Issei reflexionó para sí mismo, pensando no muchas cosas, más que nada pensaba en pechos y sus videos hentai, o recordaba con nostalgia la primera ves que espio junto a sus amigos a las chicas del club de kendo. La forma de aquellas finas curvas y sus modestos pechos quedó grabada permanentemente en su corazón.
Tan absorto estaba en sus pensamientos que casi se olvida de su acompañante.
"Issei-san... ¿Dónde están los cubiertos?"
El castaño casi río ante la pregunta. Observo entretenido como Asia miraba extrañada su hamburguesa de la misma forma que un cachorro observa a un nuevo juguete.
"Las hamburguesas no llevan cubiertos, se comen así"
Tomo la hamburguesa entre sus manos, se la llevó a la boca y abrió grande su mandíbula para darle una enorme mordida.
Asia avanzando y trato de imitarlo, abriendo exageradamente su boca para dar una mordida y masticar muy pesadamente.
"Así no Jaja. No muerdas más de lo que puedes masticar"
Issei soltó una pequeña risa que provocó la vergüenza en la monja, quien masticaba poco a poco. El castaño dio otra mordida a su comida.
Luego de encontrar a Asia mientras caminaba, Issei la llevó a un restaurante para comer. La mayoría de las cosas seguían siendo novedades para Asia, tanto que incluso una simple hamburguesa era un término alienigena para la inocente chica.
Issei la miraba con una mezcla de alegría y preocupación. Estaba ansioso por preguntarle tantas cosas, pero no tuvo el valor. Lo único que quería era contemplar aquella hermosa sonrisa, no quería respuestas que sabía no le gustarían.
'Nah, luego de ir a los videojuegos' Se dijo
Al terminar de comer, fueron a una árcade, donde se divirtieron jugando una gran variedad de juegos. Asia no paraba de reír y jadear, divirtiéndose en cada juego que probaba.
"Perdón señor gomba, devo salvar a la princesa"
"Issei-san, ¡mira cuantos puntos tengo!"
"Este juego es muy difícil"
"¡No te burles, Issei-san! "
Mientras Asia estaba sentada jugando un juego de carreras, pensó en hacer la pregunta.
'Nah, luego de ir al centro comercial'
El castaño y la rubia jugaron hasta el hartazgo, luego Issei la tomo de la mano y fueron corriendo al centro comercial.
Asia no cabía de la emoción, tanto que sus hermosos verdes brillaban como un par de estrellas. Miraba con asombro cada cosa que vendían, desde las hermosas ropas, los finos collares y los coloridos juguetes.
'¿Deveria preguntarle ahora?'
Dio una mirada a la rubia y su corazón saltó. Por primera ves en su vida, Issei no vio una chica con lujuria o un pensamiento similar, solo pensó en aquella inocente y preciosa sonrisa. No tuvo la fuerza para preguntarle.
'Nah... Será en otra ocasión'
Issei le mostró una máquina garra de peluches en la que quizo presumir sus habilidades con la máquina, obteniendo un peluche a la primera (Con 13 "tiros de práctica" según el). El peluche en cuestión era una rata amarilla de baja calidad, y sin embargo Asia lo abrazaba como si fuera una reliquia preciada.
"¡Muchas gracias! Lo guardaré como un recuerdo de nuestra amistad"
"No hay de que. Un encuentro especial como este lo vale"
Asia ascendió con la cabeza gacha, susurrando de forma inaudible.
"Si... Este encuentro es especial... Solo por hoy"
XxXxX
El resto de la tarde se la pasaron jugando, riendo y viajando. Fueron a cada lugar y cada atracción que el centro comercial les proporcionó hasta que anocheció.
Fueron a comer helados e Issei se retorcío de dolor por el cerebro congelado y Asia lo sano, pasó junto a un puesto de mangas hentai e Issei tuvo que volverse un maestro del lenguaje de señas para que el vendedor no le vendiera la edición delux de un paquete de mangas que le había encargado desde hace semanas frente a Asia.
Finalmente caminaron por el mismo parque en el que se conocieron, el mismo donde Issei casi muere. Encontraron a la misma chica que le dio el mismo panfleto.
'Siento un deja vu'
Fueron y se sentaron en una banca.
"Te agradezco mucho Issei-san. Nunca antes me había divertido tanto en mi vida"
"No hay de que, fue todo un gusto. No me divierte así desde—"
¿Morirías por mí?
Issei presionó sus manos en fuertes los puños mientras daba pequeñas respiraciones, sintió que ese pequeño ejercicio le quitaba algo del peso en su pecho y las punzadas en su corazón, punzadas que solo crecían mientras más pensaba en Yuma.
Incluso habiendo pasado más de una semana desde la noche que su novia lo apuñalo con una lanza de luz, Issei aún recordaba vívidamente cada momento de ese día, cada instante y cada palabra salida de la boca de Yuma, de aquellos labios sabor a fresa, y su lengua tan salvaje que jugaba con la suya en una danza acalorada.
'Ughh... Pese a todo, fue una primera vez fenomenal'
Se dijo a sí mismo, ignorando la sensación de vacío que le provocaba recordar su primera interacción sexual.
"Issei-san, ¿Estás bien? Has estado callado mucho tiempo"
"No es nada, solo una mala experiencia. Realmente me la he pasado increíble contigo pero... Sigo teniendo dudas"
¿Dudas?
Issei respir hondo y miro a Asia fijamente a los ojos.
"Asia, esa noche que estuve a punto de morir, cuando te quitaste el vestido... ¿Por que lo hiciste?"
Las palabras salieron pesadas, sin el valor suficiente para mirarla a los ojos. La expresión de Asia se vuelve triste.
"Issei-san estaba muriendo, yo quise ayudar pero el padre Freed me gritaba. Le rogué con todas mis fuerzas que me dejara sanarte. El me dio permiso, pero con una condición..."
Issei lo recuerda, aquella horrenda y desagradable risa llena de burla y sadismo.
"El te..."
"El quería mi cuerpo. Dijo que quería usarme en frente de los muertos, y si lo hacía me dejaría sanarte" La voz de Asia se hizo frágil.
"¡Asia! ¿Por qué?—"
"No podía soportar la idea de dejarte morir. Si con saciar su perversión podía salvar una vida, debía hacerlo. Tu vida estaba en riesgo, ¿Como podría ser tan egoísta y dejar que murieran solo por que no quise tener intimidado? "
La voz de Asia se quebró mientras sus ojos se humedecieron. Ya no había rastro de la alegría o la inocencia con la que acompañaba a Issei, solo dolor.
"E-el fue malo. M-me obligó a hacerlo sobre ti, me llamo sucia ramera y... Y y-yo..."
Asia no aguanto más y empezó a llorar. Lágrimas caían sin detenerse mientras el recuerdo volvía para atormentarla, como en cada noche luego de esa. Por que esa fue la primera, pero no la última.
Recordó como Freed la asaltaba cada noche y en cada oportunidad, como rasgada su ropa y violava su cuerpo entre risas y burlas. Incluso ahora podía sentirlo, su suave voz, su doloroso tacto y el repugnante sabor de su miembro y el sabor del semen en su lengua le daban ganas de vomitar, pero se contuvo, el siempre la castigaba cuando ella se asqueava, y no quería manchar a issei.
Dicho adolescente apretaba los puños de frustración, sentía una rabia indecible burbujar en su corazón. Miró a la monja con tristeza y arrepentimiento.
"Perdón... Si tan solo hubiera sido más fuerte podría haberlo derrivado y no hubieras tenido que pasar por todo... Soy un inútil"
"Issei-san, no es tu culpa. El padre Freed hizo algo terrible, pero no lo odio"
"¡Asia, el te violo! ¿Qué estás diciendo?"
"... El señor trabaja de formas misteriosas. Se que en Su infinita gracia, el señor sinte mis penas. El padre Freed recibirá será juzgado cuando le toque enfrentar el juicio de Dios"
Issei se sintió amargado por la forma tan fácil en que Asia perdonaba al tipo que la violo. Quería que gritara, golpeara, llorará y maldiciera a los cuatro vientos... Pero la rubia solo suspiraba con melancolía.
"Asia, ¿Cómo terminaste con alguien como el?"
"... Fui abandonada despues de nacer. Mis padres me dejaron en las puertas del convento de Santa Carlota, en Italia. Fui recogida por la madre superiora, quien me dio un nombre y su apellido. Crecí ahí, viviendo una vida sencilla, pero feliz"
Asia dejó que los recuerdos fluyeran por su mente, recordó todos esos momentos felices junto a todos los niños, como siempre corría a los brazos de la anciana mujer y como rezaba cada día y cada noche, dando mil gracias al padre, el hijo y el espíritu santo por su vida.
Ella mostró una sonrisa forzada: "¿Podría decirse que fue el llamado del destino? No lo sé. Cuando tenía ocho años, un perro herido, a punto de morir, entró en la iglesia. Estaba tan lastimado... Yo sola, recé a Dios con todas mis fuerzas, y entonces... Ocurrió un milagro"
El par de anillos plateados se manifestó entre sus dedos.
"Tu [Sacred Gear]"
"Twilight Healing; La Sonrisa de la Madre Santa. Descubrí que el señor me había bendecido con el don de sanar. Me llevaron lejos de convento para que pudiera seguir ayudando a más gente"
Asia dijo esa última parte cargada de melancolía. Siempre recordaría el día en que abandonó el único hogar que conoció, las lágrimas que derramó por las personas que dejo. La madre Aurora, Incluso cuando intentaba mantenerse firme, la despidió con un fuerte abrazo.
"Me hicieron curar cristianos enfermos y heridos que venían de todo el mundo. Me alavaron y me dieron el título de Doncella Santa; Santa Asia me decían. Pese a todo, nunca disfrute de los laureles, las alabanzas o la adoración que me daban. Lo que realmente me alegraba era poder usar mi poder podía ayudar a la gente"
Una ligera sonrisa se asomó en los labios de Asia, una gentil y llena de la mas absoluta nobleza, como una delicada flor bailando en la montaña más alta, con la luz brillando sobre su ser. La única palabra adecuada para describirla era "Angelical".
"Un día, encontré un hombre herido a las afueras de la iglesia. No dude en curarlo... Ese hombre..." Asia hizo una pausa mientras se deshacía de todas sus dudas "... El era un demonio"
"Un... Demonio"
Issei trago saliva, estando momentáneamente aturdido por la revelación. Lo que sabía de los demonios es que son seres oscuros y peligrosos que se alimentan del sufrimiento humano. Incluso luego de ver que Rias Gremory y su grupo parecían agradables, Basara todavía le advirtió sobre lo crueles que podían llegar a ser, llegando tan lejos como para esclavizar a otros seres y volverlos demonios a la fuerza.
Asia noto el horror en los ojos de Issei y suspiro pesadamente.
"Los cardinales tenían la misma expresión que tu al enterase. Me tildaron de hereje, me llamaron bruja y me expulsaron de la iglesia por haber corrompido uno de los sagrados regalos del señor y usarlo para curar a un demonio" Acaricio los grabados de sus anillos con sus pulgares mientras lo decía. "Aun puedo recordar sus palabras exactas"
"¿Puede curar demonios? ¡Es una bruja!"
"¡Una hereje que cura demonios!"
"¡Deberían quemarla!"
El solo recordar las palabras y el desdén que recibió en aquel entonces, justamente de las mismas personas que la santificaron y colgaron de alabanzas le dolía, e Issei podía verlo claramente.
"No tenías a dónde ir y... Y entonces terminaste en un grupo de Exorcistas renegandos"
No fue una pregunta, fue una afirmación.
"Si y no. Mi grupo estaba compuesto por Exorcistas y exiliados, pero quien lideraba el grupo y quien me recogió fue un Ángel Caído"
Eso sí sorprendió a Issei.
"Pese a todo, nunca dejé de orar a Dios. El Señor debe estar poniéndome a prueba, provando si mi fe es verdadera. Se que si puedo superar esta prueba, algún día hará realidad mi sueño"
"¿Tu sueño?"
"Es algo tonto en realidad... Quisiera hacer amigos, muchos amigos, cortar flores juntos, pasear por los pastizales..." Una triste sonrisa se formó. "Rrír, llorar, mirar un atardecer, tener una mascota... Vivir feliz... Es algo complicado por que, no tengo amigos ¿sabes?"
Desde que dejo el convento, Asia había estado sola. No importaba cuántas personas la rodearan o cuántos enfermos curará, al final nunca tuvo una verdadera compañía.
"... Tal vez ellos tengan razón, soy una bruja, una hereje y una ramera—"
"¡No!"
Issei la interrumpió, la tomo de los hombros y la miro fijamente a los ojos.
"Escúchame Asia, nada de lo que pasó es tu culpa. 'Sana a los heridos' te dijeron, y eso hiciste. Tú NO eres una bruja, eres la persona más buena que conozco. ¡Ellos son unos verdaderos imbéciles por lo que te hicieron!"
"Issei-san..."
"Asia, te equivocas. Tu no estás sola, tu si tienes un amigo. ¡Yo!"
"¿E-enserio?"
"¡Claro que si! No tienes que angustiarte para complacer un montón de idiotas que no te valoran, solo debes preocuparte en lo que tu deseas con todo tu corazón ¡Es mas! Te ayudaré a hacer todos los amigos que quieras. Cortaremos flores y correremos por los pastizales"
Sus palabras calaron profundamente en el corazón de Asia, dándole una sensación, una a la que siempre se aferraba y que últimamente parecía distante: Esperanza.
"¿Harías eso por mi?... serías... mi amigo"
Issei le respondió con una sonrisa.
"Claro que si. De hecho, ¿Que te parece quedarte a vivir conmigo?"
"¿Q-que?"
"¡Si! No puedo dejar que sigas viviendo con ese bastardo. Tendré que convencer a mis padres, pero estoy seguro de que luego de explicarles te recibirán con los brazos abiertos. ¿Que dices Asia?"
Asia no lo podía creer, ¿Realmente escucho bien? ¿Ella podría finalmente escapar de su eterna pesadilla para estar junto a su único amigo?. Se dijo a sí misma que no quería ser una molestia, pero una parte egoísta de ella quería aceptar, aferrarse a aquel faro de esperanza en su vida de amargura. Asia sonrió, tan genuinamente y tan pura como nunca antes.
"Yo—"
"Oh, Qué tenemos aquí. ¿La pequeña mal agradecida y mi novio hablando tan felices? Me vas a poner celosa, I-se-kun~"
Issei se estremeció al reconocer esa voz, se giro para comprobar y efectivamente, era ella. Levitando varios metros encima suyo y con sus elegantes alas negras 3n todo su esplendor, estaba Yuma.
¡Slash!
Por segunda vez, Issei fue atravesado por la misma lanza de luz. Escupió sangre mientras caía de rodillas. Sus ojos miraron. Llenos de horror a su atacante.
"Yu... Yuma"
"Hola, Ise-kun. Veo que sobreviviste, ¿Una de las princesas de la ciudad te revivió? De ser así es una lástima, no sabes lo triste que es matarte dos veces"
Raynare descendía de los cielos con calma, caminando con una expresión neutra. No disfrutaba de lo que hacía, pero estaba completamente dispuesta. Asia corrió horrorizada hasta el herido Issei.
"¡Issei-san!"
"Asia... Ve... Vete— ¡Puaj!"
"No te muevas, déjame curarte"
Los poderes sanadores del [Twilight Healing] hicieron efecto, sanando a Issei más rápido de lo que María y Basara pudieron juntos. Raynare intervino y jalo a Asia del cabello.
"¡Auuuuuuuuuch!"
"Deja de aser eso, complicas mi trabajo"
"As... ¡Asia!"
Issei tomo Raynare de una pierna, invocó su [Boosted Gear] y la golpeo en el tobillo.
"¡Uy! ¡Eso dolió!"
La chica le asestó una contundente patada a en la cara con su pierna suelta. Issei rodo un metro mientras escupió uno de sus dientes. Esa distracción fue suficiente como para que Asia se safara y fuera a curar a Issei.
"Ya despertaste tu Sacred Gear, genial. ¿Que es eso, un [Twist Critical]?"
Raynare no era experta en Sacred ni estaba bien versada en los tipos de SC, pero conocía vagamente los más comunes por la obsesión del supremo líder de Grigori por los Sacred Gear.
"Asia..."
"Issei-san..."
¡Boost!
"Vete de aquí..."
"¿Tratando de hacerte el héroe? Hmmm, realmente eres un buen material de novio. Es una lástima que—"
Issei no la dejo terminar de hablar. Basara le enseño que contra un enemigo más fuerte (y contra cualquiera en general) lo mejor es terminar la batalla lo más rápido posible. Le dio un golpe en la cara que la aturdio, luego otro y otro hasta que ella alzó vuelo. Raynare se veía molesta, muy molesta, invocó un par de lanzas de luz y se las arrojó. Issei se movio y esquivo la primera, pero la segunda le atraveso el hombro.
"¡Mierd—!"
Y una tercera lanza se clavo en su vientre, en el mismo lugar donde fue atravesado en su cita. Esta vez no perforo por completo, pero el dolor logró tirarlo de espaldas.
"Eso dolió, ¿De dónde sacaste tan malos modales? ¿Esta monja mal agradecida te influencio?"
Raynare comento secamente. Asia intento ir a socorrerlo, pero la ángel caído la sujeto del brazo.
"No, no. El señor Lars me ha recompensado con una oportunidad única. Me quedaré con tu [Sacred Gear], y tal vez me gane un ascenso"
"¡Issei-san!"
"Asia..."
"Adiós, Ise-kun"
Dicho esto, Raynare le arrojó otra lanza que Issei bloqueo con su guantelete, haciéndola explotar en partículas. La caida tomo a la monja y partió vuelo hasta su basé, dejando a Issei agonizando en el suelo.
El castaño intentó levantarse, pero el dolor abrumaba su cuerpo. Podía sentirlo, sus débiles músculos humanos gritando al ser desgarrados. Se arrastro hasta un árbol entre jaleos. La herida en su vientre, la que anteriormente había sido sanada al ser remplazado con carne de dragón, ya no sangraba, pero la de su hombro seguia abierta.
Maldijo a su débil cuerpo humano, tan frágil como para romperse ante el menor golpe y sangrar a la menor herida. Saco su teléfono y llamo al número de Basara, pero solo respondía el buzón de voz.
"¿Y ahora que?"
¿Como se supone que ayudaría a Asia? No podía llamar a la policía ni a sus amigos, estaba solo y herido en una misión que no podía superar. Si tan solo hubiera alguien que lo ayudará, alguien que...
... Cumpliera su deseo
"¡El panfleto!"
Saco el panfleto de invocación de su bolsillo y miro aliviado el símbolo carmesí.
Con tu sangre y la luz de la luna, tus deseos se harán realidad.
Eso decía el panfleto. Se toco el hombro y dejó caer la sangre de su herida abierta en el papel mientras lo extendía al cielo nocturno y lo inbuia con su energía mágica.
¡Boost!
"¡Demonio, seas quien seas, yo te invocó!"
Arrojó el papel lejos, y al caer nació un halo de luz rojiza que iluminaba la oscuridad, y de la luz se formó una figura que reconoció. Issei se apresuro a hablar.
"Quiero hacer un pacto. Ayúdame a rescatar una amiga, y te daré lo que quieras"
