Agradezco bastante los dos mensajes en privado que me mandaron Madlyne Creates y Helena 8778 es un gusto saber que se sienten inspirados por mis escritos. Por ahora solo estoy enfocada en poder en terminar estás historias, pero agradezco sus invitaciones.


Había transcurrido varios días, y los entrenamientos parecían ser actividades físicas básicos, pero con la tanda de maestros que les había tocado a ellos, estaban por matarlos, estos no tenían para nada piedad, y lo peor era, que quienes le tocaba como "maestros" se trataban de Milo, Saga y Mü, parecía que esos tres se habían dado la mano, ya que cada vez que sentía que había terminado la cantidad dada por ellos, estos aumentaban los entrenamientos, lo cual sentía que su cuerpo estaba por colapsar. Por las mañanas iba a las clases matutinas, y no le ayudaba en lo absoluto, ya que se quedaba dormido justo en clases de algunos profesores, los cuales no tenían compasión como en el caso de Dohko, que no le permitía dormirse y le hacía hacer algún tipo de ejercicios físicos en la esquina del salón, parecía que incluso su profesor estaba confabulando en contra de él o de sus amigos, los cuales estaban en las mismas.

Seiya sentía su cuerpo pesado, lo único que había querido era tumbarse en la cama, por lo que al llegar de dar las clases se dirigió hacia el dormitorio dispuesto a descansar un poco, lo cual no pudo, ya que el escorpiano lo estaba esperando para dar inicio a sus entrenamientos. El castaño no pudo reprochar ante las palabras del escorpiano, ni mucho menos maldecirlo, comenzó a correr, ya ni recordaba cuantas vueltas tenía que dar, cada vez que se detenía parecía ser que el escorpiano se enteraba y le aumentaba las corridas o algún ejercicio que le ponía, suponía que ellos estaban probando sus fortalezas para ver si aguantaban esos entrenamientos infernales, aunque este, no tenía la menor idea que era apenas el comienzo.

—Seiya.

No podía evitar preocuparse al ver al castaño pasar casi cerca de las zonas de los dormitorios femeninos, para así solo ver como este solo seguía avanzando, al menos supo por parte de él ,que lo había trasladado a los dormitorios de la Clase S, y que ahora estaba siendo entrenado por los chicos de esa clase, lo cual cada día que veía al castaño, lo veía sumamente agotado preocupándole su estado físico, aunque no era el único también estaban Shun, Shiryu e Hyoga en las mismas condiciones.

—¿Te preocupa mucho? –Saori se sobresaltó volteando a mirar a una Hilda que se le había acercado. Hilda sonrió. —Puedo verlo, cada vez que ves a Seiya, se nota la cara de preocupación que tienes hacia él, no puedes esconderlo —Saori no pudo decir nada y Hilda le parecía graciosa ver a la Kido nerviosa. —No es necesario que lo ocultes, Saori. Las demás también se dieron cuenta de ello —comento divertida ante ello —Descuida ese secreto te lo guardaremos

—me preocupo porque es mi compañero de clase —fue la respuesta de la Kido, que desvió la mirada al instante haciendo esa idea de que el castaño solo era un compañero más. A parte de que siempre recibía una buena atención del chico desde que lo conoció y de la misma manera ella quería responderle.

—Y no he dicho lo contrario —dijo divertida Hilda haciendo que la joven se sorprendiera y se avergonzara aún más. —Yo solía ser así con Siegfried, recuerdo que cuando éramos amigos solíamos preocuparnos el uno del otro, hasta que nos dimos cuenta que nos gustábamos y el resto es historia, actualmente nos comprometieron —comentó la de cabellos platinos que recordó aquello y no pudo evitar sonreír ante un agradable recuerdo, su mirada volvió a centrarse en la de cabellos lilas— sabemos que contigo es muy distinto

Y tras esas palabras la joven Hilda dejó a una Kido muy pensativa por sus palabras, para así solo volver su atención hacia la ventana, minutos después sus ojos se abrieron adquiriendo inmediatamente sus mejillas un tono rojizo, y no pudo refutar contra la de cabellos platinos, ya que está ya se encontraba con el resto de sus amigas.


Capítulo 9

Hermana

—¡Seiya! ¡Seiya!

Quería abrir los ojos, pero le estaba costando es más ni podía reconocer la voz que le llamaba, por lo que solo permanecía con los ojos cerrados, pedía un poco de descanso, lo cual escucho voces a su alrededor, luego de ello no supo más que se sumergía en la completa oscuridad.

Se sentía un poco más relajado lo cual sus ojos empezaron abrirse, viendo que a su alrededor era distinto, sino mal recordaba, se suponía que debía estar en el salón respondiendo a las preguntas profesor Albiore. Parpadeo un par de veces para así tomar asiento en la cama que se encontraba observando a su alrededor de la cama había cortinas blancas lo cual bajo su mirada percatándose que estaba con el torso desnudo.

¿Te sientes mejor?

Esa voz la conocía por lo que vio como la silueta de esa pequeña hacia presencia para así ver como ella estaba elevada en el aire y se acercó hasta la cama para sentarse a su costado derecho sonriéndole.

Lo siento, te tuve que traer aquí —Hablo la niña que miraba al chico. — te han estado exigiendo demasiado –sujeto la mano del chico preocupada. —discúlpalos, ellos no son malos, solo que al parecer se están tomando su papel muy enserio. —Sonrió con ternura haciendo que el chico se contagiara de esa sonrisa.

—Debo volver.

No te preocupes —dijo la niña que soltó la mano del chico para así fijar su mirada al frente—primero debes recuperarte, además no te tienes que, sobre exigir, solo harás que ella se preocupe

—¿Ella? ¿A quién te refieres? —Pregunto curioso el castaño que parpadeo un par de veces sin comprender las palabras de la niña, que siempre lo dejaba en confusión, noto como la pequeña le volvió a sonreír—Supongo que no me lo dirás

Es un secreto —fueron las palabras de la pequeña que solo sonreía despreocupada—pero ahora debes recuperarte antes de despertar


—Entiendo que les dejamos el control de los entrenamientos, pero no es necesario que lleguen al extremo de querer matarlos —Hablo Dohko que estaba de brazos cruzados mirando al responsable de dicha situación.

—Que culpa tenemos que sean débiles —Fue la respuesta del escorpiano que estaba sentado de brazos cruzados y piernas cruzadas en el sillón. Debido a la exigencia que él había impuesto contra los cuatro muchachos, estos habían colapsado con simples entrenamientos sin casi descanso.

—Milo.

—Maestro Dohko

—¿Qué ocurre Kanon?

—A nosotros nos costó años poder controlar el cosmo, está seguro que esos chicos podrán hacerlo

—Estoy seguro de ello —Aseguro el hombre de largo cabello marrón rojizo que fijo toda su atención en los dudosos jóvenes que le miraba sin decir palabra alguna—Ustedes debieron darse cuenta de ello, no es así Milo –fijo su mirada hacia el escorpiano, el cual solo asintió levemente con la cabeza, él era uno de los que podía afirmar aquello al desafiar a Seiya en una pelea, lo cual pudo ver como el chico inconsciente había despertado su cosmo, por unos breves segundos pero aun así no estaba tan conforme de que esos chiquillos fueran parte de ellos. —esos muchachos tienen la capacidad de superar todo lo que les impongan para poder proteger a sus seres queridos

— Maestro, trataremos de evitar este tipo de situación en los nuevos aspirantes —Hablo Shaka, el cual trataba de apaciguar el ambiente del momento, al menos él no era tan extremista como lo estaba haciendo el resto de sus compañeros

—Y mejor que sea así —su mirada se fijó en el escorpiano—les recuerdo que ustedes también fueron entrenados y no llegaron a ese extremo. —Si, sin duda Shion y él no había sido tan duros con ellos, miró al grupo de jóvenes, los cuales le miraron incrédulos ante sus palabras. Este tosió un poco antes de proseguir. — Cambiando de tema, este fin de mes tendrán una misión que le hemos asignado especialmente a ustedes. En dos semanas, la familia Solo, tendrá una fiesta de bienvenida a su legítimo heredero, el cual también comenzara asistir a la academia, por lo que invitaron a varios de los estudiantes de familias prestigiosas, y ustedes también entra en él, al ser estudiantes de nivel superior

—La misión es vigilar y cuidar de la señorita Kido ¿verdad?

—Exacto, Camus —respondió este por lo que los muchachos solo permanecían serios a lo cual este bebió un poco de su té preparado por su alumno Kanon, se sentía más relajado, y agradecido que al menos las cosas se estaban un poco controlando o al menos eso esperaba, ya que había sido una semana de movimientos dentro de la Academia, diversas situaciones se daban y sus muchachos estaban siendo de gran ayuda ante ello, movía su taza de forma circular haciendo que el líquido se golpease contra las paredes de la taza jugando un poco con este, hasta que volvió a beber un poco.—Una cosa más...


Academia Saint Athena - Enfermería

Abrió poco a poco, aun sentía su cuerpo pesado por tanto entrenamiento, poso su mirada en el techo por breve segundo en lo que doblo su cabeza a su lado derecho, y sus ojos se abrieron por unos momentos percatándose de la presencia de cierta joven de cabellos lilas que al verlo se alegró felizmente

—¡Seiya!

—¿Saori?

La joven solo se limitó en mirar al chico para sentirse sumamente feliz de verlo despertar, por lo que esta solo asintió con la cabeza y no pudo evitar acercarse al chico para abrazarlo, dejando aun perplejo Seiya, que no esperaba aquello de la joven.

—Menos mal, temía que no pudieras despertar nunca más –comentó ella más calmada, después de haber visto como el chico se había desplomado en el suelo, fue la primera en reaccionar y pedir permiso para llevarlo a la enfermería. Durante ese transcurso la Kido estaba muy preocupada por lo que en el receso decidió visitar al chico, sin embargo, este aún no había despertado preocupándola demasiado, por lo que pidió ayuda a sus amistades para poder quedarse con el castaño hasta que este despertara.

—Siento mucho el haberte preocupado Saori —fue la respuesta del castaño que solo esbozo una sonrisa llevando su mano detrás de la espalda de la chica, no esperaba que la joven estuviera pendiente a él ante lo ocurrido, lo cual le parecía un gesto bonito por parte de la chica—ya me siento mucho mejor —aseguro el sintiendo la cercanía de la joven, ya que le trasmitía mucha tranquilidad

La joven abrió un poco sus ojos para abruptamente separarse del castaño haciendo que su rostro comenzara a ruborizarse bajando la mirada ante su acción, lo cual causo que el joven le pareciera un gesto tierno por parte de la chica, pero a la vez el también se sentía avergonzado por hacer aquello

—Lo…lo siento, Seiya, no quería…

—Está bien, Saori. Te agradezco mucho por preocuparte por mí —se rasco la nuca algo avergonzado y agradecido por la atención de la chica hacia su persona.

—Eso pasa porque te están exigiendo demasiado —Hablo la joven mirando al chico— deberías dejar esos entrenamientos

—No es necesario —fue la respuesta del castaño que sorprendió a la joven, lo cual sonrío agradeciendo el hecho de que ella quisiera ayudarle—Yo decidí afrontar esto y hacerme fuerte, muy fuerte, para poder proteger a mis seres queridos —expresó este mirando su mano derecha para luego cerrar este con fuerza empuñándolo, por alguna razón aun no encontraba la respuesta, pero sentía que algo mucho mayor lo impulsaba a querer seguir con esos entrenamientos.

—Seiya.

—¡Bien dicho, Seiya!

Ambos jóvenes se sobresaltaron para así dirigir su atención en un aparecido hombre de cabellos castaños oscuros y ojos verdosos que llevaba una bata de colocar blanca, este les sonrió para así de esa manera colocarse de lado izquierdo a la cama donde se encontraba el chico.

— Te ves mucho mejor

—¿Quién es usted? —Pregunto curioso el muchacho para así ver como el hombre tomaba su pulso, era la primera vez que veía a aquel hombre.

—Siento no haberme presentado, mi nombre es Aioros un gusto a ambos –se presentó este con una sonrisa despreocupada viendo a los dos jóvenes, haciendo una reverencia hacia la joven. —Soy el encargado de la enfermería y también doy clases en la Academia —dijo este sin más, mientras sacaba una linterna médica para así revisar la vista del muchacho siendo observada por la joven que se le notaba preocupada. Aioros sonrió viendo la sincera preocupación en la joven, notándose el afecto mutuo que ambos chicos se tenían, aunque estos no parecían darse cuenta de ello. —Bueno te ves muy bien, Seiya. Recuerda que también es importante tomarse descansos cuando es necesario, no todo es entrenamiento, pero yo hablaré con los responsables.

—No…no…no creo que sea necesario —Seiya no pudo evitar estremecerse al imaginar a un Saga y Milo molestos con él, lo cual el chico inmediatamente se levantó de la cama a toda prisa tomando su chaleco seguido de ello extendió su mano hacia la chica, la cual parpadeo un par de veces, pero solo respondió sujetando su mano—Agradezco mucho su ayuda profesor Aioros, ahora mismo nos retiramos —dijo sin más mientras decidía irse a toda prisa con la joven que no pudo si quiera despedirse del adulto.


Aioros no pudo soltar una risa ante ello para así solo desviar su mirada hacia un aparecido Saga que solía mostrar esa seriedad que le caracterizaba, por lo que solo voltea a encararlo y sonreírle— que duros están siendo con esos niños, Saga

—Solamente me estoy encargando de seguir las ordenes de los maestros —Fueron las palabras del peliazul, el cual se cruzó de brazos mirando al sagitariano.

—Así que esa es nuestra pequeña Athena —Hablo Aioros mientras se acercaba a la puerta y luego de ello cerraba la puerta.

—Así parece, pero no ha despertado aun —fue la respuesta de Saga que volteaba a mirar hacia la ventana, viendo atráves de este el panorama de la academia.

—Saga ¿algo te preocupa verdad? Acaso es…

El geminiano que miraba fijamente la ventana volteo por un momento a mirar a su compañero, en lo que Aioros comprendió esa mirada por lo que este de igual manera se sintió con el mismo sentimiento.

—Solo nos queda, creer en Athena, estoy seguro que podrá con ello. –fueron las sinceras palabras de Aioros que de igual fijo su mirada hacia la ventana junto con su amigo. —Aunque es probable que tengamos que enfrentarle, si las cosas se salen de control —dijo este haciendo que su amigo solo se limitara en apretar sus puños con fuerza.


Mansión de la Clase S

—...Una cosa más…—Todos fijaron su atención en Dohko— Los herederos de las grandes familias estarán presente, por ende…—Alzo la vista hacia los muchachos, los cuales rápidamente comprendieron la situación. —Manténganse en todo momento atentos, y no bajen la guardia. Por cierto, Shiryu, Shun, Hyoga y Seiya, los acompañaran, así que ya saben, deben ponerlos a tanto cuanto antes.

Todos los presentes afirmaron con la cabeza, mientras Dohko se levantaba de su puesto para asi solo fijar su mirada en la ventana y ver que comenzaba a caer una fuerte llovizna mezclada con truenos y rayos.


Saori y Seiya se habían detenido a las afueras del edificio de su academia, ya ha esas horas todos los estudiantes estaban en sus dormitorios, pero debido a la repentina lluvia que empezaba azotar con fuerza, no tenían más remedio que esperar hasta que terminase la lluvia para cada uno volver a su dormitorio.

—Oye, saori —llamó el chico con la mirada hacia al frente—Muchas gracias, por preocuparte por mí —agradeció una vez más este para enfocar su mirada en la joven.

—No, no es nada Seiya —No pudo evitar sonrojarse bajando la mirada debido al agradecimiento del muchacho, y no pudo evitar esboza una sonrisa en los labios.

—Sabes no he podido ver a Karin—Dijo el chico llevando sus manos dentro de sus bolsillos, causando sorpresa en la joven de cabellos lilas que no esperaba que mencionara a la joven Shiba—prometí que iba a verla, pero no he podido debido a los entrenamientos, cada vez que quería subir por esa torre, el cuerpo no me ayudaba en nada —menciono este sin percatarse en la mirada fija que tenía la de cabellos lilas sobre él—Ha pasado una semana desde que ingreso a ese lugar…

—¿La extrañas? —pregunto de pronto la Kido que mantenía la mirada baja al ver como el chico de pronto hablaba de su familiar, por lo que era obvio la respuesta—Seiya…—el chico solo le miro un poco sorprendido por lo que esta sonrió—No tienes por qué contestar…debo decirte algo muy importante. Karin es mi hermana

—¿Quéeeeee?!

Realmente no se esperaba dicha confesión por parte de la Kido, en lo que el chico no tenía palabras ante esa revelación, por lo que este intento procesar la información, sus expresiones eran graciosas para Saori, al ver que este se había cruzado de brazos y cerrado los ojos, elevando una ceja intentando captar lo que ella le había dicho.

—No todos lo saben —y esas palabras llamó la atención del chico que le miró—Desde pequeñas fuimos separadas, yo fui criada por el abuelo y ella criada por otras personas que son parte de la familia Kido —expresó está con una sonrisa triste ante ello—por lo que al final, decidieron que nos viéramos solo como primas

—¿Qué?

—Por alguna razón, el abuelo siempre se dispuso en no permitir que pudiera ver a mi hermana menor —no entendía claramente las intenciones de su tutor, por lo que siempre trataba de buscar alternativas para dar con el paradero de su hermana—Fue hace un año, que pude dar con ella, y supe que estaba estudiando en esta Academia, sin embargo… Karin pareciese que no me reconoce como su hermana–y su mirada se oscureció lleno de tristeza.

—Saori.

—Pero al menos ya puedo estar más cerca de ella –expreso la chica mientras alzaba la vista para sonreírle al chico intentando guardar su tristeza. —A diferencia de ella, yo tuve casi todo el tiempo dentro de la mansión Kido y ahora que estoy dentro de una Academia, me cuesta un poco adaptarme, pero intento poder ganarme la confianza de ella, así como ser parte de ese círculo de amistad que posee —sentía un poco de celos en el fondo, ya que su hermana parecía agradarles a todos, aun sin importar como fuese con el resto.—Creo que eso la hace muy especial para muchos, Karin es un alma libre —alzo la mirada hacia aquel día lluvioso—me gustaría ser como ella.. y expresarme más abiertamente como lo hace — la imagen de su hermana surco por su mente

—Pero… —Hablo el castaño que fijo su mirada al frente— es probable que Karin oculte más de lo que creemos Saori, muchas veces puedo ver en su mirada una tristeza que oculta con su sonrisa despreocupada y ocurrencias —fueron las palabras del muchacho que extendía su mano hacia al frente dejando que las frías gotas de lluvia que cayeran sobre su palma.—Aun no la entiendo, pero a mi parecer cada una es diferente, pero esas diferencias las hacen especiales para los que las conocemos —aseguro el chico que no dejaba de ver las gotas caer sobre su mano.—Y no está mal, a si podre seguir conociéndola a las dos. Aunque no quisiera a una Saori que estuviera buscando problemas o haciendo estragos en la Academia, creo que no es tu esencia —opino el chico que miro a la joven que se veía tierna haciendo un pequeño puchero ante sus palabras— lo digo, porque tal y como eres, estás bien —agrego e intento no hacer sentir mal a la joven, después de todo ella siempre mostraba ser más tranquila, calmada y atenta con todos, por lo que no la veía como esas típicas chicas que al tener dinero se sentía superior a otros, o al menos siempre le mostraba esa impresión a él.

—Seiya. —miró al chico con una sonrisa en los labios para solo bajar un poco el rostro— A decir verdad, me da gusto el poder haberte dicho la verdad, y además siempre me tratas como el resto de tus amigos—expresó la joven agradeciendo la manera de ser del castaño con ella

El chico solo se avergonzó llevando su mano detrás de su nuca, no era tan buen con las palabras, pero esperaba ser de ayuda para la chica, sobre todo al enterarse de tal verdad sin habérselo imaginado, este sonrió mirando una vez más hacia el cielo gris notando que la lluvia había disminuido, por lo que este tomo su chaleco azul oscuro y lo coloco sobre la cabeza de la joven haciéndola sorprenderse

—No está lloviendo tan fuerte y al menos mi chaleco te ayudará un poco —Hablo el castaño colocando sus dos manos sobre los hombros de la chica—Te llevare a tu dormitorio

—Pero… te vas a empapar, Seiya.

—No te preocupes, ya estoy acostumbrado estar bajo la lluvia –aseguro como todo un chico caballeroso haciendo sonrojar a la joven ante la atención que le brindaba. —andando, antes que siga haciéndose más tarde, luego no queremos que los estudiantes que patrullan por las noches, nos llamen la atención —Y el solo recordar de encontrarse con Milo, Saga o algunos de los que ya conocía, iba a causar de seguro que le pusieran un entrenamiento extremo contra él.

Así ambos jóvenes comenzaron a caminar bajo la lluvia, mientras trataban de incluso de conversar un poco más y conocerse, sin embargo, el estruendo de un rayo ocasiono que la joven diera un pequeño grito haciendo que el chico le protegiese, ya que aquel rayo había caído muy cerca, lo cual incluso él se había espantado, pero a diferencia de la chica no había gritado, lo cual ambos chicos se miraron un tanto avergonzados

—Owww que tiernos se ven… al parecer tenemos suerte el día de hoy, quién imaginaria que tendríamos a nuestros dos objetivos juntos

Y esas palabras solo causo que ambos jóvenes fijaran su atención hacia una persona que se escondía bajo una larga capucha. Seiya inmediatamente se colocó delante del joven dispuesto a proteger a la chica

—No has cambiado nada, sigues siendo el perro faldero de esa diosa

Y esas palabras dejaron un tanto sorprendido y confundido al muchacho, el cual solo se puso muy serio. Aunque no entendía de que hablaba, estaba seguro que en esos momentos su deber solo era proteger a la chica.

…Continuara…