Capítulo 87: Draco está cansado de regaños.
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Draco duerme profundamente, realmente es un sueño que merece y piensa que luego de tanto tiempo, tal vez Hypnos se apiado de él para darle un sueño reparador. Despierta a la realidad donde fue apuñalado y que incluso con néctar o cosas mágicas de cazadoras (también de las amazonas) que lo curaron lo suficiente para no morir, tristemente el dolor no se esfumo tan mágicamente como quería. Thalia esta ahí cuando despierta, parece que había estado a su lado todo el tiempo que duro durmiento.
Dos días.
¿Nos sorprende?
No, no nos sorprende.
—Maldita sea otra cicatriz—gruñe Draco al ver las vendas sobre su torso, pero Thalia solamente rueda los ojos antes de comentarle sobre el caos.
Muertos.
Cazadoras y amazonas.
Draco suspira porque ve la pesadez en el rostro de su hermana y sabe que ella quiere ayudarle, pero tiene mucho que hacer como segunda al mando, probablemente le ha quitado ya dos días importantes de su vida que ella decidió quedarse con él.
Encantador.
Al fin un miembro de su familia paterna que vale la pena, no quiere pensar en Jason y la charla que tienen pendiente, luego de la de Percy cree que será la más incomoda de todas. Por lo cual cuando Thalia se queda ahí en silencio, no la obliga a hablar, solamente ambos se aseguran que al caminar no se desangren antes que esta luzca como que tiene que irse.
Aunque no quiere.
—Estaré bien, tengo un amigo que puede ayudarme—dice Draco con calma, aunque la mirada de Thalia luce sin creerle.
No tienen muchas opciones.
Falta tan poco para que aparezca Gaia y Draco tiene que llegar al campamento antes que los estúpidos romanos lleguen hacer una locura, si todo sale bien con suerte Octavian termine muerto sin que nadie se de cuenta. No importa lo que digan, este mundo seria un lugar mejor sin ese idiota rubio de por medio, en todas las visiones de sus amigos, solamente servía para joder la vida.
Muerto es un problema menos.
Si.
Tal vez debería pensar que matar personas y tomarlo como algo normal, es algo malo, pero eso lo pensara cuando la guerra se termine.
—Cuando veas a mi hermana dile que estoy bien—dice Hylla al lado de Thalia, ambas lucen completamente destrozadas luego de la lucha, pero luego de 2 días, parecen haber descansado un poco.
No tanto como Draco.
No se siente culpable, usualmente no puede dormir bien, así que tomara todo lo que pueda.
—Deberías venir con nosotras, eres alguien que parece meterse en problemas y ocupa estar siendo vigilado—habla Thalia no muy segura, pero Draco solamente se encoge de hombros.
Está bien.
Estará.
Espera.
Falta tan poco tiempo que, si toma un camino normal sin magia, esta perdido, no llegara a tiempo. A diferencia de otros chicos de su edad no sabe aparecerse, estaba tan acostumbrado a usar sus vínculos y aparecerse en esos lugares que tal vez no aprendió por su cuenta.
Claramente ahora no era un buen momento para aprenderlo.
La idea de quedar por partes en un mal intento y sin un mago cerca para volverlo a unir, era algo que no lo atraía actualmente.
Así que.
A cobrar deudas.
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Se sorprende cuando en medio del baño, Orion contesta la llamada, pero no Orion el cazador que mataron hace unos días, no, Orion el tipo que fue con él en el inframundo a derrotar a Nyx. Lo había intentado llamar antes cuando tenían que transportar la estatua sin una respuesta, porque aunque no quería usar su favor para esto, bueno, realmente ocupaban esa estatua…o Octavian muerto, así que lo que fuera que Orion pudiera hacer era bien recibido por su parte. El hombre sigue luciendo tan extrañamente oscuro como la ultima vez que lo vio, con el aura negra a su alrededor, la bruma negra del ojo que le pertenece ahora a Draco y su rostro como si fuera a matar a alguien.
Lindo.
De una retorcida manera que puede matarte.
—Niño estoy ocupado, al parecer sacar personas de los campos de Eliseo es un problema y hay mucho papeleo para volver a tus amigos ahí—dice Orion de forma cansada.
Si.
Draco esta feliz de que no tiene ese problema entre sus manos, claramente no estaba hecho para ser un señor de la oscuridad; aunque la idea de matar a voluntad, maldita sea la magia negra hizo problemas en su mente.
En fin.
—Recuerdas que me debías un favor, si, ocupo que uses magia o lo que sea para llevarme al campamento mestizo—puede que debería ser mucho más amable a la hora de hablar con una nueva deidad.
Si.
Eso no va a pasar.
Orion parece sorprendido un momento, silencio, antes de que se muestre burlón.
—No sabes aparecerte, vaya escusa de mago—dice Orion burlista lo que hace que Draco quiera gruñir que tiene el potencial de dejar a una deidad primordial dormida por toda la eternidad.
Aunque claro, de todas las personas, supone que Orion al ser un mago milenario puede burlarse de él, su orgullo duele, pero si al final del día este le ayuda, no se va a quejar…mucho.
—Si bueno, ocupo cobrar tu favor—
—¿En serio no sabes? —
—En realidad podríamos saltarnos esto, estamos en medio de una guerra—
—Un mago de tu talento no sabe aparecerse, esto debería ser un meme—
—¿Cómo sabes esa palabra? —
—Aprendes muchas cosas en el tártaro—
Draco toma aire con las manos en su rostro tomando aire para no volverse loco, esta por soltarse a gritar y demostrar el poco control que tiene sobre sus emociones después de un viaje en las oscuridades del universo, pero para su suerte algo lo detiene. Pestañea un momento cuando ve unos ojos verdes, lo primero que piensa es en Harry, pero en realidad no es Harry, es una chica de larga cabellera ondulada de grandes ojos veres que parece verle curiosa por el mensaje iris.
No sabía que funcionaba en el tártaro.
Tal vez solo lo permiten porque es Orion.
Quien sabe.
—Hey cariño, no tienes que ver a este idiota, ya casi termino la llamada—Orion habla de forma suave y afectiva con la chica.
Raro.
Muy raro.
Parece una persona completamente diferente como su único ojo parece brillar a la chica, su tono de voz se volvió casi dulce y si no fuera porque Draco lo había visto hacer chistes raros como luchar contra monstruos que despedazaba sin pestañear.
Bueno.
Pensaría que es una persona completamente diferente.
—Hola, ¿Eres Draco?, aquí hay muchos que hablan de ti, dices que ayudaste mucho—es la voz de la chica que suena suave y casi cantarina.
Familiar un poco.
—Eh…supongo—dice inseguro, antes de ver a Orion que solamente tiene ojos para la chica, que parece verle interesado y es cuando algo calza en su mente—estaba pidiéndole ayuda a Orion, pero no quiso ayudarme, esperaría que pudieras ayudarme—dice con ojos de cachorro, de reojo nota que Orion sigue ignorándolo.
Bien.
Eso es bueno.
La chica parece dudosa antes de pestañear, luego ve al hombre con expresión calmada.
—Orion, deberíamos ayudarlo—dice la chica con tranquilidad.
Slytherin, piensa Draco con una sonrisa malvada interna cuando ve a Orion solamente asentir antes de besar a la chica en la mejilla. Es malditamente dulce comiendo frente a los pobres, pero Draco aleja un momento los pensamientos de Harry para ver como claramente está funcionando su idea.
Orion solamente asiente.
—Claro Esmeralda, lo que tu quieras—la voz sigue siendo malditamente melosa, pero Esmeralda quien ahora tiene nombre y tiene sentido que fuera ella.
Sonríe.
Draco suspira, antes de ver un agujero negro debajo de él, comienza a mover sus manos asustado porque no tiene tiempo para despedirse bien de Thalia o de Hylla, solamente puede ver la mirada de Orion de reojo casi burlista que aunque este concentrado principalmente en su novia.
Bueno.
Sigue siendo un idiota.
No tiene tiempo de maldecirlo antes que la oscuridad lo consuma otra vez.
Viajar en sombras.
Hijo de puta.
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Draco sabe que Orion es el hijo de puta más grande del universo cuando cae en medio de un campo lleno de barro, con la boca abierta sintiéndolo en su boca. Se queda un momento en ese lugar pensando en las decisiones de su vida que ha tomado para llegar a ese punto, así que cuando se arrodilla escupe el barro que sigue en el sabor de su boca. Mira a todos lados un momento confundido, incluso si hay una especie de atardecer a la distancia, la luz es suficiente para poder distinguir las cosas a su alrededor.
Casa.
Es el campamento.
Especialmente cerca del campo de flores.
Bueno al menos el idiota cumplió su promesa, pero esto fue de alguna forma hecho adrede para humillarlo.
Hay energía en su cuerpo, no sabía que luego de lo vivido tendría algún gramo de energía en su cuerpo, pero la verdad es que de alguna forma algo en su interior hace que se ponga de pie en un salto. Todo queda olvidado por un momento, sus piernas se mueven algo temblorosas por el viaje, es un milagro que no hubiera vomitado cuando comenzó a correr en medio del lugar.
No hay ataques.
Pero nadie en los campos de fresas es una forma de indicar que están en otras partes del campamento, probablemente en las fronteras o tal vez más relegados cerca de la casa principal. No le importa mucho, solamente que no hay olor a sangre, así que sus piernas se mueven corriendo cada vez más rápido.
Está cansado.
Tiene energías.
No sabe que siente en su interior, pero cuando ve las cabañas cerca, solamente puede pensar en correr más rápido. Sus piernas se detienen jadeante de sorpresa cuando la ve, parecía haber estado caminando y luciendo pensativa, aun en la distancia puede ver su piel pálida, sus ojeras, pero sus ojos brillantes de determinación. La espalda de Lavender es recta, parece lista para encarar la próxima lucha, puede sentir la magia de ella, parecía que estaba esperando cualquier indicativo para la lucha.
El hacha en sus manos es un claro ejemplo.
No sabe que clase de sonido lastimero sale de sus labios al verla, pero es suficiente para que la chica voltee con el hacha lista para pelear, está en alerta.
Deben haber intentado entrar al campamento.
Toda la lucha desaparece de su rostro al verlo, hay una especie de shock inicial y Draco se pregunta si vendrá a patearlo, es algo que Lavender solía hacer, cuando las emociones son muchas para ella. Casi espera ser derribado contra el suelo, imagina lágrimas, imagina tantas cosas, pero ninguna de las que imagina es la que pasa.
Lavender se detiene frente a él, hay lagrimas que no deja correr, una expresión como si estuviera alucinando.
Piensa que le reprochara los vínculos, porque ahora que la ve puede ver que ya no quedan nada de ese vínculo mágico que los unió alguna vez.
Duele.
Pero verla, viva, aquí, hace que Draco quiera llorar.
—Llegas tarde—dice con voz un poco ahogada, pero hay reproche en su voz.
Draco sonríe sin poder evitarlo.
—Vine lo más rápido que pude—admite con la voz un poco seca, pero sonriendo.
Lavender suelta el hacha y lo abraza suavemente por la cintura, parece querer llorar, pero en su lugar solamente lo sujeta con fuerza. La falta de golpe le preocupa, pero en su lugar envuelve su abrazo alrededor de la chica, parece incluso más pequeña de lo que era cuando se marchó.
Traga saliva.
Ha crecido este tiempo.
—Protegí el campamento, incluso cuando el vínculo se cortó, sabía que estabas vivo, tenías que estarlo, protegí el campamento como lo prometí—habla la chica, pero su voz es aguada, cuando Draco baja la mirada puede ver las lagrimas salir de sus ojos y bañar sus mejillas.
Sujeta su camisa con fuerza ahora, parece asustada, Lavender usualmente muestra un rostro confiado y tranquilo frente a los demás.
Confiado.
Fuerte.
Desde que ha estado en el campamento a su lado, siempre parecía decidida a poder estar a su lado, aunque no pudiera, determinada a brillar y ser alguien que pudiera ayudar a otros.
Verla llorar era doloroso.
Dudaba de ella misma, aun así, había hecho lo que le pidió.
Acaricia la mejilla de la chica limpiando sus lágrimas como puede.
—No tengo duda de que lo hiciste bien—dice besando la mejilla de su amiga, que parece quebrarse por eso antes de abrazarlo con más fuerza y llorar desconsolada, Draco solamente puede abrazarla.
Hay una guerra sobre ellos.
Pero Draco solo puede estar feliz de estar en casa.
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Toma un buen rato calmar a Lavender, pero esta toma su mano decidida a enseñarle a los demás, más de una persona parece sorprendida de verlo; no sabe si por su apariencia o porque esta con vida, es difícil de adivinar. Quirón que caminaba con Anthony tiene una expresión de felicidad y calma al verlo, Anthony por otro lado es un poco lloroso como Lavender cuando lo ve y lo abraza, no llora tanto, pero parece contenerse por todo lo que los rodea. Theo lo ve de reojo antes de suspirar, parece aliviado y no llora, cuando se queja de eso, este le lanza una de sus cuchillas que esquiva a duras penas. Will no puede saludarle, porque parece estar trabajando con Mellie la esposa del entrenador que esta cerca de entrar en labor de parto.
Quisiera que estuviera aquí, pero debe estar ayudando a sus amigos al otro lado del mundo.
Hay tanto que decir, pero Quirón le dice que puede tomar una ducha antes de que tengan que darse explicaciones.
Seria agradable.
La ducha no es larga como quisiera, pero es bueno estar en casa, la cabaña de Hestia esta como la dejo y aunque sus amigos parecen haberse adueñado del lugar, no han quitado nada importante. Theo es quien lo sigue y cuando Draco pregunta, este admite que Nico no ha llegado con Reyna.
—Maldita sea tuve que hablar con Orion para que los trajera también—musita con el rostro confundido.
Habían pasado dos días desde la lucha contra el cazador.
¿Qué les tomaba tanto tiempo?
Will estaba ahí, luciendo preocupado cuando noto el vendaje de su vientre, así que, aunque lloro un poco su rostro cambio a modo medico para ayudarle. La herida ya estaba casi cerrada, como este comprobó a regañadientes, no había ningún órgano interno comprometido.
Estaba siendo grosero.
Le dio una mirada a Will, pero este luego de ayudar a curar su vientre se fue a su ojo, no es que fuera necesario la cicatriz casi no se notaba, usar su poder en algo tan estúpido como una cicatriz del rostro cuando claramente hay una guerra que esta por estallar es estúpido.
Deja que la magia se escurra en su rostro.
—¿Dolió? —pregunta Will con rostro lleno de dolor como si fuera su culpa no haber estado ahí.
Recuerda a Nyx.
La oscuridad.
La caída.
Cuando todo se volvió oscuro.
—Está bien, ya está bien, hay cosas más importantes ahora que pensar, Nico, Reyna, Bob y Pequeño Bob están en camino; debemos detener o asesinar a un romano en específico—explica o tal vez no tan bien como quisiera.
Sus 4 amigos lo ven con duda.
Suspira.
Hace una especie de resumen, antes que Anthony lo arrastre al consejo de cabañas donde Quirón como la mayoría parecen un poco impresionados (aterrorizados) de escuchar que estaba en el tártaro, intento explicar que Bob era bueno, que había una estatua que ocupaban encontrar y que tal vez deberían matar a Octavian en el proceso.
Silencio.
Solo Clarisse lo apoyo.
Por eso era su favorita.
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Draco duerme esa noche algo culpable de que sus amigos estén ahí afuera probablemente en medio de alguna lucha a muerte, mientras que él duerme en su cama por primera vez en semanas. Supone que luego de tantas cosas malas que ha pasado, debería sentirse agradecido de que tenga el poder de dormir un poco. Lavender a su lado susurra, como han estado controlando el ejercito romano hasta ahora, habla sobre magia que no sabía que podía hacer, sobre como Anthony tiene un ejercito de estatuas que hicieron a los romanos retroceder, Theo también había estado experimentando con las runas que habían impedido que entraran personas que no eran griegos al campamento.
Los romanos parecían darse cuenta del tema y estaban trabajando en eso.
Les habían comprado tiempo.
—Fuiste muy valiente—le asegura a la chica que se acomoda mejor contra él, al otro lado de la cama Will también esta abrazándolo totalmente cansado e inconsciente.
Anthony ronca en una esquina de la cama con su manta.
Theo esta sentado en el marco de la ventana, su rostro parece tranquilo, pero también hay algo de advertencia mientras vigila a las sombras de la noche. Quiere preocuparse por el chico, pero la verdad es que no puede más que dormirse esa noche, sintiéndose relajado por primera vez en mucho tiempo.
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Lo primero que hace al día siguiente es preguntar por Nico, pero Quirón niega y eso lo desanima un poco, se deja obtener un medio abrazo golpe de Clarisse que lo culpa por llegar tarde, pero en lugar de quitarle el liderazgo que esta ha ganado, se acerca a una pequeña fuente de agua que suelen utilizar para utilizar la mensajería iris. Se queda mucho rato viendo la fuente, antes de tomar la moneda entre sus manos dudando. Han pasado muchos días y sabe que Harry debe saber que esta con vida, pero no se han comunicado desde los sueños en el tártaro y tiene miedo de que todo eso de alguna fuera terminara siendo una tonta alucinación de su parte.
Lo llama.
Silencio.
Un largo silencio, antes que su rostro aparezca sorprendido entre el agua y Draco se queda ahí un momento también sin saber que decir.
Traga saliva.
—Hey—dice tímidamente.
Puede ver la furia en el rostro del chico antes que se desinfle y lo vea entre incrédulo, enojado como un poco divertido.
—Hola—
—¿Seguimos siendo novios? —
—Draco, maldita sea, de verdad es lo primero que preguntas—
—Tal vez la comadreja chica volvió a besarte—
El rostro de Harry se llena de deseo infantil de pegarle, pero logra controlarse lo suficiente para tomar aire y comenzar a hablar.
No le gusta lo que dice.
Hogwarts sigue estando dentro de lo respetable, se ha creado una especie de fortaleza con la ayuda de Amos, Severus y Dumbledore que creo una especie de lugar seguro…por ahora. Los estudiantes estaban mejor protegidos ahora, Carter y Sadie a pesar de su corta edad, parecían navegar entre sus responsabilidades de Egipto como ayudarles en Hogwarts.
Voldemort tenía miedo de ese lugar.
Porque ahí fue cuando intento matar a Dumbledore y no funciono.
Es algo curioso e interesante a destacar.
Eso no evitaba que el hombre siguiera atemorizando todo Londres con su grupo de Mortifagos y monstruos, lo que era una mala señal que estuvieran de su lado aun cuando Nyx estaba dormida; tal vez le dio una especie de control sobre ellos más que prestarle sus filas.
Ocupaba hablar con Orion.
Aunque duda que le ayude pronto luego de enviarle aquí.
Tal vez si hablaba con Esmeralda.
—Estoy con Ron y Hermione escapando, conseguimos un Horrocrux, pero destruirlos…Amos nos indicó algunos posibles hechizos, pero no han funcionado—parecía tan cansado a la hora de hablar que Draco pudo entenderlo.
Nada como tener una misión casi suicida sin poder completarla con una tarea imposible para variar.
Examino a su aun novio un poco más detalladamente.
—Te ves delgado—musita Draco de forma pensativa.
Harry suelta un bufido.
—No importa—
—Me importa a mi—
El rostro del chico se vuelve un poco adolorido, gira a verle como si estuviera sufriendo y casi al borde del llanto, lo cual asusta un poco a Draco; esta seguro que no ha dicho nada malo. En todo caso le dice que se preocupa por él, así que no entiende por qué tan abrupta reacción a sus palabras.
Sus ojos se posan en el collar del chico que no estaba ahí antes con una especie de mal presentimiento.
—Es tonto, a veces pienso, hay voces sabes—bien eso no sonaba bien de ninguna forma—Hermione dice que es el collar, pero a veces las escucho y me dicen que no soy suficiente, nunca sería suficiente y luego dicen que me odias y me siento miserable y…—
—Harry—lo detiene Draco y joder, quiere estar a su lado.
No hay ningún otro lado al que quisiera estar más que al lado de Harry ahora mismo.
Para ayudarlo.
Porque esta sufriendo y sabe que este lo necesita, al menos necesita algo, que alguien este ahí para él. Por un momento quiere matar a esos dos individuos que Potter llama amigos por hacerlo estar así, pero luego supone que deben tener sus propios problemas.
Quiere tocarlo, abrazarlo y sujetar sus mejillas.
Besarlo.
Ha pasado años desde que beso a su novio.
Sonríe.
—Estás haciendo lo mejor posible, yo…quiero estar ahí, pero ya sabes que pronto es el fin del mundo por aquí, así que tengo que quedarme un poco más—habla restándole importancia y a Harry verlo un poco divertido—pero iré por ti tan pronto como todo terminé, lo prometí, volveré contigo y estarás mejor lo prometo—asegura Draco queriendo decir tantas cosas.
Eres suficiente.
Me has ayudado de formas que no tienes idea.
Tu estúpida sonrisa es lo que ha impulsado mi trasero más veces de las que crees capaz.
Eres un idiota, pero eres mi idiota.
—Tengo miedo la mayor parte del tiempo Draco—admite Harry un poco miserable y cansado.
Lo entiende.
Porque en medio del tártaro, Draco muchas veces también tuvo miedo y a veces cuando tienes que hacer algo que no quieres, te da miedo.
—Te amo, incluso si tienes dudas, no olvides que amo tu trasero Potter y voy a ir por ti, solo aguanta un poco más—susurra Draco acercando su rostro al agua.
Un poco más.
Siempre parece que falta un poco más.
Los ojos de Harry se iluminan ante sus palabras y Draco maldice a las personas que decidieron que era buena idea dejar el destino del mundo en niños. Ellos eran eso, niños, incluso si Harry no tuvo todas sus aventuras, parece que desde siempre fue destinado a tener que hacer el trabajo de los adultos.
Maldito Dumbledore.
Lo siento.
No fue su culpa, totalmente, pero quiere culpar a alguien, aparte de los olimpos para variar.
El llamado de Clarisse a lo lejos lo hace suspirar, Harry tampoco parece querer terminar la llamada, pero no hace tanto drama como pudo haberlo hecho, si su estado mental estuviera bien.
Le da una media sonrisa.
—Yo también te amo—es lo que dice el chico que es un hombre lobo y el mayor idiota de todo Hogwarts.
Suyo.
Draco sonríe un poco débil casi deseando poder tenerlo entre su brazo, solamente un poco más, piensa cuando termina la llamada, pronto van acabar con Gaia y no hay fuerza en este mundo que le impida ir después con su novio.
No puede luchar contra Nagini.
La idea de pensar en la serpiente aun le provoca ganas de vomitar.
Pero Voldemort está muerto.
—3 días—susurra pensando en lo poco que falta para la batalla final.
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Tienen que preparar el campamento, hay muchos niños nuevos que le asegura a Quirón que no tienen que luchar en las filas delanteras, este tampoco parece feliz por la idea, pero igualmente reciben entrenamiento como todos los demás.
Toma asiento al lado de Monica, la niña ha crecido mucho, ya es una jovencita en lugar de la joven hija de Hécate que convirtió a Percy en Ornitorrinco. La niña parecía nerviosa incluso cuando Lou le aseguraba que lo haría bien.
Se pregunta si morirá.
No lo dice en voz alta, pero muchos mueren en cada lucha, la ultima vez que lucharon contra Cronos, los funerales fueron más de los que le gustaba admitir.
Tuvo que ir a entrenar con Theo, quien solamente respiro resignado dejando ser un saco de boxeo. El chico había mejorado mucho, pero contra él, sigue siendo muy verde aún.
El campamento esta listo para la lucha, esta por iniciar en cualquier momento.
Piensa en Nico, Reyna, Bob, el pequeño Bob, en Percy y compañía que deben estar en su propia misión suicida.
Tan solo un año de paz.
¿Es mucho pedir?
Supone que sí.
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Mellie se pone en labor de parto, Draco quiere irse, pero Will toma su hombro porque sabe que va a huir.
Es estúpido.
Nunca ha estado en un parto.
Ve a Lavender empujar a Anthony y Theo cuando Will comienza arrastrarlo.
No.
Él debería estar en medio de la lucha.
No aquí.
Incluso si técnicamente no es un humano, hay algo traumático en experimentar un parto.
—Has estado en muchas luchas a muerte, ver la vida te hará bien—
—Dilo sin que tus manos tiemblen—
—Me lo debes—
—Hijo de puta—
No por la mamá de Will, habla por su padre, maldice a Apolo solo porque puede.
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Mellie no esta feliz de dar a luz sin su padre, pero Draco le explica que esta luchando…con Gaia, eso no la hace feliz, pero al menos deja de intentar lanzar maldiciones de muerte a su esposo cuando vuelva. Entonces luego hay un parto y Draco solamente puede pensar en algo: "Gracias a que soy un hombre y nunca en mi perra vida tendré que pasar por eso". Bueno si hay posibilidades que quede embarazado, pero para eso tendría que tomar pociones y Harry tendría que ser muy compatible mágicamente con él.
Es muy raro.
Así que adoptar seria lo mejor.
No es que importe.
—Quiero vomitar—dice Draco que comienza acostumbrarse a vomitar durante esta aventura.
No le gusta.
Will cuyas manos tiemblan le pasa una medicina y Draco piensa que su vida habría sido mejor si lo hubiera llevado con él. Empuja el hombro de este, quien le da una mirada agradecida, al menos ya un poco menos enojado con él por todo lo que ha pasado.
Perder el vinculo le dolió a Will.
Pero como siempre hay tantas cosas que hacer para ellos que no puede detenerse y pensar, podemos solucionarlo todo charlando.
El tiempo va ser su mejor ayuda.
Si logran sobrevivir.
—¿Qué están haciendo? —habla Will sacándolo de sus pensamientos y cuando voltea a ver, Cecil y Lou parecen estar susurrando lejos de ellos con Quirón a su lado.
Ambos se ven de reojo.
Nada bueno puede salir de ellos.
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Quirón piensa que es buena idea enviar espías para ver el caos, Lavender y Anthony están fuera de las personas que pueden ir porque son la mejor defensa, Theo pensó que podría ser una mejor opción, pero Cecil y Lou parecen tan convencidos que pueden ayudar, que Quirón cede. Una parte de Draco quiere verlo como chicos mayores, pero la verdad es que los vio llegar al campamento cuando eran tan jóvenes y le parece imposible pensar que ya tienen edad suficiente para ir a su propia misión.
Así que también va.
Will por algún motivo se une.
—No—dice Draco.
—Sabes que no voy a escucharte—le dice Will incrédulo.
Entonces todos están vestidos de negro a plena luz del día, Draco piensa que esto va a salir mal, así que mientras caminan y ante la mirada divertida de Lavender, decide manipular la niebla. No es la mejor persona en eso, pero al menos podrá hacer que no se vean tan notoriamente, su cabello destaca un poco; pero por otro lado el de Will es como una bombilla.
Camina detrás de ellos con un suspiro.
Estos chicos ocupan una guía en las misiones, incluso Potter podría ser mejor que ellos en su primer intento.
—Estoy listo estoy listo—susurra Cecil caminando un poco incomodo.
Lou le da una mirada preocupada al tiempo que Will aun sigue un poco tembloroso, Draco piensa que va a tener que cuidarlos.
Un momento.
¿Acaba de terminar de niñera por su propia cuenta?
Quiere reírse al respecto.
—Solo vamos a ver qué pasa, no vamos hacer nada—intenta guiarlos Draco, pero los otros chicos no lo escuchan.
Adolescentes.
Draco se detiene en sus pensamientos pensando que el anterior pensamiento acaba de sonar muy similar a lo que haría sonar Severus, lo cual lo hace sentir un poco mal porque tiene 17 años y ya suena como su profesor que tiene 40 años aproximadamente.
Debería deprimirse.
—¿Estaremos bien? —pregunta Lou a su lado con aburrimiento, mientras Cecil y Will actúan tan terriblemente evidentes que es patético.
Mira a la chica que es capaz de convertir una fila de enemigos en cerdos.
—Los cuidare—dice Draco con el mismo aburrimiento.
Por algún motivo Lou parece tomar eso como algo positivo y Draco piensa que la chica no debería tenerle tanta confianza, pero al final del día, es importante para Will y Will es importante para él así que de alguna forma tiene que cuidar de esta niña.
Otra vez como Sadie y Carter.
—Tranquilo yo estoy grande, también pienso cuidar de mis amigos—dice Lou con una sonrisa algo divertida para la situación en la que están.
La ve de reojo.
Bueno, ahora entiende porque Will la mantiene, la chica tiene algo interesante.
Cecil.
Mira al chico que tropieza con sus pies.
Joder.
Es Cecil.
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Draco vio la tienda de mando romana, detrás y a la izquierda de la legión. Octavian probablemente estaría allí, disfrutando el desayuno a una distancia segura de los enfrentamientos. No lideraría a sus tropas en la batalla. El pequeño cabrón esperaría para destruir el campamento griego desde lejos, esperaría a que las llamas se extingan, y luego marcharía sin oposición.
Sería tan fácil matarlo.
Pero duda que Will lo apoye.
Maldita sea debió traer a Clarisse con él.
Se concentró en esa tienda.
Tanto que no vio cuando Will hablo.
—¿Nico? —
Todo pensamiento racional lo abandono, antes de ver confundido a su derecha y ver cómo.
Nico Di Angelo se dio la vuelta, empuñando su espada al instante, y casi decapitó a Will.
—¡Baja eso! —Will silbó— ¿Qué estás haciendo aquí? —
Si.
¿Qué hacía aquí?
El chico parecía confundido de que hacían aquí, Draco realmente no había querido ser Will, pero se pregunta si este o los otros chicos pueden ver la mirada casi anhelante que estuvo en los ojos de Nico un segundo, antes de volverse huraño como siempre.
Ese era su amargado primo.
Y esto no era un orgullo de su parte.
Quiere ahorcarlo.
Ahora es un buen momento para no arruinar más las cosas de algo que estaba complicado, pero era Nico de quien hablaban. Podría amar al chico, pero era una caja de problemas emocionales que no estaba listo para una charla que no terminara mal con Will.
Nico estaba estupefacto.
—¿Yo? —preguntó Nico— ¿Qué estás tú haciendo? ¿Quieren que los maten? —
Will frunció el ceño.
Estaban ignorando a los demás, Draco volteo a ver a Lou y Cecil, pero estos claramente no iban a meterse a la charla.
Tal vez no debería.
—Eh, estamos explorando el enemigo. Hemos tomado precauciones. —
—Estás vestido de negro —señaló Nico— con el sol saliendo. Te pintaste la cara pero no cubriste esa cabellera rubia. Es lo mismo que estar agitando una bandera amarilla. —
Las orejas de Will enrojecieron.
Draco quería decir que pensaba en eso, pero Lou lo sujeto por la muñeca negando a lo cual hizo un puchero.
Estaba bien.
Él estaba aquí.
Podría ayudarles.
—Lou Ellen nos envolvió con Niebla, también—
—Hola. —La chica junto a él se retorció los dedos. Parecía un poco nerviosa—. Eres Nico, ¿verdad? He oído hablar mucho de ti. Y esta es Cecil de la cabaña de Hermes—
Nico se arrodilló al lado de ellos viendo mal a Draco, quien como sabe que podría morir, solamente hizo un símbolo de amor y paz.
El ceño fruncido de Nico se intensifico.
—También me alegra verte—dice resentido cuando este lo empuja—
—El entrenador Hedge me pregunto por su esposa por llamada Iris, ¿Esta bien? —
Lou Ellen río nerviosamente cuando Draco y Will se pusieron pálidos al mismo tiempo.
—¿Alguna vez...? —
Will la codeó.
—El bebé nacido bien. —
—¡El bebé! —Nico sonrió, Draco quería arrullarlo—. ¿Mellie y el niño están bien? —
—Bien. Un niño sátiro muy lindo. —Will se estremeció—. Pero yo lo recibí. ¿Alguna vez has recibido un bebé? —
—Em, no—
—Tenía que conseguir un poco de aire fresco. Es por eso que me ofrecí como voluntario para esta misión. Dioses del Olimpo, mis manos todavía están temblando. ¿Ves? —
Tomó la mano de Nico. Él la retiró rápidamente.
Draco vio confundido a Will, porque sabe que el chico sigue enojado con Nico, también sabe que Nico esta a la defensiva esperando que este explote.
—Lo que sea —le espetó— No tenemos tiempo para charlar. Los romanos atacarán al amanecer y tengo que... —
—Lo sabemos —dijo Will—. Pero, si estas pensando en viajar por las sombras hasta la tienda de mando, olvídalo. —
Nico lo fulminó con la mirada.
—¿Discúlpame? —
—Draco me dijo todo sobre tus viajes sombra. No lo puedes intentar de nuevo—Nico le da la peor mirada a Draco que rápidamente y con mucho valor…
Se esconde detrás de Cecil.
—Lo acabo de hacer, Solace. Estoy bien—
Apellidos.
Auch.
Eso no va a terminar bien, lo sabe cuando ve el rostro enojado de Will y un poco decepcionado, que casi hace resistir a Nico.
Pero no lo logra.
—No, no lo estás. Soy un sanador. Pude sentir la oscuridad en tu mano tan pronto como la toqué. Incluso si llegaras a esa tienda, no estarías en condiciones de luchar. Pero no vas a hacerlo. Un deslizamiento más, y no vas a volver. No vas a hacer viajes sombra. Órdenes del doctor—
Algo como anhelo vuelve a cruzar el rostro de Nico, antes de negar.
—El campamento está a punto de ser destruido... —
—Y vamos a parar a los romanos —dijo Will—. Pero lo haremos a nuestra manera. Lou Ellen controlará la niebla. Nos colaremos alrededor de ellos, y le haremos el mayor daño posible a esos onagros. Pero sin viajes sombra—
—Pero... —
—No—
Las cabezas de Draco, Lou Ellen y Cecil miraban hacia los lados como si estuvieran viendo un partido de tenis muy intenso.
Draco decidió ver un momento hacía el campamento mestizo.
Más allá de las tropas y las ballestas, el lago de las canoas brillaba de color rosa en la primera luz del amanecer. Nico recordó la primera vez que llegó al Campamento Mestizo, con un aterrizaje forzoso en el coche de sol de Apolo, que había sido convertido en un autobús escolar en llamas.
—Lo que sea —dijo Nico—. Pero tenemos que darnos prisa. Y vas a seguir mis instrucciones—
—Bien —dijo Will—. Solo no me pidas que reciba ningún bebé sátiro otra vez y nos llevaremos muy bien—
Ambos se vieron tensos.
Aun había tanto que hablar, pero Draco supuso que no era el momento.
.
.
Ellos lograron llegar al primer Onagro al mismo tiempo que el caos se desataba en la legión. Al final de la línea, gritos se escucharon desde la Quinta Cohorte. Legionarios se dispersaron y soltaron sus pilas. Una docena de centauros se mezclaron entre sus filas, gritando y agitando sus bates, seguidos de una horda de hombres con dos cabezas golpeando sus tapas de contenedores de basura.
—¿Qué está pasando allí? —preguntó Lou Ellen.
—Esa es mi distracción —dijo Nico— Vamos—
Una parte de Draco quiere preguntar muy seriamente, pero la más sensata solamente sigue la corriente esta vez.
Con Nico esta más seguro.
No desconfía de los otros 3 niños, pero sin duda Nico y Draco son quienes mayor experiencia de lucha tienen, pero que Nico no este sintiéndose bien, le hace querer enviarlo de una patada al campamento para que se recupere como debe.
Estúpidas guerras.
No dan tiempo para descansar como es debido.
Todos los guardias se habían reunido al lado derecho del onagro, tratando de ver qué pasaba en las filas, lo que le dio al improvisado equipo paso libre a su izquierda. Pasaron a unos pocos metros del romano más cercano, pero no los notó. La magia de la Niebla de Lou Ellen parecía estar funcionando.
Saltaron la barricada de espinas y llegaron a la máquina.
—Traje un poco de fuego griego —susurró Cecil.
—No —dijo Nico— si hacemos daño muy obvio, no llegaremos a los otros a tiempo. ¿Puedes recalibrar la dirección, digamos, a la línea de disparo de los otros onagros? —
Cecil sonrió.
—Oh, me gusta la manera en la que piensas. Me enviaron porque desordeno las cosas demasiado bien—
Se puso a trabajar mientras los otros hacían guardia.
Mientras tanto, la Quinta Cohorte estaba peleando con los hombres de dos cabezas. La Cuarta Cohorte se movió para ayudarlos. Las otras tres cohortes se mantuvieron en su lugar, pero los oficiales estaban teniendo problemas manteniendo el orden.
—Bien —anunció Cecil—. Movámonos—
Caminaron a través de la colina hacia el siguiente onagro.
Esta vez, la Niebla no funciono tan bien. Uno de los guardias del onagro gritó:
—¡Oigan! —
— Yo me encargó. —Will estaba listo para comenzar a correr, hasta que Draco lo sujeto del cuello impidiendo que hiciera una estupidez.
Silencio.
Este lo ve mal, a lo cual Draco le da una mala mirada por intentar hacer algo estúpido, con su lanza simplemente avanza. Los soldados romanos no eran malos, pero Draco solamente tuvo que correr hacía ellos y con unos rápidos golpes en sus cabezas dejarlos inconscientes.
Cuando otros aparecieron fue Lou quien salto.
—¡Atrapen esto! —
Ella lanzó una pequeña pelota blanca del tamaño de una manzana. Los romanos la atraparon instintivamente. Una esfera de polvo de seis metros explotó. Cuando el polvo se asentó, los seis romanos eran pequeños cerditos rosas.
—Buen trabajo —dijo Nico.
Lou Ellen se ruborizó.
—Bueno, es la única bomba porcina que tengo. Así que no pidas una repetición—
Todos miraron a Will que parecía un poco avergonzado de lo que casi hizo.
—¿Que? No hice nada mal—
—¿Nada mal? —Nico lo observó—. La próxima vez dejaré que te atrapen, Solace—
—Ah, nunca me atraparían—
La tensión crecía entre ellos, Draco vio de reojo a Cecil y Lou apostar cuanto duraría, pero Draco en su lugar solamente suspiro.
Poco.
Estos dos iba a explotar pronto y están en medio del campamento enemigo.
Mala señal.
Cecil les hizo una señal desde el onagro, indicando que el trabajo estaba hecho.
Todos se movieron hacia la tercera máquina de asedio.
En las filas de la legión, todo era un caos, pero los oficiales estaban empezando a recuperar el control. La Quinta y Cuarta cohortes se reagruparon mientras la Segunda y la Tercera actuaban como policía antidisturbios, empujando centauros, cinocéfalos y hombres de dos cabezas de regreso a sus respectivos campamentos.
La Primera cohorte era la que estaba más cerca del onagro, un poco demasiado cerca para la comodidad de
Parecían atareados por un par de oficiales que desfilan delante de ellos, gritando órdenes.
Draco esperaba que pudieran acercarse sigilosamente a la tercera máquina de asedio. Un onagro más redirigido y podrían tener una oportunidad. Por desgracia, los guardias los descubrieron, a dieciocho metros de distancia. Uno gritó:
—¡Ahí! —
Lou Ellen maldijo.
—Ahora están esperando un ataque. La niebla no funciona bien contra los enemigos que han sido alertados. ¿Corremos? —
—No —dijo Nico—. Vamos a darles lo que esperan.
Extendió las manos. Frente a los romanos, el suelo hizo erupción. Cinco esqueletos salieron de la tierra. Cecil y Lou Ellen se acercaron a ayudar. Nico intentó seguirlos, pero habría caído de cara si Will no lo hubiera agarrado.
Estaba exhausto.
Lo cual preocupo a Draco.
—Idiota —Pasó un brazo alrededor de él—. Te dije que no usarás más de esa magia de Inframundo—
—Estoy bien—
—Cállate. No lo estás. —Will sacó un paquete de chicles de su bolsillo.
Nico quería apartarse. Odiaba el contacto físico. Pero Will era mucho más fuerte de lo que parecía. Nico se encontró apoyado en él, confiando en su apoyo.
Tan lindos.
¿Y si de alguna forma hay una confesión?
Draco duda que pase de forma tan dramática, pero una madre puede ilusionarse.
—Toma esto —dijo Will.
—¿Quieres que masque chicle? —
—Es medicinal. Debe mantenerte vivo y alerta por unas cuantas horas más—
Nico se echó un chicle a la boca.
—Sabe como a alquitrán y barro—
—Deja de quejarte—
—Oye. —Cecil se acercó cojeando, como si hubiera sufrido una contractura muscular—. Ustedes como que se perdieron la pelea. —
Lou Ellen lo siguió, sonriendo. Detrás de ellos, todos los guardias romanos estaban enredados en un extraño surtido de cuerdas y huesos.
—Gracias por los esqueletos —dijo ella—. Gran truco—
—El cual no se va a repetir —dijo Will.
Nico se dio cuenta de que todavía estaba apoyado contra Will. Se apartó y se mantuvo de pie sobre sus propios pies.
Draco se acerco un poco, no para meterse en cualquier cosa en medio de ellos, pero si para sujetarlo si el orgullo de este contra Will lo enviara al suelo.
—Voy a hacer lo que sea necesario—
Will puso los ojos en blanco luciendo casi furioso, quiere decirle a Nico que no haga nada estúpido como enojar más a Will.
Claramente él no lo hace.
Bueno.
Cada quien elige su camino a la muerte.
—Bien, Chico Muerte. Si quieres suicidarte…—
—¡No me llames Chico Muerte! —
Lou Ellen se aclaró la garganta.
—Em, chicos…—
—¡TIREN SUS ARMAS! —
Draco se giró. La lucha en el tercer onagro no había pasado desapercibida.
Toda la Primera cohorte avanzaba hacia ellos, con lanzas niveladas y los escudos entrelazados. Frente a ellos marchaba Octavian, con toga púrpura sobre la armadura, brillante joyería de oro imperial en el cuello y los brazos, y una corona de laureles sobre la cabeza como si ya hubiera ganado la batalla. Junto a él estaba el abanderado de la legión, Jacob, sosteniendo el águila dorada, y seis enorme cinocéfalos, con los colmillos desnudos y sus espadas con brillo rojizo.
Draco gimotea, porque realmente no quería esta distracción.
Especialmente Octavian.
Nuevamente odia que nadie lo dejara matarlo realmente.
—Bueno —gruñó Octavian—, saboteadores Griegos —Se volvió a sus guerreros con cabeza de perro—. Destrócenlos—
Mientras los hombres con cabeza de perro marchaban hacia adelante, Nico levantó su dejó salir un silbido desgarrador.
Joder.
Draco sujeto las manos contra sus oídos.
Había olvidado que Will hacía eso.
Los seis hombres cabeza de perro soltaron sus armas, se taparon los oídos y cayeron en agonía.
—Chico —Cecil abrió la boca para destaparse los oídos—. ¡Por el mismísimo Hades! Una pequeña advertencia a la próxima vendría bien. —
—Es aún peor para los perros —Will se encogió de hombros—. Uno de mis pocos talentos musicales. Hago un espantoso silbido ultrasónico—
Su cabeza zumbaba aún.
Nico se metió entro los cabeza de perro, golpeándolos con su espada. Ellos se disolvieron en sombras.
Octavian y los otros romanos parecían demasiado aturdidos para reaccionar.
—Mi… ¡mi guardia élite! —Octavian miró a su alrededor en busca de simpatía— ¿Vieron lo que le hizo a mi guardia élite? —
—Algunos perros tienen que ser sacrificados —Nico dio un paso adelante—. Como tú—
Por un hermoso segundo, toda la Primera Cohorte dudó. Después recobraron sus sentidos y nivelaron su pila.
—Awww mi bebé ha crecido—dice Draco por bajo, provocando que Cecil y Lou le vean preocupados.
—¡Ustedes serán destruidos! —Octavian chilló—. Ustedes Griegos andan a escondidas, saboteando nuestras armas, atacando a nuestros hombres… —
— ¿Te refieres a las armas que estaban a punto de dispararnos? —preguntó Cecil.
— ¿Y los hombres que estaban a punto de quemar nuestro campamento en cenizas? —Añadió Lou Ellen.
—¡Justo como un Griego! —gritó Octavian— ¡Tratando de poner las cosas de cabeza! Bueno, ¡No va a funcionar! —Apuntó a los legionarios más cercanos—. Tú, tú, tú y tú. Revisen todos los onagros. Asegúrense de que estén operacionales. Quiero que sean disparados simultáneamente lo más pronto posible. ¡Vayan! —
Los cuatro romanos corrieron.
Esperaba que Cecil hubiese hecho bien su trabajo. Dañar una enorme arma era una cosa. Dañarla tan sutilmente hasta que fuera muy tarde para que alguien se diera cuenta era otra. Pero si alguien tenía esa habilidad, era un hijo de Hermes, dios del engaño.
Octavian marchó hacia Nico.
Para su crédito, el augur no parecía tener miedo, y eso que su única arma era una daga. Se detuvo tan cerca que Nico podía ver las venas inyectadas en sangre de sus pálidos ojos llorosos.
Su cara estaba demacrada. Su pelo tenía el color de espagueti sobre cocido.
Draco sabía que Octavian era un legado, un descendiente de Apolo con muchas generaciones pasadas. Ahora no podía dejar de pensar que Octavian se veía como una versión aguada, enfermiza de Will Solace, como una foto que había sido copiada muchas veces. Lo que fuera que hacía a un hijo de Apolo especial, Octavian no lo tenía.
Estaba feo.
Se tenía que decir y se dijo.
—Dime, hijo de Plutón —El augur siseó—. ¿Por qué ayudas a los Griegos? ¿Qué han hecho ellos por ti? —
Hijo de puta.
Golpe bajo.
Draco mira nervioso a Nico, sabe que Nico no ha tenido el mejor día de playa últimamente.
—Estoy ayudando a los Griegos y a los Romanos —dijo Nico.
Octavian rió.
—No trates de engañarme. ¿Qué te han ofrecido? ¿Un lugar en su campamento? Ellos no van a honrar su trato—
Hijo de puta x2.
Draco va a gruñirle que es un idiota.
—No quiero un lugar en su campamento —Nico gruñó—. Ni en el tuyo. Cuando la guerra se termine, me iré de los dos campamentos para siempre—
—¡Qué! —ladra Draco, pero nadie lo escucha.
Will Solace emitió un sonido como si le hubiesen dado un puñetazo
—¿Por qué harías eso? —
Nico frunció el ceño, Draco se siente ofendido de ser ignorado, en cambio voltea a ver a Will cansado.
—No es de tu incumbencia, ya no somos amigos, recuerdas, no pertenezco. Es obvio. Nadie me quiere, soy un hijo de…he hecho todo mal—
—Oh, por favor —Will sonaba inusualmente molesto—Todo este tiempo, no hay nadie más estúpido que tú Nico Di Angelo—añade molesto haciendo que su primo por un momento ignore a Octavian para ver a Will indignado.
—¿De qué hablas? —dice sin entenderlo.
Por Merlín.
Draco espera que no fuera tan ciego con Potter en su momento, pero lo duda. Su mirada se dirige a Will que parece estar pensando algo similar a Draco, porque su rostro se vuelve exasperado cuando ve a Nico.
—Eres un estúpido para no notar que a pesar de nuestra pelea sigues siendo mi mejor amigo y que probablemente lleve enamorado de ti más del tiempo que me gustaría admitir—
La boca de Nico se abre.
La de los demás presentes también y de la boca de Draco sale una especie de gemido patético animal que demuestra la ternura que siente en ese momento.
Está pasando.
Joder está pasando.
Zarandea a Cecil a su lado que parece tan en shock como él al ver todo.
—¿Qué? —pregunta Nico casi sin aire, pero aunque se ve el shock y la incredulidad, por primera vez en mucho tiempo hay brillo en sus ojos.
Su bebé está feliz.
Ocupa llamar a Percy y Harry para contarles, ocupa ser un fangirl en este momento, a su madre, Narcisa realmente había visto venir esto mucho antes que Draco probablemente.
—Esa es tu respuesta, claro que es tu respuesta, podría besarte en este momento y dudarías de mí, me enamore de un idiota, otra vez—dice el chico exasperado viéndolo a lo cual Draco aparta la mirada nervioso.
No es buen momento.
Nico va a decir algo.
—¡Suficiente! —espetó Octavian deteniéndolos y Draco iba a matarlo por eso—. Di Ángelo, puedo ganarle a cualquier propuesta que los Griegos puedan hacer. Siempre he pensado que serias un fuerte aliado. Puedo ver la crueldad en ti, y yo aprecio eso. Te puedo asegurar un lugar en Nueva Roma. Todo lo que tienes que hacer es hacerte a un lado y dejar que los Romanos ganemos. Una estúpida declaración de amor no tiene nada que ver con la victoria. El dios Apolo me ha mostrado el futuro…—
—¡No! —Will Solace empujó a Nico a un lado quien aun seguía sorprendido de la declaración y se puso frente a Octavian—. Yo soy hijo de Apolo, tú perdedor anémico. Mi padre no le ha enseñado el futuro a nadie, porque el poder de profecía no está funcionando. Pero esto… —agitó su mano vagamente a la legión ensamblada, las hordas de monstruosos del ejército enemigo que se propagaba por la ladera—. Esto no es lo que Apolo querría—
El labio de Octavian se curvó.
—Mientes. El dios personalmente me dijo que yo sería recordado como el salvador de Roma. Yo lideraré a la legión hacia la victoria, y voy a empezar por…—
Nico sintió el sonido antes de escucharlo –thunk thunk thunk– retumbaba por la tierra, como los enormes engranajes de un puente elevadizo. Todos los onagros dispararon al unísono los seis cometas dorados se ondularon hacia el cielo.
—¡Destrozando a los Griegos! —Octavian exclamó con alegría— ¡Los días del Campamento Mestizo se han acabado! —
Todos parecían confundidos.
Era el momento.
Draco salto hacía adelante y con una mano toco suavemente el brazo de Octavian, solo ocupo un toque y esperaba que todo el descanso de estos días funcionara.
Silencio.
Draco no podía pensar en nada más hermoso que un proyectil fuera de curso. Al menos, no hasta ahora. De las tres máquinas saboteadas, las cargas útiles viraron a los lados, corriendo hacia la barrera de los otros tres onagros.
Las bolas de fuego no colisionaron directamente. No necesitaban hacerlo. Tan pronto como los misiles se acercaron uno con otro, las seis ojivas detonaron en el aire, rociando una cúpula de dorado y fuego que succionó el oxigeno del cielo.
El calor punzaba el rostro de Draco mientras sus manos parpadeaban de colores negros. El zacate siseaba. Las cimas de los arboles echaban vapor. Pero cuando los fuegos artificiales cesaron, ningún daño serio se había producido.
Octavian no reaccionó al inicio.
Parecía luchar.
Dudar.
Sus ojos parecían muertos cuando levanto la mano.
—¡ALTO! —grito a regañadientes la orden que Draco estaba usando en su cerebro, la magia negra era difícil, mucho más aquí y la sensación de algo que carcome su cerebro lo hace difícil—¡RETIRADA! —sus soldados parecen sorprendidos cuando se tambalea hacía atrás, pero solamente les da la espalda caminando hacía todos.
Nadie en la Primera Cohorte se movió. La Quinta Cohorte estaba marchando hacia ellos en doble tiempo, Dakota a la cabeza.
Más allá en la ladera, el resto de la Legión estaba tratando de formarse, pero la Segunda, Tercera y Cuarta Cohortes, ahora estaban rodeadas por un mar de malgeniados monstruosos aliados. Las fuerzas del Auxilia no se veían nada felices acerca de la explosión de arriba. Sin duda habían esperado que el Campamento Mestizo se hubiese quemado para comer semidiós a la parrilla en el desayuno.
— ¡Octavian! —Llamó Dakota luciendo confundida—. Tenemos nuevas órdenes—
El ojo izquierdo de Octavian crispaba violentamente, tanto que parecía que explotaría.
Pero sigue en estado casi catatónico aunque nadie pueda notarlo, Nico voltea a verlo rápidamente preocupado, pero Draco sigue aquí.
No se ha perdido en la bestia sedienta de sangre.
La mente de Octavian esta podrida y duele, pero puede controlarlo fácilmente en comparación de cientos de monstruos.
—De Reyna. —Dijo Dakota, bastante alto para asegurarse de que toda La Primera Cohorte pudiera escuchar—. Nos ha ordenado una retirada—
—¿Reyna? —habla Nico sorprendido, mientras que Octavian parece luchar contra su control.
Lo aplasta con furia dentro de su propia mente.
Como una cucaracha.
Su cuerpo tiembla, pero aun así se mantiene de pie, porque eso ordeno Draco a su cerebro.
La Quinta Cohorte se formó detrás de su Centurión, inquietos haciendo frente a sus camaradas de La Primera. Dakota se cruzó de brazos obstinado.
—Reyna es la Praetor hasta que se vote lo contrario por el Senado—
Le ordena a Octavian quedarse cayado, Dakota parece dudar y muchos también.
Lo que los romanos habrían hecho abandonados a su propia suerte, Draco no lo sabía.
Pero él no había contado con los Griegos.
En ese momento, todo el ejército de El Campamento Mestizo apareció en la cresta de la Colina Mestiza.
Clarisse La Rue cabalgaba a la cabeza, en un carruaje rojo impulsado por caballos de metal. Cientos de semidioses se dispersaban a su alrededor, con el doble de sátiros y espíritus de la naturaleza guiados por Grover Underwood. Tyson avanzaba con otros seis cíclopes. Quirón se encontraba en modo semental blanco, con su arco listo.
Era una vista increíble, pero todo lo que Draco podía pensar era: No. Ahora no.
Váyanse para atrás.
Retrocedan.
Idiotas hijos de puta no ahora.
Clarisse gritó,
—¡Romanos, han disparado a nuestro campamento! ¡Retírense, o serán destruidos! —
Su cabeza martillaba.
Esto sin duda sería una locura.
Continuara…
El día de hoy es un día muy especial, porque esta historia cumple oficialmente un año de ser publicada. Es gracias a esta historia que he conocido a personas asombrosas y geniales que me han acompañado a lo largo de este largo trayecto. Esta historia como tal, me ha visto en las malas y las buenas, así que espero que el capitulo de hoy pudiera ser algo que disfruten de leer.
Ya estamos entrando al final de esta parte del arco 6, luego faltarían algunos capítulos más para terminar el arco 6 y luego un descanso antes de iniciar el ultimo gran arco de la historia.
Parece ayer que inicie esa locura de proyecto.
Pero ahora se ha convertido en algo gigante, la historia más comentada en español de ao3 hasta el momento, de las más comentadas de Drarry en cualquier idioma y también entre las más largas que hay en los fandoms por la cantidad de palabras.
Se ha convertido en parte de mi orgullo y algo que me hace feliz.
Gracias por este año a mi lado y espero sigamos viéndonos el siguiente año que queda por delante 3
