Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada y toda su banda.
14. ... Cuando Te Ríes de Algo que a Nadie le Da Risa.
Shoichiro suspiró, algo nervioso se removió en su asiento y le dio una mirada rápida a todos a su alrededor; las pruebas para participar en el concierto anual de primavera ya habían dado inicio y justo en ese momento él se encontraba formado, a espera de obtener un lugar en el evento.
En medio de la angustiante espera, Shoichiro movía los dedos sobre sus rodillas, practicando en un piano imaginario su tema; a su lado, Radamanthys y Minos miraban sus respectivos teléfonos, el primero estaba ahí para apoyar a su hermano menor, mientras que el segundo fue llevado al lugar a punta de amenazas por parte de su amigo.
—Tranquilo, Shoichiro, todo saldrá bien —viendo al joven nervioso, Radamanthys guardó su teléfono y miró a su hermano.
—Sí, lo sé, pero de verdad quiero estar en el concierto, todos mis amigos participarán, hasta Dio, y él no sabe nada de música.
—Que trágico —murmuró Minos , sin despegar la mirada de su teléfono, y ganándose un golpe de Radamanthys—. ¡Oye! Todavía que te hago el favor de venir, hay cientos de cosas que podría estar haciendo en este momento.
—¿Cómo cuáles?
—No lo sé, piensa en cualquier cosa, y yo lo estaría haciendo.
Shoichiro sonrió mientras escuchaba a Rhadamanthys y Minos tener una pequeña discusión, sintiendo que ese pequeño momento estaba ayudandole a despejarse un poco. Sólo un poco, aún sentía los nervios recorrerle todo el cuerpo.
Tratando de quitar esa sensación, Shoichiro miró a su alrededor, esperando algo que pudiera ayudarlo a manejar sus nervios, hasta que lo vio. Justo en ese momento un joven estaba pasando al escenario, para la prueba de piano, sin embargo, mientras subía las escaleras, el joven debió de haber pisado mal, puesto que un tropiezo lo hizo caer de espaldas, hasta el suelo.
Al ver toda la acción, Shoichiro no pudo evitar reír en voz alta, llamando la atención de algunos de sus compañeros que lo rodeaban, así como de quienes estaban tratando de ayudar al chico a levantarse. Nadie se estaba riendo, en realidad había varias personas con una expresión preocupada.
Al ver que era el objeto de las miradas de los demás, Shoichiro borró su sonrisa y se aclaró la garganta, encogiéndose en su lugar al sentirse observado, y juzgado.
—Bien, de acuerdo, ya te creo, sólo tú te burlas de las desgracias ajenas —dijo Minos, mirando cómo ayudaban al joven a levantase—. Debe ser de familia.
—¿Sólo yo?
—Bien, también Aiacos, Hades y los gemelos. Yo soy una buena persona, jamás me burlaría de una tragedia… aunque ese chico hizo que volaran las partituras…
—Tardó más en subir que en bajar…
Aunque no fueron tan escandalosos como Shoichiro, el joven vio a su hermano y amigo sonreír y reír por lo bajo, para alegría del joven. Al menos sus nervios desaparecieron casi por completo.
