Capítulo 4: Si piensas que algo no puede ser más ridículo, te sorprenderías.
Draco pierde cualquier sentido de que esto no es una locura, cuando debe decirle hola a un perro caniche, para luego terminar viajando en tren por lo que son 2 días seguidos; Draco no sabía que era un viaje en tren muggle fuera de la estación de King Cross para ir a Hogwarts, hasta ese día y aunque los inventos de los muggles son una cosa ingeniosa, vivirlo no lo era. Este medio de transporte era lo peor que había conocido en toda su vida (trasladores, apariciones, red flu), no entendía cómo alguien pudo pensar en semejante atrocidad para que otros se transportaran u enviaran objetos entre distancias. Los muggles realmente eran tan atroces como sus padres pensaban, sin duda el viajar aquí solamente lo hizo más claro.
Annabeth todavía lo odia por cobarde, pero Draco también la odia por imbécil sabelotodo.
Cualquier indicio de apreciación por su conocimiento se fue por la basura.
Grover parecía bastante indiferente y aún contestaba sus preguntas si eran necesarias, sin tratarlo mal o bien al respecto.
Percy era… su único consuelo.
Lo cual era patético, porque hace menos de 4 días lo odiaba con todo su ser por ser tan parecido a Potter.
Viajaron a través de colinas, ríos y mares de trigo ámbar. No les atacaron ni una vez, pero tampoco se relajó. Daba la sensación de que viajaban en una bola de cristal, que les observaban desde arriba y puede que también desde abajo, que había algo acechando, a la espera de la oportunidad adecuada.
Lo único divertido fue ver los intentos muggles de rastrear a Percy Jackson.
¿Eso los hizo fugitivos?
La fotografía de Percy tenía la mirada ida, con un borrón metálico en sus manos. En el pie de foto (que no se movía) se leía: «Percy Jackson, de doce años de edad, buscado para ser interrogado acerca de la desaparición de su madre hace dos semanas. Aquí se le ve huyendo del autobús en que abordó a varias ancianas. El autobús explotó en una carretera al este de Nueva Jersey poco después de que Jackson abandonara el lugar. Según las declaraciones de los testigos, la policía cree que el chico podría estar viajando con tres cómplices adolescentes. Su padrastro, Gabe Ugliano, ha ofrecido una recompensa en metálico por cualquier información que conduzca a su captura.»
—No te preocupes —le dijo Annabeth—. Los policías son mortales, no podrán encontrarnos. —Pero no parecía muy segura de sus palabras.
Draco aprovechó el tiempo para dormitar; extrañaba la magia, aunque fuera un primer año, cualquier cosa podría ser más divertida que esto, extrañaba incluso lanzar un simple Lumus a estas alturas.
Este mundo para su sorpresa.
Realmente era más mágico de lo que pudo ver.
Percy una vez señaló a su lado la ventana donde se veía una familia de centauros galopar por un campo de trigo, con los arcos tensados, mientras cazaban el almuerzo. El hijo centauro, que sería del tamaño de un niño de segundo curso montado en poni, los vio y saludó con la mano.
Nadie parecía verlos.
Interesante.
En el mundo mágico no era tan diferente, podrían hacer hechizos para que los muggles no los detectaran, pero usualmente eran capaces de ver cosas mágicas; pero aquí, esta especie de magia mitológica parecía tener una propia magia que los ocultaba de ojos no mágicos… o con sangre divina. Usualmente viajaba con sus padres a otros países, pero le hizo pensar, si al estar dentro del mundo muggle en esos lugares, habría podido ver estas cosas.
Tendría que ponerlo en práctica en otro momento.
Donde no estuviera en una misión suicida.
Dejando de lado las pesadillas de Percy con Hades, una competencia entre Percy y Annabeth sobre quien tiene el peor padre del Olimpo, a la cual Draco no pudo unirse, porque… bueno pues no sabe quién es su padre, no tuvo mucho que aportar.
—Mis padres que me criaron me aman —había dicho para molestia de los otros dos semidioses.
No iba a mentir.
Incluso si su padre celestial nunca lo llegara a reclamar y parte de su orgullo se siente herido al respecto, no se siente tan mal; su madre Narcisa lo ama y su padre Lucius había dicho que siempre sería su padre. Puede que no fuera de sangre, lo cual aún le cuesta comprender, pero era su padre de una forma u otra.
Pasó años pensando en otros como menos por su sangre.
Pero Lucius lo había querido, era su padre y no importaba el Olimpo.
No estaría aquí si pudiera elegirlo.
Draco se siente incómodo siguiendo a los otros, era como una carga para ellos y este viaje distaba mucho de lo que imaginó que podría ser. Cuando era niño tenía sueños donde sería el mejor amigo de Harry Potter y de alguna forma iban aventuras, todo había sido destruido cuando este había elegido a un traídos de sangre y una sangre sucia; pudo tener a Draco, lo mejor de la sociedad y eligió la basura en su lugar. Teniendo aventuras durante todo ese primer año, Draco se había muerto de celos, porque pudo haber sido él quien tuviera esas aventuras con Potter.
Si las aventuras de San Potter eran como esta.
No está seguro de quererlas.
Probablemente también se habría quedado congelado entonces.
Patético.
El Gran Draco Malfoy debería haberlo hecho mejor.
¿Acaso no quería ser un héroe?
.
.
—¿Por qué tenemos que ver un estúpido arco?
—Porque eso quiere Annabeth.
Draco gruñó ante el claro interés de Percy hacía Annabeth que era molesto, casi quería preguntarle si era un idiota para no notar que Annabeth estaba colada por Luke y sus intenciones serian simplemente ridículas.
Se mantuvo en silencio.
Aunque la molestia persistía.
Otra vez lo mismo.
Potter con Weasley y Granger la sangre sucia.
Percy con Annabeth y Grover.
¿No pueden ver que Draco era mejor que ellos?
El arco estaba a un kilómetro y medio de la estación, Draco odiaba caminar. A última hora, las colas para entrar no eran tan largas. Se abrieron paso por el museo subterráneo, vieron vagones cubiertos y otras antiguallas del mil ochocientos. No era muy emocionante, pero Annabeth no dejó de contarles cosas interesantes de cómo se había construido el arco, y Grover no dejó de pasar gominolas, así que tampoco fue tan horroroso.
Annabeth parecía lista para explicarlo todo, incluso a Draco que juraba odiar, el explicar y ser una sabelotodo como Granger era más importante.
—Chicos —les dijo Percy—, ¿sabéis los símbolos de poder de los dioses?
Annabeth estaba intentando leer la historia del arco, pero levantó la vista. Draco había estado intentando leer a su lado, porque esto era mil veces mejor que dos días de viaje en tren.
Un niño aburrido puede pecar.
Además, estaba sorbiendo ese batido muggle, que no debería ser tan delicioso como lo era.
—¿Sí?
—Bueno, Hade… —Grover se aclaró la garganta—. Estamos en un lugar público… ¿Te refieres a nuestro amigo de abajo?
Draco sorbió ruidosamente, sabía a manzana, delicioso.
Estúpidos muggles, tal vez no eran tan inútiles como pensaba.
—Esto… sí, claro —contestó inseguro—. Nuestro amigo de muy abajo. ¿No tiene un gorro como el de Annabeth?
—¿El yelmo de oscuridad? —dijo ella—. Sí, ése es su símbolo de poder. Lo vi junto a su asiento durante el concilio del solsticio de invierno.
—¿Estaba allí? —preguntó Percy.
Ella asintió.
—Es el único momento en que se le permite visitar el Olimpo: el día más oscuro del año. Pero si lo que he oído es cierto, su casco es mucho más poderoso que mi gorra de invisibilidad.
Una estúpida gorra comparada al yelmo de la oscuridad, claramente sería mejor.
Draco rueda los ojos burlonamente, ganando una mirada fulminante de Annabeth.
—Le permite convertirse en oscuridad —confirmó Grover—. Puede fundirse con las sombras o atravesar paredes. No se le puede tocar, ver u oír. Y es capaz de irradiar un miedo tan intenso que puede volverte loco o paralizarte el corazón. ¿Por qué crees que todas las criaturas racionales temen la oscuridad?
Interesante.
Las cosas que podría hacer si tuviera algo como eso, si no fuera porque técnicamente los tres grandes no deberían tener hijos, sería interesante ser hijo de Hades.
Un pensamiento pasó por su mente, uno intrusivo.
Si Poseidón rompió el trato.
¿Por qué los otros dos no lo harían?
—Pero entonces… ¿cómo sabemos que no está aquí justo ahora, vigilándonos? —preguntó Percy nervioso.
Annabeth y Grover intercambiaron miradas.
—No lo sabemos —repuso Grover.
—Gracias, eso me hace sentir mucho mejor —respondió—. ¿Te quedan gominolas azules?
Realmente es curioso cómo alguien puede ser tan adicto a la comida azul, antes de conocer a Percy, no pensó que eso fuera posible.
El idiota es una forma constante de burla hacía las demás cosas razonables en su vida.
Ocuparon unos 15 minutos el convencerlo de entrar en esa mierda que conocían como: "ascensor" que iba a llevarlos hasta la cima del arco, ahí supo que tendría problemas. No soportaba los lugares cerrados. Lo vuelven loco.
No importa su funcionamiento o como Annabeth explicó que era seguro.
No iba a subir.
Así que todos lo vieron unos momentos, antes que determinaran que si no subía se quedaría ahí. Con los brazos cruzados y una mirada de duda de Percy que tampoco quería ir, al final fue elegido para que se mantuviera en el mismo lugar sin moverse mientras ellos iban.
Annabeth lo vio como cobarde.
Grover solo suspiró.
Percy lo vio con envidia cuando las puertas de metal del lugar se cerraron.
Bien.
Lejos de la caja de la muerte.
—¿Malfoy?
No.
Retira eso, la caja de la muerte era mil veces mejor, piensa aterrado cuando voltea incrédulo hacia su espalda.
Hay una niña, de su edad, con cabello rizado castaño claro y ojos marrones. Tiene ropas algo muggles, aunque no tendría necesidad, reconoce la apariencia de la niña, aunque sabe que su familia no es importante; a pesar de ser sangre pura.
Lavender Brown.
Joder su puta suerte.
.
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Hay una pequeña cafetería (término curioso) cerca del arco donde están Percy y sus amigos, para ver algo estúpido que claramente no vale que Draco ahora este atrapado en esta situación. Mientras Lavender y quien parece ser su padre, están totalmente impecables en sus ropas, Draco tiene que recordarse que esta con ropas sucias del campamento mestizo y su cabello debe ser un puto desastre. La humillación le hace querer buscar una forma de suicidarse en este momento, no sin antes asesinar a todos los presentes y especialmente Annabeth, quien es la culpable de todo por su estúpido deseo de ver el maldito arco de mierda.
Toma el té que se le ha ofrecido.
—Es un honor ver al hijo del señor Malfoy, estoy trabajando con la MACUSA, sabía que habían tenido un viaje, pero no estaba seguro de que siguiera en el país —habla Thomas Brown con una sonrisa afable, que de afable Draco no siente nada.
El hombre es simplemente un trabajador de bajo nivel, no hay mucho que rescatar de la familia Brown. Thomas (un antepasado y posiblemente motivo del nombre actual del padre de Lavender) Brown era el propietario de Tomes and Scrolls en Hogsmeade en 1890.
A finales de 1890, Belinda Brown fue citada en un artículo del Daily Prophet sobre el arresto de un mago de Cornualles acusado de criar basiliscos después de que en una inspección de rutina del Ministerio revelara sapos en sus cinco gallineros. El mago alegó ignorancia ante el Wizengamot, lo que fue recibido con un escepticismo generalizado; Belinda Brown, sin embargo, creía que el mago en realidad no se daba cuenta del hecho de que un Basilisco nacía de un huevo de gallina nacido debajo de un sapo, ya que había sido informado de la inspección y aparentemente no había hecho ningún esfuerzo por ocultar los sapos.
Belinda Brown también fue citada en otro artículo del Daily Prophet sobre un mago de Cornualles que supuestamente criaba un pollo con un dragón verde galés común para crear un supuesto híbrido apodado " Dricken ". Aunque técnicamente era legal en ese momento, el Ministerio comenzó a investigar para confirmar la existencia de la criatura y algunos de los otros cruces rumoreados del mago, como un Billywig cruzado con una vieira, una cabra cruzada con un Mooncalf y un Niffler cruzado con un escarabajo, para garantizar que ninguno de ellos causara ningún daño a las comunidades mágicas o muggles cercanas, si es que existieran. Brown comentó sobre el rumor afirmando que las preocupaciones del Ministerio serían mayores si el supuesto "Dricken" fuera un pollo del tamaño de un dragón en lugar de un dragón del tamaño de un pollo.
Solamente le recordaba por su interés en dragones cuando era más joven.
Kelly Brown por otro lado es una jugadora de rugby profesional que juega como ala.
Lavender por otro lado no es nada importante, una Gryffindor que era bastante chillona y llorona de su generación, nunca habían intercambiado palabra hasta este día.
La niña frente a él luce nerviosa, claramente queriendo estar en cualquier otro lado y eso es solamente la única cosa en común que ambos podrían tener.
—Estoy de viaje con unas amistades —es lo único que dice Draco disfrutando un poco del té, es claramente una aberración comparado al té inglés, pero tristemente no hay mucho que pueda hacer.
En otra ocasión se quejaría hasta la muerte, pero ha descubierto que las quejas no tienen mucho significado en este lado del mundo.
Nadie lo conocía.
Y cuando una persona lo reconocía como el señor Brown y lo trataba con el respeto que merecía por ser un Malfoy, claramente nadie de sus actuales acompañantes estaba a su lado para disfrutar de la vista; maldita suerte la que tenía el día de hoy.
Puede que no se vea digno.
Pero maldita sea, era un Malfoy.
Draco.
Percy había dicho que debería ser él mismo sin su apellido o su familia, no entiende ese idiota de que habla, porque no sabe que es tenerlo todo en la palma de la mano.
—Escuché que eras el segundo mejor de tu año —habla Thomas Brown sin saber que está ladrando al árbol equivocado.
Lavender parece petrificada, entendiendo antes que su padre el error que cometió.
Segundo después de una sangre sucia.
Draco sonríe de forma falsa, pensando en la forma en como cuando vuelva a casa, destruirá la vida de la familia Brown por esta ofensa.
—Mi hermano mayor —salta la niña torpe, con ojos temblorosos, que ha visto en el colegio porque sabe que es bueno tenerle miedo; ha pasado toda una vida aprendiendo sobre los Malfoy y como es mejor no meterse en su camino—, Daniel trabaja como historiador y es bueno en runas antiguas —añade como si estuviera luchando por su vida.
¿Eso que importa?
—Cierto, Daniel fue llamado por los Malfoy para restaurar parte de su muro mágico —declara Thomas emocionado y eso provoca que Draco olvide un momento sobre la destrucción de la familia Brown—, usualmente se llamaría a un rompe maldiciones para el caso, pero parece ser que los muros distan de muchas épocas e incluso tienen grabados de la antigua Grecia; no conozco mucho del tema, pero parece que la familia Malfoy estaba trabajando en un dios griego en específico, es fascinante —explica con emoción el padre de Lavender.
Tal vez… no necesite destruir a la familia Brown.
Sus padres estaban trabajando en reparar el muro, aunque inicialmente, Draco no sabe qué clase de cosa pudo destruirlo. Antes de cumplir 12 años el muro trabajó bien toda su vida e incluso en Hogwarts no tuvo ningún accidente. Pero apenas habían llegado de vacaciones a casa, fueron atacados y es normal que se necesite trabajo para reparar cualquier barrera mágica.
Ocuparon llamar a expertos.
Runas antiguas.
Griegas.
¿Su padre del Olimpo habría ayudado a las runas?
—¿Conoce cuál Dios griego era? —Puede que fuera su padre celestial, y si sabía eso, podría maldecirlo por su mala suerte.
Bueno.
Al menos ya no sería un no reclamado, técnicamente seguiría sin ser reclamado en el campamento, pero podría jactarse frente a los chicos del campamento de que no era alguien sin conocimiento de su parentesco. Puede que sonara estúpido para otros, pero cualquier información ayudaría a subir su estatus, Percy no entiende sobre eso, porque no fue criado como él.
Draco conoce muy bien el poder de la información.
Su padre, Lucius, se lo enseñó bien.
—Bueno no estoy seguro…creo que era…—El hombre se detiene confuso y Draco sigue la mirada, tomando un momento para procesar la imagen.
Percy Jackson.
O el que supone que es Percy Jackson debido a la distancia, saltando en el arco de Gateway.
Toma un segundo procesar que está pasando, antes de que coloque ambas manos sobre su rostro, y maldiga en griego antiguo para sorpresa de los Brown.
—¿Alguien acaba de saltar del arco? —cuestiona Lavender horrorizada a su padre, que sigue en shock.
Bien.
Retirada.
—Me tengo que ir, sería agradable no mencionar a mis padres sobre mi presencia o a nadie en específico, tengo trabajo que hacer —dice Draco antes de salir corriendo del lugar hacía el arco.
Sí.
No tenía tiempo para silenciarlos, pero tomando en cuenta que Percy estaba al borde de la posible muerte, es mejor correr. Los había dejado solos por cinco minutos, no debería haber alguna posibilidad de que alguien intente asesinarlos. A estas alturas hubiera querido tomar a los Brown y obligarlos a viajar hasta Londres ahora mismo.
Pero no podía.
Punto positivo, no debe tener el vínculo, ya que no había sentido nada cuando Percy Jackson claramente se lanzaba hacía la muerte.
.
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Cuando llegó al arco, Annabeth y Grover parecen alarmados, antes de tomarlo de los brazos para irse lejos del lugar. Palabras como, Equidna, oro hormiguero, quimera, hicieron que Draco se sintiera confuso. Tomó unos minutos el poder encontrar a Percy y Grover apenas lo hizo se lanzó sobre este, habían comentado la posibilidad de que Hades lo hubiera capturado y Draco simplemente sintió que no era así. Vale que no sintió su posible muerte, pero tampoco parecía que estuviera en peligro mortal, más del que vivían cada jodido momento de esta misión.
Draco quiere ir a casa.
Ahora tienen que ir a un lugar que se llama Santa Mónica por pedido especial del padre de Percy.
No lo hacen tristemente.
La siguiente tarde, siete días antes del solsticio, su tren (Draco los odió por hacerlo ingresar a otra máquina de la muerte) llegó a Denver. No habían comido desde la noche anterior en el coche restaurante, en algún lugar de Kansas. Y no se duchaban desde la colina Mestiza. Desde luego tenía que notarse, pensó.
No quiso ni pensar en los Brown, en cómo lo vieron.
Estaría destrozado en la sociedad mágica si eso salía a la luz, con suerte su madre viera que estaba en peligro y viniera por él inmediatamente.
No compartió su encuentro con los Brown, era el mundo mágico, no tenía nada que ver en esta misión.
Dato interesante.
No tienen dinero.
Al menos pueden usar la mensajería Iris, que, para alivio de Draco, Percy también parece totalmente ajeno al respecto.
—¡Luke! —habló Percy aliviado.
Este se volvió, sorprendido. Draco podría haber jurado que estaba a un metro delante a través de una pantalla de niebla, salvo que sólo podía ver la parte del cuerpo que cubría el arco iris.
—¡Percy! —Su rostro marcado se ensanchó en una sonrisa—. ¿Y ésa es Annabeth? ¡Alabados sean los dioses! Eh, chicos, ¿estáis bien?
—Estamos… bueno… sí, bien —balbuceó Annabeth. Se alisaba la camiseta sucia y se peinaba para apartarse el pelo de la cara—. Pensábamos que Quirón… bueno…
Percy hizo una mueca.
Draco suspiro, tan obvio.
Grover sonrió con torpeza al verlo, al menos no era el único en notarlo.
—Está abajo en las cabañas. —La sonrisa de Luke desapareció—. Estamos teniendo algunos problemas con los campistas. Escuchad, ¿va todo bien? ¿Le ha pasado algo a Grover?
—¡Estoy aquí! —gritó Grover. Apartó el pitorro y entró en el campo de visión de Luke—. ¿Qué clase de problemas?
Una máquina de metal llamada coche arruinó un momento la transmisión, estúpidos muggles.
—Quirón tenía que… ¿Qué es ese ruido? —preguntó Luke.
—¡Yo me encargo! —exclamó Annabeth, aparentemente aliviada por tener una excusa para apartarse de en medio—. ¡Venga, Grover!
—¿Qué? —dijo Grover—. Pero…
—¡Dale a Percy la manguera y ven! —le ordenó.
Grover murmuró algo sobre que las chicas eran más difíciles de entender que el oráculo de Delfos, después le entregó la manguera (o lo que Draco supuso era una) y siguió a Annabeth.
Percy hizo algo con la cosa muggle para mantener el arco iris y seguir viendo a Luke.
Draco se mantuvo de lado.
Aunque.
La mirada del chico parecía algo inquieta.
¿Sería su imaginación?
—¡Quirón ha tenido que detener una pelea! —aulló Luke por encima de la música—. Las cosas están muy tensas aquí, Percy. Se ha corrido la voz de la disputa entre Zeus y Poseidón. Aún no sabemos cómo; probablemente el mismo desgraciado que invocó al perro del infierno. Ahora los campistas están empezando a tomar partido. Se están organizando otra vez como en la guerra de Troya. Afrodita, Ares y Apolo apoyan a Poseidón, más o menos. Atenea está con Zeus.
Idiotas.
Como si fuera otra enorme guerra mágica.
Sus padres habían tomado el bando del señor tenebroso, pero este había perdido, así que sus padres ahora se rodeaban de personas que no perderían.
¿Qué lado debería elegir?
Zeus era el Olimpo más fuerte por algo, pero si Poseidón no había robado el rayo, tal vez era mejor tener cuidado; aunque enviar a Percy para tomar el rayo de regreso, no era la mejor idea.
—¿Y en qué situación estás? —le preguntó Luke aun sin notar a Draco—. Quirón sentirá no haber podido hablar contigo.
Percy lo vio con duda, luego a Draco, pero antes de meditar un poco mejor, contó todo incluso con Draco presente. Sus sueños no eran algo nuevo, pero sin duda, eran información que Luke no sabía. Una parte de Draco pensó que tal vez era mucha información que contaba, lo cual no debería estar mal, Luke era un chico amable que le había ayudado.
Entonces… ¿porque se siente mal?
Quiere detenerlo.
Quiere decirle que no siempre es buena idea compartirlo todo.
No lo hace, pero mira fijamente los ojos de Luke.
Algo está mal.
—Ojalá estuviera ahí —dijo Luke—. Me temo que no podemos ayudarte demasiado desde aquí, pero escucha… Tiene que ser Hades el que robó el rayo maestro. Estaba en el Olimpo en el solsticio de invierno. Yo acompañaba una excursión y lo vimos.
—Pero Quirón dijo que los dioses no pueden tocar los objetos mágicos de los demás directamente.
—Eso es cierto —convino Luke, y parecía agobiado—. Aun así… Hades tiene el yelmo de oscuridad. Si no, ¿cómo es posible entrar en la sala del trono y robar el rayo maestro? Hay que ser invisible.
Ambos guardaron silencio un rato.
—Un momento —protestó—. No estoy diciendo que haya sido Annabeth. La conozco desde siempre. Ella jamás… quiero decir que es como una hermana pequeña para mí.
Como si Annabeth quisiera robar algo.
Es tan estúpida y noble como un Hufflepuff.
—Será mejor que vayas a ver qué ha sido eso —dijo Luke—. Oye, ¿estás usando las zapatillas voladoras? Me sentiré mejor si sé que te sirven de algo.
—¡Oh… sí, claro! —mintió Percy con desfachatez—. Me han venido muy bien.
—¿En serio? —Sonrió luciendo sorprendido como si supiera que estaban mintiendo— ¿Te van bien?
El agua se terminó. La lluvia fina empezó a evaporarse.
—¡Bueno, cuidaos ahí en Denver! —gritó Luke, y su voz fue amortiguándose—. ¡Y dile a Grover que esta vez irá mejor! Que nadie se convertirá en pino si…
Pero la lluvia había desaparecido y la imagen de Luke se desvaneció por completo. Estaban solos en una cabina mojada y vacía de un lavacoches.
—Sabes, hay algo interesante en toda su charla —habló ignorando su ropa húmeda y notando la mirada curiosa de Percy en su mirada—. Si un dios no puede tocar las armas, alguien debió hacerlo, el solsticio parece ser el mejor momento.
—¿Qué quieres decir? —cuestionó el hijo de Poseidón incrédulo.
Draco solo medito con una mano en su mentón.
—Hades… ¿por qué robaría el rayo?
—Lo vi en mis sueños tiene que ser él.
—Pero… y si por casualidad, fuera alguien más el ladrón y lo estuviera inculpando, así como te están inculpando a ti de robarlo.
El rostro de Percy se hizo una mueca agria. Annabeth y Grover aparecieron por la esquina, riendo, pero se detuvieron al ver la cara de Percy. La sonrisa de Annabeth desapareció.
—¿Qué ha pasado, Percy? ¿Qué te ha dicho Luke? —
—No demasiado —mintió— Bueno, vamos a buscar algo de cenar.
No volteó a verlo, lo cual era la primera vez durante el viaje que no lo hizo y le sintió mal a Draco, porque cuando caminaron noto el ambiente hostil por parte del chico.
Genial.
La única persona que lo toleraba y lo había enojado por sus pensamientos.
Nadie parecía notarlo.
Pero, todo tiene sentido.
¿Por qué Hades robaría el rayo de Zeus?
¿Por qué ahora?
Parecía como si alguien hiciera el caos de la mejor forma, para que una guerra se levantara pronto, como alguien que sacrifica peones con tal de arruinar al oponente en un juego de ajedrez. Su padre le había dicho que disfrutaba mucho crear imágenes mentales de luchas, ser un estratega; entonces porque sentía que, en lugar de estar detrás del tablero, estaba siendo utilizado como una ficha.
.
.
Intentaron comer dentro de un establecimiento, pero no tenían dinero, así que no funcionó bien. Luego llego un tipo en motocicleta, lo cual tuvo que explicarle Grover, porque Percy estaba molesto y Annabeth parecía complacida de que alguien más lo odiara; idiota. El tipo de la motocicleta habría conseguido que un gigante llamase a gritos a su mamá.
Iba vestido con una camiseta de tirantes roja, téjanos negros y un guardapolvo de cuero negro, y llevaba un cuchillo de caza sujeto al muslo. Tras sus gafas rojas tenía la cara más cruel y brutal que ha visto en su vida —guapo, supone, pero de aspecto implacable—; el pelo, cortísimo y negro brillante, y las mejillas surcadas de cicatrices sin duda fruto de muchas, muchas peleas.
—¿Tenéis dinero para pagar, niños? —volvió a preguntarles la camarera.
Sí.
Para nada sospechoso.
¿Por qué alguien los ayudaría?
—Ponlo en mi cuenta —respondió el hombre nuevo. Se metió en el reservado, que era demasiado pequeño para él, y acorraló a Annabeth contra la ventana. Levantó la vista hacia la camarera, la miró a los ojos y dijo—: ¿Aún sigues aquí?
La muchacha se puso rígida, se volvió como una autómata y regresó a la cocina.
El hombre se quedó mirando a Percy, aunque le dio una mirada curiosa de reojo, parecía más interesado en Percy. No se le veía los ojos tras las gafas rojas.
Draco se sintió.
Raro.
Sentimientos arremolinaron en su interior.
Ira, rencor, amargura.
Quería darle un golpe a una pared, empezar una pelea con alguien. ¿Quién se creía que era aquel tipo?
El hombre sonrió.
Draco tuvo que sujetar la mesa del establecimiento de segunda con fuerza.
—Así que tú eres el crío del viejo Alga, ¿eh?
—¿Y a ti qué te importa? —respondió Percy con enojo.
Annabeth le advirtió con la mirada.
—Percy, este es…
El hombre levantó la mano.
—No pasa nada —dijo—. No está mal una pizca de carácter. Siempre y cuando te acuerdes de quién es el jefe. ¿Sabes quién soy, primito?
—Eres el padre de Clarisse —respondió sorprendido—. Ares, el dios de la guerra.
Ares sonrió y se quitó las gafas. Donde tendrían que estar los ojos, había solo fuego, cuencas vacías en las que refulgían explosiones en miniatura.
Algo en el pecho de Draco golpeó nerviosamente.
Probablemente nada importante.
—Has acertado, pringado. He oído que le has roto la lanza a Clarisse.
—Lo estaba pidiendo a gritos.
—Probablemente. No intervengo en las batallas de mis críos, ¿sabes? he venido para… he oído que estabas en la ciudad y tengo una proposición que hacerte.
La camarera regresó con bandejas repletas de comida: hamburguesas con queso, patatas fritas, aros de cebolla y batidos de chocolate.
Ares le entregó unos dracmas.
Ella miró con nerviosismo las monedas.
—Pero estos no son…
Ares sacó su enorme cuchillo y empezó a limpiarse las uñas.
—¿Algún problema, chata?
La camarera se tragó las palabras y se marchó sin rechistar.
Ojalá pudiera hacer eso.
Sentir celos de un muggle, era tan patético.
—Eso está muy mal —le dijo Percy a Ares—. No puedes ir amenazando a la gente con un cuchillo.
Ares soltó una risotada y luego dijo:
—¿Estás de broma? Adoro este país. Es el mejor lugar del mundo desde Esparta. ¿Tú no vas armado, pringado? Pues deberías. Ahí afuera hay un mundo peligroso. Y eso nos lleva a mi proposición. Necesito que me hagas un favor.
—¿Qué favor puedo hacerle yo a un dios?
—Algo que un dios no tiene tiempo de hacer. No es demasiado. Me dejé el escudo en un parque acuático abandonado aquí en la ciudad. Tenía cita con mi novia, pero nos interrumpieron. En la confusión me dejé el escudo. Así que quiero que vayas por él.
—¿Por qué no vas tú?
El fuego en las cuencas de sus ojos brilló con mayor intensidad.
Aterrador.
—También podrías preguntarme por qué no te convierto en una ardilla y te atropello con la Harley. La respuesta sería la misma: porque de momento no me apetece. Un dios te está dando la oportunidad de demostrar qué sabes hacer, Percy Jackson. ¿Vas a quedar como un cobarde? —Se inclinó hacia Percy—. O a lo mejor es que sólo peleas bajo el agua, para que papaíto te proteja.
Interesante forma de molestar a Percy.
Aun así.
Se siente identificado con los Olimpos, usualmente Draco tampoco tendría que hacer nada, solamente estiraría la mano y alguien lo haría por él.
Entiende la sensación de que otros hagan el trabajo sucio.
Solo que… odia ser quien haga el trabajo sucio.
Al final, con algunas palabras correctas sobre iniciar una guerra, mencionar la madre de Percy y estaban en el estúpido parque acuático; ahora fue Grover quien explicó porque alguien ocuparía una aberración como esa. Se supone que sería divertida, Draco no lo encontró divertido. Menos tener que usar otro tipo de ropa muggle que Annabeth les arrojó.
Lo único divertido podría ser…
«EMOCIONANTE ATRACCÓN DEL AMOR: ¡ÉSTE NO ES ELTÚNELDELAMOR DE TUS PADRES!»
Grover se quedaría en lo alto con las zapatillas de Luke.
Percy y Annabeth entrarían al túnel.
Draco quedaría de lado, porque Annabeth lo señaló como un mocoso inútil.
Todo era excelente.
Hasta que no lo fue.
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Grover gritó antes de arrastrar a Draco a un lugar pequeño, estaba apretando todos los botones y Draco estaba procesando qué era lo que pasaba; dentro del túnel del amor Percy y Annabeth estaban en medio de una lucha con cientos de arañas. Tenía sus dudas sobre si era algo de muggles, pero Grover parecía alarmado sobre que tenía que encender el lugar.
Así que no, aparentemente incluso los muggles no son tan raros.
Genial.
Esto funcionaba con… ¿electricidad?, realmente no había entendido el concepto de electricidad de forma correcta.
Ocupaba encenderla.
¿Como una lámpara?
¿Un lumus?
Estúpidos muggles y sus inventos estúpidos.
—Tengo que ir a salvarlos —gruñó Grover sin esperar nada de él.
Nadie esperaba nada de él.
Draco miró cientos de botones circulares, no entendía cómo funcionaban, se supone que era algo como magia, pero no magia. Mientras Grover salía, los otros dos parecían luchar por sobrevivir, Draco estaba ahí sin hacer nada.
Otra vez.
¿Morirían esta vez?
¿Draco quiere que mueran?
¿Qué debe hacer?
Comenzó a sentirse muy inquieto y nervioso, no sabe porqué, pero no quería que murieran; eran idiotas, pero incluso ellos servían para protegerlo. Se dijo eso así mismo, pero no se sintió así. La idea de que Percy muriera aún molesto con él, que no volviera a sonreírle diciendo cosas estúpidas como que solamente era Draco, lo hicieron sentir mal.
—Funciona —susurro de forma molesta a la cosa de metal frente a él—. Funciona maldita sea. —Golpeó varios botones como estaba haciendo Grover.
Nada funcionó.
Magia.
Si tan solo pudiera hacer magia.
¿Qué haría de diferente?
Gruñó sintiéndose frustrado, nada, no podía hacer nada bien y esta aventura solo funcionó para que fuera un inútil. Si tan solo pudiera hacer magia, magia accidental, darle energía a esto, si tan solo alguien pudiera ayudarlos, si tuviera su varita.
Aunque aún con eso no sabría qué hacer.
Inútil.
Era un inútil como dijo Annabeth.
Percy le dijo que fuera solo Draco, pero ser solamente Draco no sirve de nada, ni siquiera a este, que era el único que había dado un poco por ayudarle; aunque ahora claramente lo odia.
Nada.
Era un inútil.
Pensó en Potter, viéndolo con asco, claramente rechazándolo y viéndolo como si fuera un desperdicio para la humanidad ser solamente su amigo.
Se llenó de ira.
—¡FUNCIONA MALDITA SEA! —gritó golpeando con ambos puños los botones, entonces, algo pasó.
Fue como una descarga de magia, de energía en su interior, algo brilló en sus puños antes de golpear el metal y Draco saltó contra su espalda como si hubiera sentido una descarga mágica accidental en su cuerpo. Tosió un poco antes de levantarse, sorprendido porque los botones antes de colores opacos, ahora estaban brillando de diferentes colores brillantes, como luz.
El túnel.
Había luz por todos lados.
Todo era un caos de agua, pero el bote había llegado a una puerta dorada que ahora estaba abierta e iluminada, donde Percy y Annabeth rápidamente se lanzaron contra la piscina de salida. Grover estaba ahí para ayudarles a salir, Draco pestañeó antes de salir rápidamente del lugar, deslizándose hacía ellos notando a Percy viendo con lo que parece ser… no sabe… pero parece enojado por la cosa cuadrada.
—¡La función ha terminado! —gritó—. ¡Gracias! ¡Buenas noches!
¿Cupidos?
No quiere saber, pero ellos regresaron a sus posiciones y las luces se apagaron. El parque quedó tranquilo y oscuro otra vez, excepto por el suave murmullo del agua en la piscina de salida de la Emocionante Atracción del Amor.
El túnel seguía aún en funcionamiento.
Era lo único iluminado.
—Lo hiciste Draco, hiciste que funcionara —habló Grover cuando llegaron a él, luciendo emocionado.
Sí.
Pero… no sabe cómo.
Draco volteó a ver a Annabeth, quien destilaba agua, pero, aunque hizo una mueca con su rostro, agradeció a regañadientes por su ayuda. Percy lo vio fijamente, antes de que pudiera predecir qué haría, este palmeó su espalda animadamente y pasó una mano por sus hombros.
—No sé qué hiciste, pero nos salvaste la vida amigo —explica con una gran sonrisa.
Draco no tiene idea de que hizo.
Pero.
La sonrisa de Percy, sus palabras, cosas que no deberían tener importancia, hicieron que algo cálido estuviera en su pecho y aunque no tenía idea; por primera vez desde que llegó al campamento sonrió de forma sincera.
.
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Uno pensaría que las cosas ridículas terminarían pronto.
No lo hicieron.
«Amabilidad internacional: TRANSPORTE DE ZOOS HUMANOS. PELIGRO: ANIMALES SALVAJES VIVOS.»
Un viaje ridículo, lo cual ya era ridículo porque Ares les había dado equipo para viajar, al tiempo que Percy se enemistaba con un dios.
¿Pero saben que es más ridículo?
Les doy unas opciones sobre lo sucedido…
Saber que Annabeth tenía miedo a las arañas.
Grover defendiendo animales.
Que era la primera vez que veía una cebra.
La historia trágica de una niña llamada Thalia, hija de Zeus, la historia hace que Draco se diera cuenta que tenía razón, probablemente a este paso Hades también tendría un hijo por ahí oculto.
Annabeth llamando a Percy amigo.
No, eso no era lo peor.
Que Percy pudiera hablar con cebras como si fuera un parsel hablante, joder.
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Draco no está seguro del significado de Hotel Casino Loto, pero cuando entra al lugar, bueno, era un lugar bastante agradable. La entrada era una enorme flor de neón cuyos pétalos se encendían y parpadeaban. Nadie salía ni entraba, pero las brillantes puertas cromadas estaban abiertas, y del interior emergía un aire acondicionado con aroma de flores: flores de loto, quizá. Jamás las había olido, así que no estaba seguro.
Era extraño el lugar.
Cada momento tenía que preguntarle a Annabeth, quien de repente parecía agradable y para nada enojada sobre cualquier cosa, y esta contestaría.
Todo estaba pagado.
Como Malfoy estaba acostumbrado a eso, pero solo como Draco, semidiós, todo era nuevo.
Extraño.
Percy le explicó emocionado sobre la sala de juegos, tomando su muñeca y caminando entre máquinas, Grover lo llevaría a comer, Annabeth saltaría sobre un trampolín luego de explicarle que rayos era uno.
Por todas partes se veían camareras y bares que servían todo tipo de comida.
Un lugar digno de un Malfoy.
Su habitación estaba en la última planta, la habitación 4001 y tenían esas pequeñas cosas de plástico llamadas LotusCash que hicieron la vida tan fácil como una varita mágica. Era una suite (lo cual Annabeth le explicó que era lo mejor de lo mejor) con 4 dormitorios separados y un bar lleno de caramelos, refrescos y patatas. Línea directa con el servicio de habitaciones.
No sabía que era un teléfono, pero Grover lo explicó y le dio patatas fritas.
Deliciosas.
Había toallas mullidas, camas de agua y almohadas de plumas. Una gran pantalla de televisión por satélite e internet de alta velocidad, Percy fue quien le explicó porque las imágenes se movían dentro de la pantalla. En el balcón había otra bañera de agua caliente y, como había dicho el botones, una máquina para disparar platos y una escopeta, así que se podían lanzar palomas de arcilla por encima del horizonte de Las Vegas y llenarlas de plomo.
Era.
Increíble.
Los muggles eran increíbles, y tal vez por tener ese pensamiento debió pensar que había algo malo, pero no lo hizo.
Había ropa en el armario, de su talla. Draco puso cara de extrañeza la primera vez que la vio. Pero era de seda, se sintió genial tener algo más que harapos y cuando se vestía ninguno le dijo nada malo por ropas tan finas.
—¿Qué es un video juego? —cuestiona Draco nuevamente sin entender porque Percy está tan emocionado cuando lo lleva a las "máquinas" que había visto con emoción.
—Tú mi estimado amigo, vives en otra época —bromea Percy con diversión empujándolo a una máquina de esas que es muggle.
Hace sonidos.
Tiene colores y luces.
Debería ser horrible, pero es jodidamente adictivo cuando con sus dedos logra obtener un puntaje máximo en "Pac-man" o lo que sea que signifique esa bolita amarilla. No sabe cuántas horas tomó hacer ese puntaje, solo parece que pasó unos minutos, cuando voltea Percy ya no se encuentra y Draco se encuentra sin darle importancia cuando una camarera sonríe en su dirección para darle algo de comer.
Torta de melaza.
Draco toma la torta confundido, no tenía antojo de esta.
¿O sí?
Piensa en Potter un momento, porque era su postre favorito y cualquier con dos ojos en buen estado se daría cuenta, no significa que Draco lo vea más que otros; su primer año había estado intentando encontrar debilidades del otro todo el tiempo.
Habla con un niño, parece joven, menor que él y de cabellera negra; sobre un video juego unos momentos y está seguro que tuvieron algunas partidas juntos (una o dos), antes que corriera gritando sobre su hermana "Bianca", para no volverlo a ver. Sabe que está mal, porque todo el rato sonreía al mocoso de forma animada.
—¡Draco! —dice Annabeth corriendo hacía él, sujeta su brazo con una sonrisa y si bien podría ser raro, no lo es—. Vamos a las trivias, así aprenderás más cosas— añade risueña y Draco también se ríe.
Sí.
Las trivias suenan divertidas.
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Draco no estaba seguro de que era exactamente el 3D, para el caso el 2D, así que cuando Annabeth lo arrastra emocionada a algo que significaba construir ciudades 3D, no le queda muy claro que hacer ahí; solamente se sienta al lado de la chica, que explica paso a paso sobre construir ciudades. El motivo de porque hay hospitales, porque tienen que tener una estación de policía, terrenos, bases, escuelas; todo lo que los muggles deberían saber y es… fascinante. No sabe porque piensa que es fascinante, duda que lo pensara en otro contexto, pero aquí es tan fascinante.
Todo tiene un motivo y un por qué.
No hay magia, pero lo que hacen los muggles, es bastante increíble o tal vez solamente es Annabeth, no lo entiende.
Siempre le pareció molesta, pero ahora lo es menos.
—No me gustabas, eras una sabelotodo, como Granger, pero realmente puedo ver que tienes talento en esto de construir casas —habla Draco al lado de Annabeth.
Esta pestañea, voltea a verlo, luego se ríe un poco; pero no lo toma a mal.
Se siente somnoliento todo el tiempo, feliz, no se ha sentido feliz en mucho tiempo, es adictiva la sensación.
—Tampoco me agradabas.
—¿Por qué soy un cobarde?
—No, te juzgue mal. —Y parece tener una mirada perdida al decirlo—. No es justo, solo tienes unas semanas sabiendo todo, Percy es raro; pero te odiaba porque… lo tienes fácil. —Debe haberle dado una mirada incrédula, pero Annabeth solo ríe—. Ser el nuevo es fácil, pero vincularte a Percy te dio pase directo para ir a misiones con él, no las buscas, pero tienes la oportunidad; Percy es un hijo de los 3 grandes, tendrá misiones más rápido que todos… es tan frustrante.
Detiene un rato sus dedos del movimiento de la ciudad Chase, Draco odia tener que consolar a otros, sigue sin saber cómo logro que Vincent dejara de llorar cuando le quitaron el pastel en la fiesta de Halloween de primer año; no quiere consolar a la niña a su lado.
Es molesta.
Sabelotodo.
Siempre detrás de Luke.
Percy claramente le interesa.
Le parece fastidiosa.
—No digas esas cosas, no quiero que me agrades —gruñe Draco algo incómodo, pero Annabeth solo lo ve antes de regresar a la ciudad.
—Debiste pensarlo antes de salvarme la vida y a Percy.
—Se te hubiera ocurrido algo.
—Lo sé, pero igual, me salvaste y eso te hace ahora mi amigo.
Draco voltea el rostro rápidamente, sin entender qué está pasando, porque un Malfoy no es de tener amigos, es de tener aliados. Gregory y Vincent están a su lado, porque saben que es importante ser un Malfoy, además de la unión de sus padres. Blaise podría ser casi su amigo, pero solo lo hace por beneficios y Theo está en un barco un poco mejor que Gregory y Vincent; Pansy solamente quiere ser la señora Malfoy.
Amigos.
Había querido ser amigo de Harry Potter antes de que este lo ignorara.
Había visto a Potter correr en aventuras con la comadreja y la sangre sucia, ahora que lo piensa, se la mencionó a Annabeth, pero fue raro.
No le dijo Sangre sucia.
Simplemente se sintió mal.
—No soy una buena persona, soy codicioso, solo me preocupó por mí, la gente no quiere amigos… solo… conveniencia —habla tartamudeando, impotente, sintiendo su cuerpo temblar ante la sonrisa de Annabeth.
—Eres amigo de Percy —señala y Draco se siente abochornado, porque no ha hablado de eso, pero Percy no deja de llamarlo "amigo" siempre que corre a alguna cosa dentro del hotel—, y si, tienes muchas cosas malas, pero yo también y decidí que quiero ser tu amiga; soy alguien terca —dice de forma fanfarrona, Draco la ve fijamente.
La niña que había estado todo el tiempo arrastrándolo por el campamento mestizo por pedido de Luke, una parte de él casi teme que ella admita que lo hace porque otros se lo han pedido, pero sabe que no, que la chica está ahí sonriendo.
Ofreciéndole amistad.
No necesita su amistad.
Un Malfoy no necesita amigos.
Pero tal vez… tal vez Draco sí necesite amigos.
—Sabelotodo irritante.
—Rubio teñido.
—Tú también tienes el pelo rubio —chilla Draco indignado, haciendo reír a Annabeth, quien solo lo empuja.
Esta bromea sobre comprobar la seguridad de la ciudad, Draco se hace el resentido mientras se acerca a ella, disfrutando de la calidez en su interior.
Sin saber.
Que otro vínculo se ha forjado ese día.
Continuará…
Hola chicos, espero estén disfrutando el viaje, no hemos terminado el primer libro de Percy Jackson, pero estamos cada vez más cerca, es probable que el primer arco de la historia abarque hasta el libro 2 de Percy Jackson por diferentes motivos, pero ya los verán más adelante.
Irónicamente, aunque su primer amigo fue Percy, Annabeth parece ablandarse un poco con Draco, probablemente por el ambiente del hotel, pero creo que ambos tienen más en común que el físico. La mistad de Draco y Annabeth va ser interesante en el futuro.
Draco no puede llamar a Hermione Sangre sucia, lo cual es algo interesante de notar.
