Arco 6: La búsqueda del héroe.

Capítulo 60: Cuenta regresiva a la locura.

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Es un lugar extraño, piensa Draco cuando ve todo a su alrededor. A diferencia de otros lugares donde todo es oscuro y no sabe dónde está, es como si todo fuera diferente. Camina descalzo en este extraño lugar que no sabe cómo describirlo, es como cuando había ido al planetario con los Jackson y había visto por medio de un telescopio por primera vez las estrellas.

Había sido tan hermoso.

En ese entonces incluso luego de una misión que lo envió al inframundo, Draco seguía siendo infantil e inocente.

No habría podido ver que era lo que tenía sobre él, aunque lo hubiera intentado.

Había lo que parecía un lago infinito que apenas si cubría parte de sus pies, pero en lugar de estar en medio de un bosque, parecía que estaba en medio de una enorme y sin límite noche estrellada. Había estrellas y constelaciones a todo su alrededor.

Como si este fuera el fin del universo.

Se sintió vacío incluso entre la hermosa vista.

Bajó la mirada confundido, había muchos hilos saliendo de su pecho, pero todos ellos parecían transparentes, casi como si no estuvieran ahí. Intentó sujetarlos con todas sus fuerzas, pero sus manos se veían mal, parecían como si estuvieran llenas de pintura negra con líneas blancas como si estuviera con grietas.

Como si fueran a caerse.

Intentó sujetar su pecho, había un vacío dentro de él, como si faltara algo, como si algo no estuviera ahí.

—Draco.

La voz parece dicha por dos personas al mismo tiempo, cuando levanta el rostro horrorizado, puede ver las siluetas tanto de Luke como Bianca frente a él. El cuerpo de Luke parece lleno de sangre y Bianca tiene una cortada en su cuello como si su cabeza fuera a caerse en cualquier momento.

Grita.

Porque quiere ir por ellos.

—Draco.

La voz de ambos resuena por todos lados, pero sus voces parecen distorsionadas.

Intenta correr por ellos, pero justo antes que pueda tocarlos, algo lo saca de ese lugar.

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Se despierta sobresaltado con sudor recorriendo todo su rostro bañado en sudor, cuando se levanta de la cama donde se encuentra solamente siente un deseo de asfixiarse con sus propios pulmones. Sabe que todo está bien, había sido enviado al médico varias veces antes de ser dado de alta, pero todo seguía bien; no importa cuánto Draco preguntara por su pecho, el vacío que sentía no era algo que los médicos pudieran solucionar de ninguna forma.

Voltea a ver a su derecha con rostro de muerte, pero como siempre, Lavender no parece afectada en eso y lo obliga a ponerse de pie.

Lo odia.

Odia seguir vivo.

Tal vez debería estar muerto, eso habría hecho muy feliz a otros, al menos a Nico; así no tendría que seguir cargando con la mierda de seguir con vida.

—¿Otra vez está en estado depresivo? —pregunta la voz somnolienta de Theo que se levanta desde su posición en el suelo, donde había una especie de colchón donde ha estado durmiendo.

—Siempre está en estado depresivo, para eso nos tiene a nosotros —habla Lavender antes de obligarlo a salir del lugar.

Draco suspira sintiéndose cansado y sin ganas de moverse mientras pasa por el pasillo para llegar a las escaleras.

¿Cómo su vida terminó así?

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Los recuerdos de ese día en el ministerio eran borrosos, recuerda llorar contra Dora y Thalia la mayor parte del tiempo, antes de que alguien lo llevara inconsciente al hospital. Sus padres no podían llegar, jamás, sería demasiado peligroso así que le hizo obligar a Severus que no hiciera nada loco como avisarles que casi se muere; otra vez. Luego, estuvo ahí algunas horas antes de que decidiera que se estaba volviendo loco, pero no tenía un lugar a donde ir.

Fue triste.

Draco había cerrado los vínculos.

Sí.

Eso no era una buena idea.

Claro que lo sabía, pero simplemente no quería sentir a Nico, no quería sentir a nadie. No quería pensar en cómo en medio de la batalla se había paralizado, no quería pensar en cómo estaba aterrorizado de luchar, no quiso pensar en lo decepcionado que todos estarían cuando se dieran cuenta de Bianca.

Entonces.

Simplemente no contestó a nadie, se aisló y aunque sentía el pánico de Percy al inicio, simplemente lo cerró al vacío.

Tenía miedo, de sentir a Nico, de sentirlo pensar que su hermana debió vivir y él debió morir.

Así que no sintió nada.

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La primera en llegar fue Lavender, la chica había llegado luciendo agitada, antes de llorar diciéndole idiota porque había pensado que estaba muerto; luego vio su estado, no volvió a llorar. Es curioso como todo este tiempo siempre había sentido que él era el protector de Lavender, cómo era su deber el cuidar de ella y enseñarle sobre el mundo de los mestizos; pero ahora no era así. La chica prácticamente se había aferrado a él, aun cuando Draco le gritaba que lo dejara solo, cuando la llamaba molestia, cuando le exigía que se fuera; ella se quedó. Cuando Severus llegó y Draco anunció que no pensaba ir al campamento mestizo ese verano, Lavender no dudó en tomar su mano sin soltarlo.

Y ahora estaba aquí.

En la casa Brown.

Es una casa bastante tranquila y sencilla para brujos de sangre pura (técnicamente Hécate está por ahí, pero no lo cuenta), dos pisos, un cuarto de invitados, un jardín bastante abundante en medio de una zona entre muggle como un vecindario mágico. La familia de Lavender cuenta con el patriarca Thomas que había conocido hace tiempo, un hermano mayor llamado Daniel que había trabajado en las barreras de su hogar y una bruja llamada Nayeli que era la madre de Lavender, como también probablemente hija directa de Hécate. Esta admite que nunca conoció a su madre, pero no había pensado más que murió cuando era joven.

Ahora.

Bueno.

Muchas cosas han cambiado.

El hogar Brown le abrió las puertas a Draco como a Theo, pero si bien era una familia llena de amor como buenos deseos, simplemente le enfermaba ahora mismo. Verlos ser felices cuando sus padres están en otro lado del mundo sin poder consolarlos, verlo amar a Lavender de una forma que Nico ya no lo quiere, un recuerdo de que probablemente no puede tener tampoco eso.

Los días de verano son, malos y muy malos.

Los malos la pasarían con rostro indiferente, mientras Lavender lo arrastra por ahí para que pueda comer y tomar un poco de sol. No quiere entrenar, no tiene sentido, no cuando la lanza tiembla entre sus manos, no cuando cada que cierra los ojos solamente puede ver muertos frente a él. Pasaría mucho tiempo en el jardín, con Lavender leyendo un libro en voz alta a su lado o con Theo dormitando contra él. Ambos vínculos fuertemente cerrados como los demás, pero de alguna forma un poco reconfortante a su pesar.

Vivos.

A veces buscaría abrazarlos, especialmente sobre su pecho, para poder sentir su corazón latiendo.

No como Bianca.

No como Luke.

Cuyos corazones estaban congelados y nunca volverían a latir.

En los días malos no le molestaría estar alrededor de personas, pero tampoco le gustaría compartir mucho, dejaría que Lavender lo arrastrara y solamente la seguiría perdido.

¿Quién era Draco?

Sin dos de sus vínculos, era un poco difícil el pensar como era antes de ellos.

Luego están los días muy malos, cuando no importa que haga Lavender, no puede ponerse de pie, simplemente no puede; se aferra a la cama simplemente deseando que todo termine de una vez.

Pero nada termina.

El día se acaba.

Otro inicia.

Un juego entre cual día será este, uno malo o uno muy malo.

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—Percy y Harry enviaron más cartas hoy —habla Lavender mostrando otras cartas sobre el mostrador. Draco mastica vagamente un pan tostado que sabe como arena en sus labios.

Mira las cartas, las ignora antes de ver a Theo que parece emocionado hablando con Nayeli sobre una idea de hechizo que la mujer parece interesada como parte del ministerio de rompe maldiciones sabe sobre el tema; lo cual podría ser peligroso.

Bueno.

Es madre de Lavender.

¿Qué esperaba?

—Ya le contesté a Harry la semana pasada —dice con un poco de aburrimiento, cansado, sintiéndose muy cansado.

Harry estaba, mal, parecido a Draco en realidad, no estaba tomando bien la muerte de Sirius. Las cartas entre ambos eran prácticamente del otro hablando sobre la persona que perdió. Harry estaba destrozado por perder lo más cercano a una figura paterna, Draco hablaba sobre lo que recordaba de Bianca. Las cartas eran duras, crudas, dolorosas.

Aun así.

Lo hizo sentir a flote de algo.

No eran cartas de dos amantes, eran cartas de dos personas que perdieron.

—Percy está preocupado, le dije que tenías que darle tiempo, pero está ansioso. —Su amiga parece haber pensado mucho sobre las palabras a utilizar.

Piensa en Percy.

Quiere pensar en su mejor amigo, pero cada que piensa en un vínculo, es como si Bianca controlara todo a su alrededor y la culpa lo ahogara con vida. Tiene miedo, está aterrorizado sobre perder otro vínculo, porque duda que, si perdiera tan solo uno más, algo quedara para arrastrarse y sobrevivir. Draco sabe que está demasiado dependiente de sus vínculos.

Pero son suyos.

Son parte de él.

Ahora que ha perdido dos, se siente tan perdido que no se siente bien.

Ni siquiera puede pelear sin aterrorizarse, cada que sujeta la lanza solamente tiembla con esta en sus manos ante la idea de más sangre sobre su cuerpo.

—No —es todo lo que dice, no puede ir a América, no puede involucrarlos, no puede dejar que Voldemort llegue a ellos.

No puede perder a nadie más.

Lavender le da una larga mirada, antes de suspirar cansada pero no le dice nada más. Intenta hacerle que coma más huevo en su tostada, lo cual acepta si ella deja de hablar de Percy. Parece algo triste al respecto, pero Draco simplemente no quiere pensar en este.

No quiere pensar en Bianca.

No quiere pensar en nadie, especialmente no en el campamento mestizo.

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Draco odia tener sueños, últimamente todos están llenos de pesadillas, de sangre, de muertos que le recuerdan que la vida que tiene es a costa de otros. A veces cuando usa mucho la Oclumancia algunos sueños desaparecen, a veces cuando los padres de Lavender le dan pociones para los sueños, estos ya no lo atormentan.

A veces no funcionan.

Pero no se encuentra en el extraño lugar que parece un espacio, si no que se encuentra encerrado en un lugar muy oscuro.

Una canción suena a la distancia, una melodía, una vieja canción como si se estuviera llamando a alguien.

O algo.

Un tarareo.

Una nana.

A veces a la distancia puede ver la silueta de una mujer, su piel es muy clara, su cabello es demasiado largo sin forma aparente. No parece una humana, lo sabe porque ha visto muchos muggles normales, pero tampoco parece un mago. Cuando ve su perfil cantando, le recuerda un poco a las deidades, pero no parece tener poder para eso, para un olimpo.

Ella no puede verlo, porque nunca parece enfocarse, pero cuando cree que la siente.

A veces susurra una pregunta.

—¿Orion eres tú? —Es una pregunta, casi una súplica.

Draco no puede hablar.

Solo despierta del sueño.

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El nuevo poder de Lavender por el vínculo funciona para rastrearlo, incluso cuando se va a ocultar al ático de la familia Brown, ella aparece, lo arrastra fuera y Draco es obligado a ver una película con ella. La película de Iron Man no es mala, aunque sabe que el año pasado había salido en cines, pero con la guerra de Manhattan no había podido verla con Percy. Ambos habían querido verla emocionados por la idea de superhéroes, puede que no fuera Spider Man, pero un héroe con dinero era algo que Draco podía apoyar activamente.

Durante la película, jugó con un viejo regalo de Annabeth.

El de su cumpleaños, cuando lo habían llevado a una fiesta sorpresa en lo que parecía una eternidad.

El cryptex 3d, un artilugio de forma cilíndrica de metal, que en su parte externa tiene una serie de números/letras en griego antiguo como un rompecabezas. El cual permanece cerrado como una caja fuerte con una contraseña que debe averiguar.

Tomó mucho tiempo lograr descifrarlo.

Aunque ahora tenía mucho tiempo libre.

Traía una caja musical dentro, una pequeña melodía que siempre lo hizo sentir más tranquilo a la hora de dormir en estos momentos, pero también melancólico. Extrañaba a sus vínculos, pero tenía miedo, miedo de qué sentirían ellos.

Esto es una maldición, piensa en la maldición de Aquiles, como alguna vez fue todo lo que deseó y ahora es una tortura.

—Vamos a ir al centro comercial. —Nuevamente no es una pregunta, es una demanda de Lavender.

Es un mal día, uno malo, solamente quiere estar con su caja de música, pero Lavender lo empuja fuera de la cama antes que pueda decir algo.

El cielo es tan lindo que le dan ganas de vomitar.

—Mira un puesto de comida mexicana —salta Theo emocionado y Draco se pregunta cómo es que su amigo que siempre había sido tan selectivo con la comida, se ha vuelto adicto a la comida picante.

Lavender empuja a ambos, sabe que Lavender y Theo están haciendo todo lo posible por animarlo, pero no funciona. Aun así, se deja arrastrar, porque no tiene nada mejor que hacer. Ver a Theo llorar por el picante del chile hace que se sienta un poco mejor.

Tal vez el tiempo cure el dolor.

Tal vez pueda seguir adelante.

Camina por la ciudad con sus amigos, jura que ve a Bianca pasar caminando a su lado, cuando voltea a ver con el rostro blanco, ella no está ahí; porque ella murió.

En sus brazos.

Lavender lo sujeta cuando sus piernas ceden, preocupada por su rostro blanco, pero Draco ya no quiere llorar más.

Así que solo se queda en blanco.

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Querido Draco.

El día de hoy pase por Grimmauld Place, tenía que recoger algunas cosas que Dumbledore me pidió ayuda, ahora tengo un elfo doméstico que me odia.

Dormí en ese lugar, cuando me desperté llamé a Sirius pensando que aparecería como siempre, no lo hizo. Me quedé llorando 10 minutos bajo la ducha.

¿Patético?

Tal vez.

Pero lo que quiero decir es que está bien llorar por Bianca, lo prometo, no está mal, o al menos eso quiero convencerme.

No me agrada Percy aún, pero creo que deberías escribirle, me está llamando todo el tiempo y es incómodo.

Con amor Draco.

P.D: Si tu amigo sigue preguntándome o amenazándome con tomar tu virginidad, voy a matarlo a él.

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Querido Harry.

Hoy el día fue malo, no muy malo, pero si malo.

Comí pizza.

Theo insiste en comida mexicana, Lavender dice que deberíamos probar la comida chilena.

Con amor Draco.

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Nymphadora se presentó a casa de Lavender preguntando por Draco, pero se negó a verla, la sola idea de verla le hizo querer vomitar. Porque ella es su prima, prima de sangre, como lo era Bianca y casi tiene un ataque de pánico que hizo que Lavender corriera para evitar que se vieran. Fue amable en explicarle a Dora que no está en condición de verla, la chica parecía querer luchar, pero al final solamente asiente antes de irse.

Draco pasa el resto del día escuchando su caja de música.

No contesta la llamada de Annabeth.

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Pansy llega una semana antes del inicio de clases. Al igual que Lavender tampoco le pregunta muchas opciones y prácticamente lo arrastra fuera de la casa Brown, asegurándole a Theo como Lavender que estará bien. Ambos chicos dudan, pero tal vez tienen la esperanza que alguien nuevo ocasione una perspectiva diferente. Van al centro de la ciudad mágica, aquí no está todo tan mal, el regreso de Voldemort no ha causado mucho desastre todavía y aún pueden ir a una cafetería mágica; pero todo es demasiado así que Draco logra convencer a Pansy de ir mejor a la zona muggle cercana.

Su amiga duda, pero debe verlo tan destrozado que acepta.

Es mejor.

El ambiente es menos asfixiante, el ambiente no le recuerda al ministerio, el ambiente no le recuerda la sangre fresca de Bianca en sus manos.

—Supongo que no está mal, para ser muggle —dice Pansy arrugando la nariz por donde caminan, luciendo casi horrorizada cuando ve algunas personas pasar por ahí.

Claro que las tiendas de ropa parecieron convencerla de que no es tan malo el vivir aquí. Draco la admira, caminando por ahí, luciendo con el mentón en alto, sin traer ningún comentario sobre la guerra de los magos o Voldemort aun cuando su padre también es un mortífago.

Pero no de primera línea como lo fue Lucius.

Tal vez por eso está tranquila.

Se siente bien salir con Pansy, curiosamente la chica Slytherin sigue siendo la misma niña molesta que había conocido desde siempre; una especie de tranquilidad de su vida, una especie de centro de cuando las cosas no se habían ido al carajo.

Casi puede cerrar los ojos y fingir que todo sigue bien.

—Mira por dónde caminas —gruñe Pansy cuando una chica casi la empuja al suelo, voltea a verle enojada.

Draco deja de caminar para ver como Pansy estuvo por caer, pero la chica la había sostenido.

Era una chica a su pesar, atractiva de una extraña forma con piel morena, cabello color chocolate cortado de forma desigual, y con finas trenzas en ambos lados de su rostro. Sus ojos parecen marrones con pintas azules y verdes. Su ropa por otro lado es bastante simple, con una camiseta de cuadros atada a su cintura.

La chica mira un rato a Pansy, Pansy se suelta de la chica con un mentón en alto.

—Fuiste tú la que tropezó conmigo —habla la chica desconocida. Pansy chilla incrédula que no lo hizo y la otra no parece creerle mucho.

—No lo hice, dile Draco —gruñe Pansy viéndolo, pero no puede defenderla porque estaba distraído.

Ve a ambas chicas con duda, pero cuando un hombre que (Draco tiene que admitir que también es bastante atractivo y parece familiar) se acerca hablando en voz alta, la chica nueva se aferra a ambos y los empuja a la cafetería cercana. Cree que lo hace para usarlos como escudo humano para que cuando el hombre guapo pasa de largo no la vean, tiene teorías, pero no puede confirmarlas.

—No me toques —dice Pansy asqueada, Draco suspira, la chica nueva la ve molesta.

Una manera encantadora de conocer personas nuevas.

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Su nombre es Piper, no dice su apellido y Pansy parece verla con asco, pero Piper es alguien agradable; muy a su pesar tiene que aceptarlo. Tiene algo que cuando habla que parece que todos a su alrededor asienten, menos Draco que se siente solo incómodo (se siente como una espina en su cabeza) y Pansy no parece afectada en absoluto; eso parece hacer que Piper a pesar de ver confusa a la chica, le agrade. Pansy no parece feliz de hablar con un muggle, pero cuando Draco la mira con ojos de cachorro, parece mucho más receptiva.

Curioso.

Conocer a alguien nuevo.

Pansy que es quien estuvo antes que todo se fuera al carajo, esta chica nueva Piper que lo conoce fuera del caos cuando su vida parece un desastre.

Una extraña combinación.

Pero no del todo mala.

Al menos cuando Pansy parece obsesionada con las pinturas para uñas, Piper y Draco comparten un odio entre ambos ante el olor y la textura. Pero Pansy los arrastra con diferentes botes de colores obligándolos a ser sus conejillos de indias, parece bastante buena para ser la primera vez que usa el método muggle. Piper queda con un color de uñas de color vino porque se niega a otro color femenino, Pansy usa unas lindas uñas rosadas de las que parece muy orgullosa y aunque le dijo que no era necesaria le puso esmalte verde oscuro.

No se ven mal.

No es algo que haría todos los días.

Parece bastante ineficiente para semidioses.

—Las personas me ven mal —dice Draco a regañadientes cuando caminan por un centro comercial, muchos ven sus uñas como si fuera una atrocidad.

¿Por qué?

Ve a Pansy confundido, pero la niña solamente se encoge de hombros. Aunque ha vivido mucho en el mundo muggle desde que era joven, nunca le había prestado atención a que le importa a las personas el puto color de tus uñas.

Son uñas.

Es color.

Maduren.

—Supongo que te ves algo femenino para ellos, pintarse las uñas es como algo designado a las mujeres; lo cual es ridículo —comenta Piper con cansancio, viendo como Draco le saca el medio a una señora mayor y esta parece más ofendida por sus uñas que por el gesto.

Ambas chicas se lo tienen que llevar cuando está por pelearse con un hombre que le dice afeminado y el día que ya era malo se va como la mierda. No está seguro cómo terminan en una tienda de mascotas del centro comercial, pero parece un lugar seguro para descansar cuando Pansy comenta algo sobre gatitos y Draco realmente no está de humor para gatitos.

Ni siquiera cuidó bien a Sparky el hurón.

Que le dio a Anthony.

Quien no está aquí ahora.

Su día cada vez parece peor, Piper no lo conoce, pero incluso ella parece preocupada por la mirada que le da a Pansy quien solamente luce molesta de no haber podido hacer algo diferente.

Tal vez es hora de volver a casa.

¿Pero cuál es su hogar?

No parece que sea Hogwarts.

No parece que sea el campamento mestizo.

No parece que sea la casa de Lavender.

—Oh mira Draco, serpientes, tú siempre has pensado que son dignas y elegantes —dice Pansy en un intento de distracción y Draco solamente levanta el rostro para ver una pequeña serpiente en la caja de vidrio.

Quiere decirle a Pansy al igual que los gatitos y cachorros que no va hacer alguna diferencia, pero en realidad sí lo hace, de una mala manera. Al inicio parece no procesar lo que está viendo, puede ver una serpiente y no siente nada en el primer vistazo.

Entonces.

La ve.

La serpiente de Voldemort apareciendo de la nada y arrancándole la cabeza a Bianca.

Entonces la pequeña e inofensiva serpiente deja de verse así.

Draco se paraliza, al inicio Piper o Pansy no lo notan, pero luego Piper levanta la mirada luciendo confundida y se preocupa, aunque no debería, porque no son amigos. Draco cae sentado mientras sus manos comienzan a temblar, no sabe que está respirando mal hasta que Piper a su lado le dice que respire, simplemente siente que no hay aire en sus pulmones.

Solo olor a sangre.

El cuerpo de Bianca sin vida contra el suyo.

El vacío donde antes estaba Bianca dentro de él parece engullirlo.

Un ataque de pánico.

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Lavender no lo deja salir después de eso, Pansy parece arrepentida y Draco ni siquiera recuerda despedirse de Piper, solo que ya no está cuando Lavender está ahí y se abraza a ella desesperado. Los ataques de pánico no son comunes en Draco o no tan comunes, pero tiene la leve sensación de que eso será su futuro de ahora en adelante. Así que el siguiente día se niega a salir de su habitación, porque está cansado del mundo y solamente quiere un maldito descanso.

Lo merece.

¿Qué no ha hecho suficiente?

Odia a todos especialmente a los olimpos.

¿Qué sorpresa que no aparecen últimamente?

Tal vez debió aceptar la idea de Hades de quedarse en el inframundo, tal vez debió morir en la lucha contra Cronos, tal vez no debió meterse al Estigia… Tal vez debió dejar que esa arpía lo matara a los 12 años ese verano hace tantos años atrás cuando no sabía que era un mestizo.

—Estoy harta, ocupo ayuda y tú también —ladra Lavender al día siguiente antes de tomarlo como un saco de papas y cargarlo sobre su hombro.

Draco está tan confundido aún con su pijama para entender qué pasa, pero Theo los sigue despidiéndose de la madre de Lavender.

Nayeli no parece afectada de la locura de su hija y Draco no puede hacer nada cuando entran por la red Flu. La sensación de magia a su alrededor es un poco molesta como nostálgica, en todo este tiempo no ha entrenado como tampoco ha usado su magia, simplemente se siente mal después del ministerio. Todo se siente mal, el vacío nunca se va.

Salen de las llamas mientras Draco sigue en el hombro de Lavender, Theo hace una mueca cuando aparecen en una sala de estar que nunca ha visto en su vida.

—Otra vez en este lugar tan indigno —lo escucha susurrar, pero no tiene tiempo de procesar cuando Lavender lo coloca sobre sus pies.

Están algo débiles.

No ha caminado en horas y se sienten arratonados.

Voltea a ver al lugar sintiéndose confundido, porque está en un lugar totalmente extraño. A diferencia de la casa Jackson que, aunque pequeña, siempre tiene ese toque cálido que le recuerda a un lugar lleno de amor, o la casa Brown que, aunque tiene estilo sigue teniendo pequeños detalles de su familia por todos lados; este lugar parece una explosión de cosas por todos lados. Hace una ligera mueca confundido en su rostro, porque hay cosas por todos lados, hay paredes extrañas, un ambiente que, si bien sería de baja calidad, también está lleno de tantas cosas que no puede empezar a reconocerlas.

Hay un extraño reloj en la pared.

Hay un extraño aroma de comida desde alguna parte.

Hay risas y sonidos para los cuales no está de humor, por lo cual da media vuelta listo para irse, pero Theo y Lavender lo detienen de cada brazo.

—Quiero irme —dice simplemente deseando volver a su cueva de mantas.

—Realmente tampoco quiero estar aquí, pero Lavender tiene razón, ocupamos ayuda extra —habla Theo con cansancio y Draco le da una mala mirada.

¿Ocupa ayuda?

¿Qué lo delató?

Que el día de ayer entró en un ataque de pánico al ver una serpiente, que no tiene idea como va hacer dentro de unos días cuando vuelva a Hogwarts donde su casa tiene una maldita serpiente de escudo y tiene miedo ante la idea que va a pasar los siguientes dos años (si es que aún está con vida) dentro de un lugar rodeado de serpientes que provocan que todo su cuerpo se estremezca.

Su madre le había dicho que fuera con ella.

Que fuera a casa.

Pero Draco no sabe que es casa.

No tiene idea y no sabe que hacer, solo quiere dormir, encerrarse en un mundo de sueños con una extraña mujer que parece tan sola como él.

—¿Draco? —La voz suave lo detiene, su rostro se voltea como si hubiera recibido una descarga eléctrica, sorprendido cuando Harry Potter está ahí.

Luciendo una ropa cómoda, parecía haber estado jugando quidditch, sus anteojos están algo torcidos. Hay más personas a su alrededor, personas pelirrojas, pero Draco solamente está viendo a su novio con incredulidad. No lo había visto en muchos días, semanas, casi se sienten como meses y tal vez lo sean. Había ido a rescatar su culo en el ministerio, tiene la idea de que estaba ahí, pero más que verlo su presencia últimamente eran por cartas.

Harry aseguraba que no ocupaba enviarle cartas largas, solo cualquier cosa, demostrar algo.

Y eso hizo Draco.

Pero estaba aquí.

Estaba frente a él.

Hay un lugar dentro de él, que aunque no sienta el vínculo de Harry como los demás, parece aliviado de que esté ahí frente a él. Es como, algo que estaba buscando hasta ahora, pero no sabía que lo estaba buscando. Su forma desesperada de buscar una casa, un lugar al cual pertenecer, parece sentirse así cuando Harry con unos cuantos pasos llega a su lado y lo abraza con fuerza.

Draco creció algunos centímetros, pero Harry parece haber alcanzado su estatura en estas semanas.

Sus brazos se sienten fuertes, seguros a su alrededor.

Las suaves caricias en su cabeza.

El aroma del chico contra él.

No sabe hace cuanto tiempo tiene una tensión en sus hombros que se desploma por fin mientras se deja abrazar por Harry. No regresa el abrazo, pero simplemente no es necesario mientras absorbe la sensación de este contra él, como si no quisiera moverse de aquí nunca.

—Harry —dice con voz algo cansada, pero una leve sonrisa en su rostro al ver al chico que tiene una mirada cálida en los suyos.

Parece también cansado, piensa en Sirius y se siente mal de no haberlo ayudado tanto como este quiso con él.

Oh genial, otro viaje de culpa.

—Pensé que vendrías mañana, estaba hablando con Lavender y… —Ambos voltean a ver a la chica que está ahí viéndose las uñas, no parece feliz de estar ahí mucho menos Theo, pero ambos sonríen cuando los ve.

—Hubo un pequeño incidente ayer, adelanto de planes, Draco ocupa a su novio ahora —dice Lavender tensa.

Draco entrecierra la mirada cuando ve el rostro de Harry tensarse, pero luego voltea a verlo con una sonrisa que hace que Draco se sienta un poco menos cansado.

—Oh Hestia, estos sillones siguen siendo horribles —escucha a Theo susurrar y ve a la comadreja solamente suspirar luciendo miserable.

—Otra vez ellos. —Parece resignado, pero cansado.

Granger con la comadreja chica tampoco parecen felices, pero nadie dice nada cuando Harry simplemente toma su mano y le sonríe.

—Bienvenido a la madriguera Draco.

El mundo se ha vuelto loco.

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La Madriguera estaba ubicada en las afueras de Ottery St. Catchpole, un pequeño pueblo ubicado en Devon, Inglaterra. Acurrucados entre colinas y praderas fértiles, otras familias mágicas en el área incluían la Familia Diggory, la Familia Lovegood y la familia Fawcett según pudo reconocer Draco. El edificio parecía como si en otro tiempo hubiera sido una gran pocilga de piedra, pero aquí y allá habían ido añadiendo tantas habitaciones que ahora la casa tenía varios pisos de altura y estaba tan torcida que parecía sostenerse en pie por arte de magia, y Draco sospechó que así era probablemente. Cuatro o cinco chimeneas coronaban el tejado.

Cerca de la entrada, clavado en el suelo, había un letrero torcido que decía «La Madriguera».

La Madriguera tenía un pequeño patio en la parte delantera de la casa, con un garaje y un gallinero que albergaba los pollos de la familia.

El jardín trasero contenía una casa de piedra que los Weasley habían convertido en un cobertizo de escobas, y los niños Weasley mantienen sus Escobas en el edificio durante su estancia en casa; al menos eso explicó Harry emocionado en su tour improvisado mientras pasaban tiempo a solas.

Theo y Lavender a duras penas se quedaron en la casa Weasley, aunque Draco está seguro que no querían estar ahí.

Detrás de la casa principal había un gran jardín con un estanque lleno de ranas. El jardín fue el hogar de una gran cantidad de Gnomos; los Weasley debían deshacer regularmente el jardín tirándolos sobre el seto.

Los Weasley también poseían un huerto detrás de su jardín, que estaba rodeado de árboles altos. El huerto estaba contenido dentro de un potrero. Los niños de Weasley usaban el huerto para practicar Quidditch durante sus vacaciones escolares. Un campo de maíz se encontraba a las afueras de La Madriguera, a la derecha de la propiedad. Se encontraron pequeños estanques y pantanos dentro de este campo de maíz. A la izquierda de la propiedad principal había colinas y campos que rodeaban el jardín y huerto de los Weasley. Se podía salir de La Madriguera por un largo carril que se dirigía hacia el pueblo de Ottery St. Catchpole.

La cocina de la Madriguera era el centro social de la familia Weasley. Ubicada en la parte posterior de la casa, era accesible desde el jardín. La cocina contiene una gran mesa de madera con espacio suficiente para ocho sillas. Todas las sillas que estaban presentes no coincidían, lo cual fue un poco una ofensa para Draco que era un amante del diseño y que las cosas combinaran.

El salón de la casa de los Weasley era una habitación acogedora, con un sofá y sillones. Había una gran chimenea, un conjunto inalámbrico de madera, una enorme estantería de madera y un reloj que, en lugar de decir la hora, indicaba el estado de cada miembro de la familia Weasley. En lugar de números, había varias frases como "hogar,","escuela", "trabajo", "dentista", "hospital", "prisión", y "peligro mortal".

—Encantador —dice Draco sentado en el porche de la casa luego del tour.

De reojo puede ver por la puerta como Lavender y Theo se han encontrado con la chica Delacour que si mal no recuerda era campeona del torneo de los 3 (¿4 magos?) con Harry.

Prometida de Bill la llamaron.

¿Cómo un Weasley enamora a una Veela?

Bueno, la verdad es que de todos los Weasley, Bill no era tan malo a la vista.

—Es un lugar especial, huele a seguridad y familia —habla Harry a su lado con calma, Draco sigue viendo a sus amigos y es un poco divertido que parecen cómodos con la rubia.

Lavender alaba algo sobre su cabello, Theo sabe un poco francés y la chica parece emocionada de tener alguien con quien hablar; díganle loco, pero cree que la familia no la quiere mucho. No ha visto mucho a los Weasley hablar con ella, Granger y comadreja chica se habían ido a la primera oportunidad. Harry comentó que jugaba mucho al quidditch con Granger, comadreja chica y Weasley menor.

No estaba celoso de la comadreja chica.

No importa que fuera pelirroja, divertida, buena jugadora de quidditch y obviamente estuvo enamorada de Harry.

No importa que tanto le dijera Harry que estaba celoso, no lo estaba.

—Este lugar debe ser como tu casa ahora —comenta intentando no entrometerse mucho, porque Draco sabe que por el tiempo corto que duró Grimmauld Place con Sirius y Remus habían sido el hogar de Harry, pero ahora Sirius estaba muerto, Remus parecía ir de misiones, Harry estaba solo.

Bueno tiene a los Weasley.

Debería valer de algo, espera.

—Son importantes para mí, los quiero, pero de alguna forma no es mi hogar… ¿eso es raro? —pregunta un poco preocupado al final, casi desesperado hasta cierto punto.

Tan similar a Draco que puede ser un poco divertido, se deja caer un poco contra él dejando su cuerpo contra su costado. Harry se deja, luciendo complacido de sentirlo cerca y Draco nuevamente siente culpa al pensar en todas las noches de luna llena que se ha perdido con este.

Pero, aun así, sintiendo el cuerpo de Harry contra el suyo, la mano de este sujetando la suya.

Da energías.

Algo a su vida.

Un impulso que no ha sentido durante días.

—Me siento así todo el tiempo ahora como si no perteneciera a nada —admite Draco viendo a la distancia, sin querer ver al chico, sin querer admitir que la primera vez que se sintió en casa fue a su lado.

Cuando Harry toma la suya y le sonríe, Draco piensa que no tiene que decirlo, que no tiene que tener un vínculo que lo demuestre como otros, solamente sus ojos parecen entenderlo y por ahora eso es suficiente.

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La comida es bastante tensa, hay muchas sillas de diferentes formas y Draco se sienta un poco más cómodo que sus dos amigos, hay varias personas que parecen incómodas con su presencia; está seguro que lo soportan solamente por Harry. Draco habla con Fleur, no puede evitar sentir un poco de empatía por la chica, recordándole mucho a Draco ese primer verano que estuvo en el campamento mestizo. Es algo agridulce pensar en ese lugar, porque piensa en sus vínculos que tiene lejos porque no soporta sentirlos y termina pensando tanto en Bianca como en Nico.

Una muerta y el otro odiándolo.

—En Francia todo es mejor —dice Fleur con su acento marcado y Draco puede notar las miradas molestas de los Weasley sobre la chica.

Sí.

Igual que Draco esos primeros días en el campamento.

Se pregunta si Fleur eventualmente podrá convencer a los Weasley como él, que vale la pena, o tal vez no tenga que convencerlos. Aun con su altitud algo altanera, el cáliz la eligió, así que debe ser alguien fuerte y confiable que le gusta ganar.

Pero también tiene una personalidad algo suave por como habla de Francia.

No.

No tiene que ganar su aprobación, ellos solo tienen que descubrir cómo amarla y tal vez ella se vuelva más suave con el tiempo.

—Creo que América es mejor —dice para horror de todos los presentes—. Tienen buenos perritos calientes —habla antes de comenzar a explicarle a Arthur sobre las cosas muggles, que sorpresa, parece ser un gran admirador y es un poco fácil hablar con el hombre.

Se pregunta qué pensará, este sabe que es un semidiós, pero ahora parece más concentrado en hablar sobre las escaleras eléctricas que otra cosa.

Está explicando que los centros comerciales son interesantes, mientras el resto habla y la mano de Harry está sobre su muslo; no hay ninguna caricia o algo por el estilo, solamente está ahí como si quisiera recordarle su presencia.

Hay una charla sobre TIMOs que Draco ignora porque, aunque los suyos fueron buenas notas, realmente no le importa mucho a diferencia de Granger que no deja de hablar de eso. Theo y Lavender parecen nerviosos cuando les preguntan por amabilidad más que todo sobre qué desean ser de grandes, pero al igual que la mayoría de semidioses parecen que solamente quieren vivir un día más en lugar de pensar ser adultos.

Draco prepara una respuesta para cuando es el turno de alguien de preguntarle, pero la verdad es que no puede pensar en nada.

—Un trabajo tranquilo, probablemente muggle —dice para sorpresa de la mayoría de la mesa, menos de Lavender, Theo, Harry y curiosamente Arthur Weasley.

Sí.

Puede que sea un horror para ellos, un sangre pura que siempre se quejaba de niño sobre el tema, el tener un trabajo muggle. Pero realmente ya no quiere luchar, siente que ha luchado demasiadas luchas a su edad y un trabajo tranquilo sería lo mejor.

Incluso si eso probablemente le cause un infarto a su padre.

Eventualmente tiene que ser el heredero de su familia, pero mientras pueda saltarse eso, sería genial; solo un poco de tiempo con una vida tranquila. Caminar por las calles sin pensar que un monstruo va a destruir el mundo y que con muy mala suerte Draco se vea arrastrado a esa lucha.

Otra vez.

—Oh, creo que me gustaría un trabajo como crear magia o hechizos —dice Lavender luego de un momento saltando como si hubiera tenido una revelación, aunque Draco sospecha que debe ser para atraer la atención a ella.

Le da una leve sonrisa agradecido, no es que no quiera hablar de sus sueños, simplemente no quiere hablarlo aquí.

Theo es más extremista.

—Lavender una vez estuvo enamorada de la comadreja —dice señalando a Ron Weasley luego de un largo silencio, que fue seguido solamente de otro más largo y peligroso.

Draco es el primero en saltar sobre Lavender que claramente estaba dispuesta a asesinar a Theo que grita antes de salir corriendo.

Va a darle un punto a los Weasley, no sabe qué clase de comidas tienen ellos en familia, pero no parecen afectados por los gritos y locuras que ellos tres ocasionan.

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El lago es la mejor opción para ir después de la comida, Lavender sigue ladrando a los gemelos (quienes encontraron más divertido su aparente amor por Ron Weasley los primeros años) que ya no le gusta Ronald Weasley. El chico pelirrojo parece casi ofendido al respecto, pero Lavender le da una mirada de muerte que hace reír a los presentes. Theo sigue escapando de la muerte corriendo mientras Lavender parece que va estrangularlo si lo alcanza. Granger no parece encontrar nada divertido, pero la menor de las comadrejas no deja de reírse por algún motivo.

Harry le había dicho que podían ir a volar.

Pero no quiso.

Simplemente se siente mal, volar, disfrutar, ser feliz.

Porque Bianca no puede ser feliz.

Porque Nico lo odia.

Y todo se regresa a lo mismo una y otra vez.

—Simplemente todo se siente mal, como si algo de color se hubiera perdido —admite Draco viendo como Lavender al fin sujetó a Theo y lo lanza volando hacía el lago con un grito poco masculino, que hace a los otros Weasley reírse divertidos.

Lavender levanta las manos en victoria como si fuera un simio alfa y todos los demás le aplauden como si la coronaran.

Alguien parece decirle a Charlie Weasley sobre la forma en que Lavender siempre los derrotaba en medio de los entrenamientos del D.A., Draco sigue sin haber aceptado el estúpido nombre. Pero aunque Lavender sonría coqueta a Charlie que está de visita, lo envía volando sin piedad contra Theo en el agua que solamente termina más sumergido incrédulo.

Los gemelos chocan los cinco mientras gritan repetidas veces el nombre de Lavender que claramente se emociona.

Si algo aprende su amiga de él, es ser una amante del drama y caos.

Ella insiste que lo sacó de él.

Blasfema.

—Sí, pero también hay algunas cosas que aún tienen color —habla Harry suavemente sujetando su mano mientras señala a los Weasley, sus amigos y a Granger en medio del caos.

Lavender se ríe, Theo intenta arrojarla al agua, hay risas y gritos, todo parece menos gris. Pero Draco no se deja confiar, que tengan un buen día no significa que siempre sea así. Los días malos vendrán, ahora serán muchos más porque Nico lo odia, no tiene a Bianca, no tiene a Luke y los muertos que cada día dejan atrás parecen como si quisieran arrastrarlo con él.

Ni siquiera Hades le ha contestado cuando lo llama.

Cuando quiere saber sobre Bianca desesperadamente.

Como si algo malo pasara.

No quiere pensar en eso tampoco, a veces no quiere pensar en nada.

La mano de Harry sobre la suya lo hace mantenerse anclado a la realidad un poco más. Voltea a ver al chico con cansancio, pero este, aunque intenta animarlo, realmente parece tan cansado como él. Quiere preguntar por Sirius, pero teme en su interior, que reaccione de la misma forma que Lavender preguntó por Bianca la primera vez y Draco simplemente había explotado enojado antes de terminar llorando.

—Supongo que sí —susurra, inseguro al ver a sus amigos, temeroso de no poder decir que sí, asustado de no saber si decir que no.

Una parte, dentro de él, se niega a dejar ir a Bianca, no quiere dejarla ir y aunque sabe que eventualmente tiene que seguir adelante, egoístamente no quiere. Es como Luke, tampoco puede dejarlo ir totalmente, como si algo se aferrara a ellos de manera desesperada.

¿Es porque son vínculos?

Supone que sí.

Silena duele, siempre dolerá, pero su dolor no se puede comparar a Luke o Bianca, porque esos últimos habían sido suyos y Draco se aferra a ellos sin dejarlos ir.

—Remus tampoco está bien —comenta Harry y Draco voltea a verlo, este parece serio antes de suspirar para ver al cielo—. Intenta aparentar que todo está bien, pero ha ido a más misiones, a veces está con Tonks y ella intenta ayudarlo, pero se ve tan solo.

—¿Qué hay de ti? —se atreve a preguntar Draco con mucha vacilación, porque no sabe qué pasa con Harry en realidad.

No sabe si peguntar está bien.

Pero quiere hacerlo.

—Duele pensar en Sirius —admite Harry con una sonrisa triste antes de verlo con calma en su expresión, pero tormento en sus ojos.

Sí.

También duele pensar en Bianca.

—¿Crees que alguna vez deje de doler? —cuestiona Draco temeroso, porque aún sigue doliendo pensar en Luke y le aterra que pasen los años donde el dolor no se vaya.

Donde el dolor incremente si pierde a alguien más.

—Remus dijo que nunca deja de doler realmente, que aún piensa en mis padres, pero que a veces, aunque tenga dolor, también hay otras cosas buenas en la vida, que hacen que vuelvas a tener felicidad —explica Harry como si él tampoco estuviera tan seguro de que debería decir.

Un poco optimista y deprimente al mismo tiempo.

Genial.

Su mirada vuelve a sus manos unidas sin saber qué podría hacer para que el dolor se marchara.

—Dijiste que viste una película muggle —comenta Harry sorpresivamente cambiando de tema. Draco le tomó un segundo el recordar que comentó eso en alguna carta porque no sabía bien qué decirle—. Cuéntame sobre eso. —Y parece tener toda su atención en él.

Entrecierra la mirada al verlo, preguntándose qué está pensando, pero decide dejarlo pasar mientras cuenta la película de héroes que vio con sus amigos. Intentando no pensar en la guerra, intentando no pensar en las muertes, intentando no pensar que a veces puede oler la sangre de Bianca sobre él o el llanto de Thalia a su lado por perder a su amiga más cercana.

Solo son Harry, Draco y una película que probablemente no importa.

Pero ahí, con los ojos de Harry fijos en él, casi puede pensar que las cosas son normales un poco.

Al menos hasta que tengan que irse de regreso.

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Los siguientes días fueron bastante tranquilos en la casa Brown, intenta hablar más seguido con sus padres, su madre parece al borde de la preocupación, pero Draco le explica que solo ocupa tiempo y que hará todo lo posible por ir a vacaciones de navidad. Narcisa habla de que ha estado hablando con Quirón y sus amigos del campamento mestizo, pero rápidamente lo deja caer cuando nota que Draco no quiere hablar de eso ahora mismo; porque eventualmente pensará en Nico y Bianca por lo cual no está listo por ahora.

Su madre habla sobre su nuevo jardín, plantas exóticas, su obsesión por su padre por novelas coreanas policiales.

Draco la escucha casi hipnotizado de su voz.

La voz de su madre es muy hermosa.

La extraña.

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La madre de Lavender es la que trae todas las cosas que ocupan para el colegio, Nayeli no parece encontrar preocupante todas las desapariciones actuales o como cada vez más magos mestizos desaparecen o mueren, cuando le pregunta, ella comenta que comparado con las aventuras de Lavender, si bien es preocupante, no es el fin del mundo. No hay argumentos contra esa lógica. Draco ve sus nuevos libros, ha decidido no tomar tantas clases este año, aunque con sus TIMOs podría hacerse con un horario casi completo de materias, no está interesado mucho en eso. Sigue siendo capitán de quidditch porque Severus por algún motivo debe pensar que aun quiere ser capitán.

Quién sabe por qué.

Draco no quiere serlo, no quiere volar, pero no lo dice en voz alta por temor a que Lavender y Theo se preocupen más por él en todo este caos que es su vida.

Harry le dijo que las cosas mejorarían.

Joder.

Ocupa creerle desesperadamente.

El verano al final pasó entre una mezcla de desesperación, tristeza, dolor y tomando en cuenta que ha luchado casi dos guerras con deidades, la verdad es que había sido el peor verano de su vida hasta ahora; lo cual es mucho decir. Esa mañana antes de partir hacía Hogwarts, en el baño de los Brown, había quedado bajo la ducha bastante tiempo casi tentado a hablar con Percy, enviarle un mensaje, quería ver su rostro.

Quería ver a su mejor amigo.

Pero no pudo hacerlo.

No todavía.

—Vamos, Draco apresúrate —dice Lavender desde la entrada de su casa con una sonrisa y Draco la sigue torpemente con Theo ahí esperándolo también.

Tienen que ir a la estación de tren, la primera vez en mucho tiempo que va a viajar de esa forma, se siente un poco extraño, pero es una forma en que espera que el universo le esté indicando que todo va a cambiar; con suerte de buena forma. Se despide de los Brown y en su lugar va con sus amigos hacia la estación de tren. Nayeli parece tener dudas de dejarles ir solos, pero los tres se quedan sin darle muchas opciones cuando han luchado peores cosas.

Durante el viaje Lavender no deja de hablar que hay que volver a entrenar, incluso Theo parece alentarlo a entrenar o las prácticas de quidditch.

Una vida normal.

¿Draco puede tener una vida normal?

Lo duda, el año pasado había pensado que al fin tendría una vida normal, pero el destino le ha enseñado que no es suficientemente bueno para eso.

Como si algo quisiera hacerlo sufrir constantemente.

—Este va ser un buen año —dice Lavender algo temblorosa mientras sujeta su mano, sonriendo intentando animarle.

Theo a su lado también algo dudoso, por algún motivo con su cicatriz más marcada también quiere animarlo.

Draco quiere creer en ellos.

Sonríe tembloroso.

—Claro que sí —habla fingiendo confianza que no siente y esperando que, si finge lo suficiente, esto se convierta en su realidad.

Porque puede que sea por perder a tantas personas, tantas guerras en su espalda o simplemente que se ha convertido en un adolescente deprimido.

Pero tiene claro algo.

Este año sin duda no va a ser mejor que el anterior, si no que podría jurar que será peor.

Continuará…

Este capítulo quedo triste xD lo siento, pero sin duda luego de todo lo que ha pasado con Draco todo ha comenzado a alcanzarlo y ya está cansado. Tristemente para este aun nos quedan dos grandes arcos que va a tener que pasar, pero prometo que no todo será triste, solamente que me sorprendería que luego de lo que paso en el arco anterior, este bien y sonriendo listo para las clases.

Regresando al tema.

Sigo de vacaciones, pero este capitulo es adelantado porque hoy cumpleaños mi querida amiga cami (TheAverno) y quería que su cumpleaños fuera especial así que espero disfrute del capítulo de hoy 3

Aun tengo una semana o dos de vacaciones.

Por aquello que no me vean tan activa, también por salud, las actualizaciones serán un poco más lentas que de costumbre D: lo siento.

Holi.

Bienvenidos a un nuevo arco, creo que el quinto y sexto arco van a ser difíciles para Draco, porque de todo lo que ha vivido hasta ahora, creo que ha sido para prepararlo para todo lo que vamos a vivir en estos arcos.

Veremos cosas que pasaron al inicio que ahora tienen sentido, toda su historia hasta ahora se está convirtiendo en el héroe que este siempre estuvo destinado a ser.

Al menos en este universo.

Gracias a todos los que han estado desde el inicio y aquellos que se nos vienen uniendo.

Bienvenidos al quinto arco de la historia.