N/A: sus comentarios son agradecidos n.n


C2: Antes de arreglar, se rompe.

Hinata sudaba más que en toda su vida. Sentía su abdomen resquebrajarse con cada impulso hacia delante. Se puso de pie y con un peso en las manos comenzó a caminar en cuclillas. Era la quinta repetición del circuito que le había preparado Yamanaka Ino. Cada vez que comenzaba una repetición, se arrepentía de la idiota decisión que había tomado el día anterior, pero luego miraba a las porristas que hacían sus propias repeticiones y se llenaba de un sentimiento completamente nuevo para ella: anhelo.

Ellas son ideales, pensaba, y luego se esforzaba aún más en terminar el circuito. La Yamanaka se acercó entonces.

—Muy bien, vamos a practicar el ritmo.

"Nunca hemos hecho esto"—le había dicho Temari el día anterior —"no entras al equipo si no es por audición". Luego de eso había prendido un cigarrillo y le había hecho jurar que no le diría a la capitana, quien no hacía excepciones cuando se trataba de la salud de sus porristas.

Por otro lado, la reacción que no se esperaba fue de Tenten. Una vez estaban fuera de la vista de alguien, enloqueció.

"¡Es imposible!" —casi gritaba—"¡practiqué meses para impresionar a Sakura-taicho, ¿recuerdas?!" Hinata si recordaba. Tenten le tuvo un terror casi desmedido a Haruno por mucho tiempo. Especialmente porque ya la habían rechazado en segundo año, cuando quien era capitana no era ella, sino Konan.

Sakura había dejado en claro que necesitaba esforzarse muchísimo más si quería ser parte del equipo y su opinión había sido tan tajante que a Konan no le había quedado otra que dejarla fuera.

Tenten la odió, luego lloró, luego entrenó, y al año siguiente recibió unas merecidas felicitaciones de la Haruno por lograr entrar. Así que este era el primer año de Tenten como porrista.

–Estoy impresionada Tenten, –le había dicho Sakura cuando le entregó sus pompones– no había visto una audición tan bien ejecutada desde Kurotsuchi.

El viernes en que la Hyuuga entrenó con las porristas por primera vez, Temari había llegado con tijeras. Unas que el día anterior no logró conseguir.

Hinata intentó ignorar el bichito detrás de su cabeza que le decía que no dejase que le tocaran el cabello. Pero sabía que, si la Haruno lo exigió, entonces no habían muchas posibilidades de escaparse de ello. Mientras el resto de las porristas ensayaban y decidían sobre la coreografía que Ino había preparado, a ella la tenían en la etapa de "tonificar y agilizar".

—Te necesitamos veloz —había dicho Ino— y fuerte. Eres una Kyuubi. O al menos lo serás. El grupo de chicas mostraban unas cinturas dignas de ser exhibidas y algo dentro de ella quiso poder estar a la altura. ¿Sería siquiera capaz de no morir de vergüenza?

Ino la ayudó con destreza, enseñando principalmente a mover las piernas coordinadamente en algunas piezas bases y, por orden de la capitana, en la coreografía especial que presetarían en el próximo partido. Después de un tiempo Sakura dio por terminado el ensayo.

—Temari e Ino se quedan después de las duchas. —apuntó a Hinata —tú también. Las chicas asintieron al unísono. —Este fin de semana serán juiciosas, nada de excederse en fiestas —ojeó a Karin y luego a Temari —, solo ejercicio ligero, no las quiero tensas el lunes. Se viene un entrenamiento intenso la semana que sigue, los chicos se unirán. ¡Gran trabajo!

Sakura hizo una ligera reverencia, siendo respondida por todas.

—Oh, —interrumpió la retirada —me llego a enterar de que alguna rompió con la regla de abstención… y tomaré medidas para que no participe en la siguiente competencia. —y sonrió.

Ya en los camarines, Hinata no podía más con el cuerpo. El vaho inundaba la instancia completa, cubriendo tanto su cuerpo como el de sus nuevas compañeras. Ya casi todas estaban yéndose y tal como lo había ordenado Sakura, tanto Temari como Ino estaban tomándose su tiempo sin apresurarse por salir pronto. Hinata asumió que llegaría el momento en que Temari usaría las tijeras que le había mostrado hace unas horas.

La Haruno apareció detrás de unas puertas aún con la toalla ajustada a su cuerpo, gotas de agua cayendo por su piel y el cabello rosa oscurecido por la humedad. Hinata no pudo evitar admirar el pequeño cuerpo trabajado de la chica, su clavícula marcada, sus brazos delgados y sus piernas tonificadas.

La pelirrosa estaba mostrándole imágenes a Temari desde su teléfono, dándole indicaciones sobré qué hacer en la cabellera de la Hyuuga.

—El flequillo más corto, quiero que destaquen sus cejas y sus ojos.

—¿A esta altura?

—Más corto. Quiero esta capa frontal a la altura del mentón. Ajá, así mismo. También recorta la capa trasera por debajo de los hombros.

Sakura la observó. Como un curador observa un cuadro a medio pintar. Había algo que faltaba en la Hyuuga. Una personalidad, pensó, y se reprendió por una ocurrencia tan cruel.

Sin embargo había algo cierto en esto, la chica era tan introvertida que parecía no mostrar más emoción que miedo. Algo se le tenía que ocurrir para que eso cambiase.

Al día siguiente Sakura se encargó de proveer a Hinata de los elementos necesarios para que pudiese sacar provecho de su rostro: máscara, rubor y un bloqueador con color. Se hallaban en el balcón de una cafetería cuando Hinata se aventuró a saber la opinión de su capitana sobre Sasuke. El clima cálido golpeaba ambos rostros que por primera vez parecían verse sin buscar algo más detrás.

—¿Le gustaré después de todo esto?

Era una pregunta válida, pero Haruno no era quién para contestarla. Para ser honesta, ni siquiera sabía que había una amistad entre la Hyuuga y el Uchiha. Una suerte de abatimiento cruzaba por los ojos de la pelinegra, cuyas esperanzas estaban levemente resquebrajadas después de experimentar todo lo que tenía que hacer y lograr para obtener el corazón del chico que le gustaba.

—¿Por qué? —cuestionó la Hyuuga —¿por qué asumes que no gustará de mi?

Sakura le brindo una sonrisa amarga —Mi idea no era traer amargura a tu corazón, Hinata-chan. Todo lo contrario. —Las preguntas florecieron en el rostro níveo de Hinata. —Siento cierta seguridad en que tú podrías ser la única chica que tiene una verdadera oportunidad con Sasuke… Hay dos porristas que ya intentaron tener algo con él. Ino se declaró en segundo año después de ingresar al equipo. Estaba convencida de que era el destino que Sasuke haya ascendido a titular del equipo de fútbol al mismo tiempo en que a ella la aceptaran en nuestro equipo. —Sakura sonrió recordando— No tuvo suerte, Sasuke la rechazó. La segunda fue Karin, ese mismo año. Ella nos contó que estaban saliendo y una vez los vi besarse…

—¿Tú crees que ahora… ellos…?

Sakura negó con la cabeza, su sonrisa tenue no abandonó su rostro en ningún momento del relato. —¿Alguna vez los viste juntos? —Hinata negó.

—Siguiendo esa lógica, como nueva porrista… es posible que a mí también me rechace. —Hinata rió tristemente ante esa posibilidad.

—La tercera es la vencida —rebatió Haruno—y de todas formas, él ha rechazado porristas y no porristas a la vez. A diferencia de mí, es que tú serás hermosa y perfecta al momento en que te declares y será imposible decirte que no.

Hinata frunció el ceño— ¿A diferencia de ti?

Sakura abrió levemente los ojos antes de dejar escapar un suspiro. —Bueno…

-Flashback-

El año escolar había transcurrido brutalmente rápido y Sakura estaba por igual brutalmente aburrida. Su compañero a un lado del escritorio estaba desparramado sobre él descuidadamente, holgazaneando durante el tiempo libre que tenían entre clases.

Era esa época del año en que el clima se ponía caluroso y pegajoso, y uno buscaba el lugar con más sombra y las bebidas más heladas. Sakura se percató que parte de su blusa se pegaba ligeramente a su pecho y su abdomen, el Uchiha a su lado también tenía la camisa parcialmente pegada al torso. Respiró inquieta. Ese tipo de desviaciones las tenía controladas, pero de vez en cuando no podía evitar llenarse de una emoción adolescente llena de hormonas incontroladas.

Sasuke entrecerró los ojos en su dirección, como si intentara leerle el pensamiento. Resignado, el joven se puso de pie para dirigirse a la máquina dispensadora del pasillo, capturando como su amiga pelirrosa se paraba y lo seguía para continuar con la conversación.

—E Ino creía y estaba completamente segura de que la iban a ingresar, pero déjame decirte, fue desastroso y vergonzoso. Konan-taicho tuvo que dejar de verla por un segundo —Sakura reía entre medio del relato y Sasuke se le unió al pensar en la rubia haciendo el ridículo. La joven dejó de reír cuando sintió su rostro acalorarse por el hermoso rostro de su amigo. Él se agachó para tomar las Diet Pepsi que acababa de comprar para ambos y antes de que se volteara para ir al salón, Sakura se aferró a él desde la tela de la corbata oscura del Uchiha.

—¡¿Hm?!

—Me gustas, Sasuke-kun. —La pelirrosa hiperventiló levemente y se obligó a actuar sobre la marcha —Sé que lo sabes, no sé disimularlo muy bien. Me gustan tus ojos y como no es necesario que hables para saber lo que piensas, y me gusta esa mueca que haces cuando sonríes. Me gusta que realmente puedo hablar contigo incluso cuando crees que la mitad de lo digo es estúpido y me gusta que te das cuenta cuando estoy mal.

Sakura se aferraba al corbatín del chico, casi como queriendo mantenerlo dócil. A medida que las palabras salían de su boca, su pequeño puño se hacía más firme y lo acercaba más a ella hasta que sus rostros tuvieron una proximidad peligrosa.

—Y si hay alguna parte de ti que siente lo mismo que yo… estaría bien si… me lo hicieras saber, ya que… realmente me gustas, Sasuke-kun.

El rosa en la piel pálida del chico parecía un indicador positivo para ella. La manera en que sus pasmados ojos negros no se despegaron de los suyos también era algo bueno, y luego cuando esos mismos ojos bajaron a sus labios, el corazón se sintió apretado en su pecho por la emoción que estaba sintiendo. Sasuke mantenía el ceño fruncido y el rostro incrédulo. Los susurros alrededor de la escena que parecían montar lo despertaron de su estupor.

—Este no es el lugar para que digas… idioteces como esas, Sakura. —replicó la voz grave del joven, lo suficientemente bajo como para que solo ambos escucharan— Eres mi amiga, se supone que sabes que odio cómo se me declaran.

A medida que el agarre de sus huesudas manos se desaflojaba del corbatín, Sakura sintió como su corazón se apretaba contra su pecho, doliendo.

—No… me gustas de esa manera —Sasuke puso la Diet Pepsi en su mano libre y terminó por alejarse de la chica.

Sakura volvió al salón con la mirada perdida y pasó el resto de ese año escolar alejada de su amigo, que parecía incapaz de mirarla. Al año siguiente él estaba en un salón distinto y no volvieron a intercambiar palabra.

-End flashback-

—Pero no tienes de qué preocuparte Hinata-chan, eso está en el pasado. —Sakura tomó su mano por sobre la mesa y Hinata respondió el agarre— da igual quiénes estuvieron antes, ahora mismo eres la candidata perfecta.


N/A: Okis, quería actualizar pronto para sentir la presión de seguir escribiendo jeje. El siguiente capítulo viene la próxima semana y el cuarto ya lo estoy escribiendo JEJEJ.

Xoxo