Los personajes de S.M. no me pertenecen, yo solo los tomo prestados.
Capítulo 35
1.-
Isabella se sentía extraña al despetar ese domingo por la mañana.
Había llegado a media noche a su casa, con Eilan totalmente rendido, luego de haberse pasado, toda la fiesta de Alice, correteandolo de aquí para allá.
Isabella recuerda haberse despedido de su amiga, diciéndole que ya la vería el lunes y, después... haberse despedido de Edward.
Sentía el peso de la conversación con él, de toda la noche, en la boca de su estómago. No sabe qué pasó, pero el tiempo se le había transcurrido tan rápido al estar con él, que solo se había dado cuenta que la fiesta ya había acabado, cuando la misma Alice había ido a informarle.
Y ahora, la sensación extraña se debía a que, no sabe por qué, pero lo primero que hizo esa mañana al abrir los ojos, fue pensar en Edward, y que tendría que esperar hasta el lunes para verlo, de nuevo, en la repostería.
Isabella rodó sobre su cama, pensativa. No era una niña de 17. Ahora era una mujer de casi 23 años y, como tal, no era idiota, sabía de sobra que, la sensación de peso en su estomago, era porque, sin planearlo, le estaba comenzando a gustar Edward. Pero no era de extrañarse, ya que, después de todo, ¿cómo no gustarle, si Edward era todo lo contrario, a lo que ella pensaba de los hombres?
Isabella suspiró: Edward también era el único hombre que no se fijaría en ella. Él mismo se lo dijo, Irina, su esposa, era y sería su único amor.
