09/02/2025 (3:57 am)

Se lo tomaron como un reto personal, ahora me empujaron la historia hasta la pagina 7 (T.T)

¡Pero que eso no me detendrá! Aquí un nuevo capitulo, esta vez con 9K palabras, y lo recorte antes de llegar a las 13K.


Con la llegada de la mañana, una rutina olvidada se hizo presente en la casa Midoriya, y los ocupantes de la misma.

Un despertar tranquilo, charlas ociosas y una que otra situación extraña, antes de un desayuno (fue igual de extraño) antes de comenzar correctamente el día.

Izuku tenía muchas cosas por hacer, y todas eran necesarias para poder ajustarse otra vez a la tierra a la que pertenecía. El inicio del monitoreo de su regreso, la evaluación para verificar el estado de su Factor de Don y autenticar las cenizas que probablemente sean de los últimos dos desaparecidos. El día estaría ocupado cuanto menos.

A las ocho de la mañana, un coche de policía se estaciono en frente de la entrada de la casa de la familia, listos para recoger al chico que estaría ocupando la mayor parte de su día. Con una despedida se adentró en la parte trasera de la patrulla y emprendieron su viaje con el primer destino que sería el departamento de policía. Un piso más arriba de donde estaba Izuku el día anterior se encontraba el laboratorio, en este piso tendrían que dejar los restos de los desaparecidos para confirmar si eran compatibles con las muestras que otro grupo de oficiales y un criminalista recolectarían de la residencia Kimura en ese mismo momento.

Entraron y Tsukauchi le pidió que entregara las cenizas. Esto hizo que Izuku frunciera el ceño, un poco molesto por dejar los restos de sus amigos, pero le aseguraron que tratarían con máximo respeto los restos, por lo que accedió y deposito las dos urnas de plata en la mesa y salían del edificio. Las pruebas tardarían al menos una semana en ser entregados como tiempo promedio. Eso estaría en proceso así que pronto entregaría los restos junto con los diarios y los demás artículos personales a la familia.

El segundo lugar fue el hospital General de Mustafu, para un chequeo médico general y empezar las pruebas de detección de Don. El medico encargado de hacer tanto el chequeo como la prueba de detección llevo a Izuku y al oficial que acompañaba a Tsukauchi a uno de los consultorios. El oficial se presentó como Sansa Tamakawa y que el junto con otros oficiales de policía estarían dándole seguimiento a su caso como los asignados a vigilarlo. Para ese día, Tsukauchi y Sansa notaron que el chico llevaba ropa holgada y muy abrigada para el clima templado que había en la ciudad, pero lo que no esperaba Sansa era ver por qué llevaba el chico tanta ropa.

Al comenzar el examen físico el medico encargado le pido a Izuku quitarse la sudadera y la camisa. Para cuando las prendas fueron retiradas, un silencio se formó en el consultorio, el médico y Sansa no esperaban ver algo tan impactante por falta de una mejor definición. No había ni una zona en la piel que no estuviera maltratada en el cuerpo del chico; cortes, quemaduras mal cicatrizadas, callos con zonas dispersas, heridas por proyectiles. Si la piel fuera un lienzo este chico seria la obra de arte sobre la guerra en carne viva. Pero a pesar de lo maltrecha que estaba la piel, el cuerpo del chico estaba en buena forma, como si hubiera trabajado en ellos para estar saludable.

-¿Puedo…preguntar sobre las heridas que tienes, chico?- pregunto el medico antes de proseguir con el informe que estaba realizando a la par que evaluaba a Izuku

-Ah, sí, claro. Son cortes con navajas, algunas espadas, flechas también, alguna marca de látigo debe de quedar en alguna parte, aparte de las quemaduras. También en las piernas tengo algunas mas pero no recuerdo de que tipo-

-¿Tienes más de esos?- pregunto otra vez el medico

-Ah… si… bueno, eso es lo que recuerdo, hubieron otras cosas, pero las olvide… voluntariamente-

-… Mierda- murmuró Sansa.

Al final del chequeo, pasaron a la parte del examen de detección de Don. No es común hacerlo en chicos adolescentes pero esta es una situación especial que lo requería. El examen dura alrededor de 20 minutos y los resultados son expedidos en otros 40 minutos, por ello es más rápido que otros exámenes que requieren esperas más largas (como los Exámenes de ADN forense). Mientras esperaban, Izuku hablo con el detective Naomasa.

-Detective, ¿se acuerda del segundo favor que le pedí?-

-Sí, pero no especificaste nada-

-SI, la verdad es más un favor para el Señor Tsukauchi que al Detective-

-¿Quieres decir como más personal?-

-Sí, de hecho, quería conseguir algo de dinero, pero con toda esta situación dudo que pueda trabajar, así que me preguntaba si podía vender algunas monedas de plata y oro que tengo-

-¡¿Plata y oro?! ¡¿Estás hablando en serio?!-

-Bueno, sí, manejaba mis finanzas en Alterra por mi propia cuenta, y las del grupo, pero aquí no creo que pueda pagar con oro… bueno, podría pero empezaría a desequilibrar la economía del país-

-¿Y quieres vender las monedas?-

-Sí, quisiera ver cuánto puedo obtener por al menos diez monedas de oro y treinta de plata-

-Bueno, tengo un amigo joyero, podría preguntarle-

-Gracias, Señor Tsukauchi- dijo Izuku, con una sonrisa de agradecimiento.

Al final del tiempo de espera llegaron los resultados.

Se confirmó que efectivamente, Izuku Midoriya no posee un Factor Don, lo que valida su historia de no poseer ningún don y fortalece la creencia en que sus habilidades son Magia autentica como él afirma que son.


Finalizando la tarde Izuku, Tsukauchi y Sansa van de regreso a la residencia Midoriya. Durante el viaje el chico habla con el Detective y el Oficial de policía, poniéndose al día con las cosas que han pasado desde la tragedia, en como la desgracia golpeo a muchos residentes de la zona, así como también las nuevas medidas que se están tomando para poder evitar desastre de esa magnitud.

Tsukauchi le confirmo a Izuku que su amigo podría comprarle las monedas sin inconvenientes, solo un papeleo que tendría que solucionar pero que sería algo que él podría hacer en su lugar. El peso promedio de una moneda de Alterra es de unos 7 gramos por moneda, y en el mercado japonés el oro de 24k tiene un valor de 13.800 yenes, si se venden las 10 monedas darían un total de 910.000 yenes con la reducción por la comisión de compra del metal precioso. Adicional a eso las treinta monedas de plata tienen un valor por gramo de 160 yenes por gramo, dando un total de 30.000 yenes menos el porcentaje de venta del metal.

-Serian 940.000 yenes por el valor de todas tus monedas-

-Dios, eso es mucho- dijo Izuku impresionado por el valor de unas pocas monedas.

-Y que lo digas, pero déjame advertirte, ese dinero será monitoreado por mí-

-Está bien, me están vigilando de todos modos. Por otra parte, lo aceptare, necesito un teléfono nuevo-

-Cierto, olvidaba que te transportaste con tu cosas. Perdiste todo-

-¡De hecho si tengo algunas cosas!-

Su mochila escolar salió del mismo lugar que las urnas el día anterior. Explico que era una 'Dimensión de bolsillo' y todo lo que ponga ahí se quedara en un estado de Stasis además de poseer un gran espacio en el cual guardar muchas cosas, esto lo hace perpetuo y fuera del alcance de manos indeseadas. Una magia codiciada por mercaderes y soldados, pero que no cualquiera puede dominar.

-Recupere muchas de mis cosas y los Kimura tenían las suyas resguardadas en el almacén del gremio de aventureros. Lo que no pude recuperar fueron mis libros de texto, solo unos pocos cuadernos y mi teléfono, aunque estaba dañado-

-¿Pero cómo…?-

-Si tengo que explicar cada cosa que hago, entonces estaremos aquí hasta el amanecer- dijo Izuku con un tono de voz agotado, estaba cansado de explicar cada pequeña cosa que hace con magia. –Así que es mejor dejarlo como esta y aceptarlo como yo lo hago.-

El detective le costaba aceptar y comprender muchas de las cosas que el chico decía, pero como dejo en claro, es mejor tomar las cosas por sentado, además, Tsukauchi sabe que el chico no está mintiendo en absoluto. Y eso es lo que más le asusta.

Dejaron a Izuku en la puerta de su casa. Le informaron que por ahora que estuvo todo el día con ellos, la vigilancia comenzaría el día después. Al irse, el Oficial Sansa hablo con el Detective.

Lo que vio Sansa no le pareció agradable, el chico parecía indiferente a las cicatrices, que eran tan abundantes como la piel que abarcaba su cuerpo. Sansa se lo dijo todo a Tsukauchi, y este lo escucho, sintiendo que su estómago se revolvía por la imagen mental que se le formaba.

-Ese chico no creo que este bien mentalmente, a veces se pierde un poco en sus pensamientos-

-¿Lo notaste? Es un poco similar a…-

-¿Las Víctimas de abuso? Sí, eso pensé, aunque hay una diferencia, pero su ausencia mental a veces es extraña-

-Por ahora, se mantendrá la vigilancia-

Los dos agentes de policía emprendieron su regreso al DP, listos para llenar el informe del día sobre los descubrimientos oficiales hechos del chico etiquetado por la policía como 'Posible Peligro'.


El asunto que mantenía ocupado a Izuku al día siguiente era el reto que no esperaba tener en un tiempo.

La escuela.

Desde su desaparición se ha perdido de todo su segundo año de secundaria. Esto lo coloca en una posición delicada que están intentando resolver.

Hisashi e Inko están en una reunión oficial con el Director de la escuela a la que asiste su hijo, así como también un representante del Ministerio de Educación, para poder resolver la situación que se le presenta. Izuku está fuera de una oficina en el Ministerio de Educación, esperando a que lo llamen o que le den el veredicto de las soluciones que pueden optar. De igual forma, al final del pasillo se encuentra un oficial que se encargara de vigilarlo. Levanta la mano y saluda al oficial, y este vacila al principio pero le devuelve el saludo.

La puerta de la oficina se abre y sale el representante, le hace un gesto para entrar, lo cual hace, dándole la señal al oficial de que se acerque y vigile la puerta. Entra y cierra, sintiendo que el oficial está al otro lado.

La oficina es mediana, con un escritorio, unos estantes de libros y archivadores en la pared del fondo, y en el centro de la sala cerca del escritorio de madera grande en la esquina, hay 2 sofás de 3 plazas cada uno frente a frente y en medio una mesa de café. Tomando asiento en la plaza libre junto a sus padres, Izuku se acomoda y continúa la conversación que estaban teniendo.

-Izuku, hemos llegado a una decisión sobre las opciones que puedes tomar para poder terminar el año escolar que estuviste ausente. Tenemos dos opciones, primero puedes optar por repetir el año escolar, o en segunda puedes realizar pruebas de nivelación académicas impuestas por el Ministerio y aplicadas por la escuela-

-Hmmm…-

-Puedes decidir en otro momento, por ahora…-

-Optare por las pruebas de nivelación- acepto Izuku la segundo opción.

-¿Estás seguro? Es casi un año entero de conocimiento condensado en varias pruebas- pregunto el representante

-Puedo hacerlo-

-Bien, la prueba será el próximo domingo en dos semanas, estaré presente para evaluar los exámenes y las respuestas junto con los profesores de cada materia-

La familia salió de la oficina y emprendieron su rumbo a su hogar. Ya que tenía que estudiar, debería pedirle a su hermana el material que tiene hasta el momento. Solo serían una semana para estudiar y estaría listo para la prueba.


-¡¿Que tú que?!- grito Izumi, escuchando la absurdez del asunto en cuestión

Sus padres estaban sentados en el sofá, esperaron a que Izumi llegara para poder darle la notica de lo que se acordó para que Izuku volviera a la escuela. Se puede decir que no lo creyó hasta que se lo confirmaron tres pares de ojos al mismo tiempo.

-Eso es demasiado, Zuku, es prácticamente un año de estudio en menos de dos semana es una locura- dijo Izumi, desde la cocina hacia su hermano en la en sofá.

-Puedo hacerlo, es como leer un libro para niño-

-¿Y cómo planeas estudiar?- pregunto Izumi, con los brazos en sus caderas, mirando a su hermano.

-Simple, préstame tus notas, eso es todo lo que necesito-

-... Bien, pero quiero que sepas que no es tan sencillo-

-Ya veremos- dijo Izuku, desafiando a su hermana con la mirada.


Realmente lo fue.

Izuku Midoriya acababa de aprobar los exámenes de nivelación para su segundo año de secundaria y estaba aprobado para poder continuar en su tercer año.

La propia Izumi no lo creía hasta que le entregaron los resultados de los exámenes. Todos mostraban un desempeño excelente en todas y cada una. Ninguna prueba presentaba respuestas a medias o erradas, todas eran respuestas correctas.

Esto por sí solo, produjo un pequeño caos en los profesores que impartieron las pruebas, y junto con el Representante del Ministerio de Educación, corroboraron las pruebas con otros profesores, y todos dijeron lo mismo.

-Son respuestas precisas, cortas y acertadas. Son perfectas-

Y con ello, Izuku estaba listo para poder volver a clases.

Aunque eso no lo entusiasmaba.

El volver a clases solo era para recuperar un poco de normalidad en su vida.

Y eso implicaba volver a sus hobbies y recuperar sus cosas.

Pero antes debía hacer algo que estaba esperando desde que regreso de Alterra.

Cuatro días después de que presentara la prueba y recibiera sus resultados, el Detective Tsukauchi lo llamo y le dio la noticia que esperaba desde hace tiempo.

Los restos que se entregaron al laboratorio correspondían en un 98,90% a la familia Kimura.

Ante esto, Tsukauchi le informo que ahora esos restos debían ser entregados por la policía. Sabía que eso iba a molestar a Izuku, así que prefirió llamarlo y pedirle que los acompañara, porque de todas formas esos restos los había llevado el propio Izuku.

El oficial Sansa se estaciono en frente de la Residencia Midoriya esperando a que el chico subiera. Lo que dejo pensativo al Oficial Sansa fue el atuendo del chico, que eran nada más que un par de pantalones de gimnasio blancos, una camisera manga larga y una sudadera de cuello alto y capucha igualmente blanco con unos zapatos rojos bastante llamativos. Tras hablar con sus padres y hermana para decirles que iba a ausentarse la mañana y parte de la tarde, se subió en el asiento del pasajero de la patrulla y emprendieron el viaje al DP.

Al llegar y subir, fueron recibidos por Tsukauchi, pero junto a él había alguien más.

-¿Eraserhead? ¡¿Qué haces despierto tan temprano?!- dijo Izuku, con un tono de broma y una cara de sorpresa exagerada.

-Muy gracioso, niño. Vine porque yo también soy parte de esta investigación- explico Eraserhead, con sus manos en sus bolsillos y con esa misma expresión de aburrimiento y cansancio.

-Genial, entonces pongámonos en marcha, guía el camino, True Man- Izuku levanto en brazo al aire, como si de un grupo de amigos se tratara.

Entraron al laboratorio, recogieron las cenizas las cuales Izuku volvió a poner dentro del Espacio de Bolsillo. Eraserhead vio eso con una sorpresa evidente, solo para mirar a Tsukauchi y recibir de él un asentimiento en señal de comprensión (''Entre menos preguntes, mejor para tu salud mental''). Junto a Sansa, los cuatro se dirigieron a la Residencia Kimura.

Se estacionaron en la calle y salieron del vehículo.

El detective se adelantó y toco la puerta.

Un hombre entre unos cuarenta años abrió la puerta y detrás de él estaba una mujer de más o menos la misma edad.

-Buenas tardes, Señor Kongo, disculpe la repentina visita-

-¡Detective! Para nada, es agradable verlo ¿qué necesita?- saludo el hombre, ahora identificado como Kongo.

-…La verdad, quisiera hablar en privado-

-Claro adelante… eh…-

-Oh, claro, son personas que están en el caso también-

-Un placer, Héroe Profesional clandestino, Eraserhead-

-¡Buenas, Héroe no profesional clandestino Arthur Pendragon!- saludo Izuku con saludo estilo militar y una seriedad para nada seria.

Un golpe en la nuca de Eraserhead lo detuvo de seguir haciéndose el tonto.

-Midoriya…- exclamo el héroe clandestino, aunque había exasperación, había un dejo de humor.

-Je Je Je, está bien… ¡Izuku Midoriya, el mejor amigo de Tatsuki y Hamane, un placer!- dijo Izuku con una reverencia exagerada.

Los padres de Tatsuki y Hamane solo pudieron ver con incredulidad la forma de presentarse del chico. Y el señor Kongo puso una cara amarga, pero sobre todo porque no recordaba a ningún amigo de sus hijos con ese nombre.

Pasaron a la sala de estar y se sentaron. El ambiente estaba más denso de la cuenta, aunque eso se vio interrumpido a medias por Izuku tarareando una canción que nadie reconocía y una mirada curiosa a la casa. Eso fue lo que Tsukauchi pensó que era extraño.

-Entonces, detective, ¿qué podemos hacer por ustedes?- comenzó Kongo, listo para empezar a hablar.

-De hecho, vengo a decirles que el caso será cerrado muy pronto-

-¿Por qué?- dijo Kongo, el pánico casi se filtra de su voz.

-Hemos localizado a todos los desaparecidos-

-Entonces…- dijo la señora Himari, la esposa del señor Kongo –Entonces nuestros hijos…-

-Déjenme darles mis más sinceras condolencias. Hemos conseguido los restos de Tatsuki y Hamane, fueron identificados y corroborados con las muestras que les pedimos. Dieron más del 98% de compatibilidad-

Los dos padres fueron golpeados de lleno por la noticia de que ahora sus hijos desaparecidos son ahora dos muertes más en la desgracia que azoto la ciudad hace unos meses.

Les dejaron tiempo para llorar por la noticia. Escuchar el llanto de la familia seguía siendo algo a lo que el héroe clandestino y el detective no estaban todavía acostumbrados. Pero lo que no esperaban ni el héroe ni el detective fue la reacción del chico.

Su mirada estaba clavada en el suelo, no parpadeaba, ni se movía, simplemente había dejado de moverse. El color de sus ojos se había apagado, el verde mezclado con el violeta habían casi desaparecido, solo dejando un color verde opaco, casi muerto.

Estuvieron a punto de llamarlo, pero el señor Kongo hablo.

-¿Cuándo podemos retirarlos para el funeral?- pregunto Kongo, sus ojos estaban todavía húmedos y rojos

-Sobre eso señor…- Naomasa intento explicar, pero fue interrumpido por Izuku, que se levantó de sofá. Dio un paso hacia la mesa de café que separaba a la familia y al detective y coloco las dos urnas de plata.

-Señor Kongo, Señora Himari…-

-¡!-

-Me disculpo por mi incompetencia y mi falta de fuerza para traer a sus hijos de vuelta a casa- dijo Izuku con una reverencia casi perfectamente practicada –Sé que no es mucho, y que debería haber hecho más, pero en las urnas están los restos de Tatsuki y Hamane, por favor, acéptenlos y denles una despedida más adecuada de la que yo les pude dar-

-¿Chico… de donde los conoces?-

-Sus hijos me salvaron del peor destino que pude haber tenido la desgracia de sufrir. Les debo mi vida y el hecho de que sigo vivo el día de hoy. Fueron mis primeros amigos en muchos años, y también los considero mi hermano y hermana-

-Levántate la cabeza, por favor- pidió Kongo a Izuku. Se levantó para mirar a la pareja. Un mar de lágrimas corrían por el rostro del chico.

-Sé que tienen muchas preguntas, así que por favor, necesitan leer esto- Izuku extendiendo y colocando en la mesa los diarios que Tsukauchi reconoció del día cuando hablaron en la casa Midoriya por primera vez sobre ellos.

-¿Y estos?- Pregunto Kongo, tomando los dos diarios en sus manos.

-Son los diarios que Tatsuki y Hamane estuvieron usando para poder desahogarse durante los años que estuvimos en Alterra-

-¿Alterra?... chico, no comprendo de que estas hablando, esto no es una broma ¿Verdad?-

-No lo es señor, por eso le pido que confié en mí y lea el diario, entonces podrá entender de lo que le hablo-

Kongo y Himari leyendo cada uno un diario, y a medida que pasaban páginas, solo la mezcla de emociones que producían leer las líneas era evidente. Los diarios contenían los pensamientos del día a día de los hermanos, así como también la evidencia de que efectivamente eran la letra y los pensamientos de sus hijos. Se hizo claro cuando en uno de esos pensamientos, en el diario de Tatsuki se refería a su madre y como extrañaba su pollo extra frito y extra crujiente con la receta especial de la abuela. O como en el diario de Hamane hizo referencia de como su padre y ella bajaban en la noche a comer un poco de helado a escondidas de su hermano y su madre.

Eran cosas tan tontas que era imposible que alguien las supiera si no fueran ellos mismos. Pero mientras más leían, más se hacía evidente que si eran los diarios de sus hijos y de que lo que decía el chico de cabello verde era una cruda verdad.

Los padres vieron al chico, y este a su vez, solo miraba al suelo con los ojos acuosos, con ganas de llorar. Volvió a meter las manos en el Espacio de Bolsillo. Y entrego otra evidencia contundente de que era verdad. Eran los uniformes de escuela de Tatsuki y Hamane junto con sus mochilas escolares.

Kongo tomo los uniformes y sus mochilas. Adentro estaban las cosas de sus hijos. El recuerda cada cosa que sus hijos, porque es lo que un padre debe y quiere hacer, recordarlos.

Mirando al chico en frente de él puede sentir la sinceridad en sus palabras. No es estúpido, en el momento que se puso de pie supo que el chico venía con una angustia muy grande, y sus palabras solo lo confirmaban. Kongo enseño a sus hijos a identificar a las personas buenas y malas, para que pudieran ser cuidadosos en su vida. Y él chico que tiene en frente, rebosa arrepentimiento, dolor, angustia y tristeza. No es un mal chico en absoluto, sus hijos eligieron un buen amigo al final de todo.

-Dime Midoriya- Kongo llamo al chico que estaba con la mirada clavada en el suelo. Sus ojos volvieron a mirar al hombre mayor que tenía en frente – ¿Tatsuki y Hamane seguían sin ponerse de acuerdo sobre qué comer en la cena los fines de semana?-

Ante la pregunta los ojos de Izuku se abrieron de sorpresa, sabia a que se refería. Con una sonrisa temblorosa pero nostalgia le respondió al hombre mayor.

-Si… discutían sobre qué comer. Hamane le gustaban las cosas más ligeras y Tatsuki era más de algo más sustancioso y grasoso. Al final se ajustaban a lo que el otro quería.- una pequeña risa escapo de su garganta, se podía sentir que le costaba un poco decirlo sin que se le quebrara la voz.

Un bufido, o más bien una risa seca fue lo que se escuchó de Kongo, y una pequeña sonrisa se le dibujo en el rostro. Él conocía a sus hijos mejor que nadie, y en definitiva se escuchaba como algo que los dos harían por su competitividad fraternal. Y los ojos del chico no le decían que no mentía en nada de lo que decía.

Volvió a mirar los diarios de sus hijos. Sus letras, sus pensamientos, su vida los últimos diez meses, o mejor dicho 9 años desde que desaparecieron parecían haber sido una montaña rusa de emociones. Viajar a otro mundo, conocer personas nuevas, aprender a pelear y ayudar a quien lo necesita… en definitiva eran sus hijos.

Sentía una gran punzada de tristeza el saber que no los volvería a ver, pero al menos no murieron sin haber vivido un poco más de los 16 años, y por lo que ve, hicieron un buen amigo. No cualquiera amigo se embarca en una aventura durante tanto tiempo y cumple la obligación autoimpuesta de regresar los restos de sus amigos a su familia sin saber si lo lograra.

Kongo se levantó con los ojos fijos en el chico que tenía delante. Y este le devolvió la mirada con algo de aprensión por lo que pueda decir o pasar.

El hombre mayor solo pudo decirle una sola cosa después de todo.

-Muchas gracias, chico. Por traerlos de vuelta, a pesar de todo lo intentaste y lograste volver, gracias por devolverme a mis niños-


Tras terminar la reunión con la familia Kimura los cuales los despidieron con agradecimientos a pesar de la triste noticia. En el camino de regreso al DP, Tsukauchi observo como Izuku se quedaba mirando por la ventana del coche, pareciendo distante. Aunque podía decir que estaba pensando en varios motivos por los que el chico podría estar perdido en sus pensamientos, prefirió preguntarle directamente.

-¿Midoriya, estas bien? Llevas un rato sin decir nada- pregunto el detective.

-¿Eh?... sí, estoy bien-

-No pareciera, estabas distraído-

-Ah… bueno… no realmente-

-Te importaría compartirlo con nosotros. No diremos nada-

Durante un momento Izuku se lo estaba pensando. No era fácil dejar que las personas se entrometieran en sus asuntos, más después de todo el fiasco de su viaje involuntario a un mundo desconocido. Pero al menos estos dos hombre y el felino (sigue causándole un poco de gracia Sansa) no están pensando en apuñalarle la espalda, de todas formas no pueden, son agentes de la ley. Así que puede al menos decir algo para sentirse más tranquilo consigo mismo.

-Realmente… es complicado seguir un estado de ánimo estable. Tuve demasiados cambios bruscos en mi vida que estaban afectando mucho mi psique, y manejar el maná no ayudaba mucho a mis pensamientos, pero hizo que el proceso de sanar fuera más llevadero-

-¿Como que tipo de cambios exactamente?-

-No es fácil pasar de querer ser un Héroe a tenerles miedo, para luego odiarlos, y volver a admirarlos-

Esas palabras sorprendieron a los otros tres integrantes del coche. Un chico adolescente acaba de decir que tiene sentimientos encontrados por los Héroes, la cosa más común en la sociedad actual en su mundo.

-¿Podrías explicarlo mejor?- pregunto Eraserhead, sus brazos cruzados sobre su pecho en una posición relajada a medias, mirando con intriga al chico.

-Bueno… en Alterra el trabajo de Héroe Profesional no existe, en cambio el título de Héroe se le otorga a quienes pueden alcanzar un nivel de fuerza física y popularidad por medio de hazañas valientes. Pero como el dinero lo compra todo, muchos héroes son porquería en Rossefall, y muchos de ellos siguen una línea de pensamiento y acciones cuestionables, prácticamente son villanos y escorias tras bambalinas.

Tuve que enfrentarme a muchos de ellos, sus fachadas se desmoronaron rápidamente cuando los expusimos, algunos fueron conocidos, otros casi amigos, y después era difícil poder pensar en un héroe verdadero sin recordar las caras de esos bastardos. Hubo un tiempo que la crisis sobre los Héroes falsos era peligrosamente alta, casi cualquiera era un Héroe, pero todo se resolvió cuando la orden de caballeros santos y una reunión de las razas estableció nuevos términos para el nombramiento de un héroe. Puedes solicitar el título, ganártelo con años de experiencia y recomendaciones, o pueden asignártelo por tus logros como aventurero o soldado.

Pero el miedo y odio hacia ellos ya estaba en las mentes de las personas. Pero se pudo aligerar un poco cuando de uno de los pueblos más lejanos apareció un Héroe Verdadero. No era como cualquier tonto que alardeaba de su fuerza, pero era un Genio, aún mantenía su humildad en sus interacciones, y su aura era estúpidamente brillante, lo cual no tenían ninguno de los otros. Fue lo que ese mundo necesitaba después de tanto daño.

Y el volver aquí solo hizo que ese conflicto interno volviera… Por cierto, deberías investigar a Slice Moon, su aura era turbia, está haciendo algo usando su posición como héroe.- Izuku miro a Tsukauchi mientras él lo miraba a través del retrovisor del coche.

Paso un rato sin que nadie dijera una sola palabra. Procesar lo que acaba de soltar el chico es complejo por su concepto sobre los héroes y el que tiene Izuku de los héroes de otro mundo.

Eraserhead y Tsukauchi saben que aun en la sociedad moderna de héroes todavía persiste la corrupción, nadie está libre de sentir una pizca de maldad y hay quienes no tienen la fuerza de voluntad suficiente para resistirse al tentador pensamiento de apaciguar sus deseos más oscuros. Pero como toda sociedad, es complicado no causar un problema en la percepción de algo que esta glorificado, porque se derrumbaría la delicada tela que aún mantiene en un status quo a las personas felizmente ignorantes.

Eraserhead rompió el silencio con una pregunta para Izuku.

-Entonces… ¿eres un héroe en el otro mundo?-

Izuku miro al Héroe Clandestino.

Eraserhead pudo volver a ver los ojos del chico desde aquella noche más detenidamente.

El natural color esmeralda que tiene en su iris. Y desde ahí todo cambia.

El color verde se mueve de una forma fluida, como si estuviera flotando. Pero junto al color verde, se ve mezclado un color violeta oscuro con destellos de color blanco. Es como mirar una nebulosa en miniatura.

-Si-

-¿Disculpa?- pregunto Eraser, volviendo a enfocarse en la conversación.

-Sí, soy un héroe, es lo que preguntaste-

Eraserhead volvió a centrarse en el chico, no en sus ojos. Lo estaba mirando completamente. Proceso la respuesta y volvió a preguntar.

-¿De qué clase?-

-Soy una especie de Héroe Mago, pero obviamente puedo pelear como si fuera un guerrero, no solo puedes depender de la magia para poder sobrevivir a una pelea. Algo así como usted señor Aizawa-

-Yo no uso magia-

-No, pero Borrador no es precisamente un Don destinado al combate por lo que ajustaste tu estilo y optaste por un enfoque cuerpo a cuerpo centrado en sigilo para eliminar rápidamente a cualquier amenaza siempre que sea posible un knock-out rápido y limpio, pero si se complica eras bastante fuerte y diestro para sostener una pelea y ganar.-

Eraserhead miro al chico con un poco de asombro filtrado por sus permanentemente cansados ojos. La ventaja de ser clandestino es que nadie sabía casi nada sobre su don o su estilo de captura, por lo que aprovechaba el elemento sorpresa. Al igual que el héroe clandestino, Sansa y Tsukauchi escucharon con interés la conversación, porque aparte de otros héroes clandestinos y de fama, la policía sabia como trabajaba Eraserhead, así que es una sorpresa que un chico de secundaria supiera de algo que era escaso en detalles hasta en internet.

-Tienes razón, pero no soy invencible.-

-Sigues vivo, estas aquí, así que por lo pronto la palabra invencible te queda bien- dijo Izuku

La conversación tomo otro rumbo. Tsukauchi se encargó de hacer más preguntas sin ser abrumadoras, e Izuku fue respondiéndolas sin complicaciones, aunque hubo algunas que omitió directamente porque no se sentía 'Cómodo' respondiéndolas. Entre Tsukauchi y Eraserhead continuaron aprendiendo más cosas sobre este otro mundo que del que ahora sabían cada vez más.

La conversación quedo interrumpida por una llamada por radio en el coche.

-Se solicita unidades disponibles que acudan a un llamado por un 10-55* en el complejo de apartamentos cerca del barrio chino- dijo el operario a través del radio.

Sansa miro a Tsukauchi, y él le devolvió la mirada a Eraser, confirmando intenciones. Los tres hombres asintieron y emprendieron rumbo al lugar. Izuku vio la interacción de los tres y este solo pudo pensar que su viaje a casa se vería retrasado.

-10-4, Unidad 05 respondiendo al 10-55, llegaremos en T menos 10. Solicito la presencia de 10-33 y 10-70-

-Recibido 05, solicitud procesada y en vía al lugar-

-10-4, Corto-

Se encendieron las sirenas del coche y aceleraron en dirección al lugar.

-Detective, ¿a dónde vamos?- Izuku se sentó correctamente en el asiento del coche después de estar parcialmente acostado.

-Lo siento chico, vamos a responder a esto y luego te llevaremos. Es urgente-

-No me importa, pero quisiera saber que es un 10-55- dijo Izuku acercándose más al espacio entre los asientos del piloto y copiloto.

-Pues… es el código para…-

-Suicidio- respondió Eraser con indiferencia.

-Oh… bueno, andando entonces-

Al momento de llegar al lugar ya había una buena cantidad de personas reunidas mirando hacia arriba del edificio, en el techo cerca del borde había una persona, pero la distancia no dejaba detallar correctamente.

El edificio era de 12 pisos sin contar la planta baja. Aunque tenía un borde bastante grueso el posible saltador estaba sentado en el borde mirando hacia abajo. Estacionaron con las luces encendidas y el Oficial Sansa comenzó a despejar la zona moviendo a los espectadores atrás para poder establecer un perímetro, y mientras esto ocurría también llegaron los servicios médicos y los de Bomberos de Respuesta Rápida.

Intentaron llegar a la azotea pero se encontraron con que la puerta de metal y el marco de dicha puerta estaban totalmente derretidas, por lo que tendrían que esperar a que se les conceda permiso para poder derribar el muro, subir por la escalera mecánica o usar un helicóptero, las cuales de igual forma necesitan aprobación.

El detective Tsukauchi se hizo cargo de la situación, al ser el oficial de mayor rango y el primero en llegar al lugar. Y mientras más tiempo pase menos chances hay de convencer o evitar una situación trágica.

-Sansa, que tenemos- pregunto Tsukauchi, caminando hacia su segundo al mando.

-Es una estudiante, no sabemos más allá de eso. No ha dicho nada, solo se ha quedado ahí mirando hacia abajo-

Tsukauchi estaba mordiéndose las uñas, porque es una situación delicada e involucra a un menor de edad.

-Detective-

Tsukauchi volteo hacia la voz que lo llamaba, y ese era Izuku que había salido del coche de la policía y estaba caminando hacia el detective, no se podía ver bien su rostro porque estaba cubierta por la sombra de la capucha de la sudadera que estaba usando.

-Midoriya, regresa al coche- ordeno el detective

-Necesitas ayuda y aquí estoy, tienes las manos atadas por lo que escuche- repsondio Izuku ante la voz autoritaria.

Tsukauchi miro al chico y este se dio cuenta de lo que había hecho. Estaba usando la misma magia que en la sala de interrogatorios para poder escuchar, pero era más pequeña y estaba sobre donde estaría su oído. Tsukauchi estuvo a punto de replicar pero Izuku le devolvió una mirada bastante seria y dura que decía que no iba a irse hasta que eso terminara.

-No pueden atravesar la pared porque la puerta y el marco están literalmente derretidos. Una inserción por helicóptero esta fuera de la mesa y la escalera elevadora es muy lenta y no hay factor sorpresa. Estas atado de manos, Tsukauchi-

-Ya se nos ocurrirá algo- exclamo el detective, volviendo a mirar al techo.

-Hasta que eso pase ella puede pasar a ser una mancha en el suelo y falsas condolencias. Déjame ayudar-

-¡Esto es un asunto policial, no puedo hacer eso!-

-Sí, si puedes, ahora déjame volar y hablar con ella-

-Midoriya, te acabo de decir… ¿Dijiste volar?-

-Déjame hacerlo, la bajare o abriré un camino para que entren-

Tsukauchi sopesaba las opciones, que no eran ninguna a su favor, excepto esta. No conoce demasiado al chico, salvo el hecho que él puede hacer algo que nadie más en el mundo puede hacer, y hasta el momento no le ha mentido ni una sola vez aunque parezca impresionante. Las decisiones tienen consecuencias y eso es algo que el detective sabe demasiado bien, tardar mucho puede ser perjudicial. Solo le queda una opción.

-¿Crees que puedas hacerlo?-

-No lo creo, lo hare. Despeja el lugar, subiré-

Izuku camina hasta la parte baja del edificio seguido por Tsukauchi, Eraser estuvo a punto de intervenir pero el detective lo detiene.

Se queda mirando hacia arriba, con sus manos dentro de la sudadera cierra los ojos, y comienza a hablar.

Ecos de viento

Concédanme su gracia

Para surcar los cielos

MAGIA DE VIENTO: CAMINATA DEL CIELO

Una ráfaga de viento azoto el lugar, la brisa soplaba de forma violenta y las personas que estaban cerca solo podían cubrirse y sujetar sus cosas esperando que los violentos vientos no les arrebataran nada. Las fuertes brisas continuaron hasta que se detuvo alrededor de Midoriya. Un resplandor blanco verdoso brillante lo rodeaba y el viento convergía a su alrededor y bajo sus pies se formó un círculo mágico.

Cuando ceso el viento, Midoriya dio un salto y se elevó de forma lenta hacia arriba del edificio. Tsukauchi solo podía ver y asombrarse de lo que acaba de suceder, y de igual forma estaba Eraserhead, la incredulidad dibujada en sus rostros tras presenciar algo tan extraño e interesante. Aunque no eran los únicos, ya que todos los transeúntes y los servicios de respuesta estaban igual de asombrados, ya que eso no se veía como la demostración de un Don cualquiera.

Lentamente fue subiendo hasta detenerse frente a la persona que estaba medio sentada en el borde del edificio. Era una chica, aparentemente de su misma edad que vestía su uniforme escolar, un traje de marinero negro y lazo rojo, la chica tenía un cabello grisáceo y ondulado a partir de la mitad de su longitud, ojos de color plata, pero lo que llamo la atención de Midoriya fue el estado de ella y su uniforme que se notaba estar maltratado y húmedo.

Tenía el cabello sucio, los ojos rojos y se podían ver rastros de que estuvo llorando por algún tiempo, piernas y brazos maltratados y magullados, y un golpe bastante grande en el pómulo izquierdo. La irritación estaba apoderándose de la mente de Midoriya, él sabía que estaba pasando pero no debía sacar conclusiones rápidamente, era mejor ir despacio, como le enseñaron a hacer en todas las situaciones de la mismas características.

Rápidamente cambio su expresión a una más suave, una ligera sonrisa acompañada de un aura tranquilizadora. La chica se había asustado por la cara que había hecho y estaba ligeramente más atrás del borde. La cornisa era amplia, de al menos un metro entre el borde y la barda de alambre. Estaba más lejos del borde por el susto de ver a alguien volando hacia ella.

-Está lejos del borde, eso es bueno- pensó Izuku mientras veía alrededor.

-Disculpa mi abrupta aparición, espero no haberte asustado.-

-¿Qu-Quien e-eres? ¿Un he-héroe? Déjame sola por favor- pregunto la chica y pidiendo que la dejara.

-No, no lo soy, solo soy un civil preocupado-

-¿Y qué te trae por aquí? Si no tienes asuntos aquí solo lárgate-

-No puedo hacerlo, vengo a hablar contigo-

-Pues yo no quiero hablar, ahora vete o voy a saltar- amenazo la chica, a medio levantarse de donde estaba sentada.

-No puedo dejarte hacer eso, estaría mal-

-¿Qué cosa estaría mal? ¿Morir? ¡Esa es mi decisión!- exclamo la chica, esta vez levantando más la voz, mirando con ojos rabiosos al Izuku.

-Sí, lo es, pero no creo que debas hacerlo-

-¡No me vengas con tu mierda moral ahora!-

-Deberías pensarlo bien- dijo Izuku, floto un poco más arriba para estar sobre el borde sin tocar el piso –Creo que estas siguiendo emociones de forma impulsivas-

-No lo entenderías, no eres como yo.-

-¿Y qué te hace pensar eso?-

-Tú no sufres por tener un Don malvado-

-¿Malvado? Ningún don es malvado, los únicos malvados son los que los usan para el mal, un don es una herramienta, nada más y nada menos- dijo Izuku, levantando una ceja ante semejante estupidez de pensamiento.

La chica miraba a Midoriya, con incredulidad ante sus palabras pero también había una pequeña esperanza, la hizo sentir mejor escuchar eso viniendo de alguien con un Don bastante fuerte en su opinión. Izuku vio su vacilación, así que aprovecho esa oportunidad.

-¿Puedo… sentarme contigo? Así puedes contarme que atormenta tu menta, te escuchare todo lo que quieras-

-…No, por favor, huelo mal, me…me arrojaron agua sucia y mi uniforme quedo sucio y apestoso-

Izuku solo le puso otra sonrisa –No importa, vengo a escucharte, eso queda en segundo plano-

-…si…si no te molesta…está bien- dijo la chica, volviendo a sentarse donde estaba.

Midoriya toco el piso de la azotea y se acercó a la chica lentamente para no incomodar o asustarla. Se sentó lo suficientemente cerca para alcanzarla con un brazo si intentaba algo, pero no llego a invadir su espacio personal. Espero a que ella hablara, pero no había indicios de que lo hiciera pronto, así que tomo la iniciativa.

-¿Cómo te llamas?-

-¿Yo?-

-Pues claro, somos solo tú y yo aquí arriba- dijo Izuku, soltando una pequeña risa.

-…Fumie…Fumie Iwai…- respondió la chica, ahora presentada apropiadamente.

-Un placer señorita Iwai, yo soy Izuku Midoriya-

-¿Midoriya? Espera… ¿eres el hermano de Izumi?-

-Oh, ¿nos conocíamos de antes, señorita?-

-No, no, para nada… pero estoy en la misma clase que Midoriya… quiero decir…el otro Midoriya… uff, que confuso.- Iwai negó con las manos, para luego frustrarse de intentar darse a entender.

Izuku se rio ante la divertida confusión -Está bien, puedes llamarme Izuku para que sea más fácil-

-¿Estás seguro?- pregunto Iwai ante tal muestra de confianza.

-Por supuesto, no me importa, lo prefiero- dijo Izuku, ahora sentándose un poco más cerca sin que se percatara del ligero movimiento.

Se volvieron a quedar en silencio. Izuku no iba a forzar su conversación, ella tenía que soltarse poco a poco, por su propia voluntad así podría soltar lo que pesaba sobre sus hombros y nublaba su mente.

-I..Izuku-

-¿Sí, señorita Iwai?-

-Escuche que habías desaparecido, ¿es verdad?-

-Oh, sí, estuve desaparecido desde hace 10 meses-

-¿Y dónde estuviste?-

-…Si te lo dijera no me creerías-

-Pruébame-

-Deja vu- pensó Midoriya –Si te digo que estuve en un mundo de fantasía, ¿qué pensarías?-

-Que eres un otaku mentiroso-

Izuku coloco su mano en su pecho actuando como si lo hubieran ofendido –Para tu información no soy mentiroso-

-¿Y otaku?-

-De corazón- dijo Izuku inflando y golpeándose ligeramente el pecho. Luego una risa se escapó de sus bocas, aligerando la tensión del aire.

Aunque fue una risa bastante agradable, todavía estaba la situación en la que se encontraban. Izuku ya tenía una línea de confianza con la que iniciar a desentrañar el motivo de sus decisiones.

-¿Por qué esta aquí arriba, Señorita Iwai?-

Ella no lo quería mirar a los ojos, pero él sabia la respuesta, solo necesitaba que ella lo confirmara.

-Planeaba… ya sabes… ¿saltar?- dijo Iwai, como si ya no estuviera completamente segura de si iba a hacerlo realmente.

-¿Algo paso en la escuela hoy?- pregunto Izuku, más cerca esta vez.

-No solo hoy- afirmo la chica, mirando al cielo otra vez. El atisbo de tristeza y miedo se desprendía de su aura.

-Entonces es recurrente- confirmo Izuku

-Sí, creo haber escuchado que algo así te pasaba a ti, pero nunca quise preguntar por qué-

-Oh, es realmente sencillo, soy una persona sin Don-

-¿Sin don? ¿Entonces como carajo subiste aquí arriba si no tienes un don para volar?-

-Eso no fue por un Don, eso fue magia- dijo Izuku, levantando un dedo para enfatizar su respuesta.

-Eso es absurdo, la magia solo…-

-¿Existe en los juegos y mangas? Si, también pero es verdadera magia-

-Pruébalo- insto Iwai a Izuku.

Midoriya estiro la mano y en su palma empezó a acumularse una pequeña luz azulada brillante. El color era de un azul rey bastante precioso, para luego empezar a acumular más azules de diferentes colores y a crecer, llegando al tamaño de un balón de futbol. Iwai veía como los colores flotaban alrededor de la pequeña luz y como oscilaban como si fuera agua. Izuku le hizo una pregunta.

-¿Que magia quieres ver?- pregunto Izuku

-¿Qué tipos de magia tienes?- le devolvió la pregunta Iwai

-Puedo hacer casi cualquier magia, Soy un Archimago- dijo Midoriya, guiñándole un ojo con complicidad

Iwai se sonrojo ante el gesto atrevido en confianza del chico, pero luego pensó que podía pedir, hasta que le vino una idea simple pero brillante. -¡Entonces haz un dragón de fuego!… por favor.-

-¡Eso es fácil!, le agregare un poco dificultad-

La esfera de maná empezó a cambiar de color y pronto era una bola de fuego brillante. Empezó a flotar alrededor de los dos, se alargó tomando la forma de una línea de fuego para finalmente convertirse en una especie de dragón hecho de fuego.

-¡Wow, es increíble!- exclamo Iwai sorprendida por lo que estaba viendo.

-Ahora viene la mejor parte-

Chasqueando los dedos el dragón de fuego floto un poco más arriba y empezó a cambiar de color, pasando del anaranjado característico a un verde intenso, luego a un azul verdoso, luego un morado, luego un rojo, negro, blanco y finalmente una amalgama de colores brillantes. El dragón voló más bajo y se quedó frente a los dos chicos.

-Te presento la Magia de Imaginación, pude darle forma al maná que hayas refinado y acumulado. Una de mis magias favoritas y la que más trabajo y tiempo me llevo dominar-

-Es…demasiado increíble para ser real… pero ahí está- dijo Iwai, con los ojos brillando de emoción ante lo que estaba frente a sus ojos.

El dragón se desvaneció así como si se extinguiera una llama.

-Ya te mostré mi magia, ¿ahora puedo saber cuál es tu don?-

-Eh… pues es…- la chica dudo en responder.

-No te preocupes, Iwai, no te voy a juzgar-

-… mi don es… Fundición…-

-¿Cómo funciona?-

-Pues… puedo moldear el metal que toco en la forma que quiero, pero necesito ser delicada en la manipulación o podría ablandar tanto el metal que pierde toda su forma- explico la chica.

-¡Es un don increíble! ¡Es un Don increíblemente versátil si sabes dónde usarlo! ¡Podrías usarlo para sacar a personas atrapadas en vehículos! Pero no solo limitarte al heroísmo, puedes tener mucho margen de aplicación en la vida diaria o en trabajos de metalurgia como la joyería o la herrería. Oh, Oh, también podrías…-

-¡Izuku!- grito Iwai, deteniendo los murmullos del chico verde.

-Oh, perdón, me emocione, ¡es que es un don increíble!-

-No lo es, es el don de un ladrón- la voz derrotada de la chica hizo que Izuku apretara los dientes antes semejante estupidez.

-Entonces de eso se trataba- suspiro Izuku y luego se acostó en el suelo.

-Sí, no me gusta- dijo Iwai apartando la mirada de Izuku.

-Apuesto a que quien sea que te dijo eso, no solo se conformó con la agresión verbal-

-…-

-Entonces estoy en lo correcto-

-No quiero pensar que mi Don es para robar y esas cosas pero… no puedo obviarlo cuando son tan constantes esas palabras, hasta me las estoy creyendo-

-¿Qué quieres que sea tu don?-

La pregunta tomo por sorpresa a Iwai. En si es una pregunta extraña pero a la vez no, por estúpido que parezca tiene más sentido del que ella entiende, pero siente que lo hace.

-¿Que quiero que sea?- pregunto confundida la chica.

-Si, por ejemplo, ¿quieres que sea un Don bueno o Malo?-

-… un don bueno…-

-Bien. ¿Quieres que sea útil o un estorbo?-

-…útil-

-Perfecto… Ahora ¿Quieres que sea algo te defina o una herramienta?-

-¿Una herramienta? No entiendo- dijo Iwai confundida ante las preguntas.

-¿Por qué? ¿Cuando? ¿Como? ¿Quién o qué?... Son preguntas que debes hacerte cuando planteas tus objetivos en la vida, siempre orientados a las capacidades que tienes y lo que puede hacer o harás con tu Don. Debes ponerte en la línea de salida por ti misma, no dejes que otros definan tus capacidades, no dejes que influyan en tu esencia y en tu vida, ya que la única protagonista de tu vida eres tú misma, los demás son meros espectadores, solo aquellos que tú quieras pueden ser actores esenciales que participan en tu historia, pero solo tú tienes el poder de dejarlos entrar o no. Tu don no es el de un villano, después de todo quien define el Don es la persona que lo tiene.-

Iwai miraba fijamente a Izuku, observando como cada palabra que salía de su boca tenía una fuerza abrumadora, no solo metafóricamente, sino que físicamente también podía sentir como realmente esas palabras se alojaban en su mente y en su alma, aunque ella no notara esas sensaciones y solo podía sentir como un montón de palabras le daban la voluntad y el coraje para levantarse.

Mientras Iwai procesaba y aceptaba esas palabras, Izuku la observaba consciente de que estaba siendo un poco tramposo por usar magia en sus palabras para que se asentaran en la mente de la chica a su lado. Sabiendo que con o sin magia, las palabras correctas a la persona adecuada podría ayudar perfectamente.

El color volvió a los ojos de la chica que le devolvió la mirada a Izuku.

-Gracias… no sé por qué, pero… se siente bien escuchar esas palabras-

-Es un placer… aun quieres… ya sabes, ¿saltar?- dijo Izuku, señalando el borde del edificio con desgano.

-Eh… no, realmente quiero bajar e irme a casa- dijo la chica, mirando el borde también, con un poco de miedo de asomarse.

-Muy bien, ¿qué tal si bajamos entonces?-

-Pero la puerta está dañada, no creo poder derretirla, me duelen mucho las manos por usarlo en exceso-

-Entonces, bajemos con estilo- dijo Izuku, llevándose la mano a la barbilla, y sus ojos, brillaron con verde y violeta ante una idea que se formaba en su mente.

-¿Que?-


Midoriya había subido a evaluar la situación, pero eso fue hace más de 25 minutos, y Tsukauchi se estaba impacientando. Durante los primeros 10 minutos, pudo ver como una luz brillaba arriba del edificio, y lo que parecía un dragón de fuego empezó a volar alrededor del lugar para después empezar a cambiar de colores como si fuera alguna especie de holograma inmenso. Las situaciones con suicidas son demasiado delicadas, pero ni los bomberos o la policía pueden acercarse a la persona porque la puerta está literalmente fundida y unida al marco de metal que la sostenía.

Para empeorar las cosas cada vez hay más espectadores en la zona debido al truco mágico que Izuku hizo (Tsukauchi asume que fue el chico de pelo verde), lo que puede dificultar las acciones de los equipos de rescate, mucha gente puede molestar en el trabajo, y si fallan habrá muchas personas difundiendo los videos por internet, lo cual solo es más trabajo para seguridad cibernética y por ende más trabajo para él.

Tsukauchi llego a una conclusión. Al carajo, si tiene que confiar en un mago (por ridículo que suene eso) que así sea.

Cuando su paciencia estaba flanqueando vislumbro la silueta de Midoriya y estaba… ¿Cargando a una chica? y…

¡ACABA DE SALTAR DEL EDIFICIO!


-Sujétate bien, vamos a ir un poco rápido, pero caeremos suave- explico Izuku, cargando a Iwai en sus brazos, listos para saltar.

-¿Has hecho esto antes?- pregunto la chica, con voz temblorosa que estaba aferrada al joven mago.

-Muchas veces, desde lugar cinco veces más altos que este edificio- dijo Izuku acompañado de una risa estridente. Iwai solo pudo abrir los ojos ante lo que se venía, porque se notaba que el chico verde saltaría solo por gusto personal.

Izuku empezó un cantico y las corrientes de aire convergieron a sus alrededor.

Ecos de Viento

Reyes de los cielos

Concédannos la bendición y la Gracia

De una pluma de fénix

MAGIA DE VIENTO: DESCENSO DE PLUMA

Los dos adolescentes brillaron con una luz azulada que los envolvía.

Con un salto, Izuku empezó el descenso del edificio. Aunque rápido al principio, eventualmente empezó a descender más y más lento. Iwai no miro abajo y solo escondió su cabeza en el hombro de Izuku mientras descendían, sujetándolo con bastante fuerza.

Mientras descendían, los espectadores se asustaron por el repentino acto de los chicos. Con teléfonos apuntando al descenso de los dos adolescentes, grabando todo lo que ocurría, incluso desde que Midoriya subió al edificio prácticamente volando.

Tsukauchi aunque estaba preocupado pudo ver como el descenso iba disminuyendo en velocidad, hasta solo parecer bajar como una hoja de un árbol. El detective se acercó a los chicos antes de tocas el piso.

Al llegar al suelo, Izuku le dijo a Iwai que ya podía bajarse, cosa que hizo aunque un poco mareada por el repentino viaje pudo mantenerse sobre sus dos pies.

Tsukauchi estaba tanto aliviado como asustado de todo. Midoriya lo miro de vuelta.

-Misión cumplida, Detective- dijo Izuku con una sonrisa en el rostro y un saludo militar. Los aplausos se escucharon desde la parte de atrás, los transeúntes que estaban esperando a ver qué ocurría estaban aplaudiendo.

Tsukauchi solo pudo suspirar antes de dejar que una sonrisa de alivio se dibujara en su rostro. Eraserhead estaba igualmente aliviado, pero en su mente ya iba a regañar al mocoso por algo tan imprudente, y jamás admitiría que eso fue un poco increíble de ver.

Iwai fue interrogada por los detectives y los oficiales. Durante el interrogatorio permaneció cerca de la ambulancia mientras la evaluaban, dando como resultados raspones y moretones, también pequeñas zonas rojas que supusieron eran donde habían empleado menos fuerza para lastimas.

La deducción fue fácil, junto con la declaración de Iwai. Acoso escolar, con agravante de abuso físico.

Durante el transcurso del procedimiento, Iwai e Izuku hablaron un poco más de cosas triviales y un poco personales. Izuku le conto sobre su magia, e Iwai le conto un poco más sobre ella.

Era como ver a dos amigos hablando, pensó Tsukauchi.

En el transcurso de la charla Iwai le dio su número de teléfono a Izuku. Le pregunto si podían hablar un poco más después, y él le aseguro que apenas consiga su nuevo teléfono le enviaría un mensaje para hablar. Después se llevaron a la chica al hospital más cercano, e Izuku fue llevado a su casa, luego de evitar a la prensa que estaba llegando a documental el suceso.

En el viaje de regreso a la Residencia Midoriya, los ocupantes del coche estuvieron hablando.

-¿Que harán ahora?- pregunto Izuku al detective Tsukauchi

-Por ahora, no podemos hacer nada hasta una denuncia formal-

-Detective, esto volverá a ocurrirá, puede que empeore-

-Lo siento, por ahora tengo las manos atadas-

-Bien, lo hare yo- declaro el joven mago, cruzando sus brazo sobre el pecho y mirando desafiante al Detective.

-No hagas nada estúpido, Midoriya- advirtió Eraserhead.

-Nunca dije que haría algo directamente- respondió Izuku levantando una ceja mientras miraba al Héroe a su lado.

-¿Entonces qué harás?- pregunto el Oficial Sansa sin apartar la mirada del frente mientras conducía.

-Solo una advertencia, vigilare a Iwai en la escuela-

-¿Entonces ella va a la Secundaria Aldera?-

-Si, en la clase de mi hermana, puedo vigilar la situación, sin excederme, incluso Izumi puede ayudar, no parecía estar en malos términos con mi hermana, probablemente pensó que como Izumi es una mariposa social no podía hablarle-

-Bueno… no me gusta dejar algo en manos ajenas, pero no hay de otra- suspiro Tsukauchi.

-Tranquilo detective, Eraserhead, si puedo mantener a raya a un culto religioso con terror psicológico, puedo manejar a un montón de mocosos con egos inflados-

-No hagas nada que pueda ponerte en problemas, mira que ya estas siendo vigilado- advirtió Eraserhead al chico, dándole una dura mirada.

-Sin problema, Discreción es mi segundo nombre-

-¿No es catástrofe?- pregunto el Héroe.

-No… ese es el tercero- dijo finalmente el chico mostrando tres dedos con una sonrisa burlona.

Los otros tres ocupantes solo pudieron suspirar, esperando que esto no escalara a un problema mayor.


*Los códigos 10, son usados por los servicios de seguridad publica.

10-55 (Suicidio) / 10-4 (Confirmado) / 10-33 (Paramédicos o Ambulancia) / 10-70 (Bomberos)

Son bastante usados de forma general, pero varían dependiendo del país y estado, pero siguen siendo la base los que puedes encontrar en internet. También como extra, los servicios de rescate y paramédicos tienen otros códigos que usan aparte de los códigos 10, pero solo usan pocos.

Dije que el comienzo seria lento, pero puedo acelerarlo, además de verme otra vez el manga para no cagarla en algún momento.