Epílogo

Tres años después…

Draco permanecía sentado en el piso del baño sosteniendo algo en la mano, esperando… al cabo de unos minutos sostuvo su prueba de embarazo frente a sus ojos.

"Positivo"

Sus labios se curvaron en una sonrisa.

Draco estaba en exámenes finales, había aprovechado sus días sin niños para llevar a cabo sus proyectos personales, pero aun así él y Harry habían planeado agrandar la familia, así que habían dejado el control natal desde hacía unos meses esperando que diera resultado y finalmente había pegado.

Así que esa noche preparó una cena especial aprovechando que los niños estaban con Barnett, iba a darle la noticia a Harry y quería que fuera algo especial.

-Siento haberme retrasado –dijo llegando algo tarde- una paciente tuvo complicaciones y tuvimos que ingresarla de urgencias.

-Tranquilo, yo entiendo –respondio pasándole los brazos por el cuello y dándole un beso.

-Mmm… que rico, si siempre me recibes así si me tardo, llego a estas horas todos los días.

-No te aproveches, lo hago porque hice una cena especial y no quiero que se desperdicie.

-¿Y a que se debe?

-Se debe a que te amo y quiero celebrarlo ¿hay algo de raro en eso?

-No, no, claro que no.

Cenaron en una atmosfera tranquila y cómoda, habían sido tres años con pequeños contratiempos pero nada de qué preocuparse, habían sido más que felices y deseaban seguir así.

-¿Qué te pareció el postre?

-Delicioso… me encanta el pudin de chocolate.

-Bueno, aun hay más.

-No creo poder comer un solo bocado más Draco, voy a reventar.

-Tranquilo, no se come –dijo poniéndole una cajita frente a él después de que el elfo retirara los platos sucios.

-¿Qué es?

-Ábrelo –respondió rodando los ojos.

Intrigado y emocionado, comenzó a desatar el listón.

-¿Y por qué el regalo? No es mi cumpleaños ni nuestro aniversario… Oh… -exclamó cuando vio lo que era.

Lo sacó y vio el resultado, luego miro a Draco, que lo miraba sonriendo.

-Oh mi amor ¿es en serio?

-¿Crees que bromearía con eso?

Harry se levantó para abrazarlo con fuerza sintiendo sus ojos anegarse lagrimas.

-¡Oh mi amor es maravilloso, gracias, gracias!

Draco sonrió y se dejó abrazar.

Esa noche hicieron el amor con un sentimiento renovado, sintiéndose plenos y felices, disfrutando el uno del otro y al mismo tiempo deseando prodigar al otro amor y placer.

-Te amo Draco, te amo tanto… -dijo besándole el cuello, encima de él entre sus piernas abiertas, frotando sus penes con sus cuerpos.

-Y yo a ti Harry, no tienes idea de cuánto…

Harry sonrió y haciéndolo ponerse en cuatro, dirigió su pene a su ano y comenzó a empujar aprovechando todo el fluido vaginal que ya empapaba todo.

-¡Oh!... Mmm…

Sujetó sus caderas y comenzó a embestirlo, Draco pegó su frente a sus antebrazos y separó más las piernas deseando que Harry entrara lo más profundo en su cuerpo.

-Sí Harry, así…

Solo se oía el chocar de sus cuerpos en la habitación aparte de sus gemidos, quejidos y suspiros; después de un rato así, Harry se acostó y Draco se le monto encima, como le gustaba mucho hacerlo, se sentó en su pene erecto y poniéndole las manos en el pecho comenzó a moverse sobre Harry.

A Harry también le encantaba esta posición pues podía ver la cara de Draco cada vez que entraba en él, veía su nariz arrugarse, a veces por el tamaño, a veces por el placer, pero adoraba ver su rostro sonrojado mientras le montaba el pene.

-Eso Draco, me encantas… -dijo masturbándolo.

Draco alzo el rostro sabiendo que si Harry hacía eso iba a tardar menos en correrse, así que comenzó a mover su pelvis más rápido para no ser el único.

-¡Oh…! carajo Draco…

Draco se sentó un par de veces más para finalmente correrse con un largo gemido, Harry se enderezó y lo empujo hacia atrás quedando en posiciones invertidas, lo penetró y continuó cogiéndolo hasta que él también se corrió eyaculando dentro de él.

Terminaron hombro con hombro respirando entrecortadamente.

-Te amo… -dijo Harry con los ojos cerrados.

-Y yo a ti Harry… yo a ti…

Draco se acercó a Harry y se acurrucó en su pecho siendo abrazado al instante, se cubrieron con una manta y se quedaron dormidos.

Pero no eran los únicos que estaban pasando una noche candente.

-Mmm… -jadeó Barnett con Tom encima de él, entre sus piernas abiertas a punto de penetrarlo- ¡Oh! –se dolió cuando empezó a entrar en él.

Tom se apoyó en la cama y levantando su cadera comenzó un lento mete y saca, con las piernas de Barnett apoyadas en sus antebrazos, luego fue aumentando el ritmo hasta hacer que Barnett se sujetara de la cabecera.

-¡Ah!... ¡oh!... ¡oh Tom, así… no pares!

Después de un rato Tom se detuvo causando contrariedad en el menor de los MacLeod, pero entonces se sentó e instó a Barnett abrir las piernas y sentarse sobre él acomodándolo sobre su pene; Barnett terminó frente a frente rodeándole el cuello con los brazos.

-Sabes que me cuesta esta posición, no tengo tanta fuerza en las piernas.

-Lo sé –respondio Tom abrazándolo por la cintura- pero me gusta tenerte así, tan dentro de ti y tú sin poder escapar.

-Pero no quiero escapar –dijo sonriendo.

-¿Seguro?

-Sí.

-Espero que sigas pensando eso cuando te proponga algo.

-¿Qué cosa?

-Quiero que vivas conmigo.

La sonrisa de Barnett fue borrándose hasta ponerse serio.

-¿Hablas en serio Tom?

-¿Y porque no habría de hacerlo?... te amo, me amas o al menos eso creo –añadió ganándose un golpe en la cabeza- y quiero vivir contigo, tus hijos son maravillosos y también me quieren mucho, podemos ser una maravillosa familia… a menos claro que tú no lo desees o quieras pensarlo bien antes de tomar cualquier decisión.

-No necesito pensarlo –dijo sonriendo- claro que quiero vivir contigo… y ahora termina de hacerme el amor.

Tom sonrió, lo hizo levantarse y acostarse en la cama, se le encimó y lo penetró con suavidad, luego comenzó a embestirlo aumentando poco a poco la intensidad hasta que ambos se corrieron, también terminaron abrazados uno en brazos del otro.

-Solo una cosa –dijo Barnett antes de caer dormido.

-¿Qué?

-Tú te mudarás a mi casa, la tuya es muy pequeña ¿está bien?

-Ok.

Días después todos cenaban en la mansión MacLeod, incluidos los Malfoy, con Allister a la cabeza de la mesa como de costumbre y Ayla a su derecha, pues se habían reconciliado aquel día del desfile.

-Tenemos una noticia que darles –dijo Draco tocando una cucharita en su copa, todos lo miraron expectantes, así que se levantó y sonriendo dijo: -Estoy esperando un bebé.

Todos exclamaron gustosos y comenzaron aplaudir, hubo un brindis y siguieron con la cena.

-También nos gustaría compartirles algo –dijo Barnett levantándose.

-Una noche de muchas sorpresas –dijo Ayla.

-Sí y espero que también compartan mi felicidad… Tom y yo vamos a mudarnos juntos.

Nuevos aplausos y nuevas felicitaciones a la pareja, incluso hubo un brindis del abuelo deseándoles felicidad.

Rato después Draco salió al jardín para tomar un poco de aire fresco, las nauseas eran un inconveniente de su nuevo estado.

-¿Cómo vas? –pregunto Harry abrazándolo por detrás.

-Bien, solo un poco indispuesto… la medicina contra las náuseas no está resultando tan efectiva como la vez anterior ¿podrías cambiarla?

-Sí.

-Ok…

-¿Estás feliz Draco?

Draco se giro y le paso los brazos por los hombros.

-Más que nunca… te amo a ti, amo llevar a tu hijo en mi vientre, amo mi vida… gracias Harry, todo comenzó a cambiar desde que llegaste a mí.

Harry sonrió y lo besó, él recibió el beso empapándose del olor y del amor del sanador que había llegado a él para poner en orden su complicada vida.

FIN