capítulo 5: El poder de las palabras
Este relato es una obra de fanfiction basada en la serie RWBY. No posee los derechos de autor de la serie original mencionada. Este trabajo de ficción ha sido creado con el fin de explorar las vastas posibilidades de la imaginación y, sobre todo, proporcionar entretenimiento. Deseo que encuentren placer en su lectura,...tampoco poseo a batman...eso es obvio
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¿Alguna vez has tenido esa extraña sensación de que las reglas no se aplican del todo a ti? Como si fueras un personaje de videojuego con un 'modo dios' activado, donde las leyes de la física y la lógica se doblan a tu antojo. Cosas que para otros son obstáculos infranqueables, para ti son meras anécdotas en el camino hacia la victoria.
Nuestro protagonista, era un firme creyente de esta teoría de la excepcionalidad personal. No es que fuera un engreído, ¡para nada! Pero los últimos años le habían dado razones para pensar así. Cada desafío, por colosal que fuera, terminaba rindiéndose ante su ingenio y determinación.
Era como si el universo conspirara para allanarle el camino, ¡o al menos eso parecía!.
Pero como dicen por ahí, el mundo tiene una forma muy peculiar de recordarte que no eres el centro del universo. Y a veces, esa forma incluye una multitud enardecida que te quiere prender fuego.
—"¡Quemenlo!" ,gritó una voz entre la turba, seguida por un coro de —"¡No merece vivir!, ¡Maten al desgraciado!" ,y un impaciente —"¿Por qué seguimos esperando?, ¡Solo prendan el fuego!".
Whitley, quien hasta hace unos momentos se sintió como un semidiós invencible, ahora se encontraba atado a un poste, rodeado de gente que lo miraba con la misma intensidad que un niño mira un pastel de chocolate.
—"¿En qué momento se torció todo esto?", se preguntó Whitley, mientras una gota de sudor frío le recorría la sien.— "Hace apenas unas horas, estaba disfrutando de un té con galletas y planeando mi próximo movimiento estratégico. ¿ ¿Será que olvidé pagar el parquímetro cósmico?".
La multitud seguía vociferando, agitando antorchas y blanqueando pancartas con mensajes poco amigables. Whitley intentó razonar con ellos, pero era como hablarle a una pared de ladrillos... ¡con un megáfono averiado!
Whitley se encontraba ahora en una especie de podio hecho de madera, rodeado de una multitud enardecida que lo miraba con la misma intensidad que un niño mira un pastel de chocolate. La paja crujía bajo sus pies, como si el escenario estuviera a punto de cobrar vida y echarse a correr.
En medio de ese peculiar escenario, se erguía un pilar de madera imponente, como un árbol desafiante que se negaba a ser talado. Y en ese pilar, Whitley y su gran amiga Emma se encontraban esposados, como si fueran adornos navideños en un árbol gigante.
—"Se ven muy enojados", comentó Whitley, con una inquietante tranquilidad, como si estuviera hablando del clima y no de su propia ejecución.
Emma lo miró con los ojos muy abiertos, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando.— "¿En serio? ,¿En serio es lo único que se te ocurre decir?, ¡Estamos a punto de ser quemados vivos, Whitley! ".
—"Bueno, es que no quiero ser negativo", respondió Whitley, encogiéndose de hombros.— "Además, siempre he pensado que el fuego tiene un no sé qué de... dramático".
Whitley no había tomado la mejor decisión al venir a Menagerie. Supongo que debía hacer caso a las advertencias que Emma le dio. Ella le había dicho que no era buena idea, que la gente de Menagerie no lo quería, que lo iban a linchar en cuanto lo vieran. Pero Whitley, fiel a su estilo, había ignorado las advertencias y se había aventurado en territorio hostil.
Él, de cierta manera, conocía la situación de Menagerie y el odio que la población fauno le tenía a su familia ya él. En consecuencia, aunque no hubiera hecho nada, su vida corría peligro. Pero Whitley era Whitley, y su curiosidad y su sentido de la aventura siempre lo metían en problemas.
La opinión de los faunos sobre Whitley no era particularmente agresiva, prácticamente porque él daba empleo a muchos faunos con su empresa y además les pagaba el doble del salario que su padre hacía con los faunos. Además, tenía muchos faunos en posiciones de poder, administrativos, ejecutivos, ¡en todo! Él no discriminaba, si eras habilidoso, bienvenido mar.
Pero, prácticamente, ese buen trato solo se limitaba a sus empresas y también a los demás reinos. Parece que Menagerie es particularmente ignorante de esa situación.
—"¡No, no puedo creerlo!, ¡Te advertí mil veces que venir aquí era una completa locura, Whitley!", Emma gritó enojada, exasperada, fastidiada, agresiva, iracunda, ¡todos los sentimientos respectivos al enojo!, Ella estaba francamente al borde de la locura.
—"Es fácil culpar a alguien, no te preocupes, yo acepta tus palabras, necesitas desahogarte", Whitley comentó con tranquilidad, el chico ni se inmutó por el tono agresivo de su amiga.
—"¡ es fácil echarle la culpa a alguien cuando es más que obvio que la embarró hasta el fondo!", exclamó Emma, ella tiene la voz teñida de frustración. —"¿Tienes alguna idea de cómo vamos a salir de este embrollo?"
Whitley, por su parte, mantenía la compostura, aunque por dentro el se sentía como un pollo sin cabeza. La situación se había tornado más turbia de lo que había anticipado. Jamás imaginó que los fauno de Menagerie le guardarían semejante rencor a su familia.
—"Querida Emma", respondió Whitley con una calma casi sepulcral, mientras el se acomodaba el cuello de la camisa moviendo su cabeza como si estuviera en un elegante salón de té.— "Al principio, me intrigaba que una belleza como la señorita Sienna Khan sigue solterita, sin un ejército de pretendientes a sus pies, pero después de conocerla, comprende por qué ¡Es más agria que un limón y tiene menos carisma que un ladrillo!, Apuesto a que ni las mujeres quisieran. compartir un cama con ella. Su destino es la soledad, ¡pobre infeliz!".
Emma lo fulminó con la mirada, pero Whitley ni se inmutó.
—"¡Cielos!", gritó Emma, ella intento levantar los brazos al cielo en un gesto de desesperación teatral.— "¡¿Qué clase de karma estoy pagando?! ,!Dioses hermanos ,¿qué hice para merecer esto?! ! ", Una lágrima solitaria rodó por su mejilla, como si estuviera filmando un drama mexicano.
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—"¡Nos vamos a Menagerie!", anunció Whitley, con la misma determinación que un general al mando de un ejército.
Emma, sentada en su escritorio con la mirada fija en una montaña de papeles que parecían multiplicarse por arte de magia, ni siquiera se molestó en levantar la vista. Sus ojos se posaron brevemente en el chico, como si estuviera analizando una nueva especie de insecto, y luego volvieron a sumergirse en el laberinto de documentos.
—"No", respondió Emma, con la misma frialdad que un témpano de hielo en el desierto.
Whitley, desconcertado, frunció el ceño.— "¿Por qué no?", preguntó.
Emma, con la paciencia de un santo, se recostó en su silla y miró a Whitley con una mezcla de incredulidad y condescendencia. ¿En serio estaba preguntando eso?, La chica se preguntó si el cerebro de Whitley, a pesar de su genialidad, venía con un manual de instrucciones para "entender el mundo real para dummies". Parecía que el niño genio se creía invencible, como un superhéroe de cómic sin poderes.
—"Escucha, Whitley", susurró Emma, con la paciencia de una profesora explicando fracciones a un grupo de niños. —"Los faunos odian a tu familia. Lo sé, tal vez tú no tengas nada que ver con lo que hace tu padre y sus prácticas de abuso laboral". Emma señaló a Whitley con su dedo, el mismo dedo con el que después prosiguió a dar un golpe en su escritorio que sonó como un trueno en una sala de estar. —"Pero la opinión acerca de tu familia y tú es diferente, los faunos tienen una opinión favorable hacia ti, de cierta manera les agradas".
Whitley, con la confusión reflejada en su rostro como un mapa de carreteras enredado, no entendía a dónde iba esta conversación. Parecía que la expresión en su rostro le decía a Emma lo que él estaba pensando, como si su cara fuera un libro abierto con una letra gigante que decía: '¿Qué quieres decir?'.
—"El punto es que esa buena opinión solo se limita a los cuatro grandes reinos y alguno que otro pueblo cerca de los muros de los reinos, pero Menagerie es la excepción, ellos odian a tu familia", dijo Emma, con la misma solemnidad que un juez dicta sentencia. Ella puso mucho énfasis en la palabra 'odio', como si estuviera hablando de un monstruo de tres cabezas que acechaba en la oscuridad. Nadie entendía más el odio de los faunos hacia la familia Schnee más que ella, pues también era un fauno.
—"No creo que sea tan malo", dijo Whitley, con la misma ingenuidad que un niño que cree que los caramelos crecen en los árboles.
—"¿Tan malo?", repitió Emma, con una ceja arqueada. —"El Colmillo Blanco, la organización que se ha encargado de destruir a tu familia tiene origen en Menagerie, la población de ese lugar es 100% de fauno, y aunque el Colmillo Blanco también es visto en ese lugar como una organización criminal no evita que esa organización criminal doctrina a la población común en un odio sistemático a tu familia", sentenció Emma, con la voz tan afilada como un cuchillo de chef. Ella habló con severidad, pero también con preocupación. Esperaba que sus palabras en verdad pudieran recapacitar a Whitley. Y también estaba el hecho de, ¿por qué alguien como él, sabiendo los peligros que representaba ir a ese lugar, quería ir allí en primer lugar?
—"¡Por favor, Emma, no seas tan aguafiestas!", exclamó Whitley, restándole importancia a las preocupaciones de su amiga— "Estoy convencido de que podré convencerlos. ,¡Después de todo, son gente civilizada!".
—"¿Y por qué te mueres por ir a Menagerie?", replicó Emma, con una ceja arqueada.
—"¡Un recurso, Emma, un recurso de valor incalculable!", respondió Whitley, con los ojos chispeantes de emoción,—"Escucha, si logro poner mis manos sobre este recurso, ¡podría cambiar el curso de la historia!, ¡ ¡Es de suma importancia que vayamos a Menagerie!"
Emma conocía muy bien esa mirada en los ojos de Whitley. La había visto desafiar lo imposible, hacer temblar la economía mundial y plantar cara a su propio padre, el mismísimo Jacques Schnee.
Whitley se había convertido en el principal competidor de su progenitor en el sector energético, lo que significaba una sola cosa: ¡declararle la guerra a Jacques Schnee! .Y lo más irónico de todo es que el propio Jacques había sido quien había allanado el camino para que Whitley se convirtiera en su peor pesadilla.
En el mundo de los negocios, Jacques Schnee era un tiburón despiadado, un maestro del engaño y la manipulación. Pero ante Whitley, sus tácticas parecían trucos de magia baratos.
Whitley era inmune a las campañas de desprestigio, a las estrategias de precios bajos y a cualquier otra artimaña que Jacques pudiera inventar. Era como si Whitley estuviera jugando un juego diferente, uno en el que las reglas de Jacques no aplicaban.
Y ahora, este joven prodigio estaba obsesionado con un recurso en Menagerie. ¿Qué clase de tesoro podría ser tan valiosa como para despertar esa llama en Whitley? Emma no tenía ni idea, pero presentó que se avecinaban problemas, y de los gordos.
—"Whitley, ¿estás seguro de que esto es una buena idea?", preguntó Emma, con el ceño fruncido.—"Menagerie es un lugar peligroso, ¿no crees que deberíamos pensarlo dos veces?"
—"¡Emma, por favor, no seas tan dramático!", respondió Whitley, con una sonrisa traviesa.—"¡No va a pasar nada malo!, ¡Confía en mí!".
—"¡Eso es lo que me preocupa!", murmuró Emma para sí misma, con el corazón latiendo a mil por hora.
Si este recurso era tan crucial como para cambiar el rumbo de la historia, ¿por qué no buscarlo en otro lugar? ¿Acaso no existían opciones más seguras que la peligrosa Menagerie? El desierto de Vacuo, la selva de Mistral... ¡Cualquier lugar era mejor que ese!.
—"Lo siento, Whitley, pero mi respuesta es no", declaró Emma con firmeza, ella está decidida a no ceder ante la insistencia de su amigo—. "No voy a permitir que te arriesgues en un lugar tan peligroso."
Pero Whitley era tan persistente como metódico.—"Lo siento, Emma, pero no puedo aceptar un no por respuesta", replicó Whitley, con una mirada de determinación en sus ojos,—"Tú vienes conmigo, quieras o no. Tenemos que ir una casa de fieras".
—"¿Y qué vas a hacer al respecto?", desafió Emma, con una risa burlona.—"¿Vas a secuestrarme?"
—"Por favor, no lo tomes de esa manera", respondió Whitley, con una expresión complicada en su rostro.
En ese instante, la oficina entera comenzó a temblar. Emma observó con incredulidad cómo las paredes que conocía tan bien se transformaban en una superficie metálica brillante. Los objetos que antes adornaban el lugar, como la estantería y los libros, desaparecieron, dejando solo una cabina vacía y metálica. Su oficina se había convertido en una cámara de acero, con el escritorio y su silla como elementos únicos que permanecían en su lugar.
—"¿Qué está pasando?", exclamó Emma, ella tenía el corazón en un puño.
—"No te preocupes, Emma, todo está bajo control", respondió Whitley, con una sonrisa enigmática que no presagiaba nada bueno.
Emma observó el lugar con confusión, sin entender qué estaba sucediendo.
—"Verás, anoche contraté a unos trabajadores para que demolieran la parte superior de este edificio, donde está tu oficina", explicó Whitley con indiferencia—. "Luego, instalé un Bullhead como reemplazo. Obviamente, esto se notaría desde afuera, pero sabía que no prestarías atención a esos detalles. Estás tan concentrada en el trabajo que simplemente entras al edificio, subes a tu oficina sin mirar a tu alrededor, no Revisas las estanterías ni los muebles, te sientas en tu silla y revisas los documentos."
Emma no podía creer lo que oía. ¡Whitley la había secuestrado!.
Mientras el Bullhead despegaba hacia el cielo, Emma preguntó con incredulidad: "¿Quién demonios está pilotando esta cosa?"
—"Piloto automático", respondió Whitley con una sonrisa arrogante,— "El sistema de navegación GPS del Remanente es una porquería, solo funciona bien a unos 3 km fuera de los muros de Mistral. Pero no te preocupes, aprende a manejar un Bullhead en mis tiempos libres Hay que aprender a manejar aeronaves, cosas de millonarios".
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El viaje en sí fue una odisea digna de Homero, dos meses de vuelo en una aeronave que parecía más un híbrido entre un dirigible y una tostadora. Whitley jamás imaginó que llegar a Menagerie, ese remoto rincón del mundo, tomaría más tiempo que una expedición en un bosque..m
Cuando al fin la aeronave tocó tierra, bueno, la palabra 'aterrizar' es un decir, más bien se estrelló con estilo en las arenas de la playa, a unos 500 metros del poblado principal llamado Kuo Kuana.
Whitley y Emma, su fiel compañera, emergieron de la nave, solo para ser recibidos por una multitud enfurecida.
¡Oh, la ironía! En lugar de una cálida bienvenida, se encontraron rodeados por una turba de aldeanos armados hasta los dientes. Machetes relucientes, armas de aspecto dudoso y palos con clavos oxidados en la punta, la escena parecía sacada de una película de serie B.
Whitley, ajeno a las miradas amenazantes y los murmullos hostiles, no se inmutó. Con una sonrisa ingenua, se dirigió a la multitud,— "Hola, ciudadanos, mi nombre es..."
Pero antes de que pudiera terminar su presentación, ¡zas!, la turba se abalanzó sobre él como una ola gigante.
En un abrir y cerrar de ojos, Whitley se encontró tras las rejas de una celda, preguntándose si Menagerie era un destino turístico o una trampa mortal.
Emma, por su parte, observaba la escena con una mezcla de sorpresa y diversión. —"Creo que no les caíste muy bien, Whitley", comentó con una risa nerviosa.
—"Tonterías, Emma", respondió Whitley con optimismo, —"seguro que todo es un malentendido. Ya verás, mañana nos invitarán a tomar el té con el alcalde".
Y luego conoció a la señorita Sienna Khan, una mujer hermosa y sexy, con una mirada penetrante que parecía ver a través de él.
Los hermanos Fennec y Corsac Albain, dos rufianes de sonrisa fácil y modales dudosos, que lo recibieron con un apretón de manos demasiado fuerte y una serie de preguntas impertinentes.
Y luego estaba Adam, un tipo realmente extraño, con una mirada sombría y un aura de misterio, que lo observaba desde la distancia con una mezcla de curiosidad y furia.
Los tipos fueron demasiado prejuiciosos, de hecho intentaron lastimarlo esencialmente, pero solo lo insultaron verbalmente, lo acusaron de crímenes como maltrato a los faunos, salarios de esclavo, horarios de trabajo inhumanos, falta de un seguro médico y un sistema de jubilación injusta. Y entre otras cosas.
Tenía que decirlo, conocía todos esos crímenes de los cuales lo estaban acusando, pero él no era el culpable de esos crímenes, era su padre, él era un tema aparte, él tenía su empresa, su padre tenía su empresa, los dos son personas. . diferentes.
Pero parece que eso no bastó.
Incluso conoció al alcalde de este lugar, alguien enorme, este tipo debía medir casi dos metros. Así mismo su título, 'cacique', Ghira Belladonna, un sujeto que emanaba presencia y autoridad. Pero tenía que decirlo, el tipo era un blando, ni siquiera con su título de alcalde de esta población podía hacer nada para liberarlo.
Era una estupidez que alguien que tiene la autoridad de hacer las leyes no tuviera poder, pero supongo que esto es una democracia y el poder lo tiene el pueblo, pero al menos debieron concederle una audiencia, pero ni eso.
Y así es como nos encontramos en esta situación, Whitley y Emma amarrados en un tronco rodeados de paja, con una multitud enardecida con antorchas en pleno amanecer.
—"¡Escuchen, ciudadanos!", anunció Ghira Belladonna, con su voz resonando sobre el clamor de la multitud. Sabía que Whitley no era culpable de nada, y que su padre era quien había dado mala fama al apellido Schnee. Pero eso no evitaba que la gente quisiera matar a Whitley. También estaba inquieto por la actitud tranquila del muchacho. No parecía estar asustado, esa sonrisa que estaba en su rostro lo estaba perturbando, como si su vida no estuviera en peligro.
—"Odio admitirlo, Ghira, pero tienes razón", dijo Sienna Khan, líder del Colmillo Blanco. Su voz era fría y calculadora, como siempre. —"El chico no es culpable de nada, solo tuvo la mala fortuna de pertenecer a esa asquerosa familia. Aunque eso no lo exime de ser una completa basura". En verdad, ella no quería estar allí. No quería estar al lado de Ghira. Entre los dos había muy mala sangre, sus dos formas de ver el mundo chocaban. Ghira era alguien pacifista, y Sienna, aunque no se avergonzaba en decirlo, era alguien extremista, alguien que imponía el poder por encima de todo.
—"¿Por qué no podemos matarlo?", dijo alguien entre la multitud. La voz era masculina, llena de odio.
—"¡Sí, él debe morir por todos nuestros hermanos faunos que sufren abuso a causa de su familia!", gritó otra persona entre la multitud.
La histeria colectiva estaba en su punto álgido.
—"¡Silencio!", gritó Ghira, tratando de imponer su autoridad. Pero la multitud estaba fuera de control. —"¡No podemos hacer esto! ,¡No entienden que tenemos que primero tener una audiencia para sentenciar ni siquiera que es culpable!".
—"¡Ya hemos tenido suficiente audiencia!", gritó alguien. —"¡Los Schnee son culpables, y este chico también lo es!".
La multitud rugió en aprobación. Las antorchas se alzaron en el aire, amenazando con prender la paja que rodeaba a Whitley y Emma. La situación era desesperada.
Whitley permaneció ajeno a lo que escuchaba, el odio hacia su familia era algo que ya sabía, pero vaya que estos tipos destilaban veneno.
—"Muy bien, Emma, libérame y sácame de aquí", dijo Whitley con tranquilidad, como si estuviera pidiendo un favor en lugar de enfrentar una ejecución inminente.
—"Es inútil, no podemos escapar", susurró Emma con cansancio y exasperación, con un toque de miedo por la situación que la rodeaba. Pero ella, más que estar asustada por sí misma, estaba asustada de que le pasara algo a Whitley. Sus ojos reflejaban la preocupación y el miedo que sentía en ese momento.
—"Creí que eras una ex cazadora, este lugar no debería ser un problema para ti", Whitley levantó una ceja mirando a Emma, con una sonrisa burlona en su rostro. Parecía estar disfrutando de la situación, como si todo fuera de un juego.
—"¿Ves a ese chico pelirrojo?", dijo Emma señalando con su nariz al chico pelirrojo que tenía dos pequeños cuernos de toro en la cabeza y una máscara que cubría sus ojos. —"Él es Adam Taurus, él es un experto asesino con entrenamiento de cazador, ha matado a muchas personas, incluyendo a miembros de tu familia. No representaría un problema para mí, pero también tenemos a Sienna Khan, líder del Colmillo Blanco, y también tenemos al Colmillo Blanco entre la multitud, muchos de ellos tienen entrenamiento de cazador y están al nivel de uno, me superan en número, es imposible que logre escapar de ellos, aún más contigo", Emma susspiró, estaba cansada de la situación, la tensión y el miedo la estaban consumiendo. —"Estamos muertos", dijo con resignación, sintiendo que la esperanza se desvanecería.
Whitley soltó un suspiro que resonó en el aire como un eco cansado, sus oídos zumbaban con el clamor de la multitud enardecida que, cual horda de fanáticos furiosos, exigía su cabeza en una bandeja de plata (o bueno, quizás una parrilla improvisada). Ghira, con la paciencia de un santo y la determinación de un general en batalla, se esforzaba por mantener a raya a la turba enloquecida, incluso Siena, con su habitual aplomo, parecía un tanto nervioso ante la perspectiva de una barbacoa humana.
Adám, por su parte, se mantenía al margen, con los brazos cruzados y una expresión que oscilaba entre la indiferencia y el deseo secreto de ver a Whitley arder como una falla de carnaval. 'No voy a matarlo', parecía decir su mirada, 'pero tampoco voy a evitar que lo hagan'. De hecho, daba la impresión de que estaría encantado de prender la mecha él mismo.
—"Jajaja", la risa de Whitley interrumpió el aquelarre de gritos y amenazas. Era una risa tan estruendosa y contagiosa que logró silenciar a la multitud, que lo observó con una mezcla de curiosidad y furia renovada.
—"¿Qué te parece tan divertido, idiota?", gruñó Adám, su mano jugueteando con la empuñadura de su katana, listo para silenciar a Whitley de la forma más expeditiva posible.
—"Lo siento, es que no puedo evitarlo", respondió Whitley con una sonrisa traviesa. —"Es que toda esta situación me parece tan absurda, tan ridícula... ¡Es como una obra de teatro bufa!, Sé que me odian y quieren freírme como a un churrasco, lo entiendo, pero ¿de verdad creen que eso va? ? a solucionar sus problemas? ,¿Acaso piensan que mi muerte va a traer la paz mundial y la lluvia de chocolate?, ¡Por favor!
Adán presionó la mandíbula, su mano aferrando con más fuerza la katana. Estaba a punto de abalanzarse sobre Whitley y convertirlo en carne para el asador cuando Sienna, con un movimiento rápido y elegante, se interpuso entre ambos.
—"Adam, detente", ordenó con voz firme, su mirada advirtiendo al guerrero que no toleraría ninguna imprudencia.
Adam refunfuñó, pero obedeció, aunque su mirada seguía fija en Whitley, como si pudiera fulminarlo con la mirada. Whitley, ajeno a la tensión que lo rodeaba, seguía sonriendo, disfrutando del espectáculo como si estuviera viendo una comedia en el teatro.
—"Escuchen, matar a algún primo lejano o ahijado de mi familia es una actitud horrible, lo cual da una mala imagen hacia el Colmillo Blanco y, por extensión, a todo fauno en general", sentenció Whitley con una mirada aburrida, como si Estaba hablando del clima o de cualquier otra cosa mundana.
—"Pero matar a alguien de la rama principal de mi familia, ya sea mi padre, mi madre o yo, quiero decir que las consecuencias serán muy graves", añadió con un tono que oscilaba entre la advertencia y la súplica.
Sienna, con el ceño fruncido, replicó,—"Matarte solo traerá justicia a nuestra raza. Tu familia se ha aprovechado de nuestra gente como esclavos, somos ciudadanos de segunda en todos los reinos".
Whitley afirmó, reconociendo la validez de las palabras de Siena. —"Lo sé, y es horrible. No me imagino el dolor que sufrir. Yo nací en cuna de oro, tengo todos los privilegios del mundo, soy el hijo del hombre más rico de todo el mundo, pero sé que mi padre es un completo idiota y bastardo", admitió con sinceridad.
—"Pero ya de por sí la imagen del Colmillo Blanco hace ver muy mal a los faunos, sus acciones solo los hacen ver como personas completamente carentes de empatía", agregó con un tono de preocupación.
Adam, incapaz de contener su ira, gruñó,— "¿Te atreves a hablarnos de empatía, sucio Schnee?". Estaba a punto de desobedecer la orden de Sienna y atacar a Whitley, pero fue detenido por una mirada de advertencia del líder fauno.
En ese instante, Whitley levantó sus manos y bajó del podio ante la mirada incrédula de todos.
—"Me atrevo a hablar de empatía porque, de cierta manera, me acusan de cosas que yo no he cometido", respondió Whitley con una sonrisa enigmática, dejando a la multitud perpleja ante su osadía.
Sienna, con el ceño fruncido, no pudo evitar preguntar,—"¿Cómo pudiste liberarte?".
Whitley soltó una risa burlona.— "Siempre pude liberarme, no estaba atado en primer lugar", respondió con un tono que rozaba la arrogancia.
Luego, dirigió su mirada a la multitud, escudriñando cada rostro con sus ojos penetrantes.— "Matarme solo le dará una excusa al reino de Atlas para iniciar un conflicto armado contra ustedes", advirtió con un tono serio.
—"Además, mi padre no se quedaría quieto al saber de mi muerte, y mucho menos sabiendo que ustedes son los culpables", agregó, aunque en realidad dudaba que su padre moviera un dedo incluso si supiera que lo habían asesinado. Pero una estratagema es una estratagema, ¿no?
—"Además, todo el mundo sabe que llegué aquí, así que si desaparezco, el único culpable al que van a señalar es al pueblo de Kuo Kuana", mintió Whitley con una sonrisa maliciosa.
Fennec Albain, con la determinación en su mirada, sentenció,— "Entonces pelearemos y ganaremos esa guerra, como en la anterior guerra de revolución".
Whitley emitiendo con petulancia.— "Por supuesto que lucharán", respondió con un tono sarcástico. —"Pero tienen que ser conscientes de que el tiempo ha cambiado. En esa época, ustedes tenían la ventaja gracias a sus características: olfato, visión nocturna y cualidades animales. Pero la tecnología ha avanzado tanto que cualquier militar de Atlas puede contrarrestar sus características ".
—"Además, las armas de hoy en día fácilmente podrían perforar el aura de un cazador. Habrá muchas bajas de ambos ejércitos, pero al final ustedes perderán esta batalla", sentenció Whitley con un tono sombrío.
Whitley dejó a todos sumidos en un silencio sepulcral. Sienna, con un dejo de sorpresa, tuvo que admitir que el joven tenía un punto válido. A pesar de que podrían obtener armas en el mercado negro, no se comparan con la maquinaria belica de Atlas. Una batalla campal contra ese ejército terminaría en una masacre para los rebeldes.
—"Entiendo que no me quieran en este lugar", dijo Whitley con una calma sorprendente, —"pero, ¿se han preguntado por qué, sabiendo que mi familia es odiada por todos los faunos, me arriesgo a venir a un lugar donde claramente ¿Me desprecian?".
La pregunta resonó en el aire, nadie se había detenido a pensar en ello. ¿Qué motivaba a Whitley a venir a un lugar donde su vida corría peligro?
—"Caballeros", continuó Whitley con una sonrisa enigmática,— "ustedes poseen algo que, francamente, me interesa mucho. Tanto que estoy dispuesto a arriesgar mi vida por ello. Nadie en el mundo conoce el valor de este recurso, excepto yo. Y solo yo poseo la maquinaria y la tecnología para aprovecharlo".
La revelación dejó a todos perplejos. ¿Qué tan valioso recurso podría tener que despertar el interés de un Schnee?
Corsac Albain, con la mirada dura y desafiante, sentenció: —"Incluso si supiéramos la naturaleza de ese recurso, no te lo entregaríamos, Schnee". Sus palabras resonaron con la fuerza de una sentencia inapelable
Whitley, impertérito ante la agresividad de esas palabras, respondió con una calma estudiada,—"Pero no estoy aquí para solicitar su permiso, ni el del Señor Ghira Belladona, ni el de ningún otro que ostente un título de autoridad en este lugar". Su voz, aunque serena, llevaba el peso de una determinación inquebrantable, una osadía que desafiaba las convenciones y jerarquías establecidas.
Whitley dirigió su mirada a cada fauno común que lo rodeaba, sus ojos escrutando cada rostro en busca de una chispa de comprensión, de un eco de rebeldía.— "Me dirijo personalmente al poblado de Kuo Kuana, porque ustedes, al fin y al cabo , son quienes tienen la última palabra en este asunto".
La multitud permaneció en silencio, expectante ante la audacia de aquel hombre que se atrevía a cuestionar el poder de sus líderes.
—"A pesar del mal comienzo que hemos tenido", continuó Whitley,— "sé que son personas con un criterio propio, capaces de pensar por sí mismos y no dejarse influenciar por las opiniones de sus superiores". Una leve sonrisa se dibujó en sus labios al pronunciar estas palabras, una sonrisa que no prometía sumisión, sino más bien una alianza tácita entre iguales.
Adam, incapaz de contener su indignación, gritó,—"¡No lo escuchen, solo trata de engañarlos!". Sus palabras, teñidas de rabia y desesperación, resonaron en el aire como un trueno, pero no lograron desviar la atención de la multitud.
Whitley, con una calma que contrastaba con la furia de Adam, respondió,—"Creo que subestimas a tu propia raza al pensar que no sabrían darse cuenta cuando alguien intenta manipularlos". Luego, con un gesto de camaradería, le dio una palmadita en el hombro a Adam, como si quisiera restablecerle importancia a sus palabras y tenderle una rama de olivo.
—"He venido aquí con una propuesta", anunció Whitley, su voz resonando con un nuevo vigor, —"una oportunidad de hacerme rico a costa de ustedes".
La sinceridad brutal de estas palabras dejó a los faunos atónitos, con los ojos como platos y la respiración contenida. No esperaban esa honestidad, esa crudeza desarmante que exponía sin tapujos las verdaderas intenciones de aquel hombre.
—"Si me permiten invertir en este lugar, hacer negocios con ustedes, es muy probable que su calidad de vida mejore considerablemente", dijo Whitley, su voz resonando con la promesa de un futuro mejor. Sus palabras, aunque teñidas de un interés personal, no carecían de sinceridad, pues la situación del poblado era evidente para cualquiera con ojos para ver.
—"Y vaya que lo necesitan", continuó Whitley, su mirada recorriendo las estructuras desvencijadas y los rostros marcados por el tiempo. —"La infraestructura es paupérrima, parece un pueblo que se sitúa en los límites de uno de los grandes reinos, olvidado y perdido. Además, su economía es muy débil, apenas suficiente para subsistir". Sus palabras, aunque duras, reflejaban una realidad innegable, una verdad que resonaba con cada uno de los presentes.
Sienna, con la urgencia de quien ve peligro, gritó,— "¡No le crean, él trata de aprovecharse de ustedes!". Sus palabras, aunque bien intencionadas, parecían caer en oídos sordos, pues los faunos, cautivados por las palabras de Whitley, estaban demasiado interesados en lo que tenía que decir, al menos antes de decidir si sus promesas eran solo palabras vacías o una oportunidad real. . de cambiar su destino.
—"Creo que fui bastante claro al expresar mis intenciones", respondió Whitley con una sonrisa enigmática.— "Pero si se niegan a escucharme solo por tener el apellido Schnee, entonces debo decir que no son más que un puñado de borregos, siguiendo ciegamente los pasos del pastor que los guía". Sus palabras, aunque duras, buscaban despertar una chispa de rebeldía en sus corazones, una invitación a cuestionar el statu quo y forjar su propio camino.
—"Yo no soy culpable de los pecados de mi padre", continuó Whitley, su voz adquiriendo un tono más personal.— "Como yo no podría culpar a su hijo por los errores que usted haya cometido". Con estas palabras, Whitley señaló a un hombre que se encontraba junto a su hijo pequeño, estableciendo un paralelismo entre su situación y la de aquel padre, buscando empatía y comprensión en sus corazones.
—"Yo vengo aquí, aun sabiendo que mi vida corre peligro, porque se me presenta la oportunidad de forjar mi propio nombre. Hace mucho tiempo que me desvinculé de mi padre, hablo por mí mismo. Y si vengo aquí, es porque el riesgo vale la pena".
Whitley, con la mirada fija y la voz resonante, se dirigió a la multitud reunida en Menagerie. Su presencia, cargada de tensión y desafío, no pasó desapercibida. Cada palabra, cada gesto, revelaba la determinación que lo impulsaba a desafiar el odio que su apellido despertaba en aquel lugar.
—"Yo vengo con una propuesta", anunció Whitley con solemnidad, su voz cortando el murmullo de la multitud.
Sienna, con la furia reflejada en sus ojos y las venas palpitando en su cuello, respondió con desdén,— "¿Y qué podrías ofrecernos tú? ,¿Acaso crees que tu lengua traicionera nos hará confiar en ti? ,¿Acaso olvidas que vienes? ? de una familia que se ha encargado de abusar de nuestra gente, de nuestros ciudadanos?".
Whitley, imperturbable ante la hostilidad de Sienna, alzó la mano para silenciarla. Su mirada, serena pero penetrante, se posó en cada uno de los faunos presentes.
—"Está bien, pueblo de Menagerie", dijo Whitley con voz firme,— "no confíen en mis palabras, confíen en los hechos que voy a exponer ante ustedes. Cada uno de ustedes vive al día, su pueblo está subdesarrollado. Muchos se Se dedican solo a la pesca, la única profesión viable en un puerto pesquero, pero el dinero que ganan apenas alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Ahorrar para un futuro mejor es un sueño inalcanzable, una quimera que se desvanece ante la cruda realidad. de la subsistencia diaria".
Las palabras de Whitley resuenan en el corazón de cada fauno. Algunos, con la mirada gacha, se vieron reflejados en el espejo de sus propias vidas, vidas marcadas por la escasez y la falta de oportunidades.
—"No confíen en mis palabras, confíen en ellos", continuó Whitley, señalando a Ghira, Sienna y los hermanos Alabín. —"Confíen en aquellos que, a pesar de proclamar que velan por su seguridad y prosperidad, los mantienen sumidos en este sistema que los empobrece día a día. ¿Qué han hecho ellos para mejorar su situación?, ¿Cuánto tiempo ha pasado y ustedes? ? siguen en el mismo lugar, en la misma casa, con la misma profesión, comiendo exactamente lo mismo?".
Un silencio sepulcral se apoderó de la multitud. Las palabras de Whitley, pronunciadas con la fuerza de la verdad, habían calado hondo en el corazón de cada fauno.
La mirada de Whitley, llena de determinación y esperanza, se mantuvo fija en el rostro de cada uno, invitándolos a reflexionar sobre su propia realidad.
Muchos faunos se observan detenidamente, examinando sus vestimentas con creciente inquietud. Algunos recordaron que sus ropas no eran nuevas desde hacía mucho tiempo, y que sus hogares no habían sido remodelados ni habían adquirido nuevos enseres. Una sensación de opresión se apoderó de ellos al darse cuenta de que su mundo se limitaba a Kuo Kuana; desconocían lo que había más allá de sus fronteras. La información que tenían sobre los cuatro grandes Reinos provenía de los barcos de exportación que atracaban en su puerto, trayendo consigo mercancías que la mayoría de ellos no podía permitirse.
La voz de Whitley resonó con fuerza y claridad, como un golpe de martillo, impregnada de convicción y reproche.
—"Sus líderes intentarán convencerlos de que los engaños, de que busco manipularlos. Y es probable que les crean. No los culpo. Pero yo les digo que sí, que voy a sacar provecho de ustedes. Sin embargo, prefiero decirles la verdad antes que alimentan las falsedades que sus líderes han estado propagando durante años".
Hizo una pausa, permitiendo que sus palabras resonaran en la multitud, antes de continuar con mayor vehemencia.
—"Les dirán que trabajarán incansablemente para mejorar sus vidas, pero la realidad es que no tienen la menor idea de cómo lograrlo. Están atrapados en una farsa, y ustedes son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que, aunque velan por su seguridad, son profundamente incompetentes".
Un murmullo de asentimiento recorrió la multitud. Las palabras de Whitley reflejaban una verdad que muchos faunos habían sospechado pero que no se habían atrevido a articular en voz alta.
Emma observaba la escena con incredulidad. Whitley, con su carisma arrollador, tejía un hechizo de palabras sobre los faunos de Kuo Kuana. Apelaba a sus sueños de prosperidad, a la ambición que dormitaba en sus corazones. Les hablaba de un futuro donde su pueblo, hasta ahora humilde, se alzaría como un reino de grandeza.
—"Yo no les prometo un camino fácil", resonó su voz, —"les ofrezco una oportunidad. La oportunidad de construir juntos un futuro mejor. No les prometo riquezas instantáneas, pero les aseguro que si me permiten invertir en esta tierra, juntos haremos de Kuo Kuana un faro de grandeza, un reino que resonará en la historia".
Sus palabras, pronunciadas con pasión y convicción, calaron hondo en el ánimo de los ciudadanos. La semilla de la esperanza germina en sus corazones, desafiando el escepticismo inicial. ¿Podría este joven hacer realidad lo que parecía imposible? ¿Podría transformar su pequeño poblado en un reino glorioso?.
Whitley, con la mirada fija en la multitud, agregó con un toque de elocuencia,— "No quiero que me crean por lo que digo, quiero que me creen por lo que ven. Observen su presente, compárenlo con el futuro que podemos construir juntos ". . ¿Acaso no merece la pena arriesgarse, dar un salto al vacío en busca de un destino mejor?
El discurso de Whitley resonaba en el corazón de Kuo Kuana, pero la sombra de la duda se cernía sobre la multitud.
—"¡Está mintiendo!", clamó Adám, la furia en su voz como un trueno. Señaló a Whitley con un dedo acusador.— "¡Los humanos son todos iguales!, ¡Solo buscan su propio beneficio! ,¡No caigan en sus artimañas!".
Whitley, imperturbable ante la interrupción, respondió con una voz que resonó en cada rincón ,—"¡Por supuesto que busco un beneficio!, ¿Acaso no lo hace cada persona en este mundo? ,Un padre que lucha por el bienestar de su familia , una madre que anhela un futuro mejor para sus hijos, un hijo que desea ver a sus padres descansar después de años de trabajo duro. Todos buscamos un beneficio, ¡y yo no soy diferente!, Pero mi beneficio está ligado al suyo. oportunidad de demostrarles que mis palabras no son solo promesas vacías. Será un camino difícil, lleno de obstáculos y desafíos. Pero si me permiten invertir en esta tierra, si me permiten trabajar junto a ustedes, ¡verán cómo sus vidas se transformarán! más humilde de Menagerie se enriquece hasta superar al hombre más acaudalado de los grandes reinos!".
Las palabras de Whitley, pronunciadas con pasión y convicción, resuenan en el corazón de cada ciudadano. La llama de la esperanza, que creían extinguida, se reavivó con fuerza.
Las palabras de Whitley no eran solo promesas, eran una invitación a construir juntos un futuro mejor. La gente de Menagerie, que había perdido la esperanza en un futuro mejor, sintió una chispa de ilusión en sus corazones. La oportunidad de cambiar sus vidas, de construir un futuro próspero para ellos y sus hijos, estaba al alcance de sus manos. Y esta vez, no dejarían que se desvaneciera.
Un silencio expectante se cernía sobre la multitud,
Odiaban a Whitley, odiaban a su familia, pero sobre todo, odiaban la situación en la que se encontraban. Habían probado todas las soluciones habitadas y por haber, y la desesperación los había llevado a un punto en el que estaban dispuestos a considerar lo imposible.
—"¿Cuál es ese recurso que buscando?", preguntó un ciudadano de Menagerie, dando un paso al frente como un símbolo de que estaba dispuesto a darle una oportunidad a Whitley.
Una sonrisa enigmática se dibujó en el rostro de Whitley, una sonrisa que reflejaba astucia y determinación. No era una sonrisa arrogante, sino una sonrisa que transmitía la seguridad de que había logrado su cometido.
—"Ustedes me ayudarán a buscar petróleo",
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¡Hola! Antes que nada, quiero expresar mi más sincero agradecimiento por tomarse el tiempo de sumergirse en las páginas de este capítulo.
Este capítulo también es más cómodo que otro capítulo introductorio, antes de que whitley ya se transforme en el caballero de la noche, creo que faltaría un capítulo más, Whitley está muy involucrado ahora en lo que es la construcción de sus bases de inteligencia Y de también ganar dinero.
Si bien la historia es un fanfic de la serie RWBY, no será 100 % fiel al canon original, así que habrá algunas incongruencias. Espero que esto no sea una molestia para los fans.
Para aclarar, Whitley es solo un año menor que Weiss, o solo algunos meses menores .
También son libres de darme alguna crítica constructiva, ya saben, "esto no me parece bien", "Creo que te equivocaste en esto", Yo estaré feliz de leerlo.
Y también son libres de dar alguna sugerencia.
Espero que esto sea bien recibido.
Si se encuentran en un momento de ocio y buscan algo para deleitar su imaginación, los invitan cordialmente a explorar mis otras creaciones literarias.
"Un Comienzo Esperanzador", un crossover que teje la esencia de Naruto en el vibrante mundo de RWBY, está diseñado para ser un faro de luz y posibilidades. Aunque, siendo realistas, no se ve muy esperanzador.
"Los Archivos Clasificados de Jaune Arc" , sigue al equipo RWBY y JNPR en las aventuras del hombre más cuidado de autoconservación.
Puede que estas historias no sean las joyas de la corona de la literatura, pero están escritas con el corazón y la esperanza de ofrecerles un escape, una sonrisa y quizás, un momento de reflexión.
Les reitero la invitación a compartir sus impresiones sobre el capítulo. Y si les ha gustado lo que han leído, no duden en seguirme para más aventuras. ¡Hasta la próxima, queridos lectores!
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