-Ni los personajes ni la historia me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto más la narración y/o pensamientos de nuestros personajes (Sasuke y Sakura) son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3
Le habían coqueteado.
Bajo otras circunstancias y en el pasado, no le hubiera molestado que lo hicieran porque simplemente la habían visto sola, una mujer tontamente enamorada—para muchos—que esperaba a alguien que ni siquiera le correspondía. Claro, en ese tiempo con toda seguridad las cartas de amor o los piropos le hubieran resultado aceptables, pero…ahora estaba casada y que en base a verla sola junto a una hija de menos de un año de vida creían que podía seguir coqueteándole con libertad.
Antes no le había dado importancia a eso porque estaba soltera, pero ahora estaba casada y merecía tener respeto como tal, respeto por ser ahora parte de uno de los más poderosos Clanes que pudieran existir y respeto ya que ahora usaba el emblema de los Uchiha en la espalda, ya no era Sakura Haruno, ya no era la misma Kunoichi que era subestimada por todos, a quien ignoraban. Era la esposa de Sasuke Uchiha uno de los tres Sannin, incluyéndose a sí misma en la categorización, y no importa cuánto tiempo tuviera que transcurrir, ella siempre creería que Sasuke volvería a su lado porque sentía que, ya fuera cerca o lejos, su corazón latía al mismo compas que el de él, sentía que estaba bien, sentía que ese amor que crecía constantemente no hacía sino aumentar el deseo de verse nuevamente con cada momento que pasaban separados.
Sasuke no era como ningún hombre, en todos los sentidos sin duda. Distaba mucho de las ideas tradicionales que reinaban en la mente de otros de sus compañeros como Naruto, Sai o Shikamaru que veían de manera normal que sus esposas dejaran atrás sus roles como Kunoichis para dedicarse a la crianza de sus hijos…pero él le había dejado en claro que no iba a interferir en su vida de ese modo y por ello permitía que ella siguiera trabajando en el hospital como había pasado antes. Ella era una Ninja Medico, la mejor sin lugar a dudas, una sanadora, una leyenda para todos, su destino no tendía porque vivir relegada a obligaciones de carácter maternal. Era una madre atenta, sin duda alguna, intentaba velar por Sarada tanto como le era posible pese a su trabajo, pero en ningún momento se quejaba porque no tenía motivos para hacerlo; tenía una hermosa hija que ya empezaba a hablar y un esposo que sabía que la amaba y que siempre la llevaba en sus pensamientos por más separados que estuvieran físicamente, sus pensamientos y sentimientos siempre estaban y estaría con conectados.
Sakura abandono la habitación de Sarada, junto a la suya, cargando los libros que había dejado sobre uno de los muebles y que quería revisar para no olvidar nada. Sarada no tenía problemas para dormir y ahora que la noche comenzaba a caer era de lo más normal, por fin y tras muchos intentos la pequeña Uchiha había tomado constancias de las horas de sueño, durmiendo en el periodo acorde a su edad. Abriendo escasamente la puerta de su habitación, Sakura la empujo ligeramente con su espalda, entrando si reparar en nada y dirigiéndose únicamente hacia su escritorio.
De pie junto a la cama y habiendo guardando sus pertenencias de mayor importancia, Sasuke se giró hacia la puerta viendo con ligera diversión a Sakura entrar, sumida en su propio mundo y sin llegar a reparar en él. Mentalmente, y viéndola dejar los libros sobre el escritorio, el Uchiha conto mentalmente el tiempo que habría de transcurrir para que ella, que se disponía a cerrar la puerta y se girara para darse cuenta de su presencia. Seguía teniendo la misma falta de atención cuando, extrañamente, le convenía. 3, 2, 1…
Cerrando la puerta, más no del todo, Sakura se giró para dirigirse a su escritorio tomando nota de la presencia de alguien en la habitación antes de levantar la vista y encontrarse con Sasuke…¡Sasuke! De la sorpresa, Sakura su cubrió los labios para no gritar, atragantándose con el aire y parpadeando completamente llevada por la emoción y la alegría de saber en su presencia a quien tanto había ansiado volver a ver.
-Sasuke—la pelirosa se llevó por inercia una mano al pecho, tranquilizando su anterior sobresalto, con una sonrisa un tanto divertida adorando su rostro, -me asustaste—admitió acercándosele y aferrando sus manos a sus hombros mientras le sonreía radiante. -¿Cuándo llegaste?
-Hace unos momentos—aclaro el Uchiha avanzando peligrosamente hacia ella que, siguiendo el juego del gato y el ratón, retrocedió con una sonrisa divertida en su rostro.
Estaba tan feliz de verlo que no podía pensar en nada más, observando el rostro de él con suma atención, degustando el simple hecho de sentir su presencia ahí, frente suyo y ansiando por tanto tiempo volver a verlo. Sasuke la observo ligeramente intrigado por tanta alegría de su parte. Había recibido cartas durante su investigación en otras aldeas y lugares, muchas de ella, sin lugar a dudas, disfrutando solamente de imaginarla hablar y contarle lo pasaba en su día a día, pero alterándose ligeramente al recibir ciertas cartas de parte del Uzumaki que—si bien se tomaba todo como una forma—le había informado de ciertos sucesos.
-Te extrañe mucho—sonrió sin apartar su mirada de él, con aquella radiante sonrisa adornando sus labios que solo podían lucir aquella sonrisa por él y para él. -¿Me extrañaste?—se aventuró a preguntar con interés, más no necesitando respuesta. El Uchiha arqueo una ceja ante su pregunta, haciendo que ella le sacara la lengua en un gesto infantil pero propio de ella. -Si, lo sé—reconoció con cierto deje de seguridad que él Uchiha notaba estaba formándose en ella gracias a quien era de ahora en más y que no hacía sino marcar aún más su carácter. -Te has perdido de muchas cosas—reconoció Sakura no para criticarlo sino para informarlo, -Sarada ya está empezando hablar—una sonrisa todavía mayor relució en los labios de la pelirosa ante el recuerdo que apareció en su mente y que intrigo al Uchiha, -si hubieras estado aquí hace unos días hubieras escuchado su primera palabra; Papá.
Sasuke la escucho sinceramente interesado y molesto consigo mismo, claro que le hubiera encantado estar presente en el momento que su hija dijera su primera palabra…pero su responsabilidad pesaba más que su propio deseo egoísta de pasar tiempo junto a su esposa y su hija, sabía que podría velar y protegerlas incluso más si no estaba a su lado sino que destruyendo o vigilando que toda aparente amenaza no cobrara fuerza alguna como para resultar peligrosa para ellas que eran su familia. La presencia de ella lo estaba relajando enormemente luego de haber vuelto tener pesadillas que apenas y le permitían conciliar el sueño durante la noche, ella era su bálsamo, su calma y su paz absoluta e incuestionable.
-Si—reconoció Sasuke escasamente, apartando ligeramente su mirada y percibiendo el ceño fruncido que se adueñó de las facciones de ella que no le quito los ojos de encima y que provoco que desapareciera aquella sonrisa, -aparentemente me perdí de mucho—menciono Sasuke esto último con claro sarcasmo.
Algo estaba molestando a Sasuke, lo notaba en su forma de evadir su mirada y de respirar, esos gestos que en él eran nimios a ojos de los demás pero tremendamente importantes a ojos de ella que lo comprendía a la perfección y que podía leer sus pensamientos como si se trataran de un libro, algo se encontraba molesta a Sasuke y Sakura comenzaba a intuir que era…
-No…- dudo Sakura al intentar encontrarle significado a la forma de actuar de él y sabiendo o considerando que solo podía haber un motivo; lo mismo que le había molestado a ella mentalmente hacia unos momentos atrás, -no me digas que Naruto te fue con los rumores—intento convencerse de que no la Uchiha pero el silencio de él y la forma en que se fruncía su ceño le hicieron saber que estaba en lo correcto, -acabare rompiéndole las piernas—amenazo Sakura, aludiendo omniscientemente al Uzumaki que ya podía darse por muerto. -Nada de lo que te haya dicho es verdad—garantizo Sakura haciendo que el girara su rostro hacia ella ante estas palabras.
Que más conciliador para el resultaría ser que lo dicho por Naruto no fuera sino una mentira o una exageración pero algo en la forma en que ella estaba hablando lo hacía intuir que no todo lo dicho por Naruto había de ser una mentira, debía haber algo de honestidad en aquellas aseveraciones escritas en cartas, no todo podía ser una patraña. Sasuke avanzo un paso hacia ella haciendo que Sakura se diera cuenta de que estaba acorralada contra la pared justo antes de que el Uchiha la tomara posesivamente del cuello, sin lastimarla, expresando furia en esa mirada que conseguía hacer temblar la voluntad de ella. Sakura parpadeo confundida pese a no tener miedo en lo absoluto, era la primera vez en mucho tiempo que él actuaba así y lo pero para Sakura era que no tenía miedo.
-¿Es cierto que te han estado coqueteando?—cuestiono el Uchiha cuyas palabras de parte del Uzumaki, en la última carta, resonaban en su mente como un torrente que, de manera inexplicable, conseguía enfurecerlo. -Respóndeme—exigió sin darse cuenta del tono de voz que estaba usando y de la leve opresión en el cuello de Sakura.
Lejos de sentirse intimidada por ese exigente matiz en la voz de Uchiha, -arrinconada contra la pared y con el agarre de él alrededor de su cuello en un gesto celoso y posesivo—Sakura esbozo una ligera sonrisa pese a la molestia que le ocasionaba el respirar de forma dificultosa. Sasuke tenía una mente más imaginativa de lo que ella hubiera creído posible o lo suficiente como para creer en lo escrito por Naruto y dudar, no de ella, sino de la imagen que otros tuvieran de su matrimonio.
-Sí—admitió con aquella sonrisa en sus labios que hizo al Uchiha fruncir todavía más el ceño, -pero ninguno de ellos me interesa—aseguro Sakura, acercando su rostro al de Sasuke, sintiendo la respiración de él contra sus labios. –Solo tu—corrigió casi rosando sus labios con los del Uchiha.
De manera inmediata la mano de él abandono u cuello, posicionándose bruscamente en su nuca a la vez que ella hacia lo mismo con la él, uniendo violentamente los labios de ambos en un beso que no planeaban romper por nada del mundo. Apenas y sentía el aire llegándole a los pulmones, el beso era más agresivo que cualquier otro que hubiera compartido.
Rompiendo el beso por su cuenta, Sakura se despojó de su blusa, quitándole la camiseta a Sasuke y envolviendo sus brazos alrededor del cuello de él. En el acto y por simple inercia, Sakura echo la cabeza hacia atrás en cuanto sintió los labios del Uchiha deslizarse húmedamente por su cuello hasta atrapar su hombro, desencadenando sus jadeos y suaves gemidos mientras rozaba la piel de su cuello. Con desesperación se aferró a los hombros de él mientras Sasuke se embriagaba con el perfume que despedía su cuello
Agitados por la brusquedad de la forma en que estaban interactuando, ambos se observaron a los ojos con una necesidad inconmensurablemente clara….
No había sonido alguno que irrumpiera en la calma absoluta que reinaba la noche, la noche en que había vuelto a encontrarse y que, esta vez, Sakura esperaba no significara una nueva separación.
Ligeramente adormilada, pero ansiosa por despertar y corroborar que lo vivido no había sido un sueño, Sakura parpadeo lentamente, adecuando sus ojos a la oscuridad reinando en la habitación, sabiendo recostada sobre el pecho de alguien que envolvía celosamente su brazo alrededor de su cintura. Una sonrisa inequívocamente plena se plasmó en rostro ante aquellos recuerdos que significaban tanto para ambos. Recordando que en la pared tras la cama se halla un espejo, Sakura se levantó co sumo cuidado del pecho del Uchiha que dormía profundamente, observándose en el espejo, cubriendo su figura con la sabana y peinando ligeramente con sus manos antes de -volver, cuidadosamente, a su lugar.
Sin poder evitarlo, y ya totalmente despierta, Sakura levanto una de sus manos, acariciando lenta y cuidadosamente el rostro de Sasuke, siguiendo los trazos que conformaban sus facciones, atenta a su respiración y al hecho de que, lentamente empezaba a despertar. El cansancio tras largos días de investigación y noches en que apenas y había conseguido dormir lo habían vencido en cuanto se había sabido junto a ella, abrazándolo y atenta a su ser, ella que junto a Sarada significaba lo más valioso de su existencia. Sasuke abrió los ojos encontrándose con la sonrisa de ella que, recostada sobre su pecho, velaba su sueño.
Sin poder evitarlo, Sasuke afianzo todavía más aquel celoso agarre que mantenía alrededor de la cintura de ella y que la hizo sonreír todavía más. En ese momento se sentía tonto por haber sentido celos, ¿Qué motivo tenía para sentirlos? Ella era su esposa, había estado destinada a serlo desde la primera vez en que había sentido algo por él y en cuando él había aceptado estar enamorado de ella. ¿Qué importaba lo que el resto del mundo pensase? Ella era su esposa y Sarada su hija, ellos lo sabían y consideraban importante entre sí, nadie más necesitaba saberlo o cuestionarlo.
-No importa si es aquí o en otro lugar, nunca me iré de tu lado—prometió Sasuke, besándole la frente.
Sakura se mordió el labio inferior para no jadear…esos eran sus pensamientos, los que ella tenía y se repetía una y otra vez cada vez que pensaba en él y en donde estaría, era la prueba inequívoca de que, sin importar lo que pasara, sus sentimientos siempre estarían conectados sin importar los problemas, la incertidumbre, la distancia o lo que fuera: Siempre iban a estar juntos, pasara lo que pasara.
-Espero que Kakashi Sensei pueda lidiar con esto solo—admitió Sakura, esperado por fin poder pasar un poco de tiempo junto a su esposo.
Un nuevo día empezaba y, luego de que Sarada hubiera despertado, Sakura la había llevado a su habitación para jugar unos momentos con ella, o viéndola gatear mientras Sasuke se bañaba, ya que era lo que Sakura se atrevía a permitirle a su hija. Puede que tuviera la edad suficiente para empezar a caminar pero temía que fuera demasiado pronto para ella.
-Sensei—balbuceo Sarada, repitiendo las palabras de su madre.
Sakura sonrió ante esto, su hija escuchaba una sola vez y podía repetir una palabra sin error alguno, estaba progresando y mucho. Sasuke entro en la habitación, terminando de colocarse la camiseta, y no pudiendo evitar observar un tanto enternecido la escena conformada por su esposa y su hija. Le había informado a Sakura de todo lo sucedido durante su investigación y en base al informe entregado a Kakashi, esperando igual que ella que lo que el veredicto no fuera sino algo malo, esperaba no tener que alejarse de su familia nuevamente.
-Si, Sarada, Sensei—puntualizo Sakura con una sonrisa. Su hija aprendía a una velocidad impresionante, cumpliría un año dentro de un mes y sin embargo no era sino una caja de sorpresa absolutamente maravillosa. -¿Sasuke?—la pelirosa levanto la vista hacia Sasuke que, ya habiendo terminado de vestirse las observo a ambas levemente divertido.
Bueno, que imagen más tierna daría Sarada que parecía disconforme con la idea de gatear y daba indicios claros de intentar levantarse para caminar pese a insistente tic sobreprotector de su madre que temía verla tropezar y lastimarse. Sakura no quería admitir que su hija tenía que crecer y aprender por su cuenta en base a errores, tropiezos y golpes como todos—incluso Sasuke y ella—habían hecho anteriormente, pero como madre no deseaba que su hija se hiciera daño.
-Espero lo mismo—reconoció Sasuke, apartando su mente de aquel enternecedor momento, digno de retratar en una fotografía, en su opinión. -Pero convocar a los Kages tomara tiempo—bufo por lo bajo ante esto.
No quería esperar, quería recibir una respuesta pronta y concreta en base a lo que sucedería tras el informe entregado a Kakashi, necesitaba saber que las cosas se mantendrían a salvo y que podría respirar tranquilo, volviendo a su hogar apaciblemente y estando junto a su esposa y su hija. Quería pasar tiempo con ellas, era lo más normal del mundo pero el asunto del latente peligro de los Otsutsuki le estaba quitando un tiempo sumamente valioso a su entender y que no quería desperdiciar. O podía quedarse junto a su familia o no, quería tener esa respuesta.
-Desde luego—estuvo de acuerdo Sakura que con una suave sonrisa intento distraerla de esos pensamientos, apartando ligeramente su atención de Sarada que intento levantarse al ver su oportunidad, -son líderes de aldeas, tienen responsabilidades que atender—justifico para ayudar a Sasuke a olvidar esa preocupación, -habrán de reunirse en un frente común antes de tomar una decisión.
Sakura volteo a ver a Sarada que intento levantarse del suelo, claramente dando indicios de comenzar a perder el equilibrio. Sasuke se acercó rápidamente, sosteniendo una de las manos de sus hija para evitarle caer a la par que Sakura hacia lo mismo, riendo emocionada, Sarada los observo a ambo mientras daba sus primeros pasos ante la emotiva mirada de su madre y su padre cuyo orgullo se reflejaba en sus ojos. Aun sin tener un año siquiera, se empeñaba en avanzar afanosamente para caminar, quería—ya fuera voluntariamente o no—enorgullecerlos a ambos.
-Caída o de pie, siempre estaremos contigo—prometió Sakura, inclinándose para besar ligeramente la frente de su hija.
Eran una familia, y como familia siempre velarían entre sí por la seguridad de los tres.
PD: actualización dedicada a Erisassi (agradeciendo sus palabras), DULCECITO311, cinlayj2 y nickycereza (cuyo momento tendrá lugar dentro de dos o tres capítulos :3 promesa). Gracias a todos los que leen y siguen la historia, enserio significa muchos para mi :3 besos, abrazos y hasta la próxima queridos lectores.
