Capítulo 57: Draco piensa que la vida es demasiado buena, eso le da mala espina.
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Cuando Draco despierta no solamente tiene un terrible dolor de cabeza por la resaca, tampoco tiene a un Harry Potter a su lado, lo cual incrementa el dolor de cabeza que tiene. Una parte de él quiere estirar sus manos y decir: «Yo había puesto mi Harry Potter aquí», pero no lo hace porque sería ridículo. Aunque estuvo borracho no es que olvidara lo que pasó la noche anterior, sin duda estaba más libre que de lo normal, pero no totalmente ignorante de que hacía.
Mimado tal vez.
El dolor de cabeza no lo deja pensar bien, así que logra convencer a Adrian de no matarlo por invitar a Lavender a Hogsmeade si le pasa una poción para la resaca que usualmente los Slytherin mayores tienen para ellos. Funciona bien y cuando va al desayuno se siente casi como una persona viva otra vez.
Aunque en el desayuno todos parecen un poco retraídos, al menos en la mesa Slytherin.
Día de San Valentín y Salida Hogsmeade.
¿Quién se le ocurrió hacerlo después de un partido de Slytherin?
Draco ignora a la mayoría mientras Merlín su lechuza le trae el correo diario, una carta lo sorprende ya que no suele recibir muchas. Sonríe cuando ve una carta de Anthony, pero aunque quiere saber sobre su amigo, realmente la carta de Amos es la que más lo interesa por lo que le había enviado hace unos días.
La abre rápidamente.
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Querido Draco.
Lamentablemente dudo poder ayudarte en este caso, los hombres lobo que conoces son muy diferentes a los de nuestro Panteón, así que el problema que me mencionas probablemente no se pueda solucionar de las formas que podría recomendarte.
Sin duda parece haber un patrón, por lo cual consideraría comentarlo con el mismo hombre lobo o algún otro que conozcas; dudo que este consejo funcionaría con alguien normal, pero dudo que te dejes matar por uno.
También podría estar relacionado más al lado animal que al humano.
Los momentos indicados tienen una especie de similitud a los de un cortejo animal, pero no podría asegurarlo.
Anthony, Carter y Sadie están bien.
Explotaron parte de la casa la semana pasada en una apuesta, no quieres saberlo.
P.D: ¿Alguna idea de un regalo para tu padrino?, le estuve enviando plantas exóticas egipcias, no fueron regresadas con enojo como los chocolates importados, así que supongo que no voy por mal camino.
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Draco ignora la parte de su padrino a medias, ahora entiende un poco porque este había estado tan concentrado en su oficina probando cosas nuevas en pociones; cuando pregunto el muy maldito solamente dijo que tenía ideas nuevas, pero nunca comentó de dónde vinieron los ingredientes. Puede que no esté enamorado de Amos, pero sin duda su profesor egipcio sabe hacer bien las cosas, lo que es una sorpresa porque no pensó que llegaría tan lejos. No es totalmente un idiota, por otro lado, no le ha ayudado mucho a descubrir qué se esconde tras el comportamiento de Harry, lo cual es una victoria a medias.
Ya que Amos no es de ayuda.
Se niega a pedirle ayuda a Lupin.
Va a su tercera mejor opción.
Con una hora o dos antes de tener que ver a Harry en la entrada, Draco se apresura para capturar a un grupo de indefensos Ravenclaw.
Michael Corner y Terry Boot no parecen tan impresionados cuando lo ven venir, aunque Padma Patil arruga la nariz al verlo cortarles el paso. Se tiene que recordar que los Ravenclaw no quieren mucho a Slytherin este momento luego de la monumental paliza que les acaba de dar en quidditch, tampoco parecen feliz por la ausencia de Anthony Goldstein en Hogwarts; no es el personaje favorito de Ravenclaw ahora mismo. Lo que hace a todos saltar sorprendidos es cuando rápidamente toma del cuello a Corner para llevarlo lejos a un pasillo vacío.
El chico parece alarmado intentando huir.
—Tienes un extraño fetiche por los hombres lobos, así que ocupo ayuda —dice Draco con calma y Michael le da una mirada de completa incredulidad.
—¿Disculpa?
—Hombres lobo, Corner, tienes fetiche, no me importa. Quiero saber qué significa que un hombre lobo vaya a una persona y le de animales muertos, o que consiga cosas costosas y que te haga… eh… dormir en ellas.
Puede ver la falta de comprensión del chico, Draco se orgullece de tener una especie de estatus de estar loco, para que nadie pueda unir puntos.
Tal vez Granger.
Pero dado que ella sabe del problema le importa poco, se siente un poco ofendido que Michael como Ravenclaw no pueda unir puntos; tal vez tiene otras fortalezas.
—¿Es un hombre lobo Alfa? —La pregunta lo distrae antes de ver a Corner confundido, que lejos de meterse más dentro de él para saber sus motivos, parece solo ser una enciclopedia andante—. Bueno si fuera un hombre lobo Alfa podría ser sinónimo de cortejo, los hombres lobo son muy llevados por su naturaleza y si encuentran a su mate, claramente comenzarían un ritual de cortejo —añade casi pensativo, con una mano en su mentón.
Cortejo.
¿Cortejo?
Espera.
—¿Hombre lobo Alfa? —Sabía sobre las clasificaciones, pero no tenía la menor idea si Harry fuera un Alfa o no.
No tiene idea qué haría eso de diferencia.
—Sí, los hombre lobo Alfa son mucho más fuertes que los demás de su raza, no solamente en el área de que ayuda a controlar un mejor núcleo mágico, ayuda a que sus fortalezas salgan incluso cuando es humano. Además, pasan en rutinas de celo como los omega, pero son diferentes y un poco más fuertes, también tienen nudos que ayudan para el apareamiento. —Bien hay muchos datos que el chico ha soltado que duda que sean importantes aquí.
Un friki de hombres lobo.
Draco ve confundido a Michael que luce emocionado y un poco orgulloso de hablar del tema.
—¿Nudo? —dice tal vez con una pizca de inocencia.
Entonces Michael habla, mucho.
Sí.
Tal vez preguntarle a Michael Corner no fue la mejor idea.
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—¿Eres un hombre lobo Alfa? —pregunta Draco un poco sonrojado, algunas horas después mientras camina con Potter a Hogsmeade.
En San Valentín.
En una cita.
Harry gira a verlo confundido, se nota que el chico había intentado lucir lo mejor posible, lo cual es un halago y podría notarlo mejor cualquier otro día. Draco se ve bien, siempre se ve bien, así que no hay que preocuparse por él. Por otro lado, luego de una larga y descriptiva charla con Michael Corner, fanático de hombres lobo, ahora tiene muchas dudas.
Que probablemente una de ellas sea lo que oculta Potter en sus pantalones.
—Remus dice que lo soy, así que supongo que sí —comenta Harry, luciendo un poco confundido de que saque el tema a colación.
Bien.
Draco ve a otro lado incómodo, sin querer imaginar cosas inapropiadas, aunque supone que ya es muy tarde.
Su gracia salvadora es cuando Harry comenta sobre un lugar para ir si tienes una cita, el cual hace reír a Draco hasta más no poder. El salón de té de Madame Pudipié no era un lugar horrible para ir, usualmente, eso se limitaba a cualquier otro día que no fuera San Valentín. Usualmente Draco podría ir ahí con Theo y Lavender, la dueña tenía un hermoso té de frutos rojos que era adictivo.
Pero en estas fechas todo era demasiado rosa.
Llamativo.
Harry parecía sentirse miserable cuando encontraron una mesa, con ambas manos sobre su rostro como si hubiera elegido mal el lugar. Draco intenta no reírse de eso, en su lugar toma todo con un poco de diversión y alegría, de no tener que pensar en que está sentado al lado de un hombre Lobo que probablemente tenga un pene mágico con un nudo.
Sí.
Mejor no pensar en eso.
Por ahora, guardará el pensamiento para otro momento.
Tiene suerte de que Percy parece ocupado sobre la cita con Annabeth, para que no estuviera pendiente sobre el asunto esta mañana. Va a guardar este secreto de todos, bueno, tal vez alguna vez hable con Will de una forma profesional y médica al respecto. Draco nunca ha tenido sexo con un chico, tampoco sabe mucho de sexo como le gustaría; los hermanos Stoll una vez pasaron una revista de mayores de edad en la cabaña, pero no había sexo gay en ella y estaban preocupados por la guerra más que por eso.
Está claro que alguien tiene que meterla dentro del trasero del otro.
¿Lubricante?
Había escuchado una vez a Pansy hablar sobre que el lubricante siempre es necesario, aunque eso no importa tanto.
La idea de tener algo dentro de él lo hizo sentir un poco inseguro, ni siquiera se ha tocado ahí con los dedos, sus hormonas hasta ahora habían estado bajo la presión de tener el fin del mundo siempre sobre sus hombros. Pero ahora no puede negar que la idea y el reto le parecen muy interesantes. Que no se diga que no le gustan las cosas difíciles.
—¿Qué estás pensando? —pregunta Harry curioso cuando lo ve pensativo un largo rato.
Tu polla.
Probablemente tu polla dentro de mí.
—Estoy pensando en cómo la señorita Chang ha estado viendo en esta dirección de forma poco amable los últimos minutos. —No es del todo una mentira.
Dentro de la ruidosa decoración rosada por todos lados y las insufribles parejas del lugar, la señorita Chang se encontraba en un lugar no tan alejado con el capitán de Ravenclaw, Roger Davies. No es que el chico fuera objetivamente feo, en realidad era alguien agradable a la vista, pero el chico parece amargado mientras toma su té, mientras que Chang parece sorprendida cuando Harry voltea a verla.
El chico duda antes de levantar la mano como saludo, haciendo a la chica fruncir los labios y voltear a ver a otro lado.
Poco después comenzó a besar al chico.
Para placer de Draco, Harry apenas si parece afectado por eso, viéndole confundido y sonríe de forma divertida. El que Harry no parecía afectado por la chica que claramente estaba interesada en él, o las otras cuantas que habían comenzado a verle de reojo en los pasillos siempre hizo bastante bien a su ego.
Es mío.
Quiere decirles, pero no lo hace.
Toma de su té divertido.
—Este lugar es horrible.
—El té es delicioso, Potter.
—Solamente disfrutas para molestarme.
—Uno de los placeres de la vida.
Harry lo patea debajo de la mesa, haciendo a Draco sonreír sin poder evitarlo y eso parece animar al chico, al menos hasta que ambos sienten una mirada sobre ambos. Ambos pestañean al otro, antes de ver confundidos a la ventana a su lado, donde Sirius Black parece estar presionado en la ventana viéndolos de forma un poco vergonzosa para un adulto.
Draco piensa sobre fingir demencia.
—¡Draco, Harry! —dice el hombre ruidosamente desde fuera.
Tanto por un día tranquilo.
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Aparentemente Sirius Black parece preocupado por su ahijado, en lugar de estar follando con su novio hombre lobo, ambos parecen preocupados por Harry en lugar de disfrutar del día más romántico del año. Draco quiere señalar la decadencia de eso, sus padres incluso al otro lado del mundo y sin tener conexión con el mundo, parecen disfrutar de una hermosa tarde romántica en la playa. Su padre había parecido muy emocionado por darle algo de tiempo a su esposa, pero cuando casi comenta temas subidos de tono, Draco había cortado la llamada Iris el día anterior.
Mucha información que un hijo no ocupa de sus padres.
Lo único bueno de la presencia de Sirius y Remus, es salir lejos de Hogsmeade donde Draco deja de pensar en ellos como algo molesto de su cita, para pasar a lo mejor del mundo cuando los aparecen en Londres muggle; no solo eso.
Alejado de todos.
No solo eso.
—Una motocicleta que puede volar, tienes que dejarme montarla, por favor tío —dice Draco con sus ojos de cachorro más grande que hacen a Sirius Black burlarse sin poder contenerlo.
Un idiota que ama los halagos y ser considerado familia, probablemente por traumas de haber sido retirado de la familia Black o los muchos años en prisión.
Draco no le importa.
Solo que va a explotar su debilidad con tal de montarse en eso.
—¿Desde cuándo sabes andar en motocicleta? —pregunta Harry a su lado incrédulo, mientras Remus reprende a Sirius sobre no dejar a adolescentes menores de edad usar vehículos prohibidos.
Draco piensa en sus vacaciones hace algún tiempo, con Nico y Percy aprendiendo a usar motocicletas de forma clandestina, con muchos golpes y moretones. Pero en su defensa gracias a eso está seguro que si fuera un caso de vida o muerte podrían usar este conocimiento de ayuda, en la guerra en Manhattan había funcionado así que tomará eso como una victoria a romper las reglas para una buena causa.
—Bueno…
—Fue con Percy —dice Harry casi con aburrimiento y cansancio. Draco sonríe algo apenado.
—Si te sirve de consuelo, Nico también estaba ahí.
Harry asiente un poco a regañadientes, habiendo aceptado un poco más sobre el hecho de que ve a Nico como un pesudo hijo hermano menor; a pesar de todo le agradaba más que Percy, lo cual Draco va a tomar como una forma de pequeñas victorias cuando se tratan de Potter.
Al final del día no le dejan montar en motocicleta.
Negativo.
Pero llevan a ambos a un McDonald.
Positivo.
No recibe más besos de Harry cuando se despiden al llegar a Hogwarts.
Negativo.
Bueno no es que vaya a tener sexo con el hombre lobo pronto, pero no estaría de más investigar un poco.
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Al parecer Granger había estado trabajando en algo desde antes de navidad, porque luego de la mañana de San Valentín en la revista del "Quisquilloso" apareció una noticia sobre Harry. O mejor dicho lo que pasó la noche del cementerio, Draco lo leyó todo detenidamente sintiéndose un poco dividido porque él recordaba esa noche de forma muy diferente. Recordaba la sangre, su padre, Nico llorando, su madre en shock y como Draco casi muere por exceso de magia como por cortar un vínculo; también casi mata a su padre. Parece que en noches traumáticas no fue el único en tener una realmente mala, pero Harry realmente había derramado más de lo que pensó a una mujer como Rita.
Granger la tuvo que haber sobornado.
—Eso fue algo verdaderamente Slytherin —dice como halago a la chica en cuestión cuando los ve después del desayuno.
Fue divertido ver la revista comenzar a correr por todos lados, especialmente cuando Umbridge parecía decidida en prohibirla.
Lo cual por supuesto en grupos de adolescentes haría que esto se vendiera pronto como pan caliente.
Es divertido verla enojada.
Se pone roja y comienza a balbucear como un sapo que grita.
—Bueno, alguien tenía que hacer algo —admite la Gryffindor, pareciendo un poco sorprendida de que Draco le alabara por algo.
Ambos caminan, extrañamente en la misma dirección, Harry y la comadreja estaban en las prácticas de quidditch, no entiende cómo alguien puede ser tan inhumano para hacerlo antes del desayuno. Draco es capitán, él prefiere hacerlo después del desayuno cuando tienen más energías para poder destruirlos en medio de las prácticas.
De reojo ve a Lavender caminar coqueta con Adrian, quien sonríe divertido de algo y la chica mueve un mechón de su cabello, aunque desde aquí puede notar su aburrimiento. Se pregunta dónde está Theo, pero mientras camina por los pasillos en busca de su pareja con Granger que parece comentar sobre todo lo que Rita debería ser y un poco sobre elfos, lo que genera un debate entre ambos; se detiene cuando ve a Theo al final del pasillo luciendo algo pálido.
Se confunde.
Camina hacía este confundido abriendo los vínculos, usualmente los tiene cerrados, especialmente ahora cuando las hormonas lo atacan sin control y no quiere responder muchas preguntas a los demás.
Cuando abre el vínculo de Theo.
Lo golpea.
Como una bola de demolición.
La vergüenza.
La tristeza.
La angustia.
La decepción.
Dolor.
Rechazo.
El chico parece saltar alarmado cuando lo ve llegar, mientras que Granger también parece confundida a su lado y es cuando la escucha.
—Bueno, ¿qué más iba hacer? Me dio lástima, todos en el colegio dicen que se ve horrible y tal vez no es tan agraciado por esa marca en su rostro, pero sigue siendo amable. —La voz dudosa de Leanne Cole lo detiene de la misma forma que detuvo probablemente a Theo.
Granger parece confundida, pero su mente parece estar trabajando tan rápido como la de Draco esta vez.
—No debiste salir con él por lástima —le reprende Hannah Abbot, casi como si estuviera suspirando algo frustrada y molesta.
Draco está ahí.
Congelado.
—¿Quién más iba hacerlo? —dice Leanne con una voz de lástima infinita, como si estuviera haciendo una buena acción del día. Cada palabra parece un puñal en el vínculo de Theo, pero este parece más apresurado en sujetar su brazo negando con la cabeza—. Ya sabes lo que dice el colegio del chico, y me da tanta tristeza, solamente porque tiene una marca en su rostro no es malo; bueno es un poco Slytherin, pero fue muy dulce conmigo. Creo que podría salir con él, con el tiempo me voy acostumbrar a su rostro supongo —habla luciendo un poco insegura en su voz.
Ah.
La mano de Theo duda, lo suficiente para que Draco se suelte de él y este parezca con pánico.
—¡Espera, Draco! —dice Theo intentando ir detrás de él.
Puede ver el momento exacto donde Hannah, que parecía estar por reprender a su amiga, se congela al tiempo que Leanne parece abochornada como sorprendida de ser atrapada hablando. La chica ve un momento a Theo sonrojándose de la vergüenza, como si esperara que nunca se diera cuenta, como si hubiera estado dispuesta a salir con él y vivir toda una vida engañando al chico sobre como no lo encontró desagradable al inicio.
Lástima.
Salió con su amigo por lástima.
La magia prácticamente irradia de su cuerpo.
Entonces no pueden culparlo de lo que hace a continuación.
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Pasó un total de dos horas encerrado en el despacho del director, parecía que todos tenían problema en castigarlo, aun cuando claramente se lo merecía. Granger y Theo intentaron de alguna forma intermediar por él, pero incluso con sus comentarios parece que no es justificable usar magia para levitar a una chica de Hufflepuff de cabeza en la ventana de una torre. Nadie salió herido, no la mató o le cortó un brazo como esperaba, de hecho, siente que se contuvo. Aunque claro, tomó más de una media hora que un profesor pudiera atravesar sus barreras (de las cuales Amos estaría orgulloso), antes de llegar a él y bajar a la chica Hufflepuff que estaba llorando a más no poder horrorizada.
Especialmente porque mientras McGonagall procedía a arrastrarlo con ayuda de Hagrid, le gritaba que estaba muerta si volvía a verla hablar de Theo en algún momento de su corta existencia.
Incluso un rumor.
Debería tener cuidado y dormir con un ojo abierto a partir de ahora, porque le haría la vida un infierno.
Fue solo una pequeña amenaza minúscula, Clarisse en su peor día lo habría lanzado sin piedad de la torre de lava y esperando que muriera; Draco cree que se contuvo.
Tristemente una pequeña e inocente amenaza, fue el colmo para Umbridge de prohibirlo en su equipo de Quidditch. Draco quiso matarla, pero se contuvo, porque si bien tenía ganas de llamar a Hades o tal vez a Hestia para dejar su punto. Decidió que era mejor controlarse por esa noche y no matar a nadie más, porque en realidad aún estaba enojado con esa mocosa Hufflepuff.
Y Draco había pasado mucho tiempo sin sentir su magia tan volátil como en este momento.
Otro día torturaría a esa mujer.
—Draco —gruñe Theo cuando sale al fin del despacho hecho una furia, pero no dice nada.
Porque está castigado.
Aparentemente salir del equipo de quidditch no era tanto, como más bien tener que irse castigado a su habitación como si fuera un niño. Vio el rostro de satisfacción de Umbridge cuando demostró tener el control en ese momento y Draco no quiso más que lanzarla volando por la pared.
Caminó furioso todo el camino a las mazmorras, donde cada que pasaba al lado de alguien, retrocedía un poco asustado de su temperamento.
Entra azotando la pared de su habitación, Blaise que estaba ahí salta un poco sorprendido, Gregory y Vincent dejan de luchar por una toalla que está seguro es de Theo y no de ellos, pero no le importa.
—Supongo que algo salió mal —musita Blaise como siempre inoportuno, mientras Draco solamente estira una mano y una gran cantidad de magia que arroja su cama volando con furia contra la pared destruida.
Es eléctrica, como si un rayo hubiera salido de su mano.
Theo lo mira impresionado como sus otros compañeros.
Draco respira agitado intentando calmarse, pasando una mano por su cabello luciendo sumamente frustrado, cuando voltea a ver a Theo que está paralizado cuando siente todas sus emociones por el vínculo abierto.
—Nadie, absolutamente nadie tiene derecho de hablarte así Theo. —Al igual que no dejaría que nadie hablara mal de Nico o de Percy o de cualquier vínculo, no iba a dejar a Theo atrás—. Nadie, eres alguien importante para mí, eres mi vínculo y nadie tiene derecho a tratarte de esa forma —ladra rápidamente caminando a Theo para sujetarlo contra él en un abrazo.
Theo no llora.
Porque Theo no suele llorar.
Solo se queda ahí, probablemente confundiendo a todos a su alrededor mientras Draco lo sujeta con fuerza contra él. Pero puede sentir sus emociones, desde la tristeza, soledad, disgusto con él mismo, asco, pero dentro de todos los negativos puede sentir una pequeña chispa de gratitud cuando sujeta su camisa dejándose abrazar.
Está bien.
Estará bien.
Theo es fuerte.
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Theo tiene que detener a Lavender de no matar a la pobre Hufflepuff en la cena cuando se corre el rumor de lo que pasó. Draco no le ayuda.
Lavender también termina castigada cuando le envía magia que cambia el color de cabello de la niña a uno verde vómito.
Nadie sabe cómo quitarlo.
Probablemente Lavender lo deje así un mes.
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—En realidad la chica me da lástima, casi me asesinas cuando hablé mal de Nico.
—Percy no estás concentrado, quiero saber si me vas ayudar a cometer un asesinato sí o no.
—Draco por el amor de Dios, sabes que sí.
Draco asiente emocionado a su amigo, que solamente niega divertido antes de preguntarle sobre Harry. Luego que Draco comente descriptivamente que quiere hacerle a su novio, Percy decide cambiar drásticamente el tema sobre sus clases lo que hace reír un poco al rubio.
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Umbridge había prohibido a Draco jugar quidditch, pero técnicamente no lo había prohibido de ser el capitán del equipo. Un vacío legal que restregó en el rostro de la mujer, que parecía convencida que ser capitán no ayudaría de nada. Su equipo parecía furioso por lo que hizo, pero Draco le restó importancia al evento con indiferencia, no se iba avergonzar de lo que hizo en nombre de Theo, y aunque no pudiera subirse en una escoba estaría entrenando a Astoria desde el suelo; la cual no parecía tan convencida de jugar el último partido. Tenían una gran diferencia de puntaje, así que mientras no pierdan por muchos puntos tienen este año ganado.
Fácil.
Blaise quiere matarlo cuando lo dice, pero Draco no lo deja.
Sí bueno, los Hufflepuff y algunos Ravenclaw tienen miedo cuando pasa, pero parecen que recordaron que aunque era popular, Draco sigue siendo un Slytherin.
Sea bueno o malo para ellos, no importa, porque ya nadie ve mal a Theo y eso es todo lo que busca.
—Tu padrino sigue siendo un cretino conmigo —habla Harry una tarde en medio de un pasillo, copiando descaradamente parte de su tarea de pociones.
Draco le cobraría caro el favor más tarde, pero por ahora está curioso al respecto. Las clases de Oclumancia a diferencia de Draco cuando era un niño, parecen ser la peor tortura medieval para Harry. Severus no deja de verlo con asco en sus clases de pociones y Harry no deja de sonrojarse abochornado, su padrino le ha dicho varias veces que lo deje.
¿Qué puede decir?
Que le nieguen algo siempre lo hace más atractivo.
—Oh vamos, no es tan difícil.
—Sí lo es.
—Claro que no.
Es el puchero adorable que tiene el chico que le impide dejar de molestarlo, porque Harry Potter es eso, lindo y es su novio. Con quien ha comenzado a besarse nuevamente después del incidente luego de emborracharse, aunque nunca de forma tan ardiente, está claro que Harry guarda la distancia, pero eso no evita que a veces no pueda más que besarlo.
No hay mucho que agregar.
Draco es simplemente irresistible.
—Mira es simple, es como una habitación —explica Draco, colocándose frente a Harry que lo ve aburrido—. Tu mente es una habitación, tienes que construir lentamente paredes para protegerlo, puedes dejar ventanas para que otros puedan ver, pero tienes que asegurarte de cerrar la puerta. Además de tener gavetas, lugares seguros para aquellos recuerdos que no quieres que otros vean.
—Eso no tiene sentido —dice Harry frustrado, pero curioso al respecto.
No lo culpa.
Es difícil.
Pero su madre le había enseñado todos los días a construir una habitación para su mente. Claro que a diferencia de esa pequeña cabaña que había hecho de niño con mucho esfuerzo, ahora su mente era un palacio bien definido que cada cierto tiempo agregaba cosas. Murallas impenetrables que simplemente bloquean a los demás y puertas que no dejaría a otros pasar al menos que quisiera.
Harry tiene que construir una casa desde cero.
El problema es que tiene a Voldemort detrás de él.
—Supongo que será difícil, tienes que aprender a hacer visualizaciones mentales que ocupen tu espacio mental de forma constante para estar alerta —musita Draco, y Harry solamente se ve más miserable mientras habla.
Sí, lo siente mucho.
Pero la Oclumancia si bien es natural para él ahora.
No es fácil para muchos.
—Snape me odia.
—Sí, eso definitivamente no hace mejor tu situación.
Harry vuelve hacer un puchero y Draco solamente se ríe un poco, su novio no ha comentado mucho sobre el incidente de Hufflepuff. A diferencia de Draco que obtiene mala fama, parece ser que la entrevista que hizo Harry lo hace más popular entre los demás.
Incluso entre los demás, como Cho Chang.
Esa chica sigue viendo a Potter, lo cual Draco le molesta, pero no hace nada… mientras ella no haga nada.
—Tu rostro da miedo.
—Ese coqueteo fue un asco Potter, si quieres besarme tienes que intentarlo mejor.
—¿Cómo si no fueras una fácil por los besos Malfoy?
Draco intenta patearlo, pero Harry lo esquiva riendo. Va a maldecirlo, pero se contiene cuando Harry le da un suave beso en los labios, lo ve sonrojado pensando que el idiota es un descarado, pero la sonrisa del chico simplemente lo hace suspirar.
Bien.
Ganó esta vez.
A veces puede dejar ganar a Potter.
—Quita esa sonrisa de tu rostro idiota —gruñe Draco, pero Harry solo se ríe antes de besarle la mejilla y ambos están luchando entre besos, antes que Harry le pida algo en voz baja.
Bueno.
Vaya.
Mira al chico lucir inseguro y suspira.
Tal vez si es un poco débil a este.
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Lavender es la primera en decirle que es un idiota y Theo se niega a levantarse de la cama porque ha obtenido un libro de Anthony que le parece interesante. Le preocupa que esos dos sigan siendo amigos por cartas, aunque a decir verdad le preocupa más lo enamorado que parece Anthony por Jason en cada carta. Lavender le dice que tan mala idea es una y otra vez, mientras caminan hacía donde Harry los espera emocionado y un poco abochornado.
Sí.
Esto puede ser una mala idea.
Pero qué puede decir cuando Harry lo ve con esa cara de cachorro bajo la lluvia.
—La mitad de estudiantes ahí te tienen miedo —chilla Lavender mientras Harry los ayuda a colarse a una habitación que nunca ha visto antes, está vacía por ahora, pero no lo estará cuando su grupo de estudio aparezca.
No va a decir que no estaba curioso por qué esperar, pero tampoco va a decir que terminará bien. Probablemente solo viene por curiosidad y porque al no ser parte del equipo totalmente como antes, no hay tanta energía para quemar y entrenar por su cuenta en el bosque no es tan interesante.
Aquí hay un grupo de posibles estudiantes.
Aunque duda que tanto puede enseñarles.
—Solo será una vez —le señala en voz baja, mientras Harry comenta sobre la habitación con mucho detalle.
Un lugar que te puede dar todo lo que quieras.
Suena asombroso y útil.
—Draco ellos no son semidioses, ni siquiera pueden hacer magia sin varita —intenta convencerlo Lavender, pero este solo la ve divertido porque al inicio ella tampoco podía.
Granger y Weasley fueron los primeros en llegar, la primera con el ceño fruncido a Harry, mientras lo obliga a firmar un papel; que para ser sincero solamente lo hacen a medias. La niebla de Lavender es muy buena para ocultar que técnicamente no firmaron así que cualquier hechizo del pergamino no los afectaría, Granger parece notar que hay algo raro, pero Lavender y Draco sonríen de forma encantadora.
Lavender aún ve mal a Weasley, que parece apenado por eso.
Ambos nunca se llevaron bien luego de tercer año.
—¿Qué están viendo hoy? —pregunta Draco cuando el ambiente es muy tenso y Harry lo ve agradecido al respecto, antes de congelarse y ver a otro lado sonrojado.
Bien.
Eso es curioso.
—Algunos están aprendiendo el hechizo patronus, pero queremos ver un poco sobre duelos hoy —habla Weasley quien, irónicamente, es el más cordial del trío de oro en estas ocasiones, no sabe si es una forma de disculpa o una especie de puente.
Ambos tampoco son claramente amigos, pero tampoco enemigos como en el pasado.
Theo y Lavender odian más a la comadreja que Draco a estas alturas.
—¿Podremos luchar? —dice Lavender un poco más interesada ahora, pero Draco le da una mirada que indica que no podrían luchar como de costumbre.
La chica hace un puchero al respecto.
—¿Saben luchar? —pregunta Granger, aunque parece más específicamente viendo a Lavender, ya que alguna vez en su tercer año le había visto luchar contra un hombre lobo.
Unos minutos, pero duda que alguien como Granger lo olvidara.
—Ella va al mismo campamento que voy en verano, créeme esta niña sabe cómo espantar al mismo señor del caos si quisiera —explica con orgullo mientras Lavender levanta el mentón de la misma forma. Granger les da una larga mirada antes que Harry suspire y se ponga en medio de todo.
Parece haber hablado anteriormente de esto con Granger, supone que Draco es alguien demasiado genial como para no haber sido mencionado antes.
Es el novio de Harry y obviamente hablaría de él.
—Te dije que puedo controlarlo, estará bien —dice Harry como si pudiera domesticar a Draco.
Le da una mirada de infinita traición, pero este solo sonríe divertido, bien solo porque quiere ver al profesor Harry no dice nada.
Por ahora.
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Su novio efectivamente como pensaba, se ve caliente enseñando a otros en esa clase. Claro que la mayoría había dudado mucho en quedarse cuando lo vieron a él, pero tampoco es que ocupara mucho que hacer, todos querían aprender y parece ser que incluso el indeseable Malfoy en este momento era el menor de sus males. Tomando en cuenta las pésimas clases de defensa, al igual que a veces se encontraba enseñándole el hechizo a Pansy y Blaise, estos chicos solamente parecen querer aprender. La clase parece ir bastante bien, aunque los hechizos que aprenden son un poco básicos y a mitad de la clase Lavender está a su lado dormitando contra su espalda, mientras Draco mira curiosamente a su novio.
Está ayudando a algunos a crear un hechizo patronus, pero hasta ahora no ha enseñado el suyo.
Varias veces lo ve nervioso.
Algo oculta.
—No parecen muy interesados en la clase —habla curiosamente Luna Lovegood, quien es el único Ravenclaw que parece acercarse a ellos esa noche.
Los Hufflepuff ni siquiera voltean a verlos.
Delicados.
—Estoy interesado en el profesor —dice Draco sin ninguna vergüenza mientras Lavender parece aburrida.
—No parece muy difícil de hacer un patronus —añade esta sin darle importancia a la idea de ese hechizo, aunque la verdad es que nunca lo han practicado antes.
—¿Pero pueden hacerlo? —la pregunta inocente de la chica hace que tanto Lavender como Draco se vean de reojo, porque no saben la respuesta, pero hay una especie de competencia entre ambos cuando se dan cuenta que el otro no sabe.
La idea de quién sería el primero y quién podría jactarse de eso ante los demás.
Ambos se levantaron de golpe viendo al otro, pero al primer intento ninguno logró ningún un avance. Draco ve nervioso a Lavender que claramente se ha acostumbrado a ser un prodigio en la magia, parece verse bastante afectada antes de tener esos ojos que dan miedo.
Oh sí.
No va a terminar este día sin convocar un patronus.
—El secreto siempre es tener un pensamiento feliz, Lavender —habla Harry llegando a ellos, pareciendo emocionado de que al final estuvieran interesados en participar.
¿Un recuerdo feliz?
Ve a Lavender que parece quemarse el cerebro por algún recuerdo y Draco baja su mano a su varita, le gustaría más intentarlo sin ella, pero no quieren llamar mucho la atención. Hay muchos recuerdos interesantes que podría usar, había sido inmensamente feliz viviendo con Percy y Sally, también tiene muchos recuerdos felices en el campamento; claro que ambos están un poco tomados con tristeza y nostalgia al no tenerlos ahí. Sus padres también son un recuerdo agridulce porque están lejos de él, algunos de sus vínculos le recuerdan inmediatamente a Luke que ya no está con ellos.
Otros recuerdos con Silena tampoco ayudan.
Mira su varita pensativo.
Su vida no es tan feliz como recuerda.
—Expecto Patronum —dice Lavender casi como un grito de guerra sin contenerse, todo queda en silencio al mismo que ella cuando una enorme ráfaga de luz sale de su varita.
Draco se cubre los ojos, antes de que al igual que muchos parecieran sorprendidos, Lavender sonriera con orgullo porque luego de unos pocos intentos y casi nada de guía, un hermoso León está ahí luciendo tranquilamente frente a su creadora. Era casi tan enorme como Lavender y con una hermosa melena que hizo a Draco suspirar celoso.
Esa idiota.
Mira su varita con duda, pero la verdad ningún recuerdo suficientemente feliz lo atrae por ahora.
—Eso es trampa, Brown —chilla uno de los gemelos, no recuerda cual, la herida que le hizo ya se sanó y aunque aún queda una clara rivalidad entre ellos, Lavender parece muy emocionada para jactarse.
—Muérete de envidia Weasley.
Prodigios.
Mira la varita en su mano pensativo antes de encogerse de hombros, tampoco es que ocupe el hechizo para algo, aunque la idea de no poder hacerlo comienza a frustrarlo unos minutos, mientras Lavender parece demasiado orgullosa al respecto. Puede notar las miradas sorprendidas de los demás de algunos estudiantes que debieron pasar días para lograrlo, mientras que Lavender solo duró algunos pocos minutos en dominar un hechizo que no cualquier estudiante debería hacer.
Como era de esperar no faltó mucho antes que alguien quisiera hacer algo al respecto.
—Te reto a un duelo Brown —dice Thomas con un rostro orgulloso que piensa que puede hacer algo.
Bueno.
Hoy iban a tener duelos, motivo por el cual Draco estaba ahí.
Harry a su lado está a punto de negarle a Dean, como si quisiera ayudarlo y lo entiende, probablemente enfrentarse a Lavender sea lo mismo que sujetarse una soga al cuello. Draco se ve ahora mucho más interesado cuando Lavender acepta antes que Harry pueda detenerlos.
Todo es un caos.
Hay un círculo y aunque nadie realmente puede detenerlo, Draco disfruta desde este viendo a Lavender lucir como una reina. Primero es Dean que intenta lanzar hechizos, que si bien no son una verdadera amenaza, se nota que todos aquí han estado practicando con esmero. Tristemente lanzarle hechizos a una descendiente de Hécate cercana, no es algo bueno, especialmente alguien como Lavender que ha estado en la línea de fuego directamente desde hace algunos años.
La chica que al igual que Draco ha estado luchando por su vida más veces de las que debería.
La misma que enfrentó a Cronos.
Sí.
Era imposible que ganara.
—Debería detenerlos —musita Harry preocupado, pero Draco lo detiene porque está comenzando a hablar con los gemelos sobre apuestas.
Ambos parecen aún resentidos con él, pero como saben que ya no forma parte de los jugadores de quidditch, parecen un poco más blandos al respecto con él; no mencionan a Theo y su cicatriz y Draco no los iba a maldecir, parece algo fácil de hacer. Los gemelos parecen convencidos que alguien puede ganarle a Lavender al inicio, pero Draco está seguro que ninguno de esos idiotas tiene algo que hacer contra ella.
La esperanza de ellos cae cuando incluso Granger pasa al frente con el mentón en alto.
Y falla.
Claro que domina mejor los hechizos que los demás y puede ver el rostro de Lavender lleno de curiosidad cuando lanza los hechizos, pero aun así, no tiene experiencia en combate real. Lavender puede hacer escudos por su cuenta en silencio, que parecen hacer a Granger odiarla, pero sigue intentando con una gran cantidad que Lavender simplemente rechaza.
Sin regresar el ataque.
Finnigan es el primero en quejarse en voz alta.
—Ni siquiera está atacando, es injusto —musita el Gryffindor haciendo que la mayoría lo siga, no es que importe ya que cuando alguien lo intenta simplemente no puede lastimarla.
Bueno.
En eso le da un punto a Lavender por no humillarlos demasiado.
—Bueno, no quiero lastimar a alguien, solamente podría luchar con magia contra Draco —afirma Lavender con tranquilidad encogiéndose de hombros.
Draco ignora como todos lo ven curiosos, mientras que coloca una mano sobre su mentón pensativo.
—La verdad es que en duelo de magia no tengo ninguna oportunidad contra Lavender —admite muy a su pesar haciendo a todos gritar de incredulidad, y no parecer aceptar que Lavender sin duda es la que mejor podría dominar la magia en este lugar.
Bueno, es verdad.
Claro que si las cosas fueran diferentes.
Draco mira de reojo a la chica, divertido, haciendo a esta ver a otro lado bufando, porque sabe que eso solo sería en un duelo donde estrictamente solo se pueda utilizar magia. Que Draco admite, no ha sido su principal preocupación en los últimos años, siempre ha sido el poder defenderse y sobrevivir en la lucha.
No con magia.
Si no son sus habilidades de lucha.
Además, con la maldición de Aquiles en su interior, es probable que cualquier posibilidad que tenía Lavender antes de alcanzarlo en términos de luchas físicas quedaran de lado. Por lo cual Lavender si bien sigue siendo peligrosa con un hacha, sabe que es mejor invertir en su magia para poder igualarse en una lucha contra él.
Al final del día lo que hizo estremecer a Cronos fue su magia.
Lavender puede ser un Gryffindor, pero no es una idiota.
—Vamos, Malfoy, tienes que demostrar que eres tan fuerte como quieres parecer —dice Michael Corner divertido. Uno de los pocos que tal vez no le tiene tanto miedo, aunque puede que eso sea porque pasaron más tiempo del correcto hablando sobre nudos de hombres alfa lobos.
Probablemente.
Algunos parecen interesados y más interesados en que alguien los libre de la tiranía de Lavender Brown, así que Draco puede ser esa alma caritativa que haga un bien comunal al pueblo, por al menos una vez cada cien años.
Levanta las manos haciendo que Harry le vea confundido, pero Draco tiene un plan.
—Acepto un duelo de magia. —Ahora todos parecen animados—. Pero sin ninguna regla específica, el primero sobre la lona pierde —añade ahora viendo a Lavender divertido.
La chica parece saber que piensa porque se tensa, a pesar que le gusta el reto, está claro que aún sigue siendo quien domina en las luchas. Todos parecen emocionados al respecto, aunque nadie lo ha visto luchar, lo han visto volar en el quidditch y también lo que hace a los Hufflepuff que molestan a sus amigos. A diferencia de los Slytherin que han aprendido desde tercer año que Draco es capaz de lucha física para dominarlos, estos van a tener que aprenderlo.
Cuando Lavender acepta a regañadientes, Draco se levanta emocionado antes de ver a Harry.
—¿Qué? —dice su novio confundido, aún parece inseguro de esto, porque ya los ha visto luchar muchas veces sin contenerse.
—¿No vas a darme un beso de buena suerte? —pregunta de la forma de mayor falsa inocencia que ha utilizado.
Hay varios abucheos entre los estudiantes que claramente han escuchado su descarado coqueteo, y está bien, Draco usualmente no lo hace, Harry es muy táctil por ambos. Pero aquí está Cho Chang a quien quiere dejarle claro un punto, además de la Weasley menor, de la cual no tiene ningún problema, pero ha escuchado de su obvio enamoramiento cuando esta era menor.
No está de más dejar cosas en claro.
Y puede que sea un poco mierda por eso.
Sí.
Pero en su defensa Harry sabía qué clase de persona era cuando salió con él.
—Tal vez si ganas pueda darte una recompensa —tiene el descaro de bromear el idiota, pero Draco tomara su palabra.
Con rapidez toma la mano del chico para darle un beso en los nudillos, antes de guiñarle el ojo cuando este se sonroja un poco ante los gritos de burla de los demás. Pero bueno, eso es algo que no importa ahora cuando camina hacía el círculo que han creado para los duelos, todos parecen sorprendidos cuando rápidamente los aparta un poco ya que sabe que esto, aunque corto, será brutal.
Lavender tiene ese problema a la hora de luchar.
Es muy impulsiva y a veces ocupan una forma más lenta de ser, más estratégica, pero bueno después de todo es un Gryffindor de pies a cabeza.
—¿Miedo? —pregunta Draco cuando se quita la sudadera que tenía con él, provocando que Lavender le dé una mala mirada.
—Quisieras —responde, pero también lo imita quitándose la sudadera que tiene para el frío.
Tienen el uniforme de la escuela como todos, pero Lavender rápidamente se ata su cabello corto a una cola un poco desordenada mientras Draco mete la varita en el bolsillo de su pantalón porque duda que pueda ganarle en eso a la chica. Varios ahí presentes se ven preocupados o tal vez curiosos de lo que va hacer, pero solamente estira un poco las manos y se trona la espalda listo para la lucha rápida que harán.
Ambos se ven a los ojos.
Draco sonríe al ver la preocupación en Lavender.
Linda.
No bien la comadreja Weasley y amigo de Potter dice dudoso que es hora de iniciar, Draco salta hacía la derecha esquivando el potente hechizo Bombarda de Lavender que no dudo en lanzar haciendo que varios estudiantes salten alarmados alejándose más de la lucha.
Está bien.
Esto terminará rápido.
Debe escapar de una gran serie de hechizos que Lavender lanza sin piedad, resbala un poco cuando hay hielo en el piso y parte del hechizo cortante le roza levemente la mejilla. Pero aunque su cantidad de arsenal de magia sigue siendo impresionante, Draco sigue siendo más rápido y ágil saltando entre el hielo como si lo hubiera hecho toda la vida.
Lavender lo ve con ojos impresionada como casi en un pestañeo está frente a ella, intenta hacerse para atrás, pero Draco salta rápidamente sujetando su rostro con una de sus manos. Por un instante puede admirar que tanto ha crecido, la mano prácticamente puede cubrir el rostro de Lavender, a diferencia de su primer año donde apenas podría tomarla de la mano.
Adorable.
Pero bueno.
Iba a ganar.
Con una fuerza demasiado abrumadora, lanza solo con una pizca de piedad a Lavender hacia el suelo, quien no tiene oportunidad para detenerlo y cae de espaldas con un jadeo ante la fuerza del impacto. Nunca se habían contenido tanto el uno con el otro, bueno, Draco intenta contenerse un poco, pero a diferencia de él, Lavender siempre ha tenido que darlo todo desde el primer momento.
Silencio.
Uno abrumador, donde puede escuchar solamente los jadeos de Lavender cuando se medio incorpora, aún en el suelo para verlo con un puchero y él sonríe divertido.
—Aún soy más rápida que tú aprendiendo hechizos —musita la chica frustrada, haciendo que Draco suelte una carcajada ofreciéndole su mano.
Lavender lo toma a regañadientes para ayudarse a poner de pie, moviendo un poco su hombro que había recibido el impacto del suelo.
—Sigue soñando con ganarme, mi querida leona —comenta de forma divertida haciendo que esta lo vea aún más molesta, pero con un deje de cariño.
Entonces cuando ambos voltean a ver, todos parecen sorprendidos al verlos, Lavender y Draco se miran de reojo confundidos antes de encogerse de los hombros.
Luego todo estalla.
Otra vez.
.
.
Al inicio hay varios comentarios de los chicos sobre que no debería ser muy rudo con una mujer, curiosamente Angelica es la primera en decir que está bien la igualdad y que Draco en realidad no fue tan grosero. Lavender admite haber golpeado más de una vez al chico y hay una extraña unión entre ambas que es un poco aterrador. Luego alguien pregunta qué fue lo que hizo y Draco admite que a veces incluso en la luchas mágicas, si uno es más rápido que su oponente solamente ocupa fuerza bruta para ganarle, lo que provoca que todos parezcan curiosos al respecto. Quiere recordarles que esto se supone es un club para aprender defensa, como intenta decirlo Granger más de una vez, pero parece que la caja de pandora ha sido abierta o tal vez la mayoría de idiotas están curiosos al respecto.
Draco no tiene interés en enseñarles a luchar.
No lo necesitan.
Piensa en sus amigos del campamento mestizo que más que por diversión, tienen que aprender a luchar para mantenerse vivos. Estos chicos solamente lo hacen porque les parece divertido, algo nuevo.
Es un poco frustrante.
Aun así, Draco nunca se ha opuesto a ayudar a alguien que quiere aprender a defenderse.
—Bueno supongo que podría enseñarles, después de todos si se enfrentan alguna vez a un mortífago, cualquier conocimiento para salvar sus vidas podría ser útil —admite Draco frotándose su barbilla casi pensativo de la idea.
Granger salta ante eso.
—No seas tonto Malfoy, eso no va a pasar. —Pero incluso en su voz hay duda como en sus ojos.
No quiere luchar.
Pero no es tan idiota para pensar que eso está fuera de los límites, Draco no quiere luchar, ya vivió una guerra y no tiene interés en luchar otra. Pero aparentemente el idiota que está a cargo de estos Mortifagos está detrás de su novio, así que no quiere ser tan inocente para no pensar que alguna vez no tendrá que luchar.
Está bien.
Tampoco es que vaya a perder.
—Bueno, supongo que podría ayudarles con unas clases extra de defensa personal, pero me niego a usar el estúpido nombre que tienen —gruñe recordando con horror el nombre de este club.
"Ejército de Dumbledore"
Casi vomita al ver ese nombre en el papel.
—¿Quién dice que te queremos de profesor? —musita un tal Zacharias Smith, pero parece ser que su clara oposición queda un poco debajo de los otros muchos que sí parecen estar interesados en aprender a defenderse.
Tal vez no debería hacerlo, es un Slytherin, pero hay muchos hijos de muggles y Draco no es tan idiota para saber que ellos serían los primeros en ser perseguidos si en algún momento Voldemort decide mostrar su rostro al público. Es probable que su yo de primer año de Hogwarts no hubiera hecho nada por ayudarlos, hay una gran parte de él que le grita que, si no hubieran ido al campamento mestizo, probablemente ahora estaría en sus mazmorras emocionado por el regreso del señor tenebroso.
Pero ese yo está muerto ahora.
Ese yo no conoció a los muggles y su mundo.
No conoció a Sally Jackson y su maternal forma de ser, de cuidarlo, de enseñarle sobre su mundo. Otros que aun siendo mestizos con olimpos, también siguen siendo muggles y que serían odiados por Voldemort de conocerlos.
Piensa en Percy.
Toca su pecho con una leve sonrisa dándole a su vínculo querido una especie de calidez, que este regresa dudoso, pero no pregunta mucho, simplemente es así.
Percy da a los demás sin esperar nada a cambio, ayuda a sus amigos y lucha por lo que cree que es correcto.
Harry está ahora a su lado viéndolo curioso, pero Draco solamente sonríe ligeramente antes de dar un paso al frente para ayudar a este grupo de estudiantes un poco de defensa. Solamente son herramientas como las que le dieron a él para poder sobrevivir.
—Bueno, solamente tengo una forma de aprendizaje, pero puedo ayudarlos —admite Draco con una sonrisa que hace a Lavender y Harry escalofriarse.
¿Qué?
La mejor forma de aprender es dándoles una paliza, así le enseñaron y Draco sigue tradiciones.
Sin duda va a disfrutar mucho esa clase.
Continuará…
Yo queriendo acabar este arco, se me ocurren 7 nuevas ideas: ya wey suéltame xD
Sin duda es algo que había estado esperando escribir, pero bueno, Draco termino unido de forma extraña al club de Dumbledore al mismo tiempo que fue expulsado de jugar en el quidditch.
Solamente a él le pasan estas cosas.
