-Ni los personajes ni la historia me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto más la narración y/o pensamientos de nuestros personajes (Sasuke, Sakura y Sarada) son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3
Las horas habían transcurrido luego de la desaparición de Sakura hasta que actualmente el cielo se encontrase sumido en penumbras nocturnas. Aunque todos quisieran dar con el paradero de Sakura, no era nada de fácil hacerlo, por lo que mientras Sasuke se esforzaba por hallar un rastro que seguir con su Rinnegan; Naruto, Sarada y Chouchou guardaban al interior de la torre donde horas atrás el Hokage y el Uchiha habían pretendido reunirse, protegidos del frió aire nocturno, aguardando que Sasuke regresase con una respuesta que calmara el tenso ambiente reinante hasta entonces. El interior de la torre era iluminado por el dorado fuego de las antorchas y el silencio roto tan solo por la Akimichi que devoraba las patatas fritas que llevaba consigo como reserva, mientras veía a su mejor amiga y al Séptimo Hokage sumergidos en un silencio por demás curioso y reflexivo. Para Sarada no era nada fácil estar tan lejos de su madre por primera vez en su vida; nunca había abandonado su casa por una misión, no sabía lo que era extrañar a su madre descontando las horas que ella pasaba en el trabajo y esto era algo totalmente diferente y que la hacía sentir culpable. Según el Séptimo Hokage había dicho, una persona que podía ayudarles a dar con el paradero de Shin Uchiha—y con el de su madre, en caso de que su padre no encontrase un rastro—era Orochimaru, un conocido criminal del mundo ninja y del que Sarada había oído hablar.
-Orochimaru…- repitió la Uchiha, meditando en voz alta.
-Si, Kakashi Sensei se preguntaba si el enemigo estaría relacionado con Orochimaru- confirmo Naruto, albergando sus dudas de que por primera vez en tantos años el viperino hubiera vuelto a convertirse en un enemigo.
-¿Con quién?- indago Chouchou, confundida sobre el tema de conversación.
-He oído sobre él- menciono Sarada, centrando su atención en Chouchou. -Es un criminal que intentó destruir Konoha- explico simplificando la información para que su amiga la entendiese.
-Es un tipo realmente peligroso- corroboro el Uzumaki que conocía muy bien al viperino y de que era capaz.
-Ese tipo que decía ser un Uchiha, tenía varios Sharingan en el brazo izquierdo- aludió Sasuke, cerrando la puerta tras de sí, -solo Orochimaru podría hacer algo así- guardo silencio con respecto a los resultados obtenidos; nada, quien sea que fuera ese sujeto, era muy bueno para no dejar ningún rastro.
-¿E-entonces la mamá de Sarada está con ese tal Orochimaru?- supuso Chouchou, teniendo un poco de miedo por lo que había oído de ese tal Orochimaru.
-No, no lo está- tranquilizo Naruto, algo divertido ante la reacción de la Akimichi. -Tenemos a Orochimaru bajo vigilancia, no creo que esté involucrado directamente- quería confiar en la vigilancia del Capitan Yamato y en la presencia de Mitsuki en la aldea.
-Pero tendremos que sacarle información a Orochimaru sobre el paradero de Shin- obvio el Uchiha, dispuesto a lo que fuera necesario hasta encontrar a Sakura. -Vayamos a su laboratorio- determino estoicamente, deseando que aquella espera terminase y cuanto antes.
-¡Papá!- detuvo Sarada, incrédula ante lo que oía y veía.
-¿Qué?- Sasuke se volvió a ver a su hija.
-¿Por qué eres tan insensible?- increpo ella, no pudiendo entender que no manifestara su preocupación por quien era su esposa, -¿No te preocupa mi mamá?- cuestiono temiendo escuchar la respuesta.
-Sarada, Sasuke…- intento mediar Naruto, ya que ese no era el momento para peleas.
Sasuke no podía dejar de preguntarse qué podía haber hecho para proteger a Sakura, para evitar que fuera tan terca…pero no podría haber hecho nada, él tenía su propia forma de hacer las cosas y Sakura también, si se había enamorado de ella con aquella desmesurada pasión que aun hoy y después de tantos años no hacía sino aumentar con tan solo pensar en ella, era porque se comprendían el uno al otro mejor que nadie que pudiera haberlos conocido, solo se tenían el uno al otro en el mundo. Pero pese a saber que Sakura podía cuidar de si misma mejor que nadie, se preocupaba por su esposa, ¿Cómo no hacerlo? Había pasado una década lejos de ella, añorando sentir que tenía un lugar al que pertenecer, y cuando por fin la espera de volver a verla había llegado a su fin, había tenido que permitir que el destino los separase de nuevo. Una vez, al igual que Sarada, había sido joven y muy estúpido, había dejado que a la más mínima provocación los sentimientos más absurdos—como el odio y la ira—se apoderasen de él, y había tenido que aprender por las malas cual era el camino correcto…se suponía que ese día todo debía ser fácil de superar, un examen de supervivencia, la primera prueba de los tres como el equipo 7, pero no había sido para nada fácil; No habían obtenido ningún cascabel y Naruto estaba atado a un poste por haber intentado robar los almuerzos, pero lo peor es que Kakashi les estaba imponiendo una realidad a la que hasta entonces habían sido ajenos.
-¿Expulsarnos del programa?- repitió Naruto, incrédulo de lo que oía. -Así nunca podremos llegar a ser ninja; dijo que si no podíamos quitarle los cascabeles, nos regresaría a la academia- recordó en caso de que el Jonin lo hubiese olvidado. -No puede cambiar de opinión y botarnos así- replico nuevamente.
-Porque ustedes no piensan como ninjas, piensan como tres niños mimados- increpo Kakashi fríamente. Aquello hubo sido demasiado para Sasuke que de inmediato se dejó cegar con la ira, pretendiendo responder con un ataque, más siendo subyugado e inmovilizado por el Jonin que mantenía bajo control sus emociones. -Tú crees que todo es por ti- regaño como si nada, manteniéndose prácticamente imperturbable. -Ustedes no saben lo que significa ser un ninja, ustedes creen que es un juego, ¿eh?- más bien afirmo alzando la vista hacia el Uzumaki y la Haruno, -¿Por qué creen que los pusimos en equipo?, ¿Han considerado esa pregunta tan solo un momento?- inquirió esperando que ellos ya hubieran reparado en la respuesta.
-¿Qué quiere decir?- no comprendió Naruto, igual de confundido que Sakura.
-Quiero decir, nunca se dieron cuenta de que se trató este ejercicio, ni siquiera lo sospecharon, era lo que determinaría si aprobaban o no- reitero el Hatake aludiendo al mismo ejercicio de supervivencia. -Usen la cabeza; tres personas en un equipo, ¿Por qué haríamos eso?- reitero intentando que esos niños lo entendieran.
-¿Cómo suponer porque eligieron a tres personas?- refuto el Uzumaki, harto de tantas preguntas sin sentido. -No hicimos las reglas- recordó en caso de que no fuese obvio.
-Es algo tan básico; trabajo en equipo- contesto el Jonin para sorpresa de los tres Genin.
-Tan solo trabajar en equipo, ¿ese era el chiste?- indago la Haruno, incrédula ante algo tan simple y que ninguno de ellos había podido ver por causa de su incompatibilidad.
-Ese era el chiste, pero ya es muy tarde ahora- confirmo Kakashi fríamente, conteniendo su propia decepción ante aquellos tres niños que, como tantos otros equipos, habrían de fallar. -Si los tres hubieran venido hacia mí, tal vez hubieran podido quitármelos, pero ya no importa; se acabó- ya era tarde para darles una oportunidad ahora.
-Un minuto, usted lo organizo con tres personas, pero solo con dos cascabeles- obvio Sakura, comprendiendo la trampa que el Jonin les había tendido, -de haber trabajado en equipo y conseguido los cascabeles, solo dos hubiéramos conseguido uno y eso hubiera generado un conflicto, y el equipo se hubiera fracturado- esclareció ante el modo en que los tres se habían comportado y porque.
-Exactamente, yo los quería enfrentar a propósito- confirmo Kakashi, menos frustrado al ver que alguien comprendía el enfoque de aquel ejercicio. -Yo quería ver si ustedes sabrían sobrellevar eso y poner al equipo antes que a ustedes- pero obviamente no lo habían hecho, ninguno de ellos. -Un Genin debe tener un instinto natural para el trabajo en equipo, pero ustedes…ni les cruzo por la cabeza eso- se mofo sardónicamente, ellos podían ser ninjas, pero si pretendían ser ninjas debían asumir la realidad y aprender de sus errores. -Sakura; estabas obsesionada con Sasuke, el cual desapareció mientras Naruto estuvo frente a ti, y no moviste un dedo para ayudarlo- la Haruno bajo la mirada al aceptar su propia culpa. -Naruto; tu hiciste todo solo, absolutamente todo- el Uzumaki igualmente bajo la mirada, decepcionado de sí mismo. -Y en cuanto a ti, Sasuke; tú crees que los otros no te llegan ni a los tobillos, eres tan arrogante…-presiono su agarre que inmovilizaba al Uchiha, quien le sostuvo la mirada en todo momento. -Las misiones ninja se llevan a cabo en equipo, por supuesto que necesitan habilidades individuales, pero el trabajo en equipo es el elemento más esencial, cada shinobi entiende esto, cuando los individuos se ponen por encima de los equipos, esto solo puede generar fracaso y muerte - inculco disfrutando por un momento de la atención que depositaban los niños en su explicación, aunque ya fuese tarde. -Por ejemplo; Sakura, mata a Naruto ahora o Sasuke morirá- dicho esto presiono el filo de un kunai contra el cuello del Uchiha que contuvo la respiración por inercia, camuflando el miedo en comparación con el Uzumaki y la Haruno que temblaron ante aquella orden. -Eso es lo que pasa en una misión- añadió simplemente antes de soltar a Sasuke quien respiro más tranquilo al saberse libre.
-Qué horror, eso fue muy tétrico- suspiro Sakura quien, al igual que Naruto, por un momento había creído que sucedería lo peor.
-El enemigo toma un rehén, tú tienes que tomar una decisión imposible, y alguien va a terminar muerto- dicho esto el Jonin regreso al Kunai con el resto de sus armas. -En cada misión, tu vida está en riesgo- esa era la primera nació que todo ninja, incluso ellos que eran niños, debían comprender.
La vida de los ninjas no era la de cualquiera, al final de cada día se corrían peligros inimaginables por una recompensa insignificante, era una vida muy dura pero que si se elegía ni podía abandonarse; una vez ninja, siempre ninja…en aquella oportunidad y siendo tan solo un Genin de doce años—pero eligiendo la vida de un ninja al fin y al cabo—había sentido miedo al igual que Sakura y Naruto, había comprendido en una sola ocasión que si no aprendía a controlar sus emociones en batalla, tal como dictaba el vigésimo quinto principio de conducta shinobi; un shinobi nunca muestra sus sentimientos, sin importar las circunstancias, los sentimientos son debilidad que nublan el juicio y debilitan el sentido del deber. Si no lo hacía, acabaría perdiendo la vida y no por deber sino por ser estúpido. El sentimentalismo no era algo necesariamente malo, pero cuando interfería con el deber de un ninja representaba la diferencia decisiva entre la vida y la muerte, si él se permitiese exteriorizar sus sentimientos tan abiertamente como hacia Naruto, Sakura y Sarada correrían un peligro constante, pero con su frialdad—ante todos quienes lo conocían—creaba la perfecta mentira conque proteger a su familia, aunque su prolongada ausencia de un década de formaba parte de esa mentira, jamás haría algo así a menos que no fuese estrictamente necesario. El mundo Shinobi se componía de un equilibrio muy sutil, pero que Sarada no entendía, más debería entenderlo si quería ser un ninja como pretendía, no se llegaba lejos sin sacrificios, todo ninja entendía eso y algún día ella también.
-Las emociones no deben interponerse en la misión- contesto Sasuke tranquilamente. -Si aspiras a ser una ninja, no lo olvides- añadió simplemente.
No iba a mentir; podía entender la frustración que Sarada estaba sintiendo, la había experimentado muchas veces en su vida, pero cada vez que le había hecho caso a sus emociones por encima del deber que tenía como Shinobi, cosas terribles habían ocurrido y tenía una larguísima lista que exhibir en relación a su pasado, pero un pasado que él había dejado atrás hace muchísimo tiempo. Un ninja era quien hacia lo necesario para cumplir con su deber, así habían hecho los Hokages anteriores, al igual que su hermano, ¿Quién sería él si desdeñara las enseñanzas del pasado? Amaba a su esposa y a su hija más que nada en el mundo, pero en ese momento no podía ni debía permitirse el sentimentalismo. Sarada sabía de deber, su madre se lo había dicho en infinidad de ocasiones y aun recordaba cada enseñanza, pero si no permitiría algo a sus cortos doce años era que alguien que no la conocía—pues así era aunque él fuera su padre—le dijera que hacer en ese punto de su vida, ella decidiría su propio destino, no él que ni siquiera parecía lamentar haber estado a punto de matarla hace tan solo unas horas atrás. Aburrida del tenso ambiente reinante hasta entonces y como una especie de ofrenda de paz, Chouchou interpuso entre padre e hija su bolsa de papas fritas, dando por terminada cualquier riña y o enemistad con una diplomacia tal que no se le hubo ocurrido ni aun al Séptimo Hokage.
-Solo me quedan de las bajas en sal…- se lamentó Chouchou, intentando ayudar. Odio este ambiente tan pesado, ya mi peso es suficiente y yo tengo un corazón de cristal, pensó para sí, apesadumbrada.
-Chouchou…- sonrió la Uchiha, enternecida por su gesto de buena voluntad.
-Bueno, vendrán con nosotros- decidió Naruto, incapaz de dejarlas solas.
-Naruto…- intento protestar Sasuke, para nada de acuerdo con semejante idea.
-También tienen como objetivo a Sarada- recordó el Uzumaki en caso de que su mejor amigo lo hubiese olvidado, -estarán más seguras con nosotros- simplifico dándose la razón.
-Haz lo que quieras- permitió el Uchiha, aceptando que tal vez eso fuera para mejor.
No quería arriesgar a su hija, no ahora que su mente solo quería pensar en Sakura y en lo que podía estar pasando, pero era cierto que ve sentiría todavía peor si alejaba a Sarada y por causa de ello sucedía alguna tragedia, no, no podría perdonárselo ni mucho menos ver a Sakura a los ojos otra vez, por lo cual mantendría a su hija con él, aun cuando ni él ni Sarada se tolerasen mucho el uno al otro, dadas las circunstancias. Algún día su hija podría entender que todo cuanto él hacía era por su bien, suyo y el de Sakura, pero ese día no era hoy…aun cuando lo odiase, todo cuanto hacia era para protegerla. Puede que Naruto tuviera razón y lo mejor fuera mantener a ambas niñas—especialmente a Sarada a quien quería vigilar muy atentamente—con ellos para evitar que corrieran algún peligro, claro que no diría nada de eso en voz alta, pero por ahora era mejor seguir ese plan, por ahora. Definitivamente no podía lidiar con él, era insoportable, tanto como su madre cuando se volvía más terca que una mula…no, ni siquiera así, jamás había conocido a alguien tan frió, estoico y necio; debía admitir que estaba decepcionada de que su propio padre no le hubiera pedido una disculpa ni que mucho menos intentase remediar todo el tiempo separados el uno del otro, ¿Es que acaso ese hombre no tenía sentimientos, ni aun por su propia esposa? Suponiendo los pensamientos que daban vueltas en la mente de la Uchiha, Naruto encontró el incentivo adecuado para lidiar con su carácter irascible.
-Además, si vamos a ver a Orochimaru, puede que veas a los de la foto- aludió Naruto, sabiendo que con ello podría evitar una posible discusión y así fue pues el brillo en los ojos de la Uchiha se lo hizo saber. -Pues decidido, partamos antes de que anochezca- determino, manteniendo su buen ánimo en nombre de todos.
La idea alentó a Sarada que de inmediato recordó todas las preguntas que tenía que hacer, puede que en ese preciso momento le fuera completamente imposible lidiar con su padre, pero por ahora lo que más quería eran respuestas, y las obtendría…
Luego de la Cuarta Gran Guerra Shinobi, Orochimaru había regresado a una de las múltiples guaridas para continuar con su vida, realizando experimentos sobre genética, más los respectivos Hokages—Tsunade, Kakashi y ahora Naruto—habían mantenido un debido grado de desconfianza por su pasado y ante lo cual la guarida del Sannin era altamente vigilaba desde el exterior por el Capitan Yamato. Según Yamato había dicho, en efecto no tenían por qué temer, él; que vigilaba continuamente al Sannin, era testigo de que no sucedía nada fuera de lo común para demostrar la inocencia de Orochimaru, más aun así Sasuke no creía del todo que Orochimaru estuviera encentó de culpa, lo conocía mejor que nadie y podía atestiguar de todo cuanto era capaz. No hubo tomando mucho tiempo antes de que los cuatro—Sasuke, Naruto, Sarada y Chouchou—se condujesen por los oscuros pasillos subterráneos de aquella guarida, guiados por Sasuke quien tenía su mente en cualquier lugar menos en ese lugar, lejos de su hija, tan solo preocupado por su esposa…no es que no se preocupara por su hija, Sarada era lo más importante que Sakura y él tenían en el mundo, pero en ese momento…no podía pensar en su hija; Sarada estaba a su lado, podía ver que estaba a salvo, pero no podía ver a Sakura, no podía dejar de sentir miedo, lo único que quería hacer en ese momento era dar con su paradero y erradicar cualquier peligro.
-Oye…Sasuke- intento frenar Naruto quien se sentía algo nervioso en aquel lugar, -está ya no es tu casa, deberías más precavido- aconsejo…y para su sorpresa alguien hubo obstruido su camino; eran Jugo y Suigetsu. -¿Ves? Te lo dije- regaño, no sabiendo cómo reaccionar ante la presencia de esos dos.
-Cuánto tiempo, Sasuke- saludo Suigetsu sardónicamente. -Este no es lugar para niños- replico reparando en las dos niñas que acompañaban al Uchiha y al Hokage. Sarada lo reconoció como uno de los integrantes de la foto que llevaba consigo y tomo nota de hablar con él.
-¿El Hokage?- se sorprendió Jugo, mucho más calmado que el Hosuki
-Perfecto, llévennos con él- dicto Sasuke, harto de esperar para obtener respuestas.
-¿Por qué nos das órdenes?- reto el Hosuki, algo nostálgico por ver que el Uchiha no había cambiado en lo absoluto.
-Yo los llevaré- replico Jugo, manteniéndose completamente sereno.
-Parece que ya no hará falta- detuvo el Uchiha, reparando en la llegada de…cierta persona.
-Vaya, no esperaba visitas- saludo Orochimaru, curioso y complacido por esta visita sorpresa.
-Orochimaru- menciono Sasuke, para nada feliz de volver a verlo.
En su día él y Orochimaru habían sido...cercanos, si así podía categorizarse, al fin y al cabo el ultimo Uchiha se había encontrado bajo su tutela por más de dos años y parte de su ingenio, y habilidad para sobrevivir en batalla era debido a las enseñanzas del Sannin, pero ese era un pasado que él había olvidado hace mucho tiempo, Orochimaru era un enemigo de Konoha—aunque actualmente no lo pareciese—por todos los actos perpetrados ya no existía cordialidad alguna entre ambos. Él es Orochimaru…reconoció Sarada impresionada por conocer a otra leyenda del pasado shinobi que la precedía. Como cualquier habitante de Konoha, había crecido escuchando historias del pasado, un pasado que según su propia madre, no debía ni podía olvidarse; debían aprender de él. Ese pasado se componía por los nombres de los Hokages que la aldea había tenido, así como grandes oponentes con los que se había luchado como Madara Uchiha, pero Sarada nunca había imaginado que conocería a uno de los tres antiguos Sannin, a su corta edad. Podía haber transcurrido más de una década des el final de la guerra y aun cuando Orochimaru fuera un "aliado", en cito modo, el Uzumaki como siempre se sintió incomodo al ver al viperino que se mantenía imperturbable al pasado del tiempo, posiblemente por estar usando otro cuerpo humano como recipiente. Al parecer existían cosas que no cambiaban…
-Luces más joven que antes- reconoció Naruto quien no veía a Orochimaru desde la llegada de Mitsuki a la aldea.
-Pero sabes que soy yo- obvio Orochimaru, divertido por la impresión causada. -No tienes que ir preguntándolo todo- como siempre el actual Hokage no abandonaba su particular forma de ser.
-No es como lo imaginaba- menciono Sarada en apenas un susurro, más guardando cierto recelo hacia aquel sujeto.
-Supongamos...digamos que él es mi padre- susurro Chouchou tan solo para que la Uchiha la escuchase. -¿Sería mi papá o mi mamá?, ¿Cuál de los dos, Sarada?- consulto confundida, más Sarada no supo que responderle, igual de desconcertada que ella.
-Alguien de los tuyos atacó a mi hija y secuestró a mi esposa- revelo Sasuke finalmente, necesitando una respuesta. Si estás tramando algo, habla.
-¿Acaso hice algo sospechoso?- cuestiono el viperino, ofendido por semejante acusación, -¿Para qué me tienen vigilado entonces?- obvio quitándose de encima cualquier culpa injustificada.
-Entonces, ¿Quién es ese Shin Uchiha?- refuto Sasuke, sabiendo mejor que nadie aquello de lo que el viperino era capaz y para su suerte este pareció sorprenderse por su mención.
-Hablemos en otro lugar- acepto Orochimaru resignadamente, -síganme- indico antes de avanzar por el pasillo, sabiendo que lo seguirían.
Aparentemente por fin obtendrían respuestas…
Sarada de entre todos quienes buscaban respuestas en ese momento, resulto inquietante aunque muy curioso el laboratorio al que los hubo conducido Orochimaru; había oído de él por rumores, historias y hechos relatados por su madre, sabía las enormes implicaciones que había tenido en el pasado de su padre, más ahora que lo veía…no podía identificarlo como una mala persona, aunque tal vez fuera porque su madre le había enseñado a no juzgar a una persona de buenas a primera sin conocerla. Orochimaru no había cambiado con él tiempo, puede que hoy no tuviera malas intenciones—aparentemente—pero fuera como fuera, Sasuke no podía confiar ni un poco en él por todo lo que había aprendido bajo su tutela, puede que diese las gracias internamente por todo lo que le había permitido aprender a sobrevivir por su cuenta, pero jamás lo manifestaría mentalmente. Naruto lo mantenía al tanto sobre ese niño llamado Mitsuki a quien Orochimaru mantenía en Konoha, inicialmente había desconfiado demasiado, temiendo la posibilidad de que Sarada corriera peligro, pero Sakura le había hecho ver con el tiempo que ese niño al parecer no era una amenaza, más aun así no confiaba del todo; había estado bajo la tutela de Orochimaru y aprendido de él por años, sabia mejor que nadie que el viperino no era alguien a quien tomar a la ligera y que siempre ocultaba sus verdaderas intenciones para lograr sus propios fines.
-Shin…ese nombre me trae recuerdos- admitió el viperino ante las últimas revelaciones. -Fue un sujeto de prueba, pero ya no está conmigo- obviamente tenía que desligarse de Shin, quien a esas alturas solo le traería problemas innecesarios. -El brazo derecho de Danzo Shimura, contra el que pelearon, era de Shin- la alusión trajo malos recuerdos, lo supo al centrar su atención en Sasuke; aparentemente había cosas que no cambiaban ni aun con el tiempo. -Es un ser especial; su cuerpo acepta cualquier tipo de trasplante, era el mejor de los clones- había sido un gran experimento…en su día.
-¿Clones?- repitió Naruto en voz alta, confundido por el comparativo.
-Si, ¿Cómo podría explicarlo para que lo entiendas…?- medito Orochimaru en voz alta, pensando en la pequeña mentalidad del Hokage. -Clones de sombra que no desaparecen- resumió tanto para el Uzumaki como para aquellas niñas.
-¿No desaparecen?- más bien afirmo el Uzumaki, -¿Y qué pasa con ellos tras cumplir la tarea?- si eran clones como él decía, ¿Qué ocurría con ellos?
-Para eliminarlos hay que matarlos- contesto el viperino con total normalidad.
-La gente no es algo tan simple- increpo Naruto ante semejante resolución.
No, Orochimaru estaba equivocado; la humanidad, las personas…no eran tan simple, nadie estaba obligado a nada por algo tan absurdo como los genes, las personas demostraban de que eran capaces individualmente a través de sus propios actos, formaban un camino muy diferente del que los había precedido en su momento, desligándose de su ADN y de quienes los habían forjado, ya fuera para bien o para mal. Sasuke debía reconocer—aunque no le gustase—que Orochimaru tenía razón; en la mayoría en las ocasiones existía una gran concordancia de caracteres y hechos que se transmitían de generación en generación por medio del ADN y un claro ejemplo era el propio clan Uchiha que casi sin falta había transmitido la maldición del odio entre sus congéneres y no por inculcarla sino porque sencillamente estaba en su sangre, lo suficiente como para que él temiera algún día que Sarada pudiera seguir un camino equivocado como él había hecho en su momento…pero la diferencia la marcaba Sakura y su influencia, de no ser por ella no podría vivir tranquilo . Orochimaru sonrió venenosamente ante el Uzumaki, que se negaba a aceptar la realidad. Las personas eran tremendamente simples si de genética se hablaba; cada rasgo, cada característica, todo lo que podía definir a una persona se establecía por medio de su ADN, de quien eran sus padres y de lo que heredaba de ellos
-La gente es más simple de lo que parece, son como esclavos de sus genes- reitero Orochimaru tranquilamente. -Por ejemplo; Sasuke, tu hija te parece a ti porque lleva tus genes- el Uchiha frunció el ceño ante dicha alusión, para nada agradecido que el foco de su atención en ese momento fueran Sarada y él. -Todo es información que queda registrada en los genes- simplifico con aquella frialdad tan característica.
-No digas esas cosas- regaño el Uzumaki, para nada de acuerdo con él.
-¿Y lo de usar el apellido Uchiha?- cuestiono Sasuke, no queriendo alejarse del meollo del asunto.
-Se apropió de él- contesto Orochimaru sencillamente, -como alguien que llevaba el Sharingan para duplicarlos, se obsesionó con el apellido Uchiha, en especial con tu difunto hermano; Itachi Uchiha- la alusión fue más que suficiente para que Sasuke entendiera que no podrían hacer que ese sujeto cambiara de parecer.
-Entiendo- suspiro el Uchiha planteándose mil y un interrogantes más en la mente. -Ahora conocemos el origen de Shin, ¿sabes dónde está?- inquiría igualmente.
-Cielos, solo eres preguntas, que descarado te has vuelto- se mofo el viperino, casi sintiendo nostalgia del pasado…casi. -Está bien, si Konoha atrapa al problemático de Shin, me harán un favor- menciono en voz alta, ya que en parte debía lealtad a Konoha por cierta persona. -Además, estoy un poco en deuda con Naruto- dicho esto volvió la mirada hacia el Uzumaki. -¿Cómo le va al chico?, ¿Está bien?- indago refiriéndose a Mitsuki.
-Si, parece que le va bien- respondió Naruto quien debía reconocer que Mitsuki era un buen chico.
-Qué bueno- Orochimaru sonrió ligeramente ante la información.
Teniendo en cuenta el pasado, resultaría algo ilógico y absurdo imaginar a Orochimaru como un padre preocupado, más era sí; estaba preocupado por el bienestar de Mitsuki y feliz porque todo marchase la perfección, y fuese un niño más en la aldea de Konoha gracias a la ayuda de Naruto. Incluso un criminal como él tenía sentimientos.
Coincidencia
Suigetsu podía no ver un médico ni nada parecido, pero en cuanto la Uchiha hubo pedido su ayuda, y contando con el material genético suficiente hubo sido relativamente fácil llevar a cabo un análisis de ADN, aunque él estuviera muy confundido por la solicitud y el resultado de que esa niña era hija de Karin. Aunque ahora que lo pensaba, no era tan descabellado; nunca había visto a Sakura embarazada o a Karin, ya que había transcurrido un año desde la última vez que había visto a Karin cuando él había regresado a la guarida, y entonces ella le había pedido que guardase estricto silencio sobre la presencia de la esposa del ultimo Uchiha quien al parecer necesitaba su ayuda, aunque nunca había especificado porque...aunque ahora si podía entenderlo. La angustia que Sarada tenía en el corazón era tan grande que sentía que no podría respirar, ¿Siempre sería así? Sentía como si muriera desde adentro por haber vivido una mentira durante tanto tiempo, ¿Por qué lo habían hecho?, ¿Por qué le habían mentido?, ¿Había sido tan difícil decirle la verdad desde un principio? Puede que hubiera sido igualmente doloroso, pero quizás hubiera podido entenderlo, pero hoy no podía…tantas mentiras, tantos secretos la habían ahogado por tantos días y noches, tanto que ahora no podía distinguir la verdad de las mentiras, ¿Por qué hacerlo?, ¿Por qué con ella?, ¡¿Por qué?! Quería llorar y gritar pero nada salía de su boca, solo sentía un angustiante dolor en el centro de su pecho, un vacío inconmensurable.
-No cabe duda, Karin es tu mamá- confirmo Suigetsu ante el resultado que acababa de emitirse, pero en cuanto se volvió a ver a la Uchiha supo que tal vez esta resolución no era lo mejor ante la silenciosa lagrima que se deslizaba por una de las mejillas de la niña que mantenía la mirada baja. -Bueno, tienen los mismos lentes…en fin, yo me voy-se excusó torpemente al no saber cómo lidiar con aquella situación. -¿Por qué me parece haber hecho algo horrible?- se preguntó en voz alta al haber abandonado la habitación, encontrándose con el Uzumaki.
-Ustedes los de Taka, siempre metiéndose donde no los llaman- mascullo Naruto, molesto como nunca en su vida hasta entonces. -¡Idiotas!- insulto impulsivamente
-La culpa es de Sasuke, ¿no?- refuto el Hosuki que ahora encontraba mucho sentido a la presencia de Sasuke en aquella guarida años atrás, -¿Y tú lo sabías?- inquirió aun sumamente confundido.
-¿Cómo iba a saber que Sasuke era así?- cuestiono el Hokage en caso de que no fuera obvio su desconocimiento.
-Ahora es cosa tuya- se excusó Suigetsu antes de retirarse ya que en lo personal no tenía tiempo ni ánimo para lidiar con aquello.
-¡Oye!, ¡Suigetsu!- intento detenerlo el Uzumaki, aunque de nada hubo servido. Esa sí que era una situación incómoda para él, mientras ingresaba con cautela en la habitación, viendo la espalda de la Uchiha que permanecía en absoluto silencio. Estaba acostumbrado a tratar con el temperamental de Boruto, pero no con una niña tan sensible como Sarada que quien sabe que estuviera sintiendo en ese momento, pero debía intentarlo; -Sarada…- nombro intentado llamar su atención, aunque esto no hubo generado ningún cambio en la Uchiha que no se movió en lo absoluto. -Tenemos que ir a rescatar a tu mamá, ¿no?- recordó apelando al enfoque que los había llevado hasta.
-Mentiroso…¡Usted es un mentiroso!- chillo Sarada, apenas y pudiendo controlar el torrente de ira que quería apropiarse de ella por completo, -¿Por qué debo rescatar a quien no es mi mamá?- cuestiono girándose enfrentar al Hokage, despreciando todo cuando la rodeaba, era un sentimiento muy extraño pero que por primera vez emergía desde su interior pero que parecía arrasar con todo como el mismísimo fuego, -¡Todos me han estado mintiendo toda la vida!, ¡Ya basta!- sentencio activando y sin darse cuenta el Sharingan en sus orbes ónix debido a la enorme frustración que sentía.
Sorprendido por lo que estaba viendo, Naruto no supo si sería correcto manifestar con palabras el deslumbrante Sharingan que veía en los ojos de la Uchiha, por lo que para no errar todavía más—más de lo que Sasuke ya lo había hecho—le tendió el espejo más próximo, para que viera su reflejo. El Sharingan era uno de los dones y Doujutsu más codiciados en el mundo, especialmente teniendo en cuenta que los Uchiha habían sido un clan sumamente prestigioso en cuanto a talento se refería y que hoy solo contaba con dos herederos de semejante legado; Sasuke que era un prodigio y Sarada quien inmediatamente se volvería un blanco por los dones que heredaría de él inevitablemente…y como Hokage era su deber proteger a esa niña, no solo por el peligro que la asecharía, sino porque nadie merecía ni tenia porque hundirse en semejante tristeza y ceguera, lo que ella estaba viviendo no era el fin del mundo debía entenderlo. Era estúpido e irónico en cierto modo; había oído y leído tanto sobre el Sharingan que naturalmente y como Uchiha que era había sentido deseos de despertarlo, pero hoy no, no ahora, hoy no quería asemejarse en lo absoluto con el hombre que era su padre, en ese momento no quería tener los mismos ojos que él, en ese momento lo único que deseaba era perderse en un lugar inhóspito y que nadie jamás pudiera encontrarla, pero eso sería demasiado pedir, por supuesto.
-Ahora no quiero parecerme a alguien así- murmuro la Uchiha apesadumbrada, apenas y controlando sus sentimientos.
-¿Qué quieres hacer?- indago el Hokage, incapaz de dejarla a su suerte.
-No es asunto suyo- desdeño Sarada, pretendiendo abandonar esa habitación sin más, siendo detenida en cuanto intento pasar junto al Hokage, quien le sostuvo el brazo. -¿Qué pasa?- exigió debatiéndose entre la tristeza y la ira.
-Aunque no lo sea, no puedo dejarlo así- insistió Naruto sin soltarte el brazo, refiriéndose al conflicto por el que ella estaba pasando. -Siempre se lo digo a Boruto, aunque no me escuche; para el Hokage, toda la aldea es su familia- se expresó manteniendo un tono completamente sereno en todo momento.
-¿Y qué con eso?- refuto Sarada, sin dejarse embargar por ese absurdo y falso sentimentalismo. -No es más que una fachada, ¿no?- se jacto, desdeñando todo, incapaz de permitirse la sensibilidad o empatía. -Mi papá nunca está en la aldea, no conoce ni siquiera la cara de su hija, mi mamá siempre me engaño, y además…no nos une la sangre- le dolía terriblemente tan solo afirmar aquello en voz alta, pero luchaba por no permitirse demostrarlo. -Siempre supe que no tenía una familia de verdad, y usted no es yo, así que no sabe lo que siento- espeto fría y duramente. -No somos familia- sentencio en caso de que él no la hubiera entendido lo suficiente.
-¿Qué crees que te une de verdad a tus padres?- cuestiono el Uzumaki, soltando el brazo del Uchiha, dejando la debida resolución al libre albedrío de ella. -Los lazos no son solo de sangre o tiempo, son mucho más fuertes- esclareció habiendo aprendido de eso mejor que nadie.
-Entonces, ¿de qué son?- espeto fríamente la Uchiha, sin dejarse impresionar por su palabrería.
-De sentimientos- contesto el Hokage como lo más obvio del mundo y así era, -solo eso cuenta, solamente eso- insistió intentando encontrar una fibra sensible en el corazón de esa niña a la cual asirse. -Intenta sentirlos- pidió no deseando que esa niña se dejase atrapar por el rencor y el odio como había sucedido con Sasuke una vez.
Estaba tan confundida, no sabía qué hacer, lo único que quería hacer era huir muy lejos a un lugar donde nadie pudiera encontrarla, pero sabía que si hacia eso, estaría siendo una cobarde y además estaría yendo en contra de todo lo que le habían inculcado desde que tenía memoria, lo cual no sería justo para nadie. ¿A quién quería engañar? El Séptimo tenía razón, podían existir todo tipo de problemas en el camino, como en la vida de cualquier persona ya que ninguna vida era perfecta como tal, pero aun con todo lo que estaba descubriendo actualmente, aun consideraba a Sakura Uchiha como su madre ya que siempre había estado con ella, presente en todo momento; cuando había aprendido a caminar, cuando había sentido deseos de jugar, cuando había enfermado ahí había estado para velar su sueño incluso descuidándose a sí misma. Por primera vez en mucho tiempo podía diferenciar algo de verdad de la realidad; amar no eran solo palabras, eran hechos, hechos como los que Sakura Uchiha le había demostrado al cuidarla cada día de su vida, al mimarla, al entregarle incondicionalmente su compañía, madre no era tan solo quien daba la vida, era quien daba amor no para recibir algo a cambio, sino para hacer feliz a otro. Era incapaz de odiar a Sakura Uchiha, fuera como fuera, ella era su madre, y ella era su hija; quería salvarla, quería abrazarla y decirle lo mucho que la amaba.
-Mamá…- sollozo Sarada sin darse como ni cuando, pero estaba llorando, -si quiero rescatarla- contesto sinceramente, apartando las lágrimas de sus mejillas.
-¿Sí?- corroboro Naruto, infinitamente feliz por escucharla cambiar de parecer.
-Pero no será como antes…- obvio la Uchiha, temiendo lo que aquello podía significar, -¿Qué debo hacer?- rogó indecisa y aun bastante confundida.
-¿Qué importa lo que es verdad o falso?- contesto el Hokage ayudándola a secarse las lágrimas. -Si crees que quieres rescatarla, esa es la verdad- revelo sonriéndole afectuosamente al ver en medio de toda esa tozudez el mismo corazón frágil que Sakura tenía. -Vamos a salvar a tu mamá- planteo nuevamente esperando su aprobación.
-¡Sí!- afirmo Sarada, dándose ánimos para continuar.
Ahora todo era confuso para ella y mucho, pero si algo tenía muy en claro es que quería salvar a Sakura Uchiha, porque era y siempre seria su madre, pasara lo que pasara.
Konoha era un mar en calma en medio de la noche, tan solo los parciales ruidos de actividad cotidiana rompían con la paz de la cual Sakura se encontraba disfrutando, observando la ciudad por la ventana de su apartamento, sumergida en sus propios pensamientos. Últimamente extrañaba más a Sasuke aunque estuviera en la aldea, porque tenía que compartir su presencia con Kakashi quien requería continuamente la presencia el Uchiha para obtener información sobre lo que estaba pasando en el mundo Shinobi y de lo cual solo Sasuke tenía conocimiento. Pero aunque fuera su deber como kunoichi, aceptarlo o era fácil, ¿Cuándo llegaría el día en que podrían ser tan solo un hombre y una mujer, no Shinobis? No, pedir normalidad a sus vidas era una locura, Sasuke y ella habían elegido el camino Shinobi a muy temprana edad y había luchado por cumplir con lo que se esperaba de ambos, superando cada expectativa, era muy tarde para dar marcha atrás. Suspirando par si, la pelirosa cerro a medias ventana, regresando al interior de su habitación. Apesadumbrada, se sentó sobre la cama y tomo su diario de la mesa de noche junto a la cama; no necesitaba el diario para relatar su día a día, sino que en momentos así necesitaba urgentemente desahogarse y no con una persona sino consigo misma para ver si los pensamientos que tenía eran correctos o no.
No te he visto en seis horas, el tiempo corre y yo sigo aquí sentada, sola, escribiendo y sin poder sacarte de mí cabeza por un solo segundo. Las palabras fluían elegantemente por sobre el papel al encontrarse tan concentrada, pudiendo plasmar sus sentimientos por completo en el papel, como si se los dijera personalmente al Uchiha, lo amaba más que a nada en el mundo y se sentía muy sola y abandonada en ese gran mundo cuando no estaba con él. Estaba sola en ese apartamento y en esos momentos todo lo que quería era que Sasuke estuviera a su lado. Lo único que puedo hacer es sentarme aquí y pesar en ti. Tan concentrada como estaba, no percibió el ruido de la ventana al abrirse, por lo que Sasuke pudo entrar con total sigilo en la habitación, sonriendo ladinamente para si al verla tan distraída, incapaz de reparar en su presencia cuando más se acercaba a ella; Kakashi por poco y no le había dado un respiro tras tantas preguntas sobre lo que ocurría en el mundo Shinobi, pero pro fin estaba libre de tanto hostigamiento y lo único que quería era pasar tiempo con ella que ocupaba cada momento libre en sus pensamientos. Ojala entraras por esa puerta, te acercaras a mí, y dijeras; Sakura, sorpresa. Con absoluto sigilo, el Uchiha se dejo caer sobre la cama, de espaldas a ella, leyendo rápidamente lo que ella estaba escribiendo
-Sakura- llamo el Uchiha burlonamente, haciendo eco en sus pensamientos. La pelirosa se volvió a verlo chillando de sorpresa y llevándose una mano al centro del pecho ante la impresión de verlo tan repentinamente, llegando a ser incapaz de respirar bien. -No te asustes, soy yo- tranquilizo absteniéndose de reír ante su reacción.
-¿Qué haces?- regaño ella, recobrando la calma y golpeándole el hombro.
-Nada- contesto él, acomodándose mejor sobre la cama para observarla mejor.
-¿Cómo llegaste hasta aquí?- inquirió la Haruno confundida por no haberlo escuchado entrar.
-Trepando-contesto el Uchiha sencillamente.
-No seas mentiroso- riño Sakura, incapaz de creer que él hiciera semejante cosa.
-Lo juro, trepe- reitero Sasuke, falsamente ofendido por su desconfianza.
-¿Y si alguien te hubiera visto?- cuestiono ella conociendo lo mucho que el Uchiha valoraba mantener su orgullo y dignidad ante todos.
Lo que había hecho era, con seguro, su acto más romántico hasta ahora; entrar por su ventana en medio de la noche tan solo para verla…era increíble lo mucho que había cambiado, ya o era indiferente y frió con ella, de hecho ella era la única persona que podía verlo ser el mismo, sentir temor, ira, nervios, ante ella no tenía por qué mentir, podía exponer todas sus debilidades confiando en que ella estaría ahí para él incondicionalmente así como él para ella. Todo lo que él hacia la llevaba a amarlo todavía cada segundo, minuto y hora de cada día. Ahí, a solas con ella en ese apartamento, en su propio pequeño rincón del mundo, se sentía a salvo; tenia alguien que esperar su regreso, alguien que necesitaba de sus abrazos y atención tanto como él necesitaba de sus sonrisas y de su cálida presencia a la cual era adicto. Kakashi había hablado con él sobre la necesidad de que partiese nuevamente en otro viaje para obtener información…pero no quería arruinar ese perfecto momento junto a ella diciéndole que tendría que irse otra vez, ni tan siquiera podía pedirle el egoísta deseo de que ella lo acompañara esta vez; no, ella tenía una vida aquí en Konoha, no podría pedir jamás que dejase todo eso, a sus amigos y familia, para acompañarlo a él. No, por hora lo único que quería hacer era disfrutar de su presencia tanto como ella disfrutaba de la suya, hablaría de lo demás más tarde.
-Escucha; Sasuke Uchiha nunca deja nada al azar- se jacto él permitiéndose ser arrogante ante su triunfo.
-No me digas- se mofo la pelirosa, aunque enternecida porque hubiera hecho eso por ella.
-Así es, sabía que nadie me vería- y el Uchiha no mentía, siempre tenía mucho cuidado con todo cuanto hacía, -y ¿te digo algo más?- ella asintió, esperando su respuesta. -Te extrañe muchísimo- admitió pudiendo ser completamente sincero con ella.
-Yo también te extrañe- secundo la Haruno, inclinándose y besándole la mejilla.
Dicho esto, la Haruno se abrazó efusivamente al Uchiha que no se resintió en lo absoluto a su muestra de afecto, correspondiéndole y apegándola hacia si al rodearla con su brazo, besándole la frente y reposando el mentón contra la coronilla de la pelirosa, disfrutando del simple hecho de pasar tiempo junto a ella como tanto había esperado poder hacer, y ahí en ese apartamento, juntos, estaban en su propio pequeño mundo. El Uchiha no pudo evitar disfrutar de aquel recuerdo, días en que todo había parecido tan simple en comparación a como era el presente. El amor no era algo seguro, porque de ser así sería compasión, no podía dominarse o calmarse porque ya no sería amor, el amor era algo que todos buscaban experimentar y él lo había encontrado desde el principio, por eso no quería perderlo. Por años había intentado negarse a la posibilidad de sentir algo que no fuese odio, había querido negarse a los sentimientos que Sakura había despertado en él…que tonto había sido, porque hoy no podía vivir sin ese amor. No quería calmar la inquietud en su corazón, no en ese momento, porque era esa misma inquietud lo que lo llevaría junto a su esposa. Todos aguardaban fuera de la guarida, él especialmente preguntándose qué podía tomarles tanto tiempo a Naruto y Sarada…hasta que finalmente hubieron emergido desde las penumbras del exterior.
-Aquí están- se alegró Naruto que por poco y se había sentido perdido en aquella guarida.
-¡Sarada!- llamo Chouchou.
-¿Dónde se habían metido?- cuestiono Sasuke habiendo desconocido su paradero.
Realmente se había preocupado por su hija aunque no lo hubiese demostrado y todo porque—como Naruto había dicho—ya no podía conducirse por aquella guarida como había hecho en su día, y eso desde luego significaba que Sarada podía correr algún peligro, pero había supuesto que se encontraba con Naruto que también había desaparecido de su vista, y afortunadamente si había sido así y Sarada estaba bien. En otras condiciones hubiera regañado a su hija, pero esas no eran las circunstancias apropiadas ni él tenía derecho alguno de hacerlo…por obvias razones. Sarada por su parte se mantenía firme en su idea; en ese momento lo último que quería era asemejarse a su padre ante lo tensas que eran las cosas en vista de los últimos descubrimientos que había hecho, a decir verdad tan solo mantenía la calma en ese momento gracias al Séptimo Hokage, y no pensaba perder su preciado autocontrol por hablar con su padre en ese momento, no, definitivamente eso era algo que no quería hacer. Naruto por otro lado sintio un torrente de ira intentar adueñarse de él ante lo que había descubierto por obra de Suigetsu…cuando encontrasen a Sakura, definitivamente los tres—y Sarada—deberían tener una conversación.
-¡Sasuke!- regaño el Uzumaki en tanto estuvo frente a su mejor amigo. -Después tenemos que hablar- advirtió, conteniéndose de decir algo impropio en presencia de las personas menos indicadas.
-¿De qué?- cuestiono el Uchiha que tenía cosas mejores en que pensar que en la razón que había despertado a ira del rubia, ya podría averiguarlo más tarde
-¡Después!- reitero Naruto, haciendo retroceder su ira. -Primero rescatemos a Sakura- apremio ya que de igual forma existían respuestas que solo Sakura podía darle.
-Aunque puede que ya esté muerta- supuso Orochimaru, ninguneando a la Haruno.
-Mi esposa no es una mujer débil- espeto Sasuke, conociendo lo suficiente a Sakura para saber que ella probablemente tendría todo controlado para cuando la encontrasen. -En fin, gracias por decirme el paradero de ese tipo- dar las gracias no iba para nada con él, pero era necesario que lo hiciera, aun con Orochimaru. -Ahora que recupere mis poderes oculares, los llevaré a todos- dicho esto activo tanto el Rinnegan como el Sharingan haciendo que emergiese el Susanoo.
-¿Tus poderes oculares se habían debilitado?, ¿Y eso?- regaño el Hokage conociendo las tendencias de su amigo de presionarse hasta las últimas consecuencias.
-No tienes ningún derecho de criticarme- advirtió Sasuke, solo Sakura tenía permitido recriminarle algo, no él. -Suban- indico únicamente.
No podían perder tiempo, él no quería perder tiempo.
-Para que Akatsuki renazca, debo matar a Sasuke y conseguir su Sharingan- revelo Shin a la esposa del Uchiha, quien lo observo fríamente, -él no merece continuar con el legado Uchiha, ¡Lo haré yo, Shin Uchiha!- estableció con omnipotencia.
Peligros había vivido muchos en su vida como kunoichi que era, por lo que Sakura no ve inquieto por los niños que la rodeaban armados y dispuestos a atacarla en cualquier momento tras la más mínima orden. Cuando había tenido menos de veinte años había dejado de ser Sakura Haruno, había cambiado su apellido a Uchiha y había comenzado a llevar el característico emblema del abanico, era la esposa de Sasuke Uchiha y como tal conocía la historia del clan al que pertenecía por matrimonio y este sujeto llamado Shin estaba completamente equivocado con el camino que pretendía seguir; ese no era el legado ni el camino de Itachi. En otra situación hubiera intentado que este sujeto rectificara con palabras, pero tiempo le había permitido ver cuando había límites para la redención además de su experiencia, no todas las almas podían saberse y este caso era uno de esos. Este sujeto llamado "Shin Uchiha" se jactaba de omnipotente e invencible, pero había cometido un error fatal...existía una regla general en el mundo; un hombre normal hacia hasta lo imposible por salvar a la mujer que amaba. Todos conocían aquella ley universal, pero en su caso…Sasuke no era un hombre normal y saber esto era suficiente como para confiar en que antes de que ella se diera cuenta, todo volvería a estar bien y los tres se reunirían; Sasuke, Sarada y ella. Por ahora ganaría algo de tiempo para él, y se divertiría en el proceso como no había hecho en mucho tiempo.
Una chica merece divertirse, pensó Sakura para sí.
Estaba muy nerviosa mientras el Susanoo los llevaba hasta ese sujeto llamado Shin; aun consideraba a Sakura Uchiha como su madre, ella le había enseñado aquello que se llamaba amor, le había enseñado todo cuanto conocía, lo que era hoy era debido a ella todo, y eso era algo que solo una madre podría hacer, al margen de lo que pudieran decir los antecedentes biológicos. Su padre estaba a tan solo un par de pasos de ella que solo podía ver su espalda…pero en ese momento aquello le era suficiente porque no podía comprenderlo, era su padre más no lo conocía ni él a ella, eran completamente extraños entre sí. Puede que ya hubiera obtenido respuestas, pero aún le quedaban muchísimas otras preguntas que responder y que solo podrían tener un significado y sentido cuando su madre las respondiese, pero por ahora lo único que quería hacer era salvarla y abrazarla lo más pronto posible. Espérame mamá, voy en camino, pidió Sarada mentalmente. No saldría indemne de esta y eso lo sabía bien, inevitablemente algo cambiaría en ella como consecuencia de estos acontecimientos, más fuera como fuere, saldría más fuerte, no permitiría que la ira ni la irracional se apoderaran de ella.
De estos acontecimientos, el vínculo entre su madre, su padre y ella cambiaría para siempre.
PD: Feliz Año Nuevo a todos, mis queridos lectores, espero que este pequeño presente les resulte temporalmente satisfactorio :3 Les recuerdo que durante mis vacaciones actualizare todas mis historias nuevamente y además iniciare dos fics nuevos, por lo que les aconsejo que se mantengan atentos en caso de que estén interesados y quieren leer alguno. También informo que pronto comenzare a usar el notebook nuevo que me compre, por lo que tendré recursos nuevos con los que actualizar más regularmente :3
Pronto actualizare otras de mis historias; "Cazadores de Sombras" "Antuco: Sueño Blanco" y "Titanic Naruto Style":3 como siempre la actualización está dedicada a DULCECITO311(a quien dedico y dedicare todas y cada una de mis historias, enviándole mis mejores deseos por navidad :3) a LIDXIII (disculpandome por tardar en actualizar, esperando que este nuevo capitulo sea de su agrado y deseándole un feliz año nuevo) y a todos aquellos que sigan cualquier otro de mis fics :3 El próximo capitulo se titulara "Días de Felicidad" y ya verán porque :3
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Rey de Konoha" (una adaptación humanizada además del rey león que se me ha venido recurrentemente a la cabeza), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul"), como algunas ya habrán notado por mis historias "El Sentir de un Uchiha" y "El Clan Uchiha", también tengo la intención de explicar el porque de determinados acontecimientos, explicando sus motivaciones y auténticos sentimientos, como yo creo o siento que sucedieron, por lo mismo tengo la idea—si ustedes lo aprueban—de además iniciar un fic llamado "El Origen del Clan Uchiha" centrado en el padre de todos los Uchiha; Indra Otsutsuki, porque considero que también merece su propia historia , si ustedes están de acuerdo, claro :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "El Conjuro 2 Naruto Style-Enfield" (que iniciare dentro de poco), así como "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de una de estas dos historias, lo cual espero que los tranquilice y anime a su vez. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
