-Ni los personajes ni la historia me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto más la narración y/o pensamientos de nuestros personajes (Sasuke, Sakura y Sarada) son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3 Les sugiero oír "Dynasty" de MIIA para el flashback al inicio del capitulo, "My Love" de Sia para Sasuke y Sakura, y "Breakaway" de Kelly Clarkson para Sarada.


Transitando bajo un silencio prácticamente sepulcral los pasillos de la guarida de Orochimaru, Sasuke se dirigió en una sola dirección; hacia la habitación en que se encontraba su esposa y a quien ansiaba ver tras haber culminado otra misión encomendada por Kakashi y que había tenido que cumplir estando lejos de ella que lo necesitaba tanto en ese momento, el embarazo avanzaba más y más con cada día que pasaba a pasos agigantados, instando a Sasuke a cumplir con cada nueva misión con una premura única para no alejarse demasiado de su esposa, para no dejarla sola en un momento tan crucial y donde sabía que era su deber estar a su lado, pero el deber era el deber y como Shinobi entendía eso perfectamente como para suponer que tal vez no podría estar junto a Sakura en un momento tan crucial como lo era el parto, aunque no quisiera admitirlo. Deteniéndose ante la puerta que permanecía ligeramente entreabierta como de costumbre, el Uchiha apoyo su mano contra la perilla de la puerta al momento de ingresar, siendo sobresaltado al instante por su radiante esposa que de inmediato se lanzó a abrazarlo y besarlo, sofocándolo de la forma más satisfactoria que pudiera existir, si él había llegado a imaginarse un modo de morir, hacerlo en brazos de su esposa y agasajado por sus atenciones…no había mejor muerte que esa. Mas en ese momento no pudo evitar prestar objeción a su atención, riendo ligeramente por su efusividad mas tan solo deseando verla a los ojos en ese momento y como no había podido hacer por días enteros a causa de su separación.

-Sakura— Sasuke quiso saber que la hacía actuar tan cándida y efusivamente, pero limitar la forma de su esposa de expresar amor…sería tan insensato como decir que no le complacía ser el centro de su atención.

-Quedémonos así— rogó Sakura, abrazándolo apasionada pero sosteniéndole la mirada y sonriendo alegre como siempre, —tenía tantos deseos de verte— suspiro, riendo de alegría por compartir esos momentos con él que era el centro de su universo, él y el hijo que tendrían.

-Solo fueron tres días— obvios el Uchiha con una sonrisa ladina, pero sin hacerse de rogar en lo absoluto, ¿Por qué hacerlo?

-Demasiado tiempo para tu esposa— refuto ella en un susurro, alzando una de sus manos y acariciándole cuidadosamente el rostro, prendada de la perpetua e inigualable conexión que existía entre ambos y que les permitía olvidarse del mundo, porque solo les importaba estar juntos, —que piensa en ti antes que en ninguna otra cosa— completo con un beso rápido pero temporalmente suficiente que hubo saciado las ansias de ambos.

Si, puede que su ausencia tan solo hubiera durado tres días, pero tres días que para Sakura se habían hecho interminables mientras anhelaba su presencia, mientras anhelaba sentir su brazo alrededor suyo y protegiéndola de todo…es cierto, no estaba sola todo el tiempo, Karin siempre estaba cerca, ¿pero cómo comparar el incansable afecto que Sasuke sentía con ella con la yerma amistad que otros podrían brindarle? No quería sonar malagradecida pero el resto del mundo era un desierto cuando Sasuke no estaba junto a ella, pero cuando regresaba es que ella realmente podía apreciar lo maravillosa que era la vida, todo cobraba sentido y color cuando Sasuke estaba a su lado y no necesitaba tener la facultad de leer la mente de su esposo para saber que Sasuke pensaba lo mismo, podía verlo en sus ojos, en esos profundos orbes ónix que poseían un brillo único y que solo existía cuando estaban juntos, esa era la única prueba que ella podía necesitar. Permaneciendo unidos por aquel abrazo que no deseaban deshacer en lo absoluto, Sasuke acuno cuidadosamente el rostro de su esposa bajo su mano, trazando una línea invisible sobre su mejilla y viéndola sonreír en todo momento para deslizar su ano hasta situarla sobre su vientre por encima del vestido y siendo imitado por Sakura que al instante entrelazo su mano con la suya; cada día faltaba menos tiempo para que el parto se convirtiera en una realidad, cada día faltaba menos para que su hijo o hija estuviera en sus brazos, y tan solo recordar que pronto tendrían un hijo juntos no hacía más que colmarlos de dicha a ambos…en el pasado habría parecido una realidad imposible pero hoy era posible, porque estaban juntos.

-Este niño será más grande que su tío o su abuelo— proclamo Sasuke, absolutamente convencido de ello.

-¿Crees que será niño?— curioseo Sakura, temiendo que se decepcionara si el hijo de ambos llevaba a ser una niña.

-Aunque no lo fuera, sucedería igual- sosegó el Uchiha, besándole la frente, -pero pensar en ti y en mi madre, me atemoriza- de hecho la idea de tener una hija resultaba agradable y algo atemorizante teniendo en cuenta que ni su madre ni su esposa habían sido mujeres dóciles, en el mejor sentido.

No tenía preferencias de ninguna clase, ciertamente le daba igual si tenían un niño o una niña, pero una pare de él suponía de inmediato que tendrían un niño ya que extrañamente en sus antecedentes familiares siempre el primer hijo era niño…pero no tendría ningún problema en que tuvieran una niña, en tanto se pareciera más a Sakura a él, ¿Por qué? Porque él ya había errado suficiente en la vida, no era justo para nadie asemejársele en lo absoluto, no había nada que se pudiera aprender de él a diferencia de Sakura, ella poseía valores y una inocencia incorruptible, ella era diferente, ella podría hacer que cualquier hijo de ambos siguiera el camino correcto en lugar de desviarse hacia la locura como casi le había sucedido a él, y no podía estar más agradecido por tenerla en su vida ahora. Mucho más tranquila con esa respuesta que la hizo mantener su sonrisa en todo momento mientras observaba atentamente los ojos de su esposo, Sakura sintió ánimos renovados con tan solo escucharlo, especialmente porque la perspectiva de que tuvieran una niña no tenía por qué ser una decepción bajo ningún concepto, luego podrían intentar tener un niño si lo deseaban, y resultaría absolutamente satisfactorio intentarlo. Pensando en todo el tiempo que habían pasado separados—solo tres días pero que para ella se habían sentido como una eternidad—, Sakura se dio cuenta de que solo había una cosa que quería hacer en ese momento, quería estar a solas con Sasuke y de la única forma en que ambos podrían sentir que las preocupaciones y temores podían dispersarse en tan siquiera un instante.

-Ven— ánimo Sakura, sujetándole la mano, endilgándolo hacia la cama pero recibiendo oposición de parte de su esposo.

-En estos momentos lo único en que debemos pensar es en tu embarazo— protesto el Uchiha apaciblemente.

-Me siento perfectamente— sonrió ella sin perder su característica picardía.

-No quiero que corras ningún riesgo, mucho menos por mí— alego Sasuke, acariciándole la mejilla, velando por su bienestar y el del hijo o hija en camino. —Por tu condición sumada a todo lo demás, creo que lo mejor es que no suceda nada entre nosotros hasta después del parto— planteo viendo la inmediata incredulidad en los ojos de su esposa.

-Sasuke, yo…— estaba contrariada ya que su embarazo se desarrollaba conforme a lo deseado y más, eso y que como médico tenía la certeza de que la gestación no constituiría un impedimento para disfrutar de esa pasión tan especial que los unía.

-¿Piensas que no es un sacrificio para mí?— interrumpió él, anticipando su protesta. —Te amo, Sakura, y no quiero que te suceda nada— justifico, besándole nuevamente la frente, hipnotizado por su mirada esmeralda a punto estuvo de disuadirlo de su propia convicción.

No comprendiendo su motivo para distanciarse, Sakura retrocedió dolida y confundida, temiendo que su embarazo creara un margen entre ambos, temiendo que los días de placer y satisfacción hubieran llegado a su fin y que Sasuke se hubiera cansado de ella; claro, era insegura, pero cualquier mujer en su condición temería esa posibilidad. Sasuke le sujeto la muñeca, impidiéndole que se alejara. La amaba más que a nada en el mundo, despertaba dichoso sabiéndose amado por ella, dichoso por amar a aquella mujer tan perfecta y tan inocente, alguien atemporal al mundo vulgar, cruel, corrupto y déspota que destruía la autenticidad del corazón, la deseaba tanto como la amaba; infinitamente, y la amaría con igual intensidad en los días venideros porque estaba convencido de que no sería nada sin ella. Suponía las ideas que rondaban por la mente de Sakura, más eran totalmente erróneas, nunca dejaría de ser hermosa a sus ojos, nunca dejaría de ver en ella a la misma mujer valerosa, inteligente, incomparable y cándida que se había mantenido incorrupta desde que la había conocido hasta la fecha y siempre seria así, estaba seguro de ello, tan seguro como que amaría al hijo que tuvieran sin importar si era niño o niña. Viendo la intensidad en la mirada de su esposo, Sakura no supo cómo reaccionar siendo que sus palabras ya habían resultado ser un balde de agua fría, pero los sentimientos reflejados en sus ojos la turbaban por completo y le hacían sentir que tenía un lugar tan único en su corazón, como él lo tenía en el suyo.

-Está bien, será como tú quieres— acepto Sakura con una diminuta sonrisa.

Puede que fuese paranoico de su parte, pero Sasuke no deseaba que nada pusiera en riesgo a Sakura ni al hijo que tendrían ya sea que fuera niño o niña, solo quería pensar en que ambos estuvieran a salvo en nada mas, y afortunadamente la sonrisa de Sakura lo hizo sentir mucho más tranquilo, besándole amorosamente la frente y entrelazando su mirada con la de ella en todo momento. De pie en el umbral de la habitación de su hija, Sasuke contemplo de manera incansable como Sakura arropaba a Sarada y le besaba la frente a corroborar que se encontraba dormida y tras relatarle una historia como aparentemente no había hecho en mucho tiempo…durante mucho tiempo Sasuke había temido que su hija se pareciese en demasía a él, que pudiese llegar a sentir la misma amargura, el mismo odio que lo había cegado una vez, pero Sarada no se parecía tanto a él como si a Sakura, era adorablemente cándida e inocente, feroz, amable e increíblemente fuerte al mismo tiempo y le enorgullecía poder ver la joven en que se estaba convirtiendo y que un día sería un gran Kunoichi, estaba convencido de ello. Levantándose de la cama de su hija no sin antes besarle la frente por última vez, Sakura abandono la habitación teniendo cuidado de apagar la luz sin emitir sonido alguno y cerrar ligeramente la puerta más dejándola entreabierta por mera costumbre, ajena a Sarada que abrió uno de sus ojos—habiéndose fingido dormida—para observar el intercambio de sus padres fuera de su habitación, ¿en serio pensaban que iba a dormirse? Por fin veía a sus padres juntos y no pensaba perder detalle alguno de ambos en tanto le fuera posible.

-Está muy feliz, le costó dormirse— sonrió Sakura a su esposo, ajena de la mirada de Sarada sobre ambos. —Es muy sincera, piensa bien las cosas antes de tomar una decisión, quizá sea algo insegura, es respetuosa con todos, estudiosa, muy inteligente...— describió sobradamente dispuesta a hacer que los tres recuperasen todo el tiempo que habían pasado separados a lo largo de los años, ansiando que volvieran a ser una familia, —es la mejor de la clase— añadió pudiendo enorgullecerse por ello, porque ella había instruido a su hija hasta el día de hoy.

-Es perfecta— aprecio Sasuke, encontrando su mirada con la de su esposa que sonrió ligeramente en respuesta, pensando lo mismo que él. —Hubiera deseado poder estar aquí— suspiro inevitablemente, sabiendo que no podría cambiar el pasado sin importar cuanto lo deseara.

-Lo estuviste— refuto ella al instante haciendo que Sasuke no dejase de verla en ningún momento, —más allá de todo lo que pasó, te ama como padre— obvio sabiendo bien que Sarada diría lo mismo si supiera lo que él estaba pensando, —te prometí que no permitiría que creciera sin tu recuerdo, así como el de su tío y sus abuelos, y lo cumplí— recordó con una sonrisa, esperando que su cuñado y suegros pudieran sentir el afecto de Sarada sin importar donde estuviesen, —ahora que estás aquí todo será mejor, sin importar cuanto dure eso— menciono evidenciando lo obvio sin importar que no quisiera hacerlo.

Ni siquiera ella tenía que pensar en el instante en que Sasuke tendría que volver a irse, solo podía anhelar y esperar que esta vez su ausencia fuese muchísimo menor de lo que ya lo había sido hasta ahora, pero por ahora eso era algo que ninguno de ellos podía saber, tan solo podían disfrutar de la instancia de estar juntos sin importar lo que eso fuera a durar. Observándose el silencio nuevamente, ambos se dirigieron a su habitación sin advertir aun la atención de Sarada que se cubrió los labios para no chillar de emoción al verlos desaparecer del umbral del pasillo, apoyando su cabeza contra la almohada y sonriendo en todo momento mientras observaba el techo…había anhelado durante toda su vida ver a sus padres juntos, saber que se amaban, que ahora ver realizado ese anhelo era mil veces mejor de lo que podría haber esperado. No, existía algo mejor; por fin tendría la oportunidad de conocer a su padre, de hablar con él, de entrenar junto a él, por fin podría pasar tiempo junto a sus dos padres y saciar sus propias respuestas.

Por fin eran una verdadera familia y esa ahora era su mayor alegría.


Había pasado tanto tiempo lejos de casa que casi había olvidado por completo su antiguo hogar, una vez su hermano Itachi, cuando habían sido unos niños, le había dicho que el hogar era donde estaba el corazón, no construcciones ni edificaciones de ningún tipo, por lo que ahora no le molestaba tener un hogar distinto, para él todo siempre estaría bien en tanto su esposa y su hija estuvieran a salvo. Cerrando la puerta tras de sí y encendiendo la luz, Sakura le dio una muy vaga mirada a su nueva habitación, mientras veía a Sasuke dejar su espada lo más cerca de la cama que le hubo sido posible, una costumbre muy marcada en él. Viendo la espalda de su esposo, Sakura se mordió el labio inferior, inquieta ahora que estaban completamente a solas, sabiendo que deberían dirigirse exhaustivamente la palabra como no habían hecho hasta ahora con motivo de la presencia de Sarada. De espaldas a Sakura, Sasuke sonrió ligeramente para sí ante el silencio reinante y que por cierto no le incomodaba, aunque fuera muy impropio de ella; en el pasado y aún más ahora le resultaba insólito haber deseado ese silencio cuando habían sido compañeros de equipo, cuando poco y nada la había conocido, ahora que la conocía, no podía vivir con su silencio, aunque por cierto lo apreciaba, necesitaba de su dulce voz y su tozudez por más frustrante que pudiera ser, tanto como su propia necedad y que ella ya toleraba.

-Me has convertido en un cobarde— confeso Sasuke, sintiendo que por fin y en la única intimidad que volvían a compartir, no tenía por qué sentir miedo, —en todos estos años no sentí miedo por nada ni por nadie, pero si sentí miedo al temer perderte— admitió, volteado a ver a Sakura que se alejó lentamente de la puerta, aproximándose a él.

Nunca había sentido un amor tan fuerte por nadie, ni siquiera por su familia y vaya que ese había sido el vínculo más importante de su pasado, pero Sakura era su presente y su futuro, no concebía imaginar un mundo en que ella no estuviera. Cuando se amaba a alguien, no existían medidas de tiempo, no existían límites ni obstáculos lo bastante grandes como para rendirse y no luchar por ello, eso es lo que había aprendido a lo largo de todos los años que Sakura y él llevaban casados, e incluso desde antes, cuando habían sido compañeros de equipo; hoy sabía que se había enamorado de ella desde el primer día en que la había conocido, solo que no se había dado cuenta hasta que ella se hubiera convertido en el eje central de su vida. Era extraño volver a saberse tan importante, especialmente porque a lo largo de los años había estado sola junto a su hija, habían sido todo la una para la otra y aun se lamentaba por haberle generado tantas dudas a Sarada, pero ahora y con solo un par de pasos separada de Sasuke, tenía miedo, miedo de ya no saber cómo responder a su amor, afectada por haber vivido tan al pendiente del deber y su responsabilidad como madre y Kunoichi a tal grado que ya no sabía cómo cumplir con su rol de esposa, no salvo apoyándolo incondicionalmente. Con gran parte de su mente en sus propios pensamientos, casi ignoro como Sasuke acortaba la distancia entre ambos, entrelazando su mano con la de ella, devolviéndola a la realidad.

-Cada momento sin ti, fue…— emitiendo un casi inaudible suspiro, Sakura se vio forzada a bajar ligeramente la mirada, —fue peor que el infierno— comparo al no conocer nada más desolador e hiriente que aquello.

-Prometámonos que no sucederá otra vez— fue todo cuanto el Uchiha pudo decir para tranquilizarla, —la vida sin ti no tiene sentido— alzo su mano, trazando con extremo cuidado el contorno del rostro de su esposa, semejante a un ángel.

No dudaba de la irrefutable habilidad de su esposa para cuidarse la espalda sin ayuda de nadie ni lo haría jamás, de hecho le costaba bastante creer que otros Shinobis de su generación pudieran depositar tanta fe y confianza en sus respectivas mujeres, pero él…de ser necesario—y lo había hecho siempre—pondría su vida en sus manos, ya sea que fuera necesario o no. Pero, confiar en Sakura y parecer imperturbable no significaba que no se preocupara por ella; durante todo el tiempo en que no había sabido cómo se encontraba…era como si le hubieran oprimido el corazón constantemente y si no había demostrado emoción alguna era debido a lo inmerso que estaba en intentar mantenerse calmado y no cometer alguna locura de la que pudiera o no arrepentirse. Sasuke no era una de las personas más expresivas del mundo, cierto, pero sí lo era con ella que lo había extrañado tanto, y cegada por ese amor que sentía por él es que no pudo hacer si no entregarse por completo en cuanto lo vio descender su rostro sobre el de ella, besándola. Ya se habían besado antes, en la cocina, claro, pero ahora era diferente, esta vez no había nada que pudiera interrumpirlos. Nada salvo sus propios pensamientos que la hicieron apegarse a la realidad mientras torpemente intentaba romper el beso de Sasuke que sin palabras le recordaba una y mil veces lo mucho que la amaba.

-No puedo— musito la Haruno, rompiendo el beso y sintiendo que lo había defraudado, que le había fallado, —desearía que todo fuera como antes, que al mirarme en el espejo pudiera sentir que todo es perfecto, como debería ser, pero no es posible…— acunándole la mejilla, Sasuke frunció ligeramente el ceño, sin entender del todo que la hacía pensar así, —la mujer que amabas ha cambiado, ni siquiera puedo recordar que se siente ser como ella— admitió entonces, inclinando la cabeza, avergonzada.

-No elegimos nuestros errores, no pedimos llevar esta vida— contrario él, no concibiendo que ella fuera quien tuviera que pedir perdón.

-Sasuke, pensé cosas terribles, imperdonables…— sollozo ella, negando con insistencia.

-Lo sé, también yo— admitió Sasuke, sabiendo de antemano que ella no lo escucharía si él no lo admitiese. ¿Cómo no haber albergado pensamientos aberrantes? Había estado lejos de su hija y su esposa por más de una década, ¿Quién toleraría eso? Él por poco y no lo había hecho, —y tal vez ni tu ni yo merezcamos perdón, pero nos merecemos el uno al otro— desde siempre había creído que no merecía tenerla en su vida, menos en vista de todos los errores cometidos…pero alejarse de ella y viceversa, no era una opción, porque si algo le había permitido cumplir con aquella misión, por todos esos años, era saber que ella y Sarada estaban a salvo, para él la aldea era importante porque allí estaba su familia; la aldea era su familia. —No has cambiado, sigues siendo una molestia— sonrió ladinamente al ver que finalmente parecía más calmada con sus palabras.

Frustrante, irracional, algo infantil, pero más que nada encantadora e infinitamente inocente y bondadosa, así es como podía definir a su esposa, por ello y más es que estaba convencido de que nada de cuanto hubiera podido pensar sería tan erróneo como para que ella le pidiera perdón, a él precisamente que tanto había errado en su pasado. Viendo que sus palabras habían logrado el deseado objetivo de tranquilizarla, Sasuke pego su frente a la de ella antes de volver a devorar sus labios, extasiado por completo con su sabor y volviendo a hacerse adicto a su presencia, convencido de que ni mil noches junto a ella compensarían todo el tiempo perdido…pero lo intentaría con todas sus fuerzas. En una fracción de segundo no le hubo molestado obligarla a chocar la espalda contra la pared más cercana, arrinconándola y no sabiendo cuánto tiempo más podría contenerse…la había deseado por tanto tiempo. Intentando mantenerse cuerda, Sakura ceso de corresponder a ese beso tan sublime que la estaba volviendo loca, más sabiendo que aún había algo que decir, confundiendo a Sasuke que la siguió con la mirada mientras la veía alejarse de él y darle la espalda. Había cometido la peor de las locuras posibles cuando él había estado ausente, había estado a nada de suicidarse, había estado a punto de privarlo de toda la felicidad que ella había prometido darle como su esposa, no…ahora ni aun cuando lo deseara, no podía entregarse a sus besos y caricias sin más, ignorando su error, tenía que decírselo, pero ¿Cómo lo tomaría? Le aterraba pensar en eso.

-He de decirte algo, debo confesar una gran culpa— advirtió Sakura, debatiéndose internamente si confesar lo que casi había hecho o no. Resignado a escuchar, quizás, lo peor, Sasuke la alentó a decir lo que sea que considerara necesario; no importaba que hubiera hecho, él la perdonaría como ella lo había perdonado a él, incluso…si había albergado sentimientos hacia alguien más producto de su ausencia. —Te amo— confeso ella, sonriendo con tanta alegría como le era posible, decidiendo olvidar cualquier problema, enterrándolo en el pasado, volteando a verlo y regresando a su lado, aferrándose a sus hombros y viendo el peso que Sasuke se quitaba de encima con esas palabras. —Te amo más que a mi vida, más que a nada en el mundo, por encima de lo que soy y en lo que creo— pego su frente a la de él, liberada y reconfortada por su presencia, —eres todo para mí...— murmuro, rozando sus labios con los de su esposo.

Aun acunando su mejilla y casi perdido en esos ojos nublados de deseo, Sasuke descendió lentamente su tacto, disfrutando de sentir hasta el más ínfimo de sus poros erizarse como recordaba que había sido en su primera vez, saber que tenía ese efecto sobre ella lo enloquecía por completo, porque Sakura había nacido para él y él había nacido para amarla a ella, hasta el último día de su existencia y de allí a la eternidad misma. Enterró su nariz en la curvatura de su cuello, aspirando profundamente el aroma a jazmín que brotaba de su piel. Volviendo a alzar su rostro al mismo nivel que el de ella, Sasuke encontró sus labios con los de Sakura que respondió con igual fervor mientras envolvía sus brazos alrededor de su cuello, recorriendo su boca con lengua y viceversa, saboreando cada rincón. Sakura se sintió mareada y perdida ante la intensidad de los besos que recibía de Sasuke, apenas y pudiendo respirar, únicamente enfocada en los dedos de Sasuke que acariciaban la piel de sus hombros y brazos, como plumas antes de que su brazo envolviera su cintura, eliminando toda distancia entre ambos, que no fuera la ropa. Rompiendo el beso para recuperar el aliento, sintió los labios del Uchiha acariciar ligeramente la piel en la curva de su cuello, con su tibio aliento abanicando su piel, volviéndola loca mientras sus dedos se dirigían hacia el frente de la chaqueta, hacia los botones.

-Dime que no estoy soñando— rogó Sasuke, incapaz de creer que finalmente volviera a estar junto a ella, había soñado con ese momento por años, tanto que ahora no podía creerlo, —dime que esto no es una fantasía— imploro, embriagado por tan solo respirar el mismo aire que ella otra vez.

Sakura no pudo evitar sonreír a modo de respuesta por las palabras que el Uchiha acababa de decir, aparentemente tan obnubilado como ella por volver a estar juntos y sin que nada pudiera interrumpirlos esta vez. En el pasado nunca había dejado de ser insegura con respecto a su apariencia y puede que el factor de eso hubieran sido muchos de los eventos ocurridos durante su niñez y la reiterada presión por sentir que llamaba la atención y para bien, pero con el tiempo se había olvidado en si era considerada hermosa para algunos o no, solo se había concentrado en ser lo que hoy era, una ninja. Separándose de Sasuke y bajando la mirada, con una ligera sonrisa desabrocho uno por uno los tres escasos botones que cerraban la chaqueta entorno a su cuerpo, abriéndola—aun sin levantar la vista—y dejándola caer al suelo, volviendo a aferrarse a los hombros del Uchiha y solo entonces encontrando sus ojos con los de él. Usualmente tenía la tendencia de no usar brasier; no era tan voluptuosa como Ino, Temari o Hinata, por lo que no veía necesidad alguna en usarlo, aunque ahora quizás resultase incluso, ventajoso. Intentando mantener sus ojos en el rostro de su esposa la mayor cantidad de tiempo que le era posible, Sasuke reparo en que no importaba cuantas veces hubiera pensado en lo hermosa que era Sakura, ella jamás dejaba de sorprenderlo, fuera como fuera y es que definitivamente ya no había rastro alguno de ingenuidad en la adolescente había dejado de ver hacia más de una década, tenía delante a una mujer, su mujer.

-Esto es real— aseguro Sakura, acariciándole la mejilla y entrelazando sus ojos con los de él, —pero si es una fantasía…entonces, soñemos juntos— sugirió, aferrándose a sus hombros.

Volviendo a besarse, esta vez con aun más desesperación, el tiempo pareció volverse polvo, arena que se llevaba el viento, sin conseguir entender cómo ni cuándo se hubieron dejado caer sobre la cama, despojándose de hasta la última pieza de ropa que hubieran usado anteriormente. Apoyándose en su brazo para no aplastar a Sakura, Sasuke creyó ver un ángel, eso era lo primero que se le venía a la cabeza cada vez que veía a Sakura que se aferró a su espalda, manteniendo unos escasos centímetros de distancia entre su rostro y el de él, lo suficiente como para respirar lo estrictamente necesario, esa era la única medida de distancia que querían y permitirían que existiera entre ambos. La intención de la Haruno al volver a acercar su rostro al de su esposo hubo sido fundirse en un nuevo beso que elevara el deseo contenido, aún más, pero para su sorpresa, sintió los labios del Uchiha sobre su cuello, haciéndola gemir y arquearse contra él, sintiendo sus besos bajar hacia el valle entre sus senos, su contorno y aún más hasta la altura de su vientre, haciéndola separar sus piernas por voluntad propia. Sasuke beso burlonamente el vientre de Sakura que se mordió el labio inferior para no reír al sentir cosquillas que no tardaron en transformarse en placer al sentirlo besar sus muslos con tanta delicadeza que ella creyó ser presa de otro sueño más como los tantos que había tenido en ausencia de su esposo, pero esta vez no era ningún sueño.

Lentamente y conteniendo una ligera risa ante el breve cosquilleo sentido, Sakura volvió a sujetarse de los hombros del Uchiha en cuanto Sasuke volvió a su altura, acariciándole la mejilla antes de fundirse en un nuevo beso que la hizo olvidarse por completo del resto del mundo. Un ligero chillido murió entre sus labios en cuanto sintió a Sasuke penetrarla de golpe, hasta la empuñadura, jadeando contra los labios del otro. Forzado a recuperar el aliento, Sasuke rompió el beso, pero sin dejar de ver a su esposa a los ojos, emitiendo un vago gemido por sobre los labios de Sakura ante la sensación aterciopelada del estrecho y húmedo interior de ella. Al mismo tiempo que Sakura se acostumbraba volver a tenerlo en su interior, lo sintió posar celosamente su mano alrededor de su cuello en un gesto tan posesivo que casi le resulto burlesco; nunca necesitaría hacer ninguna pregunta ni albergar ningún tipo de duda, ella era solo suya tanto como él era solo suyo. Aun sin atreverse a moverse, esperando a que ella se acostumbrara, Sasuke gruño contra los labios de Sakura al sentir su torso chocar contra sus suaves pechos mientras volvía a besarla, con mayor intensidad, con sus cuerpos reaccionando como si aquel encuentro fuese el primero, con cada caricia, cada beso y cada muestra de cariño incrementando el enorme deseo y necesidad que tenían por el otro.

En medio del beso, el Uchiha comenzó a moverse lentamente, rememorando vívidamente como la fricción creaba un placer dolorosamente dulce que—al igual que Sakura—por poco y había olvidado que existía. Por mera inercia, Sakura envolvió sus piernas alrededor de él para acercarlo aún más, no queriendo que nada detuviera el creciente placer que se generaba entre ambos, sintiéndolo retirarse lentamente solo para volver a hundirse con idéntica profundidad en su interior, haciéndolos gemir contra sus labios. Sin romper el beso en ningún momento, presa de los inocentes e irresistibles encantos de su esposa, Sasuke admitió una y mil veces en su mente cuan absolutamente enamorado estaba de esta hermosa mujer; amaba con locura a Sakura Haruno y siempre lo haría. A medida que las embestidas aumentaban más y más a cada segundo, Sakura se contenía como nunca antes de gritar por el placer que estaba sintiendo ante el modo en que el ritmo de Sasuke comenzaba a acelerar aún más, haciendo que le arañara la espalda y con sus besos convirtiéndose momento a momento en una batalla por el dominio de sus lenguas. La fricción y el calor se volvían casi insoportables entre ambos, ardiendo como la lava de un volcán a punto de estallar en cualquier momento, desesperados por más y sabiendo cómo obtenerlo.

Manteniendo sus piernas alrededor del Uchiha y aferrándose a su espalda con ambas manos, la Haruno logro empujarlo un poco hacia atrás, acostándolo boca arriba y sentándose a horcajadas sobre él, en su regazo. Con la fuerza y cordura que aun podía ejercer, Sasuke consiguió sentarse casi de inmediato, envolviendo la espalda de su esposa con su brazo, sujetándola por la nuca y devorando los labios de ella, sediento, desesperado por ella que lo estaba volviendo completamente loco. Las respiraciones de ambos colisionaban, así como sus pieles bañadas en sudor cuanto más continuaban las embestidas. El Uchiha inclinó su cabeza hacia atrás para poder verla directamente a los ojos; su mirada brillaba llena de deseo, y sus orbes esmeralda de ella relucían como verdaderas estrellas que lo mantenían anclado a la tierra por el amor que reflejaban. Sujetándola por la nuca, la forzó a inclinar la cabeza hacia atrás, recorriéndole el costado del cuello con una serie de húmedos besos que le permitieron disfrutar plenamente de ese inocente perfume a jazmín al que era adicto; la había extrañado tanto que no sabía cómo es que estaba durando tanto, pero valla que lo estaba disfrutando, como nunca antes. Sonriendo, Sakura apoyó ambas manos en los fuertes hombros de su esposo, ascendiendo una de ellas para acariciarle el rostro a la par que la envolvía alrededor de su cuello, obligándolo a volver a recostarse, usando apenas una fracción de su fuerza y mostrándose tan posesiva como él.

Apoyándose en los hombros del Uchiha, Sakura se inclinó lo suficiente como para volver a unir sus labios con los de su esposo, arañándole a medias el pecho, apoyándose en él y sin cesar de mover las caderas de adelante hacia atrás, sintiendo la mano de Sasuke situarse sobre su cadera, guiándola. Sus bocas se aplastaron, juntas, sin encontrar aquello con lo que saciarse, porque no tenía fin, buscando con aun más insistencia cada vez, presos de una vorágine incontrolable. Lenta, pero constantemente, Sasuke vio con inigualable atención como Sakura se excitaba más y más a cada momento, tan cerca de llegar al orgasmo como él mismo pero intentando aguantar lo más posible, temiendo que tras cerrar los ojos todo demostrara ser sino un sueño. El Uchiha abrió los ojos, analizando sector por sector el cuerpo de Sakura, sobre él: desnuda, hermosa y tremendamente deseable. Su abdomen se contraía a cada movimiento, marcando su pequeña cintura, sus senos, de tamaño mediano, no oscilaban dando una estética firme, su cabello aún más sedoso que cualquier material existente y tan único como sus orbes esmeralda que no se despegaban de su rostro. Su rostro estaba tan cerca del suyo que respiraban el mismo aire…ella y su angelical belleza lo estaban volviendo loco.

Tras lo que pareció una espera infinita, el orgasmo no tardo en apropiarse de ambos y expandirse por sus cuerpos, gimiendo y gruñendo contra los labios del otro, continuando—aunque con torpeza—con el beso que hasta entonces habían mantenido. Rompiendo el beso, solo entonces, Sasuke recupero el aliento mientras veía a Sakura tumbarse a su lado; tanto por costumbre como por deseo propio es que envolvió celosamente su brazo alrededor de la cintura de ella, guiándola a recostar su cabeza sobre su pecho como en tantas ocasiones anteriores y no encontrando resistencia, haciéndolo sentirse tranquilo con su calor y próximo a caer presa del sueño en cualquier momento, solo que esta vez no habrían pesadillas. Sakura sonrió disimuladamente para sí al escuchar el ritmo de la respiración de Sasuke y los latidos de su corazón, a la par con el suyo al reposar una de sus manos contra su piel, permitiéndole poco a poco sumirse en un profundo sueño, aunque dudaba poder dormir teniéndolo a su lado, y necesitando despertar en algún momento para corroborar que aquello no era un sueño.

Se habían añorado por demasiado tiempo, demasiado como para tolerarlo, pero ahora finalmente estaban juntos otra vez, y Kami mediante esta vez no volverían a separarse, no por tanto tiempo.


¿Dónde estoy? Se preguntó Sasuke cuando por fin sintió que era capaz de recuperar la conciencia, pero estando demasiado confundido sobre lo que lo rodeaba, estoy vivo, o…ni siquiera tenía una respuesta clara en su mente, todo lo que recordaba era haber sido herido durante la batalla contra ese muchacho de la máscara, había intentado pelear lo mejor posible pero la situación había probado ser demasiado difícil incluso para él que había caído en la inconsciente a causa de sus heridas, pero ahora estaba despierto mientras luchaba por abrir los ojos, sintiéndose demasiado abatido. Al comenzar a tomar conciencia de donde estaba es que se percató de una voz que estaba sollozando, una voz que conocía bien y que lo hizo temblar al reconocer que se trataba de ella, Sakura…¿Será posible? Sin moverse del todo, el Uchiha dirigió su mirada hacia su pecho donde Sakura se encontraba apoyada y sollozando como si la hubiera hubiese terminado para ella, llorando por él. Lo es reconoció esbozando una sonrisa ladina en su mente sin tan siquiera saber porque, sintiendo un nudo en el centro del pecho al no entender que razones podía tener ella para estar llorando por él en ese momento, si, estaba herido y sentía dolor pero ¿Por qué ella se preocupaba tanto por él? No conseguía entenderlo, más en ese momento todo lo que le preocupo fue levantarse de donde estaba y para hacerlo Sakura desgraciadamente representaba un obstáculo, un peso persistente sobre su pecho y que si bien le permitía respirar no le hacía más fácil la tarea de sentirse mejor, quizás fuera eso lo que a nada estuvo de hacerlo sonreír, pero él no se lo permitió.

-Sakura— hablo Sasuke por fin, —me cuesta trabajo respirar contigo arriba de mí— se quejó inevitablemente, necesitando ponerse de pie cuanto antes.

-Sasuke…— reconoció Sakura, levantando su cabeza del pecho de él y encontrando su mirada con la suya.

Tan pronto como encontró su mirada con la de ella, Sasuke se sintió absolutamente confundido, Sakura estaba llorando y no solo eso, estaba llorando por él, veía las lágrimas descender por sus mejillas para surcar un camino que otras ya habían trazado con anterioridad, veía sus mejillas humedad por lo mismo, ¿Por qué?, ¿Por qué significaba tanto como para que ella llorara por su causa? Sasuke no conseguía obtener la respuesta sin importar cuanto intentase dar con ella en su mente y contemplando su rostro, incapaz de entender las razones que ella tenía para dirigirle tanta atención y para tenerle tanta estima, tanto cariño siendo que no había hecho nada para merecerlo, inundando su pecho de una sensación que había creído olvidar hace muchísimo tiempo; la sensación de ser importante para alguien, la sensación de saber que alguien sufría por su causa. Incapaz de creerlo hasta verlo con sus propios ojos, Sakura tan solo se sintió tranquila consigo misma una vez encontró sus ojos con los de Sasuke; estaba bien, estaba despierto y lo más importante es que estaba vivo, herido por supuesto y claramente cansado pero vivo y eso fue más que suficiente para transformar las lágrimas de tristeza que hasta entonces habían surcado por sus mejillas en lágrimas de felicidad, una felicidad desbordante que la hizo sonreír con más felicidad de la que jamás hubiera podido sentir en su vida porque hasta hace apenas unos segundos atrás había estado desecha y llorando como si su vida hubiera terminado pero ahora se sentía inmensamente feliz y había una sola cosa que quería hacer.

-Señor Tazuna, ¡Sasuke está vivo!— la Haruno chillo de emoción a mas no poder, abrazando a Sasuke con todas sus fuerzas y haciendo que ambos cayeran pesadamente contra el suelo.

-Sakura, eso duele— se quejó el Uchiha, a medias divertido por su alegría y emocionalidad.

Aunque no lo demostrase en ese momento, Sasuke se olvidó por un segundo del dolor de sus heridas o del cansancio que sentía en cada parte del cuerpo y que le dificultaba moverse, todo lo que pudo pensar en ese momento fue en la sonrisa de Sakura y en la lágrimas de alegría que habían reemplazado su tristeza, todo por su causa. Frunciendo el ceño a causa de la luz del sol, Sasuke se llevó la mano a la frente antes de abrir los ojos y darse cuenta de donde estaba, por inercia su primer impulso fue creer que despertaría en el bosque y con la espalda apoyada contra el tronco de un árbol como acostumbraba, pero al abrir los ojos y erguirse sobre la cama es que se dio cuenta de que lo sucedido el día anterior no había sido un error, estaba en casa, junto a Sarada y Sakura sin importar lo irreal que todo eso pudiera parecer. Creí que estaba soñando, pero no lo estoy, admitió el Uchiha esbozando una sonrisa ladina tras nada más aceptarlo, levantándose de la cama y apresurándose en bañarse y vestirse cuanto antes para dirigirse a la cocina donde quizás ya se encontraban Sakura y Sarada. Al abandonar la habitación hacia la cocina, Sasuke inevitablemente se sintió confundido pro tanto silencio, casi podía cortarse con un kunai si esa fuera su intención lo cual era extraño ya que jamás—ni siquiera durante su viaje junto a Sakura hace tantos años—había atestiguado tanta calma, menos a esa hora de la mañana, a tal punto que en su mente Sasuke inicio una cuenta regresiva para prepararse antes de que el silencio fuera roto abruptamente como sabía que iba a suceder; tres, dos uno…

-¡Sarada, ya levántate!— grito Sakura a todo pulmón, rompiendo con el silencio.

-¡Hoy no tengo clases!— rebatió Sarada en un todo idéntico desde su habitación.

-¡Que te levantes, dije!— insistió la pelirosa sin ceder en lo absoluto en su postura.

-¡Es extraño, solo porque tú quieres!— acepto la Uchiha sin otra opción, ligeramente divertida.

Aunque Sarada estaba aún en la cama, era imposible encontrarse amenamente en los brazos de Morfeo si su madre la despertaba de esa forma y por lo que la Uchiha acabo por erguirse sobre la cama, contemplando la luz del día por la ventana antes de esbozar una ligera sonrisa al levantarse de la cama y dirigirse el baño en completo silencio, a diferencia de lo que acababa de suceder hace tan solo un instante. Ahí estaba el perpetuo recordatorio de que no estaba solo y que lo hacía debatirse entre la alegría y el agotamiento en un instante, negando en silencio para sí y absteniéndose de entornar los ojos; Sakura y Sarada eran idénticas la una a la otra y era prácticamente imposible negarlo, eso y tener un día normal de silencio por la mañana, claro está. Despierta desde hace poco menos de una hora—en realidad casi no había conseguido dormir en toda la noche a causa de la emoción, por eso era otra historia—, Sakura preparo afanosamente el desayuno con una permanente sonrisa en el rostro en todo momento, en ocasiones desviando sus pensamientos de regreso a la habitación donde quizás Sasuke aún continuaba durmiendo y mordiéndose el labio inferior para no chillar de emoción como una tonta a causa de su propia alegría, ajena a la presencia del Uchiha que se encontraba en el umbral de la cocina y desde donde la observaba ligeramente divertido al poder leer sus pensamientos como si de un libro abierto se tratara, tal y como ella conseguía hacer con él, recorriéndola de arriba abajo con la mirada antes de manifestar su presencia de viva voz.

-Ya se me hacía extraño tanto silencio— confeso Sasuke en voz alta, haciendo que su esposa voltease a verlo por encima de su hombro.

-¿Cómo dormiste?— curioseo Sakura aunque ella ya conocía la respuesta, mas deseaba saberla de su boca de todas formas.

-¿Necesitas preguntar?— inquirió el Uchiha situándose delante de ella y envolviendo su brazo alrededor de la cintura de ella.

-Tal vez— acepto la pelirosa, parpadeando coquetamente y riendo de forma inevitable. —No, porque me quede viéndote toda la noche— confeso para sorpresa de su esposo que arqueo una ceja en respuesta por lo mismo, —no conseguí dormir, sentía que si cerraba los ojos, al abrirlos todo sería una fantasía y tú no estarías— confeso sin apartar en ningún momento sus ojos de los de él.

-¿Acostumbras soñar conmigo?— pregunto Sasuke con ligera mofa, a propósito ya que conocía bien la respuesta.

-Más de lo que crees— contesto Sakura sin darle una respuesta clara, mordiéndose el labio inferior para no sonreír.

¿Por qué negarse el uno al otro lo que era evidente? Aceptar que no importa que hubieran transcurrido diez años—casi once, pero eso no era lo importante—desde la última vez en que habían sido un verdadero matrimonio, hoy se amaban incluso más que el día en que habían tenido que separarse, aunque eso lo sabían a la perfección sin que ninguno de los dos tuviera que tan siquiera pronunciar media palabra. Pegando brevemente su frente a la suya y disfrutando de la cálida sensación de la respiración del otro contra su piel, ambos se separaron en cuanto sintieron los pasos de Sarada acercarse a la cocina, frotándose los parpados aun algo aletargada por el sueño mientras observaba a sus padres, absteniéndose de cualquier comentario sospechoso y tan solo deseándoles buenos días.

Era maravilloso poder volver a ser una familia otra vez.


Apretándose nerviosamente uno de sus brazos mientras caminaba, Sarada siguió en silencio a su padre hacia el campo de entrenamiento donde habían acordado reunirse para pasar tiempo juntos…creía en él y en su afecto, en sus palabras, confiaba en él, pero aún continuaba siendo un completo extraño para ella en muchos aspectos sin importar que ella no quisiera admitirlo a tal punto en que el todo el día que había trascurrido tras el desayuno Sarada no se había sentido capaz de tan siquiera dirigirle la palabra, sentía un margen abismal entre ambos y que no sabía si podría cruzar, tan solo caminando tras él en silencio y viendo su espalda en todo momento, mordiendo el labio inferior y titubeando cada vez que pensaba en decir algo, ¿Qué podía decirle? Se sentía como una tonta, intentando hablar pero sin saber cómo. Disfrutando del silencio que tenía lugar—tal y como sucedía cuando estaba junto a Sakura—mientras se dirigían hacia el campo de entrenamiento, mas sintiendo tensión a su espalda, Sasuke se abstuvo de detenerse y preguntarle a Sarada que pasaba, puede que ella se incomodara si formulaba tal pregunta, más la respuesta llego por si sola en cuestión de segundos cuando sintió a Sarada detenerse a su espalda. No le extrañaría nada que ella formulase alguna pregunta o que exigiera algo, la verdad no le extrañaría nada que se sintiera incomoda ya que incluso él se estaba debatiendo mentalmente que decirle y que no ya que lo último que deseaba hacer era ofenderla, pero nuevamente ambos debían tener en cuenta que en esencia era dos completos extraños entre sí.

-Papá, yo…aun quiero disculparme por lo que sucedió— inicio Sarada tras tanto silencio, sintiendo y necesidad dejar las cosas claras entre ambos, —sé que fui imprudente y no me detuve a analizar bien las cosas, estaba molesta, enfadada y…no sé qué otra cosa decir para justificarme— reconoció aun apretándose el brazo, sintiéndose como una tonta. —Lo que dijiste era cierto, un ninja no puede dejarse dominar por los sentimientos, no mientras cumple con su deber— recordó, agradeciendo sus palabras como no había hecho entonces.

-Sarada— refuto Sasuke sin voltear a verla, aun dándole la espalda, —Es mejor dejar el pasado en el pasado, un ninja no mira atrás, solo hacia adelante— instruyo confiando en que ella entendería sus palabras sin necesidad de profundizar en ellas.

-Si— asintió ella, esbozando una ligera sonrisa que intento contener, apretando los labios, eso y su propia emoción.

Estaba verdaderamente sorprendida, no confundida ni se sentía extraña pero si sorprendida ya que había esperado que su padre tal vez estuviera enojado con ella a causa de las resoluciones a las que había llegado hasta apenas ayer, que incluso se sintiera ofendido por su desconfianza…pero no era así, su padre no estaba enojada con ella sino que incluso prefería dejar el pasado olvidado y enterrado como si jamás hubiera sucedido para que pudiera vivir el ahora y eso reconforto inmensamente a Sarada que esbozó una sonrisa mientras volvía a ver su espalda, esta vez alejándose más y más segundo a segundo ya que ella estaba de pie y congelada como una roca mientras que él continuaba dirigiéndose hacia el campo de entrenamiento. Okey, eso de dejar el pasado atrás no era una enseñanza de los shinobis sino que en realidad era una reflexión autodidacta por su parte, pero Sasuke no podía pensar de otro modo si de su hija se trataba, porque todos cometían errores—él los había cometido y muy grandes por cierto—, mas nada podría hacer que se enemistara con su hija con quien ahora solo quería recuperar todo el tiempo que ambos habían perdido y para hacerlo ambos debían olvidar por completo cualquier sucesión de hechos que hubiera podido enfrentarlos con anterioridad porque todo eso era pasado, un pasado que era mejor olvidar si querían tener un futuro. Sonriendo ladinamente para sí y deteniendo su andar, Sasuke volvió el rostro a varios pasos tras suyo donde Sarada aún permanecía detenida y estática, incapaz de moverse y tan solo observándolo en silencio.

-¿Vienes?— pregunto el Uchiha a modo de broma, sobresaltando a su hija y haciéndola reaccionar.

-Si, perdón— asintió Sarada, golpeándose mentalmente antes de alcanzarlo y caminar a su lado.

Fingiendo que no había sucedido nada, ambos retomaron su camino hacia el campo de entrenamiento, sintiendo que esta vez toda posible tensión había desaparecido por completo. Puede que a Sasuke no le gustase aceptarlo pero Sarada había heredado un rasgo distintivo de los Uchiha y que en ese momento los hacia iguales; el mismo espíritu valiente que jamás se inclinaba ante nadie, que jamás aceptaba lo que no estaba de acuerdo con su orgullo y opinión…un Uchiha jamás se inclinaba ante nadie y Sarada seguía ese principio porque estaba en su sangre, porque lo sentía en sus venas al igual que él más allá de cualquier percepción.

Porque eran padre e hija.


PD: Feliz Año Nuevo, mis amores…okey, aun falta un día, pero probablemente no vuelva actualizar hasta e de Enero por lo que sentía que necesitaba desearles un nuevo año cargado de alegría y bendiciones a todos ustedes, agradeciendo de todo corazón que lean las historias de este pobre intento de escritora :3 Había prometido actualizar esta historia tras iniciar los dos nuevos fics, además antes del fin de semana planeo actualizar "Mas Que Nada En El Mundo" y el fin de semana "El Velo del Amor" antes de retomar la actualización del resto de mis historias en las próximas semanas :3 Aun no tengo en mente el nombre para el próximo capitulo pero ya se me ocurrirá algo, lo prometo :3 esta historia esta dedicada a mi querida amiga y lectora DULCECITO311 (dedicándole cada una de mis historias como siempre y deseándole un feliz año nuevo a ella y todos los suyos), a Coleccionista de historias (dedicándole esta historia y deseándole un feliz año nuevo, ademas de prometiendo adaptar Sasuke Retsuden mas adelante en la trama), a afrodity33(agradeciendo sus palabras, dedicándole esta nueva actualización y deseándole un feliz año nuevo) a Abril (agradeciendo sinceramente sus palabras, dedicándole la historia y deseándole un feliz año nuevo), a Guest (agradeciendo su apoyo y deseándole un feliz año nuevo), y a todos que siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3