daianapotter : Si el accidente es algo que tiene relación con el argumento que no conoció a su padre y con el asesino bueno… él y ella tendrán una relación en el que la querrá matar algo así como .. Si no eres mía no eres de nadie (seré honesta estoy examinando bien quien tendrá el papel del criminal).
FuckMeThen: Gracias por tu comentario, intentare lo mejor posible actualizar seguido.
R0MANA: Gracias por tu comentario y por compartir tu historia con nosotros, mi abuela también que contaba cosas similares, tomare en cuenta tu punto de vista respecto a la redacción, gracias por tu observación.
Hasta la Eternidad
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Capítulo II
"Conozco tu voz, conozco tus ojos
Me persigues a través de mis sueños por la noche"
Ichigo y Uryu observaron atentamente el coche buscando pistas, pero este no tenía la matrícula de Londres , era uno de los últimos modelos que habían salido ese año, desde que comenzó la producción de esos carros ya habían sido informados muchos accidentes, sin embargo, en todos esos estaba el conductor involucrado o quien quiera que fuese el propietario , no cualquiera tenía esos lujos y no cualquiera dejaría tal cosa sin vigilancia a las afueras de su hogar.
—No parece ser un accidente muy común lo que acaba de suceder —mirando el humo salir de lo que se logró salvar, aunque no era mucho.
—Creo que ya sabemos por que te envió la reina – dijo sarcásticamente.
—A mí no se me permite solo creer —ajustando sus lentes.— Este carro aún tiene las llantas nuevas y el cable del motor está roto.
—¿Quién intentaría matar a una maestra de escuela de primaria? —observo con seriedad, tomando uno de los mencionados cables del suelo.
—Es muy hermosa, ¿Quizás un amante? —sugirió, esperando ver una reacción de enojo por parte de Ichigo, sabiendo que quizás confirmaría el porqué de su tan heroica escena.
—¡Ella no tiene novio ni pretendiente! —escupió molesto al notar que pretendía poner en entre dicho la vida de la mujer que él había observado desde pequeño.
—¿Estás seguro de eso? —cuestiono sereno y algo divertido al confirmar su teoría.
—Deja de decir o insinuar que conoces la vida de esa mujer —tiro una mirada un tanto ennegrecida.
—Tu eres el que vive aquí, supongo que el que sabe más de su vida sin duda alguna eres tú —informo pensando que era mejor no continuar con un tema que tenía ganador.
—Al fin dices al coherente —no convencido con esas palabras.
—No te trato como un niño Ichigo, eso no hace falta tu solo te comportas como uno — lo observo, intentando hacerlo cambiar de postura.
—¿Que pretendes? —chasqueando los dientes mientras caminaba a la entrada de su hogar.
—Mi juicio al no conocerla es imparcial —haciendo una breve pausa,— en cambio el tuyo se nubla por las emociones —observándolo caminar.
—Creo que será mejor que entremos antes que mis emociones sean más espesas que bruma que se aproxima—dijo entrando a su hogar dejando la puerta abierta para su no tan agradable invitado.
Ambos jóvenes entraron a la casa, si bien Ichigo no vivía en la pobreza como muchos de las demás, no carecía de nada, era una residencia de dos pisos, en el parte de abajo estaba la cocina, un comedor, un baño, una oficina y un pequeño estudio de pintura el cual era el que su madre utilizaba, era la única parte de la casa que no había sido modificada. En el segundo piso había 4 habitaciones, tres de esas con baño, había una pequeña biblioteca y un pequeño espacio ocupado por un diván el cual permitía ver las flores del balcón de la casa de enfrente, era un secreto que Ichigo se sentaba ahí, ponía una cortina blanca semi transparente en la ventana, apagaba las luces y observaba a Orihime leer por las noches contemplando su pequeño jardín.
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—¡Duele! ¡Ya… para! —pedía Orihime el trato de Rukia.
—Hace un momento le dijiste a Ichigo que estabas bien y ahora sales con esto —aplicando alcohol sobre las pequeñas heridas de la pierna.
—Era para que no se preocupara —respondió, ahogando un pequeño grito al sentir el ardor.
—¡Mira ese golpe en tu pierna! , si es verdad que sanara pero se ve horrible —alejándose para observar mejor.
—Como si tuviera a alguien para verme las piernas —viendo el golpe deslizando el vestido por su cuerpo frente al espejo, notando lo horrible de su apariencia.
—Y dime lo morado de tu pierna… ¿eso fue por el golpe en el piso? o fue cuando su… —tosiendo.— Te toco.
—¡Rukia casi muero! —logrando hacerla olvidar el dolor.
—No respondiste la pregunta —reprocho.
Ambas voltearon al ver que Matsumoto entraba a su dormitorio, estaba muy enojada ya que azoto la puerta.
—¿Matsumoto que tienes? —pregunto Rukia caminando a su cuarto.
—Tu hermano y su amigo el jefe de policía son unos idiotas —abriendo la puerta dejándola entrar.
—¿Explícame? —pregunto arreglando la bata amarilla que portaba para sentarse sobre una pequeña silla.
—Hemos estado viviendo con el 10% de la herencia este último año —soltando su cabello, — se supone que yo podía acceder cuando tuviese 25 años al 100% , —deslizando el cierre de su vestido color gris, para que este cayera al suelo,— ¿pero adivina que? —quedando solo en corsé y sus ligueros.
—Hermana… —dijo asomándose al cuarto con una bata negra para que no viese el golpe.
—¿Orihime adivina?... me tengo que casar —tomando una botella de wiski bruscamente de la pequeña mesita de noche.
—¿De que hablas? —sorprendida, sentándose en la cama.
—No puedo tocar el otro 90% porque no tengo marido —quitando el tapón rápidamente.
—Suena algo absurdo —añadió de la manera más lógica.
—Bueno —respirando, dando el primer trago— recuerdan la vez que golpee a la esposa de mi ex por gritarme que era su amante —haciendo una mueca de satisfacción al recordarlo.
—Si —respondieron ambas.
—Recuerdan que fui a la cárcel.
—Si.
—Terminamos en la corte.
—Si.
—El testamento decía que si yo antes de cumplir los 25 años había hecho algo que pusiera en entre dicho mi imagen ante la sociedad y las malditas leyes que la regían…—reflexionando un segundo por lo que diría— ¡Yo Rangiku Matsumoto debía de restituirme con alguien de la familia de los nobles Kuchiki!.
—¡Te vas a casar con Byakuya! —comenzó a reír casi cayendo al suelo de la impresión.
—¡Gracias cuñada! —bebiendo, — ¿sabes? , tu apoyo es muy acogedor.
—Byakuya es un aristócrata apático, jamás en la vida lo he visto reír, no sé ni cómo son sus dientes, es más a veces me pregunto si tiene —informo algo que no era desconocido por nadie en todo Londres.
—¿Qué harás? —pregunto la pelirroja ante tal situación.
—Hemos usado el 5% de la herencia este año Orihime, nos queda el otro 5%, no puedo tocar ese dinero e invertirlo y hacerlo crecer si no me caso —acostándose a un lado de su hermana.
—¿Qué dijo mi hermano cuando escucho al abogado decir eso? —levantándose para ubicarse frente a ella.
—Hace un momento mencionaste lo apático que es, ¿crees que reacciono ante eso? —dando un trago. — Y el idiota de Kenpachi solo se puso a reír como loco —añadió.
—Jamás pensé que tu padre te privara de eso… —señalo Rukia con un rostro de incomprensión.
—Según mi madre, él era muy apegado a las normas, era un buen hombre, pero al ser el acalde tenía que cumplir las leyes —expreso un tanto inconforme.
—Bueno con tomar no arreglas nada —respondió solo para ver que Matsumoto bebía más.
—¡No te creo…! —comento sarcásticamente.
—¡Hermana, Rukia tiene razón!, tú te pones a hacer cosas raras cuando tomas —aseguro Orihime sabiendo que su hermana no era una mujer que soportara grandes cantidades de alcohol.
—Por cierto, ¿Que hace ese coche casi desecho en la casa del al lado? —formulo para cambiar el tema al recordar que por su enojo paso por alto algo tan evidente.
—Bueno —abriendo los ojos de forma sorpresiva— Lo conducía una persona ebria … ¿No es así Rukia? —respondió rápidamente para observar a la morena seguirle el juego.
—Si como Orihime dice, el tipo cayo en el suelo con su … —afinando la garganta— ¡Gran botella! —recalcando fuerte esa frase.— Me sorprende que no traspasara el muro —mirando pícaramente a Orihime, notando como esta se sonrojaba al saber que esta comprendía el contexto de su explicación.
—¡Malditos ebrios! —pronuncio Matsumo tomando otro trago con ironía.
—Quizás todos nosotros somos como el alcohol —señalo ante el comentario de Matsumoto.
—¿Desde cuándo acá comienzas con tus aires de filosofía Rukia? —comenzando a desvariar un poco.
—Ve lo de esta forma , por ejemplo : Orihime es un vino blanco es una persona de carácter calmado, reflexivo y muy observadora. Tiene gran facilidad para empatizar con los demás —manifestó claramente viéndola a los ojos.
—Bueno si Orihime es una persona muy dulce … ¿Y yo que soy? —curioseo por saber que se inventaría su amiga.
—Tu eres la champagne , espontánea y dinámica. muy sociables y activa, tu destilas glamur y encanto, terminas por fascinar a todo el mundo —contesto mientras se levantaba.
—¡Salud por eso! —alzando la casi vacía botella mientras Orihime intuía que después le tocaría ponerle la ropa de dormir.
—Hermana dame la botella y recuéstate —pidió con calma.
—Yo soy como el agua, soy la pureza en vida propia —alzando los brazos para recibir la luz del sol.
—¡Por favor! Tú tienes más secretos que la biblioteca del Vaticano —menciono la rubia cuando Orihime hacia lo posible por ponerle su bata.
—Dame la botella, por favor —dijo Orihime con calma nuevamente.
—¡No quiero! – pronuncio de la manera más irritante posible.
— ¡Rangiku Matsumoto dame esa botella en este instante! —expreso furiosa la pelirroja al ver que su hermana no reaccionaba.
—Tu no eres nada dulce… ahora que lo pienso mejor—balbuceo cuando Orihime le quito la botella de Wiski.
Orihime si bien era el ser más paciente del mundo, era una mujer que podía imponerse ante cualquiera que hiciera algo que atentara contra sus principios y si bien no acostumbraba alzar la voz , su hermana nunca fue alguien con la que se contuviera para dar su opinión.
†
Ichigo dejo a Uryu en uno de los cuartos, camino hacia donde estaba el pequeño diván, bajo la cortina que le permitía ver hacia el lado donde estaban todas sus alegrías, cada vez que la contemplaba leer sus libros parecía un hermoso espectáculo que la naturaleza le brindaba y como si la llamara con la mente , ella apareció , la vio acercarse a sus rosas, jazmines y tulipanes, tomo un pequeño balde y las comenzó a regarlas, ella roció agua que hacía destellar todo su alrededor gracias a la pequeña brisa que lograba hacer danzar su bella melena al compás de una melodiosa canción de piano. Ichigo admiro como Orihime se recogía las mangas de su bata para tomar una exquisita rosa con sus delicadas manos, si bien no la arranco ya que hizo esa acción para oler su aroma. Impulsivamente Ichigo no pudo evitar pensar como seria poderla tener en sus brazos para saber si ella desprendería una fragancia más deliciosa que cualquier otra rosa o miles de ellas, ¿Por qué era tan cobarde? … se reprochó, no era muy común que los jóvenes decidieran con quien casarse en esa época, eso lo decidían los padres ,pero él no sería sometido por nadie, era un hecho que su padre jamás le impondría tal cosa y estaba consiente que ella tampoco tenía a quien darle cuentas de sus decisiones, en ese instante sabía que la cortina era la única que los dividía de cruzar sus miradas, era un espacio donde él la podía admirar y desear todo lo que quisiera, pero ella jamás sabría quién era su hermoso amante que cada noche esperaba a que ella apagara la luz e ir a la cama para poder soñarla de la forma que más le placiera.
—Kurosaki —interrumpiéndolo entre sus deseos y pensamientos llamo su atención.
—Ichigo solo lo vio de reojo al percibir su presencia.— ¿Sí?
—Son casi las 5 – informo apáticamente volviendo a romper el tenso silencio.
—El trabajo es el trabajo —expreso levantándose para pasar frente a Uryu dirigiéndose a las escaleras.
Ambos bajaron en el silencio absoluto, sin dirigirse una sola palabra en los 15 escalones que los llevaron al pasillo central y así poder finalmente salir. Ichigo al estar en la acera observo la casa de dos pisos, puerta negra y ventanas rojas que toda su vida siempre había estado frente a él desde que podía recordar.
—Espera un momento —dirigió esas palabra a Uryu y camino directo a la casa de su amada, en cierto modo tendría la excusa perfecta y era saber cómo se encontraba después del accidente, tantos años y al fin tendría el motivo adecuado para tocar esa puerta, una vez frente a esta medito un poco ¿era correcto hacerlo?, ya había dicho su nombre en sueños llegaba el momento de poderlo decir en vivo y en directo ¿quizás sea una mala idea?, poco duro esa pregunta resonando en su conciencia cuando su mano ya habían dado el primer golpe contra esa dura caoba, escucho a alguien acercarse para abrirle y a cada paso que sonaba, su corazón se agitaba un poco más cual locomotora a vapor , si alguien le tomase la presión arterial en ese momento seria para decirle que poco falta para recibir un paro cardiaco.
—Hola… —dijo la pequeña morena quien le sonrió intuyendo a que se debía la visita.—¡Orihime puedes venir! —grito Rukia— ¿Supongo que no es a mí a quien has venido a buscar? —notando que este se quedó sin palabras ¿tan evidente eran sus razones? , la respuesta eso era muy obvia , ya que no existía otra persona en ese hogar por la que Ichigo estaría frente a él.
Orihime salió de uno de los cuartos , Ichigo intuyo que este era la cocina ya que ella portaba un delantal celeste atado a su cintura, esta al verle contuvo su respiración, de todas las personas en todo Londres jamás espero que fuese el quien tocaría a la puerta, camino hacia el lentamente al mismo tiempo que ponía el delantal sobre una las pequeñas mesitas del pasillo, Rukia se movió de la puerta para dejarla pasar e ir a la cocina ya que sabía que algo estaba sobre la estufa , la pelirroja quedo frente al alto y guapo policía, al fin podía admirar desde un mejor punto de vista ese uniforme siempre perfecto el cual muchas veces se imaginó quitarlo y despertar ciertas emociones de su ser las cuales quizás no sería capaz de explicar jamás.
Buenas noches … —le dijo suavemente con una pequeña sonrisa, en un ambiente que solo era percibido por ambos, la vio de manera que ella tuvo que bajar un poco su miraba, logro en solo un segundo invadirla como solo él era capaz.— ¿Estas mejor? —rompió la atmosfera nuevamente en una forma tal que ella intuía en cierto modo todo lo que su interés conllevaba.
Si, estoy bien —lo vio directo, ¿era muy sumisa en esta área? ¿debía de aprovechar más la situación?, si ella quería decir más, como un ¿Por qué diablos no me invitas salir?, la respuesta sería un "Si", sin tartamudeo sin vacilaciones. —Ichigo, muchas gracias por lo que hiciste hoy por mi —continuo. — Jamás pensé que me salvarías.
Yo siempre te salvare — ¿lo pensó o lo dijo?, ya era muy tarde, lo articulo sin meditarlo un poco, no estaba ebrio ni enojado para decir la verdad tan fácilmente , pero esa tención y ambivalencia de emociones lo hicieron hablar desde el fondo de ser.
