-Ni los personajes ni la historia me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto más la narración y/o pensamientos de nuestros personajes (Sasuke, Sakura y Sarada) son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3 Se que usualmente no acostumbro dejar notas para sugerir música en esta historia, pero en esta oportunidad les sugiero oír: "Do What You Gotta Do" de Dove Cameron y Chayenne Jackson, e "Innocence" de Avril Lavigne.
Había pasado tanto tiempo desde la última vez en que Sakura se había involucrado en una pelea en serio que ahora poder volver a pelear por su cuenta contra un enemigo real como lo era Shin Uchiha, sin tener a nadie ahí para apoyarla, completamente sola era…¡emocionante! No iba a negar que estaba ligeramente oxidada por estar tanto tiempo en el hospital pero tenía una condición física envidiable por muchas de las Kunoichi de su generación por no relegarse únicamente a la maternidad, por lo que en ese momento pudo sostener un mano a mano muy parejo entre ella y Shin, pero hasta cierto punto por lo que en cuanto dos de las hojillas que componían el brazo que antes había perdido parecieron adherirse a su brazo en una dolorosa herida por obra del Sharingan de ese sujeto que le impedía tan siquiera moverse, Sakura dio por hecho que había llegado a un punto de no retorno, podía jactarse de su orgullo como Kunoichi y del apellido que llevaba pero no dejaba de ser humana y tenía limitaciones, cerrando fuertemente los ojos por pura inercia al saber que no ganaría esta batalla, al menos no sola e intentarlo en esa situación podía ser incluso peor. Pero para su suerte la batalla no había terminado aún, la suya si pero no la de Sasuke, porque sería tonto de su parte no reconocer el Susano que vio aparecer en su ayuda antes de escuchar el grito de Sarada que corrió en su dirección tan velozmente como le fue posible, por un momento Sakura ignoro por completo el dolor o la molestia en la herida en su brazo tras nada más ver a su hija, con saber que Sarada estaba a salvo y bien ya se sentía muchísimo más tranquila.
En ese momento y ni aunque hubiera tenido todas las palabras había y por haber en el mundo, Sarada era incapaz de expresar la enorme angustia que sentía al ver a su madre herida por su culpa, porque todo lo que estaba pasando era culpa suya, su madre no debería haber salido herida, solo para empezar, y si lo estaba era por causa suya, porque había salido herida para protegerla a ella que había salido de la aldea sin decirle nada, a ella que había corrido riesgos innecesarios para encontrar a su padre, por lo que en ese momento la Uchiha no dudo en intentar arrodillarse a su lado para intentar ser de ayuda al menos, mas lastimeramente en el proceso se encontró con su pasee que para su sorpresa se arrodillo delante de su madre en su lugar para ver la herida en su brazo antes de retirar las hojillas que lo habían provocado sin previo aviso. Tras alejar a Shin brevemente por medio del Susano para marcas la distancias, pudiendo gozar así de un poco de tiempo para preocuparse por su esposa e independiente de si era o no un error de parte de Sasuke pensar así, el Uchiha odiaba todo lo que pudiera interponerse entre Sakura y él, o en este caso lo que sea que pudiera lastimarla; personas, objetos, incluso el mismo aire, por lo que tras retirar con presteza las hojillas del brazo de Sakura para evitar un dolor mayor, Sasuke no dudo en quemarlas con el Amaterasu hasta verlas consumirse y desaparecer como si jamás hubieran existido, pudiendo por fin volcar toda su atención en Sakura, siéndole de ayuda y envolviendo su brazo alrededor de ella para que pudiera levantarse.
-Puedes curarte sola, ¿verdad?— consulto Sasuke, confiando en sus capacidades como siempre hacia.
-Si, gracias, cariño— afirmo Sakura con una ligera sonrisa enteramente dedicada a él como agradecimiento.
Curiosa y desconcertada al mismo tiempo, Sarada observo con confusión el intercambio entre sus dos padres, analizando sus gestos y perdiéndose aún más de lo que ya estaba, ¿Cómo es que sus padres podían estar casados siendo tan diferentes entre sí? Su madre era solo emocionalidad donde su padre era estoicismo, era absolutamente incompatibles entre sí y sin embargo Sarada casi había palpado la preocupación de su padre por su madre en ese momento, lo había visto, ¿o es que acaso eran solo imaginaciones suyas? No, no podía ser solo eso, estaba convencida y por lo que sin poder contenerse esbozo una ligera sonrisa sin darse cuenta. Mucho más sereno al saber a Sakura a salvo y bien salvo por unos ligeros rasguños, Sasuke regreso toda su atención hacia Shin Uchiha que hasta ese instante se había mantenido al margen tras el ataque del Susano pero que prácticamente arrastrándose pretendía continuar peleando; haber intentado herir a Sarada era una cosa, pero haber lastimado a Sakura…eso era algo que no iba a pasar por alto de ninguna forma y por lo que Sasuke lentamente se acercó a él sosteniendo su espada, de ser por él no le resultaría el mayor problema matarlo en ese preciso momento pero Naruto consideraba más oportuno llevarlo a Konoha para interrogarlo y él debía ceñirse a ese plan sin otro remedio, mas al detenerse delante de Shin un niño idéntico al que anteriormente lo había interceptado se situó delante de él como si se tratara de un escudo humano, pero nada de so impresiono en lo absoluto a Sasuke que se mantuvo totalmente imperturbable.
-Quítate, esto no te incumbe— espeto el Uchiha igualmente indiferente y sin el más leve titubeo.
-No lo haré, protegeré a mi padre— protesto el niño sin ceder en su postura de manera desafiante.
-No soy tan blando como Naruto— aclaro Sasuke únicamente antes de alzar la espada, más que dispuesto a hacerlo a un lado de todas formas.
-¡No lo hagas papá!— grito Sarada, incapaz de presenciarlo hacer algo así ni mucho menos de apartar la vista.
No podía ni quería presenciar algo así, puede que llevase conociendo a su padre—personalmente—muy poco tiempo y que él incluso hubiera intentado matarla por error pero Sarada quería creer que su padre era mucho mejor que esto, que no era alguien capaz de ensuciarse las manos de ese modo tan ruin y menos aún delante de ella, no con un niño; ella podría hacer lo mismo por él, podría protegerlo con su vida como él había hecho al protegerla a ella, ¿es que no tenía corazón para no dudar en ese momento? No podía creer que su padre fuera ese tipo de persona, no podía ni quería creerlo, no podía ser así, existían otras formas de dar solución a un problema en lugar de derramando sangre. Solo basto que Sarada pronunciara esas palabras para que de golpe la mente de Sasuke se bloqueara y desapareciera hasta el más mínimo de los pensamientos que hubiera albergado…podía ser despiadado con sus enemigos de la peor forma posible, eso le había permitido crear una reputación implacable a lo largo de su vida e infundir miedo—en ocasiones—con su sola presencia, pero no quería serlo en ese momento, no delante de su hija, ya había cometido ese error una vez delante de Sakura sin siquiera ser consciente de ello y no se perdonaría cometer el mismo error en presencia de Sarada, sabía que estaba mal dudar en ese momento y quedarse estático, sin poder moverse en lo absoluto, no pudiendo hacer nada, pero no quería cometer el error de gravarse en la mente de su hija como alguien despiadado y sin corazón, Sakura ya había visto esa cara de él muchas veces y Sarada no merecía pasar por lo mismo.
-¡No, Basta!— grito Sakura abrazándolo de golpe por al espalda, imposibilitándole moverse o avanzar. —No lo hagas— rogó entre lágrimas haciendo que Sasuke volteara para encontrar su mirada con la suya. —No…detente por favor— pidió sollozante y sin apartar sus ojos de los suyo.
Le había tomado muchos años pero había conseguido recordar lo que su subconsciente había borrado entonces, lo que había sucedido en el Bosque de la Muerte; Sakura rogándole que no permitiera que la crueldad y la inclemencia se apoderasen de él, entonces la había escuchado solo para volver a caer en el mismo error tiempo después para seguir a Orochimaru, lastimándola aún más…no, ahora no quería cometer el mismo error delante de Sarada, pero fue precisamente esta duda en su cabeza y en su corazón lo que hicieron de él—desgraciadamente—una presa fácil en ese momento. Solo había bastado que se distrajera por un momento para ser herido por Shin que sonrió victorioso al ver al Uchiha sin otro remedio que soltar su espada; Sasuke Uchiha era un individuo diferente a lo que había esperado, demasiado blando como para matar a un niño, pero él no, en ese momento Shin no dudo en alargar uno de sus brazos conformados por pequeñas hojas cortantes para atravesar a uno de los clones hasta llegar a Sasuke Uchiha…había oído tanto de él y del llamado Séptimo Hokage, había esperado que fueran un gran reto pero en verdad no eran nada de eso, eran solo dos hombres que anteponían los sentimientos por encima de cualquier otra cosa en el mundo y eso era un error. Desde donde estaba y al ver a Sasuke caer de rodillas producto de la herida infringida, el primer impulso de Sakura fue dirigirse de inmediato a su lado para curarlo, pero por lo visto Shin no iba a darle esa oportunidad, bloqueándole el paso tras nada más intentarlo, haciéndola una mera espectadora que era lo que mas detestaba en el mundo.
-De verdad son débiles— se jacto Shin al recuperar la ventaja nuevamente, —porque están atrapados por tonterías como padres e hijos, por eso acaban así— aprecio desde su propio pedestal, observando despectivamente a Sasuke quien se encontraba herido y le sostuvo la mirada en todo momento, cargado de ira. —Son una vergüenza para los Uchiha— observo con decepción ante el reto que Sasuke Uchiha no había resultado ser, no como había imaginado. —Continuaré la voluntad de Itachi, reviviré a Akatsuki— proclamo de forma inquebrantable.
Si todos en el mundo se dejaran llevar por ese pobre sentimentalismo, no existieran las leyendas que se diferenciaban del resto de los ninjas mediocres, esa era la diferencia decisiva entre Sasuke Uchiha y él, Sasuke era incapaz de hacer a un lado sus sentimientos en tanto que para él eran meramente superfluos, innecesarios y que podía descartar con facilidad, eso le permitía ganar. Si otra opción—al igual que su madre—que tener que ser una espectadora de lo que sucedía, Sarada se sintió culpable, ella y su maldita moral, por su causa es que su padre había dudado, porque ella se lo había rogado en el peor momento posible…si su padre era aún más lastimado o morirá en el peor de los casos, no podría perdonárselo nunca. Itachi, Itachi, Itachi…ya estaba harta de escuchar a ese sujeto, ¿Quién se creía que era? Ni siquiera podría haber conocido a Itachi y aunque lo hubiera hecho no conocía sus verdaderos sentimientos ni sueños, lo que había deseado proteger, lo que era importante para él, pero ella si lo sabía y vivía cada día por ello; por la aldea y por Sasuke en quien confiaba por completo en ese momento. Puede que Sasuke estuviera herido y que eso la preocupara para desear curarlo, pero de todas formas y en ese momento Sakura se mantuvo completamente tranquila, tanto porque no quería darle a Shin el gusto de tener la victoria en bandeja de plata como para hacer que su hija mantuviera la calma, Sasuke había pasado por situaciones mil veces peores que está en el pasado y sobrevivido, también lo haría esta vez, solo hacía falta contar con la ocasión propicia para vencer y ya se les ocurriría cual podría serlo.
-No te preocupes, algo como esto no es suficiente para derrotar a tu padre— tranquilizo Sakura en voz alta, sabiendo que Sarada la escucharía. —Confía en que siempre te protegeremos— recordó volteando a verla brevemente con una sonrisa amorosa.
Desde su lugar, Sarada se quedó sin aliento ante esa promesa cargada de afecto y que también implicaba a su padre, a su padre que había sido incapaz de actuar por el sonido de su voz…¿en realidad se preocupaba tanto por ella?, ¿no se lo estaba imaginando? Prefería dejar de pensar en ello y presenciar lo que estaba pasando. Una vez, hace muchos años, antes de que Sarada naciera ambos habían realizado una misión de investigación a una aldea que no aparecía en los mapas, entonces habían tenido que aprender a trabajar apoyando el uno en el otro en todo momento y Sakura y él habían aprendido de una forma para ocuparse de una situación o enemigo complejo al intercambiar lugar…confiaba en Sakura y fue precisamente por ello que, con sutileza, Sasuke volvió la mirada por encima de su hombro para encontrarla con la de Sakura de una forma en que sabía que solo ella podía comprender antes de asentir en respuesta, dándole la espalda y corriendo para alejarse y salir huyendo a modo de distracción, una distracción que convenció a Shin que por medio de su Sharingan controlo una serie de hojillas de la misma forma en que había hecho antes para neutralizar cualquier posibilidad de alargar una contienda que no tenía sentido, solo que no contaba con un pequeño detalle; en un parpadeo y por obra de su Rinnegan, Sasuke cambio de lugar con Sakura quien en menos de una fracción de segundo quedo cara a cara delante de Shin, propinándole un certero golpe en la cara con todas sus fuerza, eso fue por mi esposo y mi hija se dijo mentalmente al Uchiha al recuperar el aliento y ver a Shin tumbado sobre el suelo inconsciente al parecer o eso le dio a entender.
-Dijiste que la relación de padres e hijos era innecesaria; no estoy de acuerdo con eso—contrario Sakura alzando la mirada hacia donde Shin se encontraba inconsciente. —No subestimes a los padres— advirtió únicamente, sin tener nada más que decir.
¿Qué no estaba dispuesta a hacer una madre o un padre por su hija de ser necesario? Sakura hablaba tanto por ella misma como por Sasuke al decir que incluso de estar agonizando continuarían luchando para proteger a Sarada hasta las últimas consecuencias porque el amor que una persona podía sentir por alguien a quien deseaba proteger con todo su corazón le infundía coraje y fuerzas, incluso donde parecía que no existían, incluso cuando todo parecía perdido e imposible, y Sasuke y ella sabían bien que siempre tendrían fuerzas en tanto Sarada viviera y los necesitara, ellos siempre estaría ahí, siempre.
-¡Sarada!— grito Sasuke para alertarla a tiempo de lo que estaba a punto de pasar.
-¡Ya lo sé!— contesto Sarada, habiéndose dado cuenta a la par que él.
¿Cómo habían llegado a eso? De un aparente triunfo habían pasado a una batalla…relativamente más fácil ya que Shin ya no era un problema pero en lugar de ello si lo eran los decenas y decenas de clones existentes y que por lo visto querían seguir peleando para seguir el mismo camino que su "padre", una contienda en medio de la que apareció la misma criatura blanquecina que anteriormente había activado una técnica espacio-tiempo y que en ese momento pretendió hacerlo para llevarse a Sakura y alargar aún más la situación, cosa que ni Sasuke ni Sarada iban a permitir, pero en ese momento solo uno de los dos estaba libre para impedirlo. Primero, Sarada no hizo sino lanzare una shuriken a modo de distracción para evitar que su madre desapareciera otra vez así como para ganar tiempo antes de—a modo de reminiscencia de lo que su madre había hecho antes—propinarle un certero golpe a esa criatura con todas sus fuerzas y una promesa latente en su mente; ¡Yo defenderé a mi madre! Como consecuencia de la fuerza del golpe y el chakra depositado en el golpe, el suelo bajo se agrieto formando un cráter bajo la atónita mirada de todos, principalmente de Sakura que apenas y creía lo que veía, le había enseñado a Sarada a controlar el chakra apropiadamente…pero no a concentrarlo de ese modo, ¿Cuándo había aprendido algo así?, ¿acaso simplemente lo había hecho al verla a ella? Sakura debía reconocer que estaba gratamente sorprendida y enormemente orgullosa de su hija, estaba segura de que Sarada lograría grandes cosas un día y con cada nuevo logro no hacía sino ratificárselo aún más.
Desde donde estaba, Sasuke contemplo todo con una sonrisa ladina…¿esperaban que felicitara a Sarada por lo que ya era obvio? Tenía un pasado y un linaje del que sentirse orgullosa pero aún más importante era que tenía una madre de la cual era su viva imagen, Sasuke literalmente había recordado cuando había visto a Sakura hacer literalmente lo mismo durante la Cuarta Gran Guerra Shinobi, casi como si fueran la misma persona, todos siempre habían dicho que Sarada se parecía a él pero la verdad es que tenía más de Sakura y eso aseguraba que no cometiera sus mismos errores, y estaba orgulloso de ella por eso, Sarada tendría su propio camino, su propio futuro, ella misma lo escribiría. Igualmente impresionado, Naruto decidió que había llegado la hora de ponerle fin a esta batalla absurda, sosteniendo bajo su mano el arma al momento en que uno de los niños se abalanzo hacia él, utilizando una fracción del chakra que poseía como Jinchuriki para dejar que los clones vieran lo atemorizante que podía ser Kurama a simple modo de advertencia, seguro en que la pelea había terminado en cuanto vio temblar al niño delante de él junto con todos los demás…no podían olvidar que sin importar que ene se momento fueran sus enemigos, esos clones no dejaban de ser niños que desconocían al mundo por completo y que habían vivido teniendo una muy mala imagen hasta ese momento de sus vidas, aún estaba a tiempo de rectificar y cambiar su situación, él quería darles la oportunidad aunque bien sabía que Sasuke no estaba precisamente de acuerdo con ello pero no tenía otra opción.
-Eres demasiado blando— critico el Uchiha sin poder evitarlo, porque de ser por él todo terminaría de una forma mucho más sencilla de ser preciso.
-Solo son unos niños, debemos enseñarles lo que está bien y mal— obvio Naruto en defensa de ellos.
Por supuesto que Naruto sabía que Sasuke y él tenían ideas totalmente opuestas de lo que se debería hacer en esta ocasión pero como siempre sabrían llegar a un punto neutro que era el hecho de que los niños dejaran de ser una amenaza, porque si bien hasta ahora habían sido un peligro no dejaban de ser niños y no podían emplear la crueldad con ellos que carecían de las barreras y limitaciones comunes sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, no necesitaban confrontarlos sino que guiarlos por el buen camino ahora que tenían tiempo para hacerlos rectificar, y existía una muy buena forma de hacerlo, Naruto conocía a la persona indicada para que guiara a esos niños por el buen camino; Kabuto. Entornando los ojos en respuesta ante lo que Naruto tenía en mente, no teniendo otra opción más que estar de acuerdo como de costumbre, Sasuke dirigió su mirada a Shin Uchiha o lo que quedaba de él y que se encontraba completamente inerte…nunca se había planteado la posibilidad de que alguien más siguiera el camino equivocado en pro por seguir erróneamente la voluntad de Itachi pero increíblemente había pasado, él había cometido el mismo error una vez y sí que lo lamentaba pero afortunada Naruto le había abierto los ojos y eso era algo que agradecía cada día porque hoy podía agradecer y valorar no estar solo, tenía a Sakura y a Sarada y eso era más valioso para él que nada de lo que se pudiera atesorar en el mundo; él dejaba la aldea para proteger a su familia de la misma forma en que Itachi lo había protegido a él una vez, porque esa era realmente su voluntad, proteger a la aldea y lo que amaba.
-Seguir la voluntad de Itachi— reflexiono Sasuke en apenas un susurro sin apartar la mirada de Shin, —no entendiste nada sobre él— había cometido el mismo error una vez y nunca más volvería a hacerlo, su familia era la razón para que no cometiera los errores del pasado.
Tras el golpe que había dado contra el suelo y el impacto sucesivo así como el hecho de poder respirar con tranquilidad al ver que la pelea había terminado y siendo felicitada por Chouchou, Sarada se encontró gobernada por emociones que sentía escapaban de su control, como si los ojos que ahora había despertado hubieran desencadenado un torrente dentro de ella, un torrente que sentía no poder controlar pero que no despertaba nada negativo en su interior sino que al contrario, era casi como si por fin pudiera ver la verdad, una verdad que nunca había visto al no tener esos ojos, percibía los sentimientos a su alrededor de una manera en que nunca antes lo había hecho, casi podía palparlos, de ahí que le resultara sorpresivo el abrazo de parte de su madre que envolvió sus brazos protectoramente a su alrededor, casi aplastándola y quitándole la respiración antes de separarse para permitirle respirar, no le importaba nada más, su madre estaba bien, la amaba y ella también la amaba, solo eso importaba, nada más. Pensando precisamente en su padre es que dirigió su mirada a su madre una vez que el abrazo se rompió…hasta entonces había mantenido un margen o pared invisible entre su padre y ella, su decepción inicial había sido tan grande que simplemente no quería estar cerca de él ni tener nada que los relacionara entre sí, pero ahora todo había cambiado, ella había cambiado y quería conocer el hombre que era, el hombre que su madre amaba y que la amaba a ella, quería tener la oportunidad de conocerlo…si es que aún no era tarde para hacerlo, claro.
-Papá— llamo Sarada, logrando obtener su atención, —¿estas unido a mi mamá por tus sentimientos?— inquirió manifestando por fin la pregunta que tanto había rondado en su cabeza.
-Si— contesto Sasuke sin siquiera dudarlo.
-¿Cómo estás tan seguro?— cuestiono ella, confundida y sorprendida con su seguridad y el hecho de que una palabra tan simple le resultase suficiente.
-Porque te tenemos a ti, Sarada— respondió él observándola con tranquilidad, una tranquilidad que ella Sarada nunca había visto…o por lo menos que no recordaba ver.
Nunca existiría tan siquiera la más remota posibilidad de que Sakura y él se separaran, en primer lugar porque él había intentado hacer eso a los trece años e increíblemente tras tantos años separados ambos seguía igual de enamorados el uno del otro, y en segundo lugar porque tenían a Sarada, ella era la prueba viviente de que lo que sentían el uno por el otro era indisoluble, vivían por lo que sentían el uno por el otro y vivían por protegerla a ella, ¿Qué más prueba se necesitaba que esa? Para él y para Sakura no, y esperaba que para Sarada tampoco, aunque de ser así él eliminaría sus dudas, debían recuperar todo el tiempo perdido a lo largo de los años por supuesto. Sorprendida por la tranquilidad que veía en los ojos de su padre y que coincidían por competo con la alegría que vio en los ojos de su madre una vez volvió el rostro en su dirección, Sarada se encontró al borde de las lágrimas producto de todas las emociones que sentía, era algo que no era capaz de explicar pero que su madre entendía bien, envolviendo sus brazos a su alrededor y serenando su agitado corazón con su afecto…era increíble lo parecidas eran las dos, emocionales en todos los momentos posibles, incluso Sakura debía reconocer que se sentía al borde de las lágrimas, pero no iba a llorar, ahora no. Contemplando el cuadro familiar que estaba atestiguando con una de sus características sonrisas de oreja a oreja, Naruto se sintió realizado, este era el mejor cierre posible para una aventura como la que habían vivido en menos de setenta y dos horas, era el momento perfecto para regresar a casa y dejar todo esto en el pasado.
-Bueno— suspiro Naruto, chocando sonoramente las manos para eliminar toda posible tensión en el ambiente, —supongo que ahora querrán irse a casa— obvio ya que había sido suficiente de emociones por ahora, al menos para él.
-Si— asintió Sakura, recordando entones que afortunadamente y gracias a su amigo Hokage seguía teniendo una casa a la que regresar. —Gracias, Naruto, prometo compensar el favor que hiciste— agradeció como su amiga y ángel guardián en sus peores momentos, porque así planeaba devolverle el favor.
-No es nada— desestimo Naruto con una sonrisa, para eso eran amigos; en las buenas y en las malas.
-¿De qué me perdí?— pregunto Sasuke únicamente, suponiendo que se arrepentiría de formular esa pregunta.
-¿Recuerdas esa graciosa anécdota sobre mi carácter?— aludió la pelirosa simplemente viendo a su esposo asentir únicamente, temiendo la respuesta. —Pues, digamos que me excedí un poco y tuve un…momento de torpeza— los detalles sobraban y sabía que Sasuke se haría una idea muy clara de lo que había pasado.
-Guardare silencio y fingiré que no pasa nada, porque temo decir lo contrario— contesto el Uchiha, solo quería regresar a casa nada más, lo demás ya lo sabría después.
Cualquier que lo conociera pensaría que Sasuke Uchiha, la invisible leyenda Shinobi y ninja más calificado de Konoha no le temía a nada, pero…si le temía a una cosa y eso era al carácter de su esposa, no iba a mentir, Sakura podía ser un ángel y al segundo siguiente convertirse en su peor pesadilla, por lo que él prefería ahorrarse saliva y fingir que no había sucedido nada, eso era lo mejor. Mordiéndose el labio inferior para no reír ante la ligereza con que Sasuke tomaba la situación, Sakura enterró el rostro entre sus manos a causa de la vergüenza, negando en silencio para sí. Había pasado tanto tiempo desde la última vez en que habían estado juntos y sin embargo parecía como si nada hubiera cambiado, que irónico, ¿verdad?
En efecto, regresar a casa luego una década lejos termino por ser toda una experiencia para Sasuke, ¿Cómo no iba a serlo? Tal y como Sakura le había advertido con anterioridad, había tenido un momento de…torpeza, y como de costumbre Sasuke sentía era mejor guardar silencio y no pedir una explicación sobre qué había pasado con exactitud para que ahora Sakura, Sarada y él tuvieran que mudarse sino simplemente acepto de buena gana la ayuda de Naruto que—como amigo de ambos y como Hokage que era aunque también pudiera ser el idiota más grande del mundo—ya tenía un apartamento preparado para que residieran y donde además había ordenado que trasladaran todas sus cosas con anterioridad por lo que la labor de acomodar todo en su lugar era suya, labor que de inmediato Sarada no había dudado en cumplir, encerrándose por varios minutos en la que era por ahora su nueva habitación, ordenando todo tan velozmente como le era posible para tener una noche de sueño feliz así como para aclimatarse a este nuevo hogar ya fuera temporal o indefinido. Para cuando la Uchiha retorno a la habitación encontró a sus padres sentados uno al lado del otro sobre el sofá y al Séptimo Hokage sentado a lo largo del sillón contiguo con una expresión cansada en el rostro, cierto, había sido un día largo y de muchas emociones sumadas a las que habían vivido el día anterior. Masajeándose las sienes con una mano, Sakura alzo la mirada hacia el pasillo, dirigiéndole una inmediata sonrisa en cuanto vio a Sarada quien pese a todo parecía tener un buen ánimo del que disfrutar.
-¿Terminaste de guardar tus cosas?— curioseo Sakura, apoyando el rostro contra la palma de su mano.
-Si— asintió Sarada antes de sentarse en el sillón contiguo, lo más cerca de ella que le fue posible, —mudarse es divertido— aprecio sin poder evitarlo ya que ella lo había disfrutado.
-Si sigues excediéndote así tendremos que volver a mudarnos— bromeo Sasuke, haciendo que su esposa se sonrojara producto de la vergüenza.
-Perdón, ya sabes como soy— se disculpó Sakura entre risas, luchando por mantenerse seria.
-Por cierto, Naruto— el Uchiha por fin recordó una conversación que él y el rubio habían dejado pendiente, —dijiste que debíamos hablar sobre algo— menciono esperando que él con su cerebro de hormiga no lo hubiera olvidado.
-Oh, eso— rememoro el Uzumaki, revolviéndose ligeramente el cabello producto de la incomodidad que le provocaba lo que iba a preguntar, mas era necesario. —¿Cuándo pensabas decir que tuviste algo con Karin?— pregunto tan calmadamente como le fue posible.
-¿Disculpa?— cuestiono Sasuke completamente serio, esperando que aquello fuera una broma.
-Si, después de todo Karin es la madre de Sarada— obvio el rubio sin darse cuenta el efecto de sus palabras.
-Sarada Uchiha— llamo Sakura a modo de advertencia tras tanto silencio. Volviendo la mirada hacia su hija en el sillón contiguo. —Linda— elogio maternalmente, sosteniendo sus manos entre las suyas y con una sonrisa que su hija no pudo descifrar, —¿Qué hiciste en tu viaje para encontrar a tu padre?— pregunto sin quebrar su calma en ningún momento.
-Chouchou y yo seguimos al Séptimo porque había escuchado que así podría ver a mi padre— inicio la Uchiha, recibiendo un asentimiento de su madre que le indico que continuase su relato, —luego de reunirnos y de que tú fueras secuestrada tuvimos que ir a la guarida de un tal Orochimaru— completo observando en todo momento a su madre y sin perder detalle alguno de sus reacciones.
-Y te encontraste con alguien llamado Suigetsu— supuso la Matriarca Uchiha al instante, uniendo los puntos invisibles en su mente.
-Si, según una prueba de ADN hecha por él, soy hija de…Karin— finalizo Sarada, bajando la mirada ante esto último, aun no sabiendo que decir o pensar.
-Sasuke— llamo Sakura volviendo el rostro hacia su esposo a quien sonrió radiantemente, —¿Puedo?— consulto como toda una dama así como para no perder costumbre.
-No te detengas por mí— consintió él, completamente de acuerdo con su proceder.
Notablemente confundida por el intercambio de palabras entre sus padres así como por la calma que mantenían, nada preparo a Sarada para el momento en que su madre se levantó del sofá con aparente calma antes de dejarse gobernar por sus emociones ante su atónita mirada, ciñendo fuertemente sus manos alrededor del cuello de la chaqueta del Séptimo Hokage en un parpadeo haciendo que se levantara del suelo y se encontrase a su altura, casi pegando su frente a la suya mientras retrocedían lentamente hasta hacer chocar la espalda del Uzumaki con una de las paredes, sobresaltándolo. Naruto siempre había sentido miedo de Sakura, de hecho una parte de él estaba convencido de que Sasuke y Sakura eran perfectos el uno para el otro porque podían infundir un miedo incontrolable a cualquier persona en el mundo, principalmente a él que en ese momento sentía como si el alma fuera a salírsele por la boca. Fúrica y siendo observada en todo momento por Sasuke quien se mantuvo imperturbable pero furioso a su propio modo y sentado sobre el sofá, Sakura observo a Naruto como si fuese a matarlo en cualquier momento sin dilación alguna, sintiendo como el último de sus nervios se tensaba y hacia trizas como un cristal chocando sonoramente contra el suelo, su paciencia había llegado a su límite; estaba cansada y todo lo que quería era estar en casa junto a su esposo e hija, y recuperar el tiempo perdido, pero por lo visto pedir un poco de sosiego era imposible, y ahora venía a escuchar esta tontería, ¿es que acaso todo el mundo dudaba que Sarada fuese su hija? No podía creerlo, era vergonzoso.
-Te rompí la nariz cuando le dijiste a mi esposo que habían estado coqueteándome— menciono Sakura a modo de advertencia, sintiendo al Uzumaki tragar saliva sonoramente, —imagina que podría hacerte ahora— amenazo elevándolo del suelo con un solo movimiento, haciéndolo sentir insignificante. —Te rompería cada hueso del cuerpo en mil pedazos— advirtió, pensando en su mente por dónde empezar, ¿pierna, brazo…o mejor la nariz?
-No es mi culpa, Suigetsu lo dijo— se disculpó Naruto para salir ileso de la situación, temiendo recibir un golpe de su parte.
-¿Y por qué no lo aclaraste?— cuestiono Sasuke desde su lugar sobre el sofá. —Naruto, tengo muy en claro todo lo que hice en el pasado, pero no soy esa clase de hombre, deberías saberlo— obvio ya que jamás podría cometer ese error, porque traicionar a Sakura implicaría pisotear su vida juntos y su felicidad, él nunca podría hacer eso.
Había cometido grandes errores en su vida desde que había sido un adolescente y bien sabía que no le alcanzaría la vida para arrepentirse de todos y cada uno de ellos, tristemente no podía volver el tiempo atrás y remediarlo todo para empezar de nuevo, pero si había algo que no sería jamás era un mujeriego, ¿Por qué lo haría? En primer lugar—y mantenía lo que había pensado al irse de Konoha hace tantos años—no entendía porque siempre las mujeres se sentían atraídas por él y en segundo lugar estaba casado y era feliz con Sakura, ¿para qué diablos pensaría en alguien más? Menos aún en Karin, la valoraba como amiga pero como nada más, la verdad imaginarse con otra mujer le resultaba…extraño, como si fuera algo—no malo porque esa palabra ya no existía en su subconsciente—pero si imposible, solo quería y podría estar junto a Sakura, con nadie más, no era seguridad sino certeza. A la par que Sasuke pronunciaba estas palabras, Sakura soltó el cuello de la chaqueta de Naruto, permitiéndole volver a respirar en tanto ella se llevaba una manos a la frente para masajearse las sientes, por mucho que ella amara a Sasuke también existía un límite infranqueable, ella jamás podría traicionar su amor por él y sabía que él tampoco podría traicionarla a ella, su amor era incondicional sin importar el tiempo que hubiera pasado y los años que habían pasado separados, no habían pasado por un camino de rosas para estar juntos pero se habían mantenido unidos de todas formas y nada—nada—los separaría nunca, era una promesa porque nadie conocía mejor sus corazones que ellos mismos.
-No puedo creer que seas tan idiota— suspiro Sakura dejando a Naruto sano y salvo sobre el suelo, permitiéndole recuperar el aliento, —¿Crees que me hubiera conformado a ser plato de segunda mesa?— cuestiono con las manos en las caderas, ofendida porque alguien pudiera pensar eso. —Escúchame Naruto, una cosa es que yo este enamorada, y una muy distinta es que este ¡desesperada!— esclareció sin darle tiempo a su amigo y Hokage de contestar a su pregunta. —Sarada, ¿Qué uso Suigetsu para hacer la prueba de ADN?—pregunto finalmente, volviendo la mirada por encima de su hombro.
-Un cordón umbilical— contesto la Uchiha, inevitablemente intimidada por la ira de su madre.
-¿A dónde vamos?— curioseo el rubio con inocencia en cuanto Sakura lo sujeto de la parte trasera de la playera como si fuera un gato.
-Nosotros no, tu sí— diferencio la pelirosa con una falsa sonrisa, deteniéndose delante de la puerta.
-Pero…— titubeo el Uzumaki al ver la puerta abrirse, no queriendo irse ahora, no hasta tener información clara en su mente.
-Confórmate con lo que te dijimos, ahora largo— acallo Sakura, harta de escuchar sus balbuceos, requiriendo con urgencia tiempo a solas con su esposo y su hija.
-Pero, Sakura…— insistió Naruto antes de ser empujado en el umbral de la puerta.
-¡Largo, dije!— espeto la Uchiha prácticamente chocándole la puerta en la cara.
Tras cerrar la puerta, el primer impulso de Sakura para serenarse y no cometer una locura de la que positivamente iba a arrepentirse fue chillar tan fuerte y agudamente como se lo permitió su voz, enterrando el rostro entre sus manos y mentalizándose para no actuar con violencia sino que tolerancia, pero…¿Cómo mantener la calma?, sabía que las dudas de Sarada eran grandes, ¿pero llegar a creer que ella no era su madre? ¿Tanto había fracasado en su rol de madre? Sakura no tenía ningún problema en admitir que estaba decepcionada de sí misma, sentía vergüenza mientras lentamente retornaba al sofá, viendo a Sarada con la mirada baja, aterrada de su reacción y lo que pudiera hacer, no con razones infundadas pero aun deseando saber la verdad y entender lo que tanto le habían ocultado hasta entonces. Aparentemente mucho más tranquilo que su esposa aunque fuera solo a causa de su estricto autocontrol, Sasuke centro su mirada en Sarada quien se mantenía con la mirada baja e incapaz de hablar, avergonzada de sus propias dudas…Sasuke había estado en su lugar una vez, lo habían "protegido" de la verdad, por razones muy diferentes de las suyas pero de igual modo, podía empatizar con ella y el desconcierto que estaba sintiendo, podía entender lo que sentía, una ceguera en la que no tenía por qué permanecer de forma infundada, Sakura y ella eran idénticas, solo hacia faltas verlas para darse cuenta, pero en este caso no podían volcarse simplemente por la lógica, necesitaban brindar una explicación clara, era lo mínimo para comenzar a compensar la década en que habían estado separados, ¿no?
-A ti no vamos a regañarte, porque tenías motivos para dudar— hablo el Uchiha para romper con el silencio, haciendo que su hija alzara la mirada para encontrar su mirada con la suya.
-Escucha Sarada— inicio Sakura, observando serenamente a Sarada que aun parecía un tanto nerviosa por razones obvias, —si hay tantas lagunas en tu historia, incluso antes de que nacieras, es porque naciste en una de las guaridas de Orochimaru— confeso para incredulidad de su hija que no conseguía encontrar relación para que eso sucediera. —Insistí en acompañar a tu padre durante su viaje, mismo viaje en que nos casamos, y cuando el embarazo avanzo demasiado, Karin accedió a ayudarnos, y me asistió cuando tú naciste— explico con infinito agradecimiento hacia Karin y la amistad que compartían. —El cordón umbilical que viste era lo que nos había unido antes de que nacieras, se lo obsequie a Karin como un recuerdo por su ayuda, y ella también fue quien te obsequio los lentes que llevas— aclaro, pudiendo ver una pequeña sonrisa en el rostro de su hija.
-Aun tienes dudas— obvio Sasuke sin dejar de observar a su hija que parecía mucho más tranquila al obtener respuestas, —lo sé, y es comprensible, Sarada—añadió aliviando el peso que sabía sentía su hija por haber dudado, pero todos lo habían hecho en cierto punto de su historia, ella no era la primera en equivocarse, —pero debes saber una cosa y no lo volveré a repetir— aclaro muy seriamente recibiendo un asentimiento de parte de Sarada que aguardo su respuesta. —Las amo a las dos, a ti y a tu madre, y eso nunca va a cambiar— aseguro en caso de que ella necesitara que lo dejara en clase, si no era obvio.
Ahí estaba nuevamente el mismo hombre que había dicho simplemente; si, cuando ella había preguntado si estaba conectado con su madre a través de sus sentimientos, sentía y veía la misma sinceridad emanando de él, sabía que lo que estaba diciendo era la verdad y sin embargo Sarada se sentía tan sobrecogida por al fin poder contar con respuestas genuinas sobre su vida que la emocionalidad se adueñó de ella, volviéndola presa de las lágrimas antes de abrazar a sus padre con todas sus fuerzas…había aprendido de él que un Shinobi nunca debía mostrar sus sentimientos, y sin embargo en ese momento no podía callarlos mientras veía toda decepción anterior convertirse en alegría, alegría por ver nuevamente su familia reunida, era el mayor sueño que había albergado y que ahora por fin se hacía realidad. Envolviendo su brazo alrededor de Sarada, Sasuke alzo la mirada hacia el rostro de Sakura quien se encontraba de pie a su lado y que sonrió radiantemente al encontrar su mirada con la suya, permitiéndole olvidar toda posible preocupación, ¿Qué importaba todo por lo que habían pasado? Había momentos memorables y otros no tanto pero lo importante era que, como familia, por fin estaban juntos de nuevo, tenía la oportunidad de recuperar todo el tiempo en que habían estado separados y lo mejor a hacer por ahora era aprovecharlo porque no sabían cuánto duraría una posible nueva separación, y porque una década separados y sin tener la oportunidad de vivir como una familia normal era más que suficiente para ellos.
Merecían ser egoístas.
Era un día tranquilo como cualquier otro, un día en que Sakura desearía poder salir al exterior y contemplar el cielo, sentir el aire fresco y sentir el aroma de la hierba o la naturaleza pero en lugar de ello se encontraba recostada y en cama, sola en esa habitación ahora que Sasuke había partido para continuar con la misión encomendada por Kakashi, puede que hubiese partido apenas ayer pero para ella se sentía como una eternidad mientras en silencio acariciaba su vientre de casi nueve meses por encima del vestido que llevaba, con su largo cabello rodado peinado en una coleta ladina. La persona más feliz cuando terminara el embarazo seria ella, no quería sonar desagradecida ni nada pero por un lado estaba bajo absoluta abstinencia y por otro lado no podía levantarse a causa de lo avanzado que estaba su embarazo, no tenía otro remedio más que quedarse en cama y aguardar a que todo terminara, y fue precisamente en ese momento que sus "oraciones" fueron escuchadas. Ahí y recostada sobre la cama, Sakura se irguió ligeramente en cuanto sintió una dolorosa punzada recorrer su vientre, su primera idea fue que era una falsa alarma o una contracción esporádica pero cuanto el dolor volvió a repetirse con mayor fuerza y sintió a falda de vestido humedecerse es que se dio cuenta de que esto no era una falsa alarma, era una contracción real, iba a tener a su bebé en ese momento y se encontraba sola en esa habitación, incapacitada de gritar para que Karin viniera a auxiliarla o de lo contrario anunciaría su presencia en la guarida, cosa que todos estaban tratando de evitar, tanto que de hecho Karin era la única que sabía que estaba embarazada.
-¿Ahora?— cuestiono Sakura, negando en silencio para sí. —No, no, tranquilo…— negó, masajeando su vientre por encima del vestido, —¿te importaría ser más dócil?— pidió al sentir enérgicas pataditas contra su vientre y que no hacían sino aumentar aún más las contracciones.
-Oh, por…— jadeo Karin al entrar y verla así, cubriéndose los labios para no gritar a causa de la sorpresa.
-¿Dónde estabas?— inquirió la Uchiha, por poco y sintiéndose inútil hasta su llegada, casi.
-Larga historia— negó la Uzumaki antes de arrodillarse entre sus piernas y evaluar la situación, —oh, oh— advirtió con evidente preocupación.
-¿Qué quieres decir con "oh, oh"?— pregunto la pelirosa, comenzando a asustarse aún más de ser posible.
-Viene en posición contraria— contesto Karin, encontrando su mirada con la suya, —no va a ser fácil— advirtió únicamente, prefiriendo no prever el peor de los escenarios.
-¿Te parece que mi vida es fácil?— obvio Sakura, desestimando cualquier dificultad; su hijo o hija quería nacer y nada lo impediría.
-Ya vuelvo— asintió la Uzumaki antes de abandonar la habitación en busca de todo lo que habría de necesitar.
-Aguanta un poco más— pidió la Uchiha, acariciando su vientre por sobre el vestido, respirando pausadamente para mantener la calma, —que dolores de cabeza me das, cariño mío— regaño a modo de broma sin poder vitar sonreír.
Respirando de manera uniforme y aguantando el dolor, negándose a gritar, Sakura apoyo una de sus manos tras su espalda para mantener el equilibrio mientras que con la otra acariciaba su vientre, murmurando serenas palabras al bebé en su vientre, el dolor era casi insoportable pero ella lo soportaría, tenía que hacerlo si quería que su hijo o hija viniera al mundo, ya había tolerado miles de cosas peores, podría con esto, estaba segura, tenía que hacerlo. Con una ligera sonrisa adornando sus labios, Sakura termino de preparar la cena, sin saber muy bien porque a su mente venia el recuerdo del día antes del nacimiento de Sarada, tal vez por todo lo que había sucedido últimamente o bien por mera nostalgia, pero fuera cual fuera el caso era agradable poder recordar esos momentos felices. Por otro lado y sentados a la mesa es que Sasuke y Sarada la observaban, imposibilitados de ayudarla ya que Sakura siempre insistía en hacer todo sola, pero si formando parte de la conversación, principalmente Sarada que aún se encontraba sorprendida de que esa mujer llamada Karin hubiera contribuido tanto en su nacimiento y que ella sin embargo ni siquiera la conociera ni hubiera sabido de ella hasta hace tan poco tiempo…le gustaría poder conocerla, le gustaría poder eliminar todos los huecos en su historia y en el pasado de sus padres, desearía poder tener una repuesta para todo pero sabía que debería darle tiempo al tiempo, como familia los tres habían tenido suficiente de aventuras por casi dos días, por ahora todo lo que ella deseaba en lo personal era quedarse en casa y pasar tiempo con sus padres como nunca había podido hacer.
-¿Así que Karin y tu podrían haber sido enemigas?— repitió Sarada, aun procesando todo lo que su madre le había dicho.
-Llámalo rivalidad femenina o como quieras, pero hay diferencias cuando se trata de enemistad o rivalidad— puntualizo Sakura en su defensa, volviendo la mirada por encima de su hombro. —Un caso son tu padre y Naruto, que lo manifiestan cada vez que tienen oportunidad— ejemplifico mientras terminaba de preparar la cena.
-Es un idiota, no tengo porque mentir y decir lo contrario— justifico el Uchiha, aun enojado con Naruto producto de la anterior confusión, haciendo reír a su hija.
-Y otro caso fuimos Karin y yo— sonrió la pelirosa igualmente divertida por la situación, —las mujeres somos muy buenas odiándonos en silencio— añadió con ligereza, pudiendo reírse de ello.
-Lo tendré en cuenta— asintió la Uchiha con una sonrisa que no tardo en desvanecerse. —Perdónenme, de nuevo, no debí tener dudas— se disculpó sintiendo que nada de lo que hiciera o dijera podría cambiar el modo en que se había equivocado y como había dudado.
-No te preocupes, creo que en eso eres como yo— tranquilizo Sasuke con una sonrisa ladina.
Técnicamente sus dudas no habían sido las mismas que Sarada pero él también había buscado respuestas, desesperado y cansado de tener que vivir creyendo una mentira, se había equivocado y muchísimo a tal punto de pensar—en ese entonces—en destruir Konoha pero todo eso era un pasado olvidado y enterrado, con errores que había cometido por sus deseos de obtener información porque le habían ocultado la verdad durante casi toda su vida de una forma muy similar a como había sucedido con Sarada solo que por razones diferentes, y ahora él no podía cometer el mismo error con su única hija, Sarada merecía saber la verdad que se le había ocultado por tanto tiempo pero Sakura y él se la dirían poco a poco para que fuera capaz de aceptarla, siquiera a él le resultaba un tanto complicado vivir con ello y no quería imaginar cómo se sentiría Sarada. Mucho más tranquila con esta respuesta, Sarada dirigió una sonrisa a su padre, sintiendo como poco a poco toda la animadversión y conflicto que había sentido hacia él se desvanecía lentamente, permitiéndole conocerlo mejor aunque eso llevaría tiempo ya que aún—en parte—ambos eran desconocidos entre sí, pero no lo serian por mucho tiempo más, ella intentaría derribar las barreras que los separaban. Pensando precisamente en pasar tiempo junto a sus padres es que Sarada reparo en algo que ella y su madre habían dejado de hacer en los últimos años; su madre había dejado de contarle historias por las noches, tal vez porque ella había crecido y se había desentendido de ello pero ahora quería retomarlo, quería recuperar el tiempo perdido junto a sus dos padres.
-Mamá, ¿podrías contarme otra historia hoy?— pidió Sarada, sintiendo nostalgia del pasado y deseando revivir viejos días, aunque fuera una vez.
-Tendré que empezar a pensar en una, no lo hacemos hace mucho— asintió Sakura, habiendo perdido esa costumbre pero estando dispuesta a retomarla si su hija se lo pedía.
-Papá— llamo la Uchiha, teniendo la atención de su padre para ella en todo momento, —quería pedirte algo— menciono, tomando el silencio entre ambos como una respuesta. —Mientras estas aquí, ¿podrías entrenarme?— solicito, cruzando los dedos tras su espalda, temiendo que la respuesta fuese no.
-Claro— contesto Sasuke, plenamente dispuesto a recuperar el tiempo perdido.
-Dejemos esos temas para otro momento, ¿sí?— pidió la pelirosa, volteando a verlos a ambos.
Era encantador para ella poder ver a su esposo y su hija uniéndose, dispuestos a dejar el pasado en que habían estado alejaos ele uno del otro atrás y comenzar desde cero como si nada jamás hubiera pasado, pero por ahora lo importante era cenar, ya podrían hablar de cualquier tema…después.
-Buenas noches— se despidió Sarada al momento de levantarse de la mesa con una permanente sonrisa.
-Descansa, pequeña víbora— deseo Sakura a modo de broma y con una cantarina risa.
Tan pronto como la cena termino y con la promesa filial de que pronto escucharía una nueva historia para dormir del modo en que no lo había hecho en años, Sarada se dirigió a toda prisa hacia su habitación con una permanente sonrisa adornando su rostro en todo momento, todo lo que necesitaba era bañarse y cambiarse de ropa antes de meterse en la cama y aguardar por su madre…era un sueño, por fin tenía todo lo que siempre había soñado; su padre estaba en casa, podía ver a su familia reunida, y esperaba de todo corazón que fuera algo duradero. Siguiendo con la mirada a Sarada hasta perderla de vista, Sasuke no pudo evitar sonreír ladinamente para s, de vez en vez y al prestarle suma atención podía verla como un reflejo de Sakura, en otros momentos un reflejo suyo lo cual lo preocupaba, pero también por otros momentos podía ver a Itachi en ella y entonces todos sus miedos se desvanecían, debía creer en su hija y en que no cometería sus mismos errores, no en tanto él estuviera vivo para impedir que los cometiera. Terminando de lavar, secar y guardar los platos, teniendo el impulso de necesitar hacer algo para mantener su mente ocupada, Sakura sintió una paz que no había sentido en mucho tiempo; por fin su corazón estaba realmente tranquilo, todo por lo que tanto había sufrido finalmente tenía una razón de ser y eso era todo cuanto podía desear, claro que aún había que dejar atrás ciertas situaciones con respecto al pasado pero por ahora todo eran detalles menores a los que debían darles tiempo, y hasta ahora tiempo era algo que tenían de sobra por los visto.
-Tú también deberías irte a la cama—aconsejo Sasuke, levantándose de la mesa y situándose a su espalda.
-No soy una niña, Sasuke— contesto Sakura sin voltear a verlo, —iré cuando tenga sueño— obvio encogiéndose de hombros distraídamente.
-Solo digo, que tal vez estas exigiéndote demasiado— corrigió él, haciendo evidente su preocupación. —Sarada dijo que estabas enferma— cito como prueba de que eso no podía ser mentira.
-Simple agotamiento— contesto ella con naturalidad y restándole importancia al hecho.
Usualmente tendía a trabajar en exceso y ese era su problema, cuando no se sentía bien acostumbraba a llenarse de trabajo de todas las formas posibles—cuando no estaba en casa—para palear el estar sola, para sentir que aún había algo que tenía que hacer, pero ahora todo era diferente, sentía que ya no había un vacío en su corazón al tener a Sasuke a su lado otra vez, el poder verlo, el contemplar sus ojos, sentir su presencia…era algo infinitamente reconfortante y cuya plenitud era incapaz de expresar, era verdaderamente feliz. Guardando el ultimo plato y colgando el mandil a un costado de la gaveta, Sakura sintió como si se hubiera movido demasiado rápido, llevándose una mano a la frente antes de perder el equilibrio, demasiado débil para preocuparse por la caída que Sasuke evito, envolviendo su brazo alrededor de su hombro y apegándola hacia su pecho para impedirle caer, encontrando su mirada con la suya. Puede que Sakura no fuese una niña pero en ocasiones actuaba como una tanto con intención como sin darse cuenta pese a ser una adulta, por lo que Sasuke la observo en silencio y estoicamente, arqueando una ceja al cuestionar lo que ella había afirmado hace tan solo unos segundos; que estaba bien, pero en realidad no lo estaba y eso él lo sabía bien, Sakura había invertido demasiado tiempo interpretando dos papeles, el de madre y además supliendo su ausencia por Sarada, pero ya no más, esta vez Sasuke estaba decidido a ser egoísta, no iba a permitir nunca más volver a estar separado por tanto tiempo de su esposa, no podría ni quería tolerarlo.
-¿Me dirás que estas bien?— desafío el Uchiha al sostenerle intensamente la mirada.
-Sí, porque lo estoy— insistió Sakura con una sonrisa ladina cargada de confianza. —Creo que te debo una disculpa— reflexiono, viendo un obstáculo para su entera felicidad.
-¿A mí?— repitió el Uchiha, confundido ya que quien tenía que disculparse era él, no ella.
-Sí, yo…no cumplí con mi papel, no fui la madre que debí ser, no evite que Sarada tuviera dudas y creo que parte de todo lo ocurrido es mi culpa— adjudico la pelirosa con inevitable vergüenza. —Sasuke, yo…— titubeo, no sabiendo bien que decir para explicar los errores que había cometido en su ausencia.
De nada sirvió que Sakura intentará hablar porque en ese momento y de golpe se vio atrapada por Sasuke quien en ese momento la arrincono entre él y la pared a su espalda, sujetándola por la nuca y estampando sorpresivamente sus labios con los de ella como había deseado hacer desde la primera vez en que había vuelto a verla…todos estos años lejos de ella habían sido como una eternidad y le habían enseñado y rectificado en su mente el hecho de que una vida sin ella no merecía la pena ser vivida, solo había podido aferrarse a su recuerdo a lo largo de los años, solo había podido aferrarse a la idea de volver a verla, solo podía pensar en el pasado, había sido algo que casi había conseguido desquiciarlo pero hoy quedaba en claro que la espera había valido la pena porque nuevamente estaban juntos, sentía el satinado tacto de su piel y la sedosidad de su cabello bajo sus manos, sentía la dulzura de sus labios y su cálida respiración, su perfume, todo lo que había añorado desesperadamente…se sentía perdido, perdido en un par y una realidad de la que no deseaba ni podría alejarse jamás, ¿Cómo es que había sido tan ciego una vez para pensar que podría vivir sin ella? Lo que daría por volver el tiempo atrás y hacer de su tiempo juntos algo aún más memorable pero desgraciadamente no podía hacerlo, solo podía vivir el presente y disfrutar de cada segundo junto a su esposa como si fuera el ultimo, ambos podían vivir una eternidad, mil vidas en una sola mirada, en un instante de silencio que para ambos lo era todo porque eso compensaba todos los años en que habían estado separados.
Había pasado tanto tiempo de la última vez en que habían compartido un acto tan íntimo entre ambos que al comienzo Sakura no supo cómo corresponder al contacto de los labios de Sasuke contra los suyos, casi como si fuera la primera vez e incluso peor porque entonces ella había tomado la iniciativa, por lo que en ese momento no hizo sino aferrar sus manos contra los hombros de él y pegando su frente a la suya, recordándose mentalmente como respirar mientras encontraba sus labios con los suyos en un lento y tortuoso roce que enardecía cada parte de su cuerpo…era una sensación maravillosa y que sin embargo había olvidado por completo que existía, tanto tiempo separados los había privado del contacto del otro de una forma en que nadie podría imaginar o soportar el tormento en que habían vivido, porque imaginar una vida en que no estuviera juntos simplemente no era posible. Con lentitud el beso se rompió marcando una infinitésima distancia entre los rostros de ambos, entreabriendo sus ojos para encontrar sus miradas cargadas de un brillo que no habían visto en años en sus reflejos, el brillo de saber que la persona que era la razón de su alegría y ganas de vivir volvía a estar a su lado y eso era todo lo que podían desear o necesitar. Mordiéndose el labio inferior y sin perder detalle alguno del rostro de Sasuke tan cerca del suyo, aunque fuera por un leve instante Sakura pudo olvidarse de todo, en ese momento no existía arriba ni abajo, ni presente ni pasado, todo lo que quería era estar junto a Sasuke quien en ese momento la tenía atrapada como una presa bajo su vista, solo que ella había querido dejarse atrapar.
-Bueno, cariño— suspiro Sakura, por fin recobrando el habla, —creo que me quitaste las palabras de la boca— felicito, enalteciendo aún más su ego y orgullo.
Sin apartar la mirada el uno del otro ni por un leve instante, ambos se sonrieron ligeramente sin romper el enlace de sus miradas; estaban juntos, por primera vez en una década podían jactarse de que tendrían oportunidad de dejar al pasado y no dejar que nada interfiriera en sus vidas, por fin podían volver a estar juntos y esa era una realidad, una hermosa y maravillosa realidad.
PD: ¡Lo logre! Había pasado tanto tiempo desde la ultima ve que actualice esta historia, queridos míos, que sinceramente no tenia idea de como continuarla, es decir, si , la idea estaba en mi cabeza pero no conseguía escribirla…hasta ahora, claro :3 espero sinceramente que la actualización sea de su agrado porque ya estoy ideando los siguientes capítulos, además a lo largo de lo que resta de la semana actualizare "Queen: The Show Must Go On" y "El Velo del Amor" :3 desde el 24 al 31 de Diciembre me dedicare a empezar una o dos nuevas historias, entre ellas "Mas que Nada en el Mundo" que refleja un viaje en el tiempo según mi opinión de los fics de este tipo que he leído hasta ahora, pero ustedes pueden decirme que historia nueva quieren que inicie, ya sea que este apuntada al final o que nazca de ustedes, se los agradecería muchísimo :3 como siempre este nuevo capitulo esta dedicado a mi querida amiga DULCECITO311 (a quien como siempre dedico todas y cada una de mis historias, disculpándome por la demora), a Coleccionista de historias (agradeciendo su paciencia y esperando que la actualización sea de su agrado), a Maribalza (dedicándole cada nuevo capitulo y disculpándome por la demora), a LIDXIII (lamentando esta demora, dedicando cada nuevo capitulo en su honor), Carlinadbz (agradeciendo que dedique tiempo a leer las tonterías de este despreciable intento de escritora), Abry (agradeciendo sus palabras y esperando que esta nueva actualización sea de su agrado),y a todos que siguen, leen o comentan todas mis historias :3 El próximo capitulo se titulara "Perfección" representando la segunda parte del reencuentro de la familia Uchiha, ya verán a que me refiero en la siguiente actualización :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.
Diferencias y Libertades Creativas: hace tiempo atrás alguien comento porque había hecho—en esta historia—que Suigetsu supiera del embarazo de Sakura cuando en la historia no fue así y por eso no sabia que Sarada era hija de Sakura, pero en realidad lo que hice fue que Suigetsu y Jugo fueran guardianes de Sakura durante su estadía en la guardia de Orochimaru cuando estaba embarazada de Sarada, ¿Qué quiere decir esto? Karin fue quien la atendió personalmente durante su embarazo hasta el parto, pero Suigetsu y Jugo solo velaban porque Orochimaru no se acercara, eso quiere decir que Suigetsu y Jugo no vieron a Sakura embarazada nunca, la única que lo hizo fue Karin. En el manga—a diferencia del anime—no se establece cuanto dura la estadía de Sasuke en Konoha tras su regreso—y antes de lo eventos de "Boruto The Movie"—por lo que en esta versión Sasuke pasara casi dos semanas en Konoha antes de volver a marcharse, tiempo que representare en los próximos capítulos. Como nota adicional, la escena del beso entre Sasuke y Sakura al final del capitulo esta inspirada en un dibujo que se filtro hace mucho tiempo de parte del dibujante de Boruto y cuyo nombre se me va. Además y como ya señale, omitiré escenas o creare algunas nuevas según mi criterio mas intentando adaptar cada capitulo de "Boruto: Next Generation" y las historias que se representan.
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul"), como algunas ya habrán notado por mis historias "El Sentir de un Uchiha" y "El Clan Uchiha", también tengo la intención de explicar el porque de determinados acontecimientos, explicando sus motivaciones y auténticos sentimientos, como yo creo o siento que sucedieron, por lo mismo tengo la idea—si ustedes lo aprueban—de iniciar un fic llamado "El Origen del Clan Uchiha" centrado en el padre de todos los Uchiha; Indra Otsutsuki, porque considero que también merece su propia historia, si ustedes están de acuerdo, claro :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
