N/A: Feliz año personitas hermosas. Aproveché este único día libre para terminar el capítulo y comenzar el otro. En esta comunidad media moribunda, sus comentarios se agradecen, así es como se sabe que aún hay gente presente. Les amo.
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Besitos.
—o—
Karin recordaba con perfecta claridad la primera vez en que interactuó con Uchiha Sasuke. Había estado llorando frente a la máquina expendedora cuando él apareció visiblemente incómodo y con todas las intenciones de volver en sus pasos devuelta al salon. Karin alcanzó a escuchar la voz masculina decir algo como: "si no lo llevo, me matará" y luego se sintió a sí misma siendo apartada, sin brusquedad, pero sin gentileza, del lugar en el que había estado llorando.
Una suerte de gruñido escapó de su garganta cuando se vio apartada de donde estaba. Ese era su lugar, ella estaba comprando y sin importar que había pasado eternos minutos allí, y que ni siquiera tenía el dinero a mano para comprar algo, la indignación fue mayor.
Alzó con rabia su rostro para reclamarle al muchacho que se apartara, pero las lágrimas y sus palabras se quedaron en la garganta cuando vio el precioso perfil del chico.
Un aura clara y un aire aristocrático rodeaba su figura. Sus ojos la miraron evidentemente con molestia, pero ciertamente un poco avergonzado.
Karin vio cómo ingresó un par de billetes a la máquina y sacó de ella dos pepsi y un chocolate relleno de trufa.
Fue rápido en su acción y así como llegó, ya se estaba alejando. Karin volvió a mirar al piso, sintiéndose levemente pisoteada incluso cuando no había fundamento para estarlo. Al menos esta vez. El aire entrando por su nariz parecía demasiado caliente y las lágrimas volvieron a caer con fuerza. Llevaba todo ese primer año de secundaria con una tristeza pegada a ella, inherente como su propia piel.
Era evidente que no le caía bien a nadie y pese a que solo había pasado unos pocos meses en el instituto, sentía que sería así por los siguientes cuatro años.
Se vio forzada a salir de sus cavilaciones cuando un par zapatos negros aparecieron en su radar. Alzando su cabeza, se topó de frente con el mismo chico de antes. Ojos oscuros que destilaban molestia la miraban fijamente. Vio cómo alzaba la mano en la que tenía un chocolate y se la extendía a ella.
—¿Q-qué?
Él agitó el chocolate con un poco de brusquedad y miró hacia otro lado, tenía mejores cosas que hacer. Con inseguridad Karin recibió el pequeño obsequio y sin esperar más, el chico se fue del lugar dejándola con el rostro profusamente rojo. No le había dejado otra opción que enamorarse de él.
La segunda vez que Karin vio a Sasuke fue más tarde ese mismo día, durante el cambio de salones. Mientras esperaba para entrar al salón del profesor Hatake, la clase que estaba previamente iba saliendo. Karin alcanzó a ver la interacción entre él y una chica pelirrosa que ubicaba de vista.
La chica estaba de brazos cruzados, el rostro levemente compungido y Sasuke estaba frente a ella con una mano en su frente tomándole la temperatura y la otra tomando el bolso de la chica.
La pelirrosa tenía ambas mejillas sonrojadas, y Karin dudaba de que fuese por fiebre, pero si se le veía un poco descompuesta. Sasuke, la única persona que había interactuado amablemente con Karin durante esos meses, estaba tomando los libros de la chica y la guiaba a la salida.
—No quiero irme a casa
—Deberías.
—Ahora estaría bien si tan solo me hubieses traído el chocolate que te pedí.
Karin los observó marcharse y no pudo más que sentir un profundo rencor hacia ella, sin embargo, una leve pizca de satisfacción la rodeó al saber que él decidió obsequiarle el chocolate que inicialmente era para la pelirrosa. ¿Estaba mal? No le importaba.
La tercera vez que Karin vio a Sasuke, se armó de valor para intentar acercarse hasta que la pelirrosa llegó a escena e irrumpió sus esfuerzos. La cuarta vez, la pelirrosa estaba con él. La quinta vez que lo vio, ya sabía que el nombre de la chica era Sakura y que no era su novia. La sexta vez logró acercarse, pero él la ignoró.
El año transcurrió y ella hizo migas con un par de personas, pero nadie nunca la marcó tanto como él aquel día. Cuando estaba terminando el año llegó la primicia: Sakura se declaró a Sasuke, y como todas las muchachas anteriores, a él no le importó rechazarla. Ya no eran amigos. Y desde esa semana, cada vez que lo veía, estaba solo.
Sakura había ingresado al equipo de porristas ese año, y ese hito hizo que todos hablaran de ella (e Ino) durante ese mes. Karin no podía evitar envidiarla. Si alguien como ella no había conquistado a Sasuke, ¿entonces quién lo haría?
Decidió seguir sus pasos y al año siguiente audicionó para ser porrista. Ese mismo año se acostó con Sasuke, y aunque fue maravilloso, notó inmediatamente que Sasuke jamás la observaría como aquella vez en que puso su mano en la frente de la pelirrosa y todas aquellas otras veces en que lo pillaba mirándola.
Una pequeña parte de ella se quebró, pero otra aún más pequeña, se fortaleció y creció.
El día en que compitió con Sakura para ser capitana de porristas, a finales de segundo año, no se sintió mal por darle su voto. En cambio ella, solo recibió uno, y Karin estaba segura de que la persona que votó por ella, fue nada más y nada menos que Sakura.
Es por todo esto, que cuando Karin vio como Sakura le daba un puesto privilegiado a Hinata en el equipo, además de ver como le facilitaba el acceso a Sasuke, no pudo con la furia. Ella había perdido a Sasuke ante Sakura, no la sosa idiota de Hyuuga Hinata. Y pese a que aún no tenía una resolución ante esto, sabía que no podía dejar las cosas así.
C8: El agua limpia y ahoga
—He was my best friend and that was the worst of all…
Sakura sonó con fuerza su nariz por tercera vez esa tarde. Había estado llorando desde que se bajó de la bicicleta afuera de su casa y el atardecer atenuaba las formas de su habitación y endurecía las sombras.
—Cause he took me out of my box, stole my torture heart. Left all these broken parts!
Una culpa la embargaba de pies a cabeza tras haberse dejado follar por Naruto, se sentía incorrecta, manoseada y el rostro de Sasuke no abandonaba su mente, mirándola con ojos llenos de reproche y odio.
Las lágrimas saladas no paraban de caer por sus mejillas y se colaban por la comisura de sus labios dejando un rastro salado. Y pese a que su orgullo le gritaba que se detuviera, que no lo hiciera, tomó su teléfono para marcarle. Tenía que hablar con Sasuke y detener esto de una vez por todo. Se habían hecho suficiente daño y en el fondo de su corazón Sakura sabía que, aunque Sasuke no la viera como novia, aún la quería como amiga.
—If one thing had been different would, everything be different today?
Con teléfono en mano y buscando su contacto, un mensaje llegó parando su frenesí:
Ino Piggy: qué verga dónde andas?
Ino Piggy: Hinata nos dijo que ya venías pero me sonó medio raro
Sakura frunció el ceño. ¿Ir a dónde? ¿Y Hinata que dijo?
Ino Piggy: aparte cómo te robaste la llave de la piscina no entiendo we
La pelirrosa pestañeó dos veces en el intento de procesar ese último mensaje y ante una confusión que no se diluía, se incorporó de su laguna de mocos y le marcó a Ino.
—¿Aló?
—¿De qué mierda me estás hablando?
—Ajá, hola para ti también, frente.
—Ino. De qué. Estás. Hablando.
—Umm… Ok, ¡sabía que esto era raro! Espera… ¿Estás escuchando a Taylor?
—¡Ino!
—Hinata nos llamó y a otros cuantos a la piscina de la secu a festejar. Dijo que fue tu idea. Ugh, cuando la vea… Temari la molerá a puños. Yo no porque me hice las uñas aye-
—No hagas ni digas nada. Voy en camino.
—A l-
Tras cortar, un dolor punzante la dobló en dos. La presión de su vientre se apoderó de ella con fuerza y luego de una rápida ida al baño, una manchita roja en su ropa interior supuso una aclaración. De repente la pena por perder a Sasuke cobró sentido. Sus hormonas nuevamente jugándole una horrible pasada.
Se enfureció consigo misma y sus constantes intentos por autosabotearse, siendo completamente consciente de que de no ser por Ino, estaría nuevamente humillándose por la atención del Uchiha.
—o—
Los ojos rojizos de Karin se fruncieron con molestia. No podía creer que este Sasuke que estaba mirando era el mismo del que ella se enamoró. Se negaba a creerlo. La mano del chico estaba ajustada por debajo de la cadera de la pelinegra y esta estaba inclinada sobre él sonriéndole con muchísima menos timidez de la habitual.
Matsuri a un lado la miró inquieta. Al igual que el resto de chicas, estaba en bikini alrededor de la piscina. Alguien había llevado un parlante de música que sonaba estridente dándole la ambientación necesaria. Pese a que era una fiesta clandestina en las inmediaciones del colegio, nadie parecía preocupado por tomar resguardos para mantenerse ocultos. Parecía casi como si quisieran ser descubiertos.
Algo no le cuadraba. Desde que Hinata las convocó declarando que su capitana estaba haciendo una fiesta en la piscina sabía que había algo fuera de lugar. Su sospecha se hizo mucho más clara cuando, entre la gente que iba llegando, vio a Ino hablando con quien por teléfono, lo más probable es que fuese Sakura. Karin prestó atención a la siempre expresiva Yamanaka y supo que Hinata estaba jugando sucio.
Parecía el centro de atención, siendo abrazada por el Uchiha y con un bikini blanco sugerente. Cerca de ella también estaban los jocks del equipo de fútbol: Sai, Kiba, Shikamaru, Choji. Cerca de ese grupo estaba Temari y Kurotsuchi riéndose con Naruto y Lee. Sasuke de vez en cuando se le acercaba al oído a susurrarle y ella se sonrojaba y le sonreía de vuelta.
—¿Qué te sucede?
Karin volteó a ver a Matsuri, quien le entregó un vasito rojo y la miraba con inquietud. Karin suspiró. —¿No te parece raro?
—¿Umm…?
—Sakura no está aquí.
—Hina-chan dijo que-
—Tsk. No le digas así.
Matsuri se corrigió: —Hinata dijo que venía en camino.
Karin alzó una ceja, señalando una obviedad que para Matsuri no era nada obvia. La pelirroja señaló con el mentón a la Yamanaka, quien parecía mirar furtivamente a Hinata de vez en vez. No se veía tranquila y eso la intranquilizaba.
—No confío en ella. Yamanaka tampoco.
—¡Pero es tan mona! Y es amiga de la capitana.
—Yo no soy la capitana. —señaló la pelirroja con una mirada fugaz —Ponle un ojo encima. Voy a dar una vuelta.
Matsuri hizo un puchero, pero replicó. —¡Pero llegaron chicos guapos!
—Tsk. Ya te acostaste con todos los guapos.
—Con ellos no.
Karin miró hacia la dirección que su amiga indicaba. Desde la superficie superior en la que se ubicaba la piscina, se lograba ver la entrada trasera por la que estaban entrando más chicos. La Uzumaki frunció el ceño, no reconociendo a ninguno.
—No tengo puta idea de quienes son.
—Lo averiguaré.
—o—
Sakura entró por la puerta trasera con ligereza y sin poder evitar tener el ceño levemente fruncido. Odiaba esto. Odiaba no saber exactamente qué es lo que estaba pasando. Mientras caminaba por el pasillo que llevaba a la piscina del instituto, oía la música que venía desde aquella terraza.
La noche estaba húmeda, calurosa, invitando al verano.
Pese a que su vientre estaba hinchado y eso la insegurizaba, no dudó en ponerse un bikini rosa palo por debajo de un vestido blanco con lazos que le quedaba suelto. No podía creer que no había sido invitada, pero aún peor, no podía creer el sentimiento de que se estaba colando a un evento al cual no había sido invitada. ¿Todos sabrían que no había sido invitada? ¿Todos sabrían que estaba llegando de la nada?
Cuando cruzó la puerta, vio los rostros conocidos de algunos compañeros, mayores y menores, y rostros desconocidos. Frunció el ceño. ¿Habían invitado a otras escuelas? Rápidamente los ojos cayeron sobre ella. Ojos masculinos que le devoraron las piernas y su figura, semi oculta.
Asomó una pequeña sonrisa en el rostro y paseó la vista por el lugar. Casi inmediatamente su mirada se cruzó con la de su mejor amiga, pero la conexión se cortó cuando vio más allá: Hinata entre los brazos de Sasuke, riéndose y siendo sujetada por él. Ninguno de los dos hacía caso de su llegada. Cerca de ambos, Karin la miraba con un rostro que no supo interpretar.
Al otro lado de la piscina, Naruto, Rock Lee y otros también la miraron, saludándola de lejos. Por el gesto de Naruto, Sakura supo que él estaba decidiendo entre aproximarse o darle su espacio después de lo de esa tarde. Sakura no quiso tentar a la suerte, y se encaminó hacia Ino.
—¿Qué mierda? —dijo la rubia.
—No lo sé.
—¿No lo sabes? —se integró Karin de la nada, sorprendiendo a ambas chicas.
—No tenía idea de esto hasta que Ino me llamó.
Sakura dejó su mirada fija en Karin, quien parecía pensativa. —Esto es raro, capitana. Como… realmente raro. Algo está mal.
—Bueno, pero nuestra queridísima capitana ya está aquí. Así que aprovechando que hay rostros nuevos, ¿por qué no conversamos un poco?
Karin frunció el ceño. —¿Y no te parece raro que hayan rostros nuevos? ¿Qué hacen estos imbéciles de otros colegios aquí?
—Averiguemoslo.
Ambas chicas se callaron ante la orden de Sakura.
—Bien.
—No involucren a nadie más.
—Pero… ¿Temari y Kurotsuchi?
—Déjalas fuera de esto. Además, se ven borrachas. Se están divirtiendo.
Ino asintió conforme. Karin solo las miró interactuar, sintiéndose orgullosamente parte del círculo de confianza de la capitana. Las tres conspirando para resolver esta ecuación.
Sakura dio un vistazo fugaz a Hinata y Sasuke nuevamente, viéndolos en una suerte de juego seductor. Sasuke sin camisa, con un brazo alrededor de la Hyuuga y otro en un vaso rojo. Un hijo de puta. Hinata con la parte de arriba de un bikini blanco y una falda corta de tela.
El vientre se le revolvió de furia. —Separemosnos.
En dirección a la mesa con alcohol, se sirvió un cortito para estar a tono, y luego se hizo un trago básico. No pasaron más de 5 minutos antes de que se aproximaran dos chicos desconocidos.
—Si mis ojos no me engañan, tú eres esa porrista guapa del Tobirama High.
—Sakura—se presentó con la sonrisa más encantadora que tenía guardada. —¿Y ustedes?
—Zaku, delantero del OTI. Él es Dosu.
—Capitán Dosu. —aclaró el mencionado. —Con que Sakura. ¿A qué se debe esta invitación?
—¿Invitación?
—Capitana de porristas. Tú nos invitaste, linda.
—Debes estar confundido. —Sakura ladeo la cabeza y frunció los ojos, todo sin quitar la sonrisa suave. —¿Lo estás?
Zaku soltó una risilla mientras tomaba un sorbo de su vaso. —Encantadora. —Sacó su teléfono y mostró una conversación que involucraba el nombre de Sakura y una fiesta en la piscina. La fotografía de perfil del contacto era una de Sakura—Imagino que no quieres meterte en problemas. No te preocupes, no diremos nada.
En este punto, Sakura era la confundida. ¿Hinata llegaría tan lejos como para usar un número falso? ¿Por qué? Evitó mirarla.
—Puedo asegurarles, chicos, que no soy yo la de ese número. —Ya aburrida, miró hacia otro lado, buscando a sus amigas. Al encontrarlas, se dispuso a despedirse. —De todas formas, gracias por la información.
Con una última sonrisa a ambos, caminó al otro lado de la piscina para encontrarse con Ino. En pocos minutos, Karin estaba con ellas.
—Un chat. Con tu fotografía. Invitaste a los chicos del OTI y el HHS. —Dio su informe Karin mordiéndose insistentemente una uña.
—Tengo la misma info. —Se sumó Ino.
—Hey. —Las tres se voltearon. Dosu y Zaku y otros dos más que no reconoció se acercaron. —Nos haces venir, coqueteas con nosotros y luego nos ignoras. ¿Ese es tu juego, rosita?
Sakura no hizo más que arquear una ceja y darles una sonrisa sornosa. —Es una pena que creas que eso es coquetear.
Los cuatro chicos no paraban de aproximarse. Cada vez haciendo más incómoda la distancia que los separaba. La sonrisa de Sakura no tembló, pero sintió como ambas chicas a sus costados sí lo hicieron.
—Estás muy subidita. Un macho tiene que enseñarte tu lugar. ¿Acaso no hay hombres en este puto instituto?
Esta vez, no pudo evitar temblar por dentro, pero su orgullo no le permitió quebrar su sonrisa. Con Dosu rodeándola de un lado y Zaku del otro, acorralada, rogó porque pasara algo. Cualquier cosa que evitara una situación que ya estaba lamentando. Escuchó de un lado como Karin se quejaba y forcejeaba con uno de los chicos, no escuchó a Ino, pero sabía que probablemente le estaba dando una mirada de muerte al chico que se intentaría propasar con ella.
Tomó un respiro e intentó manejar la situación. —Sé muy bien mi lugar. Y no es con ninguno de ustedes. Así que voy a… "pedirles", solo una vez, que nos dejen en paz.
La sonrisa de su rostro se le borró apenas sintió a uno de los dos pegándose a ella por detrás. Contuvo el aire apenas el otro intentó tomarla de las caderas. Por un costado, escuchó a Ino gritarle a Dosu que la dejara en paz. Mientras ella forcejeaba contra Zaku, se tropezó cuando Dosu, quien se había apretado hacia ella, fue apartado bruscamente por un cuarto.
Zaku, delante de ella, la sostuvo mientras veía a su amigo caerse y luego él mismo fue apartado con fuerza. En el piso y aún sin saber qué mierda había pasado, Dosu intentó incorporarse, pero una patada en el estómago lo mantuvo en su sitio por un momento más. Cuando Zaku vio al causante de la caída de su amigo, un temblor pasó por su espina dorsal, sin embargo la emoción lo embriagó al reconocerlo como el goleador rival del OTI. Una sonrisa ambiciosa cruzó por su rostro.
—Uchiha Sasuke. —dijo.
—No tengo puta idea de quién eres. —Respondió. Frío. —Largo.
—Respeta, imbécil. Al final, fue ella misma quien nos invitó hoy.
Desde el piso, Dosu intentó incorporarse nuevamente, pero Sasuke volvió a darle una patada en el estómago. —Largo.
Zaku apretó la mandíbula. No podía creer lo presumido que era. La furia lo inundó, pero sonrió cuando vio que desde detrás del Uchiha, uno de sus compañeros lo empujó. El pelinegro se reincorporó rápido, pero ahí ingresó él para asestar un golpe al rostro.
Sasuke esquivó con éxito el golpe, dando uno de regreso. Un tercero, que había estado molestando a Karin, se unió a la pelea, pateando detrás de la rodilla de Sasuke.
Rodeado por tres, Sasuke se lanzó a la vida. Golpeó con todas sus fuerzas el rostro de uno, mientras era golpeado por otro. Con la adrenalina a tope, no sintió nada de lo que recibió y pese a que su fuerza y su agilidad le jugaba a favor, cuando vio a Dosu ponerse de pie, vio la situación negra.
Una patada en el estómago lo mandó de rodillas al piso.
Detrás, tanto Ino como Sakura no podían salir del estado de shock. Pese a que Karin intentó llevárselas de allí, ninguna reaccionó favorablemente. Por el rabillo del ojo, la pelirroja vio a la Hyuuga con ambas manos sobre su boca, mirando con ojos vidriosos la deplorable situación del Uchiha. La rabia la corroyó entonces, y fue directamente hacia ella.
—Eres una perra, ¿sabes?
—¿Q-qué?
—No te hagas, —dijo apuntando sobre su pecho— todos sabemos. Este intento patético de tener tu propia fiesta.
—Yo… Yo…
Ambas fueron interrumpidas por más gritos detrás. Karin se volteó rápidamente, viendo cómo a la pelea de 4 vs 1 de Sasuke se le unía uno más: Naruto.
El rubio golpeó a tres antes de ser golpeado, y el hilo de sangre que bajaba por la comisura de sus labios se ensanchó cuando sonrió. —¡Dejen en paz al pelo de gallina!
En el piso, Sasuke sonrió, irguiéndose. Espalda con espalda, la pelea se veía más justa, y de a poco, golpe tras golpe y patada tras patada, ambos siguieron la pelea fuera de la terraza de la piscina, forzando a los invasores a largarse.
Justo en ese momento, parecía que todos habían espabilado del trance que produjo ver a Sasuke golpeado y Sakura ordenó a Ino que los siguiera. Los chicos del equipo de fútbol, siguiendo el ejemplo de la rubia, salían de la piscina para correr en su socorro, dispuestos a ayudar a sus respectivos goleadores, sin embargo, el grito de Naruto y lo que parecían ser sirenas de carros policiales los detuvo en el acto.
Casi llegando a la entrada del instituto, los flashes de las linternas apuntaron directo a los 6 chicos que peleaban. Con un puño que no llegó a su destino, Naruto se quedó congelado mirando las luces. Los 4 chicos del OTI fueron rápidos en dispersarse, y Sasuke, aprovechando esa distracción de los policías, tomó a Naruto del brazo y lo impulsó a echarse a correr con él.
En la terraza de la piscina, los estudiantes del Tobirama High también comenzaron a dispersarse alertados por el ruido, atiborrándose en las dos únicas salidas. Sakura vio como Hinata tomaba su bolsito y corría hacia la puerta trasera. Antes de siquiera procesar un pensamiento, Karin corrió detrás de ella. El padre de Hinata no podía saber que estaba allí, por lo que Hinata no hizo más que reaccionar y escapar, pero pisándole los talones, Karin la empuja por detrás, saturada de su mierda.
Hinata amortiguó su caída con sus antebrazos, sabiendo que habrían moretones en ellos al día siguiente. Ignorando el dolor, se puso de pie. Sakura contenía a Karin y le ordenaba que se detuviera. La violencia no era necesaria, decía, pero Hinata ya sabía que una línea se había cruzado. Que no habría otro camino por recorrer más que ese. En un arrebato de furia, su cuerpo y su mente se volvieron esclavos de sus emociones. Su cuerpo se incorporó en su totalidad y con una fuerza desmedida e innecesaria, empujó a Karin.
Sakura no alcanzó a reaccionar. Vio como los flacuchos brazos de Hinata impulsaban el cuerpo fornido de Karin contra el piso mojado
La cabeza roja de la chica se azotó contra el piso en un crack que seguiría a Sakura por las noches. La fuerza del empujón fue tal, que el cuerpo de la pelirroja rebotó del piso a la piscina, dejando un rastro rojo de sangre detrás.
Eso fue lo que despertó a la pelirrosa, el resultado de la violencia, el hilo carmesí. Sin prestar un vistazo más a la pelinegra, se lanzó al agua para ir en rescate de su compañera.
Los momentos fueron largos para Hinata, que no pensó que alguna vez se vería presa de una rabia que la guiara a hacer tal atrocidad. Su vista no se iba de la mancha de sangre que se diluía con el agua del piso. Ella había hecho eso.
Lágrimas cayeron rápidamente por sus mejillas.
Vio como la pelirrosa ocupaba toda la fuerza de sus brazos para sacar a Karin de la piscina, y pese a que una parte de su cuerpo quería ayudarla, no podía moverse. Cuando finalmente lo logra, Hinata se vio despertada de su entumecimiento por luces que iban directamente hacia ella. En la entrada de la terraza, 6 policías hacían su entrada y las apuntaban a las tres.
Pese a que no las apuntaban con armas, Hinata alzó sus brazos en un acto involuntario de inocencia.
—¿Qué mierda? —susurró uno de los policías en vista de una persona claramente herida.
—¡Necesita ayuda! —gritó Sakura. —¡Su cabeza está sangrando y casi se ahoga!
Hinata movió sus ojos de los policías hacia la capitana. No había dicho su nombre, no había dicho que había sido ella quien casi mata a Karin. ¿Casi? ¿Y si sí la mató?
Dos policías rápidamente acudieron para echar un vistazo, mientras que los otros 4 se dispersaron por el lugar para recoger evidencia de esa noche de domingo.
—¿Qué sucedió? —dijo uno, mientras pedía una ambulancia.
Hinata no dudó esta vez —Fue ella—apuntó a la pelirrosa. —La empujó.
—¡¿Q-qué?! —Hinata no la miró. —Eso no es cierto, puta mentirosa.
—Bien. Basta. Se vienen ambas con nosotros. Tekura, monitorea a esta chica hasta que llegue la ambulancia… y esperemos que llegue pronto para que esto no se vuelva un juicio por homicidio.
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PD: Estoy intentando ponerme manos a la obra con Virtuales, además, lo estoy intentando subir en inglés en AO3. ¿Alguna tiene cuenta en AO3? De ser así, sígamonos: Soy GilmoreVampire.
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