AbigailVP: Gracias por el comentario, si ella es la hija del conde (spoiler: ni el conde ni Orihime saben un gran secreto que paso exactamente el mismo día que ella nació, aunque el conde debió más o menos de intuirlo, pero para esto tenemos que desarrollar la escena de el con uno de los personajes), me alegra que te gustara la escena 3
OriHimeko—chan: La verdad pensaba en hacer un poco más sugestiva la escena, pero ya habrá tiempo para que él tenga un poco más de desarrollo como el comienzo de este fic por ejemplo, gracias por leer😊
Sibreka: Ulquiorra es parte de la trama porque encaja al menos en mi mente en lo que tengo planeado para él, aunque pensé en Aizen y en Grimmjow pero no se Ulqui me pareció que podía explotar más ciertas cosas, con Matsumoto creo que por ella se va a crear todo el caos o por Ichigo o por los dos aun no me decido, gracias por el review.
Daianapotter: Mori con tu sentido del sarcasmo mujer, si le quieren hacer daño a Orihime pero ella hará muchas cosas por proteger a su familia y a su amado así que su desarrollo será justificado, con lo de tu no odio hacia Ulquiorra también morí de la risa, tus comentarios me alegran.
Hasta la Eternidad
Capitulo VII
Y te veo y me ves
Tus ojos son como un mar en furia
†
Catillo de Londres
—¿Él tiene razón? —dijo una mujer de cabello color rubio y ojos verdes que yacía cubierta por las sabanas de algodón de tonalidad carmín.
—¿Acaso te pedí tu opinión?— solicito saber en un tono de molestia, acercándose hacia ella.
—No…. No es así —sabía que no debía de contradecir o de hablar sin que este se lo permitiera—.Creo que mejor me retiro —dijo casi al disponerse a salir de la cama bajando la mirada.
—¿Te he dicho que te vayas? —pronuncio sobre su oído tomándola de la mano, para después tirar de ella hundiéndola sobre la inmensa cama.
Él era muy fuerte, ella sentía como la respiración se fue de su cuerpo, Ulquiorra se había acostado sobre ella de una manera muy brusca, con sus uñas enterrándose sobre el algodón trataba de disimular que estaba a la altura de aquel hombre, sin embargo, no era así, muchas veces le costaba seguirle el ritmo en todo, era un hombre muy exigente y muy poco afectuoso, pero ser su zorra por decirlo así, le traía muchos beneficios.
—Príncipe —dijo jadeando en busca de aire, mientras Ulquiorra con una de sus manos levanto una sus piernas, se inclinó un poco para darle unas pequeñas mordidas en la parte interna de estas.
—¿Te gusta? —pregunto lamiendo un pequeña herida que uno de sus colmillos había hecho, después la halo hasta el centro de la cama, quitándole la sabana del cuerpo dejándola completamente desnuda.
Quedo sobre ella, le tomo ambos brazos, los ato con fuerza con una de las mantas con las que usualmente secaba su rostro.
—¿Crees que él tiene razón? —le pregunto Ulquiorra llevando uno de los pechos de la rubia a su boca, no fue nada delicado al succionarlo, lo que causo que la chica diera un pequeño grito que ahogo al morderse el labio—. ¿Te dolió? —cuestiono, para hacerlo mismo con el otro, poco le importaba lo que le pasara.
—Príncipe … —logro mencionar a duras penas, sabía que para el sexo solo era un juego en el que solamente el disfrutaría.
—Esa no es la respuesta que estoy buscando —le respondió bajando un poco, alejándose del cuerpo de ella para tomarla por las caderas y darle la vuelta, la hizo quedar boca abajo en un segundo—, sabes Moly no es que no disfrute de esto, es solo que creo que no lo disfrutas tanto como yo.
—Sí, lo disfruto —respondió la chica rápidamente.
—No sé —le dio una nalgada haciéndola sacar un pequeño quejido—, ¿lo haces?
—Sí, soy todo lo que tú quieras —dijo Moly acercándole sus nalgas al miembro erecto de Cifer.
—Tu no eres nada que yo quiera… —le respondió de manera ronca, acercándose al oído de Moly, para luego enterrar con brusquedad su miembro en el sexo de la mujer provocando que esta mordiera con fuerza las sabanas ya que a Ulquiorra no le gustaban las escandalosas, en cierta forma consideraba que solo las putas de las zonas más pobres hacían eso por hacer creer a aquellos hombres que su virilidad era lo suficiente como para llevarlas al cielo, que más le daba si ella gozaba, su satisfacción estaba por encima de cualquier mujer, tenía un gran egoísmo así que no era de su importancia si esa chica disfrutaba.
Le propino otra nalgada lo suficientemente fuerte como para hacerla pensar que estaba loca por todo lo que hacía y soportaba, ella venia de una familia de nobles , su padre era dueño de muchas empresas que distribuían las más finas telas ,ella al alcanzar cierta edad se convirtió en una las damas de su madre la reina, su familia sabía que dejarla en el palacio podría hacer que ella se involucrara con él y así al pasar el tiempo este podría llegar a considerarla como algo más, cosa que por lo visto no pasaría.
—Mira tú trasero querida, esta de color rojo como la primera vez que te tome y te corriste, eras virgen sino mal recuerdo —le mencionó mientras seguía penetrándola sin tomarse un poco de tiempo para que esta se acomodara a su presencia.
Flashback
La primera vez de la chica no había sido como la soñada, la sedujo primero de una forma romántica, ya estando en su cuarto ella le pidió que fuera gentil ya que sería su primera vez, se puede decir que no hubo un juego previo ni nada de romanticismo cuando esta al fin atravesó las puertas, primero la beso con pasión, dejándola al borde del poco razonamiento que tenía debido a la gran excitación que tenía.
—"Haz conmigo lo quieras" —mala elección de palabras por parte de la rubia.
—Eso es lo que planeo hacer —dijo con soberbia Cifer rompiendo la parte de arriba del vestido, llevando los pechos de la chica a su boca, los succiono con fuerza haciéndola gritar.
—¡Ah…! —expreso la joven rápidamente al sentir los labios helados de Ulquiorra.
—Eres una de esas zorras baratas ¿no es así? —se detuvo para halarla por su cintura hacia el de manera seria y posesiva, sus ojos verdes parecían estar más oscurecidos— Si vuelves a hacer eso —dijo halando el cabello de la chica hacia atrás—, traeré unos amigos para que no solo tu boca este ocupada —le informo introduciendo uno de sus dedos en la boca de la joven—, sino que cada orificio de su cuerpo que pudiese usarse para brindar placer también —sonrió al finalizar la oración.
—Prin….cipe —intento decir su nombre, ella era una ingenua en muchas áreas y no sabía que debía de responderle.
—Parece que pierdo el tiempo contigo —le comunico soltándola para alejarse un poco—, ¿No te diviertes? —pegunto brindándole una pequeña sonrisa que más bien seria traducida a arrogancia.
—No es así… si lo hago —le respondió al joven príncipe sintiendo como sus piernas flaqueaban y su sangre se helaba poco a poco.
—Demuéstralo… —le dijo para ver qué era lo que estaba dispuesta a hacer, aunque siendo honesto consigo mismo no esperaba demasiado de una persona como ella.
Eran las 9 de la noche y él le había pedido ir a su cuarto, era obvio lo que pasaría y aun así ella acepto, así que no tenía por qué comportarse como alguien quien no era, que dama de la corte que si fuese una inocente aceptaría tal propuesta, muchas ya lo habían hecho así que para que detenerse a conocer la más mínima razón que ella tuviese con respecto a sus infantiles emociones de cómo debería de ser tener sexo.
Ella comenzó a quitarse la ropa, tenía que aceptar que estaba muy nerviosa quizás esto le traería algún beneficio a futuro, el corsé cayó al suelo dejándola solo con la parte inferior del vestido.
—Podemos apresurar esto— le expreso acerándose nuevamente para darle la vuelta y para ponerla contra una mesa de caoba color negra , subió el resto del vestido y arranco con fuerza su ropa interior, masajeo un poco los glúteos de la chica y luego se abrió paso de la manera más rápida y dolorosa posible, provocando ella una molestia inmensa y también una gran tristeza al sentir como lo que se suponía debía de ser algo tierno era de lo más falto de amor posible —, ahora hazme un favor y no comiences a gritar como animal en celo.
—No lo hare —respondió sintiendo más pena por ella misma que la que jamás pensó llegar a experimentar
Mientras todo eso pasaba la joven solo mordía una de sus manos evitando gritar por todo lo que le sucedía, si bien lo único que hacía era gemir en voz baja, estaba al borde de volverse loca por sentirlo entrar y salir de esa forma tan irracional, llego un punto en el que comenzó a experimentar una extraña sensación que la invadía, no sabía cómo comportarse al respecto, era algo muy nuevo para ella.
—Siento que…. —expreso de una forma silenciosa intentando separarse un poco de él.
—No —indico haciéndole ver que ella no podría librarse de el—, el que dice cuando termina esto soy —menciono casi sintiendo que el también estaría al límite en muy poco tiempo, así que se apoyó un poco más sobre ella haciendo que sus caderas chocaran de manera muy expresiva contra los glúteos de la chica llenándose un poco de sangre al haber roto aquella delicada capa hace ya mucho tiempo.
Emitió un pequeño sonido al llegar al clímax del evento, no dijo nada únicamente salió de ella para terminar afuera, no era un imbécil ya que sabía claramente que un bastardo llorando por la corona no era algo que le apeteciese en esos momentos.
Fin del Flashback
Mientras la continuaba penetrando recordó que lo que más quería su madre era continuar con el linaje de la familia, sabía que engendrar un hijo con una de sus sirvientas sería un caos, pero al final ella lo superaría de alguna manera.
Dejo salir un quejido gutural algo suave mientras termino a fuera de ella como siempre lo había hecho con cada y una de las mujeres con las que había estado desde que tenía 16 años.
—Vuelve mañana —le indico a Moly mientras esta se movía a un lado de la cama con las pocas fuerzas que le quedaban, esta se dio la vuelta para ver como Ulquiorra la desataba.
†
Londres, casa de Orihime
— ¿Y bien? –le pregunto Rukia saliendo de la cocina al oír que alguien cerraba la puerta.
—Rukia… ¿Qué haces ahí? —dijo Orihime sorprendida
—Vivo aquí —le respondió de manera obvia
—Bueno no paso mucho —intento no dar más información.
—No te creo —halo la silla de la cocina y la puso en medio del pasillo—, cuéntame o de aquí no pasas.
—¡Rukia! —le reprocho dando un paso hacia ella
— Y quiero los detalles —tomo una bolsa con pequeños dulces de chocolates— Quiero saberlo todo —le dijo mientras introducía uno a su boca.
—En ese caso podrías tomar el diccionario que está en la librería —dijo Matsumoto mientras bajaba del segundo piso —dices que quieres saberlo todo ¿No?
—Eres muy cruel, deja tu sarcasmo—cruzo las piernas aun viendo a Orihime.
—¿Nos dirás? —quedo la rubia a un lado de Rukia viendo fijamente a su hermana menor.
—Eso es retorico ¿no es así? —les pregunto la pelirroja.
—Es un no hay secretos en esta casa— le respondió su hermana mayor.
—Lo resumo o quieren la historia larga— dijo Orihime dando las pautas
—Depende —menciono Rukia mientras comía más chocolates
—¿De qué depende ? —cuestiono Inoue
—Si hubo sexo quiero detalles explícitos y gráficos, es más haz un dibujo —dijo la morena sin ningún pudor.
—¡Rukia!—expreso Inoue sonrojándose.
—Pero no hubo ni un beso quiero el resumen de ingresé a su casa a tal hora y salí hace 5 minutos —le respondió Rukia a la pelirroja
—Bueno, ingrese…. —intento decir
—Está bien ya me enteré de mucho —le respondió Rukia interrumpiéndola
—Pero... —la vio con desconcierto, cuando la morena se levantaba.
—No ya obtuve demasiada información —puso Rukia la silla de nuevo en su lugar
—Me invito al té —le explico la pelirroja a la morena mientras se asomaba a la cocina.
—Bueno tengo sueño la verdad —dio media vuelta Rangiku para subir las escaleras.
—Hey… solo he comenzado – le grito a su hermana mientras la veía alejarse.
—¿Y te quito el vestido? —pregunto Rukia
—Vi las pinturas de su madre —se defendió con ese argumento Orihime.
—¡Que sucia eres! , ¿Lo hiciste ahí? —rio—, frente al recuerdo de su madre —quedo Rukia viéndola frente a frente.
—Tomamos él te —dio la explicación, no le iba a seguir el juego.
—Y lo uso en tu vientre para luego lamerlo —se acercó más a Orihime viendo como esta se sorrajaba, no había posibilidades para que la pelirroja le ganara e intentara estar seria.
—Tocamos el piano —le respondió a punto de su rostro se volviera el de un tomate.
—Y en ese lugar te lo hizo duro y tendido ¿imagino que salían unos DO guturales y sostenidos o lo hicieron en FA suave?
—Ya me rindo contigo no se puede tener una conversación de manera seria porque siempre sales con lo mismo— se dio la vuelta dejando a Rukia sola en la cocina.
—Ya se enojó…—musito la morena de manera divertida mientras notaba como en la ventana se marcaban unas pequeñas gotas de lluvia.
†
Algún punto de las calles de Liverpool
El fiel lacayo de la esposa del conde esperaba pacientemente en una de las esquinas de un muy poco concurrido barrio, sus botas se habían llenado de lodo por la lluvia, estaba a punto de irse cuando una bella mujer apareció bajando de un carruaje.
—Señorita —dijo aquel hombre haciendo una reverencia ante la presencia de aquella fina mujer.
—Tú debes de ser el sirviente de mi prima —asevero la mujer.
—Mi nombre es… —artículo aquel caballero.
—No me interesa nada de ti solo el documento que traes —dijo interrumpiéndolo.
—Como usted ordene —dijo, dando el sobre sellado.
—la mujer abrió la carta y comenzó a leerla—. Di le a mi prima que estoy pensando que se ha vuelto loca, no comprendo porque quiere esto.
—Mi señora —hizo otra reverencia para alejarse y caminar hacia el muelle.
—Qué hombre más extraño—menciono con un tono de enojo—, creo que tanto tiempo casada con Ebern ya la volvió loca, armar todo esto solo para que mi padre confeccione una réplica exacta de este traje y que se lo dé a este tipo.
†
Hospital de Londres
El padre de Ichigo había vuelto al hospital al notar que no debía de prestarle tanta atención a las habladurías de una mujer ya anciana
—¿Doctor ya está de regreso? —pregunto una enfermera
—Sí, solo volví a recoger unas cosas –le respondió caminando por el extenso pasillo.
—¿Su hijo está bien?—pregunto mientras lo veía alejarse.
—Soifong esa mujer esta medio loca no le presten atención –le informo mientras entraba a su oficina dejando la puerta abierta.
—La joven enfermera solo rio —eso tendrá que decírselo a todas los otra chicas…—dijo en sus adentros ante tal divertido evento.
El doctor entro a su oficina pensando en que era más estresante, ¿tener a un hijo mal educado o convivir con un grupo de colegas que no se tomaban las cosas enserio?, dio un profundo respiro y se dispuso a recoger unos libros.
—Todo estaría mejor si tu estuvieras conmigo aun mi amor –exclamo volteando a ver un pequeño cuadro de su esposa el cual estaba en una de las repisas donde solía poner una botella de alcohol—, no querida no veas la botella –menciono como si estuviese hablando realmente con alguien vivo, sin embargo sabía exactamente lo cuerdo que se encontraba, quizás tener en mente la necesidad de enloquecer ante su perdida no era del todo algo tan extraño, así al menos no le lastimaría tanto el recordarla día a día, aun después de tanto tiempo parecía como si todo hubiese sucedido hace poco.
—Creo que estas muy mal –dijo un rubio entrando a su oficina.
—No es muy temprano –le indico sin voltearle a ver—, tu negocio comenzará en pocas horas.
—No me digas –le respondió halando una silla para sentarse—¿Te beberás eso?
—Imagino que lo quieres hacer tú –pronuncio sacando dos pequeñas copas de uno de los anaqueles de su escritorio.
—Pues imaginas mal –le respondió dándole una cara de ofendido.
—¿En serio? –se sentó en la silla de enfrente quintándole la copa de enfrente.
—No si quiero –articulo rápidamente quitándole la copa de la mano al doctor.
—¿Tu visita no solo se debe a beber conmigo Kisuke? –le pregunto sirviéndole un poco de Bourbon
—Es tu hijo… —observo como el doctor hizo una pequeña al oír eso.
¿Se fue sin pagar? –pregunto para servirse el mismo.
—Sorprendentemente jamás a estado con ninguna de mis chicas, —le informo al médico dando un pequeño sorbo—, eso en un joven de su edad es muy preocupante.
—Bueno hoy me han hecho una escenita aquí porque metió una mujer a la casa ¿eso controla tu morbosidad de información Urahara? –le informo de manera natural.
—Interesante que piense que por eso estoy aquí –les respondió viéndole fijamente.
—Dejémonos de juegos,—expreso metiendo la botella en el escritorio—, hace años esto me hubiera parecido divertido…
—Tu hijo lleva una investigación muy peligrosa –le dijo interrumpiéndolo.
—Ya me lo suponía, pero eso no es lo que la policía hace –le respondió al rubio.
—Esos asesinatos no los está haciendo un pobre diablo, no son cualquier pequeña investigación de un ebrio matando gatos— le hizo saber al doctor sin perder la compostura.
—Tu punto es que tienes muchas gatitas ¿No? –dio un trago—, y les están quitando la ganas de ronronear.
—Estoy casi seguro que la persona que está matando a esas mujeres ha estudiado muy bien el cómo hacerlo –llevo la copa hasta el para mover el líquido de esta de un lado a otro.
Deberías de cuidar mejor a tus niñas –le respondió al hombre con negocios de dudosa procedencia.
—Tú estarías mejor en las piernas de alguna de ellas –rio el rubio—, tengo buenos paquetes todo incluido si quieres….
—Qué te pasa no digas eso enfrente de mi esposa –le dijo ofendido tapando el cuadro con su mano—, no lo escuches mi amor…
—Pareces un niño mimado, en fin creo que tu deberías de ponerle más atención a tu hijo –le dijo Kisuke acercándole de nuevo la copa para que se la llenara.
—Lo estoy haciendo, desde antes que ese niño naciera vele por un futuro sin que tuviera que escarbar en nada, tu mejor que nadie lo sabe –le respondió sacando de nuevo la botella para servirle un poco más.
—Esa persona sea quien sea sabe exactamente donde atacar y tiene los recursos para desparecer—dio un gran sorbo a la copa—, vamos si fuese un vagabundo no podría huir tan rápido y además mis chicas jamás se liarían con alguien que no tuviese con que pagarles –sabía que ella no eran unas idiotas.
—Ya dedujiste que no es un muerto de hambre –dijo el padre de Ichigo.
—La persona que hace esto debe de tener algo que las atrapa –dando otro trago—, algo que esa persona posee que cuando ellas lo vean no podrían decirle que no.
—Supongo que algo grueso entre sus piernas podría ser un factor –se burló un poco de su amigo.
—Por favor –apoyo ambos codos sobre aquel escritorio para mirar el líquido del vaso frente a frente—, las entrene para moverse por dinero, si su paquete le mide un metro y no tiene con qué pagar ellas deben de largarse.
—Crees que sea alguien con muchos recursos –indico el señor Kurosaki, debido a que el rio en el que estaban podría aclararse—, alguien con negocios más chuecos que los tuyos.
—El negocio de las armas esta con los rusos –dijo moviendo un bisturí que estaba sobre la mesa—, el de las drogas con los chinos –indico moviendo un frasco de pastillas—, el de los franceses es vino –puso la copa vacía sobre la mesa— y el de los ingleses es el de derrochar dinero en diversión y en eso soy el mejor.
—¿Entonces las matas tú? –sabía que él no lo hacía pero que más daba él siempre lo molestaba por no buscar una mujer, así que decirle algo de ese tipo no era malo.
—Como ya le mencione a tu hijo y ahora a ti –indico sin perder la postura—.Como diablos mataría a mi propio ganado, la carne que me alimenta.
—Puede ser alguno de los nobles—brindo una idea—, claro que si eso es así, sabes mejor que nadie que aquí casi medio logres tiene título, es como buscar una aguja en un pajar
—Esta persona dará un paso en falso y ni la mismísima reina de este maldito país podrá detenerme –expreso buscando la salida.
—Vivimos en un monarquía no es una democracia –el medico lo siguió con la mirada.
—Ya veremos quien la tiene más grande– salió el rubio cerrando la puerta tras de él.
—Tus gatitas se mueven por dinero y esa mujer…—dijo eso para sí mismo dando un sorbo a su copa—, esa mujer no es del todo estable.
