Fragilidad

Capítulo 10

El amor no está hecho de miel

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

Summary: ¿Amor? - bufó sarcásticamente- Lo que quiero es que te largues y me dejes en paz… -siseó con rabia contenida - ¿Es… realmente eso lo que deseas? ¿Serás feliz ahora Sasuke? ¿Dejarás que el odio te envenene el corazón?

•••

Sentada en el borde del marco de la ventana del despacho del Hokage, Sakura observaba el caer perezoso de los copos de nieve sobre la aldea, la atmósfera gélida del exterior contrastaba con el calor del interior, donde el aroma a té recién hecho y sake se mezclaba con la monotonía del papeleo, no podía decir que estaba feliz…

Suspiró y el aire cálido emergido de su boca formó un pequeño circulo de bruma sobre el cristal, distraídamente dibujó dos puntos y una curva hacia abajo, sus ojos jade se perdieron en el ahora neblinoso paisaje de su tierra natal, Sasuke había rechazado sus ingenuos sentimientos por tercera vez, quiso creer que la tercera sería "la vencida" pero la única vencida fue ella, había llorado toda esa noche hasta quedarse dormida, pero había sido la última vez… a la mañana siguiente aquella sensación de vacío que tanto la había atormentado se había ido y con el pasar de las semanas podría decirse que ahora solo estaba algo triste, pero se sentía inexplicablemente en paz, porque quizás las dos primeras veces no contaban realmente, a penas fue con la tercera que Sasuke le dio una razón para no aceptar su sincero amor.

"No puedo"

"Eso no debió haber sucedido"

Pero el amor no está hecho de miel, diría Shizune.

Creyó tener una pequeña oportunidad después de ese beso en su habitación, que quizás dándole celos el reaccionaría, pero aunque había conseguido un segundo beso que casi el arranca el corazón de un suspiro al final solo había encontrado una gentil negativa, una suave declaración de la imposibilidad de un relación entre ambos, para Sasuke la venganza, su familia y su honor eran una respetable prioridad, podía comprenderlo, así que lentamente se había hecho a la idea de que él no tenía ni si quiera un mínimo, pequeño y estúpido interés en ella más allá de haberse dejado llevar por el momento, era un chico después de todo, había un cálido corazón latiendo detrás de esa muralla de hielo que cubría su pecho.

Tendría que hacerse a la idea de solo ver a Sasuke como un amigo, quizás Shizune tenga razón y solo era muy joven para obsesionarse con su primer amor, había más hombres en el mundo, hace tiempo que no le gustaba Sasuke solo por el hecho de que fuera cool, le gustaba que a pesar de su fría forma de ser siempre estaba dispuesto a dar su vida para proteger a los demás, amaba su lealtad y su nobleza, deseaba mostrarle que podía ser feliz más allá de ser feliz a su lado, solo quería que Sasuke tuviera otra opción, incluso si no se quedaba con ella, incluso si en su vida aparecía una mujer que pudiera enamorarlo, Sakura Haruno solo deseaba que Sasuke Uchiha pudiera ser feliz otra vez, no quería solo casarse con Sasuke, quería darle una familia y un hogar, solo no quería que esté tan solo como se empecinaba en estar.

Aburrida.

La mirada ambarina de Tsunade permanecía fija sobre los informes, clasificando misiones y descartando peticiones con la precisión de una máquina, cuando unos suaves golpes rompieron el silencio y por ende la introspección de Sakura, la Hokage suspiró profundamente, como si el simple acto de levantar la vista le costara años de vida, antes de murmurar:

-Adelante…

La puerta se abrió con un ligero chirrido y sin motivos la ansiedad burbujeó en la boca de su estómago desviando sus ojos jade desde el cristal hasta los recién llegados.

-Buenos días, Tsunade-sama- saludó Kakashi con su voz despreocupada, una sonrisa oculta bajo su máscara.

-¡Kakashi-sensei!- exclamó Sakura, su alegría iluminando la habitación.

Sin embargo, su expresión cambió al instante cuando una figura desconocida emergió tras él siendo sujetado por dos grandes manos sobre sus jóvenes hombros.

-Qué bueno verte, Sakura, iba a enviar a Pakkun a buscarte, Sasuke debería llegar en cualquier momento -dijo Kakashi, con una de esas sonrisas enigmáticas bajo su máscara que solo él dominaba.

La curiosidad de Sakura se agudizó, su mirada jade se deslizó hacia el joven de pie detrás de Kakashi, unos ojos mieles brillantes y cristalinos, tras una expresión tranquila, cabello platinado, liso y ligeramente despeinado.

-Buenos días…- saludó perezosamente la mayor- ¿Tú eres…?

-Naoki Hatake, Hokage-sama. Es un honor conocerla por fin- respondió el joven con una reverencia respetuosa, su voz era baja, suave, y con una cortesía que bordeaba lo anticuado, pero algo en él resultaba encantador.

-¿Hatake?- Los ojos de Sakura se entrecerraron con sospecha mientras se volvía hacia Kakashi—. ¡Kakashi-sensei! ¿¡Tiene un hijo y no nos lo dijo!?

Kakashi se rascó la nuca con una risa nerviosa.

-Claro que no. Él es… algo así como un primo lejano…

Antes de que Sakura pudiera replicar, sonó un segundo golpe en la puerta, tras el permiso de Tsunade, Sasuke entró en la habitación con su habitual semblante frío y un saludo seco.

- ¿Ahora qué quieren?

- ¡Perfecto! Ya estamos todos - celebró Kakashi dando dos palmaditas con entusiasmo- Tsunade-sama, Naoki-kun y yo venimos a hacer una petición, queremos que Naoki se presente a los exámenes chunin junto al equipo siete.

Sasuke frunció el ceño.

-¿Eh?- El asombro de Sakura fue inmediato.

-Debiste pedirnos nuestra opinión antes de meter al equipo un total desconocido- murmuró Sasuke con tono despectivo- sus ojos oscuros escrutaron al chico con un juicio silencioso que hizo a Naoki desviar la mirada incómodo hacia el suelo, la sonrisa desdeñosa de Sasuke curvó sus labios con un leve bufido.

Vaya perdedor.

Por el contrario, Sakura, siempre amable, bajó de la ventana de un salto y se acercó a Naoki, sus ojos verdes analizándolo con detenimiento inclinándose ligeramente para buscar su rostro cabizbajo concluyendo al cabo de unos segundos:

-Se ve fuerte, por mí no hay problema.

Su sonrisa, brillante y genuina, iluminó el rostro de Naoki, quien se sonrojó visiblemente antes de murmurar con los ojos mieles perdidos en los jades suyos.

-Eres bonita.

El silencio se rompió con las risas de Kakashi y Tsunade, mientras Sakura se cubría la boca, sorprendida.

-Y tú muy directo - comentó Tsunade con una sonrisa satisfecha- Me gusta, tienen química- comentó con una doble intención- será un buen reemplazo temporal para Naruto.

Sasuke chasqueó la lengua con irritación y salió de la habitación sin despedirse.

-Parece que no le caigo bien -murmuró Naoki con un suspiro- ¿Estás seguro de esto, Kakashi-jiisan?

-No me llames así, me haces sentir viejo- masculló.

Sakura soltó una risa suave, aún sonrojada.

-Él es así con todos, no lo tomes personal -dijo con tono conciliador- Entonces… ¿Naoki-kun, cierto?

-Sí ¿Y tú?

-Sakura Haruno.

-Es un placer, Sakura-chan.

La conversación siguió de forma fluida mientras Sakura lo examinaba con una curiosidad apenas disimulada, su rostro afinado tenía una calidez que recordaba a Kakashi, pero con rasgos más juveniles y amables, era más alto que ellos, incluso parecía un poco mayor, su cabello plateado era liso pero formaba ondas suaves algo despeinadas en las puntas dándole un aire algo rebelde, sus ojos color miel, brillantes como una joya pulida, mantenían una calidez difícil de ignorar, era atractivo, quizás más de lo que Sakura había esperado, tanto que una idea fugaz cruzó su mente…

¿Existía en Konoha alguien más guapo que Sasuke?

La charla se desvió hacia las circunstancias de Naoki, un ataque a su equipo, compañeros gravemente heridos, él siendo el único que había regresado consciente tras semanas de recuperación, cuando Kakashi sugirió que Sakura lo llevara a recorrer la aldea, ella no protestó.

-Necesitan conocerse mejor, encuentren al mocoso Uchiha y… bueno, Sakura procura que se lleven bien- añadió Tsunade con un dejo de diversión.

-No tengo inconvenientes en trabajar con Sasuke-san -aseguró Naoki, ofreciendo su brazo a la pelirosa con una inclinación cortés- Vamos, Sakura-chan- invitó con una pequeña sonrisa.

Había algo en su manera directa pero gentil que la desarmó, sonrió de vuelta aceptando tímidamente el brazo que le era ofrecido, era un chico muy extraño, tenía algo… a su alrededor como un aura llena de luz, en cuanto salieron de la oficina empezó una charla cordial haciéndole olvidar que estaba enganchada al brazo de un total desconocido con el que se sentía misteriosamente en confianza, como si le conociera de toda la vida, era gracioso, había llegado a Konoha hace un par de días para visitar a su familia, la aldea le parecía preciosa aún cubierta de nieve: "Y aún no la has visto en primavera" acertó a decir haciéndole reír melodiosamente, salieron juntos de la torre Hokage, la nieve cayendo suavemente sobre sus cabezas contrastando con la severidad de una mirada oscura observándolos desde el tejado, avanzaron sumidos en su conversación casual, para Sasuke fue claro que una chispa de intriga y complicidad comenzaba a gestarse entre ellos.

Abandonó su escondite saltando frente a sus figuras risueñas, su mirada helada y su ceño fruncido parecían perforar la distancia entre él y Naoki rompiendo la burbuja en la que parecía haber absorbido a su compañera de equipo.

-Oh, Sasuke-kun, íbamos a buscarte - dijo Sakura con una mezcla de alivio y nerviosismo deslizando discretamente su brazo y soltando a Naoki, sus curiosos ojos mieles se pasearon sobre ella y no le pasó desapercibido aquel brillo de satisfacción que cruzó la mirada oscura del chico Uchiha al presenciar como ella se alejaba un par de pasos acercándose un poco más a él, como si tuviera alguna especie de poder sobre ella, no pudo evitar fruncir fugazmente el ceño mordiéndose la lengua para no evidenciar la mala impresión que empezaba a tener de ese tipo pelinegro con aires de grandeza.

-Lo escuché- su tono seco reflejaba una impaciencia apenas contenida.

-B-bien…

-Soy Naoki Hatake, un gusto conocerte, espero que podamos trabajar bien juntos- dijo con firmeza e inclinando ligeramente la cabeza con una sonrisa educada algo forzada.

Una delgada ceja oscura se elevó en el rostro de Sasuke cargada de incredulidad, pero finalmente desistió resignado, no iba a oponerse, si bien el tipo no le agradaba en absoluto iba a tener que colaborar con él si quería presentarse al examen, ya no tenían tiempo para buscar otro integrante, después de lo ocurrido en el festival él y Sakura habían estado evadiéndose como a la gripe.

No había insistido más, le daría su tiempo podía entender que Sakura no le había buscado seguramente aun procesando su gentil rechazo después de su última no tan fallida declaración de amor.

Después de todo un "no puedo" no es lo mismo que un "no quiero" con aquel beso le había dejado claros sus sentimientos por ella, así como la imposibilidad de una relación romántica entre los dos, así que él también había necesitado de esas dos semanas para procesar el tumulto de emociones contradictorias que le hacían sentir un idiota por dejarla ir, pero no quería distracciones, sabía que Sakura cumpliría su promesa, sabía que lo haría feliz y que a su lado incluso podría olvidarse de la venganza.

No quería olvidar su objetivo.

Pero tampoco quería perderla.

Esperaba que ella hubiera captado su mensaje pero sus ojos se estrecharon al ver cómo la atención de Sakura se desviaba nuevamente hacia Naoki con una sonrisa cordial sin poder reprimir ese brillo inquisitivo en sus ojos jade que solo reservaba para aquellos que despertaban su interés, su mandíbula se tensó, y la amargura de su propia indecisión le hizo sentir como un extraño atrapado entre dos mundos.

-Vamos al campo de entrenamiento- ordenó con un tono frío- es hora de ver qué tienes.

Naoki asintió sin perder la calma, a su lado, Sakura permanecía dubitativa, los ojos verdes reflejando un toque de nostalgia mientras observaba los postes en el campo, recordando los días en que Naruto aún estaba allí, llenando los silencios con su energía contagiosa.

Sasuke se volvió hacia Naoki con una mirada implacable.

-Lucharás contra mí- Sakura es nuestra ninja médico, y nuestra prioridad es protegerla, el primer examen fue un infierno así que no voy a tolerar un fracaso en este.

Sintió un siseo en su nuca los recuerdos del segundo examen invadiéndole, frunció el ceño e inconscientemente llevó su mano derecha hasta la marca de maldición que parecía palpitar en la parte baja de cuello.

A paso lento se dirigió hasta el centro del campo, Naoki siguiéndole de cerca y Sakura sentada sobre uno de los postes apoyó los codos sobre las rodillas y el mentón sobre las palmas de sus manos pensativa.

Se posicionaron a unos metros de distancia, Sasuke, con las manos en los bolsillos, parecía relajado, pero su cuerpo estaba listo para explotar en movimiento frente a él, Naoki adoptó una postura defensiva.

-Empieza cuando quieras, solo ataca- instigó con arrogancia.

Naoki no dudó, desapareció, reapareciendo frente a él en un abrir y cerrar de ojos, su puño, cargado de electricidad, se lanzó hacia Sasuke con una velocidad sorprendente.

Era rápido.

Muy rápido.

Sasuke lo desvió con un movimiento fluido, girando su cuerpo para lanzar una patada baja que Naoki esquivó saltando hacia atrás, desde el aire, Naoki formó sellos con una precisión y velocidad impresionantes, Sakura no desvió sus ojos del chico, era talentoso su estilo de batalla tenía la firma de Kakashi por todas partes, lo que debía significar que lo entrenaba quizás en secreto de vez en cuando o simplemente Kakashi le era una gran inspiración.

-Ranton: Reizā Sākasu-exclamó.

Kekkei Genkai… ¿Quién es este tipo?

Desde su posición, docenas de finos rayos eléctricos se extendieron como serpientes vivas, moviéndose en trayectorias impredecibles. Los haces relampaguearon con una velocidad aterradora, buscando rodear y atrapar a Sasuke en una jaula mortal de luz.

Los ojos del Uchiha se tiñeron de rojo, su Sharingan girando mientras leía la compleja red de ataques, con un movimiento elegante, esquivó los primeros rayos, saltando y girando con precisión acrobática, cada láser que fallaba dejaba marcas de nieve derretida en el suelo revelando una capa de lodo y el zumbido del chakra condensado vibraba en el aire.

-Nada mal- murmuró Sasuke.

El contraataque fue instantáneo, su chakra fluyó al pie mientras realizaba una serie de sellos—Katon: Goukakyuu no Jutsu- la bola de fuego rugió hacia Naoki, quien reaccionó envolviendo su cuerpo en un escudo de chakra de rayo, una técnica desconocida para Sasuke que consiguió llamar su atención debido a su utilidad, compartían afinidad de chakra, pudo ver la energía crepitando a su alrededor como una armadura viva.

El choque generó una onda expansiva que sacudió el campo enviando ráfagas de nieve hasta Sakura quien protestó levemente desde su sitio.

Los golpes y contragolpes se sucedieron con una fluidez bestial, Sasuke lanzó kunais imbuidos de fuego mientras Naoki los desviaba con descargas precisas de electricidad, a medida que el combate avanzaba, las técnicas se volvían más complejas, Naoki canalizó un rayo a través de sus piernas, aumentando su velocidad a un nivel que incluso con el Sharingan era difícil seguir.

¿Quién demonios es este sujeto?

Sasuke lo atrapó en un genjutsu, pero Naoki deshizo la ilusión con una fuerte corriente de chakra, dejando escapar un jadeo cansado, se repuso con rapidez ascendiendo su mirad hasta el Uchiha que lo observaba altivo.

-Eres rápido- admitió Sasuke- pero te falta algo…

Naoki forzó una sonrisa intentando mantener la paciencia contra ese irritante chico con ínfulas de grandeza.

-¿Y eso es?

-Instinto.

Sasuke se lanzó con una ráfaga de taijutsu, empujando a Naoki a la defensiva, su entrenamiento ANBU brillando en cada golpe preciso y letal, cada uno buscando una apertura, Naoki bloqueó con dificultad, estaba siendo demasiado rudo para un combate de práctica y de ese modo se veía obligado a luchar con todo lo que tenía, justo cuando parecía que iba a ser superado, liberó una explosión como una centella de chakra de estilo tormenta, obligando a Sasuke a retroceder.

La batalla terminó en un instante cuando ambos, agotados pero decididos, cargaron técnicas finales.

Sasuke preparó un Chidori, y Naoki concentró su chakra en una especie de relámpago de ranton concentrado en su palma, dos técnicas chocaron en una explosión de luz y sonido sobresaltando a Sakura, cuando la nieve y la neblina se disiparon, ambos estaban de pie, respirando con dificultad, pero ninguno había caído.

-¡Basta chicos! Es un empate, no se desgasten ahora- intervino la pelirosa llegando hasta ellos.

Sasuke afiló la mirada cuando ella eligió a Naoki acercándose al joven Hatake con una mirada preocupada, sanó con chakra las pequeñas quemaduras que le había infringido con su Katon y ahí estaba otra vez… sus ojos mieles se tornaron cálidos y un sonrojo tenue cubrió sus mejillas, era más que obvio que ella le atraía.

-Supongo que no eres tan inútil como pensé- escupió venenoso para llamar su atención.

Naoki se encogió de hombros con una sonrisa divertida.

-Tampoco eres tan temible como dicen- soltó y finalmente una sonrisa tenue, pero con un toque de soberbia se asentó en su rostro, sus ojos mieles brillaron con interés.

Sakura suspiró, dejando escapar el aire que había contenido durante la intensa batalla. Su alivio se vio acompañado por una pizca de fastidio. Los chicos… tenían una manía irritante por convertirlo todo en un duelo de egos, como si cada encuentro fuera una cuestión de vida o muerte, había esperado que Naoki fuera diferente, pero la chispa competitiva que destellaba en sus ojos no dejaba lugar a dudas, era como todos, aunque ya no peleaban físicamente, seguían midiendo fuerzas con miradas cargadas de electricidad y desdén.

-Naoki-kun- llamó con suavidad, cortando la tensión con su voz.

- ¿Sí, Sakura-chan? - respondió él al instante, su tono transformándose en una melodía amable y cálida.

La mandíbula de Sasuke se tensó dolorosamente al ver cómo la atención de Naoki se desviaba de él a Sakura con una facilidad irritante, el aire entre ellos se volvió denso, pero esta vez con una amenaza silenciosa que Naoki esquivó con una sonrisa afable. Aun así, una chispa maliciosa bailaba en sus ojos mientras fingía ignorarlo con su fría cordialidad ensayada.

Con pasos decididos, Sasuke avanzó hacia los postes de madera donde había comenzado la historia del equipo siete y ambos chicos lo siguieron de cerca, mantuvo su distancia, afinando el oído para no perder detalle de la conversación.

-Ese jutsu… era ranton ¿cierto? —preguntó ella con curiosidad sincera, su mirada verde fija en Naoki.

-Así es- respondió con serenidad.

-Uhm… No quiero parecer impertinente, pero creía que el Ranton era un kekkei genkai exclusivo de la Aldea de la Nube- su tono era cauteloso, pero su interés era evidente.

-Lo es, porque también soy de la Aldea de la Nube.

- ¿Eh?

Sasuke frunció el ceño. Eso explicaba muchas cosas.

-Pero… eres…

- ¿Hatake? - Naoki completó la pregunta con una sonrisa divertida, un guiño descarado que hizo que las mejillas de Sakura adquirieran un leve tinte rosado, cuando ella asintió, él continuó con una mezcla de orgullo y desenfado- Mi madre es una kunoichi de la Nube y mi padre es de Konoha, Kazuto Hatake, es primo de Kakashi-jiisan.

La sonrisa amplia y luminosa que acompañó su explicación provocó un vuelco en el pecho de Sakura.

No podía evitarlo.

Su respiración se agitó, a Sasuke no le pasó desapercibido el brillo interesado de sus ojos verdes, pero para Sakura había algo en su manera de hablar, quizás ese acento ligeramente distinto que tenía al haber crecido en una nación lejana o en la seguridad sin arrogancia que irradiaba, que hacía difícil apartar la mirada de él.

Ese chico…

Era encantador.

Sakura vaciló, su voz titubeando como si buscara las palabras correctas, pero solo hallara su propia torpeza.

-E-entonces… tu equipo… bueno… es una pena lo que les pasó…- el calor en sus mejillas se hizo más evidente y su tono se suavizó con una dulzura inesperada que dejó a Naoki sonriendo con una calidez que encendió algo en el aire entre ellos.

El chico de ojos mieles inclinó la cabeza ligeramente, como si la escuchara con toda la atención del mundo, mientras una risa baja y suave escapaba de sus labios, había en su expresión una ternura que no pasó desapercibida para Sasuke, quien permanecía un paso detrás, observando cada gesto con una intensidad creciente.

A él le interesaba.

Un fuego silencioso comenzó a arder en su pecho.

Ella le interesaba, y parecía ser mutuo.

Apretó los puños hasta que los nudillos se pusieron blancos, el borde de su usual autocontrol comenzando a deshilacharse, quería romperle la cara, había algo profundamente irritante en la naturalidad con la que Naoki se reía, la facilidad con la que lograba encender aquel brillo en los ojos de Sakura, un brillo que había sido exclusivamente suyo.

-Así que por eso necesitabas el permiso de Tsunade-sama…-continuó Sakura, su tono ya más firme pero aún teñido de curiosidad.

El tipo había aparecido de la nada.

Había dado una ridícula demostración de poder, suficiente para mantenerse en pie, pero sin lograr vencerlo, y aun así, ahí estaba, hablando como si ya fuera parte del equipo…

Como si tuviera derecho a ocupar un lugar que no le pertenecía.

Como si Sakura ya fuera suya solo para impresionar.

-Tengo… uhm… algo así como una doble nacionalidad- respondió Naoki con su eterna serenidad desviando sus ojos al cielo en un gesto pensativo, sin desviar su atención de Sakura- Oficialmente soy un shinobi de Kumogakure, pero nací aquí, en Konoha- Lo sé, es complicado, crecí en Kumo- rió con un aire relajado, como si el mundo estuviera diseñado para entretenerlo y no para desafiarlo.

Entonces mirándolo de soslayo dio el golpe final.

-Oye, Sakura-chan, ya casi es la hora del almuerzo ¿Te importaría mostrarme la aldea? - El tono de su voz bajó un poco, suficiente para crear una sensación de intimidad que hizo que Sasuke entrecerrara los ojos con desdén- Podrías recomendarme un buen lugar para comer y… podríamos conocernos mejor.

¡Le estaba coqueteando!

¡En su maldita cara!

El estómago de Sasuke se retorció con una furia helada que se instaló justo bajo sus costillas, esperando escuchar la negativa habitual de Sakura, ella jamás aceptaba a ningún tonto, mucho menos con él cerca- su sonrisa arrogante cayó de su rostro tan rápido como apareció al escuchar su respuesta.

-Me encantaría- rio ella divertida, tratando de disimular el rubor de sus mejillas- ¿Cuántos años tienes? Pareces un poco mayor que nosotros…

Una sensación familiar y corrosiva que rara vez reconocía pero que ahora le envolvía con una intensidad sofocante.

Celos.

- ¡Oh! Claro, tengo catorce, cumpliré 15 en febrero, voy a quedarme en Konoha hasta el verano así que quizás… quieras ayudarme a organizar una fiesta de cumpleaños- la sonrisa traviesa de Naoki y su actitud cada vez más osada hacia Sakura lo fastidiaba de sobremanera.

No eran los celos amargos del ego herido.

No, eran más profundos, más peligrosos, eran los celos de alguien que había probado lo que era tener a Sakura tan cerca que casi podía convencerse de que podría ser suya, solo para recordar que no podía permitírselo…

Porque él mismo había elegido dejarla ir.

Pero verla allí, con los ojos suavizados por la risa, su sonrisa apenas contenida, su atención dedicada a alguien más, hizo que la decisión que había tomado pesara como una cadena alrededor de su cuello.

No quería perderla.

No quería olvidarla.

No podía tenerla.

Y sin embargo, cada fibra de su ser ardía con el impulso de apartar a Naoki de su camino con un firme puñetazo en su cara de imbécil y gritarle que se alejara de Sakura, pero se quedó allí de pie, congelado en su sitio con los puños apretados y viendo como ella se alejaba de él hechizada por las atenciones de aquel estúpido foráneo.

•••

Kakashi observó desde el genkan que rodeaba el patio trasero de la casa mientras Sasuke descargaba su frustración con brutal precisión contra un muñeco de práctica.

-Creí que estarías entrenando con Sakura y Naoki- comentó con un tono desenfadado, aunque sus ojos se afilaron con interés.

Sasuke ni siquiera se molestó en mirarlo.

-No necesito entrenar con ellos- respondió con una frialdad que parecía cortar el aire.

Con un grito ahogado, el chidori chisporroteó en su mano, el estruendo de la energía pura consumiendo el espacio antes de estrellarse violentamente contra los tres maniquíes, las astillas volaron por todas partes mientras la corriente eléctrica moría demasiado rápido, dejándole con un vacío fugaz y una fatiga que apretaba su pecho dolorosamente.

El sudor le resbalaba por la frente cuando el agotamiento le obligó a relajar los brazos, aunque no bajó la guardia.

-Es una buena técnica- comentó Kakashi, su voz suave pero llena de aprobación- Bastante creativa.

Sasuke resopló, limpiándose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

-Pero podrías mejorarla sin agotarte tanto, en lugar de canalizar el rayo hacia los objetivos, prueba redirigirlo hacia el suelo, ampliarás el rango y ganarás control sobre la descarga.

El consejo quedó suspendido en el aire mientras Sasuke exhalaba, agotado, pero la tensión no lo abandonó.

Kakashi lo notó.

El silencio que siguió fue cargado, espeso, hasta que el jōnin decidió afilar el cuchillo un poco más solo para picar al Uchiha.

-¿Sabes?- empezó, fingiendo indiferencia mientras sacaba uno de sus libros pornográficos del bolsillo- Deberías descansar un poco, el agotamiento no lleva a ninguna parte, y créeme… sé que duele cuando te quitan a la chica, pero son cosas que pasan, querido Sasuke.

El impacto fue instantáneo.

La cabeza de Sasuke giró hacia él con una mirada envenenada que podría haber derretido el hierro, sus ojos negros se volvieron gélidos y peligrosos.

-Sakura es mi compañera, puede hacer con su vida lo que le plazca, no tengo ningún interés romántico en ella- siseó, cada palabra llena de un control tenso y mal contenido, como un hilo que estaba a punto de romperse.

Pero Kakashi no era uno que se intimidara fácilmente.

-Si si… como digas…- respondió sin perder la sonrisa bajo la máscara- Solo… ¿Podrías realmente aceptar lo que eso conlleva?

El silencio que siguió fue más ruidoso que cualquier grito.

Sasuke apartó la mirada, los dientes apretados, y sin dignarse a responder, se dirigió hacia la casa, su paso era firme, cada movimiento tan preciso como el corte de una katana, entró, sin molestarse en cerrar la puerta con suavidad, dejando a Kakashi solo, con una expresión pensativa.

El agua caliente de la ducha corrió por su cuerpo relajando sus músculos, dejó que la suave lluvia le abrigara el rostro helado un momento, recuperando su temperatura corporal, descendió su mirada hacia sus pies y fue el momento exacto en el que se permitió gruñir de frustración, el agua no lograba lavar sus pensamientos y mucho menos sus sentimientos.

No podía dejar de pensar en la sonrisa dulce de Sakura, en su visible sonrojo y su más que obvio interés en ese estúpido chico de Kumogakure, que rápido le había olvidado, después de jurarle amarlo a toda costa…

Las palmas de sus manos se afianzaron a la pared con fuerza dejando el agua golpetear su espalda alta y al mismo tiempo sus pensamientos se perdieron en el recuerdo del ultimo beso compartido, el recuerdo de aquel suave contacto envió una descarga por todo su cuerpo acelerando su corazón, los dulces labios de Sakura moviéndose sobre los suyos, el tacto húmedo de su lengua acariciando la suya, sus suspiros ahogados casi como si se entregara a él con un beso…

Te amo…

Te daré todo de mi… si me dejas…

Aquel ofrecimiento, no era un idiota… sabía muy bien lo que implicaba, sabía muy bien lo que ella había sugerido con ello y su cuerpo tembló de excitación, mordió su labio inferior incapaz de contener el deseo de su cuerpo, tenía las hormonas a flor de piel… necesitaba desahogarse de alguna forma, jamás lo había hecho, se sintió mal consigo mismo por su poco autocontrol cuando su mano envolvió su miembro acariciándose despacio, recordó la cálida sensación de su cuerpo contra el suyo, la delicadeza de su tacto cálido y su suave piel, no pudo evitar pensar en ir más allá, jadeó con insistencia incrementando la presión y velocidad en el vaivén de su mano, con los ojos cerrados se sintió asquerosamente culpable, al imaginar que eran las manos de ella las que le tocaban, que repartía besos por su espalda mientras enrollaba su pequeña mano delicada alrededor de su intimidad, pensó en su lengua invadiendo su boca y finalmente la liberación le alcanzó con su imaginación volando entre la figura desnuda de la chica que estaba lentamente volviéndole loco.

Se sintió sucio.

El agua arrastró los restos de su pecado hacia el desagüe, pasada la agitación el vacío y la amargura en su interior no hicieron si no crecer, su reflejo empañado en vapor lo recibió del otro lado del espejo, se sentía más relajado y somnoliento, se suponía que correrse debería de haberle hecho sentir mejor y sin embargo… solo sintió una honda amargura que no le dejaba en paz.

Secó sus cabellos con la toalla, su expresión indiferente y sus ojos llenos de culpa, se sentía como si hubiese profanado la imagen de Sakura, como podía creerse mejor que el asqueroso ANBU que había insinuado su deseo por hacer exactamente lo mismo.

Estaba cansado y se sentía un canalla hipócrita.

.

.

.

.

Notas de la autora:

Pobre Sasuke, pero es momento de que vaya aprendiendo una lección, no se puede tenerlo todo en la vida, o lo tomas o lo dejas. ¿Está gustando esta historia? Dejenme un comentario para saberlo! T_T

¡Gracias por leer!

Con cariño,

Azulen.