—Este fic es una precuela de mi historia "El Sentir de un Uchiha" centrada en Sasuke, Sakura & Sarada. Ni los personajes ni la historia me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoría de Masashi Kishimoto, mas la narración, trama vinculante y pasado de los personajes (Fugaku, Mikoto, Itachi & Sasuke, entre otros) son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronología de la historia :3 Les sugiero oír "I Will Always Return" de Bryan Adams para Sasuke, "Kings & Queens" de Ava Max para Sakura, "Antes Que No" de David Bisbal para Boruto, "Darkside" de Alan Walker para Sarada y "Crimson Faces" de Blackbriar para el contexto del capitulo.
La reacción de Boruto al despertar no había sido precisamente buena, Sarada había estado a su lado, para ayudarlo a orientarse y decirle lo que se creía era la dolorosa verdad; el Séptimo Hokage no estaba muerto, nadie lo había declarado ni nadie quería creerlo, pero…no sentir su chakra y que no hubiera rastro de este no ayudaba en nada; recibir aquella información fue un duro golpe para Boruto, quien—tras encontrar a su madre inconsciente en otra camilla y siendo tratada, con la pequeña Himawari de pie a su lado y sosteniendo su mano—salió corriendo del hospital, ignorando a todo y todos a su paso. Observando todo al también encontrarse en el hospital, tras haber traído a su hija y al Uzumaki, Sasuke simplemente siguió con la mirada a Boruto hasta perderlo de vista, teniendo una idea de a donde iría y él mismo necesitando movilizarse cuanto antes; Naruto estaba vivo, el rastro de chakra era escaso y difuso, pero él podía seguirlo con ayuda de su Rinnegan, pero si iba a hacerse algo, ello debía hacerse cuanto antes o cualquier posibilidad de hacer algo se perdería. Ocupada en ese momento, Sakura centró el chakra curativo en la palma de sus manos para tratar el brutal golpe que Hinata había recibido en el estómago por parte de uno de los Otsutsuki antes de quedar inconsciente, abriendo la Hyuga finalmente los ojos y quejándose de dolor mientras su pequeña hija Himawari no abandonaba su lado; fue en este cuadro que Sasuke encontró a su esposa, ingresando en la habitación y aproximándose a la cama, necesitando hablar con ella antes de actuar, sabiendo que entonces todo sería demasiado complicado.
—Sakura— llamó el Uchiha, lo suficientemente claro para que su esposa lo escuchase.
—Ya vuelvo— se excusó Sakura, intercambiando una mirada con la Hyuga, que asintió ligeramente. —Himawari, ¿Puedes quedarte con mamá?— preguntó con voz suave a la pequeña peliazul.
—Sí— asintió la entusiasta Uzumaki, más tranquila gracias a la ayuda de la Uchiha.
—Buena niña— sonrió la pelirosa, inclinándose para besar en la frente a la pequeña.
Habiendo peleado en los Exámenes Chunin, Sakura entendía que Boruto se hubiera dejado llevar por las emociones y corriera al primer intento, demasiado sobrecogido para permanecer con su madre y hermana menor, más al ser el mayor, pero la pequeña Himawari por otro lado estaba ahí para ser un soporte emocional para su madre, sosteniendo cuando menos su mano, y Sakura no podía hacer otra cosa que felicitar a la pequeña, dirigiéndole una última sonrisa y rodeando la cama para aproximarse a Sasuke. Ambos tenían relativa privacidad en el momento, con las cortinas corridas para separar la habitación de la cama, mas aun así Sakura volvió brevemente la mirada por sobre su hombro antes de encontrar la mirada con su esposo; cuando Sasuke había llegado al hospital, unos minutos luego de que ella lo hubiera hecho, organizando de inmediato el protocolo para que todo el personal atendiera a los heridos, partiendo por los más graves…Sakura había sentido que se le detenía el corazón, Sarada había llegado inconsciente y la Haruno no había podido evitar sentir que había fallado en su rol de madre, mas, afortunadamente esto solo había sido un susto por un par de minutos antes de que su pequeña recuperase la consciencia. Recordando la reacción de su esposa y cuanto le había oprimido el corazón por tan siquiera imaginar tener que consolarla en semejante dolor, no concibiendo tampoco que su hija corriera peligro alguno de poder evitarlo, Sasuke mantuvo su decisión de dejarlas a ambas a salvo y en Konoha.
—Crees que Naruto sigue vivo— afirmó Sakura como si le leyera el pensamiento, —también yo, es demasiado terco para morir sin dar una buena batalla— respaldó, conociendo mejor que nadie al Uzumaki y su espíritu combativo, como el de ambos.
—Si lo sabré yo— asintió Sasuke esbozando una seca sonrisa ladina. —Tengo el rastro preciso que dejaron los Otsutsuki, ya informe a los Kages y también irán— comunico a su esposa, siempre manteniéndola al tanto de sus decisiones.
—Quisiera acompañarte— suspiró la pelirosa a modo de disculpa, no podía acompañarlo porque tenía sus propias obligaciones en Konoha y tenía que cuidar de su hija.
—Pero no puedes, con que yo esté lejos es suficiente— sosegó el azabache, entendiendo y estando completamente de acuerdo, —la aldea necesita protección y quien mejor que tú— estando ella, sabía que dejaba Konoha en las mejores manos.
Esbozando una ligera sonrisa, Sakura no pudo evitar sentirse honrada por su consideración; ella misma, al igual que Sasuke y Naruto, era una leyenda en el Mundo Shinobi, una Sannin, había llegado a tan ilustre posición únicamente mediante su esfuerzo y tras largos años de entrenamiento, mas—como ocurría con las Kunoichi de su generación y que se relegaban a ser amas de casa—era fácil para muchos ignorar sus logros, pero no para Sasuke, él siempre la veía y reconocía como su igual en todos los aspectos, y mentalmente Sakura se prometió estar a la altura de su confianza, asintiendo y encontrando su mirada con la de él. Tras decir aquello, Sasuke alargó una de sus manos, sujetando por la nuca a su esposa, inclinando su rostro sobre el de Sakura a la par que halando de ella hacia si en un beso apasionado, sorprendente en intensidad, encendiendo un fuego incandescente en que ambos no tardaron en fundirse, Sasuke envolviendo su brazos alrededor de los hombros de su esposa para mantenerla presionada contra sí y Sakura acunando el rostro de su esposo, correspondiendo a su beso con desesperación y necesidad pura; el beso era fuerte, apasionado y contundente, impulsado por más que deseo y necesidad, ambos lo sentían, ignorando completamente el mundo que los rodeaba o bien sintiendo como si se hiciera el silencio, solo rompiendo el beso al sentir que necesitaban recuperar el aliento, y aun así, la existencia pareció reducirse al eco de sus respiraciones agitadas y a los latidos sincronizados de sus corazones.
—¿Por qué fue el beso?— inquirió Sakura con una ligera sonrisa, apoyando sus manos sobre el pecho de su esposo.
—Porque sé que no podremos despedirnos— anticipo Sasuke dadas las obligaciones de su esposa, —y por si no vuelvo— agregó, no queriendo pensar en ello, mas siendo preciso.
—No digas eso, sabes que detesto que lo hagas— acalló la pelirosa, no pudiendo siquiera imaginarlo. —Vas a volver; me hiciste una promesa, Sasuke, y una promesa jamás se rompe— recordó, sujetándolo del cuello de la camisa y viéndolo a los ojos.
—Claro que quiero volver, no pienso romper con mi promesa, ni tampoco es como si tuviera pensado ir y no volver— dejo en claro Sasuke, situando su mano sobre el hombro de su esposa y viéndola a los ojos, —pero solo te pido que estés lista para lo que sea que suceda, tanto si vuelvo, como si no— necesitaba que ella estuviera preparada.
—Volverás, y Sarada y yo te estaremos esperando— aseguró la Haruno con una ligera sonrisa, dándole una gran razón por la que volver con aquellas palabras.
—Lo sé— asintió el Uchiha, prometiéndose siempre regresar por su esposa y su hija.
Konoha no le era mayoritariamente importante fuera del elemento político que representaba y por la promesa de vida que Sasuke se había hecho de proteger aquello que era importante para su hermano—habiendo él llevado acabo el mayor de los sacrificios, solo por el bien de la aldea—, y porque en ausencia de Naruto era su deber ocupar el lugar del Hokage y tomar todas las decisiones que fueran importantes…la única razón por la que Konoha era importante para Sasuke, es porque era el lugar en que se hallaban su esposa y su hija. No tenía por qué ser leal a Konoha, la aldea no había hecho nada por él y los líderes de esta le habían quitado todo...pero, Sakura le había devuelto todo, le había entregado su corazón, su alma, sus sentimientos y su ser, había llenado su vacía existencia con su amor y le había dado a Sarada. Estaba loco por Sakura, su corazón parecía estrujarse dentro de su pecho cada vez que pensaba en que le ocurriera algo y la sola motivación de protegerla del mundo entero lo hizo darse ánimos para hacer lo que fuera preciso, halando a su esposa hacia si ante el agarre de su brazo alrededor de sus hombros en un cálido abrazo, enterrando su rostro en el costado de su cuello y murmurándole que lo esperara, él siempre volvería con ella, solo entonces Sasuke rompió el abrazó y encontró su mirada con la suya una última vez antes de tomar caminos separados; Sasuke abandonando la habitación y ella observándolo hasta perderlo de vista, regresando entonces junto a Hinata y Himawari, para continuar atendiendo a la Hyuga.
Confiaba en que Sasuke volvería.
Corriendo para abandonar el hospital, no soportando la idea de que su padre estuviera muerto, ni estando seguro de si merecía la pena cuestionar esto y escuchar posiblemente algo peor, Boruto corrió por las calles de Konoha, que parecían encontrarse igual que esa mañana, antes de que continuasen los Examines Chunin—cortesía de la sede, en las afueras de la aldea y no en el centro, protegiendo al resto de la villa—, pero el Uzumaki a penas y podía concentrarse en ello, se sentía tembloroso mientras corría. Tropezando en el camino, Boruto se levantó casi al instante, no molestándose siquiera en quitarse en polvo de encima o en reparar en las personas en las calles, simplemente corriendo sin voltear ni una vez, no teniendo claro a donde iba exactamente...hasta llegar al final de la calle, avistando la Torre Hokage y dirigiéndose hacia allí inmediatamente, agradeciendo lo ocupados que todos estaban por el estado de alarma general en la aldea como para custodiar la Torre Hokage como se haría normalmente, permitiéndole recorrer los pasillos hasta llegar a la oficina de su padre. Al abrir la puerta e ingresar, dejando esta entreabierta, Boruto tembló de nueva cuenta al no hallar a su padre sentado en su escritorio como siempre, acercándose a la mesa y apoyando las manos sobre la superficie, tomando la vieja chaqueta de su padre de sus días de Genin y que él había tirado por la ventana hace semanas, que ahora se colocó para intentar sentirlo consigo…deseaba desesperadamente que su padre estuviera ahí, deseaba disculparse con él por todo lo que le había dicho…no quería que sus últimas palabras fueran eso.
—Sabía que te encontraría aquí— se anunció Sasuke al ingresar en la oficina. —¿Buscas respuestas?— asumió mientras el chico volvía la mirada hacia él por sobre su hombro.
—Ni siquiera sé qué estoy buscando— contestó Boruto, encogiéndose de hombros ligeramente. —Creí que todo el entrenamiento me prepararía para batallas como esta, pero no pude hacer nada ni proteger a mi madre o mi padre— se condenó, sintiéndose insignificante, tonto y nada genial.
—Somos Shinobi, proteger está en nuestro instinto, pero no es nuestro deber a menos que se trate de quienes no pueden pelear por sí mismos, por ello se nos enseña a valernos por nosotros mismos y a respetar que quienes nos rodean también lo hagan— diferenció el Uchiha, situándose a la diestra del chico. —Naruto no necesitaba que lo protegieras, él solo quería que te protegieras a ti mismo y estás en buen camino para hacerlo— aclaró, no queriendo que el chico fuera demasiado duro consigo mismo. —Aunque tienes a tu madre y tu hermana que se preocupan por ti...estás en un camino ligeramente similar al que estaba yo cuando tenía tu edad— no pudo evitar comparar, recordando como había sido a su edad con solo ver a Boruto…y él merecía poder seguir el camino correcto.
—¿Tenía a alguien que le importaba?— cuestionó el Uzumaki, sorprendido por saber de su pasado.
—Alguien a quien admiraba, amaba y odiaba al mismo tiempo, mi hermano— asintió el azabache con la mirada lejana por un instante. —Toda mi vida tuve el deseo de vencerlo, solo para descubrir que conocía una verdad, no toda la historia— condenar a alguien por desconocimiento era demasiado fácil, y muy errado por lo mismo.
—Pero la aprendió, ¿No es así?— obvió el rubio por las palabras de su Maestro. —No quiero que lo que sucedió sea la última vez que vea a mi padre, debe haber algo que se pueda hacer— discutió, volteando a ver a su Maestro, necesitando hacer algo.
—Lo hay— sosegó Sasuke, sorprendiendo al Uzumaki. —Naruto está vivo, puedo sentir su chakra— aclaró, aferrándose igualmente a esa esperanza.
Necesitaban moverse rápido, no había mucho tiempo, que el rastro continuase latente demostraba que Naruto continuaba con vida, ¿Cuánto más soportaría? Era mejor para Sasuke no pensar en eso siquiera, enfocándose en Boruto, cuya expresión de inicial alegría se transformó en una de determinación, no con la explosividad que tanto había caracterizado a Naruto a su edad, sino que, siendo más contenido, desviando la mirada del Uchiha hacia la puerta de la oficina, donde se presentaron cuatro figuras inconfundibles para el joven Uzumaki. En su camino, tras despedirse de su esposa y dejar el hospital, Sasuke se había encontrado con uno de los AMBU para que este convocara a los Kage a una reunión en la Torre Hokage, no extrañándole nada que estos finalmente hubieran llegado; Gaara, Chojuro, Kurotsuchi y Darui confiaban en Sasuke a niveles muy diferentes; Gaara reconocía su inteligencia, pragmatismo y buen juicio para liderar la aldea en ausencia de Naruto, al igual que Chojuro y Kurotsuchi ni se diga...Darui era otra historia, mas en momentos así las animadversiones o diferencias pasaban a segundo plano, concentrándose únicamente en enfrentar al enemigo en cuestión, los Otsutsuki. Boruto ya había visto a los Kages durante los Exámenes Chunin, en su palco privilegiado y como espectadores de todo, los había visto varias veces a lo largo de los años por el ideal de colaboración de su padre como Hokage, pero nunca los había tenido tan cerca...y estaba demasiado impresionado como para pronunciar palabra.
—Ya que tomaste una decisión por tu cuenta, ¿Te molesta si te apoyamos?— preguntó Chojuro con falso tono casual, divertido como siempre ante el actuar del Uchiha.
—Según se acordó en su día, cuando el Hokage no se encuentra, eres tú quien asume el cargo— recordó Darui, citando aquello que todos sabían, —y debemos ayudarte en lo que decidas— agregó, respetando la autoridad del Uchiha para su pesar.
—Siempre que no sean un lastre— menospreció Sasuke falsamente, pasando su mirada por los cuatro Kages.
—Por favor, que poco confías en nosotros— rio Kurotsuchi, equiparando su arrogancia.
—No hacer nada, deshonraría el nombre de los Cinco Kages— asintió Gaara siempre tan serio, casi tanto como el azabache.
—En ese caso, síganme— instó el Uchiha, agradeciendo poder contar con ellos.
El mismo Sasuke tenía sus reservas personales si de tratar con los Kages se trataba; no tenía problema en tratar con Naruto al ser los dos mejores amigos, tampoco con Gaara por tener experiencias similares de sus años de infancia y por haber superado esa oscura etapa de sus vidas; tenía menos en común con Chojuro y Kurotsuchi, pero asombrosamente podían entenderse sin problema y respetaban la fuerza de cada uno como Shinobi; Darui era el caso más contrastante, ambos no se llevaban bien luego de estar en bandos enemigos durante la Cuarta Gran Guerra Shinobi y atacarse el uno al otro, mas se veían forzados a tratarse. No necesitando voltear ni enfrentar a nadie, sintiendo que trataba con sus iguales al suplir al Hokage y ante su innata arrogancia, Sasuke se dirigió hacia la salida de la oficina, sabiendo que los Kages lo seguirían, mas volviendo únicamente la mirada por sobre su hombro hacia Boruto, indicándole con una sola mirada que lo siguiera, lo que tomó por sorpresa al Uzumaki y que se congeló en su lugar un momento, antes de correr para alcanzar a su Maestro, pasando junto a los Kages y situándose a la diestra del azabache en su camino por el pasillo hacia la sala de reuniones del Consejo. Pese a que su padre fuera el Hokage, Naruto nunca había incluido a Boruto en la vida pública que ello implicaba, y por un lado Boruto estaba feliz, no quería tener nada que ver con el título de Hokage, pero viendo al señor Sasuke tomando las decisiones importantes y actuando desde su posición como Uchiha en lugar de bajo la sombra de Hokage, Boruto sintió más admiración y deseos de ser como él…
Tan pronto como la puerta de la sala de reuniones de abrió, a semejanza de días atrás, en que se habían reunido tan pronto como los Cuatro Kages habían llegado a Konoha de sus respectivas aldeas, Sasuke dirigió sus pasos hacia la mesa en que acostumbraba a reunirse el Consejo de la Aldea de la Hoja, ocupando el asiento que correspondía al Hokage, mas permaneciendo de pie y como también hicieron los demás Kages que rodearon la mesa para ocupar sus respectivos lugares, teniendo que acudir al rescate de Naruto tan pronto como aquella discusión terminara. Manteniéndose de pie a la diestra de su Maestro, Boruto sintió incredulidad por estar participando de todo aquello, como nunca había hecho con su padre; mentalmente, Boruto intentó entender porque es que el señor Sasuke actuaba así, quizás era por su linaje de Uchiha—con la misma arrogancia característica que él siempre veía en Sarada—o porque lo había perdido todo una vez, como él mismo había dicho; era como si no tuviera miedo de tomar el control y hacer lo que fuera necesario por la aldea. La agenda a abarcar debía ser rápida, no solo se trataba del rescate a Naruto, sino también del después, de lo que harían para lidiar no con los Otsutsuki que habían atacado, sino que con aquellos que estaban en las sombras, debiendo anticipar que es lo que estos buscarían y como encontrarlos, porque en este caso ya no era algo de lo que solo Sasuke pudiera encargarse, el peso de la amenaza futura recaía en los hombros de todo el Mundo Shinobi esta vez.
—¿De qué hablaba el pergamino?— preguntó Gaara, rompiendo primero el silencio.
—Es en gran medida una advertencia de que más Otsutsuki vendrían a este mundo, luego de que Kaguya decidiera dejar de suministrar chakra al clan Otsutsuki, por el nacimiento de sus hijos Hagoromo y Hamura— contestó Sasuke, pasando su mirada por los Cuatro Kages. —Kaguya tenía planes de prepararse para su llegada y responder a su ataque, ese era el propósito del Tsukuyomi Infinito— extremista, pero justificado desde cierto punto.
—Me da escalofríos de solo recordarlo— se quejó Kurotsuchi inevitablemente, el mismo sentir de los demás Kages.
—Por eso se llevaron a Naruto, necesitan su chakra y al Nueve Colas— asintió Chojuro, llevándose una mano al mentón pensativamente.
—No solo es eso— puntualizó el Uchiha, desconcertando a los Kages. —Debemos tener claro que, aunque venzamos a Momoshiki y Kinshi, habrá otros enemigos que enfrentar en el futuro y estos ya se encuentran dispersos en el mundo Shinobi. Rastrearlos no tendrá caso, por lo que sus naciones Shinobi deben prepararse— si Momoshiki y Kinshi ya habían llegado, eso implicaba que otros ya estaban rondando sin que lo supieran. — Gaara...— inició, lamentando tener que pedirle aquello, mas era necesario.
—Lo sé, no necesitas decirlo— contestó el Sabaku, anticipándose a sus palabras. —En circunstancias como estás, será más útil volver a tener al Shukaku que dejarlo a su suerte para convertirse en alimento de los Otsutsuki— prefería volver a ser Jinchuriki que permitir que el Shukaku fuese usado por el enemigo. —Dalo por hecho tan pronto como regrese a Sunagakure— los Biju ahora estaban libres, y era mejor protegerlos.
—Nosotros nos encargaremos de los demás Biju— prometió Kurotsuchi, teniendo una lista de candidatos a Jinchuriki en su aldea, lo mismo que Darui que asintió en silencio.
—Kagura no tendrá problema en tanto ello evite otra guerra— secundó Chojuro, teniendo igualmente claras las cosas.
—Me tranquiliza contar con ustedes— apreció Sasuke, inclinando ligeramente la cabeza y dejando libre un suspiro. —Centrándonos en el presente; Kinshiki puede crear armas con el chakra que roba, siendo fuerte y veloz; y Momoshiki absorbe el jutsu de su enemigo con la palma de sus manos, devolviéndolos a un nivel superior— describió, ya habiéndose enfrentado a los Otsutsuki. —No podemos usar Ninjutsu con ellos, solo nos desgastaríamos y los haríamos más fuertes, ¿Entienden?— sería demasiado contraproducente hacerlo.
—Eso complica todo— gruñó el Raikage, pero no a modo de reproche, sino que estudiando la situación y tratando de armar una estrategia en su mente, como todos.
—No va a ser nada fácil— respaldó la Tsuchikage, mas esbozando una ligera sonrisa de entusiasmo ante la idea de librar una buena batalla.
—¿Cómo sabes donde esta Naruto, Sasuke?— cuestionó el Kazekage, intentando entender bien la situación para poder actuar.
—El pergamino detalla la ubicación de esos dos, y tengo el rastro del chakra de Naruto— contestó el Uchiha, ya habiéndose descifrado lo suficiente del pergamino para permitirle orientarse. —Debería bastar con mi Rinnegan para seguirlo— confiaba en sus habilidades.
—En ese caso, no debemos perder tiempo— asintió el Mizukage, igual de decidido que todos los demás Kages y que asintieron en señal de apoyo.
—Pero, tengo una condición— advirtió Sasuke, volviendo entonces su mirada hacia el joven Uzumaki de pie a su lado. —Boruto debe venir con nosotros— anunció por fin.
—No quiero menospreciarlo, vimos sus combates...— inició Chojuro, teniendo a Kagura como su pupilo y no estando seguro de si exponer a un chico a ese tipo de peligros.
—Pero no deja de ser un Genin— completó Darui, siendo brutalmente honesto. —¿Cuál sería el propósito?— inquirió, desconcertado por la idea del Uchiha.
—Tiene el elemento sorpresa que necesitamos para ganar, confíen en mí— respondió el azabache únicamente, pasando su mirada por los cuatro Kages. —Además, es mi aprendiz— agregó con una muy ligera sonrisa ladina.
—Si tú lo dices, así debe ser— aceptó Gaara, confiando en el criterio del Uchiha.
Habían pasado dieciséis años desde que había terminado la Cuarta Gran Guerra Shinobi y por ende era fácil olvidar lo terrible que había sido aquello y cuanto los había presionado a todos, algo así como comparar los tiempos de sus predecesores, que habían tenido que lidiar con la Guerra Entre Clanes, o la Primera, Segunda o Tercera Guerra Shinobi…todos habían estado tan dedicados al ideal de la paz, que no era hasta momentos como ese que quizás alcanzaban a dimensionar el error que habían cometido. Consciente o inconscientemente todos habían sobreprotegido a los Genin o Chunin de su generación, completamente consagrados a mantener la paz y no a pensar objetivamente, como líderes de aldeas que deberían de vivir de la guerra, claro que no era agradable pensar en la guerra, pero deberían de estar preparados para ello, en eso creía Sasuke y esa era una de las razones por las que quería que Boruto los acompañase, además de poner los pies del chico sobre la tierra y hacer que entendiera que debía actuar seriamente y tomar decisiones serias, además de probar su peculiar Rasengan. Decirse sorprendido sería un eufemismo para Boruto, abrumado sería mejor, parpadeando con sorpresa y no pudiendo emitir palabra alguna, tragando saliva sonoramente en su lugar y enfocando su mirada en su Maestro, nuevamente siendo el último en abandonar la oficina, casi corriendo para alcanzar a su Maestro tan pronto como la reunión hubo llegado a su fin, todos teniendo claro ahora a donde deberían de dirigirse; rescatarían a Naruto y enfrentarían a los Otsutsuki, tomando nota de todo cuanto deberían cambiar a su regreso.
Mas, el espíritu de un Shinobi debía permanecer igual.
Durante su camino desde la oficina de reuniones del Consejo hacia la azotea, desde donde los Kages y el Uchiha habían acordado cruzar el portal espacio-tiempo hacia la dimensión en que se encontraba Naruto, nadie pronuncio siquiera una palabra, el silencio era el ambiente perfecto para idear estrategias y ninguno de los Kages o el Uchiha eran precisamente sociables; Kurotsuchi quizás era algo eufórica, mas esto sucedía en batalla; Chojuro era más pragmático y analítico, como Darui quien era igualmente reservado, y Gaara ni decirlo, siendo bueno en permanecer el silencio, por lo que el trayecto por las escaleras hacia la azotea fue largo y silente, únicamente roto por el eco de sus pisadas. Aunque siguiendo a su Maestro y a los cuatro Kages, Boruto no podía dejar de cuestionarse mentalmente que razones tenía el señor Sasuke para llevarlo a una batalla como esa; era un chico de apenas doce años que no podía compararse con los ninjas más fuertes del mundo, ¿No sería solo un lastre si los acompañara?, ¿Por qué su Maestro insistía en llevarlo? Presintiendo la duda en la mente del Uzumaki, Sasuke detuvo sus pasos e indicó a los Kages que continuasen con su camino, que él los encontraría luego en la azotea de la Torre Hokage, y estos no tuvieron problema en hacerlo; aguardando hasta que los Kages hubieran desaparecido al final del pasillo, Sasuke finalmente concentró su atención en Boruto, que bajó la mirada, como si analizara decenas de veces las preguntas que daban vueltas por su mente antes de atreverse a verbalizarlas.
—Señor Sasuke…— inició el Uzumaki, ordenando las palabras en su mente, —agradezco todo lo que dijo, pero…¿Y si no puedo?, ¿Y si falló?— inquirió, preocupado ante la idea de ser un lastre. —No fui nada útil en el enfrentamiento anterior— básicamente había protegido a Sarada, pero no había hecho más.
—No fallaras, creo en ti— contestó el Uchiha, no dudándolo ni por un momento. —Además, creo que eres un perdedor peor que Naruto— agregó con una seca carcajada.
—¿Un perdedor?, ¿De qué habla?— inquirió Boruto confundido, pues sonaba como un insulto.
—Significa que odias perder— aclaró Sasuke, provocando que la expresión de desconcierto del Uzumaki se convirtiera en una sonrisa ladina. —Pero necesitaras algo más para esta batalla— mencionó, tendiéndole su vieja banda ninja, de sus días de Genin. —Yo rechace esta banda ninja cuando tenía tu edad, porque era imprudente, necio y tonto, lo que me llevo a tomar un camino equivocado. Ahora quiero que tú la tengas, porque tu camino es el de un verdadero Shinobi— había prometido llevar esa banda hasta que llegara el momento correcto…y presentía que era ese.
—Gracias, Maestro, gracias por confiar en mí— correspondió el rubio al aceptar la banda, esbozando su primera sonrisa después de todo lo ocurrido.
Viendo al rubio sostener entre sus manos su antigua banda ninja, Sasuke debió admitir que estaba de acuerdo con el primer comentario de Naruto a su regreso; Boruto se parecía a él, habían detalles en que eran diametralmente opuestos, pero el chico quería escribir su propio camino, quería marcar una diferencia a su manera y no por el resto, quería ser un ninja y prosperar por su cuenta, y Sasuke sí que entendía aquello, manteniendo su sonrisa ladina e indicándole que continuaran con su camino, lo que el Uzumaki hizo sin protestar. El camino hasta la azotea de la Torre Hokage fue breve, y su llegada estuvo acompañada por un jadeo de sorpresa de parte de Boruto, que no esperaba encontrar a Mitsuki y Sarada esperándolos, ambos acompañados tanto por Shikamaru—como brazo derecho del Hokage—y Kakashi, el Hatake dando un paso al frente cuando Sasuke se detuvo frente a él. Joven, inestable y de humor impredecible en sus días de Genin—y en la actualidad—, Sasuke había encontrado a grandes personas con quienes llenar el vacío en su vida; Naruto que era como un hermano a la par que su mejor amigo, Kakashi que era como un padre para él pese a su manía de leer esas novelas pornográficas suyas, y Sakura...ella era su todo, era su familia, su amiga, su amante, su compañera, lo era todo; Sasuke podía dejar la aldea sintiéndose tranquilo, sabiendo que Kakashi quedaba atrás para proteger a Sarada y a Sakura, porque era como su padre y de igual forma Kakashi veía a Sasuke como el hijo que nunca había tenido.
—Papá— llamó Sarada, haciendo que la atención de su padre se enfocara en ella, —¿Estás seguro de que no puedo ir?— consultó, queriendo ser de ayuda para la aldea.
—Sé que no quieres quedarte aquí, que quieres ayudar, pero en este momento eres más útil quedándote de este lado— diferenció Sasuke, inclinándose a la altura de su hija y viéndola bajar la cabeza. —No olvides que eres la única que posee el Sharingan, y ponerlo en riesgo no es una opción— puntualizó, haciendo que ella alzara la mirada y asintiera. —Además, no puedo pelear si estoy preocupado por ti y tu madre— agregó en voz muy baja, acercándose ligeramente a su hija para que solo ella escuchase eso.
—De acuerdo, pero ten cuidado— pidió ella, abrazándolo brevemente en un arrebato emocional.
—Claro que sí— obvió él con una sonrisa ladina y prometiendo regresar, envolviendo su brazo alrededor de los hombros de su hija al corresponder al abrazo.
—Ustedes no se preocupen por nada, solo concéntrense en vencer— sosegó Kakashi cuando el abrazo se rompió y el Uchiha enfocó su atención en Shikamaru y él.
—Gracias, Kakashi— asintió Sasuke, alejándose del grupo hacia el centro de la azotea, —¿Listos?— recibiendo un asentimiento de parte de los Kages, Sasuke abrió el portal que los llevaría a la dimensión en que estaba Naruto. —Con mi Rinnegan, el número de Shinobi que puedo transportar es limitado, por lo que habrá de bastar con nosotros— informó, tras lo que los Kages no dudaron en cruzar el portal, dejando atrás a Sasuke y Boruto.
—¡Boruto!— llamó una conocida voz para el Uzumaki, que volvió la mirada por sobre el hombro.
Tras ver al Kazekage, Mizukage, la Tsuchikage y el Raikage por el portal creado por el Rinnegan de su Maestro, el Uzumaki y el Uchiha dispusieron cruzar el portal también, pero un grito distintivo y que Boruto reconoció como la voz de su madre lo hizo detenerse, volviendo la mirada por sobre su hombro; subiendo las escaleras de la Torre Hokage entre ligeros tropiezos, tendiendo a arquearse de dolor de vez en vez por el contundente golpe propinado por Momoshiki Otsutsuki en su estómago, sujetándose del brazo de Sakura que no se atrevía a dejarla sola desde que la había ayudado a levantarse de la cama de hospital. Sakura se había negado a su idea de ir a la Torre Hokage, luego de que un AMBU se hubiera presentado en el Hospital para informarle de la decisión de Sasuke, mas la Hyuga lo escuchase y ella necesitaba estar ahí, por lo que todo lo que Sakura pudo hacer fue ayudarla, sujetándola de la mano y llegando a la azotea junto a la pequeña Himawari siguiéndolas. Observando a su madre y su hermana menor, Boruto decidió que ese era el mejor momento para colocarse la banda que su Maestro le había dado, anudando esta y esbozando una sonrisa ladina para su madre; había cometido muchos errores hasta ese punto, actuando como un chico tonto y que no hacía más que pensar en sí mismo, pero Boruto quería creer que aún no era tarde y que aún podía ser un verdadero ninja, eso simbolizo para él colocarse esa banda en la frente, reemplazando la que había llevado hasta entonces y que había perdido durante el ataque de los Otsutsuki.
—Volveré con papá, lo prometo, mamá— aseguró Boruto con la voz cargada de determinación. —Himawari, se valiente y cuida a mamá, ¿sí?— encomendó, sabiendo que su hermanita podía ser muy aterradora y peligrosa cuando se lo proponía.
—Lo prometo, hermano— asintió la pequeña peliazul, confiando en que su hermano volvería a salvo antes de que ellos se dieran cuenta.
—Vuelve pronto, ¿sí?— pidió Hinata a su hijo, no pudiendo soportar si le ocurría algo.
—Lo haré— asintió el rubio con una sonrisa, casi idéntica a la de su padre y que conmovió el corazón de Hinata, quien se negó a llorar, diciéndose que su familia se reuniría pronto.
Volviendo muy brevemente la mirada, Sasuke observó a Sakura y ella a él, esbozando una ligera sonrisa tanto a modo de aliento como para decirle que esperaría el tiempo que hiciera falta hasta que él regresara, tras lo que Sasuke desvió la mirada hacia su hija, que sonrió llena de su entusiasmo característico y heredado de su esposa; ellas dos eran su razón para volver y proteger Konoha, y nadie se lo impediría. Hinata estaba orgullosa de su hijo, puede que Boruto no hubiera hecho las cosas como ella o Naruto siempre hubieran querido, pero era su hijo y un chico de buen corazón, de buenos sentimientos...Hinata se sintió tranquila ante la idea de que Sasuke lo hubiera tomado bajo su tutela, pues si alguien podía mantenerlo en el buen camino y ser un ninja era él, permitiéndole esbozar una sonrisa y que se convirtió en un sollozo emocionado cuando Himawari la abrazó, al mismo tiempo en que Boruto y Sasuke finalmente cruzaban el portal, que se cerró un instante después. Cerrando los ojos un momento después, Sakura se negó a ser pesimista, encontrando su mirada con la de su hija y a quien indicó acercarse, ante lo que Sarada envolvió sus brazos alrededor de su cintura en un cálido abrazo que Sakura intentó durase lo más posible; su mayor deber hasta que Sasuke regresara era cuidar a Sarada, la aldea estaba después y lo cumpliría, mas mentalmente comenzó a barruntar cuan exhausto regresaría de la batalla, igual que seguramente lo haría Naruto, puede que los Kages estuvieran ahí para ayudar, pero ella sabía muy bien que esos dos tontos acostumbraban a actuar por su cuenta…
Su chakra es ridículamente grande, apenas y llevamos la mitad; el proceso de los Otsutsuki para obtener el chakra del Kyubi del cuerpo de su Jinchuriki era mantener a este retenido a un gran árbol o planta que brotaba desde suelo formando un largo y firme tallo con una flor cerrada en la cima y que parecía de roca, pero Naruto no les hizo fácil tal labor a los Otsutsuki, resistiéndose hasta las últimas consecuencias pese a sentir como el chakra de Kurama abandonaba lentamente su cuerpo; incluso el Nueve Colas, pese a ser el Biju más poderoso, tenía limites en su poder, mas Naruto se negaba a morir, tenía que volver a casa, a Konoha, con sus hijos así como con Hinata, no podía morir si no era en los brazos de su esposa. Cuando los Otsutsuki hubieron drenado de la mitad del chakra de Kurama de su interior, Naruto en cierto modo fue salvado por la campana, representada por sus cuatro amigos los Kages; Gaara, Chojuro, Kurotsuchi y Darui, quienes no solo se hubieron encargado de liberarlo de su prisión, sino que comenzaron a enfrentar a Momoshiki y Kinshiki, pero antes de que el Uzumaki tocara el suelo, Sasuke y Boruto lo sujetaron de ambos brazos y le impidieron caer, aterrizando en cuclillas en el suelo, el rubio alzando entonces la mirada y enfocando está en Sasuke así como en Boruto, aún muy desorientado ante la gran pérdida de chakra que había experimentado, cortesía de los Otsutsuki. Intercambiando una mirada con su Maestro, que lo observó únicamente, Boruto se apretó nerviosamente las manos y aguardó hasta que los ojos de su padre parecieron concentrarse realmente en él, parpadeando y observándolo con extrañeza.
—Papá, ¿Estás bien?— preguntó Boruto finalmente, no pudiendo más con la ansiedad.
—Boruto, ¿Qué estás haciendo aquí?— cuestionó Naruto enfocando bien su mirada en su hijo. —Esa es mi chaqueta— notó esbozando una cansada sonrisa ladina.
—Oh, sí, es tuya...— el pequeño Uzumaki pretendió quitársela y devolverla a su progenitor.
—No, quédatela, se te ve bien— negó el Hokage, orgulloso de ver a su hijo usándola y pudiendo ver las marcadas diferencias entre ambos.
—Han pasado muchas cosas, Naruto, pero tu hijo realmente se ha convertido en un Shinobi— declaró Sasuke con una sonrisa ladina antes de marcharse a apoyar a los Kages.
—Te ves mejor que antes— apreció Naruto, no creyendo haber visto a su hijo con mejor aspecto.
—Entonces, ¿Si me pusiste atención?— cuestionó Boruto con falso tono fanfarrón, conmovido interiormente al darse cuenta de que su padre si lo había visto.
—Lo siento mucho— se disculpó el Hokage, bajando la mirada con gran pesar. —Realmente quería proteger y estar para todos en la aldea, pero en el proceso y sin querer te descuide a ti, a tu hermana y a tu madre— eso le pesaba profundamente y lo haría por el resto de su vida. —Ni siquiera hice un esfuerzo por entenderte, cuando a tu edad yo mismo también quería atención, y soy quien menos debería darte un sermón— le había sido más fácil condenar el actuar de su hijo, en lugar de enseñarle lo correcto, y eso no tenía disculpa. —También pintaba palabras en los rostros de los Hokage e Iruka Sensei me gritaba todo el tiempo— agregó con una inevitable sonrisa nostálgica.
—¿Es en serio?— rio quedamente el pequeño Uzumaki, comprendiendo que básicamente no sabía nada del pasado de su progenitor.
Jamás habría creído que su padre hubiera sido como él, no cuando este siempre presumía de ser un líder para Konoha y el modelo de lo que debería de ser un Shinobi, había sido fácil para Boruto crecer siendo el hijo del Séptimo Hokage y siendo consciente de las presiones de su entorno, sintiendo lo que todos esperaban que lograra y diciéndose una y otra vez que siempre viviría bajo la sombra de su padre…mas, su padre no solo no era como él pensaba, sino que él mismo escribiría su camino como alumno del señor Sasuke, sería un Shinobi diferente, seria Boruto Uzumaki. Naruto se sentía brutalmente culpable; Boruto tenía todo el derecho del mundo para haber tomado el camino fácil desde el primer momento, para distanciarse del verdadero "camino" ninja en comparación con él...y, sin embargo, no había hecho tal cosa, había seguido cada enseñanza de Sasuke y prosperado, aprendiendo a brillar con luz propia, Naruto estaba verdaderamente orgulloso de su hijo, pero se sentía culpable; su padre el Cuarto Hokage estaba muerto, había muerto cuando él había sido apenas un recién nacido, mas ¿Qué justificación tenia él para su despreció o conducta para con su hijo al igual que para con su pequeña Himawari o para con Hinata? Él estaba vivo, era un Hokage que debería de estar presente, mas no solo para los habitantes de Konoha, sino que primeramente con su propia familia, ¿Cómo había podido equivocarse tanto? Al menos estaba vivo, había posibilidades de volver a casa, con Hinata, y se prometía remediar todos los errores que había cometido.
—Soy yo quien tiene que disculparse, papá— contrarió Boruto, sorprendiendo a su padre que alzó la mirada en su dirección. —La verdad es que no sé nada de ti o de tu pasado papá, pero realmente quiero saber más, quiero conocerte y entenderte— quería aprender de sus errores, pero también quería nutrirse de sus enseñanzas. —Fui terco y orgulloso, no quería observarte realmente, pero ahora quiero saberlo— no podía despreciar a su padre, a quien lo había hecho ser como era. —Así que sigamos como hasta ahora, pero cuando tengas tiempo, aunque sea un poco, en lugar de sermonearme mejor cuéntame más de tus historias, ¿sí?— sugirió esbozando una sonrisa entusiasta.
—Claro que sí, hijo— asintió Naruto, conmovido a la par que orgulloso por ver al Genin frente a él. —Aunque tengo que advertirte que es una historia muy larga— nada menos que 33 años. —Por ahora será mejor concentrarnos en la pelea, ¿sí?— sugirió, observando por encima de su hombro el enfrentamiento de Sasuke y los Kages contra los Otsutsuki.
—Sí, papá— asintió el pequeño Uzumaki, entre nervioso y ansioso a partes iguales.
Boruto jamás había podido, hasta su conversación durante los Exámenes Chunin, confrontar a su padre y decirle que le dedicara más tiempo, elegía no pensar en sí mismo y la mayor parte del tiempo le preocupaba que su hermana menor o su madre se sintieran ninguneadas, ignoradas o desplazadas, ello lo irritaba profundamente, pero a diferencia de su padre que siempre tenía algo que decir, Boruto era bueno callando sus opiniones, mas en ese momento agradeció profundamente la oportunidad de poder saber más de su padre por su propia boca, de escuchar cómo había llegado a ser quien era, sonriendo lleno de entusiasmo e intercambiando una mirada con su padre, que alargó su mano para revolverle el cabello juguetonamente, antes de que ambos se levantaran de sus lugares. Todo esto es mi culpa, yo lleve a todos a esto, fui tonto y desconfiado, y Boruto...durante todos estos años lo vi como solo un niño pequeño, no intente verlo como lo que realmente era, comprendió Naruto, conmovido de ver cuánto había crecido su hijo y cuanto continuaría creciendo; había logrado su sueño de convertirse en Hokage y había adoptado la filosofía del Tercer Hokage Hiruzen Sarutobi de ver a todos en Konoha como su familia, pero sus responsabilidades lo abrumaban continuamente y poder hacer a un lado estas responsabilidades y dedicar tiempo a su hogar, a sus hijos y en especial a su esposa sería difícil, pero posible si él ponía todo el empeño en ello y dejaba de obcecarse tanto en hacer bien su trabajo y dedicaba igual o mayor tiempo a su familia, porque ellos eran la prioridad en su vida, lo verdaderamente más importante que tenía.
Lucharían por regresar a casa.
La batalla fue impresionante, la más grandiosa que Boruto hubiera visto hasta ese momento de su vida, entendiendo por fin porque su padre y su ahora Maestro eran dos de las mayores leyendas del Mundo Shinobi y porque estaban donde estaban; cuando llego el momento del último ataque, dependiendo de él, Boruto no pudo evitar sentir nervios desbocados, no creía estar a la altura, y sin embargo su padre le infundió valor, sosteniendo sus manos entre las suyas y transmitiéndole parte de su chakra para hacer que el ataque creciera exponencialmente. Con su Maestro generando una dirección primero, Boruto encontró el momento para atacar a Momoshiki con el Rasengan, en un ataque devastador con tan enorme Rasengan, cuya energía provocada por el impacto llegó a lastimar y raspillar su piel desde la mano al codo del brazo derecho, pero el Uzumaki ignoró completamente el malestar y enfocó el ataque en el Otsutsuki, en un torbellino de energía que los envolvió a ambos...Cuando todo paso y Boruto vivió a abrir los ojos, se sintió extraño, algo no estaba bien y lo comprendió al enfocar su mirada en lo que había delante de él; no sabía dónde estaba, no era un lugar que conociera, era una especie de vacío en que había escombros, aire, luz y un espacio que parecía infinito, como otra dimensión, era un lugar muy extraño y en que el Uzumaki no sabía si sentirse seguro, no sabía que sentir y menos teniendo a Momoshiki delante de él, a aproximadamente un metro de distancia y que este fue acortando, ¿No debería estar muerto?
—¿Puedes sentir mi presencia, niño humano?— consultó Momoshiki para estar seguro.
—Creí que habías muerto— contestó Boruto únicamente, claramente sorprendido.
—Lo hice, y no lo hice al mismo tiempo— diferenció el Otsutsuki con voz burlona. —Eres alguien muy curioso, Boruto Uzumaki, y eso me gusta— tenía una gran voluntad, para ser tan joven, —creo que juzgue muy mal a la raza humana y mi clan también lo ha hecho— siendo así, los humanos no merecían desaparecer a su entender.
—Si es así, entonces habla con ellos, convéncelos de no volver— sugirió el Uzumaki de inmediato, temiendo que pudiera ocurrir una tragedia si todo continuaba así, —haz que se queden en donde están y que nos dejen tranquilos— quería creer que el Otsutsuki aún podía cambiar la balanza a su favor, no podía estar todo perdido.
—No es tan fácil, ellos tienen sus propios intereses en juego y nada los haría ceder en obtener lo que quieren— negó este, lamentando genuinamente no poder hacer algo. —Heredaste parte del poder de los Otsutsuki, pero solo si tienes el de uno podrás lograr lo que se necesita— comentó, dejando en evidencia sus falencias pese a lo joven que era. —Por ello, te entregó todo mi poder, un poder con el que un mortal solo podría soñar, pero que confió aprenderás a usar correctamente— delegó, creyendo en sus pujantes capacidades.
Tras decir aquellas palabras, que Boruto intentó entender, procesar y grabar en su mente, se sorprendió cuando el Momoshiki se acercó más a él, sosteniendo una de sus manos entre las suyas, cerrando los ojos y teniendo una expresión de concentración, casi como si le estuviera transmitiendo algo, algo que no podía verse y el Uzumaki sí que lo intentó, bajando la mirada hacia la mano que el Otsutsuki sostenía, mas no consiguiendo verlo y dándose por vencido cuando Momoshi abrió los ojos y le soltó la mano. Los Otsutsuki veían todo de forma muy crítica, egoísta e indiferente; si él, Momoshiki Otsutsuki, les había parecido cruel en extremo a los humanos, los demás miembros de su clan y que ansiaban obtener los frutos del chakra como debería de haber ocurrido en tiempos de Kaguya…ellos verdaderamente eran crueles, él había sido simplemente una especie de embajador junto a Kinshiki, había tanteado el terreno, mas aunque pudiera hacer algo para ayudar a los humanos, no podría, su clan no lo escucharía. Había algo a favor de los humanos; Sasuke Uchiha y Naruto Uzumaki, esos dos de alguna forma eran las transmigraciones de dos Otsutsuki y sus poderes eran los de unos, si Momoshiki no hubiera consumido las energías de Kinshiki, ellos realmente lo habrían derrotado con facilidad e interiormente Momoshiki quiso creer que eso bastaría para librar la guerra que sucedería a futuro, pero no podía estar seguro, menos ante ciertos agentes de su clan que sabía ya se encontraban en el mundo de los humanos y que aparecerían en cualquier momento…de hecho, le sorprendía que no hubieran aparecido aún y eso no podía ser bueno.
—Ten cuidado, el camino a la gloria de manos del poder está pavimentado de dolor y la contienda contra mi clan no será fácil— advirtió Momoshiki, admirando la tenacidad del chico, —pero creo que ustedes los humanos lograran perseverar y salvarse— sería difícil, pero no parecía que los humanos estuvieran dispuestos a rendirse. —Escribe tu camino, Boruto Uzumaki, y puede que todo ese sufrimiento valga la pena— instó, teniendo fe en que llegaría muy lejos si se lo proponía y era valiente.
No creyendo que el chico Uzumaki se volviera más fuerte que las actuales encarnaciones de dos Otsutsuki—Sasuke y Naruto—, pero si previendo que podría llegar muy lejos, Momoshiki esbozó una tenue sonrisa antes de finalmente desvanecerse, habiendo requerido concentrar todas sus energías en que su alma continuase en el mundo de los vivos por al menos un par de minutos para transmitir ese mensaje al Uzumaki; viendo al Otsutsuki desaparecer, entendiendo que este y Kinshiki no habían sido precisamente enemigos sino que una especie de emisarios neutrales, Boruto observó la palma de su mano derecha, aquella que Momoshiki había sostenido, no viendo nada, pero casi pudiendo sentir algo nuevo y diferente en su interior…Viendo todo con Rinnegan, pudiendo apreciar que la conversación no era sobre nada negativo, Sasuke relegó para más tarde—cuando todos se hubieran recuperado de lo ocurrido—una conversación con Boruto así como un entrenamiento en específico; si, como el Otsutsuki le había dicho, le había dado un nuevo poder al Uzumaki, este necesitaría aprender a dominarlo para que no fuese un problema—en lo que él podría ayudar, habiendo recibido un poder de un Otsutsuki—, desactivando su Sharingan en su lugar y tras ver a Boruto desplomarse agotado—mas no inconsciente—, aproximándose hasta donde estaba sentado Naruto, no pudiendo levantarse luego de todo el chakra perdido, además de la brutal golpiza que había recibido de los Otsutsuki por su enfrentamiento anterior.
—Al final yo tenía razón— comentó Sasuke al llegar junto al rubio, que lo observó extrañado. —El espíritu de un Shinobi nunca cambia, sin importar el tiempo que pase— Boruto estaba en la dirección correcta para convertirse en un gran Shinobi a futuro.
—Es cierto— admitió Naruto con una ligera sonrisa, estando muy feliz por ello.
—Eres un desastre— se burló el azabache con una seca carcajada, observando el semblante de su amigo.
—¿Solo yo, mírate?— rio el rubio igualmente divertido, no queriendo que su amigo presumiera de ello.
—Sí, apenas puedo estar en pie— reconoció el Uchiha, sentándose junto a Naruto y sintiendo como le temblaba el cuerpo por el esfuerzo. —Yo gane esta partida— presumió, llevándole la delantera en esa oportunidad.
—Si sumamos todos nuestros combates, yo diría que casi estamos a manos— difirió el Uzumaki no queriendo ser derrotado y ante lo que Sasuke entorno los ojos con burla.
Cuando todo pasara y estuviera lo suficientemente recuperado, Sasuke tomo nota de hablar con Naruto, y por ende con Hinata, para plantearles el llevarse a Boruto en su próximo viaje lejos de Konoha, nuevamente estaría lejos por quizás un mes o cuando mucho dos meses e investigando cualquier posible rastro de otros Otsutsuki—debiendo ser ahora un esfuerzo conjunto de los Cinco Kages y sus aldeas ante la posibilidad de guerra en el ambiente, por lo que también debería designarse a nuevos Jinchurki para los demás Bijuus—, pero era tiempo que no podía perder, debía continuar entrenando a ese chico o este perdería el control de este nuevo poder dado por Momoshiki Otsutsuki. Él había aprendido a lidiar con el poder dado por el Sabio de los Seis Caminos, ya que estando en la guerra todo se trataba de sobrevivir o morir, había aprendido a lidiar con aquel poder durante su batalla con Naruto, de ahí que esta hubiera sido tan brutal y hubieran perdido un brazo—el izquierdo en el caso de Sasuke y el derecho en el caso de Naruto—, no podía imaginar cuán difícil le habría resultado todo con sus arrebatos emocionales, habría dañado a muchos por no tener a nadie cerca que pudiera ayudarlo a aprender a dominar ese poder, pero Boruto no tenia porque pasar por nada de eso, él lo ayudaría y con la excusa de entrenarlo también podría pasar más tiempo junto a Sarada al tener que permanecer por largos periodos en Konoha. El futuro era más incierto que nunca, el peligro era latente, pero ellos lo enfrentarían y continuarían luchando una y otra vez, en tanto les quedara fuerza y chakra en el cuerpo…
La espera se hizo eterna en la azotea de la Torre Hokage; Sakura había delegado gran parte de sus obligaciones como directora del hospital en Shizune por al menos ese día, estando única y enteramente concentrada en Sasuke y en que regresara, paseándose nerviosamente por la azotea y volviendo la mirada de vez en vez por sobre su hombro hacia aquel punto en que había estado el portal creado por el Rinnegan de su esposo, apretándose las manos nerviosamente y volviendo igualmente la mirada hacia Sarada que estaba apoyada en el barandal observando la vista de la aldea desde su privilegiada posición. Todos permanecieron en silencio, meditabundos y sumergidos en sus preocupaciones, casi temblando interiormente ante el veloz paso de las horas; cuando los Kages, Boruto y Sasuke se habían marchado, acababa de anochecer y el sol estaba comenzando a emerger desde el horizonte cuando, finalmente, un portal volvió a abrirse, provocando que la atención de todos se centrara en este; los primeros en emerger fueron los Kages, con la ropa manchada de tierra y polvo, apoyándose unos entre otros y a quienes tanto Shikamaru como Kakashi no dudaron en ayudar a abandonar la azotea, además de Kankuro, con su hijo y sobrinos, que hubieron llegado desde hace un par de horas; luego fue el turno de Sasuke y Naruto, apoyándose en el otro para ayudarse a caminar y Boruto junto con ellos. Volver a ver a sus esposos fue maravilloso para Hinata y Sakura, que no dudaron en correr a abrazarlos efusivamente junto a sus hijas.
—Naruto...— jadeó la Hyuga al romper el abrazo, encontrando su mirada con la de su esposo. —Estaba tan asustada, creí que no volvería a verte— murmuró con la voz temblorosa y entremezclada con un sollozo.
—Estoy aquí, tranquila— sosegó Naruto, acunando suavemente el rostro de su esposa entre sus manos. —Perdón, perdóname por todo, por favor— pidió en voz baja, pegando su frente a la suya, sabiéndose indigno de su perdón, mas aspirando a ello.
—Ya no importa— desestimó Hinata, olvidando cualquier problema entre ambos. —Estás aquí, ambos lo están, eso es todo lo que importa— eso era todo para ella, acercando su rostro al suyo y besándolo en la mejilla antes de volver a abrazarlo.
Había sido un completo tonto durante demasiado tiempo, había dejado que su trabajo como Hokage lo absorbiera y sacara lo peor de si, la había descuidado tanto…su actuar era absolutamente imperdonable, ella era su esposa, la mayor alegría de su vida y que le había dado todo lo que él nunca había tenido; amor genuino e incondicional, seguridad, protector, una familia, un hogar verdadero, estaría completamente perdido sin ella; estaría perdido sin ella, temía decir algo equivocado…amarla era su mayor alegría uy una tortura, pero viendo a su esposa a los ojos y atrayéndola hacia un nuevo abrazo, envolviendo sus brazos alrededor de ella, Naruto se prometió no volver a cometer ese error, bajando la mirada hacia su hija Himawari—tan idéntica a su esposa—y que lo abrazó con una deslumbrante sonrisa. Aunque las demostraciones de afecto no eran lo suyo en absoluto, Sasuke no pudo evitar esbozar una sonrisa ladina en cuanto sintió los brazos de Sakura alrededor de su cuello, envolviendo él de inmediato su brazo alrededor de su estrecha cintura, inhalando su dulce perfume y sintiéndose verdaderamente a salvo y en casa teniéndola a ella, que rompió ligeramente el abrazo para encontrar su mirada con la suya, con aquel brillo tan encantador en sus ojos y aquella hermosa sonrisa que lo había enamorado desde sus días como compañeros de Equipo; los cálidos sentimientos de Sasuke se intensificaron al bajar la mirada y ver a su hija abrazándolo desde el costado, con sus brazos alrededor de su torso, sonriéndole con ternura, ellas dos lo eran todo para él, la vida solo tenía sentido teniendo a su esposa y su hija a su lado.
—¿Estás bien, Sasuke?— consultó la Haruno, dándose cuenta del ligero temblor en los músculos de su esposo bajo su tacto.
—Sí, solo me cuesta permanecer en pie— contestó el Uchiha ligeramente avergonzado, ante lo que su esposa correspondió con una cálida sonrisa.
—Tranquilo, apóyate en mi— sosegó la pelirosa, rompiendo el abrazo y envolviendo el brazo de él a la parte posterior de su cuello, sirviéndole de apoyo para caminar.
Analizando mejor a su esposo, el polvo que cubría sus ropas, el temblor en sus músculos o su casi inexistente fuente de chakra que se había agotado en extremo como consecuencia del enfrentamiento con los Otsutsuki y el uso consecutivo de su Rinnegan...Sakura tuvo deseos de voltearle la cara a Sasuke con una bofetada, normalmente nunca reaccionaba así con él a menos que el Uchiha la hiciera enojar, pero ella estaba angustiada cada vez que él arriesgaba su vida y con justa razón sabiendo que él exponía su vida en batalla sin siquiera pensarlo. No, ese no era el mejor momento para pensar en nada de eso, y pensando como médico, necesitando llevar a su esposo al hospital cuanto antes, por lo que Sakura volvió la mirada por sobre su hombro hacia Hinata, indicándole que llevaran a sus esposos al hospital para que recibieran la debida atención, ante lo que la Hyuga asintió, siguiendo los pasos de la Haruno y ayudando su esposo a caminar, ante lo que Naruto no dudo en envolver sus brazos a su alrededor. Quedándose atrás y observando a sus padres ayudar a sus padres a caminar, cruzando la azotea para dirigirse hacia las escaleras, Sarada, Himawari y Boruto se observaron entre si procesando todo lo que había ocurrido en menos de dos días, soltando un involuntario suspiro casi al unísono y finalmente siguiendo a sus padres lo más rápido posible, alcanzándolos, deseando desesperadamente poder ser de ayuda para estos a la par que dejando atrás todo lo ocurrido, el susto había sido grande para todos y todos querían y merecían olvidarlo.
Todos se merecían un respiro.
—Puedo ocuparme sola, Sarada, ve a ver a Boruto, yo iré a buscarte cuando tu padre este mejor— disculpó Sakura, agradeciendo la voluntad de su hija, pero prefiriendo que su hija pasara tiempo con sus amigos tras el susto que todos habían experimentado.
Al llegar al hospital, Sakura y Sasuke tomaron un camino diferente al de Hinata y Naruto; al ser la directora del hospital, Sakura literalmente ingreso en el lugar con gran autoridad, dirigiendo su andar a su oficina para atender personalmente a su esposo, en tanto que Hinata hubo de recurrir a Shizune, quien se ofreció a examinar cuanto antes tanto a Naruto como a Boruto; con su hija Sarada tras de sí, quien estaba cargada de entusiasmo para apoyar a su madre pese a no tener conocimiento alguno como ninja médico—tomando nota de insistir en el tema a futuro—, mas sonriendo a su hija tan pronto como ayudo a Sasuke a sentarse en la camilla, Sakura la tranquilizo y la instó a ayudar a atender a Boruto, lo que sería inevitablemente más sencillo, pues las heridas del chico solo parecían ser superficiales. Acompañando a su hija hasta la puerta, que cerro tras de sí, Sakura regreso a la camilla, desabotonándole la camisa a su esposo para examinar si tenía más golpes o alguna lesión debajo de la ropa, sintiendo a Sasuke observarla atentamente, lo que reavivo la ira que sentía, alzando la mirada para encontrarla con la suya y volteándole el rostro con una seca bofetada; aunque su esposa era especialmente conocida como Kunoichi por su fuerza, así como por sus poderosas habilidades curativas como ninjutsu médico, habían sido contadas las ocasiones en que Sasuke había merecido recibir una bofetada de su parte, mas esta vez Sasuke no entendía que había hecho exactamente para detonar ese arrebato de su parte, masajeándose distraídamente la mejilla izquierda al sentir que esta le hormigueaba a causa del golpe.
—¿Y eso porque fue?— inquirió Sasuke, absteniéndose de soltar una carcajada pues había olvidado como se sentía una bofetada suya, habían pasado casi once años de la última.
—Puedes engañar a todos con tu necedad, pero a mí no— acusó Sakura con voz dura y no necesitando ser explicita. —Si vuelves a arriesgarte así, considérate muerto desde ahora— amenazó, ofendida con él por arriesgarse tanto sin necesidad.
No era la primera vez que ocurría, siempre era así desde sus lejanos días de Genin; una vez que Sasuke había superado el miedo de morir en batalla siendo tan jóvenes, se había vuelto temerario en extremo, arrojándose siempre al peligro y librando cada batalla sin importar el riesgo que ello implicara; era lo apropiado como Shinobis que eran, ambos estaban listos para ello...pero, mientras que Sakura había decidido no arriesgarse en demasía, pensando en Sarada y cuanto la necesitaba su hija, en ocasiones Sasuke seguía siendo igual de temerario que en sus días de juventud, atacando y peleando sin mediar en los riesgos y ella podía ver en esa ocasión que había vuelto a hacerlo, de otro modo no habría agotado de semejante modo sus reservas de chakra. No conteniendo una sonrisa ladina, Sasuke aprovecho su cercanía para con su esposa, sujetándola de la nuca y halándola hacia sí, estampando sus labios con los suyos para acallar sus protestas; en su naturaleza de Uchiha estaba impreso el hacer lo que fuera necesario para cumplir con una misión, ambos eran ninjas consumados a su deber, eso los hacia entenderse tan bien y respetarse tanto, pero sin importar que ambos tuvieran ideas muy diferente de lo que era correcto y lo que no, él siempre volvería con ella, rompiendo el beso y pegando su frente a la suya, encontrando sus miradas y recordándole cuanto la amaba sin necesidad de pronunciar tan siquiera media palabra, no las necesitaba, no había palabra alguna que alcanzara a comprimir la grandeza de su amor y devoción por Sakura Uchiha.
—¿Me perdonas?— preguntó Sasuke con voz suave, sabiendo que pedía demasiado, mas no consiguiendo enfrentarse con ella.
—Sí, pero sigo molesta contigo ahora— admitió Sakura con un suspiro, no pudiendo estar enojada con él. —No presiones— agregó, no queriendo que él sintiera que había ganado.
Siempre lo perdonaría, no importaba que es lo que hiciera Sasuke, de alguna forma ella no podía enfadarse con él por demasiado tiempo aunque lo quisiera y sí que en determinado punto de su juventud había intentado odiarlo, había intentado renunciar a cualquier sentimiento que tuviera por él...pero, de alguna forma, Kami no lo había permitido, la había hecho aferrarse a esos sentimientos como su última esperanza hasta que él había regresado a Konoha tras su viaje de redención y ya el resto era historia conocida. Entornando los ojos ante la sonrisa ladina que se adueñó del rostro de su esposo, cuyo semblante e intensos ojos oscuros brillaron con aire juguetón—que solo mostraba estando con ella—, Sakura negó en silencio y se alejó de la camilla para aproximarse a los anaqueles donde guardaba aceites creados por ella misma para el dolor muscular, así como píldoras para acelerar la recuperación del chakra de forma más rápida y estable. Sabía que pedía demasiado a Sakura todo el tiempo, aunque de forma implícita, jamás se lo pediría con palabras, jamás aspiraría a que ella hiciera nada por él, y sin embargo era un maldito bastardo egoísta, era un imbécil que había cometido muchos errores y que no podía vivir sin ella, estaría perdido y aun cuando su actuar siempre fuera temerario, él jamás pensaría en provocarle dolor alguno y continuaba intentando hacer que ella olvidara cuanto sufrimiento le había provocado en el pasado, siendo aquel Sasuke Uchiha cegado por el odio. El Sasuke que era ahora solo vivía para amarla cada día…
PD: Saludos queridos y queridas, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, esperando como siempre poder cumplir con lo que ustedes esperan de mi, agradeciendo su apoyo y deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 Las siguientes actualizaciones a esa serán: "El Clan Uchiha", luego "Kóraka: El Desafío de Eros", "Vesprada: A Través de las Llamas", "Dragon Ball: Guerreros Saiyain" y por último "Cenicienta de Tordesillas" :3 Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga Ali-chan 1966 (por apoyarme y ser mi editora personal, no sé que seria de mi sin ella y por lo que le dedico esta historia como todas aquellas desde que somos amigas), a princesse Sarah 94 (agradeciendo que brindara su aprobación a esta historia y dedicándole esta historia por lo mismo), a Yashahime-uchiha32 (apreciando enormemente su aprobación, dedicándole esta historia y esperando poder estar a la altura), a Yi-Jie-san (dedicándole esta historia por su apreciación de mi trabajo) a mi querida amiga DULCECITO311 (agradeciendo sus maravillosos comentarios sobre mi trabajo, dedicándole esta historia y deseándole siempre lo mejor) así como a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos, bendiciones y hasta la próxima.
Escenas Extendidas & Escenas Recortadas: El capitulo se divide en dos arcos, el primero y que cuenta la mayoría se trata de las escenas más breves de los capítulos 63 al 66, lidiando con las secuelas del ataque de los Otsutsuki y en que expando esas escenas; Sasuke despidiéndose de Sakura, ejecutando su rol de Hokage en ausencia de Naruto, explicando lo que es realmente ser un Shinobi a Boruto y la escena final regresando a Konoha, que también involucra a Naruto. En cuanto a las escenas que reduje, estas obviamente engloban a Boruto como protagonista y la participación de Naruto, modificando gran parte de los diálogos originales; ya que en este fic Boruto es un personaje secundario, pese a ser el aprendiz de Sasuke, no le di mayor participación, pero si la tendrá en el fic spin off "Boruto & Sarada: Luz & Oscuridad", pero espero haber dejado lo suficientemente claro que el personaje ideado por mi no es en absoluto como el Boruto que presento el manga y anime hasta ahora. Además, modifique la escena en que—en el anime—Momoshiki daba el sello Karma a Boruto, representando que en este caso le da gran parte o todo su poder como Otsutsuki, admirando su voluntad de pelea y comprendiendo que los humanos no son como creen los Otsutsuki, mas un poder que Sasuke deberá enseñarle a controlar; el capitulo también deja en claro que deberá haber una nueva era de Jinchurikis para proteger a los Bijuu del poder de los Otsutsuki que hay en la tierra y que aparecerán progresivamente en los próximos capítulos hasta la batalla final, aunque para ello aún falta tiempo.
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
