Pasada una semana en la que no volvieron a tocar el tema, Draco habló otra vez de eso.
-Ya lo pensé Harry -Harry lo miró sin decir nada, sin poder negarse a sí mismo que estaba nervioso- Y ya tengo una respuesta.
-¿Y cuál es?
-Sé que no puedo juzgar la situación con pleno conocimiento pues solo soy un humano y sé que no me toca juzgar a nadie y que seré juzgado con la misma medida, eso me da miedo y angustia… sé que tu camino será motivo de conflictos internos para mí por más que me lo hayas advertido, que hace tiempo te llamé una aberración humana y creo que lo sigo pensando, pero yo… yo no quiero perderte… quiero estar contigo siempre lo más que pueda.
-Draco…
-Estoy dispuesto a pasar por encima de todo lo que creo.
-No quiero que te odies con el tiempo Draco… ¿estás seguro?
-Te amo demasiado como para… para morir de nuevo… estoy dispuesto a todo –dijo con sus ojos grises anegándose de lágrimas- Te amo Harry… y quiero pasar contigo el próximo siglo.
Harry sonrió y lo abrazó con fuerza.
-¡Oh Draco, no sabes lo feliz que me haces!
Draco no respondió, solo lo abrazó con fuerza preguntándose cómo había podido vivir todos esos años sin ese cuerpo cálido entre sus brazos; después de un rato se separaron.
-¿Y cuando quieres que lo hagamos? –preguntó Harry.
-No lo sé, la verdad me da miedo ¿cómo es el proceso?
-Nada lindo.
-¡Oh pues gracias por tranquilizarme!
-Desearás morir de dolor y el asunto es que técnicamente lo estarás haciendo -Draco asintió en silencio- Pero yo estaré contigo, no estarás solo.
Draco volvió a asentir y Harry pudo notar su nerviosismo y temor.
-Podemos hacerlo mañana en la noche, así podrás despedirte del sol y del valle alumbrado por su cálida luz.
-¿Tú lo extrañas Harry? ¿Extrañas ver las cosas a la luz del sol?
-Por supuesto, no es lo mismo sentirlo que verlo en una pantalla… pero sentirlo como antes, es algo que siempre añoraré, no sentirlo como ahora, claro –añadió riendo para luego ir cambiando su sonrisa por nostalgia- La verdad es que ya no recuerdo cómo se siente el sol siendo humano… ahora solo es dolor al quemarme; por eso te digo que si ya lo decidiste, te despidas de él, ya que nunca podrás volver a sentirlo… se acabaría ver los amaneceres, incluso ver el ocaso del sol... piénsalo bien mi amor.
Al día siguiente, Draco se levanto cuando aún estaba oscuro y salió al techo del castillo, deseaba ver el amanecer por última vez pues ya estaba decidido; le hubiese gustado mucho experimentar esa salida con Harry pero eso era imposible, aun así se propuso disfrutarlo con todas sus ganas pues sería el ultimo.
Cuando vio el sol emerger por el horizonte despidiendo dorados rayos de luz, sus ojos se humedecieron por lo que estaba a punto de perder… cerró los ojos cuando la luz le dio en el rostro sintiendo la calidez de sus rayos matutinos, luego los abrió para ver el valle siendo cubierto por la luz.
Se quedó un buen rato sintiendo como el sol desplazaba el fresco de la mañana, luego bajó y desayunando solo, pues Harry no había querido interferir en lo más mínimo, salió a caminar pudiendo aun alcanzar el rocío en la hierba y flores silvestres… ¿renunciar a aquello por un hombre?... si, ya se había decidido sabiendo perfectamente que habría momentos en los que con seguridad se arrepentiría, pero saldría adelante, además nunca culparía a Harry porque ésta era su propia decisión.
Comenzó a correr hasta caer desfallecido en un campo de hierba y diminutas flores quedando tendido en forma de cruz mirando el cielo azul, con blancas nubes deslizarse perezosas con el viento; el cielo… un lugar al que ya no sabía si algún día podría aspirar a ir… aun creía en Dios y aun lo amaba y también se sabía amado… tenía conflictos sin resolver, pero no podía pasarse la vida sin vivirla en lo que los resolvía, ya lo haría sobre la marcha.
-Tú y yo tenemos muchas pláticas pendientes –susurró mirando al cielo- espero poder seguir escuchando tu voz, quiero pensar que a pesar de tomar decisiones equivocadas, siempre estarás ahí para escucharme.
Esa noche, por consejo de Harry no cenó, solo tomó una copa de vino.
-Sólo he tomado vino de consagrar –exclamó sonriendo mientras miraba la copa- Pero este sabe muy bien -Harry sonrió mientras se sentaba junto a él en la cama- ¿no puedes beber ni un sorbo?
-Claro que puedo, solo si lo bebo de tus labios.
-¡Qué mentira!
Harry comenzó a reír y solo se alzó de hombros, Draco entonces tomó un sorbo y se acercó a él, Harry lo besó bebiendo el vino en su boca escapando algunas gotas por sus comisuras; cuando se separaron, pudo notar el nerviosismo en los ojos grises.
-Tranquilo, todo saldrá bien.
-Lo sé, no tengo miedo de mis decisiones, solo a lo desconocido.
-¿Estás listo?
-Lo estoy.
Harry le quitó la copa de la mano, tomó su rostro con suavidad y le dio un beso en los labios, luego en la mejilla y después en el cuello haciéndolo sentir escalofríos, estaba disfrutando esa boca en su piel para luego cerrar los ojos con fuerza al sentir un dolor punzante clavarse en el.
-¡Ah!
Harry lo había mordido y lo sujetaba con fuerza mientras Draco intentaba quedarse quieto; el moreno en tanto bebía cada trago de esa sangre caliente como si fuese el más delicioso vino que nunca hubiese probado; al cabo de unos momentos, Draco comenzó a marearse y a sentir los brazos lazos, tanto así que los dejó caer mientras una gran debilidad se apoderaba de su cuerpo.
-Ha-Harry…
Pero Harry no se detuvo, siguió hasta casi dejarlo en la inconsciencia.
-Shhh… solo falta un poco más… -susurró en su oído mientras lo recostaba en la cama y se sentaba a su lado.
Entonces mordió su muñeca y dejó caer un hilillo de sangre en la boca entreabierta de Draco, quien permanecía con los ojos cerrados; después de un momento su boca se llenó y sintió ahogarse con el liquido obligándose a tragarlo, hizo eso hasta que Harry acercó su muñeca herida a su boca instándolo a tomar la sangre directamente.
Haciendo un gran esfuerzo levantó sus brazos sintiéndolos como plomo, sujetó la muñeca de Harry y comenzó a succionar la sangre con más fuerza hasta que Harry jadeó arrebatándosela después de unos minutos; todo se hizo silencio en su cabeza y pareció caer en un pozo de oscuridad y silencio, pero entonces un terrible dolor invadió cada célula de su ser haciéndolo abrir los ojos al tiempo que lanzaba un grito desgarrador siendo sujetado al instante por Harry, quien lo envolvió en sus brazos mientras le susurraba cosas que no entendía.
Nunca había sentido tales cosas, parecía que le arrancaban los nervios del cuerpo, gritó hasta quedarse sin voz y luego todo se volvió silencio.
El frio le hizo despertar.
-Frío… tengo frío… -musitó sin siquiera abrir los ojos.
-Lo sé, el fuego está encendido, te pondré otra manta.
Y luego se volvió a dormir.
La segunda vez que despertó, seguía sintiendo como si el hielo invadiera sus venas, solo la voz de Harry logró tranquilizarlo.
-Ya abre los ojos, perezoso.
-Mmm… tengo frío…
-Anda –dijo Harry levantándolo y abrazándolo.
-Pero tengo frío.
-Y solo se te quitará cuando te alimentes -Fueron esas palabras lo que le hizo abrir los ojos- Anda, levántate.
Draco obedeció, pero realmente se sentía muy mal y aunque nunca se había pegado una borrachera, se imaginó que probablemente así se sentiría y con una manta en sus hombros puso los pies en el suelo sin levantarse.
-¿Comeré un humano?
-¿No quieres?
-Realmente no… sé que tarde o temprano debo hacerlo pero…
-Lo imaginé, puedes empezar con un conejo.
-No como carne –dijo arrugando el ceño.
-Un poco tarde para eso ¿no? –respondio sonriendo- además no comerás su carne, solo beberás su…
-Ok, ya entendí.
Harry se levantó y de una caja de madera sacó un conejo vivo llevándoselo por el lomo; Draco lo vio y enseguida miró a Harry.
-Pobrecito… me da lástima hacerle daño.
-Ok -respondio dejando al conejo de regreso en la caja.
-¿No estás molesto?
-Claro que no, no soy yo quien se siente mal y después tendrá hambre –respondio sonriendo con condescendencia- Ya está a punto de atardecer, pasó un día completo desde que te transformaste, debo salir a alimentarme yo y seguro tardaré toda la noche, no te preocupes si no me ves mañana aquí.
-¿Por qué?
-Tranquilo, estaré bien –y sin más respuestas, salió de ahí dejándolo solo.
Y no mintió al decir que se alimentaría, con un solitario campista lo hizo, pero contrario a lo que le dijo a Draco, regresó lo más pronto que pudo al castillo, pero no entró a la habitación, permaneció fuera de la habitación el resto de la noche y del día siguiente.
Cuando entró al cuarto la noche siguiente, encontró a Draco mirando por la ventana mientras la caja del conejo estaba vacía en la mesa.
-Lo sabías ¿verdad? –Dijo dándose vuelta al oír a Harry entrar- sabías que tarde o temprano lo haría.
-Sí.
Draco sonrió y Harry pudo notar su nueva belleza, el rubio parecía resplandecer, era igual y al mismo tiempo distinto.
-Arrojé lo que quedó por la ventana.
-Lo sé, lo vi.
Draco sonrió al ver a Harry notando nuevos detalles, sus ojos más verdes y su piel blanca.
-Eres hermoso Harry… más que antes, puedo notarlo.
-Tú también, bueno, eras ya hermoso desde antes ¿Qué tal tu primera comida?
-No fue tan repugnante como lo había imaginado, de hecho fue… mmm… no sé, su sangre sabía bien, bueno, no tan bien… pero no estaba mal.
-Espera a probar sangre humana -Sin poderlo evitar, un atisbo de emoción saltó en el pecho de Draco- Sí quieres podemos hacerlo mañana, hoy aun estás débil.
-Sí… quiero salir.
Salieron al fresco de la noche y Draco miró todo con nuevos ojos.
-Puedo ver… -dijo fascinado- veo cosas que nunca noté en la oscuridad de la noche.
-Claro que no, ya tienes ojos de depredador nocturno.
Draco lo miró y se mordió un labio.
-¿Serás mi maestro, Harry?
-Claro y si te portas mal, te castigaré.
-¿Sabes Harry?... recordé muchas más cosas cuando bebí de tu sangre… recordé Hogwarts, Slytherin… recordé mi vida en Malfoy Manor.
-¿En serio?
-Sí… recordé lo que es ser mago, de hecho recordé lo que es sostener una varita… sin embargo no extraño la magia, me tocó ser muggle en esta vida y está bien.
Harry sonrió y tomados de la mano caminaron por el oscuro valle como si fuera un día de campo.
Pasados un par de días, Draco sufría de hambre y Harry a su lado lo confortaba.
-Podemos ir a buscar algo para alimentarte.
-Podrías traer otro conejo.
-No es lo ideal Draco, mientras más pronto te adaptes, es mejor... descansa, regreso en un rato.
-¿A dónde vas?
-A traerte una presa más grande.
-¿Un ciervo?
-Claro, un ciervo.
Cuando se quedó solo, se hizo un ovillo en la cama y cerró los ojos, no supo cuanto tiempo pasó hasta que oyó a Harry entrar al cuarto.
-Ya regresé, solo tarde un par de horas, siéntate, debes alimentarte.
Se enderezó y se recargó en la cabecera quedando boquiabierto al ver a Harry de pie con un cuerpo al hombro.
-Pero…
Harry dejó caer al tipo al suelo diciendo:
-Solo esta inconsciente –Draco lo miró boquiabierto- ven, acércate.
-Pero Harry…
Harry se levantó y tomándolo del brazo lo hizo ponerse de pie y e hincarse junto al hombre.
-Esta noche comerás como un vampiro lo hace, es mi deber enseñarte este oscuro camino y tú lo aceptaste.
-Pues sí, pero… Harry voy a matarlo…
Harry miró sus enormes ojos grises mirarlo a punto del pánico, pero eso no lo detuvo, lo que hizo fue tomar la mano del hombre, morder su muñeca y verter la sangre al suelo dejando que los instintos de Draco hicieran el resto… y pudo verlo, vio sus ojos dilatarse al ver el rojo líquido brotar de la herida, pudo ver sus colmillos asomarse y su corazón acelerarse; le acercó el brazo del hombre y su respiración comenzó a acelerarse.
-Vamos mi hermosura o comes o tendré que castigarte.
Draco cerró los ojos, pues esas palabras lejos de asustarlo, lo excitaron para complacencia de Harry, quien solo sonrió al verlo tomar la mano del hombre y acercar su muñeca a su boca… fueron solo segundos de vacilación, el olor a sangre llenó sus sentidos haciéndolo salivar, así que hundió sus colmillos en la carne y comenzó a beber.
La sensación y sabor fue lo mejor que podía recordar, sus sentidos estaban embotados por la nueva experiencia, así que solo bebió y bebió hasta saciar su sed y su hambre.
-Muy bien, buen niño –dijo Harry quitándole el brazo laxo del hombre, quien yacía sin vida en el suelo- ¿satisfecho?
Draco no respondió, solo se acercó a Harry y se recargó en su hombro; el moreno besó su frente y se puso de pie para luego tomarlo en brazos y caminar hasta la cama en donde se sentó sentándolo a su vez en su regazo y el rubio seguía sin hablar; Harry tampoco decía nada, solo seguía dándole pequeños besos en la sien o el cabello y acariciándolo.
-Harry… maté a un hombre.
-¿Pero qué tal sabía?
-No estoy bromeando.
-¿Quieres saber quién era este hombre?... hacía semanas yo ya le había echado el ojo, era un campesino que violaba a su hija de seis años y planeaba secuestrar a su sobrina, dime ¿vas a sufrir por esa escoria? –Draco ya no respondió.
Después de un rato así, Draco alzó el rostro para mirar a Harry, éste vio sus labios rojos y sus mejillas sonrosadas por acabar de alimentarse, así que se inclinó y lo besó; Draco abrió la boca y recibió el beso con ansias.
-Hazme el amor Harry… -susurró sobre su boca- hazme el amor.
Harry se levantó, lo depositó en la cama y comenzó a desnudarse sin dejar de mirarlo a los ojos hasta quedar totalmente desnudo; Draco miró su pene semi erguido ya por la anticipación.
-Desnúdate –dijo Harry entonces.
Draco obedeció y luego de quedar igual, se recostó en la cama; Harry se subió y se recostó junto a él, lo miró unos segundos antes de besarlo con ganas hasta dejar sus labios doloridos y luego se lanzó a su piel, ya no era tan cuidadoso como lo fue la primera vez, él mismo jadeó cuando Draco le mordisqueó un pezón con fuerza mientras su mano lo masturbaba.
-Draco… -gimio cerrando los ojos sintiendo con agrado esa mano en su pene.
Draco sonrió viendo como el pene de Harry se erguía hasta ponerse totalmente erecto y para sorpresa del moreno, lo metió en su boca.
-¡Oh!
Draco comenzó a mamarlo mientras una mano lo sostenía y la otra masajeaba sus testículos haciendo a Harry gemir mientras le revolvía el cabello, sonriendo al verlo estrujar las manos cada vez que pasaba la lengua por la hendidura del pene; no se detuvo hasta hacerlo eyacular en su boca.
-Demonios Draco… hacía un siglo que no me hacías esas mamadas… literalmente…
Draco comenzó a reír y luego subió hasta su boca para besarlo, aun con un poco de semen en su saliva, pero contrario a lo que había pasado hacía unos días, esta vez no hubo tregua, de inmediato se le encimó a Harry sin dejar de besarlo y frotando la hendidura de sus nalgas en el pene del moreno.
-Buscas pelea ¿eh? –exclamó en un respiro mientras sus manos acariciaban y apretaban las nalgas de Draco quien solo soltó una risita traviesa y luego comenzó a besarle el cuello y a hacerle chupetones que lo hacían estremecer.
Y sin esperarlo, lo tomó de los hombros y lo acostó boca abajo sin ningún problema, como si la fuerza física ya no fuese un obstáculo.
-¡Oye! –exclamó con la mejilla pegada al colchón mientras Draco se le encimaba y comenzaba a besarle la espalda mientras le pasaba el pene entre las nalgas- al menos avísame.
-No seas delicado.
Harry comenzó a reír mientras Draco le acariciaba la espalda y le besaba la nuca, entonces cruzó sus antebrazos por debajo de su mejilla dejando a Draco hacer lo que quisiera con su cuerpo haciéndole recordar sus antiguas sesiones de sexo.
-Mmm…
Draco bajó hasta el área de sus nalgas, las separó y pasó su lengua en medio de ellas y aunque técnicamente eso no se lo había hecho nunca en la vida presente, recordaba que eso le encantaba a Harry.
-Oh si Draco…
-Levanta –dijo levantándole la cadera- haz eso del lubricante.
Harry hizo su hechizo lubricante en los dedos de Draco, que lamía la tierna entrada para luego masajearla y poco a poco introducir un dedo y sin esperar mucho, el segundo.
-Ah…
Como si hubiese sido ayer, Draco comenzó a mover sus dedos dentro de Harry, sabía lo mucho que Harry disfrutaba culminar con ayuda de sus dedos, cosa que pasó unos minutos después de masajear su próstata y sin dejar de masturbarlo.
-¡Ah! –Jadeó corriéndose apretando con su esfínter los dedos de Draco- Por Merlín… -balbuceó dejándose caer en la cama.
-Lo recuerdo… recuerdo como te gustaba que hiciera esto…
Harry giró el rostro para mirarlo y sonrió viendo sus ojos brillantes y sus labios rojos entreabiertos.
-No sé cómo pude sobrevivir tantos años sin ti.
-¿No hallabas quien te masajeara el culo?
Ambos comenzaron a reír con ganas.
-¿Y qué haremos después de esto? –pregunto Harry.
-¿Seguir cogiendo?
-Esa boquita hermano Dragos –Draco sonrió y luego suspirando miró el techo.
-Quiero ir a Gran Bretaña.
-¿A Gran Bretaña?
-Sí… quiero ir a Malfoy Manor… saber cómo está… fue mi hogar durante muchos años, pero tampoco creas que deseo quedarme ahí, mi hogar fue esa casa que compramos juntos… más bien es curiosidad, no recuerdo todo, deseo recuperar todas mis memorias si es posible.
-Bien, ese será el primer lugar que visitemos.
-¿De dónde sacarás dinero?
-Un siglo es mucho tiempo para ahorrar ¿no crees?
-¿Tú ahorrativo?
-Bueno, no exactamente… más bien no hallaba como gastarlo, durante años solo me la pasé buscándote, no paseando ni viviendo entre lujos, creo que este ruinoso castillo es la mejor muestra, además hice inversiones y tuve mucho tiempo para ver los resultados -Draco asintió en silencio- ¿y ahora podemos seguir? Ya estoy más que recuperado.
Draco sonrió antes de darle un beso, solo que esta vez fue Harry quien tomó la iniciativa, comenzó a recorrer todo su cuerpo con sus labios llenándolo de besos, recordando cada centímetro de aquella suave piel; besó su cuello, lamió sus pezones, besó su vientre hasta sentir el cosquilleo en su barbilla de los vellos púbicos, luego tomó el pene, lo lamió y luego lo metió a su boca.
-¡Ah!...
Pronto su cabeza comenzó a subir y a bajar metiendo el pene hasta su garganta, aprisionando el glande con sus labios mientras sus manos lo sujetaban por la cadera; estuvo así un rato y luego comenzó a masturbarlo con una mano mientras besaba el interior de sus muslos dejando marcas purpuras cuando succionaba, satisfecho de ver huellas donde había puesto su boca, hizo lo mismo con su vientre y pecho, clavículas y cuello, le hizo darse vuelta y ponerse en cuatro, abrió sus nalgas y lamió su entrada.
-Oh Harry… -masculló recargando su frente en sus antebrazos- así…
Después de un rato, Harry le dio vuelta y Draco encogió las piernas y separó las rodillas dejándolo acomodarse en medio, Harry se le encimó sin que sus manos dejaran de tocar sus piernas, sus nalgas, lo apretó por la cintura mientras besaba su cuello, luego metió su mano entre ellos sin dejar de verlo a los ojos y sin prepararlo esta vez acomodó su pene en su entrada y comenzó a empujar.
-¡Ah! –cerró los ojos sintiendo claramente como era abierto poco a poco, enterró sus uñas en la espalda y tensó el cuerpo- Duele idiota…
-¿Quieres que me detenga?
-¿Acaso dije que te detuvieras?
Sonriendo Harry comenzó a moverse dentro de él.
-¡Auch!
-Recuerdo que te gustaba que te montara fuerte ¿de eso no te acuerdas?
-Ya te dije idiota, que… ¡Ay!... ¡Qué no recuerdo todo!
Pero Harry no se detuvo, siguió moviendo su pelvis con energía mientras Draco se estremecía debajo de él.
-Para mañana estarás bien, podrás sentarte normal… no será como cuando eras humano…
-¡Qué maldito consuelo!...¡Ah!... ¡ah!... ¡ah!...
No pasó mucho para que Draco comenzara a sentir el roce en su próstata, comenzó a gemir mientras rodeaba la cintura de Harry con sus piernas; después de un rato el moreno se detuvo y colocándolo de costado le levantó la pierna y lo penetró de nuevo; ambos jadeaban sudorosos mientras la cama rechinaba con sus movimientos.
Después un rato Draco bajó la pierna y se puso en cuatro separando las rodillas, Harry pudo ver su ano enrojecido y dilatado estremecerse mientras decía:
-Sigue montándome Harry, no pares…
Harry se acomodó entre sus piernas separadas, lo sujetó de la cadera y lo penetró con fuerza haciéndolo jadear, luego comenzó a embestirlo con fuerza haciendo que el cuarto se llenara con el sonido húmedo de sus pieles chocando.
-Sí Harry… así... ya quiero correrme…
-Aun no lo hagas, quiero seguir…
Draco se contuvo para que después de un rato Harry se detuviera y se recostara, Draco miró su pene hinchado y brilloso y supo lo que Harry quería y a él le encantaba hacer; se montó en Harry pero dándole la espalda, tomó el pene del moreno y lo colocó en su entrada dejándole ver a Harry como iba penetrándolo y a Harry le encantaba ver como su pene iba abriéndolo poco a poco hasta penetrarse por completo; Draco soltó una risita pues le excitaba mostrarse a Harry, el pudor de su vida mortal lo había perdido en una sola noche.
Después comenzó a mover la cadera haciendo a Harry apretar los ojos sintiendo el resbalar de su pene con el caliente y estrecho canal, duraron así unos minutos y luego Harry lo empujó hacia adelante quedando en cuatro de nuevo, con lo cual todo comenzó otra vez, montándolo con fuerza hasta que masculló:
-Ya quiero Draco…
-Yo también Harry, yo también…
Deteniéndolo de las caderas, Harry se clavó un par de veces más quedándose dentro en la última, eyaculando mientras le marcaba los dedos en la piel.
-¡Ah!
Draco no se contuvo tampoco, dejó ir el orgasmo que pugnaba por salir desde hacía rato y jadeó mientras recargaba su frente en sus antebrazos; después de unos momentos Harry sacó su pene y separó las nalgas para ver como su semen escurría del enrojecido ano, luego de sonreír se dejó caer en la cama, lo mismo que Draco quedando hombro con hombro, sudorosos y cansados, respirando entrecortadamente.
-Esto estuvo de maratón, nunca había tenido sexo de esta manera.
-Claro que no Draco, eras un monje.
-Oh es cierto... –dijo antes de que rompieran a reír- abrázame.
Harry sonrió y jalando una manta los cubrió a ambos.
-Durmamos un rato, hasta nosotros necesitamos descansar.
Draco asintió en silencio y cerró los ojos.
Cuando abrió los ojos miró a Draco sentado en su silla vestido con una bata de dormir, con un hombro descubierto y con una pierna cruzada dejando ver el pálido muslo, fumando un cigarrillo mirando el oscuro paisaje a través de la ventana abierta, con la brisa nocturna entrando al cuarto y solo con una vela encendida; se sentó observando la belleza sexual e inocente al mismo tiempo de aquel que buscó durante cien años, Draco lo miró y extendiendo una mano dijo:
-No me importa lo que ha pasado, no me importa en lo que nos hemos convertido, yo te amo y estaré contigo pase lo que pase… solo regresa a mí mi amor y todo estará bien.
Harry sintió sus ojos humedecerse… no hacía falta una vieja carta, ya tenía al escritor a su lado, así que se levantó y caminó descalzo por la alfombra hasta llegar a Draco, se sentó en el suelo y puso su cabeza en su regazo, todo estaba bien ahora.
FIN
