo, conteniendo ese sentimiento ardiente en mi estomago—. Así también podrías tener las dos cosas, sin ningún problema.
La miro sin vacilar, tomándola de su capucha y acercándola con firmeza. La miro a los ojos, unos ojos negros llenos de indiferencia.
—No sería Beatrice, porque no recordaría los 400 años que vivió en soledad gracias a tu contrato. —Mi mirada no cambia, pero puedo ver que Echidna abre los ojos unos segundos—. Son los recuerdos y las vivencias lo que construye a una persona, incluso si usamos nuestros recuerdos, solo recrearíamos a la Beatrice que vemos, no la que existe actualmente.
Yo no quiero la perfección que hay en mis ojos, quiero a Betty, mi hija. Si fuesen sus recuerdos entonces sería otro tema, pero sin duda es imposible construirla con los míos, o los de ella.
—A diferencia de ti yo tengo sentimientos, por eso no vuelvas a proponer tales estupideces. —Suspiro, sonriéndole con arrogancia—. No van contigo, bruja de la codicia.
Al final perdió, y gracias a eso obtuvo un poco de la verdad oculta de este mundo. Eso significa que obtener su apoyo es también parte de lo que tiene planeado esa persona.
Con esto queda claro.
«Mi enemigo más grande es Natsuki Subaru.»
—En todo caso, no tengo mucho tiempo, pero me gustaría conocer un poco de todas. —Las miro fijamente, determinado—. Si vamos a trabajar juntos es mejor que nos conozcamos, ustedes conocen todo de mí, pero…
Echidna coloca su dedo en mis labios, mirándome con una sonrisa.
—¿Intentas conquistarnos? —La mirada de Echidna, aunque sonriente, parece ser la de alguien que ya se considera muerta—. No hay nada lindo en el pasado de una bruja.
Yo cierro los ojos, tomando su mano.
—No dije que quería saber lo lindo, dije que quería conocerlas. —La miro determinado, y ella, por primera vez, aparta su mirada—. Aunque, para saberlo, necesitamos encontrar la verdad.
Ella asiente, por lo que me deja más tranquilo. Gracias al juramento ella no puede mentirme, asi que la única forma de que no vea lo que está en su interior es que lo esconda, evitando la verdad.
Su conocimiento me sirve, aun si sus recuerdos fueron modificados el funcionamiento del mundo debe seguir en ellos.
—Miasma líquido, el cristal en mi pecho, explícalo —ordeno, y ella rápidamente extiende su mano hacía el cristal.
—Primero tenemos que pensar sobre el miasma, ¿qué lo originó? —Echidna sonríe, generando una neblina densa de miasma—. Si bien esa respuesta puede no ser verdad, según mis estudios el miasma se origina de la mera existencia del maná. Cuando el maná se descompone, como lo haría un cadáver, se genera miasma. Además, también puede ser generado por las emociones humanas.
Como una fuente simbiótica, el humano entrega malas emociones, o hay tanto caos que, tras la muerte, sus odos se corrompen y lo mismo sucede con el maná.
—Como sabes, el efecto del miasma depende de la cantidad, pasando de causar locura a incluso tener mutaciones en el cuerpo o una muerte instantánea. —Echidna me mira fijamente, y siendo un aura repulsiva, que me hace tener un poco de nauseas—. Una autoridad es el manejo que le da alguien a ese miasma, no necesariamente depende de las autoridades en su estado puro, si no en el control inconsciente o consciente de este.
Echidna sonríe.
—El miasma que emano puede matar a todos con su presencia porque el cuerpo humano no está hecho para contenerlo. Es como si una persona naciera sin puerta, simplemente sufrirá de envenenamiento por maná y morirá si no es tratada correctamente. —Con esa explicación puedo entenderlo más. El miasma, al ser un residuo, es ajeno a los seres vivos; podría incluso decirse que es como un ente parasitario
—Sin embargo, si no fuese por el miasma, quizás el mundo no habría llegado tan lejos. —Afirma, mirando hacía la ventana con una sonrisa—. Od Laguna creó las bendiciones divinas para oponerse a las autoridades, pero estas a la vez son más fuertes que el mismo odo.
«Balance».
Podría decir que son dos entidades separadas interfiriendo en un mismo mundo. Como una computadora y un virus. Mientras uno no sea más fuerte que otro entonces el mundo puede existir.
—El miasma liquido es el fruto de la condensación de sentimientos y muerte, pero no de la misma forma que el maná. —Echidna señala hacía mi pecho, donde está mi collar—. No existe el maná en una versión liquida, si no maná diluido en un líquido. El miasma no tiene agua y realmente no sé qué lo compone a nivel molecular. Ahora que tengo parte de los conocimientos de tu mundo tengo mucho que investigar.
Entonces me mira con unos ojos curiosos, como si fuese un perro que se acaba de interesar en algo.
—Si me dejas verlo a través de un microscopio para saber que partículas lo compone... —Su mirada emocionada me dice que acaba de descubrir como seguir avanzando con sus investigaciones—. Entonces podría sacar conclusiones.
Señala con sus dedos y yo asiento de inmediato. Tener a Echidna investigando realmente me será útil, si ambos trabajamos juntos, cada uno con conocimientos de su campo.
«Seriamos imparables».
Mis ojos se iluminan de repente, y rápidamente pienso en una personita. Hay una persona que puede eliminar el miasma, pero sus poderes son algo que todavía desconozco.
—¿Qué forma hay de eliminar el miasma?
—El Yang puede repeler el miasma. —Echidna sonríe, ejerciendo magia Yang, disipando esa sensación animosa que arremolinaba la habitación—. Pero jamás podrá eliminarlo o hacerle "daño" al miasma como tal.
«Eso es diferente a lo que vi, sin duda Luan podía hacer algo».
Miro a Echidna, pensando si debería contárselo o esperar un poco. Si le cuento al respecto será mejor que lo haga cuando tenga un microscopio.
«Necesitamos investigar a fondo la sangre de Luan».
Pero no lo haré ahora. Voy a dejar que Luan descanse un poco, ciertamente ha estado bajo mucho estrés últimamente. Luego podré ver mejor sus habilidades con ayudad de Echidna.
Alguien como Echidna entenderá rápido las cosas, asi que lo mejor es que le dé información.
—Luego de que leas todo ve a mi oficina, allí hay más libros para que aprendas sobre los conceptos de mi mundo y un poco de lo que te has perdido de este. —Si quiero trabajar con ella necesito que se familiarice sobre los conceptos de mi mundo a profundidad—. Con respecto a mis poderes actuales, ¿qué debo hacer?
Echidna sonríe, y entonces siento que me falta aire. Un maná denso, como la oscuridad misma, envuelve toda la habitación. Es casi como si estuviesen usando Shamack, pero hay algo que es diferente.
—Como tienes mayor sensibilidad al maná, puedes percibir más que los demás. Eso puede jugarte una mala pasada si no lo controlas como ahora, dificultará tu vista y te distraerá de lo realmente importante. —Echidna deja de usar su maná, y yo trago saliva, viendo una nueva debilidad—. Mis poderes están en recuperación, podría decir que estoy a un pequeño porcentaje de mi yo real, pero aun así puedo defenderme, no necesitas preocuparte por mí.
Ahora algo más importante.
—¿Y las autoridades, pueden usarlas? —Miro a Echidna, y ella sonríe de forma espeluznante, casi como si no fuese humana.
—No, ya que no están en mi poder. Aun así, puedo proyectar mi alma y usar el miasma como lo hago ahora. —Echidna quita su transformación y se vuelve Omega. Tras hacer eso se inclina hacia mí, cambiando a ser Echidna de nuevo, ella coloca su mano en mi pecho y me empuja.
Caigo en el sofá, mirando con sorpresa a Echidna, quien se coloca encima de mí.
—El único capaz de soportar mi alma es un sabio, aquel tan poderoso que puede aceptar todos los pecados en su interior. —Echidna acaricia mi mejilla, y yo no puedo si no mirar, sin saber qué es lo que está haciendo—. Estamos destinados Marco Luz, pero necesito que me hagas un favor.
Su cabello cae a mi lado, su mirada se fija en la mía, intentando hacer algo. Su rostro pálido como la nieve, sus cejas blancas y su mirada que intenta simular la de un ser humano. Me sorprende que lo haga, pero su actitud no es más que eso.
«Vamos a ver algo». Inclino mis brazos, rodeando su espalda y haciendo presión, tomándola sobre mi pecho. Ella hace una mirada sorprendida, sus manos se tensan por unos segundos hasta ver que no la pienso soltar.
Echidna es difícil de entender, pero, a la vez me gustaría hacerlo.
Ahora que no tiene la autoridad del pecado su mentalidad debería poder cambiar. No hablo de su ambición, o de su deseo de conocerlo todo, pero sí de su sentir.
«¿Qué significa ser una bruja?» Ahora que su cerebro no está vinculado al del santuario debería ser posible para ella cambiar. Ahora que su cerebro es de alguien con emociones debería poder experimentarlas.
No se trata de que su alma es la de un psicópata, pues ese rasgo es causado por el cerebro, no por su personalidad.
Eso significa que Echidna va a experimentar las emociones de la forma que Ryuzu lo hace, por lo que también será una debilidad para ella.
—¿Sientes algo al notar que te abrazo? —pregunto, pero ella no responde—. Sientes que quieres conocer más sobre mi cuerpo, ¿verdad? Quieres investigar mi actitud, viste mi pasado, pero quieres descubrir más.
Echidna ve el amor como el sentir un interés irracional hacía algo. Como en su corazón su interés es algo que no puede poner en palabras, no queda de otra que llamarlo amor.
—Crees que me amas, o, mejor dicho, me amas a tu forma. —La sigo sosteniendo, a la bruja de la codicia, sigo teniéndola entre mis brazos.
«Hacer esto de alguna forma me hace sentir mal; a ella no le gustaría».
—¿Quieres ayudarme? —su pregunta me hace sonreír, puesto que, si bien quiero hacerlo, no sé cómo—. Amo el conocimiento. Este mundo es un error, y el hecho de serlo me emociona. Quiero conocerlo todo y ahora también tengo que conocer el pasado. ¿Quieres ayudar a descubrir algo que no sé sobre mí?
La libero de mis brazos, inclinándome y sentándola. Me levanto, acomodando mi traje para partir. Ciertamente no es algo que pueda decidir ahora, para empezar no se me ocurre una forma de ayudarla.
—No sé cómo hacerlo. —No tiene sentido decir mentiras, pues son cosas que el tiempo dirán—. Lo que puedo hacer es ayudarte con tu sed de conocimiento, al final, eso es lo que te interesa, ¿cierto?
Echidna sonríe, y yo camino hacia la salida. Todavía debemos hablar más, pero necesito leer el informe de Erick si quiero ganar ese juicio.
—Edúcate rápido, necesito un asistente. —Cierro la puerta, dejándola sola con sus libros.
