Capítulo 15: El encuentro Parte II

El cuerpo de Sakura aún temblaba ligeramente tras la intensidad del beso que compartieron, pero la mirada en los ojos de Sasuke la mantenía cautiva, atrapada en una tormenta de emociones contradictorias. El suave resplandor de las lámparas de la sala iluminaba sus rostros, haciendo que todo pareciera más íntimo, más cercano.

"Creo que necesitamos regresar", había dicho Sakura con un tono que delataba su incertidumbre. Pero, en cuanto sus palabras quedaron suspendidas en el aire, Sasuke no pudo más. Necesitaba más de ella. No quería perder la oportunidad que tanto había esperado.

Antes de que pudiera procesarlo, Sasuke tomó el rostro de Sakura con su mano, sus pulgares rozando su piel suavemente, pero con firmeza. Sus ojos, oscuros como la noche, brillaban con una determinación feroz. "No", murmuró, su voz baja y grave. "No quiero ir a ningún lado. No ahora."

Sakura, sorprendida por su repentina decisión, no tuvo tiempo para reaccionar antes de que él se acercara a ella, invadiendo todo su espacio personal. El calor de su cuerpo la envolvió, y antes de que pudiera resistirse, sus labios volvieron a encontrarse, esta vez con una urgencia más marcada, más profunda. El beso no era solo de reencuentro, sino de deseo reprimido, de años de separación, de tanto tiempo en el que Sasuke había guardado sus sentimientos para sí mismo.

Sakura respondió con la misma intensidad, sintiendo cómo el mundo alrededor de ella comenzaba a desvanecerse. La suavidad de sus labios fue reemplazada por la necesidad de estar más cerca, de sentirlo más. La mano de Sasuke se deslizó por su cuello, luego por su espalda, acercándola a su cuerpo mientras el deseo entre ellos se intensificaba.

Un suspiro escapó de los labios de Sakura cuando sintió las manos de Sasuke en su cintura, apretándola hacia él, y sus cuerpos se alinearon de manera que la temperatura entre ellos subió. Ella no podía creer lo que estaba sintiendo: la mezcla de alivio, excitación y la fuerza de los sentimientos de ambos se entrelazaban. Habían pasado tanto tiempo, y ahora, aquí estaban, más cerca que nunca.

"Sasuke..." murmuró, separándose ligeramente de él, su respiración irregular. "No podemos…"

"hmmp", respondió él con un tono bajo y grave, sus manos deslizándose hacia el costado de su cuerpo, hasta que alcanzó la curva de su cintura. "Sakura. Ya no puedo esperar más."

Sus palabras, llenas de esa honestidad brutal que solo Sasuke podía mostrar, hicieron que Sakura sintiera una oleada de deseo recorrer su cuerpo. Estaba confundida, sí, pero también sabía lo que sentía. Sabía que, en ese momento, no importaba nada más que estar con él, entregarse a lo que siempre habían deseado, pero nunca se habían permitido.

Sasuke, al ver la indecisión en sus ojos, la atrajo hacia él nuevamente, esta vez más fuerte. La besó con más hambre, más necesidad, sin dejar espacio para dudas. Sakura, perdiéndose en ese beso, rodeó su cuello con sus manos, profundizando el contacto mientras su cuerpo reaccionaba a la cercanía de él. No había vuelta atrás.

"Te extrañe tanto", murmuró Sasuke contra sus labios, haciendo que el corazón de ella se acelerara aún más. "Pensé que te había perdido."

Sakura, sintiendo su cuerpo reaccionar a cada palabra, a cada toque, no pudo evitar suspirar ante la intensidad de sus emociones. Se sentía segura, deseada, como nunca.

Con un movimiento rápido, Sasuke la levantó suavemente, llevándola hacia el muro cercano, presionándola contra él mientras sus labios no dejaban de explorarse. El roce de sus cuerpos, la cercanía, los suspiros entrecortados de Sakura, todo se combinaba para crear una atmósfera cargada de deseo.

Sakura, sintiendo la presión creciente de su cuerpo sobre el suyo, decidió responder a la misma intensidad. Sus manos recorrieron su pecho, deslizándose hacia abajo hasta encontrar el borde de su camisa, levantándola ligeramente. Sasuke dejó escapar un leve gruñido de satisfacción cuando sintió su toque, pero su mente aún estaba centrada en algo más: la necesidad de tenerla, de no dejarla ir nunca más.

Con un movimiento decidido, Sasuke la giró, de modo que ahora estaba ella contra él, sus manos recorriendo su espalda, sosteniéndola mientras su boca no dejaba de buscar la de ella. Sakura, sintiendo su cuerpo reaccionar con cada beso, con cada roce, se dio cuenta de que ya no había dudas. Todo lo que había estado esperando, lo que había temido, se desvaneció en un mar de sensaciones que la envolvían.

Y en ese momento, las palabras sobraron.

El deseo entre ellos se desbordó, la pasión acumulada de tantos años de separación y amor no correspondido estalló en un torbellino de sensaciones. Sasuke, sin dejar de besarla, la hizo sentir más viva que nunca. Cada caricia, cada roce, cada suspiro que escapaba de sus labios les recordaba que, después de tanto dolor y distancia, por fin se habían encontrado.

El tiempo parecía detenerse, y todo lo que existía en ese momento era ellos. La fuerza de su conexión, la electricidad entre sus cuerpos les decía que esto era lo correcto.

"Sakura...", susurró él, su voz suave pero llena de deseo. "Nunca te dejaré ir."

Sakura, aún rodeada por el abrazo de Sasuke, sintió una mezcla de deseo y urgencia, como si todo el universo hubiera decidido que este era el momento para ser suyo, pero en su interior algo le decía que debían regresar. Y no sólo por ella, sino por todos.

"Sasuke…" dijo, rompiendo el silencio con un susurro que hizo que él la mirara, su expresión todavía cargada con ese deseo inquebrantable. "Tenemos que regresar."

Él la miró sin entender, su rostro reflejaba una mezcla de confusión y frustración. "¿Qué? No…"

"Lo sé," interrumpió ella, tocando suavemente su rostro, sus dedos acariciando su mejilla con ternura. "tenemos que regresar con los demás…" su voz titubeó, y su mente comenzó a centrarse en lo que realmente importaba. "Debemos regresar con ellos, por nuestro futuro". insistió.

"Naruto no resistirá por mucho más tiempo, Sakura. Estaríamos arriesgando nuestra única opción para regresar". Dijo el con firmeza ya mas cuerdo y pensando de forma racional. "¿Entonces cuánto tiempo tenemos?", quería ayudarlos todavía, aun había una forma en que ella podía ayudarlos y de ser así la tomaría por pequeña que fuera… Volvía a su mente la pequeña Sarada, no quería abandonarla de esa forma, menos ahora que había confirmado que ella era el resultado del amor entre ella y el moreno.

Sasuke la miró fijamente, y aunque el deseo seguía presente en sus ojos, algo en él comprendió. Y aunque en su corazón solo había espacio para ella en ese instante, no podía ser tan egoísta. A regañadientes, asintió.

"Está bien. Regresemos. Pero necesito que me lo cuentes todo".

Sakura sonrió con suavidad, agradecida, y, finalmente, ambos se apartaron, cada uno llevando consigo el peso de lo que quedaba por hacer. El mundo real los esperaba, y no podían seguir en ese limbo.

La casa de los Uzumaki estaba sumida en el caos, pero de una forma ordenada. Naruto, rodeado de mapas y documentos, organizaba el plan de rescate con una determinación feroz. Después de que Sasuke le explicara todo en detalle, su mente no podía centrarse en otra cosa más que en salvar a Sakura, sin importar el costo. Sabía que el tiempo se agotaba y que no quedaba mucho más tiempo para salvarla.

De repente, la puerta se abrió y dos figuras conocidas entraron en la habitación: Sai y Karin. Ambos se acercaron rápidamente, con la tensión reflejada en sus rostros, trayendo consigo noticias urgentes. Se dirigieron directamente hacia Sasuke, pero no pasaron desapercibidos ante la presencia de Naruto a su lado.

"¿Naruto?" Sai habló con su tono habitual, serio y directo, pero con un dejo de sorpresa. "Tenemos noticias. Encontramos el lugar donde podría estar Sakura. Pero hay un problema: está a una profundidad considerable. Necesitamos un plan para llegar hasta allí."

Naruto los miró, tensándose al instante. "¿A qué profundidad? ¿Cómo puede estar tan abajo?"

Karin respondió con precisión. "Parece que está en una ubicación subterránea, protegida por sellos muy fuertes. Si intentamos usar la fuerza bruta, no solo podríamos fallar, sino que también podríamos ponerla en peligro, a ella y al bebé."

"¿Se encuentran bien?" preguntó Sasuke de repente, con la mirada cargada de intensidad y esperando la respuesta de la pelirroja.

"Ambos están bien, pero el chakra de Sakura se debilita con cada minuto que pasa. No tenemos mucho tiempo," respondió Karin, mirando fijamente a Sasuke.

"Entonces, ¿qué hacemos?" preguntó Naruto, la preocupación marcando su voz. "No tenemos tiempo que perder."

Sai hizo una pausa, asegurándose de que Naruto comprendiera la gravedad de la situación. "Necesitamos algo más que fuerza. Necesitamos un plan para neutralizar los sellos sin causar daño."

En ese momento, la puerta se abrió nuevamente. Sasuke y Sakura entraron, pero no eran las versiones a las que todos estaban acostumbrados. Ambos se detuvieron al ver a Naruto y los demás. La mirada de Naruto se cruzó con la de Sasuke, y luego buscó la mirada más madura de su amigo. Por un instante, la confusión llenó su rostro.

"Sasuke…" comenzó Naruto, sin entender del todo lo que estaba pasando. "¿Qué… qué hacen aquí? Ambos están aquí, pero ustedes…"

"Naruto, tranquilo," la voz de Sasuke a su lado lo trajo de vuelta. Ya le habían explicado la situación, cómo las versiones más jóvenes de sus compañeros habían llegado a su línea de tiempo. En ese momento, el rubio no pudo evitar sentirse orgulloso de Sarada. Sin la determinación de esa pequeña, él no estaría allí.

"Ok, ok, entiendo," dijo el rubio, interrumpiéndolo. "Es bueno verlos juntos," les dijo a los recién llegados. "Necesitamos toda la ayuda posible," continuó con un tono solemne.

"Yo tengo una idea," intervino Sarada, la más pequeña de los Uchiha. Sasuke, orgulloso, le dio el espacio necesario para que se ubicara frente a él y pudiera compartir su plan con todos los presentes. Mientras tanto, la versión más joven de Sasuke observaba con curiosidad la interacción. Para nadie era un secreto el parecido entre la niña y el hombre que la acompañaba, pero para el moreno, a pesar de lo que le había explicado Sakura, el ver a una hija suya seguía siendo un desafío difícil de asimilar.

Sarada, con una expresión seria pero confiada, dio un paso adelante. Todos los ojos en la habitación se posaron en ella. Su presencia, aunque juvenil, emanaba una seguridad inusual para alguien de su edad. "Lo que necesitamos," comenzó Sarada, mirando a todos con una mirada decidida, "es un enfoque conjunto. Los sellos que protegen el lugar no son fáciles de eliminar, pero no son indestructibles. Podemos usar una combinación de sellos de contención y técnicas de nulificación que todos conocemos para desactivar los bloqueos sin afectar la ubicación exacta."

Naruto, que había estado inquieto, la miró con atención, impresionado por la claridad de su propuesta. "¿Así que, básicamente, vamos a neutralizar los sellos de forma controlada, sin hacer ruido?" preguntó, aún con una leve preocupación en su tono.

"Exacto," respondió Sarada, dándole un vistazo rápido a su padre. "Para eso necesitaremos alguien se encargue de los sellos de contención,pero con la energía necesaria para asegurarnos de que los sellos de nulificación se mantengan intactos."

"Karin, nosotros podemos asegurar que los sellos se mantengan intactos. Ambos iremos con un Uchiha, ustedes". Refiriendose a las contrapartes presentes."Se encargaran de deshacer los sellos mientras nosotros evitamos que nos detecten". El Rubio dirigio la mirada a ambos para luego asentir con la cabeza cuando ninguno mostros signos de duda.

"Entendido," dijo Naruto."Sakura que no es mi Sakura", dijo llamando la atención de la pelirrosa."Necesito que vayas preparada con equipo para lo peor, no sabemos en que condiciones estan ahi abajo y no podemos darnos el lujo de fallar".

"Entendido, lord Hokage". Respondio la joven inclinando la cabeza con respeto ante el rubio. El tiempo definitivamente lo habia convertido en alguien digno de respeto.

Naruto miró a su alrededor, asegurándose de que todos estuvieran en la misma página. A pesar de la urgencia, un suspiro de alivio escapó de sus labios. Por primera vez sentía que había una posibilidad real de rescatar a su compañera.

"Bien, vamos a hacerlo," dijo Naruto con firmeza, recobrando su determinación habitual.

Sasuke observó a su hija un momento más, sus ojos llenos de orgullo. Era cierto que había aprendido mucho de ella, y ahora, más que nunca, comprendía lo valiosa que era. A pesar de los años difíciles, Sarada se había convertido en alguien capaz de hacer frente a los retos más grandes. No obstante, la situación seguía siendo peligrosa.

"Hija". Llamo Sasuke a la pequeña, "Sera dificil, pero necesito que te quedes junto a Boruto y Himawari", antes que Sarada pudiera reclamar, el mayor continuo. "no puedo exponerte al peligro y tampoco estoy seguro de poder protegerte ahi, confia en mi. Traere a tu madre de regreso".

"Otou-san..." dijo la morena con lagrimas en los ojos, su padre podia identificar su miedo, lo sentia el tambien. Pero no podia exponer a lo que quedaba de su familia. En caso de que saliera mal, al menos su hija estaria segura y eso seria suficiente. Ambos se abrazaron ante la mirada atenta de Sakura, quien observaba desde la distancia. El hombre enfoco su mirada en ella con intensidad, cosa que no paso desapercibida por su contraparte mas joven al lado de la chica, pero lo dejo pasar. Despues de todo, era él.

Un silencio se apoderó de la habitación mientras todos se preparaban para lo que vendría. Cada uno de ellos sabía que esta misión no solo era peligrosa, sino que podría ser la última oportunidad para salvar a Sakura y al bebé. El peso de la responsabilidad recaía sobre sus hombros, pero todos estaban dispuestos a cargar con él.

"Vamos," dijo Naruto finalmente, rompiendo el silencio. "Nos ponemos en marcha. Sakura nos necesita."

Continuara...