Capitulo 16: Renacer.
El equipo llegó rápidamente al sitio que Sarada había indicado. El lugar era una entrada secreta en un terreno rocoso, rodeado de una densa vegetación que lo cubría, haciendo casi imposible encontrarlo sin una ubicación exacta. La sensación de estar al borde de algo peligroso era palpable.
"Esto es," murmuró Karin mientras se acercaba a una formación de rocas. "El sello está justo aquí."
"Está más cerca de lo que pensaba," comentó Sasuke, observando las formaciones de chakra que rodeaban la entrada. "Es increíblemente potente. Va a ser difícil desactivarlo."
Naruto miró a Sasuke el cual en silencio, hizo un gesto para que se prepararan. A su señal comenzó a trazar rápidamente los sellos de contención alrededor de la entrada, mientras Karin se concentraba en mantener el flujo de energía. El aire a su alrededor se volvió pesado, cargado de chakra que parecía pulsar con fuerza. La primera puerta se abrio, enseñando un avismo cabernoso con un camino angosto hacia lo mas profundo.
El tiempo parecía dilatarse a medida que avanzaban. Todos sabían que cualquier error podría tener consecuencias fatales, pero no había vuelta atrás.
Llegaron a lo que parecia ser una camara la cual se dividia en 3 caminos subterraneos, no habia indicios de movimiento en alguno de ellos como para guiar sus pasos, pero de repente el Sasuke de esa linea temporal se dirige a paso firme al que se encuentra a la derecha. Nadie es capaz de debatir su decision, por lo que lo siguen sin miramientos.
A los minutos se encuentran en un camino sin salida pero...
"momento! Sakura esta aqui!" grita Karin, alertando al grupo. "Esta tras ese muro de piedra", dijo la pelirroja apuntando a una gran muralla.
Naruto da unos pasos frente al grupo y al momento de tocar la gran piedra esta lo repele con una gran cantidad de sellos ilegibles. Voltea a ver a su compañero el cual entiende con todo solo con una mirada.
"Necesito que tu entres por ella". Le dice fuerte a su contraparte mas joven, "Tu aun no tienes el conocimiento necesario para debloquear esta entrada", respondio antes que siquiera preguntara.
"Juntos podremos mantenerla abierta unos 5 minutos", Recalco el rubio, "¿crees que podras sacarlos a todos antes de eso?", pregunto apuntando al caracteristico orgullo Uchiha.
El joven los miro a ambos de forma intensa y despues a la pelirosa que se encontraba detras. "Claro que si", dijo sin mas.
"Sakura", dijo el rubio. "Necesito que estes preparada para todo, fisica y mentalmente por favor".
"De acuerdo", respondio la joven...
Sai se quedo arriba en el primer acceso cuidando que no aparecieran mas enmascarados que pudieran dar la alerta de intrusos, Karin se encontraba en el acceso con ellos esperando cualquier señal que indicara que alguien se acercaba, mientras Sasuke y Naruto se ponian en posicion.
De repente, el sello principal comenzó a temblar, y un sonido bajo resonó en el aire. "¡Rápido!" gritó Sasuke al moreno mas joven, cuando apretaba los dientes mientras su chakra aumentaba. Los sellos de contención brillaron con intensidad comenzando a abrirse lentamente.
El aire vibró, dejando al descubierto una entrada subterránea oscura, que descendía hacia lo desconocido.
La celda subterránea era sombría, con las paredes frías y cubiertas de una humedad pegajosa que parecía calar hasta los huesos. El aire denso no ayudaba a la sensación de claustrofobia que Sakura sentía al estar allí, atrapada sin ninguna forma de escape. Había sido incapaz de luchar contra las sombras que la rodeaban, ya que desde que había sido secuestrada, la situación no había hecho más que empeorar. Ahora, el peso de la desolación recaía sobre sus hombros mientras tocaba su vientre.
El bebé, su bebé, ya no estaba con ella.
La puerta de la celda se abrió con un chirrido metálico, interrumpiendo sus pensamientos. Un hombre enmascarado, alto y cubierto con una capa oscura, entró. Su mirada, oculta tras la máscara, no mostraba ningún tipo de emoción mientras observaba a Sakura, encadenada y derrotada. Unos pasos más y una segunda figura, también enmascarada, apareció en el umbral.
"Parece que finalmente has comprendido lo que está en juego," dijo la primera figura con voz grave, un tono que revelaba que no había ni la más mínima intención de dar vuelta atrás en su plan.
Sakura, debilitada por el hambre y la falta de chakra, levantó la cabeza con dificultad. Sus ojos brillaban con una determinación que, aunque minada por el cansancio, nunca desaparecería por completo. "No… no lo permitiré," dijo, su voz apenas un susurro. "Si creen que me rendiré tan fácilmente…"
"No se trata de rendirse," respondió la segunda figura, su tono frío como el hielo. "Es cuestión de tiempo. Tu cuerpo ya no es necesario y estas al limite, ese niño pronto, muy pronto, será el recipiente perfecto para lo que necesitamos."
Los dos enmascarados se acercaron con una calma inquietante. Con movimientos rápidos, comenzaron a deshacer las ataduras que mantenían a Sakura en la silla, dejándola caer al suelo con un golpe sordo. El dolor en su cuerpo no la detuvo; sin embargo, su fuerza vital comenzaba a desvanecerse.
De un brusco tirón, uno de los enmascarados tomó a Sakura por el brazo y la levantó, obligándola a caminar hacia el centro de la celda.
"¡No!" Sakura gritó, pero su voz no tuvo fuerza suficiente para atravesar la opaca indiferencia de los enmascarados.
"El niñño ya no te pertenece," dijo el hombre enmascarado. "Ahora pertenece a la voluntad de los Ōtsutsuki."
En ese momento, algo dentro de Sakura se quebró, un desgarrador sentimiento de impotencia recorriéndola de pies a cabeza. Su bebé, su única razón para seguir luchando, estaba a punto de ser arrebatado por esas criaturas que no tenían ningún escrúpulo. Sin embargo, sabía que no podía ceder. No podía dejar que el bebé se convirtiera en un recipiente para la oscuridad.
Pero el golpe final vino cuando uno de los enmascarados se acercó a ella y, con un gesto meticuloso, colocó una serie de sellos en sus muñecas. El chakra de Sakura, ya debilitado por el crecimiento forzado de su embarazo, comenzó a disiparse aún más. La presión de esos sellos la hizo sentir como si estuviera atrapada en un océano de agua pesada, sin poder moverse.
"Es inútil," la voz de la figura enmascarada sonó en su oído. "Te hemos estudiado, sabemos que eres una mujer fuerte, pero hasta los más fuertes se rompen cuando no tienen nada más que proteger. El bebé será nuestro, y tú serás solo una carnada."
El otro enmascarado dio un paso adelante, y con un movimiento de su mano, conjuró un jutsu que hizo que un aura oscura se envolviera alrededor de la habitación. Sakura, luchando por mantenerse consciente, sintió cómo el vínculo con su bebé se desvanecía a medida que el jutsu comenzaba a absorber la esencia del niño.
"No…" murmuró, apenas audible, pero el hombre enmascarado no la escuchó. En su mente, el plan ya estaba en marcha: revivir a Indra Ōtsutsuki, utilizando a su bebé como el recipiente perfecto.
Sakura, aún débil, se desplomó en el suelo mientras las lágrimas amenazaban con caer de sus ojos. Era como si su alma misma hubiera sido arrancada de su cuerpo, dejándola vacía. No sabía cuánto tiempo pasaría antes de que ella misma se desvaneciera por completo, pero sabía que no podía rendirse. Necesitaba encontrar una forma de detenerlos. Necesitaba encontrar una forma de salvar a su hijo.
Antes de perder por completo la conciencia, escuchó las palabras del enmascarado, y su corazón se aceleró al comprender lo que significaba.
"En cuanto el bebé muera, el recipiente estará listo."
"Esta cerca," murmuró Sasuke mientras avanzaba al frente seguido de la pelirrosa.
La atmósfera estaba impregnada de una tensión palpable. El aire denso y frío llenaba los pulmones de los ninjas, mientras avanzaban con cautela por los angostos pasillos subterráneos. El sonido de sus pasos resonaba levemente, apenas audible sobre la quietud mortal del lugar. Sasuke caminaba al frente, sus ojos profundamente enfocados en el objetivo. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, preparado para cualquier sorpresa que pudiera surgir.
De repente, llegaron a una celda cuya energia era abrumadora, casi insoportable.
"Sasuke…" murmuró Sakura, su tono grave. "¿Crees que podrás…"
"Déjamelo a mí," dijo Sasuke, interrumpiéndolo antes de que pudiera terminar. La mirada del Uchiha estaba llena de determinación, su calma inquebrantable, como siempre. Activó su Sharingan y comenzó a analizar los complejos sellos que los muros. Las líneas de chakra se entrelazaban con una precisión que solo un Uchiha podría entender.
El silencio llenó la habitación mientras los minutos parecían alargarse, pero finalmente, con un sutil movimiento de sus dedos, Sasuke activó una pequeña técnica que rompió los sellos. La presion del cuarto cambio lentamente, revelando un espacio oscuro, su energía oscura palpable en el aire. Sasuke, sin perder tiempo, entró sin dudar.
La habitación era amplia y sombría, pero lo que más sobresalía era la figura de Sakura, suspendida en el centro de la sala, atrapada en una red de energía oscura. El rostro de ella estaba pálido, sus ojos cerrados, pero la conexión entre ella y Sasuke fue instantánea. Sus ojos se encontraron, y Sasuke sintió una oleada de ira y desesperación mezclada con una fría determinación. El cabello de esa Sakura estaba mas largo, su piel mucho mas palida que de costumbre y se veia debilitada en todo sentido, ojerosa y sus ojos sin el brillo caracteristico que siempre tenian cuando el los miraba.
"Es una trampa," dijo Sasuke con voz grave, sus ojos escaneando rápidamente la habitación. La presión en el aire estaba aumentando. "Nos están observando."
De repente, una figura encapuchada apareció, su silueta proyectándose contra las paredes. El enigma del lugar se desvelaba en ese instante.
"¿Pensaron que podían salvarla tan fácilmente?" La voz del enmascarado resonó en la sala, cargada de malicia. "Todo esto es parte de un plan mucho más grande."
Sasuke apretó los dientes, el odio quemando en su interior. "¿Quién eres?" Su voz era baja, peligrosa, mientras sus ojos se entrecerraban, buscando cualquier pista que pudiera ayudar a comprender la situación.
La figura se burló, su risa fría llenando el aire. "No soy importante. Lo que importa es que ya no tienen el tiempo que pensaban. Si intentan algo, esta habitación se convertirá en su tumba."
Sasuke no respondió a la provocación. El maldito estaba jugando con ellos, pero Sasuke ya había tomado su decisión. Se movería rápido, no importaba lo que tuviera que enfrentar.
La pelirrosa, aunque inquieta, confió en el juicio de Sasuke y retrocedió ligeramente. No se interpondría en su camino. Sasuke tenía un plan. Solo tenia que esperar mientras veía al Uchiha preparar su siguiente movimiento.
Sasuke se lanzó al ataque con una velocidad impresionante, su chakra envolviendo su cuerpo en llamas oscuras. Utilizó el Chidori, concentrando su energía en una poderosa descarga eléctrica que atravesó la sala en un abrir y cerrar de ojos. El enemigo, sin embargo, reaccionó rápidamente, levantando una barrera de energía oscura.
"¡No es suficiente!" el enmascarado exclamó, antes de liberar una oleada de energía que empujó a Sasuke hacia atrás.
Sasuke, completamente inmune a la dolorosa presión que lo rodeaba, se levantó rápidamente, sacudiendo la cabeza. No era el momento para dudas. Con un movimiento fluido, activó su Mangekyō Sharingan, creando una poderosa ilusión que atrapó al enemigo en una red mental.
"Lo que no sabes…" Sasuke comenzó, su voz resonando por la habitación mientras los ojos del enmascarado se veían atrapados por el genjutsu, "es que mi Sharingan no te dará ninguna oportunidad."
Sasuke estaba tomando el control de la situación con una facilidad inhumana, y no había duda de que, si alguien podía romper los sellos que mantenían a Sakura atrapada, era él.
De repente, la pelirrosa mas joven se unio al esfuerzo, comenzando a trabajar en neutralizar la energía oscura que mantenía a Sakura suspendida. El sello que la rodeaba era extremadamente complejo, pero poco a poco se iba debilitando.
Sasuke, mirando el rostro de Sakura, sintió una conexión profunda. Todo lo que había hecho, todo lo que había soportado, había sido por ella, por el futuro como ella misma le habia dicho horas atras.
Con un grito de esfuerzo, Sasuke liberó una última oleada de chakra, rompiendo finalmente la barrera. Tomo delicadamente a Sakura en sus brazos, su cuerpo fragil pero viva. Sus ojos se abrieron lentamente, y al ver a Sasuke, una débil sonrisa apareció en su rostro.
"Sasuke…" susurró, su voz apenas audible.
"Te lo dije," dijo él, su tono suave, pero lleno de una emoción que rara vez mostraba. "No te dejaré ir." dijo con ternura hacia una Sakura que lo veia con el mismo amor de siempre...
La atmósfera estaba pesada, cargada de un aire viciado que parecía impregnar cada rincón del espacio. Sakura, débil en los brazos de Sasuke, intentaba procesar la gravedad de lo que acababa de suceder. Sentía un agotamiento extremo, como si cada célula de su cuerpo estuviera resistiéndose a la nueva realidad que la rodeaba. Pero lo peor aún estaba por revelarse.
Sasuke sostuvo con firmeza a Sakura, asegurándose de que no cayera, mientras sus ojos se clavaban en la figura enmascarada que aún se mantenía erguida frente a ellos, atrapada por su genjutsu. El aire estaba impregnado de una tensión que podía cortarse con un cuchillo. La ira de Sasuke era palpable, pero esta vez no era solo por su amor por Sakura, sino por lo que estaba en juego.
"¿Dónde está el bebé?" Sakura exigió, su voz grave y peligrosa. No podía esconder la rabia en su tono. La Pelirosa mayor, aún confusa, tembló ligeramente en sus brazos, sin entender completamente lo que estaba pasando.
El enmascarado, atrapado por el poder del Sharingan, parecía resistirse a ceder. A pesar de estar bajo el control mental de Sasuke, la oscuridad que emanaba de él dejaba entrever una sensación de poder que no se debía subestimar.
"¿Qué… qué has hecho con mi hijo?" Sakura susurró debil en los brazos de Sasuke, mirando al enmascarado con desesperación. Su corazón latía con fuerza, su mente luchando por comprender la magnitud de lo que había perdido.
El enmascarado soltó una risa amarga, como si todo fuera parte de un juego para él. "Tu hijo... no es tuyo. Nunca lo fue. Es la clave para revivir a Indra Ōtsutsuki."
Las palabras resonaron como un eco en la mente de todos los presentes. Sasuke, aunque enfurecido, no perdió la calma. Sabía que había más en juego de lo que parecía, y sus pensamientos comenzaron a ordenar las piezas del rompecabezas.
"Indra Ōtsutsuki…" murmuró Sasuke, recordando las historias antiguas sobre el hermano mayor de Ashura Ōtsutsuki, la figura que había representado la oscuridad y el egoísmo en la antigua guerra entre los dos hermanos. Revivirlo implicaba un peligro inalcanzable para el mundo entero.
"Lo que intentas hacer... no tiene sentido," Sasuke dijo, su voz cargada de desdén. "Indra ya está muerto. ¿Cómo piensas usar a un niño para revivirlo?"
El enmascarado sonrió de manera cruel. "Tú de todos los ninjas deberías saberlo. El ciclo de la reencarnación no ha terminado. A través del niño que Sakura lleva, podemos revivir a Indra. El sacrificio de este ser… es necesario."
Sakura, al escuchar estas palabras, luchó contra la debilidad que la consumía. No podía permitir que su hijo fuera utilizado de esa manera. La conexión que sentía, aunque tenue por el estado en el que se encontraba, aún era fuerte. A pesar de todo lo que había sucedido, su corazón aún latía por su hijo, aún deseaba salvarlo.
Sasuke observó con atención al enmascarado, su Sharingan aumentando su intensidad. La rabia era palpable en su rostro, pero su mente estaba funcionando con una claridad impresionante. No podía dejar que estos locos completaran su misión.
"Es hora de que hables," Sasuke dijo con frialdad, acercándose al enmascarado. "¿Quién eres y quién te envió?"
El enmascarado, aún atrapado en el genjutsu de Sasuke, rió con desgano. "Lo sabrás pronto, Uchiha. Pero por ahora, mi misión es lo que importa. El sacrificio del niño, el renacimiento de Indra, será el comienzo de un nuevo orden."
"¿Nuevo orden?" preguntó la joven, que se había mantenido en silencio mientras Sasuke interrogaba al enemigo. Su voz era firme, y a pesar de la confusión que sentía, había algo en su tono que mostraba su determinación. "¿Qué estás planeando hacer con el mundo?"
El enmascarado suspiró con desgana, como si ya no tuviera nada que perder. "Con el regreso de Indra, las reglas del mundo cambiarán. Las antiguas costumbres, las antiguas luchas, desaparecerán. Todo será reorganizado bajo su voluntad. Y este niño es el eslabón que necesitamos. Nada más importa."
La pelirosa mas joven apretó los puños, sintiendo la fuerza de su indignación. Sasuke, sin embargo, permaneció en silencio, sus ojos fríos y calculadores. Sabía que necesitaban más información, pero las palabras del enmascarado solo les daban más preguntas que respuestas.
"¿Cómo planeas hacerlo? ¿Cuál es el próximo paso?" Sasuke presionó. "No puedes simplemente usar un niño sin consecuencias. ¿Qué sacrificios más harás?"
El enmascarado sonrió de nuevo, pero esta vez su expresión estaba llena de desesperación. "Todo es un sacrificio, Uchiha. El mundo ha sido arrastrado por su propia corrupción. Indra traerá la verdadera paz. Y los sacrificios… solo son una parte del precio."
Sasuke sintió el impulso de atacar, de acabar con esa amenaza de inmediato. Pero algo en las palabras del enmascarado lo detuvo. Había algo más. Un motivo oculto, algo más que su obsesión por revivir a Indra.
"Me has dado lo que necesitaba," Sasuke dijo finalmente, su tono frío. "Ahora, sé lo que tengo que hacer."
Con un rápido movimiento, Sasuke levantó su mano y, usando su Chidori, atacó al enmascarado con precisión mortal, asegurándose de que no pudiera hacer más daño. El enemigo cayó al suelo, inconsciente pero vivo, atrapado por la magnitud de su propio plan.
Sasuke, aunque enfadado, sabía que este no era el final. El verdadero reto aún estaba por llegar. Sakura, en sus brazos, estaba consciente de que su hijo corría un grave peligro, y la única forma de salvarlo sería detener a aquellos que deseaban utilizarlo para revivir a un hombre cuya ambición podría destruir el mundo.
"Lo salvaré, Sakura," Sasuke dijo suavemente, mirando a la mujer que siempre había sido su razón para luchar. "No dejaré que este hijo pase por lo que Indra intentó hacer."
El suelo vibraba bajo sus pies mientras Sasuke sostenía a Sakura, quien estaba al borde de la inconsciencia. A pesar de la debilidad en su cuerpo, sus ojos aún reflejaban una determinación feroz. El enmascarado había sido derrotado, pero las palabras que había dicho seguían resonando en la mente de Sasuke. Indra Ōtsutsuki. El regreso de un hombre cuya ambición podía consumir el mundo entero. La amenaza estaba lejos de terminar.
"¡Sasuke! ¡Tenemos que actuar rápido!" gritó la pelirrosa, sacudiéndolo de sus pensamientos. "Sakura está débil y el bebé…"
Sasuke asintió, con una mirada fría que mostraba toda su resolución. El bebé, su hijo, estaba en peligro. Sabía que no podían perder más tiempo. Pero había algo más que lo preocupaba. El sacrificio al que el enmascarado se refería. La amenaza de revivir a Indra usando el niño como recipiente significaba que el enemigo aún tenía muchos recursos a su disposición. No podían permitir que ese plan se llevara a cabo.
"Tenemos que llegar a la fuente," Sasuke dijo, mirando a Sakura con una firmeza que le dejó claro que no había vuelta atrás. "El lugar donde están realizando el ritual."
La pelirossa mas joven asintió sin dudar. "¡No vamos a dejar que se salgan con la suya, pero tenemos que salir de aqui!"
Sasuke tomó a Sakura en brazos, su expresión un reflejo de concentración y furia. Cada paso que daban hacia la sala central, el lugar donde se encontraban los demas, estaba marcado por un creciente sentido de urgencia. Sabía que si no llegaban a tiempo, lo peor podría suceder: el regreso de Indra no solo pondría en peligro a Sakura y al bebé, sino que desataría un caos global.
Naruto y Sasuke de esa linea de tiempo ya se encontraban exhaustos por la espera, definitivamente ya iban mas de 5 minutos desde que esos dos entraron a buscar a Sakura y aun no volvian. Pero no podian flaquear, debian confiar que en cualquier momento cruzarian por la puerta con ella y el bebé en brazos... y asi fue.
Apenas cruzaron pudieron deshacer los sellos que mantenian abierto el pasillo oscuro generando un fuerte estruendo en el lugar. El Rubio recuperando el aliento se acerco a los jovenes para asegurarse del estado de la pelirosa que traian en sus brazos, pero antes que pudiera ponerse de pie, el moreno paso delante suyo con un paso desesperado. El joven le cedio el cuerpo de la mujer al hombre que parecia que la necesitaba como alimento para vivir... y observo atentamente como su mirada recorrio todo el detalle de la mujer en sus brazos, se fijo en su piel, sus ojos, la palidez de sus labios y en lo fragil de su cuerpo... pero no dudo en abrazarla y en respirar como si la vida volviera a su cuerpo cuando sintio los debiles pero presentes latidos de la mujer inconsiente en sus brazos.
La pelirosa mas joven se acerco lentamente, no queriendo interrumpir el momento entre ellos...
"Tengo que curarla", le dijo. El hombre levanto la cabeza para mirar a la version mas joven de la mujer en sus brazos frente a él. La paradoja de tenerlas a ambas tan cerca ya no lo inquietaba, le dio el espacio a la chica para que comenzara a revisarla de forma mas comoda, pero sin soltarla completamente...
Despues de unos minutos que parecian eternos para el resto, la mujer volvio en si...
"Sasuke... viniste". Dijo con voz debil.
"Aqui estoy". Respondio el, tratando de sonar tranquilizador pero con un deje de dolor en su voz...
"Tenemos un problema mayor entre manos". Dijo el moreno. "En este momento el ritual seguramente se estaba llevando a cabo".
Finalmente, llegaron a una gran sala subterránea. La puerta de acero estaba custodiada por varios miembros de la organización, pero con una mirada de determinación, Sasuke hizo su movimiento. Usó su Chidori para destruir la puerta, dejando a los guardias sin tiempo para reaccionar.
Dentro de la sala, la atmósfera estaba llena de un aire pesado y oscuro. En el centro, había una mesa ritualística, con un círculo de sellos antiguos que resplandecían débilmente. Y sobre ella, en una cápsula sellada, estaba el bebé, atrapado en una red de chakra oscuro que comenzaba a envolverlo.
Sasuke apretó los , a su lado, también sentía el peso de la situación. "¡Vamos a detener esto, Sasuke! No lo permitiré."
En ese momento, el sonido de pasos resonó por todo el pasillo, y varias figuras enmascaradas entraron rápidamente en la sala. Sasuke y Naruto se pusieron en guardia al instante. La batalla estaba lejos de terminar, y los enemigos no se detendrían por nada para completar su ritual. En ese momento salta a la accion la version mas joven del primero con un chidori que acaba con la primera ola de enmascarados que venian hacia ellos.
"¡¿A qué esperan?! ¡Detengan a esos malditos!" gritó uno, señalando a los dos Uchiha reunidos.
Sin una palabra más, Sasuke y Naruto se lanzaron hacia adelante, desatando su poder. Naruto desató su Rasengan, derribando a dos de los enemigos con facilidad. Mientras tanto, Sasuke usó su Chidori para atravesar a varios de ellos, su Sharingan brillando con intensidad. Cada golpe era un recordatorio de lo que estaban protegiendo, el futuro de un mundo que no podía caer en las manos equivocadas.
A pesar de su poder combinado, el enmascarado líder apareció al frente, acompañado de un aura oscura. Este individuo parecía ser mucho más fuerte que los otros. Con un simple gesto, levantó una barrera de chakra que bloqueó los ataques de Naruto y Sasuke.
"Están demasiado tarde," dijo el enmascarado, con una sonrisa maliciosa. "El ritual está casi completo. Pronto, Indra Ōtsutsuki regresará, y no habrá nada que puedan hacer."
De repente, la cápsula que contenía al bebé comenzó a brillar intensamente. Los sellos que la rodeaban comenzaron a resquebrajarse, y el chakra oscuro aumentó su presión, apoderándose de la sala. Sasuke sabía que solo quedaba un tiempo limitado antes de que fuera demasiado tarde.
Con un movimiento rápido, Sasuke desató una serie de ataques de rayos de chakra, debilitando los sellos que rodeaban la cápsula. Naruto, al ver que la energía del chakra oscuro crecía, usó su modo Sabio para maximizar sus ataques, mientras el Sasuke mas joven se concentraba en romper la barrera final.
El enmascarado líder los observaba, su rostro una máscara de arrogancia. Pero, conforme el ataque de los Uchiha aumentaba en intensidad, comenzó a sentirse cada vez más incómodo. "¡No es posible! ¡El ritual no puede ser interrumpido!"
El moreno mayor, con su mirada fija en el enmascarado, no se dejó intimidar. "Esto termina aquí." Y con un último movimiento, usó su Mangekyō Sharingan para invocar su técnica más poderosa: el Amaterasu. Las llamas negras que se desataron envolvieron al líder enmascarado, quien gritó de dolor antes de desintegrarse por completo.
Pero incluso con la desaparición del enmascarado, el peligro aún no había pasado. La cápsula seguía brillando con una intensidad mortal. Sasuke mas joven se acercó rápidamente a ella y, con una explosión de chakra, destrozó los sellos restantes, liberando al bebé de su prisión.
Mientras la batalla finalmente llegaba a su fin, ambos sabían que la lucha por mantener el equilibrio del mundo estaba lejos de tensión en la sala era palpable, y la calma que siguió al último ataque de Sasuke fue efímera. Aunque el bebé había sido liberado de la cápsula sellada, la pequeña vida que tanto habían luchado por salvar permanecía inmóvil. Su cuerpecito, antes envuelto en un aura oscura, estaba ahora inerte sobre el altar, su pecho sin movimiento, sin el más mínimo signo de respiración.
Ambas Sakura se acercaron al lugar una vez la presencia oscura desaparecio, con las fuerzas al límite por el uso de su chakra y la debilidad que sentía, la mayor se acerco al altar y se arrodilló junto al bebé, su rostro lleno de desesperación. "¡No!" murmuró, acercándose rápidamente para intentar sanar su pequeño cuerpo, pero su chakra, debilitado por el agotamiento, no reaccionó.
Su respiración se volvía cada vez más errática, y las manos de Sakura temblaban mientras intentaba canalizar su chakra, pero era inútil. "¡No puedo... no tengo suficiente energía!" exclamó, la angustia dominando su voz. "El bebé no... no está respirando. No puedo hacerlo sola."
"¡Tenemos que hacer algo!" gritó Naruto, su voz cargada de pánico. Miró a Sasuke, esperando alguna respuesta, pero el rostro de su amigo también reflejaba la gravedad de la situación.
"Hay que actuar rápido," Sasuke del otro tiempo murmuró, sus ojos fijos en la Sakura mas joven. "Si no respiró al ser liberado... el tiempo se está agotando."
Sakura, con lágrimas acumulándose en sus ojos, miró desesperada a su alrededor.
Con una respiración profunda, la joven Sakura se arrodilló junto al bebé. Sus manos comenzaron a brillar con un suave resplandor verde mientras concentraba su chakra en el cuerpo del niño. Sabía que debía ser cuidadosa, que debía canalizar la cantidad exacta de chakra que necesitaba para restaurar la respiración del bebé sin causarle daño.
"Confío en ti," murmuró la pelirosa mayor, aunque su voz apenas era un susurro. Estaba débil, pero ver a su yo más joven tomar la iniciativa le dio un pequeño resquicio de esperanza.
Los ojos de la joven Sakura se entrecerraron mientras se concentraba en el bebé. Su chakra comenzó a fluir a través de sus manos, envolviendo al pequeño cuerpo, pero no hubo respuesta inmediata. Los segundos parecían eternos, y en el rostro de Sakura del presente se reflejaba el temor de perderlo todo.
"Vamos," Sasuke murmuró, su voz suave pero llena de esperanza, mientras observaba a la joven Sakura. "Lo has hecho antes. Confía en ti."
De repente, después de un instante que se sintió como una eternidad, el bebé emitió un pequeño pero claro suspiro. Un resplandor cálido emanó de su cuerpo y su pecho comenzó a moverse con la respiración.
La pelirosa mas joven no pudo evitar soltar un sollozo de alivio mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. "Lo… lo logró…" murmuró, la presión en su pecho aliviada por la pequeña señal de vida. El bebé estaba respirando. Agotada por el esfuerzo, se desplomó hacia atrás, siendo rápidamente sostenida por Sasuke. "Lo logramos…" dijo, con una sonrisa débil pero llena de satisfacción.
Sasuke miró a su yo más joven con una expresión que mezclaba gratitud y admiración. "Gracias."
Naruto, que había estado observando todo el proceso con una mezcla de ansiedad y esperanza, respiró profundamente al ver que el bebé estaba ahora estable, respirando con normalidad. "¡Lo conseguimos! ¡El bebé está bien!" exclamó, y a su lado, Sakura del presente asintió, aún en shock por lo sucedido.
"Pero esto no ha terminado", dijo Sasuke, su tono volviendo a la seriedad que siempre lo caracterizaba. "Aún debemos detener los restos de la organización y asegurar que no se vuelva a intentar algo como esto."
La batalla por salvar al bebé había sido ganada, pero la guerra contra las fuerzas oscuras que amenazaban al mundo seguía adelante. Y mientras el grupo se preparaba para enfrentar el próximo desafío, sabían que habían alcanzado una victoria crucial. Un paso hacia la salvación. Un paso más cerca de la paz.
El alivio en la sala era palpable, pero el tiempo no se detuvo. La joven Sakura, aún débil por el esfuerzo, se apoyaba en el suelo, su respiración irregular. Había logrado salvar al bebé, pero su chakra se había agotado por completo. El agotamiento pesaba en cada músculo de su cuerpo, y aunque el bebé ahora respiraba con normalidad, la victoria era efímera.
"Sasuke..." murmuró, mirando al Uchiha mayor, sus ojos llenos de gratitud pero también de una tristeza inexplicable. "Lo hice… pero… no sé cuánto más podré mantenerme."
Sasuke, observando a la joven Sakura con una mezcla de orgullo y preocupación, comprendió lo que estaba sucediendo. No podía dejar que se quedara más tiempo en esta línea de tiempo. Sabía que su presencia aquí podría tener consecuencias imprevistas, y aunque no era fácil, no había otra opción.
"Sakura," interrumpio su "yo" mas joven con voz grave, acercándose a ella. "Ya es hora de que regresemos."
Ella lo miró con una mezcla de sorpresa y desconfianza. "¿Qué…? ¿Ya?" La realidad de que su tiempo en este futuro estaba por terminar golpeó su mente de inmediato. No quería irse, no quería dejar atrás todo lo que había sucedido.
"Es lo mejor," insistió Sasuke, tomando su mano con firmeza. "El futuro no es nuestro. Debemos regresar al nuestro. El bebé está a salvo ahora, pero nuestra misión aquí ya ha terminado."
La pelirosa mayor, aún con el rostro pálido y agotado, miró con tristeza a su yo más joven. "Siento que… no hemos tenido mucho tiempo. Pero entiendo lo que Sasuke dice."
La joven Sakura asintió, aunque no quería separarse de su versión futura, ni de ese Sasuke. Habían logrado tanto en tan poco tiempo, y sin embargo, el destino les imponía esta separación.
Sasuke, viendo la vacilación en ambos rostros, suspiró. Sabía lo difícil que era. "Es lo que debe ser," dijo, antes de dirigirse al rincón de la sala. Sacó un pequeño pergamino sellado, su expresión decidida. Era el último recurso que tenían para regresar a su tiempo.
Desplegó el pergamino con rapidez y trazó una serie de sellos con su sangre. Las gotas caían sobre el papel, y la tinta vibraba con energía. Al principio, no pasó nada, pero después de unos segundos, la habitación se llenó de una energía poderosa, una presencia que distorsionaba el aire mismo.
"Esto… esto nos llevará de vuelta," explicó Sasuke mientras mantenía el control de los sellos. "A nuestro tiempo. Todo lo que hemos hecho aquí ya está hecho. Ahora debemos irnos antes de que algo cambie irreparablemente."
Sakura, sintiendo el peso de la despedida, miró a su Sasuke. "¿Y el futuro? ¿Qué pasará?"
"Eso no lo sabemos," dijo él, mirando hacia el pergamino mientras la luz que emanaba de él comenzaba a intensificarse. "Pero lo que importa ahora es que hemos hecho lo correcto. Ya no podemos seguir aquí."
Con un último vistazo a la sala y al bebé, Sakura se levantó lentamente, apoyándose en Sasuke para mantenerse en pie. Aunque estaba débil, la determinación en sus ojos seguía brillando. Sabía que debía regresar, que había cumplido su parte. Había hecho todo lo posible.
"Es hora de irnos," Sasuke murmuró, tomando la mano de Sakura con la suya, y mirando con seriedad a Naruto y a los demás. "Protejan al bebé. No dejen que esto se repita." dijo de forma altanera.
Naruto asintió, la expresión de preocupación y comprensión cruzando su rostro. "Vayan. Gracias por todo. Si alguna vez necesitan algo, ya saben que pueden contar con nosotros."
Sasuke asintió en silencio. "Nos veremos de nuevo."
Con un último intercambio de miradas, Sasuke y Sakura del pasado se colocaron de pie frente al pergamino. La energía en la sala alcanzó su punto máximo, y en un instante, una luz brillante envolvió sus cuerpos, cegando a todos en la habitación.
El sonido del espacio y el tiempo distorsionándose llenó la sala antes de que todo se desvaneciera. La luz fue tan intensa que, por un momento, nadie pudo ver nada. Cuando la luz finalmente desapareció, Sasuke y Sakura ya no estaban.
Solo quedaron en la sala Naruto, Sasuke, Sakura, y el bebé, quienes aún sentían el peso de la victoria y la incertidumbre por lo que vendría a continuación.
La sala estaba en silencio, pero en sus corazones, todos sabían que la batalla por el futuro estaba lejos de terminar.
Sasuke y Sakura, de vuelta en su tiempo, se encontraron en un lugar que les era familiar. Las sombras del pasado, los recuerdos de lo vivido, todavía les pesaban, pero ahora, sabían que el futuro estaba, de alguna manera, en sus manos.
