N/A: Me niego a que mis personajes sean simplemente buenos o malos, vivan los personajes absolutamente grises, cuando no sabes si odiarlos o amarlos. ¡Eso me gusta escribir!


—o—

Los adolescentes son simples de controlar. Pensaba ella. Solo hay que darles un incentivo, un empujoncito, para hacerles hacer lo que tú quieres que hagan. Ella lo descubrió en primer año, tiempo después de ser rechazada por su amor de infancia. Un par de palabras bastaron para poner todo en su lugar y desde entonces no ha podido parar de dar órdenes en formato comentario.

Lo cierto era que Sakura no sabía lidiar con las emociones demasiado intensas, prefería evitarlas a toda costa, mantenerse balanceada. El rechazo de Sasuke la dejó parcialmente entumecida durante ese tiempo, boqueando por aire y mirando a todos lados para evitar ser atrapada con el corazón humillado y sensible.

La primera vez que manipuló a alguien para hacer lo que ella quería se sintió demasiado bien, casi como si fuese su llamado divino. Sintiéndose en control por primera vez desde aquel desagradable momento.

Habían pasado un par de semanas desde la situación Diet Pepsi, como ella le llamaba, y su ánimo estaba por los suelos. A su lado Ino había sido dominada por un monólogo sobre la importancia de mantenerse en movimiento para curar un corazón roto. Deporte, ejercicio, energía y serotonina. La dosis que, de acuerdo a la rubia, Sakura necesitaba para tomar el control de sí misma nuevamente. Y para así también parar con las miradas de lástima -y burla- que recibía de vez en cuando.

—Solo mírala—dijo Ino señalando con su cabeza a Konan, sentada sobre la mesa rodeada de otras chicas. Un aura de dominancia la rodeaba, no decía mucho y mantenía el mentón elevado. Su uniforme de porrista destacandola de aquellas que no lo eran. —ella lo es todo.

Sakura arqueó una ceja sin entender.

—¿No lo ves?—se exasperó la rubia. —Piensalo, todas queremos ser ella, es hermosa, agradable, tiene un… cuerpo…glorioso, está rodeada de amigas. Y ese uniforme le queda… wow.

Ino miró de soslayo a su amiga, quien frunció entrecejo lentamente comprendiendo.

—Es irreal,—dijo— y es ideal.

Ino asintió en acuerdo. —Seré exactamente como ella cuando entre a su equipo. Tendrá que aceptarme cuando de mi audición.

—Ya diste tu audición—le recordó la pelirrosa—hace un mes.

—La daré de nuevo el siguiente año.

Durante unos minutos ambas se mantuvieron en silencio, tomando jugo y compartiendo una ensalada de fruta, mirando de vez en cuando nuevamente al grupo de porristas sentadas al costado de la cafetería.

—Creo que tengo una idea.

Dijo finalmente la Haruno, una pequeña sonrisa asomándose en su rostro y ambas cejas hacia arriba.

—Okey… ¿qué estás tramando? —cortó el silencio la rubia— ¿y cómo puedo ser parte de ello?

—Enséñame la coreografía que presentaste en tu audición.

–o–

Todos estaban hablando de ello. Y todos parecían declarar que estuvieron allí para verlo: Haruno Sakura, de primer año, había humillado en el centro comercial a una porrista del Orochimaru's Technological Institute en una freestyle dance battle. Esa semana la pelirrosa se había vuelto foco de atención y había sido embarcada por varios para felicitarla y adular su victoria.

No era exactamente lo que ella planeaba, pero estaba sucediendo… extrañamente bien. Solo tenía que jugar bien sus cartas. Presionar lo suficiente la mentira como para luego poder desmentirla en caso de ser atrapada.

Pese a que los nervios la dejaron helada durante gran parte del día, fingió demencia frente a miradas incrédulas de algunas chicas. El volumen de la música en sus audífonos y una máscara de indiferencia que -evidentemente- tenía que practicar más, evitó que se percatara del grupo de chicas que se aproximaban desde el otro lado del pasillo.

—Haruno-san, —dijo Konan, deteniéndola en el pasillo, el séquito de chicas que la seguían la rodearon para observarla sin mucho pudor de arriba abajo—oí que bailas.

Sakura tragó en seco, pero sostuvo la mirada tranquila de la joven sin demostrar lo intimidada que se sentía. ¿Así se siente mentir? ¿sostener un engaño? ¿este peso y miedo a que te descubran es permanente? —Así es, —respondió la pelirrosa—bailo como pasatiempo.

—No te presentaste a las audiciones de porrista.

Ella negó con la cabeza—Lo iba a hacer. Una coreografía doble con Yamanaka Ino-chan, —los rostros burlones no pasaron desapercibidos, claramente recordando la desastrosa audición que tuvo la Ino un mes atrás—pero luego…

Konan alzó una ceja en su dirección y vio como la pelirrosa miraba con vergüenza al resto de las chicas. Captando su incomodidad, con un mano dio indicación a su grupo de dispersarse y ellas obedecieron.

—¿Tú y Yamanaka discutieron?

—¡No! ¡No, no, no…! todo lo contrario—Sakura suspiró, añadiendo dramatismo. —Yo… confesé mis sentimientos a mi mejor amigo y cuando me rechazó estuve… realmente muy deprimida… abandoné a Ino y… tuvo que improvisar nuestra coreografía… —Sakura exhaló suavemente mordiéndose el labio inferior. —arruiné todo para ambas.

Lo que pareció una eternidad en segundos se extendió entre ambas. Una rogaba internamente que esta parafernalia funcionara, mientras que la otra calculaba las posibilidades.

Varias personas de la escuela habían declarado estar presentes en lo que, según ellos, fuera una declaración de guerra entre Tobirama High y las porristas de Orochimaru's Technological Institute, en donde una chica de THS había barrido el piso con las segundas. La chica no era porrista, dijeron, su nombre era Haruno Sakura de primer año y había representado honorablemente a la secundaria.

¿Konan se arriesgaría por eso?

Quizás esta era la persona que podría hacerlas finalmente ganar las regionales.

Permitiría a la chica audicionar para ver qué tanto talento tenía.

—Haruno, mañana a las 18:00 pásate por el gimnasio. Veremos qué tienes.

Sakura abrió los ojos casi anormalmente, genuinamente sorprendida. Mientras Konan se volteaba para irse, ella dijo por último: —Iré con Ino-chan—ante la ceja arqueada y ofendida de Konan, explicó—hago todo junto a Ino-chan.

Konan asintió.

Aún sin creérselo texteó a su mejor amiga. Manipulación y engaño para lograr sus fines, en este caso, para ayudar a su amiga… pero eso no significaba que ella no pudiera aprovecharse de ello, cambiar el camino simple que había escogido para su vida por algo más… dinámico.

Ella sería un ideal, como Konan. No volvería a sentirse humillada.

Su curiosidad natural se activó con prominente fuerza entonces. ¿Hasta dónde podría llegar?


—o—

C5: Resaca estilo Haruno

Hinata despertó ligeramente entumecida. Un pitido en su oído la desestabilizó apenas abrió los ojos, no reconociendo el techo de la habitación y no recordando casi nada de la noche anterior. ¿Acaso ella y Sasuke habían…? No, este techo tenía encaje y flores en él. Demasiado femenino para ser del delantero del equipo de fútbol.

Con más esfuerzo del que debería se incorporó y vio un cuarto que parecía una mezcla de algodón de azúcar y tabla de ouija. Flores frescas en todos lados, flores muertas colgadas boca abajo en la ventana, enredaderas naturales, velas a medio quemar en un buró que parecía una suerte de altar, papel tapiz lila y en encaje blanco y negro en lugares en donde no verías encaje normalmente.

A su izquierda, en la mesita de noche, una fotografía de Sakura e Ino con sus uniformes de porristas. Se veían muy pequeñas y ambas tenían el cabello a los hombros, por lo que asumió que era una foto de al menos primer año.

Hinata pronto se encontró a sí misma en ropa interior, cosa de la que no se había percatado antes. ¿Durmió así toda la noche? Usaba un par de algodón simple y sin diseño que cubría más de lo necesario. En el piso, más allá, logró ver el conjunto de ropa interior celeste transparente de la pelirrosa. El que usaba la noche anterior. Pero, ¿por qué recordaba eso?

Pese a que se encontraba sola en la habitación, se tapó con ambas manos mientras se ponía de pie, buscando la ropa de anoche sin éxito. En medio de su inminente frustración, una de las puertas blancas de la habitación se abrió a medias; por ella, una cabeza rosa se asomó curiosa.

—¡Hinata-chan!

Hinata se hincó en su lugar por el ruido, pero no falló en dedicarle una suave sonrisa a la pelirrosa que la miraba desde la puerta. Ante su estado de obvia desnudez, Sakura se abrió paso en dirección a su closet ignorando las miradas furtivas de Hinata.

—Sakura-chan —saludó—Por casualidad…¿mi ropa? ¿la has visto?

La nombrada alzó ambas cejas en su dirección y luego siguió hurgando. Sacó una camiseta grande y un short que -esperaba- no le quedaría pequeño.

—Mmmh… Hinata-chan, ¿por casualidad recuerdas algo de anoche?

Fue el turno de la pelinegra de alzar las cejas, ya que, efectivamente, no recordaba casi nada de anoche. ¿Tanto había tomado? ¿qué había pasado? ¿por qué despertó desnuda?

—¿Recuerdas que Ino tenía que tomar cada vez que Karin tomara?... —comenzó el relato la Haruno— Naruto decidió que sería muy divertido que tú te unas a ese reto.

Hinata abrió la boca en forma de 'O', teniendo un recuerdo vívido de ese momento.

En ese punto de la noche Hinata estaba junto a ella en el sillón, habiendo desplazado a Naruto a sentarse junto a Uchiha -palo en el trasero- Sasuke. Pese a que ambos parecían detestarse el uno al otro, siempre buscando el momento para atormentarse e insultarse, después de grandes cantidades de alcohol -y un poco de marihuana-, ambos se vieron en la obligación etílica de caerse… bien.

Pronto, en el gran grupo de amigos, los retos dejaron de tener un orden lógico, y todos comenzaron a hacer retos a diestra y siniestra.

—Karin, besa a Ino.

—Ino, abofetea a Karin.

—Shikamaru, subete sobre Suigetsu.

—¡Suigetsu muestra el trasero de nuevo!

—Buuu, eso es aburrido, mejor que aguante la respiración después de fumar esto.

—Hinata, toma cada vez que Karin beba.

—Juugo, dale de beber a Sasuke en la boca.

Y durante la noche completa, Hinata y Sakura se mantuvieron pegadas riendo y siendo cómplices de los eventos de la jornada.

De camino al baño, Hinata, siendo seguida por la pelirrosa, se vomitó encima. A lo grande.

—Mierda Hinata

Sakura la arrastró al baño y como pudo quitó el vomito de su camiseta y de sus piernas. Luego hizo lo mismo con ella misma, quitandose cada gota que le había salpicado.

—Estoy demasiado borracha para esto, —dijo llevándola a la calle y subiéndose al Uber que había pedido para ambas—y tú no puedes volver a casa en ese estado.

En el Uber, desbloqueó el teléfono de la pelinegra y mandó un mensaje a Neji: "Primo, estaré en casa de Sakura. Cúbreme con papá."

—Dentro de todo, Hinata, la pasaste bien. Felicidades por sobrevivir a tu primera fiesta con los jocks.

Hinata se mordía el labio mientras iba recuperando lentamente la memoria. Por un segundo, casi creyó verse contra un destello amarillo, siendo sujetada. Sakura vio sus espesas pestañas oscuras batirse sobre sus mejillas, que lentamente se iban coloreando.

—¿Estás bien?

Hinata salió de su estupor y vio el rostro levemente preocupado de la pelirrosa. Por un segundo sintió envidia de ella. Se veía hermosa, fresca, limpia y como si no hubiese bebido una gota de alcohol. La lencería celeste volvió a su mente.

—Estoy un poco aturdida aún… —dijo. Sakura le sonrió con comprensión y apuntó la otra puerta blanca de la habitación.

—Deberías ducharte. Hay un cepillo de dientes extra debajo del lavabo. Apresúrate, está listo el desayuno.

Hinata se sintió renovada una vez salió del baño. Nunca había experimentado una resaca pero esto era el mejor indicador para no querer volver a beber en su vida.

Bajó la escalera de la casa y se guió por el olor para llegar a la cocina, en donde en una pequeña mesa de madera frente a una televisión Sakura comía una tostada. Delante de ella, había un desayuno tradicional de tostadas francesas, fruta, huevos y jugo natural.

El reloj de la pared indicaba que eran pasadas las una de la tarde.

—Había estado vegetando desde que desperté. —rió Sakura. —Pero hice el desayuno justo a tiempo.

—¿A qué hora despertaste?

—Mmm —masticó y le acercó el plato de fruta a la Hyuuga. Una orden silenciosa. —tipo 9 quizás. No puedo dormir mucho cuando bebo, es una maldición.

Hinata le sonrió—¿No están tus padres en casa?

Sakura negó con la cabeza y sirvió jugo para ambas. —Mamá sale los sábados en la mañana con sus amigas. —explicó —y papá no vive con nosotras.

—Ya veo.

—¿Qué hay de ti?

—Otosan está bastante ausente pero siempre hay criadas presentes en casa para hacer comida. —Hinata tomó una tostada y la probó, asombrándose por la suavidad y dulzor. —Okasan falleció cuando era niña.

Sakura asintió ante la nueva información —¿Te duele?

La pelinegra dejó de comer ante la pregunta. Era la primera vez que alguien preguntaba aquello, primera vez que alguien no se disculpaba por el evento. Luego tragó y bebió.

—No. —Dijo. —Era muy joven y nadie la menciona nunca, no la conozco.

Silencio.

—No me duele.

—Me alegra.

Sakura se desperezó del sillón, daban las 3 de la tarde y tanto ella como Hinata habían estado holgazaneando frente a la televisión. La capitana le había estado mostrando presentaciones de las regionales de los años anteriores, tanto de Tobirama High School como de Hashirama High School y Orochimaru's Technological Institute, estos dos últimos siempre siendo los principales contrincantes de su secundaria.

La pelirrosa, además, se encargó de mantener a la Hyuuga hidratada y cómoda, enseñándole cómo sobrevivir a una resaca del nivel que ella tenía.

—Mi primer año como porrista también bebí como camionero. —relató—Con Ino solo teníamos 13, pero éramos porristas: Estábamos invitadas a todas las fiestas que se organizaban.

Hinata frunció el ceño, pensando en las chicas de la fotografía del cuarto de Sakura y en lo jóvenes que lucían. —Eso no parece… muy saludable.

—No lo era —rió Sakura—nos detuvimos en segundo año, cuando Konan me comunicó que esperaba que fuese capitana al año siguiente y que esperaba responsabilidad.

—Oh, recuerdo a Konan. Era hermosa.

Es hermosa, Hinata. No está muerta, sólo está en la universidad.

La Hyuuga sonrió nerviosa. —Y en dos años más, nosotras también. Seremos solo una sombra que pasó por THS.

—Así es. —Sakura la miró de soslayo, pesando sus palabras—A menos que ganemos las regionales de una vez por todas.

Ambas miraron la pantalla una vez más. La coreografía del año anterior reproduciendose.

—Al menos así hablarán de nosotras por lo menos dos años más.

La sonrisa de la Haruno provocó un pequeño sonrojo en las mejillas de la pelinegra mientras le sonreía de vuelta. Sus ojos verde cristal se desviaron a su teléfono, en donde una notificación había llamado su atención.

Al mismo tiempo, el teléfono de la cocina comenzó a sonar, llamando la atención de ambas y obligando a la pelirrosa a atender el llamado.

—Debe ser mi padre, —dijo—suele llamar los sábados.

Hinata volvió su atención a la televisión cuando Sakura salió de la habitación, concentrándose en los pasos coordinados y perfectos de la rutina de THS del año anterior y pensando en cómo mejorarlos.

Otra notificación del teléfono de la Haruno hizo voltear la mirada a la pantalla, y el nombre en ella llamó su atención.

Uchiha-kun

Dos mensajes

Con el pulso acelerado, tomó el teléfono con rapidez y lo desbloqueó con dedos temblorosos.

No me gustó tu comportamiento ayer

Tenemos que hablar. Nos vemos a las 17 donde siempre.

Hinata tragó duro. Sasuke estaba en línea. Se dirigió a la galería multimedia del chat y vio unos cuantos pares de fotos de ambos de más jóvenes, apuntes de la escuela, la espalda desnuda de la pelirrosa, el perfil de Neji manejando su auto.

¿Qué?

Cuando dejó de escuchar el murmullo que hacía la voz de Sakura en la cocina, bloqueó el teléfono y lo dejó en su lugar. Allí, sentada en el sofá de su aparente amiga, pestañeó varias veces para aguantar las lágrimas y suprimió el peso que sentía en su estómago.

Sakura entró con gracia al salón, con más líquidos en mano para ambas. La sonrisa radiante y familiar confundió a Hinata. ¿Cómo era posible ese nivel de falsedad? ¿Cómo tenía las agallas para ser… así?

Sakura abrió la boca, pero una nueva notificación de su teléfono evitó que hablara. La pelinegra solo pudo intuir que el Uchiha le había hablado una vez más, pero lo que Haruno dijo a continuación la dejó con un nuevo pesar en su estómago.

—Naruto y yo nos besamos. —soltó de pronto, viendo el nombre del Uzumaki en la pantalla. —Ahora me dice si quiere que nos veamos.

Sakura bloqueó el celular y lo dejó a un costado con indiferencia, en donde una aturdida Hinata la miraba de vuelta.

—¿Se-se besaron?

Sakura asintió, extrañeza asomándose por sus ojos —Solo espero que no piense que soy su novia. —bromeó para aligerar a la chica, quien fruncía sus labios.

¿Hinata estaba molesta? ¿Por qué estaba molesta? ¿Ella estaba con Sasuke, su Sasuke, y estaba molesta?

—Creo que extendí demasiado mi estadía aquí. —susurró la Hyuuga incorporándose del sofá. —...el lunes te traeré esta ropa-

Sakura se puso de pie a la par y la tomó fuertemente del brazo, obligándola a enfrentarla.

—¿Qué te pasa ahora Hinata? ¿Te gusta?

Hinata frunció el entrecejo, su rostro demasiado cerca del de ella. —¿Qué?

—¿Te gusta Uchiha?

—¡S-sí!

—¿Te gusta Uzumaki?

Silencio.

—Por supuesto que no.

Sakura rió.

—Hinata Hyuuga —dijo con sorna—te gustan dos chicos.

La pelinegra se deshizo del agarre y la miró con el ceño furioso.

—Yo no soy la que se está viendo dos —declaró después de un silencio prolongado—Solo me gusta Sasuke-kun. Y yo le gusto a él.

Hinata se fue de la casa Haruno con un portazo ruidoso y una resaca espantosa.


N/A: Las cosas se le están yendo de las manos a Sakura. Sintonicen el próximo capítulo para saber las causas y desenlaces de estos eventos. ¡Les quiero! ¡Coméntenme sus opiniones!