Semanas después de haber visitado aquel sitio, Joe y su novio Tai seguían reflexionando sobre la experiencia que habían tenido y si querían volver o no.
Joe era un hombre introvertido y reflexivo, que encontraba paz y serenidad en la naturaleza. Tai, por otro lado, era extrovertido y aventurero, siempre en busca de nuevas experiencias y emociones fuertes
Mientras caminaban por el parque, el sol se filtraba entre las copas de los árboles, creando un juego de luces y sombras en el suelo. El sonido de los pájaros y el viento suave creaban una atmósfera tranquila y serena, que contrastaba con la tormenta de emociones que ambos estaban sintiendo en su interior.
Joe decidió tomar un riesgo y proponerle a Tai volver hacia ese lugar de insana fiesta y diversión, pero esta vez, Joe quería vivir la experiencia completa, sin restricciones ni miedos.
Joe comenzó a dudar de si había sido un error proponerle algo tan fuera de lo común. Su novio le dio una mirada pensativa
—¿Estás seguro? —preguntó asombrado
—Sí —respondió decidido
—Que emoción —apenas creyéndolo, se lanzó a sus brazos y lo besó
Durante días, Joe había estado pensando en cómo abordar el tema. Finalmente, había reunido el coraje suficiente para planteárselo a su novio. Sin embargo, a medida que se acercaba el momento de hacerlo, la ansiedad comenzó a apoderarse de él, pero al ver la reacción de ahora, supo que no estaba equivocado.
Entonces, reservaron para esa misma noche, Joe y Taichi se prepararon con entusiasmo para ir al centro nocturno del que hablaban desde hacía semanas. Era viernes y estaban ansiosos por disfrutar de un ambiente diferente al que estaban acostumbrados.
Se prepararon juntos en la casa de Joe, escogiendo cuidadosamente su ropa y asegurándose de llevar consigo todo lo que pudieran necesitar. Tai por su parte seleccionó un atuendo llamativo y colorido, mientras que Joe optó por algo más discreto y elegante.
Atravesaron la sala de espera y un asistente los llevó hasta enseñarles todas las áreas, hasta llegar a su reservado, donde podrían hacer lo que quisieran, ahí dejaron sus cosas cuando el hombre se alejó
—¿Qué hacemos primero?
—Vayamos a la sala común, conozcamos gente —respondió Tai, agarrándolo de la mano
Mientras disfrutaban de la noche, Joe y Taichi se encontraron con personas interesantes y tuvieron conversaciones animadas. Conocieron a una pareja de amigos que les contaron historias divertidas y les invitaron a unirse a ellos en la pista de baile. Joe y Taichi aceptaron encantados y disfrutaron de la compañía de esos desconocidos.
Después de un rato se apartaron de ellos, pese a las insinuaciones de que podían compartir con ellos un privado. Aunque habían ido por una experiencia completa, no sintieron la necesidad de aceptar algo con ellos, así que se apartaron
—Vamos al privado —propuso Joe, agarrando de la mano a Tai— ¿Quieres que busquemos a alguien para hacer un trío? —preguntó nervioso
—No lo sé —también se sintió ajeno a la situación— ¿Estarías cómodo?
—No soy yo quien solo ha tenido sexo con dos hombres en toda su vida, tengo más experiencia, por eso me preocupa más tu opinión —dijo sincero
Taichi se conmovió de esas palabras, sonrió y asintió
—Dime Joe ¿te has acostado con muchos hombres? —cuestionó curioso
Los dos estaban sentados en el sillón del privado, bebiendo una copa de vino
—No tantos, creo que unos 9, en toda mi vida
—Vaya, eso es mucho más que yo —admitió avergonzado
Joe sonrió y le dio un par de besos en la cara
—Eres muy dulce, pero también puedo ver que te gustan los retos
—Es verdad, Matt era tan diferente, quizás por eso nos envolvió la monotonía —dijo con tristeza, bajando la mirada
A Joe no le gustaba mucho escuchar sobre el ex de su nuevo interés amoroso, pero sabía que era parte importante de su vida y no podía simplemente esperar que lo olvidara tan pronto
—Entonces hagamos algo arriesgado ¿qué dices?
—Arriesgado —repitió, pensando en eso
Después de darle muchas vueltas al asunto, Taichi decidió que lo primero que debía hacer era preguntarse qué era eso arriesgado que podía hacer. Se puso a reflexionar sobre sus miedos y sus deseos más profundos, tratando de encontrar la respuesta a ese enigma.
—¿Y bien?
—Está bien, el trío suena bien —dijo por fin
—Como quieras —agarró su mano y la besó— Pero si quieres parar en cualquier momento debes decirlo ¿está bien?
—Sí, pero ¿cómo lo encontraremos?
—Aquí hay algunos letreros
Joe se levantó y fue hacia la gaveta donde el encargado les dijo que estaban los letreros que se podían poner a la entrada, mientras tanto en ese momento se encontraba puesto el de No Molestar
—Veamos que hay aquí —agarró uno— Se busca pareja para intercambio... no, este no. Orgía de 8 personas, mixta, orgía homosexual... —así leyó variantes muy diversas de ese tema
—Hay muchos letreros —agarró otro— Se buscan personas para sesión BDSM —rio divertido— Definitivamente este no —tomó otro— Humillaciones y fetiches —dejó por completo esa sección de letreros
—Cuántas locuras se leen aquí —expresó Joe avergonzado
—¿Nada que nos sirva? —preguntó con decepción, aunque también había letreros en blanco para que pudieras personalizar
—¿Qué tal este? —mostró uno— Se busca activo para trío con un pasivo
—Mejor este —enseñó otro— Se busca activo para dos pasivos
—Olvídalo —dijo Joe divertido— Este está mejor —agarró uno más— Se busca pasivo para trío
—Así que quieres dos para ti —cruzó los brazos y le volteó la cara
—Tú decide, otro pasivo para mí u otro activo para ti, pero yo no puedo, lo siento, no me gusta ser pasivo —se sinceró con él
Aunque parecía serio, Taichi notó que ese era un tema que le afectaba y se preocupó
—¿Está todo bien? Algo me dice que es más que solo no gustarte
—Algún día te contaré, pero no hoy —agarró su mano y la besó
—Entonces busquemos otro pasivo —sonrió y le devolvió un beso en la mejilla
—Pondré el letrero, tú ponte cómodo
Joe se levantó del sillón y fue a colocar el letrero, mientras que Taichi se sirvió dos copas más de vino, necesitaba relajarse porque estaba a punto de hacer algo arriesgado como eso.
—Mientras alguien responde al llamado —dijo Joe, sujetó de la barbilla a Tai y le dio un tierno beso, mientras su mano comenzó a tocarle la pierna
Poco después, el sonido de la cortina moviéndose los hizo voltear, entraba un chico joven, mayor de edad por supuesto, pero al menos unos 10 años más joven que ellos, era muy guapo, cabello azul y ojos del mismo color, sonreía pícaramente
—Buenas noches —saludó con educación— Me presento, mi nombre es Ken Ichijouji
—Hola Ken —saludó primero Joe, bastante tranquilo
—Mucho gusto —siguió Taichi, estaba un poco nervioso
Cerró el recién llegado la cortina tras él y se acercó a la pareja, no dejaba de sonreír
—Nunca han hecho un trío ¿cierto? —preguntó a ambos
—La verdad es que no —admitió Tai
—Se nota —luego miró a Joe, este también había negado, pero con la cabeza
—Solo deben relajarse y dejarse llevar —dijo con confianza, se acercó a la mesa y sin que le ofrecieran se sirvió una copa de vino, la que bebió toda— Vengan
Ken caminó hacia la cama, se detuvo justo a un lado y frente a los dos, se comenzó a desvestir, su cuerpo era muy hermoso y parecía frágil, pero se notaba que tenía músculos fuertes, aunque no se notaban a simple vista
Joe y Tai compartieron mirada antes de avanzar hacia el muchacho, se pusieron enfrente, el primero a su lado derecho y el segundo al izquierdo, Joe le agarró el rostro y lo besó en los labios, mientras Tai observó ese beso, tragó saliva y decidió también hacer algo, así que le comenzó a besar el cuello, sintiendo pronto la mano de Ken acariciarle el pecho en respuesta.
Ambos tenían aún puesta su ropa, mientras que su acompañante de esa noche ya estaba por completo desnudo. Cuando dejaron de besarlo, Ken no dudó en agacharse e hincarse frente a los dos, relamiendo sus labios
El joven primero comenzó a desabrochar el pantalón de Joe, hasta que este cayó a sus pies, hizo una pausa y se volteó con Tai, haciendo lo mismo, notando el bulto de ambos bajo la ropa interior, entonces usó una mano en cada uno, acariciando sobre la tela
Joe giró su cabeza a un lado, sonrió a Tai y compartieron un candente y sensual beso, mientras tanto abajo, Ken tenía su propia fiesta, la ropa interior estaba abajo junto con los pantalones. Con una mano sostenía la entrepierna de Joe y la acariciaba, mientras al otro hombre lo atendía con la boca, sin perder ritmo, se notaba la experiencia, luego hizo intercambio.
Se levantó del suelo antes que alguno de los dos le terminara en la cara. Joe y Tai se deshicieron de la ropa a sus pies y se quitaron las camisetas, los tres ahora estaba por completo desnudos
En medio de los tres, todavía de pie, Ken sentía a su espalda a Joe, besándole el cuello, al mismo tiempo que Tai estaba enfrente, succionándole las tetillas. Sonreía, pues parecía que esos dos ya se habían acostumbrado a la situación
Mientras Tai y Ken se besaban en la boca, Joe comenzó a tocar al chico por detrás, notando los firmes glúteos, que no dudó en acariciar, empezando pronto a buscar el punto de penetración, el que acarició con la yema de los dedos
Apartándolo de su novio, Joe jaló a Ken hacia la cama, pero no lo subió, se sentó él ahí, con los pies hacia afuera, el chico le daba la espalda y siguió la orden de subirse en sus piernas, con las suyas abiertas, Tai fue quien abrió el condón y se lo colocó a su pareja después de acariciarlo un poco, después lo ayudó a que el chico se sentara sobre sus piernas, con el miembro de Joe entrando en él
Ken cerró con fuerza los ojos, sintiendo las buenas proporciones del otro, después de abrirlos sonrió, más aún cuando Tai se hincó enfrente después de besarle el pecho y abdomen, le agarró el pene y lo comenzó a besar, mientras Joe lo penetraba, Tai le hacía sexo oral
—No termine, no aún —suplicó Ken entre gemidos, aquello era delirante
Para obedecer a la petición, bajaron la intensidad de sus acciones y luego Joe lo levantó, las piernas de Ken temblaban, pero necesitaba más, aunque no solo él, Taichi también quería su parte, así que cambiaron de posición
El joven se acostó con la espalda sobre la cama, Taichi se acercó a él y se encimó, besándose con pasión, mientras tanto le agarraba las piernas, las separó y se las echó a los hombros. Joe le pasó otro condón para él y se lo puso, luego penetró a Ken al instante, haciendo que su espalda se arquease al frente, se abrazó a su espalda un momento, luego cayó de nuevo hacia el colchón
Joe miró hacia abajo, sujetó su entrepierna y la dirigió al ano de Tai, entrando en él y empujándose al frente, ahora los tres estaban unidos. Exclamaron un quejido de placer
Para poder balancearse con comodidad, Joe agarró las piernas de Ken que estaban a los hombros de Tai y se empujó con estas hacia el frente. Tanto Joe como Taichi se movían lo más rápido y duro que la posición se los permitía
La música de gemidos que compartieron fue como probar una fruta prohibida, la pareja estaba complacida de haber tomado la decisión correcta, ese chico era sensual, guapo, desinhibido, lo que hizo de aquella experiencia un éxito.
Joe y Tai eyacularon finalmente, sintiendo completo alivio, pero cuando se salieron respectivamente del cuerpo que tenían enfrente, vieron a Ken con la respiración agitada, casi desvanecido sobre la cama, se veía tan sensual, tan etéreo, que no se resistieron, era justo que él también sintiera el mismo alivio
Cada uno se abrazó a una de sus piernas, le tocaron los testículos, tomando turnos para probar de aquella entrepierna que estuvo dormida al principio, usaron sus lenguas para recorrer el largo duro del chico, Joe luego fue el primero en meterlo en su boca, ofreciéndolo después a Tai
—Por favor —suplicó Ken, necesitaba también terminar
Fue Taichi quien lo metió a su boca para succionar con fuerza, mientras Joe le besaba los genitales, ambos acariciándole las piernas, escuchando los gemidos placenteros del chico. Sin duda la experiencia más irreal que habían vivido
—Sí, cielos, sí —exclamó con sus gemidos
Con una mano sujetó fuerte la sábana, con la otra se agarró a la cabeza de Taichi que cada vez la hundía más entre sus piernas, estaba por llegar a su límite, comenzaba a ver estrellas
Tai presintió lo que estaba por suceder y lo sacó rápido de su boca, el chorro de semen brotó y cayó sobre su abdomen, parte de la mejilla de Tai y sobre el cabello de Joe, nunca antes sacó tanto líquido como esa noche, estaba sorprendido y avergonzado.
Los tres respiraron agitados, luego se acostaron en la cama, Ken quedó en medio, viendo el techo, sonreía tan satisfecho, había estado en muchos tríos, pero ese ya era su favorito, esos dos eran geniales, estaba agradecido
Joe y Tai se miraron por encima del cuerpo del chico, sonriéndose en complicidad, a los dos les había gustado eso, no estaban seguros si lo harían de nuevo, pero arrepentimiento no existía.
Descansaron un rato, Ken bajó de la cama y buscó su ropa, comenzando a ponérsela, mientras la pareja estaba abrazada, aún acostados, lo miraban
—¿Estudias? —preguntó Joe
—Me falta un semestre en la Universidad —respondió abrochando su pantalón
—¿Vienes mucho a este lugar? —preguntó Taichi
—Dos veces al mes, por lo menos —dijo casi con orgullo
—No tienes novio, supongo
—Es verdad, me gusta ser libre —sonrió amplio, colocándose la camisa
—Eres joven, disfruta mientras puedas, conoce muchos hombres antes de decidir formalizar con uno solo por el resto de tu vida —aconsejó Tai
Para Joe no era secreto el por qué lo decía
—Parece que sabes mucho de eso —dijo en broma Ken, luego avanzó hacia sus zapatos
—Algo así —no quiso profundizar
—Bien, me voy —dijo el chico— Fue un placer, literal y figurativamente
La pareja le sonrió al chico, quien se despidió, al salir cambió el letrero como se lo pidieron, volviendo a poner el de No Molestar. Tai se abrazó a Joe después de darle un beso
—Gracias
—¿Por qué? —cuestionó Joe
—Por hacer caso a mis locuras —rio traviesamente
—Es porque te quiero
Taichi abrió más los ojos cuando oyó eso, se levantó un poquito para verlo a los ojos, sonrió conmovido, era la primera vez que le decía que lo quería
—Yo también te quiero —respondió sin dudarlo
Se sonrieron y dieron un largo y suave beso antes de volverse a abrazar y quedarse un rato dormidos, aun tenían un par de horas de renta que consumir.
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