—...

Cuando me encontré con Leaf, ella estaba aún más vacía de lo usual. Era una vista lamentable, impropia de una chica que nació en el mismo hospital que yo. Hablándole a mis trabajadores, les indiqué que la llevaran a su cuarto para que al menos pudiera descansar un poco. Sé que debió ser duro para ella.

Después de todo, por mucho que les diga a todos que es una mujer fuerte e independiente, al final sigue siendo una chiquilla frágil que quiere la aprobación del bastardo que cree que es el amor de su vida.

Aunque él ya...

—... Jeje, esto es una basura. ¿Quién me manda a meterme en todo esto?

No soy amigo de Leaf ni de ninguno de esos perdedores que se la pasan a su alrededor. De hecho, si tuviera que ponerme de un lado, sería el del hijo de puta de Red, que no para cagarla allá donde vaya. Incluso si es un bastardo, sigue siendo mi rival, el único que está a mi gloriosa altura y como tal no puede morir. Lo prohibo. No antes de que pueda humillarlo de una vez por todas.

Si tan solo el maldito no dejara de posponer tanto nuestros encuentros. Los pospuso tanto que ahora sus Pokémon están siendo 'salvados' por el duo idiota con la inteligencia de un Rocket cualquiera. De verdad la cagaron en grande... O bueno, supongo que, a nivel macro, en realidad hicieron la labor de héroes.

No es que los vaya a tratar como tales. Apenas los vea voy a darles un coscorrón que les quitará el pelo. Incluso si Leaf ya declaró que no lo quiere más en su vida y en realidad que Red muera es lo mejor para ella, no quita que la cara que tuvo cuando se enteró de la noticia fue todo un poema sobre cometer suicidio. Ella quiere terminar con todo, pero no quiere que él termine. Simpatiza tanto con él que lo quiere ver reformado y feliz.

... Y bueno, tal vez yo también, pero ya no hay tiempo para eso.

—El plan está en marcha, ¿eh?

Saliendo del Centro Pokémon con la cabeza en otro lado, no pude evitar sentir amargado por lo que estaba por venir. No solo para mí, sino también para Red. Incluso el maldito extraterrestre tiene mi simpatía y eso es decir mucho. Él tiene relación con esas demonios, ¿verdad? Y al parecer eran amigos.

Amigos... Que palabra tan bastardeada en este mundo terminó siendo. Extraño cuando la amistad significaban cosas normales como ser el líder del duo o que Red pierda solo por ser pobre. ESO era amistad.

Pero bueno, hay que avanzar. Red hizo su parte para ser odiado y ahora yo tengo que encaminar las cosas mientras él espera el momento. Por desgracia tendré que ir a ese lugar y tratar con el maldito policía maleducado.

Ay, y yo que me imaginaba siendo ultra-famoso y el más fuerte del mundo. Ahora soy la perra de las peticiones. Como caen los poderosos.


[Ha entrado a la Tienda]

[¿Qué desea comprar?]

Volviendo al mismo parque que planeaba ser mi lugar de descanso antes de que ocurriera ese desastre, me quedé pensando en qué hacer. Como me comentó el Sistema, tengo más puntos que antes y ya puedo pensar en comprar cosas más importantes. De hecho, incluso veo que me aparecen Pokémon como los Pájaros Legendarios para comprar. Si llego a tener suficiente dinero, tal vez pueda comprar hasta a Arceus.

Pero me estoy adelantando. En esencia la idea de tener muchas cosas poderosas está bien, pero eso lo sería si estuviéramos en un mundo Pokémon tradicional, en el que puedes pasarte la Liga de Hoenn con un Rayquaza y a nadie le importa. En este mundo Pokémon, donde todo es demasiado realista y las cosas pintan fatal, destacar demasiado puede ser la diferencia entre seguir afuera o estar encerrado en prisión.

—...

Lo que pasó con Leaf fue... fue extraño, no lo voy a negar, y todavía siento un poco de dolor al recordarlo, pero fue bueno que pasara así. Si en este mundo yo tendré gente que me odia, que mi primera experiencia fuera con una chica que solo me quiere lejos de su vida es una primera llamada de atención perfecta. Me hace estar más alerta y lo peor que sufro es un corazón lastimado sentimentalmente.

Admito que duele más de la cuenta, pero al no ser necesarimente yo, las cosas siguen funcionando. Puedo pensar racionalmente, porque ese soy yo: las complicaciones vienen de Red. Mientras consiga mantener la distinción entre yo y él, las cosas se arreglarán. Cree en eso, Hachiman. Sé que las cosas nunca funcionaron cuando creiste, pero te juro que la treceaba es la vencida.

—Esto es suficiente, creo— Como Tienda, es francamente perfecta. Puedo comprar de todo, incluyendo cosas esenciales pero que los juegos nunca te venden, como camas o celulares. Hasta te da la opción de comprarte una maldita casa, por más raro e impráctico que suene. Si de alguna manera pudiera llevar esto a mi mundo, podría vivir al menos una vejez feliz.

Aunque con mi suerte, capaz muero el día en que me jubilo...

Levantándome para dejar esos pensamientos atrás, ahora tengo una tienda de campaña, varios productos para cocinar al aire libre, una hielera, varias sábanas, aún más almohadas y comida para vivir en el bosque un mes como mínimo. ¿Lo mejor? Apenas gasté una octava parte de los puntos. Este Sistema no rompe el juego, sino que lo golpea hasta volverlo puré. Ni los hacks son tan abusivos.

Satisfecho con mis compras y aún más que no tengo que cargarlas, de repente no pude evitar pensar no solo en que la gente que me miraba definitivamente no lo hacía con la mejor intención, sino también en los Pokémon que me acompañarán y, más importante, lucharán por mí. Con una cara amargada, miré cómo estaban ellos a través de la pantalla imaginaria que aparece en mi mente.

—La salud está al máximo y se ven normales, como si nada les hubiera pasado...— Una sonrisa desagradable se formó en mi cara, tan natural en quién es Hikigaya Hachiman como respirar. —No hay forma de que eso sea tan sencillo, ¿verdad?

No sé qué tan conscientes sean estos chicos, pero no hay duda de que este mundo no es tan sencillo. Alguien como Leaf, que seguramente sea solo una NPC cualquiera, en realidad reaccionó como una persona humana, no muy diferente de cualquier persona que he conocido. Si nos atenemos a la idea del realismo, entonces estos chicos deben estar aterrados, sobretodo porque no son simples animales. Según este mundo, son nuestros compañeros. Nuestros iguales.

Por supuesto, existe la posibilidad de que no sea tan grave como quiero pensar. No son Pokémon que viven a la intemperie en este mundo, sino cosas que me dio una Tienda que tiene toda la pinta que rompe el esquema de este mundo. Claro, me parecieron demasiado vivos para tratarlos como datos de computadora, pero no sé cómo se relacionan con este mundo.

No sé nada de este mundo. Todas son preguntas y la forma de encontrar respuestas escasean. No sé cómo comunicarme con Red, ese Pokémon infernal de mis sueños no creo que venga según mis deseos y buscar respuestas de Leaf es un barco que se hundió. Solo se me ocurre ir preguntándole a la gente, pero no solo creo que no me darán lo que busco, sino que no tengo energías para pensar en ellos.

Que Red piense en las personas de este mundo: yo lo haré con los míos.

—... Pero eso no me ayuda a qué hacer con ustedes...— Todo bien con mi determinación, pero necesito aplicarla en acciones. Quiera distanciarme del drama humano o no, necesito llevarme bien con mis Pokémon. Son mis aliados, mis compañeros y, llegado el momento en que esto se vuelva peligroso, mis escuderos. Por lo menos tienen que verme como un buen maestro para seguir mis órdenes.

Necesito hablar con ellos, explicarles lo suficiente para contentarlos, pero no tanto para que quieran escaparse. Ahora, con eso aclarado, ¿dónde y cómo hacerlo? Aquí definitivamente no y buscarme una zona más tranquila me hará perder demasiado tiempo. Claro, podría irme a la Ruta 1 o de plano ver si encuentro algo de interés en Pueblo Paleta. pero... llamalo corazonada o miedo, pero creo que necesito avanzar.

El Bosque Verde... Bueno, no sé qué tan peligroso sea o cuánto me lleve recorrerlo, pero capaz ahí tengo todo el tiempo necesario para explicarles y hacernos amigos sin problemas sociales. Tal vez tenga que gastar un exceso de Repelente, pero no está tan caro. Con una docena debería servir.

—¿Así que ya terminé de hacer todo aquí?— Miré a mi alrededor, a una Ciudad mucho más grande de lo que tiene derecho a ser, a un montón de gente que pasa a mi alrededor haciendo sus vidas y a un lugar que siento tiene mucho más que ofrecerme.

Podría intentar informarme más de este mundo, probar a mis Pokémon en batallas con otros Entrenadores o tal vez incluso probar suerte en el Gimnasio para medir mis capacidades contra gente muy capacitada. Pero... si, todo eso está muy bien, pero nada me ayuda en lo que quiero conseguir.

Descubrir qué diablos está pasando, por qué gente de mi pasado acabó aquí y cómo se relaciona esto con el primer protagonista de los juegos son cosas que no voy a encontrar en esta ni en ninguna Ciudad de Kanto. Creo sinceramente que ir a Sinnoh o buscar a Jirachi me traeran las respuestas que busco.

Me dicen que sea un héroe, que luche por este mundo, pero no pienso hacer eso. Soy Hikigaya Hachiman, un adulto demasiado cansado para vivir un Isekai que intenta deconstruirse más de la cuenta. Lucharé por mí mismo, por mis intereses y saldré de aquí. Cualquier plan o deseo que tengan para mí, lamento decirlo, pero pueden irse al diablo.

... Aunque tampoco es que sea una buena idea ir pensando estas cosas sin preocuparme. Quien sabe si hay algún ser que me está leyendo la mente y no está feliz con lo que digo.

Viendo como faltaban segundos para la ocho de la mañana según el gran reloj del parque, me estiré sin importarme las miradas que pudieran darme. Ansioso por alejarme de lo que trae Leaf, decidí que iría al Bosque Verde para, con el tiempo, llegar a Ciudad Carmin para tomar un barco en dirección a Sinnoh... o esa es la idea. No tengo claras muchas cosas.

¿Hay más barcos que pasen por ahí aparte del S.S Anne? Y ya que al parecer tengo el equivalente del Código Konami del Mundo Pokémon, ¿no podría intentar acortar camino por el Tunel Digglet? No, ahora que lo pienso, si este mundo es muy realista, eso sería una pésima idea. Andar paseando por una cueva oscura por más de un día no es lo mejor si quiero calmar mi corazón.

—El camino largo será. El sol es mi amigo— Asintiendo para mí mismo, comencé a caminar hacia mi izquierda actual. Por mucho que esto se venda como una versión realista de este mundo, deben respetarse al menos las reglas básicas, ¿no? Quiere decir que si camino por aquí, eventualmente encontraré la salida para ir a Plateada.

Mientras caminaba sin importarme mucho el mundo que me rodea, algunos niños se me quedaron mirando con expresiones... no muy gratas, la verdad. El espanto se queda corto, pero no puedo ni quiero cambiarlo, así que fingí que no me afectaba y seguí mi camino hacia la calle transitada por un montón de adultos en traje.

De verdad, ¿qué tanto hay en la primera ciudad del juego para tener tanta gente así?


Caminé, caminé, pasé más cerca del Centro Pokémon de lo que me siento cómodo, caminé, caminé, me terminé encontrando con una chica Entrenadora que se parece demasiado a la protagonista de ese remake de Kanto para la Switch, seguí caminando. Llegué a un punto en que los edificios modernos fueron la norma, asi como varios locales de comida, ropa y tecnología. De verdad sentí que estaba en un barrio de Tokyo lleno de cosplayers por un momento... pero al final llegué a otra zona.

Una zona más relajada, con negocios cada tanto, si, pero también muchísimas más casas comunes, de un toque que me hacían recordar a casas europeas más que japonesas. Los tejados rojos eran la norma, los tamaños eran muchísimas más grandes que en Japón por promedio y había más de un molino que era soplado por un grupo de Pidgeot y Pidgeottos.

Supongo que eso es mejor que ser comido...

Pero si, llegué a una zona en la que de hecho me daría gusto vivir si esto fuera el mundo real. La gente jugaba con pelotas o con sus Pokémon, pero también habían ancianos o Pokémon más salvajes simplemente pasando el rato, pudriéndose de a poco. Era, junto con la ausencia de autos, un entorno que gritaba pureza de una forma que casi ningún lugar en el mundo podría presumir.

Admito que me quedé sorprendido de vez en cuando, pero pude seguir mi camino. Ayudó que no me sintiera bienvenido, pero mucho se lo debo a mis propias ganas de empezar mi camino. Con el sol dándolo todo pero con un viento agradable que refrescaba cuando me ensombrecía un árbol, se me hizo irrelevante cualquier rechazo que sintieran hacia mí. Sobre todo cuando, en realidad, me di cuenta de que no es un rechazo tradicional.

Si fuera un odio general, no hay duda de que habría recibido algún comentario o de plano alguien me habría agredido, pero no pasó nada de eso. Nadie me intentó despreciar más allá de esas miradas. Y esas miradas... en mi experiencia teniendo que lidiar con otros adultos que trabajaban juntos aunque se odiaran o temieran, puedo dar fe en que esos ojos son esto último: miedo.

No quieren verme, ni que los note: mucho menos que les hable. No sé que diablos ocurrió para este cambio, pero puedo resumirlo en que cualquier cosa que ocurriera antes de que tomara este cuerpo, seguro que dejó una huella en todos. Son los ojos que le das a un animal peligroso, uno que no debes hacer enfadar o sino sufrirás. Es, dentro de lo malo de la situación, el mejor resultado posible... Pero...

—Esto es un problema...— Por más que no tenga ningún amigo ni quiera tenerlos, sí me serviría que la gente pueda ayudarme con información sin mirarme como si les fuera a arrancar la cabeza. Es de suma importancia la ayuda de gente capacitada en otras Regiones, donde seguro la influencia que ejerce Red sea menor al ser territorios de otros protagonistas.

Olvídate de protagonistas: si soy tan peligroso según el mundo, quién sabe lo que me querrán hacer personajes como Steven o Cynthia si me ven siendo sospechoso en sus tierras. No importa qué tan exaltado esté por la comunidad, no me creo que Red siga siendo el Entrenador más fuerte del mundo. Y si Red no es el más fuerte, ¿qué seré yo, alguien con nula experiencia en un combate contra otra persona?

Por más de que estaba en un serio predicamento, eso no cambia mis planes en el corto plazo. Seguiré viajando hasta Ciudad Carmin mientras en el camino me encargo de subir el nivel a mis Pokémon. Aunque no tengo dinero en el sentido estricto de la palabra, estoy seguro de que vi por la Tienda un par de boletos: pensando en positivo, caminé unos pasos en el cielo con un fuerte y molesto Sol... que de repente se oscureció.

—...

Tampoco escuché ruido alguno. Ni los Pokémon, ni los niños jugando o siquiera sentir esas miradas ocasionales. Dejando de mirar la Tienda, me enfoqué en mis alrededores, viendo que todavía me encontraba en la misma zona de antes, con todo su realismo e intento de dar una sensación idilica, pero sin ninguna de esas personas o rastro de ellas presente.

Pero... no es que estuviera de noche en sí, sino que la iluminación me recuerda a cuando hay nubes negras en el cielo. Me quedé mirando un poco más mi entorno, incluso tratando de ver si la parte bulliciosa de la ciudad mostraba algún signo, pero... pero estaba oscuro.

Muy oscuro. Como si no fuera nada. Como si la oscuridad la hubiera tragado.

—...— Manteniendo la calma de una forma que me era un poco ajena, miré hacia el cielo, tratando de encontrar una respuesta. Y lo que encontré fue... fue sin duda algo, si, algo que, a pesar de provocarme un poco de inquietud, no pude evitar sentirle desprecio por el nivel que estaba manejando este mundo.

—¿Un Sol Negro? ¿En serio? ¿No se les ocurrió algo más original?— Suspirando y agradeciendo de que al menos mis ojos no veía una Luna de Sangre, me puse a tratar de pensar qué podía significar esto.

A menos que de repente ocurran cosas más raras de lo normal, estoy en Ciudad Verde, pero no es la misma Ciudad Verde que conocí por primera vez, esa que se amoldaba perfectamente a como sería la auténtica a escala medio realista. La posibilidad de que esté en una tercera versión no es cero, pero me cuesta pensar en una justificación.

¿Las dos Ciudad Verde? Una es la original y otra fue la creada artificialmente, tan sencillo que hasta un niño lo descubriría. Pero esto... Hm, a lo mejor este mundo tiene más capas de las que puede llegar a parecer. Y eso, obviamente, no me gusta una mierda: soy demasiado mayor para vivir en un mundo tan complejo y siniestro... o bueno, más bien no quiero experimentar otro mundo así.

—¿Qué hago?— La Tienda está activa y sin cambios, mientras mis Pokémon siguen pudiendo elegirse como si nada. La idea de seguir caminando hasta descubrir algo o salir de este lugar es atrayente, pero no lo suficiente para arriesgarme a sufrir por quién sabe qué ser del averno más oscuro de Lovecraft o de Dani Salvato. Pero quedarme quieto tampoco es la solución si nos queremos volver paranoicos.

¿Tal vez quieran volverme loco? ¿Consumirme lentamente sin que me dé cuenta? Hasta no tener información, quedarse quieto es tan peligroso como moverse. Pero si ese es el caso...

—... Riolu— Haciendo aparecer por la magia de la programación al Pokémon más genial para mi yo infantil, el pequeño apareció con una mirada calmada y ojos cerrados que lentamente abrió. Al mirarme, yo le devolví el gesto, quedándonos quietos por quién sabe cuánto tiempo.

Lo cierto es que este no es el mejor momento para liberar a un Pokémon que creo es un niño, pero la ayuda no viene mal y... tengo un cierto pensamiento que me ronda la cabeza, cuanto más pienso en la Tien-¡!

—¡Riiiioooooo!

—¡K-Kurg!... B-Bueno, s-supongo que si me merezco sufrir un poco— No cayendo al piso de puro milagro, traté de calmar al pobre Pokémon que no paraba de llorar en mi estómago que, por cierto, sigue doliendo como la mierda. Estaba enojado y mi impulso primario fue empujarlo, pero... Bueno, supongo que es como un perro. Uno antropomorfico y más fuerte de lo debido, pero es como una mascota.

O bueno, compañero. Tengo que verlo como un igual y todo eso. Olvídate de tus creencias humanas, Hachiman: al parecer incluso está la teoría de que los humanos son alguna clase de Pokémon.

... No seré yo un Pokémon, ¿verdad?

—¡Riooluu!

—Si, si, perdón por no consolarte. Es que surgieron muchas cosas, amigo— Acariciándole la cabeza, finalmente se calmó lo suficente para poder mirarnos a los ojos. —Las cosas se complicaron mucho recientemente, y también con lo que vivimos antes... Recuerdas lo que vivimos antes, ¿verdad?

Riolu me miró sin entender, pero al final soltó un asentimiento inseguro que, a juzgar por el ligero temblor general de su cuerpo, debe estar pensando lo mismo que yo. —Si, eso fue muy aterrador. Si para mí, que me afectan otras cosas que no necesariamente tienen que ver con el miedo y me permiten distraerme, no me quiero imaginar como lo vivieron ustedes. Yo... supongo que soy más diferente de lo que debería.

—¿?— Sin entender lo que quería decir con esa frase y yo tampoco entendiéndome del todo, le palmeé la cabeza un par de veces, tratando de darle la sonrisa que solíá darle a Komachi, una que intentaba ser la de un hermano mayor con el que podías contar... a pesar de que, al final, no es cierto.

—No pienses en eso. Ni yo pienso mucho en eso, je. Más importante, Riolu...— Una vez sentí que el Pokémon Aura volvía a un estado de estabilidad aceptable, traté de comprobar mi idea. —No quiero alarmarte más de la cuenta, pero ahora mismo estamos en una situación complicada... ¿Podrías mirar a tu alrededor y decirme qué ves?

—Rio...— No entiendo bien qué quería decirme con eso, aun así fui capaz de captar su extrañeza, ayudado porque los Pokémon suelen mostrar todo lo que sienten sin palabras, una cualidad que envidio mucho por lo idilica que suena. Asintiendo levemente, mi Pokémon comenzó a mirar a nuestro alrededor con una cara que no traicionaba nada fuera de lo común.

Ni cuando miró a la lejana negrura absoluta o el astro que pareció leerse Berserk hace poco le hicieron cambiar su expresión. Volviendo a mirarme sin entender bien la magnitud de lo que estaba pasando, él asintió. —Rio rio. Lu.

—... ¿O sea que dices que no notas nada extraño?

En lugar de hacer un sonido, asintió.

Acariciándole por haber hecho un buen trabajo, confirmé mis sospechas: que este Pokémon, los otros y seguramente cualquiera que obtenga de la Tienda no son normales. Por supuesto, es una idea que en realidad tenía sentido desde un inicio, dado a que tiene toda la pinta de que esta Tienda está alejada del mundo que habito, pero... eso me trae más preocupaciones.

¿Qué es esta Tienda? ¿Y quién tiene el poder de mantener algo así?... Sintiendo el calor de la Pokéball que se niega a ser abierta, no pude evitar tener el presentimiento de que me estaba por explotar algo en la cara. Tal vez no hoy ni mañana, pero seguro que se está preparando para un momento peligroso. Así es como ocurre en las novelas ligeras, ¿no? Me estoy acercando al climáx del primer volumen.

—... Je, quizás debería dejar de pensar este mundo como si fuera una novela ligera. Así solo me terminaré metiendo en el fango— Acariciando a un Riolu que no entendía nada de lo que le decía, me decidí a que iba a salir todo bien siendo un tipo precavido. Y cuando digo precavido, no me refiero a solo pensar mis acciones. Es un modo de vida en mi opinión, uno que me permitió vivir relativamente mucho tiempo.

—... Quizás más de lo debido...

—¿Rio?

Tal vez, si hubiera muerto antes, nada de esto habría pasado. Es un pensamiento tonto, peligroso y sin mucho fundamento, pero siento que es verdad... Pero de nada sirve llorar por lo que ya pasó y menos cuando en realidad no me arrepiento de mis acciones. Viví todo lo que pude en el mundo real para darle sentido a todas mis conexiones. Nadie quiere morir y me gustaría que nadie más tenga que morir.

Levantándome para elevarme sobre Riolu, me dispuse a seguir avanzando. —No importa lo que yo vea, si ves todo normal, si aún estás conmigo, quiere decir que todo estará bien. Hasta que tenga tiempo de tranquilizar a los otros dos, cuento contigo para protegerme. ¿Podrás hacerlo, Riolu?

—¡Riolu!

—Jeje, me alegro— Desde que murió Kawasaki no tuve las ganas o la fuerza para seguir acercándome a esa gente. Tuve charlas ocasionales con Hayama cada tanto, pero solo para ponernos al día y confirmar que, efectivamente, fuimos malditos. Bromeamos diciendo que el que muriera al último de los dos al final tendria garantizado todo los posibles paraísos por aguantar tanta mierda... y espero que sea así.

Hayama, aunque nunca fuimos amigos, me gustaría que al menos tú seas feliz o tengas la felicidad que te mereces. Al menos uno tiene que terminar bien su historia, ¿no?

Mientras pensaba en aquellos sentimientos persistentes pero inútiles sobre un tipo que incluso al final no rompió del todo su máscara, caminé con Riolu en un entorno que me recordaba a un juego de terror de la PS1 mezclado con un fanfic edgy que creo tengo en mi computadora todavía.

Eran otros tiempos. Tenía trece años y nadie me quería. Todos cometemos errores.


—Riooo...

—No te separes mucho de mí.

—¡Rio!

Como un niño muy obediente que trata de ganarse el amor de su padre, él caminó como si fuera un ninja de Naruto hasta quedarse casi pegado a mis pies. Mirando al frente en busqueda de cualquier cosa que me pudiera afectar, me tranquilicé un poco de al menos tener algo de color en este entorno. Ya llevabamos más de una hora, creo, y aunque el miedo inicial se calmó, no lo hizo mi expectación.

La verdad es que siento... algo. No sé qué sea ni tampoco puedo captar bien sus sentimientos, pero es algo. No sé si lejos, no sé si en la negrura que tengo atrás o en lo incierto que tengo adelante, pero sé que no vine aquí sin un propósito. Algo me llamó aquí, o puede que alguien. Lo obvio sería pensar en ese ser demoniaco que invadió mis sueños, pero... no, no es esa cosa.

Aunque la sensación que me dio eso fue peor, esto es... malo de una forma totalmente diferente. Es como si... careciera de alma. O algo del estilo: tampoco es que sea de lo que suele ser tan esoterico, por más que el mundo me intentara empujar fuerte en esa dirección. Solo digo que lo que se encuentra en el mundo real e incluso en la versió con NPCs de este mundo, aquí no lo hay.

Aquí no hay nada más que algo fingiendo ser, bueno, algo.

—... A lo mejor si me está afectando la cabeza— Negando por tener pensamientos tan rancios en un entorno como este, desestimé la preocupación de Riolu y seguimos avanzando. Caminamos dispuestos a enfrentarnos a lo que fuera, pero por más que caminemos hacia el frente, nada pasa. Frente a mí se me muestra una versión bastardizada del vecindario que ya estaba, y atrás sigue viéndose todo negro.

La buena noticia es que la negrura sigue en el mismo lugar de siempre y no tenemos que huir de esa cosa o algo así. Aunque se veía aún, cada vez es menos por obvias razones. Asumo que estamos entrando a otro barrio transitado pero a menor escala por como las tiendas son más comunes y todo tiene un tamaño más amplio, hasta las casas. Mirándolo mejor es como... ¿un barrio chino, tal vez?

Aunque Kanto es... Bueno, Kanto. Pero no hay duda de que recibo un aire chino de este lugar.

—¿Rio?

—... Aquí viene, ¿eh? Ya se estaba tardando— Ignorando la confusión de Riolu, me centré en mirar al frente, hacia ese punto negro misterioso que bloqueaba nuestro paso. Una vez que él también notó mi intención, su respuesta fue hacer un sonido extraño, entrecortado como si fuera una mala grabación. Me recuerda a una risa, una totalmente despectiva.

Me quedé esperando a su respuesta y fue... desaparecer. El punto negro desapareció.

—No te espantas fácil, ¿eh? Te juro que me esforcé un montón en darte miedo— Una voz jovial abrumó todos mis sentidos, discordante con el entorno a nuestro alrededor. Girando mi cabeza hacia atrás, aparte de encontrarme con un arma apuntándome al cuello, vi a una cara que se me hacía demasiado familiar. Es una que llegué a padecer bastante tratando de que fuera útil en ese maldito juego.

—Nate...

El personaje más jodidamente asqueroso por ser insuficiente de Pokémon MastersEX y también el protagonista con el peinado más discutido. Considero que esa es su única gracia salvadora.

—Oh vaya, ¿el infame Red sabe de mí? Qué honor~— Siendo sarcastico de una forma que no invita a felicitarlo, aflojó el agarre de su arma lo suficiente para bajar la guardia. —De verdad eres increíble de una forma jodida, ¿lo sabías? Estaba segurísimo de que te habían matado esos tontos de Ethan y Silver, pero se ve que no saben hacer un trabajo bien.

... Hm, puede que en realidad ningún protagonista sea demasiado profundo y eso sea un eufemismo, pero incluso yo me siento traicionado de la actitud de este Nate. Es como si escupieran en mi infancia aunque lo jugara en mi adolescencia tardia. Y esa pistola, más su actitud... ¿puede que se base en su yo del manga? Aunque Lack-Two no era tan expresivo.

—... Siento que estás pensando en algo muy grosero de mí— Lejos de mostrar enojo por esa aparente ofensa, me sonrió de buena gana. —Pero bueno, eso demuestra que no eres Red. Ese hijo de puta ya me habría intentado golpear otra vez. No por nada todo lo malo que tengo lo saqué de él.

... Demasiado para analizar y siento que no tengo el tiempo para ir lento. Tampoco es que tenga ganas: si se corre la voz entre los protagonistas que no soy Red, quizás me dejen en paz y mi vida no corra peligro.

Con Riolu estando tranquilo más allá de una leve curiosidad, supe que tenía que investigar más sobre qué es la Tienda. —¿Qué es este lugar? ¿Lo creaste tú?

—Oi, oi, oi, entiendo que no seas Red, ¿pero no estás demasiado tranquilo?...— Mirándome con cara de que no le importaba especialmente mi tranquilidad, se llevó la pistola de forma extraña a su cinturón de policía y me contestó. —En realidad nadie sabe quién creó este lugar. Ha estado desde quién sabe cuanto: la Interpol lo usa para tratar con criminales de mucho renombre de una forma en que no estemos atados a la ley de un mundo normal.

Que duro. Me daría miedo si no hubiera lidiado con tanta muerte en mi día a día. La tortura policial impacta menos cuando el mundo se esforzó demasiado en apagar tus emociones. —Ya veo. ¿Tan infame es Red? No quiero hacerme el que sé, pero estoy seguro de que él debe tener méritos o algo así. ¿Que no venció al Team Rocket?

Una risa genuinamente risueña salió de este chico que, ahora que lo miro mejor, es un poco adorable. —No sé quién seas, pero que sepas eso demuestra que no eres un cualquiera. La contribución de Red con respecto a la disolución del Team Rocket es un secreto del gobierno de Kanto que piensa ser enterrado con todos los implicados.

—...

—Después de todo, que un tipo tan cruel sea el héroe que salvó la Región no pinta las cosas bien para la conciencia del ciudadano medio. Ya bastante tienen con que sea el Entrenador más fuerte de aquí. El Campeón más joven de la historia ya es demasiado mérito para lo que es él.

Mientras él repetía palabras crueles con una sonrisa, sentí un ligero dolor en mi corazón que, aunque molesto, era mucho más manejable. No entiendo bien qué pasó antes de que llegara, pero si tanto te afecta lo que digan estas personas de ti, ¿no pudiste ser más amable? O te vuelves un pan de dios o matas tus sentimientos: no hay punto medio, Red.

Aun así, es interesante ver lo diferente que puede ser el mundo Pokémon cuando le añades... lo que sea que sea esto. No es bueno ni mucho menos, de hecho llega un punto en que ver a un personaje con un arma retuerce como un trapo sucio a mi niño interior, pero nada que irme de aquí no solucione. Pensando bien qué información tratar de sacarle, al final decidí irme por una más escabrosa.

—¿Es tan obvio que no soy Red?— Mi pregunta no detuvo la sonrisa de Nate, pero sí que le hizo, por primera vez, agudizar un poco sus ojos, señal de que trataba de ser imponente, a lo que yo respondo que con un arma basta.

—Bueno... Es verdad que Red no era el tipo más agradable, pero tú tampoco es que tengas pinta de ser la mejor persona. Disculpa si te ofendo, pero hay... algo, no sé qué, en tu mirada. Esos ojos siento que ocultan algo peligroso— De todas las respuestas que me dio, esta es la mejor y peor a la vez.

—... Dicen que los ojos son la ventana del alma. Supongo que eso quiere decir que sigo siendo yo, ¿no?— No me queda claro cuál es mi relación con Red, pero por lo menos yo tengo el control. Soy quién manda aquí... al menos a simple vista. Seguro que, como todo en mi vida, las cosas nunca son tan simples.

—Je, nunca escuché esa frase, pero suena bien. La voy a usar— Riéndose como si fueramos amigos, no me perdí el detalle de que sus ojos se enfocaban demasiado en mi cuello. No es que quiera ser así de paranoico, pero tener la muerte tan presente en mi vida y... el hecho de que muriera así, me hicieron ser hiperconsciente de todas estas cosas. Aparte de Hayama, no confié en nadie más.

—Adelante. No tiene derechos de autor— No sé si el mundo Pokémon tiene ese concepto, la verdad.

Aceptando mis palabras como si no fueran gran cosa, continuó. —Si, no transmitirás las mejores sensaciones, pero eres mejor que Red. No es que la vara esté alta en realidad, pero lo prefiero así. En cuanto a si se nota o no, depende mucho de quién sea. Leaf, Green y yo te conocemos demasiado bien, pero los otros no han pasado el suficiente tiempo contigo. Si no destacas demasiado, no pensarán gran cosa.

—... Salvo Ethan y Silver.

Pensar en ese detalle dicho sin importancia sobre que MATARON a Red me genera, por supuesto, sentimientos demasiado preocupantes.

—Si, ellos te odian mucho— Asintiendo como si no fuera su problema, me crispó los nervios. —Su odio es muy personal, fuerte y, en mi opinión, justificado. No es que aprueba que intentaran matar, por supuesto. La carcel habría sido suficiente. LLamame iluso si quieres, pero confio en el sistema y en que él podía cambiar—

Lo último fue dicho con una sinceridad que no sentí tuviera motivos ocultos. Al parecer, como Lack-Two, su trabajo le importa lo suficiente. Es un funcionario sincero que cree hacer lo correcto y que el sistema puede funcionar... Si, esto definitivamente es un mundo ficticio.

... Pero aun así...

—Eso... más que iluso, es idealista.

Si más gente fuera así, mi mundo sería mucho más bello.

—Hm, idealista, ¿eh? Es la primera vez que me dicen así— De un segundo a otro, su pistola me apuntó a la frente, a una distancia de pocos centímetros. —No me desagrada. No me desagradas.

Nunca escuchar algo genuino se había sentido tan asqueroso...

—... ¿Te enviaron a matarme?

Viéndose sorprendido por mis palabras, por un segundo él se quedó congelado en esa expresión hasta que, de a poco, una sonrisa que pronto se transformó en risa embarró mi visión y oído. Fue una risa desagradable, llena de puro desprecio y un toque de genuina alegría, de esas que te nacen cuando cuentas un buen chiste.

Cuando se calmó, él, con una sonrisa podrida, negó con la cabeza. —Si supieras el escándalo que harían si te matara. Esos dos tienen suerte de que al final sobrevivieras... más bien, que sigas moviéndote. Para hacerla corta, no eres diferente de un héroe de guerra que goza de ciertos privilegios. No hay duda de que le has hecho más bien que mal a este mundo.

Ya lo creo. Red fue un protagonista y en este juego es imposible que un protagonista no sea la encarnación del heroísmo. Por muy corrupto que esté Red o cualquier otro tipo de cosas, no quita que le quitó el poder a una mafia que amenazaba a la Región. Eso tiene que darte unos puntos, ¿no?

—Es bueno escucharlo. Al menos sé que hay gente que no me quiere muerto— Todavía con el arma apuntándome a la frente, lejos de caerme asustado, me enfrenté. Ser un tarado o no, creo que si muestro cobardía él tendrá carta blanca para hacer cosas que no me gusta pensar. —No te conozco, pero de lo poco que te he visto, asumo que eres de los que siguen la ley, ¿no?

—Asumes bien— Quitando el arma de mi frente y guardándola en su cinturon con una sensación de finalidad, Nate suspiró, como un veterano al que le faltaba su vicio. —No tuve la mejor relación con Red y francamente no lo extrañaré demasiado, pero odiaría ser yo quien detenga definitivamente su cuerpo, así no sea su mente. Llamalo un último gesto de aprecio hacia mi maestro si quieres.

¿Maestro? Bueno, si recuerdo bien, Red aparece en Blanco y Negro 2 en el PWT. Por supuesto que nada de eso es contenido de la historia canonica, pero supongo que este mundo se aprovechó de esa conexión para formar ese vínculo, o algo del estilo. Es algo a tener en cuenta, porque si bien Nate parece tenerme algo de afecto o por lo menos no me odia tanto, quien sabe qué desastres hizo este tipo en Teselia.

Mejor no ir ahí dentro de lo posible. Quedemonos en Sinnoh o buscar a Jirachi.

—Eso e-

—Por supuesto, eso no cambia que vendrás conmigo.

... ¿Eh?

—¿Rio?

¿Ahora te das cuenta de que algo malo está pasando, Riolu?

Nate, viéndome como si fuera un idiota, me habló con un tono incrédulo. —Quiero decir, ¿de verdad pensaste que hice todo esto solo para darte un aviso o despedirme de mi maestro? Obviamente te voy a llevar conmigo. Red podría encargarse de todo el odio del mundo si hace falta, pero aunque no te conozco tan bien, por cómo eres muchísimo más amable, es inevitable que alguien te va a matar o por lo menos te intentará torturar.

—E-Eh...

De verdad, ¿qué es todo este ataque desmedido a mi infancia? ¡Ni siquiera soy tan fanático de Pokémon y yo quiero llorar! ¡¿Dónde está el cariño, las cosas simples y que todo termine bien al final?! ¡¿Desde cuando un protagonista tiene que ser secuestrado para que no lo maten?!

—El mundo está cada vez peor, 'Red'. Los crimenes están aumentando, la humanidad se está convirtiendo en algo que nunca antes fue y ahora te tenemos a ti, alguien que tomó el cuerpo de una de las personas más importantes del mundo moderno. Necesitamos y TIENES que venir con nosotros.

—...

Retrocedí un paso, pero Nate solo me mostró una sonrisa comprensiva y muy profesional.

—Entiendo que no te inspire confianza y el sentimiento es mutuo, pero hay cosas que tenemos que saber. Y... Digamos que alguien me dijo que tú puedes ayudarnos a lidiar con todo esto— Lejos de quedarme quieto con sus palabras, comencé a alejarme mientras todavía mantenía el contacto visual. Nate se fue acercó, a paso más lento, pero no por eso menos decidido.

Esto es un problema.

—¡Riolu, entra!

—¡R-Ri-— Antes de que pudiera entender bien qué estaba pasando, lo metí a mi Pokéball. Una estupidez dirán mucho, pero sé reconocer cuando puedo arreglarmelas por la fuerza. Riolu tiene potencial como todo Lucario de bien, pero apenas tiene el nivel suficiente para enfrentarse a los Pokémon del Bosque Verde. Hacerlo combatir contra los Pokémon de un policía internacional es pedirle que se muera.

Cuando salió un Samurott de su cinturón, mis temores se confirmaron. El hecho de que tuviera una mirada casi tan aterradora como la de Nate solo me hizo entender que no estoy listo para enfrentarme a las grandes potencias de este mundo. Caminé cada vez más rápido, encontrándome con una especie de toque divino que me hizo no caerme.

—Supongo que no me lo harás sencillo, ¿eh? No te culpo. A riesgo de suponer demasiado de las personas, me considero alguien que puede leer bien a las personas, y me pareces muchas cosas, ¿pero peligroso? No necesariamente. No más de lo que pudo ser Red o cualquiera de esos idiotas en un mal día.

Me sonrió pero no le llegó a los ojos. Con cada paso que avanzaba y como el Samurrott afilaba su ya afilada mirada más, comprendí de verdad lo que era sentirse un rato frente a un par de gatos. Y no saben cuánto lamento haber abusado de las ratoneras con ellos.

—... Jeje, suena a que estás rodeado de nepotismo— Comenté sin pensar tratando de hacer tiempo. Quería correr pero supe que en instante en que les diera la espalda la cazería comenzaría realmente. Necesitaba, antes que todo, tratar de encontrar algo que pudiera ayudarme: algún hueco que me sacara de aquí o que hubiera un Pokémon Legendario en el cielo.

Cualquier cosa. Solo... no quedarme con él.

Llamalo un presentimiento, pero siento que, si dejo me atrape, cualquier plan que tengo se puede ir al diablo. Necesito irme: necesito respuestas y de Nate solo voy a obtener dolores de cabeza en el mejor de los casos. Una causa de muerte no identificada en el peor.

—Podría decirse. Lo cierto es que mi grupo de amigos es un desastre— De repente, tras dar un paso que no se veía diferente al de los demás, su rostro se convirtió en uno que reflejaba una frialdad propias de un policía al que no le importa especialmente tu vida personal. —Red fue el culpable de eso. Aunque tú no seas él, tienes su cuerpo, así que hazte responsable, ¿si?

Ya no había más posibilidad de frenar esto. Me giré hacia atrás, hacia mi nuevo frente.

—¡Lo siento, pero me niego!

No estaba seguro de cuál sería la condición física de Red. Puede sonar raro no saber las limitaciones de tu cuerpo actual, pero quitando el hecho de que he caminado un montón sin cansarme, no tuve chance de comprobar su estado en un momento de riesgo. Hasta ahora, claro está.

La buena noticia es que fue mucho más veloz de lo que pude llegar a imaginar. La mala es que no soy el único que es un atleta olimpico.

La pésima es que ni de chiste puedo competir contra un Pokémon Samurai.

—¡MIERDA!

Fue un reflejo instintivo, probablemente un remanente de la vida del propio Red, lo que me hizo esquivar por poco, centímetros incluso, la embestida de un Samurott que no hizo ningún ruido más allá del que aire podía hacer. Fue pura suerte de hecho, y no hay otra esquina en unos buenos centímetros que no creo recorrer en su totalidad. Samurott, aunque no dejara notar su presencia, el propio concepto de su existencia elevó mis instintos al mil.

Pero no es solo del Pokémon de quien me debó preocupar. Su Entrenador, un tipo igual de callado pero con pisadas más intimidantes, corría detrás de ti. Me estaba alcanzando a una velocidad que da miedo, más bien. De hecho, es tan así que creo que liberó a Samurott porque es un sádico que quiere atormentarme más de lo debido. Él y su físico son suficientes.

—Siento que estás pensando algo muy grosero de mí. Como miembro de la interpol, te lo agradezco— Pisando con cierta fuerza, algo dentro de mí me gritó que estaba a punto de pasar lo peor. —Imponerme frente a los criminales es un halago.

—¡DEMENTE!

Grité por pánico y también porque algo en mí me dijo que esa palabra en concreto era mi única esperanza de ganarme tiempo. Pero, ya sea que fuera verdad o no, Nate no cambió su expresión. Impulsándose con tal fuerza que adelantó a su propio Pokémon, vi en cámara lenta como mi pensamiento de que los humanos aquí son una especie de Pokémon se comprobó.

Ojalá no lo hubiera hecho.

Intenté, ya como un inútil intento de resistencia, plantarme firme contra él para, por lo menos, perder con un poco de dignidad.

Un pensamiento estúpido, sin duda, y que siento no nace enteramente de mí.

Si quieres que haga tu trabajo, haz algo, protagonista de mierda.

A pesar de hablarle mentalmente, Red no me contestó. De hecho sentí que no lo iba a hacer.

Estuve a punto de perder toda esperanza cuando...

—No está bien...

Fue... fue extraño, ¿saben?

En un segundo tenía a Nate mirándome como un auténtico depredador con un Samurott psicópata de fondo. Y luego, al siguiente, lo que apareció en el medio del desastre, lo que se interpuso, terminó siendo lo que solo puedo definir como una coraza gigante, de esas que ocupan toda la vista.

Ya no pude ver a Nate, pero eso no bajó mis nervios. Todo lo contrario: cuando escuché esos aplausos que exudaban arrogancia, mi cuerpo, más bien el de Red, reaccionó de una forma que me amargó aún más si cabe.

Molestia y cansancio es todo lo que sentí cuando esa voz comenzó a llenar mi cabeza con pensamientos sobre cómo estaba a punto de escuchar al mayor idiota que este mundo ha conocido.

—Eso no está bien, Nate...

—... Tú...

—¡!

En cuanto lo vi, lo reconocí.

¿Cómo no hacerlo, cuando crecí viéndolo a él?

—Je. Ahora es el turno de Green-sama.


Capítulo terminado...

...

... Si, si, tardé demasiado y no tengo excusas más allá de que intenté hacerlo lo más entretenido posible porque este es un capítulo de transición en toda regla que no presenta a ninguna chica sino a la trama general del mundo, que no sé qué tanto les interese. Por lo demás, tardé más de lo que creí y no ayuda que el capítulo estuviera casi listo hace casi un mes y lo viniera pospusiendo hasta ahora. Me disculpo y aún más porque este capítulo no está a la altura.

En fin, pero hablando del capítulo, presentamos a Green-sama, el mejor rival de los videojuegos (leo lloros) y a Nate, el protagonista casi que más olvidable de las primeras cinco generaciones (cuando Pokémon 'si era bueno') y por mucho tiempo más bastardeado de MastersEx... aunque no es que su versión NeoCampeona haya sido la gran cosa, pero bueno.

Si, me tomé libertades con Nate y lo achaco a que de verdad debo ser de los pocos que les gustó su versión del manga pese a que no fue manejado de la mejor manera. En general podríamos hablar de que Special/Adventure decayó mucho en las nuevas entregas con excepción de XY, pero ese es otro debate del que no me quiero meter. Nate es policía y tiene rasgos tanto del manga como heredados de este Red (osea OC as fuck). Aun así tampoco es que nos vamos a volver Linkin Park aquí, no se preocupen.

Por lo demás no ha traído mucho este capítulo más haya de eso, nada de mucho interés al menos. Claro, el Sol Negro y eso, pero dudo que les interese y de momento no pienso revelar nada. Fue, en su núcleo, un capítulo muy enfocado en los pensamientos de Hachiman sobre este mundo, sus objetivos y un poco lo que piensa de sus Pokémon: quizás no muy interesante, pero creo que tras un primer capítulo en el que pasó de todo, un segundo de flashback sobre Leaf y un tercero cargado emocionalmente (en mi opinión), ya venía uno más relajado.

Como dijo NeroAlmia, pequé de acelerar mucho las cosas en su momento producto de mi frustración, tanto que me vi obligado a estructurar las cosas diferente. Pero bueno, eso ya está hecho y hay que mirar hacia el futuro. El próximo capítulo vendrá en una fecha entre 20 días y 99 años. ¡Estén atentos!

... Ya en serio, tengo que subir el próximo capítulo, al menos uno antes de volver a la universidad.

En fin, sin más que decir, al comentario.

Pablo Zapata:

Si, puede que alguien más critico pueda encontrarle defectos, pero de verdad me siento orgulloso de lo de Leaf. Es un giro que quise dar y fue casi que mi justificación para empezar esta historia y me alegro de que te haya gustado tanto. De verdad que sí.

Lo cierto es que si bien esta historia tiene muchas preguntas que no va a responder de inmediato, el nucleo de esta serán los personajes, como casi toda obra mía, de hecho. Es verdad que a diferencia de mis otras historias esta nació de peor manera, pero quiero encaminarla hacia algo mejor y ese fue el primer paso. Ahora puede que las cosas se sintieran más aburridas, pero era necesario. El siguiente capítulo debería presentar como se debe al mejor rival de la franquicia (si leo lloros) y profundizar más en las relaciones de este Red, y por tanto, las de este Hachiman.

Y si bien esto puede considerarse una obviedad dado mi curriculum respecto a las historias de Pokémon, lo diré: Leaf es MUY especial para mí. Desde su diseño, personalidad en Masters, el hecho de que fuera la primera protagonista con la que me pasé mi primer juego de Pokémon en general y supongo que de cierta forma también el hecho de que soy amante del RedxLeaf y un poco de AshxLeaf: culpo de eso último a FireAkai XD.

No la llamaría waifu en sí, ya que en esa época me gustaba más Dawn, pero la quiero mucho y trato de darle amor en mis historias... y ya sabemos cómo expreso mi amor, ¿verdad?

En fin, no espero otro comentario tuyo, pero confio en que leerás esto y quiero agradecerte por comentar. Leer tu comentario es lo que me dio fuerzas para finalmente dejar procrastinar y publicar esto. Espero que por lo menos te haya hecho pasar el rato.

...

Mi intención es sacar el siguiente capítulo antes de que termine Febrero y después de ahí quien sabe. En unos días sacaré mi historia de RWBY de la tumba y de paso cerraré de mejor manera un ciclo de hace años con otra historia de Oregairu, asi que tendré menos tiempo que dedicarle por una buena temporada.

Pero bueno, al menos no son mi historia de Ash y Red: ni mil palabras voy aún XD.

En fin, gracias por leer y nos vemos más pronto esta vez.