-La historia y los personajes no me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoría de Masashi Kishimoto más la narración y/o utilización de los hechos son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3 los eventos de este fic tienen lugar en medio de los acontecimientos del Capitulo 66 de Boruto: Next Generation y dentro de los futuros capítulos de mi otro fic "El Sentir De Un Uchiha". Les sugiero oír "E.T" de Katy Perry y "Tattoo" de Loreen para Sasuke & Sakura, "Choose Your Fighter" de Ava Max para Sarada, "Push" de Ryan Gosling para Boruto, y "Autumn Leaves" de Remi Wolf para el contexto del capítulo.


Inicialmente Sakura no había querido creer en las palabras de Sasuke sobre buscar una nueva residencia, el apartamento en que vivían no estaba mal de cualquier forma, pero debían admitir que comenzaba a quedarles pequeño; Sarada tenía doce años, estaba en una edad en que estaba definiendo sus intereses, y aunque Sasuke viajase ligero, Sakura deseaba que pudiera tener cosas que llamar suyas estando en casa, había muchas cosas que quería comprar y muebles que deseaba renovar, por lo que en definitiva era buen momento para comprar una casa, aunque las palabras de Sasuke le hubieran parecido pronunciadas en medio de un arrebato de pasión, mas interiormente sabía que Sasuke nunca decía algo que no quisiera de verdad. Lo primero fue recurrir a una corredora de propiedades y que afortunadamente tenía una larga lista de casas que mostrarle al matrimonio, de entre quienes Sasuke se mostraba particularmente escéptico así como con una perspectiva muy crítica, Sakura por otro lado estaba ansiosa con la idea de estudiar cada opción y decantarse por la mejor mientras la encargada baria la puerta y procedía a mostrarles la casa. Su primera casa había sido un regalo de Kakashi Sensei por su regreso a Konoha luego de más de un año de viajar y realizar misiones por el bienestar de la Aldea, Sasuke y ella no habían tenido ocasión de elegir sino simplemente aclimatar todo a su gusto—o ella ya que Sasuke había tenido que volver a viajar al poco tiempo de su regreso—, mas ambos esperaban poder hacer de la nueva casa que eligieran, su propio hogar.

—Exquisito enyesado en todas las habitaciones— describió la corredora de propiedades al ingresar en la casa. —¿No es preciosa?— el tamaño y estructura de la casa era muy acogedor con solo verla.

—Mucho, pero no estoy convencida— admitió Sakura observando todo lo que la rodeaba, mas no sabiendo que pensar. —Sasuke, ¿Qué opinas?— inquirió llamando a su esposo que se había separado de su lado nada más entrar.

—Esta no es— negó el Uchiha apartándose de los ventanales que daban hacia el jardín.

—¿Seguro?— inquirió la pelirosa solo para estar segura, no entendiendo del todo como había llegado a esa conclusión tan rápido.

—Otra te gustara más— aseguró el azabache siempre estoico en presencia de terceros.

Por primera vez desde que estaba casado con Sakura, Sasuke tenía una idea muy clara en mente sobre lo que quería para la casa que habrían de compartir, tenía un concepto que ese lugar debía respetar o de otro modo solo haría que él se negara a cada opción que encontrase y se lo dio a saber a Sakura, entendiendo su desconcierto, pero esperando que—con lo grande que era Konoha—existiera la opción que él estaba buscando, indicándole que salieran del lugar y siendo el primero en hacerlo, mas sabiendo que su esposa lo seguiría de inmediato y así fue. Dudar del criterio de su esposo no era en absoluto una opción para Sakura en ese caso, ni aunque ello significara elegir donde iban a vivir a futuro—primero estaban todos los pormenores a resolver antes de la mudanza—, por lo que Sakura únicamente siguió a Sasuke en silencio, volviendo la mirada hacia la corredora de propiedades a modo de disculpa con una ligera sonrisa, y que si bien desconcertó a la mujer por la abrupta negativa, esta no tardo en seguir al matrimonio Uchiha, teniendo muchas otras opciones en mente después de todo. El día era largo, por lo que afortunadamente quedó tiempo de sobra para ver muchas otras opciones de casas, pero nuevamente y en cuanto cruzaron el umbral, Sasuke se apartó de su lado y dirigió sus pasos hacia los ventanales que daban con el jardín, y Sakura por su parte se encargó de los aspectos técnicos evaluando el interior junto a la corredora de propiedades, asintiendo en silencio ya que esta nueva opción le resultaba mucho más grata que la anterior, era muy bella de hecho.

—Esa chimenea…perfecta y cálida durante el invierno, la sala es muy acogedora y las habitaciones también son preciosas— enumeró la corredora de propiedades, complacida con la sonrisa en el rostro de la Matriarca Uchiha. —Los detalles, la arquitectura, las ventanas; es perfecta— era una de las mejores casas de Konoha.

—Sasuke…— llamó Sakura volviendo la mirada hacia su esposo, de pie contemplando el jardín.

—No— contestó el Uchiha pasando junto a ella con la misma conclusión que de la opción anterior.

—Gracias— apreció la pelirosa a la corredora de propiedades, siguiendo prontamente los pasos de su esposo.

No sabiendo que pensar esta vez ya que esta opción le había complacido mucho más que la primera y prácticamente ya pudiendo proyectar una serie de ideas sobre que modificar, mantener o arreglar de la casa, Sakura siguió los pasos de su esposo, entornando los ojos al alcanzar sus pasos y reprendiéndolo en silencio, deseando saber qué es lo que él tenía en mente para poder rechazar las opciones que veían con idéntica facilidad y sin intentar sentir afecto o predilección por lo que veían, como hacia él. Igual de desconcertada por la negativa del matrimonio Uchiha, la corredora de propiedades no se dio por vencida, seguía habiendo muchas otras casas que ver, pero sin duda nada podría haber preparado a la pobre mujer para lo que iba a ocurrir, viendo como casa tras casa era rechazada por el matrimonio Uchiha, poniéndola en un aprieto al no saber que sentir, temiendo no poder encontrar aquello que los complaciera y perder una buena oportunidad, porque en ese caso los ingresos estaban asegurados de lograr efectuar una venta. El descontento de Sakura no fue menor sino mayor, suspirando sonoramente y cruzando los brazos sobre su pecho con incertidumbre, intentando entender las razones de su esposo y diciéndose a sí misma que Sasuke nunca hacia algo sin una razón, pero entender esa razón comenzaba a hacérsele cada vez más difícil, intentando entender que era lo que él estaba buscando exactamente, pero él nunca le daba ninguna pista, siempre en silencio y teniendo sus propias ideas, relegándola a ser una ansiosa espectadora de todo.

Solo esperaba que él supiera lo que hacía.


—No es para tanto— desestimó Sasuke, negándose a sentir culpa por lo que su esposa quería adjudicarle.

—Creo que terminaste hartando a la corredora de propiedades, así que si es para tanto— insistió Sakura con voz tensa y disgustada por la actitud de su esposo, que aparto la mirada no queriendo contrariarla. —Bueno, esta es nuestra última opción; es un poco más grande que las otras, pero igual de hermosa y acogedora, y con un jardín que se verá maravilloso en primavera— nombró recordando la descripción de la corredora de propiedades.

Luego de tanta negativa por parte de Sasuke, en nada extrañaba a Sakura que la corredora de propiedades no les presentase personalmente la última casa disponible, sino que le hiciera entrega a la Matriarca Uchiha de las llaves de la misma, dándole al matrimonio libertad de acción sobre si elegir o no esta opción, que de hecho era la más grande de Konoha y la más costosa, pero semejante prospecto no pareció intimidar en lo absoluto a Sasuke; nuevamente había que recordar el gran patrimonio monetario de los Uchiha y que básicamente estaba intacto debido a la administración de Sakura y los continuos viajes de Sasuke quien apenas y gastaba un centavo, por lo que disponían de muchos recursos que emplear a su gusto. Cuando la cerradura cedió ante la llave, Sakura regresó esta al bolsillo de sus pantalones y abrió la puerta para ser la primera en ingresar, congelándose en el umbral antes de lentamente cerrar la puerta a su espalda, impresionada no solo con el tamaño de la casa sino con su estructura, boquiabierta y ajena a su esposo quien nuevamente y como había hecho al visitar todas las casas anteriores, se dirigió directamente hacia los ventanales que daban con el jardín, solo que esta vez sonrió ladinamente y complacido con lo que veían sus ojos, y sin preguntar o volver la mirada ya sabía que Sakura compartía su opinión. Hasta ahora los lugares que obligatoriamente habían tenido que ser llamados "hogar" por ambos al igual que por Sarada, ya habían sido elegidos por otros, nunca habían tenido algo que pudieran llamar propio, pero ahora sí podrían.

—Kami…si tú no la quieres, yo sí, es preciosa— habló Sakura por fin saliendo de su impresión. —Esa escalera, y la chimenea…aunque no deja de ser algo grande para una familia de tres— comentó acercando sus pasos hacia su esposo, pero sin dejar de observarlo todo. —Siempre haces esto, vas directo a una ventana, ves el jardín y nunca el resto de la casa— reprochó al situarse a su lado, intentando entender a su esposo.

—Esta es— declaró Sasuke sin desvanecer su sonrisa ladina, agradecido de haber tenido razón todo el tiempo.

—¿Seguro?— inquirió la pelirosa solo para estar segura, no queriendo enamorarse de la casa solo para que él la rechazase otra vez.

—¿Ves el jardín?— señaló el azabache con la mirada, volviéndose hacia su esposa que asintió extrañada. —¿No lo recuerdas? Cuanto estabas embarazada de Sarada, dijiste que los jazmines eran tus flores favoritas— comentó haciendo que ella contuviera un jadeo a causa de la sorpresa. —Ahora podrás verlos— los jardines de las otras casas habían sido demasiado pequeños, y en esta ya había jazmines en floración.

—¿Has estado rechazando todas las otras casas solo por eso?— más bien afirmó la Haruno con voz la voz quebrada de emoción. —Sasuke…eres muy lindo cuando quieres serlo— elogió envolviendo sus brazos alrededor de su torso en un abrazo, sintiéndose como una tonta por haberse enojado con él en algún punto al no entenderlo.

—Tengo muchas razones para hacerte sonreír— obvió el Uchiha como única justificación, solo buscando mantener esa sonrisa. —La casa es tuya, decórala como mejor te parezca— delegó intuyendo que probablemente y para su desgracia ya habría partido a otra misión para el momento de la mudanza.

—Creí que ibas a tener la última palabra— difirió Sakura entre divertida y extrañada por su decisión, mas agradeciendo su confianza.

—Si, y la última palabra es que tú decides— confirmó Sasuke como si fuera lo más natural del mundo.

Haber sabido que Sakura había estado a cargo de todo durante su década fuera de Konoha, debido a la misión de investigación sobre los Otsutsuki, había hecho que Sasuke se sintiera infinitamente tranquilo y no solo en lo que concernía al bien de la aldea—fuera de Naruto—sino con respecto a su familia, sabía que en tanto ella estuviera presente Sarada crecería de la mejor forma posible y esa confianza había probado ser correcta, lo apreciaba todos los días al ver la maravillosa jovencita en que su hija se estaba convirtiendo, teniendo un raciocinio mil veces mejor que el que él había tenido a su edad, y no le extrañaba, Sakura siempre había sido la más inteligente y sensible de los dos, desde sus días en la academia, por eso Sasuke siempre había sentido que podía confiar en ella, y ni se dijera como su esposa. Rompiendo el abrazo y sonriendo como si de una niña se tratara, teniendo en todo momento la atención de su esposo, Sakura retrocedió sus pasos hacia la escalera, haciendo un sugerente movimiento con sus manos e indicándole que la siguiera, una invitación a la que Sasuke evidentemente no pudo resistirse, desnudándola con la mirada y sobre todo ante el ondulante vaivén de sus caderas al caminar; Sakura apreciaba haber realizado "ciertas" misiones rango S para las Kunoichi en su juventud, puede que no pudiera enorgullecerse de ello pero esto le había enseñado perfectamente cómo manipular al sexo opuesto y ser aquello que querían los hombres, pero su control sobre Sasuke se debía a los sentimientos que él tenía por ella, así como a haber sido su primera vez.

—Tendremos que mudarnos luego de que vuelvas a viajar, hay mucho que hacer— consideró Sakura en voz alta al subir la escalera y sintiendo como tenía a su esposo en la palma de la mano, —El jardín es hermoso, pero requiere modificaciones— había muchas plantas que quería sembrar, camelias en especial. —Es tan grande y hay tanto que llenar con nuestras cosas; a Sarada le encantara, y tendremos que comprar muchas otras cosas…— reflexionó al llegar a lo alto de la escalera. —¿Qué?— inquirió ante la particularmente cálida mirada en los ojos de su esposo.

—Me encanta esa sonrisa; tienes la mente llena de ideas, de cambios— señaló Sasuke, siendo obvio para él, —eso significa que estas feliz— adoraba escucharla hablar de todo, siempre con la mente repleta de una cosa o la otra.

—Sí, estoy feliz, muy feliz— confirmó la pelirosa, asintiendo vehemente y debiéndoselo todo a él.

En el fondo y aunque siempre hubiera sabido como apreciar el silencio, Sasuke se había quedado embelesado escuchándola hablar ya desde sus días de Genin, puede que en su arrogancia se hubiera considerado muy inteligente y sabía que lo era, pero Sakura manejaba temas con una facilidad que él nunca sentía poder hacer y no pretendía perder el tiempo en eso, mil veces más prefería escucharla si así podía contemplar esa hermosa sonrisa que lo había hecho enamorarse de ella hacía ya tantos años. Una parte interior de él quería sentir celos mientras la veía alejarse de su lado para recorrer las habitaciones, sintiéndose insignificante y maleable en sus manos de seductora, ¿Cuántos habían sucumbido a sus encantos antes que él? Era egoísta de su parte, él había tenido demasiados problemas con los que lidiar para dejar que sus sentimientos por ella lo controlaran en el pasado, ella no podría haberlo esperado toda la vida y él no se lo habría pedido nunca, además, no sería la misma mujer que ahora era su esposa y que él tanto amaba; eran la primera vez del otro y que se pertenecían, solo eso importaba. La excitación creció dentro de él mientras anticipaba como es que Sakura respondería a su tacto, estaba ansioso por poner sus manos sobre ella, desde su sedoso cabello hasta sus tentadoras curvas, atraído por la forma en que la ropa que usaba acentuaba sus pechos, y lo hacía anhelar explorarlos con la boca y su tacto, sorprendiéndola por la espalda en el umbral de una de las habitaciones y guiándola hacia el interior, cerrando la puerta tras de sí y haciéndola reír.

—Estás loco, ¿Lo sabias?— consideró Sakura sosteniéndole la mirada y mordiéndose le labio inferior.

—Un poco— asintió Sasuke sin problema, sintiendo la anticipación crecer ante la sublime promesa de placer que toda ella significaba para él. —Tú lo dijiste, no estaré aquí para la mudanza, así que necesito una compensación— determinó inclinándose para capturar sus labios, sintiéndola corresponder de inmediato.

Habiendo estudiado la habitación antes que su esposo, Sakura envolvió sus brazos alrededor del cuello de Sasuke, devolviéndole el beso con entusiasmo a la par que haciéndolo retroceder hacia la cama presente en la habitación, uno de los tantos muebles que—según le habían comentado la corredora de propiedades—habían quedado de los dueños anteriores; decidida a sacarle provecho, Sakura rompió el beso al hacer que Sasuke se sentase sobre el colchón y sentándose ella sobre su regazo, meciendo sus caderas contra el miembro de su esposo que la acercó hacia si, ahuecando sus glúteos a través de la ropa…a esas alturas Sakura ya conocía todas las señales de su esposo para hacerle saber que quería más. Levantándose lentamente del regazo de Sasuke, rozando sus labios con los suyos, Sakura busco el botón y cierre de sus pantalones, bajándoselos lo suficiente y sintiéndolo solicito bajo sus atenciones, y un instante después ella misma se quitó los pantalones, junto con los zapatos, volviendo a sentarse a horcajadas sobre él, tentándolo al rozar su feminidad contra el duro miembro de él, pero justo cuando parecía que ambos se entregarían sin más a su deseo el uno por el otro, como siempre Sasuke le recordó que aquello era algo mucho más profundo, alzando su mano para acariciar tiernamente el contorno del rostro de Sakura, con sus ojos llenos de una mezcla de deseo y adoración que la hizo estremecer satisfactoriamente, sintiendo el anhelo y su amor por él envolverla por completo, ambos rozando su nariz contra la del otro mientras se veían a los ojos.

Enamorado de nueva cuenta de su esposa con solo ver el brillo en sus ojos, tan tentadora y deseable, Sasuke no pudo resistir más el impulso, su deseo por Sakura consumía cada centímetro de su ser, y envolviendo su brazo alrededor de su estrecha cintura mientras ella se sujetaba de sus hombros comenzó a penetrar en el interior de su esposa, sintiéndola jadear contra su rostro mientras él tocaba fondo, gimiendo roncamente contra sus labios, deslizando su tacto por su sedosa piel para amasar sus pechos tras abrir su blusa y deslizarla por sus hombros, moviendo sus labios por la curvatura de su cuello, deseando más y más de ella. Temblando de deseo en brazos de su esposo y meciendo sus caderas contra las suyas para guiarlo más profundamente en su interior, Sakura apreció infinitamente tener por esposo a un amante tan atento como Sasuke, que siempre se preocupaba en hacerla sentir bien lo máximo posible por sobre todo, expresando lo que no verbalizaba al resto del mundo y haciéndola saber cuánto la amaba, desde el principio había aprendido como tocarla, como hacerla sentir bien, preocupado de que no se cohibiera y que expresara hasta la más insignificante de sus fantasías; con él todo era puro, directo y placentero. Ambos gimieron contra la piel del otro, haciendo que el vaivén de sus caderas contra las del otro aumentara gradualmente, buscando la cúspide de su placer mutuo al ser uno solo, Sasuke enterrando su rostro contra el costado del cuello de su esposa y Sakura sujetándose de la espalda de su esposo, reposando su frente contra uno de sus hombros.

No había mayor placer para Sasuke que ver a su esposa sucumbir ante él, recargando por completo su cuerpo contra el suyo, meciendo sus caderas en busca del clímax que él le estaba prometiendo y confiándole su cuerpo; puede que, de los dos, Sakura fuera quien mayor experiencia teórica tenía sobre el sexo al momento de su primera vez, pero luego de su primera noche Sasuke no había perdido el tiempo intentando ponerse a su nivel, en su lugar había aprendido que la hacía suspirar su nombre y alcanzar cumbres de placer cada vez más altas, haciendo de cada experiencia algo aún mejor que la anterior, y estaba comprometido a compensar todos los años que había pasado lejos demostrándole cuando la amaba y deseaba para que ella nunca lo olvidara. Rompiendo lentamente el abrazo que los unía, Sakura buscó los labios de su esposo en un beso profundo, envolviendo su lengua contra la suya, siempre viéndolo como el hombre más guapo del mundo, estoico, distante y serio la mayor parte del tiempo, tan opuesto a ella, pero también tremendamente cálido, afectuoso, romántico y apasionado, susurrándole entre besos lo mucho que la deseaba y amaba, y ella a él tal y como era. La habitación se llenó con una sinfonía de respiraciones agitadas y el sonido de sus corazones latiendo en sincronía, ambos teniendo sus mentes nubladas por una mezcla de placer y anhelo, un hambre que no parecía tener fin, explorando el cuerpo del otro con sus manos y sus labios, rindiéndose a la abrumadora pasión que los consumía a ambos. El mundo exterior dejó de existir y, en ese momento, todo lo que importaba era la electrizante conexión que compartían…


Abandonar su lugar junto a su esposa y su hija ahora que estaba de vuelta en Konoha no era una opción, no voluntariamente, mas ello coincidió con una reunió que su esposa debía tener obligadamente en el hospital, y Sarada se había reunido con los miembros de su equipo para repasar su estrategia defensiva, por lo que Sasuke no protesto cuando los Cinco Kages pidieron verlo en privado, y ahora que todos estaban juntos en el mismo lugar para los Exámenes Chunin era el momento perfecto para discutir todo sobre la nueva amenaza de los Otsutsuki y respecto de la que todos debían estar al tanto. El lugar elegido para la reunión era, irónicamente, la sala de reuniones del Consejo de Konoha, Sasuke prefería elegir un lugar conocido, detestando hacer todo a espaldas de otros como el Hokage a las sombras, le recordaba el maldito rol que había tenido Danzo y lo último que quería era parecerse a él en algún aspecto; luego de que el Uchiha fuese el primero en llegar, los siguientes fueron Chōjūrō el Sexto Mizukage y Gaara quien inclinó ligeramente la cabeza al ver a Sasuke en señal de reconocimiento y viceversa. La próxima en llegar fue la Tercera Tsuchikage Kurotsuchi quien también inclinó ligeramente la cabeza en señal de reconocimiento al Uchiha, y él último en llegar fue el Raikage Darui quien como siempre no disimulo su recelo con respecto al Uchiha y quien se mantuvo perfectamente estoico e indiferente al respecto; a nadie pareció extrañarle la ausencia de Naruto y que Sasuke se encontrara de pie ante el puesto que debería ocupar el Hokage en la reunión.

—Llegas tarde— reprochó Chōjūrō al Raikage, no pudiendo desperdiciar tiempo valioso.

—Ustedes llegaron temprano, es diferente— diferenció Darui, teniendo sus propias obligaciones que atender.

—Vayamos directo al punto, si les parece— sugirió Sasuke con voz seria, invitándolos a tomar asiento y siendo el último en hacerlo en el lugar del Hokage.

—No terminaste el trabajo— reprochó el Raikage al Uchiha y con un punto de vista muy crítico respecto a su desempeño, —ya nos enteramos por Naruto que hay una amenaza en ciernes— ya se habían reunido anteriormente con el Séptimo Hokage.

—Dos miembros del clan Otsutsuki— asintió Kurotsuchi disgustada con Darui, sin compartir su reclamo hacia Sasuke.

—Harían bien en recordar que, si la Cuarta Guerra Shinobi llegó a ser lo que fue, se debió a Kaguya y al miedo que ella sentía por su propio clan— dejó en claro el Uchiha, sin inmutarse ante cualquier reproche. —Si, surgió una nueva amenaza, pero no podría haberla exterminado solo, menos en las condiciones en que estaba— espetó elevando su tono al recorrerlos a todos con la mirada. —¿O piensan declararme muerto y poner un homenaje en la lápida?— eso hacían los Shinobi con quien consideraran que no hacia bien lo que se les ordenaba, ¿no? Eso habían hecho con su hermano.

Sus palabras no eran una amenaza, pero tampoco salían de la espontaneidad pues eso no era algo propio de él, si algo detestaba Sasuke ese algo era sentirse en una encrucijada o encerrado como algún tipo de animal, y no solo él tenía pesadillas con respecto al futuro—aunque estas se calmaran cuando regresaba junto a su familia—, Sakura le había confiado que también tenía pesadillas imaginando que la historia se repitiera y que algo pudiera pasarle a su hija o a su familia en general, le aterraba semejante idea y también a Sasuke aunque él no lo demostró en ese momento de otra forma que recordando implícitamente el destino de su fallecido hermano, no sabiendo que versión manejaban los lideres de las demás aldeas, mas imponiendo la propia. Cuando la Cuarta Guerra Shinobi había terminado, Sasuke había buscado expiar al menos un poco sus errores y crímenes pasados velando por el bienestar del sistema de Aldeas y el Mundo Shinobi, así podía dedicarse a mantener la paz que es lo que su hermano había querido…mas desde el principio había tenido muy claro que muchos habrían preferido verlo muerto, y los actuales lideres de las distintas Aldeas Ninja no eran la excepción; Chōjūrō y él no eran amigos pero se respetaban entre si ya que el Mizukage valoraba su dedicación, Gaara y él por otro lado tenían muchísimo en común y el Kazegake siempre era el primero en hablar a su favor, Kurotsuchi y él literalmente no se conocían pero ella lo respetaba por haber derrotado a Deidara en el pasado y por su trabajo, pero era evidente que Darui lo detestaba y mucho.

—No pienses así Sasuke, y espero hablar por todos al decir que tu labor es invaluable para todo el sistema de aldeas— declaró Gaara, no queriendo que el Uchiha creyese que seguían viéndolo como un enemigo, porque él sería en primero en defenderlo. —No debemos olvidar que todos estamos comprometidos con el bien del mundo Shinobi, esto se trata de una muy estrecha colaboración entre todos— el sistema y la tan preciada paz debía y seria defendida por todos, era su obligación.

—No se lo he dicho a Naruto pero es evidente que esto se trata de algo más grande— prosiguió Sasuke, agradeciendo su intervención para no perder la paciencia.

—Una invasión...— comprendió Kurotsuchi cubriéndose los labios con preocupación ante esa sola idea.

—Kaguya significaba una amenaza, pero al ya no estar, lo que harán estos esbirros llamados Momoshiki y Kinshiki será sondear el terreno— señaló el Uchiha viendo palidecer a los Kages y que de inmediato buscaron una solución en sus mentes.

—Debemos preparar nuestras fuerzas para el ataque— fue lo primero que ideó Chōjūrō, pensando como Ninja y no tanto en una estrategia clara.

—Es precipitado, es mejor considerar bien como atacaran más que cuándo— difirió Sasuke, especialmente ante la celebración de los Exámenes Chunin.

—Es cierto, si no tenemos una estrategia, de nada servirá que estemos preparados— asintió la Tsuchikage entrelazando pensativamente ambas manos bajo su mentón.

—¿Naruto sabe todo esto?— inquirió Darui, sorprendido como todos de que este no les hubiera comentado nada en su anterior encuentro.

—No explícitamente, tiene sus propias preocupaciones debido a los Exámenes Chunin y no lo culpo si no ha pensado en ello— contestó el Uchiha con el ceño fruncido. —Deberíamos cancelar los Exámenes, pero hay demasiado en juego, por lo que deberemos esperar— ya había discutido eso con Naruto después de todo y su propia hija estaba involucrada en los combates que tendrían lugar.

—Es bueno tener otro Hokage con el que hablar entonces— comentó Kurotsuchi con una sonrisa, mucho más tranquila al contar con su colaboración.

—Uno que conoce la realidad mejor que nadie— secundó Gaara con una ligera sonrisa ladina, confiando en Sasuke tanto como en el mismo Naruto.

Aunque no lo verbalizara en ese momento y porque aquella era una reunión de los lideres de las distintas Aldeas Shinobi—Sasuke ocupando el rol de Naruto o representándolo más bien—, y por ende no una reunión social de las que no tenían hace muchísimo tiempo, Gaara se permitió mantener la sonrisa ladina en su rostro; Sasuke, Naruto y él entendían mejor que nadie el sufrimiento que provocaba el Sistema Shinobi junto con la obsesiva idea de este sistema por convertir a niños en armas para la guerra, el caso más brutal había sido el suyo como anterior Jinchuriki del Shukaku, luego estaba el de Naruto que había sido ninguneado o tratado como lo peor por la misma aldea que se había salvado a costa de que el Kyubi fuera sellado en él, y luego estaba Sasuke cuyo clan había sido aniquilado por la misma aldea a la que siempre habían sido leales. Decirse sorprendido por ser reconocido como Hokage sería un eufemismo para Sasuke, la verdad provocaba un sentimiento que no era capaz de expresar del todo, en algún punto había tenido en mente ser Hokage, pero había sido en un contexto completamente diferente y por circunstancias que francamente prefería ni siquiera recordar superficialmente; su hermano había tenido el sueño de ser Hokage y su propia hija lo tenía como una meta a alcanzar en el futuro, pero Sasuke no se sintió cómodo con tener ese poder y lo habría rechazado si se lo hubieran dado, mas en ese momento era preciso que tomara decisiones con respecto al bien de la Aldea y el Sistema Shinobi, y era precisamente eso lo que estaba haciendo.

—Debo volver a casa— determinó Sasuke levantándose de su puesto y sintiendo que aquella reunión ya no tenía otro asunto, —lo mejor por ahora será crear estrategias por separado y reunirnos para discutir que haremos— él ya había hecho su parte al confiarles la verdadera naturaleza tras esta nueva amenaza.

—Hasta entonces— se despidió Kurotsuchi con una ligera sonrisa, procediendo a retirarse junto al Raikage Darui, quien permaneció en silencio.

—Gracias por todo Sasuke— Chōjūrō se quedó unos momentos, sintiendo que las palabras no bastaban para agradecer la labor del Uchiha, —quisiéramos poder involucrarnos en preservar la paz como tú, realmente significa mucho— no hablaba por todos evidentemente, pero si por él y por Gaara.

—Gracias— asintió el Uchiha, sintiendo que hacia lo mínimo para compensar su actuar pasado y para lograr un futuro seguro para su hija y su esposa

—Dale mis saludos a Sakura— encomendó el Mizukage, siempre agradecido con la esposa del Uchiha, tan importante personalidad en el mundo Shinobi.

—Lo haré—asintió Sasuke inclinando ligeramente y ante lo que el Mizukage procedió a retirarse. —Sakura pregunto por tu esposa— comentó volviendo la mirada hacia el Kazekage junto a quien se dirigió hacia la puerta.

—La vera pronto— sonrió Gaara, consciente de la amistad que compartían las esposas de ambos, —Matsuri también está ansiosa por verla— de ser por ella habría llegado a Konoha una semana antes.

Si antes de la guerra alguien le hubiera dicho que acabaría enamorándose y casándose con quien había sido su primera alumna, Gaara primero no lo habría creído porque no podía imaginarse formando un vínculo tan serio e importante, a la par que tan diferente de la relación que tenía con sus hermanos o con Naruto y contadas personas, pero Matsuri verdaderamente no se había dado por vencida; luego de que se hubiera convertido en Kazekage, ella había elegido permanecer lo más cerca posible suyo y ayudándolo, y en realidad solo había sido cuestión de casi dos años tras la guerra para que Gaara cayera en cuenta de que su presencia le era infaltable, y se habían casado. Matsuri y él tenían un hijo; Shinki quien había heredado una extraña variación de su dominio sobre la arena sobre que sobre el elemento Imán, y habían adoptado a una niña huérfana llamada Yodo—a quien amaban como si fuera su verdadera hija—, que por cierto tenía un asombroso parecido con su hermana Temari, y ambos participarían en los exámenes Chunin junto a Araya, el hijo de su hermano Kankuro. Intercambiando una sonrisa ladina con Gaara, teniendo mucho más en común con él que con la mayoría, Sasuke no pudo evitar sentirse extraño por la facilidad con que buscaba tener un tema de conversación, culpa de la positiva influencia de Sakura ya que de ser por sí mismo probablemente solo permanecería en silencio, mas debía agradecer los cambios de Sakura sobre él ya que ello hizo más ameno el cerrar la sala de reuniones con llave al salir y abandonar la Torre Hokage junto al Sabaku.

Era asombroso como todo había cambiado.


La elección de la casa que el matrimonio Uchiha había elegido no parecía ser casual, Konoha se había reconstruido luego de la invasión de Pein hacía ya tantos años, y resultaba curioso el cómo la casa nueva se encontraba básicamente en el mismo lugar en que antes se había encontrado el antiguo Distrito Uchiha, ¿Coincidencia?, ¿Destino? A Sakura ya le encantaba el lugar con solo observar la casa desde fuera, teniendo la mente repleta de ideas sobre como aclimatar el lugar, Sasuke literalmente podía leer sus pensamientos con solo observar el brillo en sus ojos y ello lo hacía sentirse feliz, pero la opinión que realmente contaba para ambos era la de Sarada quien se encontraba de pie a su lado, libre de los Exámenes Chunin ese día. Habiendo oído la descripción de su madre con respecto a la casa, Sarada no pudo evitar detenerse fuera de esta con una deslumbrante sonrisa en su rostro y que no hizo sino crecer aún más, asintiendo en silencio al sentirse más que conforme con lo que veían sus ojos; a su mente venia su antiguo hogar, un lugar en el que había crecido y que le había significado estabilidad a la par que centavos de incertidumbre durante años, no sabiendo como sentirse al respecto pese a que ese lugar hubiera sido su hogar, pero ahora esta nueva casa le transmitía aún más emoción y deseos de aceptación provenientes de los cambios que estaba experimentando, y le gustaban esos cambios, porque ahora su padre si estaba presente y porque su familia estaba unida.

—Es muy grande— fue lo primero que Sarada pudo decir, observando el lugar únicamente desde fuera. —¿Somos ricos?— no es que el dinero le hubiera importado realmente alguna vez.

—Por herencia si, aunque tu padre parece querer presumir de eso— confirmó Sakura con una disimulada sonrisa, volviendo la mirada hacia su esposo.

—No quiero presumir, solo elegí una casa— aclaró Sasuke no viendo nada de malo en ello.

—Y yo no pude elegir, gran respuesta— puntualizó la pelirosa con fingido resentimiento, estando más que satisfecha con la casa.

—Elige cual será tu habitación, luego no habrá tiempo cuando se trasladen las cosas— aconsejó el azabache a su hija, que abrió los ojos con sorpresa.

—¿Puedo elegir?— inquirió la pequeña Uchiha viendo asentir a su padre, haciéndola esbozar una inmediata sonrisa

—Tres, dos uno…— susurró Sakura, pudiendo anticipar cual sería la reacción de su hija.

—¡Yupieeeeee!— grito Sarada, verdaderamente eufórica de emoción y brincando en su lugar.

No pudiendo más con la emoción y comportándose por como la chica de doce años que era en lugar de como una preadolescente que debía ser madura todo el tiempo, Sarada corrió directamente hacia la puerta principal de la nueva casa y que abrió mientras daba la espalda al interior para estudiar cada detalle, desde el techo hasta el suelo y decidir que le parecía bien y que no, teniendo una sonrisa soñadora en todo momento; Sarada era muy buena comportándose con madurez desde su más temprana infancia, Sakura nunca había sentido que tuviera que decirle algo a su hija o recordarle las cosas porque ella ya lo hacía por su cuenta, pero era enternecedor, adorable y maravilloso al mismo tiempo verla comportarse como la chica de doce años que era y merecía ser. Una de las virtudes de que la casa nueva era que esta se encontrase en la localización en que antes se había encontrado el Distrito Uchiha era que—al encontrarse lejos del resto de la aldea o tener su propio espacio más bien—, la familia Uchiha podía seguir teniendo la privacidad que tanto los caracterizaba y que valoraban enormemente en el caso de Sasuke, ingresando en la casa junto a Sakura, alargando su mano para entrelazarla con la de su esposa, que esbozó una radiante sonrisa, la casa ya era literalmente suya, todo lo que quedaba era trasladar sus cosas y—Sakura se encargaría de eso—supervisar que se implementaran determinados cambios, mas probablemente él ya habría vuelto a dejar la aldea para entonces y francamente elegia no pensar en eso, solo en el ahora.

—Está muy feliz— suspiró Sakura viendo a Sarada desaparecer en la planta alta tras subir la escalera.

—Y tú también— obvió Sasuke, sintiéndose infinitamente pleno al ver su sonrisa.

—Sí— asintió la pelirosa, no pudiendo negarlo, —no dejo de pensar en el color que elegiré para las paredes— comentó recorriendo las paredes con su mirada. —¿Te parece si nuestra habitación es de color azul? Pero no llamativo, algo suave— quería que Sasuke le diese su opinión pese a insistir que no era necesario.

—Por mí si eliges el color rosa— aceptó el azabache, confiándole absolutamente todo.

—Eso dices ahora, pero luego te arrepentirás— regañó la Haruno, aunque hacían muchos años desde que habían tenido su primera y gran pelea como pareja.

—Nombra una ocasión en que lo haya hecho— cuestionó el Uchiha a modo de desafío.

—Eres un maldito imbécil arrogante— bufó Sakura por lo bajo, deseando en vano enojarse con él.

—Solo porque sabes que tengo razón— se defendió Sasuke manteniendo su sonrisa ladina.

—¡Mamá!, ¡Papá!— llamó Sarada desde el segundo piso, habiendo elegido su habitación.

—Ya vamos— contestaron Sasuke y Sakura al unisonó, habiendo anticipado que su hija los llamaría en cualquier momento.

Ambos solo habían estado esperado aquel llamado de atención, por lo que—intercambiando una mirada entre sí—Sasuke y Sakura subieron las escaleras hacia la planta alta a imagen de como habían hecho días atrás, no seduciéndose el uno al otro esta vez ya que su hija se encontraba presente, y la opinión que realmente contaba era la de ella, dirigiéndose hacia la habitación de donde habían escuchado su voz. Cuando Sasuke y Sakura ingresaron en la habitación que su hija había elegido como propia para decorar y arreglar en el futuro, pero interiormente y aunque no lo dijeron, dejaron libre un suspiro en sus respectivas mentes ya que su hija no había elegido aquella en que ambos—literalmente—había inaugurado la casa varios días atrás al visitarla por primera vez, porque de ser así ambos sentían que no podrían ver a su hija a los ojos, mas no dieron a entender eso mientras veían la sonrisa en el rostro de su hija y que de inmediato expuso las ideas que tenía en mente para arreglar la habitación. Ver a sus padres juntos todos los días, poder percibir cierta tensión en el ambiente y que los atraía como imanes, anhelando desesperadamente que pudiera surgir un hermanito para ella en el futuro, y ahora tener una casa nueva con una habitación que elegir y decorar a su gusto en el futuro fue demasiado para Sarada, realmente se sentía feliz, por primera vez en su vida sentía que lo tenía todo e iba a disfrutar lo más posible de esa felicidad hasta que su familia volviera a separarse, mas sabía que cualquier separación seria temporal y que pronto volverían a reunirse...


Ataquen tranquilos, yo protejo la bandera— informó Boruto a través de su comunicador.

—Te haré pedazos si perdemos por tu culpa— amenazó Sarada mientras corría, pero sin apartar su mente de aquello que era tan importante.

¿Con quién crees que estás hablando?— cuestionó el Uzumaki con evidente arrogancia en su tono.

—No empieces, Boruto— increpó la Uchiha, esforzándose por no perder la paciencia.

La segunda etapa de los Exámenes Chunin se componía de un enfrentamiento entre dos de los equipos, cada uno teniendo la obligación de custodiar una bandera que no podía caer en manos del enemigo, el cual obviamente buscaría hacerse con ella y por lo que debían defender su posición entre sí, Sakura siendo la encargada en ir en busca de la bandera del enemigo mientras que Boruto custodiaba la propia y Mitsuki estaba en las inmediaciones de ambos puntos para advertir a cualquiera de sus dos compañeros de la localización de actuar del enemigo. Sintiendo movimiento muy cerca suyo a la par que Mitsuki le informaba por el comunicador que los tres oponentes iban en su dirección, Boruto extrajo una serie de kunais y cuidadosamente los arrojó al aire en perfecta posición para que estos chocasen entre sí, en dirección hacia sus atacantes que se vieron forzados a retroceder brevemente, activando el Jutsu Clones de Sombras; No confíes en que el enemigo usara siempre la misma estrategia ni que jugara limpio, ni siquiera durante un examen; no puedes ponerte a su nivel, pero si debes tener una estrategia y rápido o acabaras muerto, a su mente vinieron las enseñanzas del señor Sasuke y en las que había cavilado profundamente desde antes de que el enemigo apareciera, esbozando una sonrisa ladina mientras cuatro de sus clones emergían de entre las sombras, dos de ellos custodiando la bandera mientras los otros dos atacaban, dando tiempo al Uzumaki de extraer un arma que había estado preparando si la ocasión lo ameritaba, y no se había equivocado.

Como Boruto había considerado de antemano, el enemigo no iba a mantener la misma estrategia y la respuesta fue evidente al mismo tiempo en que Mitsuki llegaba para ayudarlo en la pelea, con los tres Genin de Kirigakure usando también el Jutsu Clones de Sombras para llevar la estadística a su favor; Mitsuki pronto pudo ocuparse de varios de los clones debido a sus brazos elásticos y con los que los aprisionó hasta verlos desaparecer, pero eso no fue suficiente en la mente del Uzumaki quien empuñó firmemente en su mano derecha una Shuriken de Viento de cuchillas curvas y que se extendieron bajo su agarre, arrojándola con todas sus fuerzas hacia sus atacantes Clones de Sombras y que se vieron arrasados por esta. No puedo perder…El toque final por parte del Uzumaki vino en colaboración con uno de sus restantes Clones de Sombras, alargando su mano en su dirección y viceversa, realizando la posición de manos propias del Raikiri y concentrando la mayor cantidad de chakra posible para formar una cadena y atacar con ella a los Genin de Kirigakure que Mitsuki retenía y que no dudo en hacerse a un lado, noqueándolos completamente con un solo ataque. Ser un espectador había sido la parte fácil del enfrentamiento, aunque Mitsuki había contribuido a que este fuera menor, usando la curiosa estructura de su cuerpo para apresar a los enemigos y que ahora yacían derrotados y completamente inconscientes sobre el suelo mientras el joven viperino acercaba sus pasos hacia Boruto, que se desplomó de rodillas sobre el suelo, temblando de cansancio visiblemente.

—Gracias— apreció el Uzumaki cuando su amigo le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

—De nada— desestimó Mitsuki con una ligera sonrisa mientras lo veía recuperar el aliento, —no sabía que podías usar el estilo rayo— era admirable su desempeño.

—Un poco, apenas lo estoy aprendiendo— corrigió Boruto, conociendo la técnica por Kakashi Sensei y ahora por el señor Sasuke. —Sarada...— llamó a través del comunicador.

—No necesitan decirme nada— acalló la Uchiha con voz seria, dispuesta a ejecutar lo que se esperaba de ella.

El equipo de Genin de Kirigakure solo había descuidado la bandera que defendía su posición porque había dejado un genjutsu en su lugar para confundir a quien hubiera ido en su busca y eso quedó en evidencia cuando Sarada llego al punto, encontrando cuando menos treinta banderas iguales, mas eso no era un problema para ella que cerró los ojos una fracción de segundo y al abrirlos ya tenía el Sharingan activado en ellos, sonriendo ladinamente y con una arrogancia casi idéntica a su padre al dirigir sus pasos hacia una bandera en particular, desvaneciendo el genjutsu mientras sostenía firmemente sus manos alrededor de la tela y de la barra que la sostenía, abandonando el lugar lo más rápido posible hacia donde se encontraban Mitsuki y Boruto que casi brincaron de emoción—el Uzumaki al menos, Mitsuki por otro lado siempre sabía cómo comportarse adecuadamente—al verla, el Uzumaki chocando una de sus manos con la de ella en una muda felicitación. Tener tan cerca a Boruto, sonriendo al saberse triunfadores como equipo para continuar avanzando en los Exámenes Chunin en base al desempeño de los tres, Sarada no pudo evitar quedarse congelada un momento, mas pronto pudo salir de su estupor, tranquilizando a Boruto quien le pregunto si se encontraba bien, a lo que ella de inmediato contesto que sí, tragándose lo que había notado al estar tan cerca suyo, siempre había creído que Boruto era idéntico al Séptimo Hokage, mas hoy había descubierto algo que la hizo sonrojar, pero se esforzó por no demostrarlo ni dejarse afectar por ello:

Boruto tenía los ojos más azules que el Séptimo Hokage.


Konoha era una de las Aldeas Ninja más avanzadas que existía, tenía una concentración de Shinobi tan poderosos y de renombre así como clanes tan importantes que los grandes daimio habían decidido comenzar a invertir en el desarrollo de la aldea tras la Cuarta Gran Guerra Shinobi, ello había coincidido con la dimisión de Tsunade como Quinto Hokage y el nombramiento de Kakashi como Sexto Hokage, y aunque muchas veces elegia no dedicar mucho empeño a aquello en relación con la lectura de sus preciados libros del Maestro Jiraiya, el Hatake había sabido como desarrollar toda esta nueva tecnología e implementarla a la vida tanto de los habitantes de Konoha como de los Ninjas, lo que había hecho que otras aldeas pronto lo imitasen. En ese momento y pensando precisamente en ello, Sasuke se encontraba en el área de investigación y decodificación de la aldea de Konoha, la tecnología había avanzado tanto que literalmente había una máquina que se encargaba de descifrar los pergaminos, pero el que él había traído del Palacio Kaguya era la excepción, literalmente y alrededor de una mesa se encontraba reunido un grupo de expertos rodeados de textos en que se apoyaban para descifrar cada aspecto del documento, debatiendo entre si mientras el Uchiha los observaba desde un par de pasos de distancia, ansioso por resultados y Naruto pudo notarlo al ingresar en la estancia, habiendo sabido que encontraría a su amigo en ese lugar, y Sasuke notó la presencia de este sin necesidad de que su bobo mejor amigo se anunciase.

—Siento entretenerte aquí— habló Naruto al situarse a la diestra de su mejor amigo. —Pedí que lo descifraran rápido, pero aun llevara tiempo— y se estaba haciendo verdaderamente todo lo posible.

—Entiendo— asintió Sasuke no queriendo presionar excesivamente a nadie, —regresare en otro momento— decidió volviéndose hacia la puerta para marcharse.

—Sasuke— llamó el Uzumaki siguiendo los pasos del Uchiha hasta el pasillo exterior para hablar a solas. —Estás entrenando a Boruto, ¿no?— inquirió no sabiendo que pensar al respecto pese a saber que era el mejor Sensei posible para su hijo.

—¿Te lo dijo él?— cuestionó el Uchiha manteniéndose perfectamente estoico ante el interrogatorio.

—No, fue Konohamaru— aclaró el rubio dolido, pero entendiendo la desconfianza de su hijo.

Una parte de Sasuke deseaba sorprenderse, desearía haber escuchado que el vínculo entre padre e hijo de Boruto con Naruto seguía lo suficientemente intacto para que el chico le dijera a su padre que él lo estaba entrenando, en el fondo y durante cada encuentro con Naruto había esperado que este le dijera algo al respecto como prueba…pero se había equivocado, Boruto estaba resentido con Naruto o sentía que este no le dedicaba la suficiente atención y sí que tenía razón, pero Sasuke no sintió que tuviera derecho a opinar, por lo que se reservó a permanecer en silencio y no emitir opinión alguna; no importa cuantos años hubiera estado lejos de Konoha, su vínculo con su hija se había reinstaurado a su regreso, Sarada sentía que podía hablar con él de lo que fuera y él se interesaba continuamente por ella y en lo que creía lo más posible, ¿Por qué Naruto simplemente no podía hacer lo mismo? Paralelamente y recordando la conversación o discusión que había tenido con Sasuke hacia alrededor de una semana atrás o poco más, Naruto albergó temor de aquello que su mejor amigo pudiera enseñarle a Boruto y la forma, no era el padre más presente del mundo pero sí que le preocupaba Boruto, mas se reprendió interiormente por siquiera pensar así ya que Sasuke era por encima de todo siempre había sido una buena persona y al margen de su excéntrica forma de proceder—inquebrantablemente leal a los antiguos principios Shinobi—, nunca buscaba dañar a nadie en forma alguna, ni aunque eso le beneficiara en alguna forma y a menos que no le quedase otra opción.

—Me pidió que lo aceptara como discípulo— fue todo lo que Sasuke eligió decir, a decir verdad sobraban las palabras.

—Supongo que tenías razón; los ninjas siguen siendo iguales, por mucho que el mundo cambie— aceptó Naruto ya que su hijo parecía ir firmemente por ese camino.

—Eso es lo que creo— confirmó el Uchiha con un ligero asentimiento antes de darle la espalda a su amigo y proceder a retirarse.

—Sarada también pasó, ¿No?— comentó el Uzumaki haciendo que Sasuke se detuviera.

—¿Y qué?— inquirió el azabache arqueando una ceja y sin entender el motivo de su comentario.

—Podrías alegrarte un poco más— espetó el rubio no sabiendo que pensar de su expresión.

—¿Y por qué iba a alegrarme por algo que sabía que pasaría?— obvió Sasuke, siendo el resultado más que evidente desde el principio.

Sarada era su hija, ella había heredado sus mejores virtudes y facilidad en el aprendizaje de toda clase de jutsus, pero por encima de todo y a entender de Sasuke lo mejor que tenía su hija provenía de Sakura; tenía su inteligencia, su brillantez, su astucia y su capacidad para reconocer a los demás con una facilidad que a Sasuke le había tomado años aprender y aun así no a la escala de su esposa o su hija. Sarada siempre estaría destinada a grandes cosas, era su hija y de Sakura, por sus venas corría el linaje gurrero de los Uchiha, así como el corazón noble de los Haruno, desde la primera vez en que había visto a su hija había sentido que cualquier reto seria poco para ella, y aunque por alguna razón no aprobase los Exámenes Chunin, ya volvería a intentarlo las veces que fueran precisas hasta convertirse en Hokage y alcanzaría su sueño, eso era todo lo que Sasuke podía pedir. Diciéndose a sí mismo que no debería de sorprenderse por la innata e infaltable arrogancia de Sasuke a quien vio seguir en silencio con su camino, Naruto esbozó una ligera sonrisa mientras se desanudaba la capa de Sexto Hokage, deseando ir a casa cuando menos un momento—a esa hora y tarde como era—para hablar con Boruto si aún seguía despierto y quizás con Hinata, deseando ganar su perdón, Sasuke había logrado volver a su vida normal pese a llevar mucho más tiempo lejos y por razones mucho más poderosas, por lo que quizás aún no era tarde para arreglarlo todo y Naruto se decidió a hacer algo al respecto…


Desearía haber quedado libre de responsabilidades mucho más temprano, pero entre ocuparse del entrenamiento de Boruto—quien estaba progresando muchísimo, y lo estaba diciendo él—, reunirse con Naruto y supervisar la decodificación del pergamino que quizás podía marcar la diferencia entre ganar o perder en el futuro enfrentamiento con Kinshiki y Momoshiki Otsutsuki, se había hecho de noche, se había pasado de la hora de dormir tanto de su esposa como de su hija, por lo que Sasuke intentó ingresar en el apartamento lo más sigilosamente posible, dejando la llave sobre la mesa de la cocina, quitándose la capa y que dejo sobre el respaldo del sofá, sobresaltándose en medio de ello al percibir el ligero ruido del grifo de la cocina abriéndose y el agua corriendo. Normalmente Sarada dormía de corrido apenas ponía la cabeza sobre la almohada, el sueño era preciado para ella que siempre tenía la mente ocupada con toda clase de ideas sobre como alcanzar su sueño y llegar lo más lejos posible de manera muy similar a su madre con respecto a su trabajo, pero en esta ocasión se había despertado con un poco de sed y dolor de garganta, y tontamente en esta ocasión había estado tan cansada por su entrenamiento en medio de los Exámenes Chunin que se había olvidado de llevar su habitual vaso con agua, levantándose de la cama y dirigiéndose hacia la cocina en busca de este, al mismo tiempo en que su padre llegaba a casa; la Uchiha entendía porque su padre había llegado tan tarde, pero a él evidentemente le sorprendía verla despierta.

—Papá...— reconoció Sarada un poco desconcertada al no estar usando sus lentes.

—Deberías estar durmiendo— reprochó Sasuke sin necesidad de ver la hora en el reloj.

—Tenía sed y me levante por agua— justificó ella cerrando el grifo y ahogando un bostezo.

—Felicidades por cierto— deseó él, viendo a su hija sonrojarse ligeramente por sus palabras, —aunque sabía que lo lograrías— ella tenía lo mejor de Sakura y él después de todo, y él sabía que estaba destinada a grandes cosas.

—Gracias, papá, gracias por tenerme fe— sonrió Sarada dejando su vaso sobre la mesa de la cocina y abrazando efusivamente a su padre que envolvió su brazo alrededor de sus hombros. —Tú también deberías irte a dormir, eres demasiado joven para estar despierto tan tarde— comparó al romper el abrazo y alejarse, recuperando su vaso de la mesa con una sonrisa sínica.

—Vénceme primero y podrás regañarme— difirió Sasuke teniendo mucha más experiencia en combate que ella, aunque su voluntad no la hacía quedarse atrás.

—Quizás lo haga— asintió la Uchiha, envalentonada con aquella sola idea.

Su meta era convertirse en Hokage en el futuro, pero para llegar así de lejos una de las primeras cosas que debía hacer era convertirse en un Shinobi—independiente de su género y presente rango de Kunoichi—que pudiera estar a la par o bien superar a los grandes de su tiempo como se supone que a la larga habían hecho todos los Hokages respecto de sus predecesores, y eso implicaba superar al Séptimo Hokage pero además a su propio padre, lo que no se veía nada fácil, mas ella pretendía intentarlo a futuro de todas formas, él le estaba enseñando todo sobre su clan y un día esperaba poder estar a su nivel. Caminando de espaldas al conocer perfectamente cada rincón de aquel apartamento, Sarada le sostuvo la mirada a su padre al abandonar la cocina hasta llegar a la puerta de su habitación, abriendo esta e ingresando con una última y retadora mirada a su progenitor que le sostuvo la mirada de igual modo; lo suyo no eran las continuas muestras de afecto, amaba muchísimo a Sarada y sabia como ser el padre atento y mesurado que ella necesitaba, pero nunca seria como Naruto y ese no era el tipo de padre que Sarada necesitaba, ella simplemente lo necesitaba y aceptaba a él tal y como era, igual que Sakura. Con el habitual sigilo que lo caracterizaba, el Uchiha se quitó los zapatos y se dirigió hacia la habitación que compartía con su esposa, abriendo la puerta casi sin hacer ruido y cerrándola tras de sí, observando a Sakura tumbada sobre la cama y respirando acompasadamente; obviamente no mantenía la guardia baja pese a encontrarse dormida.

Todo se trataba de costumbres marcadas, como lo era que Sakura estuviera recostada hacia el extremo de la cama, dejando el lugar vacío que él solía ocupar sin importar cuanto tiempo pasara y lo que lo hizo sonreír ligeramente al reparar en ello. Puede que él no fuera la mejor persona a la hora de demostrar afecto—por lo menos no en público evidentemente—, pero en privado esa coraza de frialdad que todos tanto conocían de él se desarmaba por completo junto a su esposa y su hija, junto a ellas no tenía por qué fingir o sentir miedo respecto a nada, en su propio rincón del mundo donde se sabía a salvo, con Sakura y con Sarada podía ser el mismo y no sentía nada más que la paz que le trasmitía su familia, era precisamente por esto que perdía la paciencia con Naruto, porque daría lo que fuera por estar en su lugar y tener la oportunidad que él tenía; si pudiera dejarlo todo y solo vivir con su familia, todo sería más que perfecto, pero Naruto no parecía valorar eso pese a tener esa oportunidad durante cada día y habiendo tenido un pasado tan turbulento como el suyo, Naruto no veía como Boruto se sentía desplazado por su falta de afecto y atención. Buscando no emitir ningún sonido que perturbase a su esposa, Sasuke se cambió de ropa y se metió bajo las sábanas, abrazando a Sakura por la espalda, sintiéndola sobresaltarse ligeramente y volver su rostro hacia él. Por inercia y al sentir a alguien entrar en la habitación, aun medio dormida, la Haruno había deslizado de forma imperceptible su mano bajo la almohada, sosteniendo el kunai que siempre manejaba bajo esta.

Aquella era una rutina tan marcada que nunca estaba demás, era una Kunoichi, una de las mejores y que a diferencia de sus contemporáneas no había abandonado ni pospuesto su carrera con motivo de su labor de madre porque sabía que cualquier peligro, grande o pequeño, estaba a la vuelta de la esquina y más teniendo en cuenta el clan al que pertenecía de buen grado desde que se había casado con Sasuke. Mas, Sakura pronto vio como sus preocupaciones se transformaban en nada, sintiendo el natural peso de Sasuke sobre el colchón a su espalda y su brazo envolviéndose alrededor de su estrecha cintura, abrazándola por la espalda y embriagándola con su aroma y su calidez, haciendo que la breve preocupación que se había impreso en su rostro se transformara en absoluta paz y alegría, aferrándose a su brazo y relajándose al volver a estar con él. Inclinando su rostro sobre el de su esposa para besarla en la mejilla, disfrutando del aroma a jazmines que brotaba de su piel, Sasuke reposó su cabeza contra el costado del cuello de su Sakura; había esperado por ese momento durante todo el día, obligado a pensar en las amenazas que existían y que no eran menores, pero todo eso pasaba a ser insignificante teniéndola a ella cerca. Mañana sería un nuevo día, Sarada atravesaría una nueva Etapa de los Exámenes Chunin, y él nuevamente estaría al pendiente de la decodificación del pergamino encontrado en el Palacio Kaguya, mas no dejaría que esas eventualidades los perturbasen, esa noche solo quería dormir tranquilo y teniendo a su esposa a su lado.

Abrazados el uno contra el otro, ambos durmieron con absoluta calma.


El momento había llegado, esa mañana se había despertado con ánimos renovados y grandes deseos de hacer cosas, y no era para menos, había desayunado junto a su madre y su padre, recibiendo los mejores deseos de ambos y despidiéndose con una sonrisa antes de dejar el apartamento hacia la sede en que se celebrarían los combates individuales de los Exámenes Chunin, la fase final del mismo y donde por fin se decidiría quienes de entre los Genin que participaban en los enfrentamientos tenían las cualidades necesarias para ser promovidos a Chunin, y aunque supiera que el hecho de ganar o perder en su enfrentamiento poco tenía que ver con si era nombrada Chunin o no, Sarada se prometió interiormente que daría todo de si por brillar y demostrar quién era frente a todos los espectadores, su madre entre ellos, aunque no su padre quien estaba supervisando la decodificación del pergamino y ella lo entendía. Apretándose nerviosamente las manos, ansiosa y asustada en partes iguales, Sarada no pudo evitar recorrer con sus ojos a todos sus compañeros Genin de Konoha que habían llegado junto a ella a esta nueva prueba; Shikadai, Inojin, Chou Chou,y sus compañeros de equipo Boruto y Mitsuki, era emocionante lo lejos que habían llegado aunque sí que habían perdido a muchos de sus amigos en el camino, ellos no tendrían su oportunidad, aguardando en aquel oscuro pasillo hasta que se les hiciera pasar a la arena de combate donde serian vistos por los Cinco Kages y los espectadores.

—Llegó el gran día, a partir de ahora seremos enemigos— comentó Boruto hablando en voz baja a sus compañeros de equipo.

—Si puedes seguirme el paso, no será muy difícil vencerte— menospreció Sarada con inevitable arrogancia.

—He estado entrenando mucho, así que lo dudo— protestó el Uzumaki en su defensa.

—Es posible— asintió la Uchiha sin dudar de ello, —pero mi padre me ha entrenado desde antes, y conozco jutsus que tu no— siempre estaría un paso por delante de él.

—Que gane el mejor entonces— fue todo lo que Mitsuki eligió comentar neutralmente, sonriendo con los ojos cerrados.

—Sí, tenemos que llegar a las finales juntos— asintió el Uzumaki, deseando saber quién de los tres era más fuerte.

—Mostrémosles a todos el poder de Konoha— decidió Sarada con una convicción más firme que nunca.

No solo era su poder el que quedaría en evidencia sino el de Konoha, ellos como Genin eran en ese momento la representación visible de la aldea y debían de estar a la altura, sumado al hecho de que si un día ella iba a ser Hokage como aspiraba, esta era una prueba a pasar para dejar su huella y hacerse conocida en el futuro, y en su arrogancia de Uchiha deseaba recibir los mayores elogios. Tras una prolongada espera, un Jonin se presentó en el pasillo y les indico que se movieran por este, lo que los Genin de Konoha no dudaron en hacer, recorriendo el tramo que abarcaba el resto del pasillo hasta que la luz del sol los iluminó al salir, siendo recibidos por aplausos y vítores de todos los presentes mientras ocupaban sus respectivos lugares en la arena de combate junto a los demás Genin, todos siendo observados atentamente por el eufórico público. El panorama ante sus ojos no pudo ser más nostálgico para Rock Lee quien se encontraba de pie en la arena de combate como sensor de esta última Etapa de los Exámenes Chunin, haciéndolo esbozar una sonrisa cargada de nostalgia por los recuerdos que había forjado en su momento al estar en el mismo lugar que esos chicos, como Naruto, como Sasuke, como Sakura...intentando no lamentar demasiado que su hijo Metal no hubiera llegado hasta final, Lee paso su mirada por sobre los jóvenes presentes, lleno de esperanza de cara al futuro a pesar de que esta nueva generación de Shinobi fuera muy diferente a la suya, pero quizás el mundo ya de por si fuera demasiado diferente y ninguno se había detenido a notarlo.

—La tercera prueba es un torneo de combates individuales— inició Rock Lee pasando su mirada por cada uno de los jóvenes Genin. —No enfrentaran a sus compañeros de equipo en la primera ronda, pero si vencen acabaran encontrándose. Revisen sus posiciones; habrá tres rondas antes del combate final, que será un enfrentamiento entre los tres vencedores de cada bloque— explicó a los estoicos jóvenes que lo escucharon atentamente, —¿Están listos? Bien— asintió ante las miradas confiadas de los chicos y que lo llenaron de emoción. —Aquellos cuyos nombres aparezcan la pantalla, deben permanecer en la arena, y el resto debe acudir al área que se les señalo anteriormente— agregó cerrando su discurso de apertura.

Gaara y Naruto no pudieron evitar sonreírse discretamente entre si como padres orgullosos ya que sus hijos habían llegado a la última fase de los Exámenes Chunin, pero el orgullo no quedó solo en ello; Gaara volvió la mirada hacia las gradas aleñadas al palco en que se encontraban los Cinco Kages, observando a su esposa Matsuri quien le sonrió en silencio antes de enfocar la mirada en sus hijos en la área de combate, y luego la Sabaku busco entre las gradas del público a Sakura, quien solo la observó con una mirada entre alegre y desafiante, recordándole que sus esposos se habían enfrentado en los Exámenes Chunin en su momento, y que sería interesante que ahora sus hijos—Shinki y Sarada respectivamente—zanjaran quien era más fuerte, lo que no se había decidido en su día. Los nombres de los elegidos para el primer combate aparecieron en la pantalla tras aquellas palabras: Boruto Uzumaki VS Yurui, y desde su lugar en las mismas gradas que Matsuri, con quien intercambió una amigable sonrisa, Hinata no pudo evitar sonreír y desearle silenciosamente la mayor de las suertes a su hijo Boruto, apoyando sus manos en los hombros de su hija Himawari quien lo vitoreó efusivamente, mientras que la Hyuga volvió la mirada hacia su esposo, observándolo seriamente antes de regresar su atención a la arena de combate, aún estaba peleada con él pero ambos estaban preocupados por Boruto, mas confiaban en él y sabían que era un Shinobi muy capaz, pero ahora todos estaban a punto de verlo…


PD: Saludos mis amores, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, esperando como siempre poder cumplir con lo que ustedes esperan de mi, agradeciendo su apoyo y deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 las próximas actualizaciones serán "Avatar: Guerra de Bandos", luego "Lady Haruno: Flor de Cerezo", y por último un nuevo fic sorpresa y de una temática y anime completamente diferente :3 esta historia esta dedicada a mi querida amiga y lectora DULCECITO311 (dedicándole cada una de mis historias como siempre, disculpándome por tardar en actualizar), a leia010102 (agradeciendo sus hermosas palabras y dedicándole esta historia a partir de aquí como retribución), a Loremarquez (esperando que mis alusiones en el capitulo le den respuesta a su solicitud), a afrodity33 (agradeciendo sus palabras, dedicándole esta historia por su paciencia y aprecio), a Abril (dedicándole esta historia y disculpándome por la demora en actualizar) a Guest (agradeciendo su apoyo y dedicándole esta historia), a Carols2497 (dedicándoles esta historia y pidiendo su perdón por tardar tanto en actualizar), a blossommarie (disculpándome por no haber podido actualizar antes y dedicándole esta historia por ello), a videlsnssj (agradeciendo que se tome el tiempo de leer el trabajo de este pobre intento de escritora), a Yi Jie-san (agradeciendo su apoyo y disculpándome por tardar tanto en actualizar pero cumpliendo mi promesa), a leia010102 (disculpándome por la demora y dedicándole esta historia, esperando que sea de su agrado), a Marcela2761 (disculpándome por la demora pero esperando que esta nueva actualización sea de su agrado, así como dedicándosela por lo mismo y como respuesta a la teoría de su último comentario) AniHL (me temo que el desmayo de Sakura en capítulos previos fue la sorpresa de volver a ver a Sasuke, aunque con respecto a un nuevo bebé no puedo revelar nada...aun), y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.

Casa Nueva, Datos & Parejas: No lo voy a negar, me fue muy divertido representar la negativa de Sasuke de rechazar casa tras casa por estar empecinado en que esta tuviera alguna característica en particular, e inicialmente no sabía cómo representar el motivo, pero finalmente me decidí y estoy satisfecha con ello, junto con el hecho de recalcar lo grande que es la casa en relación a una familia de tres, pero más adelante será útil que la casa sea tan grande. Dejo implícito en el capítulo que Sakura realizo "ciertas" misiones en que uso sus encantos para seducir al sexo opuesto, algo en lo que pretendo profundizar más adelante en un fic spin off de "El Sentir de un Uchiha", relatando los acontecimientos desde el punto de vista de nuestra Haruno. También recalco que en este fic no hay nada sobre las Herramientas Científicas Ninja, porque no tiene sentido para la trama, por eso Boruto es perfectamente capaz de defenderse con lo que Sasuke le enseño y no haciendo trampa como mostro el manga y anime. Al contrario que hizo el anime de Boruto, representando a Gaara como un hombre solitario que adopto a Shinki, elegí representar que como siempre deseo el fandom, Gaara terminó casándose con Matsuri—porque siento que el personaje merecía ser feliz—y que juntos tuvieron un hijo que en este caso es Shinki, aunque si que ambos acaban adoptando una niña huérfana de nombre Yodo, y más tarde dejare en claro porque no la haré hija biológica de Gaara si es que a alguien le quedo alguna incógnita al respecto.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3