¡Saludos, queridos lectores!

Después de otra semana sin actualización, este fin de semana les tengo algunas compensaciones, iniciando con la actualización de esta historia este viernes por la noche, y con la hermosa portada que ManaKarin ha hecho para la historia n.n

Agradezco muchísimo la portada, me encantó, por lo que el capítulo de hoy se lo dedicaré a ManaKarin. Muchas gracias, linda, de verdad estoy muy contenta y estoy segura que a más de una persona le encantará tu arte n.n

ManaKarin me solicitó dejarles una nota sobre la portada, pero la dejaré para el final del capítulo. Por ahora, los dejaré con la historia, y al final les hablaré un poco más sobre las actualizaciones de octubre n.n


El joven azabache abrazó a Karin para hacerla acurrucarse para respaldar sus palabras sobre ir a dormir, pero tal como ya lo esperaba de la pelirroja, ella protestó. Lo admitía, a veces no le gustaba lo terca que podía ser en momentos como ese.

—No sé tú, pero si se queda toda la noche tocando el timbre, no voy a poder dormir y mañana debo trabajar.

—Entonces quitemos la luz para que deje de sonar. No vamos a necesitarla para dormir.

—Sasuke, ¿en serio no vas a abrirle a tu padre? ¿Qué crees que haría? —ella le preguntó volteándose hacía él de nuevo— No me digas que es capaz de secuestrarnos y que la policía no le hará nada porque…

—¿Prefieres que durmamos juntos sin electricidad o escuchar a mi padre darme un sermón de por qué soy un idiota por no volver con la familia?

Ella lo miró a los ojos algunos instantes, para luego soltar un suspiro pesado.

—De acuerdo, quitemos la luz o no podré dormir, pero alguna vez vas a tener que enfrentar a tu padre —respondió ella sentándose en la cama— Además, si es tan insistente como parece, nos lo podemos encontrar mañana saliendo al trabajo.

—Quédate, yo quitaré la luz —Sasuke se sentó en la cama— ¿Dónde están los fusibles?

La pelirroja miró al varón unos instantes antes de contestar.

—En la cocina junto al refrigerador.

—Ya vuelvo.

Sasuke se levantó de la cama y salió de la habitación descalzo, mientras Karin se acostaba de nuevo, no sin echar otro vistazo a la desnudez del chico que no se había puesto nada para cubrirse.

—¡Dios mío! ¡Qué trasero! —dijo mordiéndose el labio inferior. Aún no podía creer que de verdad estuviese en esa situación con el azabache, pero hubo una sombra en sus ojos— Ojalá fuera más que un acostón.

No estaba muy segura de qué podrían decir o hablar después de aquella experiencia, así que Karin optó por meterse a las cobijas y fingir que se estaba quedando dormida, no sin antes tocarse por debajo del vientre, pues aquella sensación seguía latente.

Sasuke, por su parte, volvió a la habitación en pocos minutos, aunque con algo de dificultad, ya que no había más luz que la que podía filtrarse por la ventana.

Antes de meterse a la cama, hizo una parada al baño, y se acostó junto a la pelirroja.

—Hace frío —comentó la pelirroja después de unos minutos de silencio entre ambos, pues aunque inicialmente había querido fingir que se dormía pronto, no pudo evitar desear que él la abrazara nuevamente.

—Duérmete —dijo Sasuke en una orden, pero al poco la abrazó y la pegó a su cuerpo, lo que hizo feliz a la pelirroja.

—Buenas noches, Sasuke —Karin le susurró y él sólo le respondió con algo parecido a un gruñido.

Unos minutos más tarde, ambos quedaron profundamente dormidos.

—¿Cómo te sientes? —Karin oyó la voz de Sasuke preguntarle cuando ella estaba despertando, lo que le causó un sobresalto.

—¿Qué?

—¿Cómo te sientes? —él se veía mojado y tenía una toalla alrededor de la cintura.

Karin había olvidado que había dormido con Sasuke y al recordar lo de la noche anterior, y verlo frente a ella de esa forma, se sonrojó. Sin embargo, se arregló la voz para tratar de disimularlo.

—Bien. No sé por qué preguntas eso —fingía que veía para otro lado, pero desviaba la mirada de vez en cuando al cuerpo del varón.

—¿Ya no tienes la sensación que me comentabas ayer?

A la pelirroja le tomó un segundo entender a lo que se refería e instintivamente se tocó el vientre.

—Estoy bien. Todavía siento un poco la misma sensación, pero no me molesta.

—Deberías tomar un baño antes del trabajo —sugirió Sasuke que se secaba el cabello con otra toalla. Seguramente, esas toallas las había llevado él en su mochila, porque ella no las reconocía— Apúrate o se te hará tarde. Te iré a dejar en el trabajo.

La pelirroja miró su celular y se paró de la cama de un salto al ver la hora.

—¡¿Por qué no me dijiste antes?! ¡Es tardísimo!

Corriendo, Karin entró al baño a darse una ducha rápida y arreglarse, y en poco tiempo, ambos salieron del departamento. Por fortuna, como Sasuke la llevó en carro, llegó justo a tiempo.

Debido a la prisa, Karin no prestó mucha atención a Sasuke, sin mencionar que no estaba muy segura de qué podrían hablar después de aquella noche, así que no notó que pese a entrar a la misma hora a oficina, él había decidido llevarla a su trabajo y habían llegado en punto de la hora, por lo que él tendría que llegar tarde.

Gracias a la prisa, no tuvo que pensar cómo despedirse, simplemente se bajó del carro con un adiós y un agradecimiento. Sin embargo, un tiempo después cuando estaba más tranquila, se dió cuenta de aquel detalle.

Seguramente él habría llegado muy tarde al trabajo, quizá incluso lo habrían regañado y ver que él dejara que eso pasara, era decir mucho, porque Sasuke era muy comprometido y puntual con sus compromisos, especialmente los del trabajo.

Karin repasó aquello un par de veces en su mente, así como la noche que habían tenido y se le escapaban varias sonrisas al recordar tal o cuál cosa, pues ella estaba más que contenta e incluso, ansiaba que llegara la noche para repetirlo.

Es que Sasuke era tan guapo y sexy, pero al mismo tiempo había sido cuidadoso y atento, incluso quizá un poco tímido. Lo único malo había sido que sólo estuvo dentro de ella una vez, y ella se preguntaba el por qué cuando definitivamente él evidenciaba querer más. De hecho, aquella experiencia le había recordado mucho a su primera vez, cuando ella prácticamente preguntaba o avisaba cada cosa que iba a hacer, aunque al final no había logrado hacer mucho porque el idiota con el que estuvo, tomó la batuta e hizo lo que quiso.

¿Habría sido la primera vez de Sasuke? Quizá por eso no quiso seguir para no delatarse y quizá por eso estaba tan preocupado por lastimarla.

Por supuesto que le costaba trabajo pensar que siendo tan atractivo, Sasuke apenas hubiese tenido su primera vez a los veinticuatro años, pero con lo serio y huraño que era, quizá no había tenido interés en estar con una mujer hasta ya algunos años después, pero debía ser vergonzoso que alguien se enterara que aún era virgen y estaba usando el asunto de la apuesta para perder su virginidad y…

—¡La apuesta! —exclamó Karin dándose una palmada en la cara, pues hasta ahora se daba cuenta que ni Sasuke ni ella habían contestado los cuestionarios del condón.

—¿Aún estás confiada en que ganarás? —un compañero de la oficina la alcanzó a oír. Era uno de los tantos que se habían burlado de ella por ir a buscar candidatos a la sex shop.

—Conseguí más voluntarios que cualquiera —contestó ella presumiendo.

—Ya veremos si no te engañaron —respondió el hombre rubio, quién, de hecho, era el segundo que tenía más personas.

El hombre echó una mirada a su alrededor y aunque no dijo nada, parecía que le frustró el rededor y se fue sin decir nada.

Karin permaneció con su actitud altiva para mostrarse segura, pero en cuanto tuvo otro momento a solas, volvió a plantearse la posibilidad de que hubiese tomado la virginidad de Sasuke sin saberlo. La apuesta ya no le era tan importante con esa idea en mente.

Si lo pensaba bien, eso explicaba por qué había sido tan cuidadoso con ella, por qué al principio había dificultad de acercamiento, el por qué la primera vez que lo intentaron la besó de forma dulce y después más fogosa e incluso él debió temer no aguantarle el ritmo si tomaban más rondas.

¡Qué dulce sería pensar que ella se quedó con su primera vez!

Aunque tampoco podía negar que la idea era agridulce si él sólo la había elegido porque se le presentó la oportunidad por tener vergüenza de no admitir que era virgen a los veinticuatro.

La pelirroja le dió vueltas al asunto el resto del día, y a diez minutos de su salida de la oficina, recibió un mensaje de él avisándole que pronto llegaría por ella.

—Me alegra haberte alcanzado antes de que te fueras —una voz llamó la atención de Karin que recién había salido del edificio para esperar la llegada de Sasuke.

—¿Vienes a molestarme de nuevo, Souma? —preguntó Karin cruzándose de brazos. Era el mismo tipo rubio que se le había acercado por la tarde en la oficina.

—No, preciosa, por el contrario, tengo una propuesta que hacerte —él le sonrió seductoramente.

Karin estaba confundida por el cambio de actitud del hombre.

—Las apuestas ya están hechas, si quieres retractarte, no me concierne a mí.

—En realidad, te tengo una propuesta para que ambos ganemos la apuesta —dio un paso hacia ella con la misma sonrisa.

—Te recuerdo que la que va ganando la apuesta soy yo —ella le sonrió con altanería y sacó su celular esperando ver un nuevo mensaje de Sasuke de que ya estaba cerca.
—¿Estás segura? Todos en la oficina sabemos que encontraste a esos hombres en una sexshop y seguramente no tienes la garantía de que ellos puedan usar el producto. Cuando los cuestionarios se entreguen y sean evaluados, se irán descartando los que te mintieron.

—¿Y acaso tú tienes garantía de que a quienes les diste el producto pueden usarlo? —preguntó Karin segura de que la respuesta sería "no". Finalmente los hombres eran muy delicados con el tema de sus "amiguitos", y nunca faltaba el hablador que para sentirse bien, mentía al respecto.

—Por supuesto, porque de las cuatro personas que entregué los productos, tres son familiares míos y el cuarto soy yo —respondió Souma con orgullo.

La pelirroja lo volteó a ver buscando alguna señal de que alardeaba, pero se veía muy seguro de sí mismo.

—Si fuera verdad, no tendrías por qué aliarte conmigo y sólo esperar a que se descarten mis candidatos.

—Lo propongo porque quiero compartirlo contigo, pero sería mejor si me ayudaras, no sólo a ganar la apuesta, sino a probar los productos.

—¿Y cómo se supone que voy a ayudarte a ganar la apuesta? —preguntó Karin burlona.

—Dame tus cuestionarios, los entregaré a mi nombre y a mí me darán los bonos y el dinero de la apuesta —se acercó a ella estirando su mano para tomarla de la barbilla— Cuando cobre el dinero, podemos irnos de vacaciones a dónde tú quieras y pasarla muy bien. Te garantizo placer.

—¿Por qué te daría mis cuestionarios si voy ganando? —Karin le hizo a un lado la mano. Ese hombre era guapo, lo admitía, pero no lo soportaba— Además, no creo ni una sola palabra de lo que has estado diciéndome.

Souma la tomó de la muñeca para pegarla a él y tomarla con la otra mano de la cintura.

—Puedes acompañarme a mi departamento y comprobar lo que digo —acercó su rostro a ella para besarla— Te dejaré más que complacida y tú sola me pedirás por más.

Desde el primer momento en que el hombre la pegó a su cuerpo, Karin intentó empujarlo para separarse de él. Empero, este no estaba dispuesto a tener un no por respuesta y la sujetó bastante fuerte.

—¡Suéltame ahora mismo! —le ordenó la pelirroja que había desviado la cara para evitar el beso.

—Vamos, no te arrepentirás. No tienes que…

—Suéltala —se oyó una voz muy seria y el propietario había tomado con fuerza por la muñeca a Souma.

Sasuke había llegado en algún momento y desde el auto vio la escena. Por el forcejeo, ni Souma ni Karin se habían percatado que se había bajado del carro y se había acercado a ellos.

—Métete en tus propios asuntos.

—Ayúdame —pidió Karin contenta, pues por la forma en que el hombre la tenía, no había podido patearlo como había hecho con el hombre de la sexshop.

—Estamos ocupados, largo de aquí —dijo Souma irritado tratando de soltarse del azabache, pero este lo agarraba con más fuerza— Mi novia y yo sólo estamos jugando.

—¡Yo no…!

—Suéltala ahora mismo —Sasuke levantó la voz sin gritar, mostrando imponencia, pero al mismo tiempo agarró con más fuerza la muñeca del rubio.

—¡Ay! ¡Suéltame! —se quejó el hombre que al fin soltó a la pelirroja, momento en que Sasuke lo soltó y Souma se agarró la muñeca para sobarse— ¿Estás loco?

La pelirroja, en cuanto estuvo libre, se alejó del rubio, pero acercándose al azabache.

—Confío en que ganaré la apuesta y no necesito de tu ayuda para lograrlo —replicó Karin— Y por si no lo has notado, no estoy interesada en nada que venga de ti.

—Vámonos —Sasuke tomó a Karin de la cintura para conducirla al auto.

—¿En serio? ¿Te irás con ese idiota? —se oyó la voz burlona de Souma— No creo que él tenga lo que yo tengo.

Ella detuvo sus pasos, pero pegó su cuerpo al de Sasuke que hizo lo mismo y volteó a ver al rubio con una sonrisa traviesa y orgullosa.

—Él tiene lo que me gusta, y lo más importante, sabe usarlo —dijo y enseguida volvió a andar junto al varón que intentaba ocultar un sonrojo que apareció en sus mejillas al oírla.

Ambos se subieron al auto y Sasuke quería apresurarse a irse, pero Karin se acercó a él antes de que pudiera encender el auto y lo besó.

—Sólo quería molestarlo más porque estoy segura que está volteando hacia acá —le dijo ella cuando el beso terminó y él, sólo asintió en silencio y arrancó el coche.

—¿Te molesta seguido? —preguntó Sasuke después de una larga pausa.

—¿Qué? No. De hecho, ni siquiera imaginé que tenía esos pensamientos por mí, hasta ahora.

Sasuke volvió a gruñir descontento y ya no mencionó nada. Por su parte Karin dejó de lado el tema porque se estaba preguntando si sería buena idea preguntarle al azabache sobre su virginidad.

Al llegar al departamento, Karin fue a dejar su bolsa a su habitación y Sasuke entró al baño de invitados, pero cuando ambos volvieron a la sala, de nuevo se encontraron con que no sabían muy bien cómo seguir con lo que tenían pendiente.

—¿Qué te gustaría cenar? —preguntó Uchiha de repente.

—No sé, lo que tú quieras —respondió Karin que no podía pensar en nada que no fuera lo que había estado pensando en todo el día.

—Sólo elige algo.

—No sé, ¿ramen? —dijo Karin como lo primero que llegó a su mente, pues por la forma en que él había hablado, sabía que ella tendría que elegir.

—De acuerdo —respondió el varón tomando su celular para hacer un pedido, y al poco de hacerlo, su teléfono sonó.


¿Sasuke realmente era virgen antes de aquella noche con Karin? ¿Karin le preguntará a Sasuke al respecto directamente? ¿Por qué Sasuke se enfadó con la respuesta de Karin sobre Souma? ¿Quién estará llamando a Sasuke? ¿Será su padre quién volverá a llamar a la puerta? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer este capítulo?

Me encantará leer sus teorías y preguntas en los comentarios n.n

Primero iré con la nota de ManaKarin, quien me pide aclarar que la portada es una calca censurada del anime del que está basada esta historia (XL Josuhi), pero revestida para que Sasuke y Karin aparezcan en la imagen. La idea original del arte no es de ella, y sólo está hecha para la portada de esta historia y no con el fin de ofender a nadie, y mucho menos al verdadero artista de la portada.

Linda, aún si no es directamente tu arte, agradezco mucho el esfuerzo, y para mí, demuestra mucho de tus habilidades como dibujante, pues adaptar tampoco es una tarea fácil, sea el ámbito que sea n.n

De mi parte, los anuncios son que en octubre estaré retomando las historias de la Horror Week SasuKarin del año pasado, pero mientras me sea posible, seguiré con las historias del SasuKarin Month. Hoy sólo subiré este capítulo, principalmente porque me apremiaba mostrarles la hermosa portada de la historia, pero aún tengo preparados dos capítulos de dos historias diferentes, así que espérenlas entre el sábado y domingo n.n

Sin más por el momento, me despido por ahora, esperando que tanto la portada como el capítulo hayan sido de su agrado n.n

¡Hasta la próxima actualización!