-Los personajes, como siempre, no me pertenecen, ni la historia-que ciertamente adoro y que no paro de rememorar-que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto. Yo solo oriento, empatizo y plasmo los pensamientos que creo que tuvieron nuestros personajes según mi criterio :3


Todo había cambiado mucho.

El mundo ya no era igual para los Shinobis y probablemente jamás volviera a serlo. E encontraban en una guerra después de todo, la Cuarta Gran Guerra Shinobi. Alianzas, tierras, personas de todo el mundo Ninja enfrascados en derrotar a un solo hombre, sonaba ridículo pero era así y lo peor era que ese hombre había estado muerto durante años y solo había vuelto a la vida mediante el Edo Tensei. Se trataba de Madara Uchiha el hombre que—en su tiempo—llego a equipararse en poder, ingenio y habilidad con Hashirama Senju, el Primer Hokage.

Como si fuera poco, la olvidada figura de Obito, -creído muerto aun antes del ataque del Kyubi a la aldea—se encontraba con vida y ahora se presentaba como un alma torturada ante los engaños y maquinaciones de Madara. Pero pensar en ello, lamentar todo lo que estaba sucediendo, llorar la muerte de Neji Hyuga y la de tanto otros parecía absurdo cuando ellos se debatían en la supervivencia o la muerte. Si, Sasuke había vuelto pero no por ellos, no por un interés en común sino por un ideal que había forjado por su cuenta, un ideal que lo hacía distar nuevamente de quienes lo rodeaban y Sakura no sabía si sentirse feliz o neutral por su presencia aun cuando su corazón latiera desbocadamente producto de la alegría de saber presente a quien tanto amaba.

El Tsukuyomi Infinito reinaba en su realidad, las ambiciones de Madara habían liberado algo aún más poderoso de lo que cualquiera pudiera haber imaginado a la mismísima diosa conejo, la que había dado origen al Chakra: Kaguya Otsutsuki. Todos estaban sumidos en un estado de temporal o permanente hibernación, ajenos de lo que realmente pasaba haciendo peligrar sus propias vidas sin darse cuenta de ello. Sasuke, ella, Naruto, Kakashi y Obito eran los únicos que estaban a salvo del Tsukuyomi Infinito, ellos y los revividos cuatro Hokages anteriores.

Pero aquello, por ahora, no venía al caso. Hacer una reminiscencia de todo lo vivido hasta la fecha no tenía sentido alguno, no cuando combatían contra la diosa conejo que les hacia la vida imposible a cada paso y cuando Sasuke se encontraba en una dimensión a la que ella no podía llegar para ayudarlo. Habían tenido un plan para vencer a Kaguya, uno muy bueno y que habían estado a nada de realizar, pero el "hijo" de la diosa consejo se los habían impedido, manipulando y aconsejando a su madre a su antojo.

Habiendo tenido el camino libre—teniendo como "señuelos" a Kakashi y a Naruto que entretenían a la Otsutsuki—Sakura consiguió utilizar su Byakugou para brindarle a Obito—que además usaría su Kamui—el chakra suficiente para viajar por las dimensiones entrelazadas y usadas por Kaguya. Sasuke debía de estar en alguna de ellas luego de que la Otsutsuki lo hiciese desaparecer tan abruptamente.

Pero, ¿En cuál?


Sasuke bufo nuevamente al ver que sus intentos por salir de aquella desértica dimensión terminaban en fracaso tras fracaso rotundo.

Su paciencia tenía límites: había sido usado como señuelo en una táctica absurdamente ridícula producto por la que casi había cruzado el umbral entre la vida y la muerte enterándose que era—por así decirlo—la reencarnación del hijo mayor del Sabio de los Seis Caminos, había tenido que hacer equipo con Naruto, y ahora resultaba que había sido arrastrado a un dimensión extraña donde no solo no sabía dónde se encontraba, sino que tampoco tenía posibilidad alguna de salir. Y el tiempo se le acababa. Si él y Naruto no se apresuraban, no podrían vencer a Kaguya y todo ese maldito intento de esfuerzo terminaría en nada.

¿Cómo salir de allí? No tenía ni la más mínima idea pero tenía que hacerlo y pronto.

Sin él, Naruto no podría hacer nada, sin él Kakashi tampoco sería de utilidad y, sin él, Sakura estaría a su suerte,—literalmente—tenía que volver con ellos pero no encontraba salida posible por más que forzara sus sentidos para percibir cualquier rastro de Chakra y poder salir de ahí con su Rinnegan, pero no había rastro alguno. Salir de allí era su mayor prioridad a la vez que pensaba en una estrategia que usar en cuanto estuviera lejos de esas dunas y arena.

¿Cómo vencer a Kaguya Otsutsuki?, Era la madre del Sabio de los Seis Caminos, ¿Cómo se debía de luchar contra alguien así?, ¿Qué clase de estrategia era válido usar contra ella?


Obito y ella llevaban recorriendo ya varias dimensiones y sus resultados eran igualmente infructuosos.

No era tonta, sabía que Obito no resistiría tanto como pretendía mostrar, pero si debía de reducir su vida a la mitad debido al uso del Byakugou para asegurar la supervivencia de Sasuke estaba más que dispuesta. ¿Qué clase de vida seria para ella una existencia sabiendo que no hizo hasta lo imposible por ayudar a quien tanto amaba? No quería ese peso sobre su conciencia. Quería ver a Sasuke a salvo, quería verlo a los ojos y saber que seguía respirando, que estaba bien y que siempre lo estaría sin importar el camino que decidiera tomar.

Si él vivía, ella también lo haría, jamás había estado tan segura de eso.

Otra dimensión apareció cual umbral ante ambos, una que no habían esperado en lo absoluto. Sakura consiguió apartar a Obito justo antes de que el ácido cayera sobre él, utilizándose a sí misma como escudo. La pelirosa, tan rápidamente como le era posible, se quitó el chaleco de la alianza y se arrancó una de las mangas de su traje. Su actuar y su velocidad no habían sido suficiente, el acto de humanismo para con el Uchiha le había zanjado unas quemaduras que se extendían desde la mitad inferior de su brazo. Escasas con respecto a la situación pero que dolían mucho más de lo que ella se esforzaba en reflejar. Respirando—apenas por un par de segundos—de manera acompasada, Sakura consiguió olvidarse del dolor, olvidar que la herida la afectaba.

-¿Estás bien?—se preocupó Obito por su condición.

Sakura se sujetó ligeramente el brazo, apartando su mente consiente de aquella situación para concentrarse en la misión y encontrar a Sasuke como fuera necesario. De nada le servía quejarse de su dolor en ese instante, tenía que dejar de pensar en i misma y hacer lo que era verdaderamente importante.

-Si—mintió Sakura con voz neutral, -no es nada.

Obito observo a la Haruno totalmente incrédulo ante sus declaraciones, más que seguro de que hacia un esfuerzo realmente enorme y considerable para ocultar su emociones y aquello era un auténtico logro para los Shinobis, más para una Ninja a la que ya había visto desplegar sus habilidades como Kunoichi, pero nunca habiendo esperado que tuviera una resistencia semejante.

-Eres una Ninja Medico, ¿no?—más bien afirmo Obito viéndola recuperarse escasamente sin reparar en la herida en su brazo, -esperemos a que cures tus heridas. Descansemos un poco.

La Haruno negó vehemente ante la sugerencia del Uchiha.

-No hace falta—determino Sakura observándolo con entereza, -el chakra tiene un límite—le recordó la pelirosa aludiendo omniscientemente a Sasuke.

Sakura apoyo sus manos en los hombros del Uchiha que, sorprendido por su determinación y tozudez, no desistió de su preocupación, casi negándose a volver a concentrarse en la oportunidad que les había sido brindada a ambos para detener a Kaguya. Obito no deseaba que aquella instancia se viera interrumpida por culpa de la tozudez de la pelirosa, y algo más que brillaba en los orbes esmeralda de ella cuando se determinaba tanto en no desaprovechar la situación.

-No podemos desperdiciar la oportunidad que nos dio Naruto—aseguro Sakura haciendo oídos sordos ante la voz de conciencia de parte del Uchiha.

Obito sonrió ladinamente y volvió su vista al frente. No le serviría de nada apegar a la razón con ella, era demasiado terca, obtusa, y llevada por sus propias ideas.

-Realmente quieres ayudarlo, ¿no?—infirió Obito sin ser del todo directo con ella. Sakura, detrás de ella, lo observo extrañada en espera de una explicación, más el Uchiha negó ante su cuestionamiento. –Nada, sigamos—acordó el Uchiha viéndola asentir.

Tras un breve microsegundo de silencio, una nueva dimensión se abrió ante ellos, una que estaba conformada por dunas, arena y un sol verdaderamente abrasador.


Sasuke ya no sabía si quedarse quieto, si no pensar, si dejarse afectar y agotar por el calor y el sol que comenzaba a minar sus fuerzas. ¡No sabía absolutamente nada! Eso era lo único que podía deducir únicamente mientras sentía—literalmente—que su mente se secada de cualquier clase de idea. ¿Cómo salir de allí?, ¿Cómo actuar? No sabía que diantres hacer en esa situación porque no quería ni podía pensar con claridad.

Había cometido tantos errores hasta ese maldito minuto que no tenía aun del todo claro si lo que pretendía hacer estaba bien o no, si los ideales que tenía estaban moralmente bien o no, no le importaba en lo absoluto. Pero tenía que hacerlo, toda la verdad de lo ocurrido a su hermano, a su familia, a su Clan, todo pesaba sobre sus hombros y si no encontraba una solución no podría respirar tranquilo, tenía que hacer algo. Sus sentimientos, sus propios deseos, sus anhelos, todo eso debía de quedar enterrado y muerto porque el mismo se aferraba a no ser merecedor de absolutamente nada, pero ni aun así conseguía alejar sus pensamientos de quien era tan importante para él, de la única persona que merecía los elogios más honestos a proferir, una persona que—ni aunque estuviera prácticamente consumido por el odio—no aceptaba abandonarlo por nada del mundo, ni aun cuando todos se pusieran en su contra.

Verla nuevamente, saberla más capaz que nadie, haberla visto poder defenderé sola y poder llamarse Sannin por su propio esfuerzo…todo eso lo llenaba de orgullo, de ese sentimiento tan especial que tenía por ella, de ese encanto especial por saberla a salvo a pesar de todas las batallas, muertes y ataques sucedidos hasta ese entonces. Ella jamás conseguía decepcionarlo ni por más que lo intentase. Su mente se centraba en pensar en ella y su seguridad, siempre había tenido ese gesto especial para con ella—desde que tenía memoria—pero durante ese último tiempo ese gesto se volvía más insistente obligándolo a pensar en ella.

Se había dado cuenta de lo que realmente sentía por ella por un recuerdo fugaz que había llegado a su mente, recordando a su madre Mikoto. Si algo podía recordar de su niñez eran las conversaciones que había tenido con su madre a quien había sido particularmente cercano producto de la atención que su padre le daba a Itachi. Conversaciones de todo tipo, instructivas, maternales y—extrañamente—románticas.

Ves el rostro de esa persona en tus sueños, en tus pensamientos. Cuando cierras los ojos y respiras. Entonces te das cuenta de que sientes ese algo tan especial por una persona

Las palabras de su madre nunca habían tenido sentido y de hecho no sabía siquiera como es que las había recordado siquiera, pero lo había hecho y, de manera inequívoca, sus pensamientos habían ido hacia Sakura con solo eludir aquello. Ella se había introducido profundamente en su corazón cuando nadie lo había hecho, con su sonrisa, con su inocencia, con su bondad, con su voz, con sus intenciones, con su todo y él se negaba a aceptar que deseaba poder corresponderle con toda libertad pero no podía, no podía darse ese lujo por más que quisiera. Una pregunta, ante la situación por la que estaba pasando, pasando por su cabeza haciéndolo arrepentirse de tal pensamiento pero sabiéndolo necesario de cuestionar siquiera. ¿Volvería a verla? Temía que la respuesta ante eso fuera un no rotundo.

¿Qué debía hacer?, ¿Cómo podía salir de allí?

Sus pensamientos, sus divagaciones, todo aquello que estuviera pasando por su mente le impidió percatarse de la—por así decirlo—brecha entre dimensiones que se formó a varios metros de distancia de él.

-¡Sasuke!

El Uchiha se sobresaltó completamente al escuchar aquella voz, creyéndola un espejismo producto del sol y la arena a su alrededor. Su vista se centró en aquella brecha dimensional observando con sutil incredulidad a Sakura que estaba de pie tras Obito, igual de sorprendida que él por haberlo encontrado. ¿Era una broma?, ¿Realmente era ella?, ¿No lo estaba imaginando producto de sus pensamientos y sus propios deseos?

-¡Sasuke!, ¡rápido!—pidió Sakura con urgencia y desesperación.

Dándose cuenta no solo del agotamiento de Obito sino de la escasa estabilidad que se adueñó repentinamente de la pelirosa, Sasuke no dudo ni un segundo intentando correr tan rápidamente como le era posible observando con silente temor como aquella brecha aminoraba su tamaño y se hacía distante y menuda ante su vista. No…si no hacía algo no podría llegar a tiempo.

Recordando una de las habilidades de su Rinnegan, Sasuke cetro su vista en un objeto tras Sakura, su chaleco, calculando velozmente la distancia y la oportunidad que estaba a su paso, y que no podía desperdiciar o eso resultaría ser su ruina absoluta y permanencia en aquella dimensión. Sakura observo con sincero terror como la brecha se cerraba para siempre, sabiendo que Obito ya no tenía las fuera suficientes como para volver a abrirla ni ella tenía chakra suficiente como para ayudarla. El nombre del Uchiha fue escasamente murmurado por sus labios mientras sentía sus fuerzas flaquear por completo, exhausta tanto emocional como físicamente, herida consigo misma por no haber podido ayudar a Sasuke.

Sintiendo que todo a su alrededor daba vueltas, Sakura no consiguió asirse a la realidad ni a nada físico para mantenerse de pie, sintiendo su cuerpo comenzar a desplomarse. No tenía fuerza alguna a la que aferrarse, nada.

Apareciendo tras ella en un abrumador y sorpresivo parpadeo, -que Obito si percibió—Sasuke la sostuvo cuidadosamente del brazo, evitándole caer y permitiéndole apoyarse en él para mantenerse de pie. Guardando silencio, reconfortado y de vuelta a la vida con la presencia de ella, extrañado y ligeramente preocupado por el estado y la condición en que se encontraba, Sasuke únicamente e dedico a observarla sabiéndose objeto de la atención de Obito quien no le quitaba los ojos de encima, sorprendido y casi boquiabierto por lo que acababa de presenciar.

Más recuperada al no haber sentido un golpe producto de un breve instante de debilidad, Sakura levanto su mirada hacia quien sabia la estaba sosteniendo de aquella forma tan protectora y posesiva al mismo tiempo, encontrándose con en ese Sharingan y Rinnegan que se clavaban tan intensamente en ella, aludiendo y sintiendo una preocupación que de la no sabía, que no comprendía ni podía descifrar, aferrada al tacto y agarre de él que le impedía una caída segura. Sasuke se perdió por completo en esas inocentes y puras esmeraldas que brillaban y relucían como auténticas joyas, poseedoras de un encanto sin precedentes que lo abrumo por completo como siempre sucedía.

-¿Cómo lo hiciste?—pregunto Obito, rompiendo ese instante de silencio.

Pese a dividir su concentración para dirigirla hacia la voz de Obito, Sasuke no aparto su mirad de Sakura ni por un breve instante. Ella era su única preocupación en aquel breve instante de silencio en que solo su rostro era importante, en que su respiración era su motivo para que su corazón latiera tranquilo y para que pudiera volver a pensar con una cordura que no había poseído mientras se encontraba en aquel desierto infernalmente absurdo.

-Es mi nueva habilidad—respondió escasamente el Uchiha, mucho más preocupado por el estado en que se hallaba Sakura quien no parecía quejarse en lo absoluto mientras él la sostenía firmemente, apegándola a su cuerpo para estar totalmente seguro de que no se desplomaría, -puedo cambiar de lugar entre distancias determinadas…lógicamente tiene un límite así que no puedo ir tan lejos.

El otro brazo del Uchiha se encargó de envolver cuidadosa y firmemente la cintura de la pelirosa para permitirle un instante de quietud y reposo tras tanto esfuerzo que había hecho sacrificando cada fracción de sus fuerzas por él, ni siquiera estando segura de sí funcionaria o no, arriesgándolo todo únicamente por volver a verlo y saberlo a salvo. ¿Cómo es que ella no era corrompida como los demás? Cada persona a su alrededor se veía manchada de sangre, de culpas, de cambios que os hacían distar de quienes habían sido originalmente y él era un claro ejemplo, pero ella…ella seguía siendo la misma molestia de cabellos rosados, de alma compasiva y empatía sin sentido de la conservación con una tendencia al sacrificio y con un latente y desbordante amor en su corazón que él deseaba devolverle pero ante lo que estaba imposibilitado.

Ella siempre seria lo único inocente que existencia en su mundo, la única que nunca había cambiado con él tiempo, ella que se mantenía incólume y extrañamente destinada a esperarlo a cada paso que diera, haciéndolo debatir entre si lo que hacía estaba realmente bien o no.

Ante ese instante de debilidad y sentimientos, sentimientos que Sakura jamás creyó que serían de vueltos—tan silenciosa y discretamente de parte del Uchiha—Sakura se apoyó por completo en el pecho de Sasuke, apoyando sus manos en los hombros de él, ocultando su rostro en el pecho del Uchiha y sonriendo con una tristeza que no quería mostrar y que no fue visible, pero si palpable, para Sasuke. La pelirosa sonrió más feliz que nunca porque él estuviera a salvo, ahí, con ella.

-Pero gracias a ti lo logre—murmuro Sasuke únicamente para que ella lo escuchara.


PD: me acerco cada vez a ciertos momentos que quiero palsmar pero que no se si ustedes quieren que haga (la boda o el inicio de su viaje juntos, el nacimiento de Sarada y los años en que estuvieron separados) comenten y diganme que opinión tienen o si tienen alguna sugerencia u otro momento que quieran que aparezca en la historia, recordando el orden que llevamos :3 enserio lo aprecio :3 gracias y hasta la proxima