Hace 100 años…
"Lee bien esto Potter porque sólo lo escribiré una vez… espero que traigas tu culo aquí para nuestro tercer aniversario, ya llevas dos semanas fuera de aquí en esa estúpida misión cazando vampiros chupasangre, te advierto que si para nuestra fecha especial no has regresado, en esta casa se hará el amor estés presente o no, así tenga que cogerme al elfo domestico o al repartidor de pizzas ¿entendido?
-Sí señor –respondio Harry sonriendo mientras doblaba la carta y la guardaba, para después tomar una hoja limpia y enviar su respuesta.
Sí, tres años… tres años de tormentosa relación, pero no por parte de ellos pues muy a pesar de todos, eran felices; después de quedar absuelto por el Wizengamot, mas no por la sociedad, Draco se había dedicado a estudiar con ahínco y había llegado a ser pocionista profesional consiguiendo empleo en la industria farmacéutica ante la incredulidad de los que le rodeaban; Harry había entrado a la academia de aurores llegando a graduarse con honores, se habían reencontrado y ante la sorpresa de todos incluidos ellos mismos, tuvieron la suficiente madurez para reconocer la atracción que había entre ellos, atracción que dio inicio a una relación que después se transformó en amor… pero no un amor cualquiera, sino un amor avasallador que luchó contra todos y cada uno de los obstáculos que se les fueron presentando, como la furia de Lucius Malfoy, quien amenazó a su hijo con echarlo de Malfoy Manor y sacarlo de su testamento sino abandonaba ese "estúpido encaprichamiento sin sentido" como solía llamarle o el resentimiento de la familia Weasley cuando Harry terminó su noviazgo con Ginny, aunque realmente esa relación estuviese destinada a morir pues solo sentía por ella un gran cariño… enfrentó el dolor de los padres de Ginny aunque curiosamente ella era la menos enfadada, amaba a Harry pero sabía que no era correspondida; enfrentó la furia de su mejor amigo que creía que Fred no habría muerto si los mortífagos no hubiesen invadido Hogwarts, invasión que se dio gracias a Draco Malfoy sin importar sus circunstancias, y el recelo de Hermione, quien nunca le dio la espalda pero le hacía saber a cada oportunidad, que podía contar con su hombro para llorar cuando todo eso terminara… ¿pero por qué habría de terminar algo que le daba absoluta felicidad? Incluso la sociedad le dio la espalda al saberlo relacionado con un ex mortífago… y aunque muchos seguían admirándolo, muchos también lo miraban con decepción, como si a los hijos de puta tuviera que rendirles cuentas.
Todo estaba en su contra, pero aun así siguieron adelante en esa maravillosa locura… Draco dejó Malfoy Manor y perdió la herencia de sus padres enfrentando el odio de la gente por haber "corrompido" al inocente niño que vivió, aunque de inocente no tuviera nada.
Harry dejó la madriguera conservando la amistad de la familia Weasley, amistad que nunca volvió a ser la misma; compraron una pequeña casa en el Londres mágico, cerca del Ministerio para estar cerca de sus trabajos pues el laboratorio en donde trabajaba Draco no estaba muy lejos de ahí, cada uno esforzándose en sus metas; Draco llegó a ser pocionista en jefe y Harry capitán de unidad, la normalidad llegó a sus vidas y la gente comenzó a ignorarlos.
Ron, siendo auror también, retomó su amistad con Harry y Harry estaba contento por ello, por lo que Draco hacía un gran esfuerzo porque eso funcionara con tal de verlo feliz; era amable con Ron y Hermione o con cualquier Weasley que llegaba a encontrarse en su casa, pero solamente eso, nunca interactuó con ellos, solo saludaba y subía a su habitación pues sabía que aunque ellos también fueran corteses con él, lo hacían solo por Harry y no le importaba, no era como que deseara su amistad… y Harry lo sabía, sabía que Draco lo hacía solo por él y eso le hacía amarlo aún más si era posible.
Fuera de esas visitas que por fortuna no eran frecuentes, Draco no los veía nunca, así que cuando llegaban del trabajo el mundo no importaba, su mundo eran ellos y no existía nadie más y estaba bien… estaba perfecto aunque de vez en cuando discutieran con la misma intensidad con la que se amaban, no importaba… los problemas no terminaban nunca y había algo nuevo a lo que enfrentarse cada día, pero no importaba… no importaba porque al final del día ahí estaban el uno para el otro.
-¿Qué tanto me ves? –preguntó Draco una noche, acostado en la cama después de hacer el amor.
-Tus ojos… -respondio recargando la cabeza en su mano- Son tan hermosos… son ojos de invierno.
-¿Ah sí? –respondió sonriendo pícaro- Pues nada que ver con el verano que arde dentro de mí.
Harry se inclinó para besarlo y volver a hacer el amor.
Y contra todo pronóstico llegaron al primer año de relación oficial resultando Draco un romántico empedernido para deleite de Harry, luego al segundo y para la contrariedad de muchos, se avecinaba el tercero.
-Dentro de tres semanas es nuestro aniversario ¿y te vas de misión?
-Sí, lo siento, yo tampoco lo esperaba –respondio mientras cenaban.
-¿Y no puede ir nadie más?
-No hay mucho personal realmente, lo que hay son novatos y a esos los dejan para patrullar y cosas así.
-¿Y qué van a hacer?
-Han reportado varias desapariciones de personas, se sospecha de un nido de vampiros.
-¿Dónde es?
-En Escocia, a la montaña Ben Nevis, la montaña más alta de Reino Unido.
-No me interesa la geografía, eso está muy lejos… aunque bueno, nada que un buen traslador no arregle.
-Es que no usaremos trasladores –respondió pinchando una papita para después metérsela a la boca.
-¿Cómo?
-Es que ese asunto es muy sospechoso.
-No hables con la boca llena.
-No está llena y tú me preguntaste.
-Ok, ok… -dijo rodando los ojos- ¿Por qué no usarán trasladores?
-Porque la zona está protegida de algún modo, eso es lo que lo hace mucho más sospechoso, todo indica que no son solo vampiros, sino magos vampiros, algo mucho más peligroso; han cercado la zona, solo se puede llegar ahí en carreta o a caballo, ni siquiera una red flú ya que no hay casas de magos por ahí y aunque las hubiera, no todos están conectados a la red, incluso llevaremos nuestra propia lechuza por si acaso.
-Suena muy peligroso.
-Toda misión lleva riesgos.
-¿Y por qué tienes que ir tú?
-¿Por que soy capitán de unidad?
-Esa no es una buena razón.
-Además tengo grandes planes para cuando regrese.
-¿Qué planes?
-Una sorpresa –respondio guiñándole un ojo.
-¿Para mí? –preguntó sonriendo también.
-No, para Ron.
-¿De qué se trata? –preguntó sabiendo que no era para Ron.
-Ya te dije, es una sorpresa.
-¡Dímelo ya, odio esperar!
-Dije que no, hasta que regrese.
-¡Harry!
-No, hasta que regrese –respondio riendo al ver su impaciencia- ten paciencia.
-Mmm pues ya qué… pero regresando al tema de tu misión, no me gusta eso de que está tan apartado, que hay un cerco mágico, en fin, muchas cosas.
Harry lo miró y vio su ceño fruncido, por lo cual sonrió.
-No te preocupes, somos un equipo de cinco aurores, todo estará bien.
Pero nada estuvo bien… fueron emboscados por veinte vampiros; los aurores lucharon como nunca, literalmente sus vidas dependían de ello, fue una gran lucha y más de la mitad de los vampiros cayeron pero no fue suficiente… cuatro de los cinco aurores yacían muertos, solo uno quedaba en pie, tambaleándose en medio de sus compañeros destrozados; el líder de los vampiros lo reconoció y sonrió malévolo decidiendo darle un destino peor que la muerte al salvador del mundo mágico.
Los cuatro vampiros que quedaban se retiraron de ahí dejándolo tirado en el suelo… ¿Cuánto tiempo permaneció ahí? Ni él mismo lo supo, de lo único que era consciente era de la agonía que estremecía su ser; su cuerpo temblaba mientras el frio invadía cada tejido haciéndole castañetear los dientes.
Sentía que se ahogaba y quería gritar, pero su garganta seca solo le permitía emitir débiles balbuceos; finalmente haciendo un esfuerzo sobrehumano se puso de pie y con paso tambaleante y arrastrando los pies se fue de ahí; caminó por horas hasta llegar al viejo hostal en donde se hospedaban, un lugar pobre y desvencijado que era atendido por un matrimonio de la tercera edad que se mantenían más bien de la crianza de cabras y de su hortaliza que del hospedaje, pues a pesar de que esa montaña era popular en Escocia, realmente era enorme y por esa región no había turismo; era rocoso y solitario, un perfecto escondite.
Entró sin ser visto y subió a su habitación, ya en el baño se miró al espejo encontrando un rostro manchado de sangre… un rostro que era igual y distinto al mismo tiempo; con mano temblorosa se tocó la cara sin dejar de mirarse a los ojos… estaba en shock, incapaz de procesar lo que había sucedido, sintiendo que su cabeza explotaría en cualquier momento.
-Dios mío… -musitó sin dejar de verse.
Entonces de repente bajó la vista y metió la mano en la jofaina de agua y comenzó a lavar la sangre de sus manos y luego la de su cara como si con eso pudiera deshacerse del horror que le estrujaba el alma; luego arrastrando los pies regresó a la habitación y se acostó jalando la manta para cubrirse pues el hielo parecía seguir invadiéndole las venas, entró en una agotadora duermevela plagada de sueños raros hasta que en un momento dado el agotamiento le venció.
Despertó con un sobresalto debido a un dolor lacerante en un pie, horrorizado vio humo salir de su tobillo y bastó unos segundos para comprender que ya había amanecido y un rayo de sol se había colado por la ventana cerrada dándole justamente en el tobillo; eso lo hizo jadear con espanto, con la verdad al fin invadiendo su consciencia.
-No… -musitó con voz quebrada- No… no… no puede ser… ¿Por qué yo?... ¿Por qué yo?...
Con sollozos incontrolables se levantó y buscó pergamino y pluma… le escribió a Draco lo que había pasado con vista borrosa por las lagrimas, luego le ató la carta a la lechuza y con cuidado abrió la ventana y la envió, luego volvió a la cama en donde cubriéndose con las mantas se hizo un ovillo sin dejar de llorar.
Se levantó varias veces atormentado por la sed, pero por más agua que bebiera ésta seguía quemándole la garganta… dio un grito amortiguado por la almohada en donde solo deseaba desaparecer.
La lechuza regresó dos días después y él tomó la carta con manos temblorosas y desesperadas.
"Harry tranquilízate, todo va a estar bien, solo haz lo que te digo, no reportes el ataque, mucho menos tu supervivencia; solo ven a casa y no hables con nadie, juntos solucionaremos esto… No temas por lo que yo pueda sentir por ti, no me importa lo que ha pasado, no me importa en lo que te has convertido, yo te amo y estaré contigo pase lo que pase… solo regresa a mí mi amor y todo estará bien"
