Lo primero que hizo fue besarlo hasta dejarlo sin aliento.
Saltó a sus brazos con tanta fuerza que lo derribó y, afortunadamente, aterrizó de espaldas sobre la alfombra de felpa.
Aunque rápidamente lo siguió el peso de la chica cuando aterrizó sobre él y comenzó a besarlo.
Una vez inmovilizado, lo cubrió de besos y lo envolvió con sus brazos.
"Maldita sea, muchacha, como dirías tú, creo que me acabo de romper el culo".
Entonces se rió de él, entre lágrimas de felicidad. "Estoy bastante segura de que dije que me rompí el trasero".
"Así que estoy parafraseando, demándame... pero hablando de traseros".
Él intentó agarrarla con un gruñido y ella se rió a carcajadas.
"¡NO! ¡Sin agarrar traseros!" Ella se rió.
"Pero es el mejor tipo de trasero. Es el trasero de Hermione".
Ella chilló de risa otra vez cuando él apartó la bata, dejándola desnuda y clavándole los dientes suavemente.
"¡AY! ¡Severus! ¡No puedo creer que me hayas mordido el trasero!"
"Bueno, entonces no deberías tener un trasero tan delicioso" dijo mientras ella reía, lo que se convirtió en un gemido cuando él comenzó a besarla succionando fuertemente cada mejilla de su trasero.
"Severus, dejarás un chupetón..." Ella medio protestó, lo que habría sido más creíble si no estuviera gimiendo y presionándose contra él.
"Hmmm, sí que lo haré"
Él continuó mordisqueando, chupando y mordiendo, subiendo por su espalda hasta que llegó a su cuello.
Ambos estaban arrodillados en el suelo ahora, él detrás de ella mientras la atraía hacia su pecho.
Cuando llegó al punto donde su cuello se unía con su hombro, la mordisqueó mientras una mano pellizcaba uno de sus pechos y la otra ahuecaba su montículo.
"Oh, dioses". Ella jadeó y estiró la mano hacia atrás para ahuecar su cabeza, alentando sus atenciones en el punto erógeno.
Sus manos continuaron trabajando en ella, deslizando un dedo entre sus labios inferiores para acariciar su clítoris con suavidad pero con insistencia.
Pronto ella estaba gimiendo y arqueándose hacia él, empujando sus pechos contra su palma y su cuello contra su boca.
La sintió excitarse y chupó con fuerza su cuello haciendo que la piel se le amoratara mientras presionaba firmemente su clítoris.
Ella se hizo añicos en sus manos y su mano se cerró con fuerza en su cabello mientras gritaba su liberación.
Después de su liberación, ella se desplomó un poco hacia adelante y él la agarró para que no se cayera.
"Lo ves, mi bruja... Te dije que necesitaríamos desayunar si queremos seguir con mi plan".
Ella se rió entre dientes y giró la cabeza somnolienta para besarlo, fue un gesto sencillo y descuidado, pero fue perfecto en ese momento porque era tan real.
Entonces él le dio una palmada en el trasero y ella gritó: "Vente".
"Lo acabo de hacer", se quejó ella y él sonrió con sorna.
"Sí, lo hiciste, ¿no? De manera bastante espectacular, debo agregar".
"Miserable bastardo", se quejó ella mientras él la ayudaba a ponerse de pie y a dirigirse al balcón.
"Correcto. Aunque me amas de todos modos".
Luego hizo una pausa y ahuecó su rostro.
"De verdad, de verdad que sí"
"Bien... porque quiero que hoy te pongas esas bragas de encaje negro, pero no te acostumbres a ellas... Porque planeo tenerte caliente y chorreando, con ellas alrededor de tus tobillos esta noche."
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Ese primer día hicieron lo que hacen los turistas.
Fueron empujados, apretujados y puestos en fila con cientos de muggles para ver los lugares de interés de París, el Louvre, la Torre y los Campos Elíseos.
Además de compartir miradas de vergüenza conjunta por el desastre de otros turistas ingleses que se exhibían a sí mismos y a su país por asociación, se les acercaron al menos dos veces personas que intentaban venderles drogas. Comieron una hamburguesa dudosa de un vendedor ambulante y un muggle intentó robarle su bolso a Hermione. También tuvo que detener a Severus de estrangular a un hombre, cuando tradujo el comentario lascivo y sugerente que había hecho sobre ella cuando pasó caminando.
Después de años de angustia durante la guerra mágica, todo era tan maravillosamente normal, que les dio ganas de llorar.
Para sorpresa de Severus, Hermione compartía su deseo de ver el cementerio del Père-Lachaise, donde presentaron sus respetos a algunos de sus artistas muggles favoritos, como Oscar Wilde y Chopin.
Era un lugar gótico, hermoso y oscuro, por supuesto, pero había algo pacífico en él. Los llevó a una conversación seria sobre lo que cada uno de ellos quería cuando falleciera, y en lugar de ser deprimente, fue... reconfortante. Saber que ambos estaban en el mismo lugar, ambos planeando el resto de sus vidas juntos, hasta el día de su muerte. No era romántico como tal, pero en cierto modo lo era mucho más... como el beso descoordinado que habían compartido antes, fue real, una conversación seria e importante sobre la vida en pareja, algo que Severus nunca había pensado que llegaría a tener.
Cuando salieron del cementerio tomados de la mano, no se sentía como algo triste o mórbido. Sino como algo que los había dejado más cercanos y en paz.
Definitivamente no fueron a Eurodisney. Severus había declarado en términos inequívocos que eso no iba a suceder. Hasta que, por supuesto, Hermione le hizo pucheros, con el labio inferior tembloroso y los ojos brillantes por las lágrimas. Entonces él cedió, momento en el que ella estalló en risas y le besó la mejilla.
"Dios, Severus, eres tan fácil de engañar, honestamente no podía pensar en nada peor".
Había chillado cuando él le dio una nalgada y la llamó mocosa descarada, pero ella simplemente se rió más fuerte y se acurrucó contra él.
Su risa musical siempre llamaba la atención, y ella siempre recibía miradas apreciativas, algunas de las cuales se volvían indulgentes cuando la gente veía con qué adoración ella lo miraba a través de su risa. Otras se volvían celosas, a lo que Severus inflaba el pecho como un pavo real y abrazaba a su chica más fuerte contra su costado con una sonrisa engreída.
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Esa noche cenaron en el restaurante del hotel y se miraron con ojos acalorados todo el tiempo.
Él estaba ardiendo por ella y podía ver cuando ella se quitó la chaqueta que ella igualmente ardía por él.
El camarero conocedor les trajo un rico postre de chocolate con una cuchara.
Al final, Hermione estaba prácticamente en su regazo y Severus estaba pidiendo que le cargaran todo a su cuenta mientras escoltaba a la mujer a su lado fuera del lugar mientras la temperatura subía aún más entre ellos, haciendo que sus ojos se dilataran y el sudor se acumulara en su piel.
Se besaron apasionada y profundamente en el ascensor, igualmente emocionados y ansiosos mientras los nervios recorrían su cuerpo y se acumulaban en su vientre.
"Dioses, olvídate de las mariposas en el estómago, tengo thestrals", susurró y él solo pudo estar de acuerdo con ella.
Atravesaron la puerta hacia su suite donde zapatos, bolsos y chaquetas fueron tirados a un lado.
Su estómago se revolvía y se preguntaba por qué estaba tan nervioso, mientras la besaba profundamente y su cuerpo se estremecía por el efecto de esos besos.
De repente, Hermione se separó de él.
"Umm... Necesito un momento para mi misma", susurró y señaló el baño.
"Por supuesto", dijo, agradecido por la oportunidad de intentar recomponerse, ya que los nervios actualmente tenían su estómago en un torniquete.
Bebió un sorbo de agua, cuando un momento después sintió el zumbido de un hechizo de privacidad en el baño.
Qué extraño, pensó, mientras se aflojaba el cuello de la camisa, sintiendo el sudor de su piel correr por su espalda.
Aunque todo quedó claro un momento después, cuando se dio cuenta de repente de que definitivamente no eran los nervios lo que lo molestaba.
Entró al baño e ignoró su exclamación mortificada desde su posición en el inodoro mientras se inclinaba sobre el lavabo y rápidamente vomitó.
Cuando pudo respirar de nuevo, la escuchó temblorosamente decir "¿Tú también?" y se giró para mirar su figura pálida sentada en el inodoro, con el cesto de basura en su regazo y negándose a mirarlo, con su rostro mortificado enterrado en sus brazos sobre el cesto.
"Eso parece", respondió secamente.
"Creo que esa hamburguesa estaba mala", dijo con un gemido antes de vomitar rápidamente en el cesto de basura en su regazo.
"Eso parece", repitió, seguido de un "Oh, por las bollas de Merlín" mientras alababa simultáneamente a los franceses por tener bidés, y lo transfiguraba en la forma de otro inodoro sobre el que rápidamente cayó, agarrando el otro cesto de basura y abrazándolo de manera similar contra su pecho en un reflejo de su posición.
Los bolsillos de sus pantalones se derramaron por el piso cuando los dejó caer alrededor de sus tobillos, y las monedas muggles y su varita se esparcieron por todo el azulejo.
Escuchó la descarga del inodoro a un lado de él mientras Hermione gemía. "Oh, Dios, esto es humillante".
Él no pudo responder de inmediato porque estaba demasiado ocupado evacuando y vomitando al mismo tiempo.
Cuando terminó de vomitar, se giró para mirarla, sentada miserablemente en el inodoro, con la piel pálida y sudorosa, con el bote de basura en su regazo. Su hermoso vestido estaba arremangado alrededor de su cintura, y al mirar hacia abajo, comenzó a reírse.
Ella le lanzó una mirada venenosa y él solo se rió más fuerte.
"¡¿De qué diablos te ríes?!" Ella le gruñó con saña.
"Estás caliente", dijo entre risas.
"Sí, lo sé, siento que estoy en llamas", gimió ella.
"Y chorreando", dijo mientras señalaba su rostro, tan sudoroso como el suyo, con una gota de sudor deslizándose por su nariz.
"En más de un sentido", gimió miserablemente, pero de repente entendió lo que quería decir mientras luchaba contra una sonrisa burlona y se reía suavemente. "No..."
"Y..." Se rió.
"Severus, no es gracioso", pero ella estaba sonriendo ahora.
"Y tus bragas están alrededor de tus tobillos..."
Se miraron a los ojos con alegría mientras se reían de sí mismos y de la situación, antes de verse obligados a detenerse cuando simultáneamente las entrañas de ella se vaciaron y él vomitó.
Ambos gimieron de incomodidad, antes de mirarse a los ojos y soltar una carcajada de nuevo.
"Bueno, Sev, me hiciste gemir, eso es seguro". Ella se rió mientras él respondió con "Y me has dejado sin aliento".
"Dios, esto es solo nuestra suerte, ¿no?"
"Realmente lo es", gimió.
Ambos continuaron riéndose de sí mismos y contando chistes durante el resto de la noche, que pasaron en el baño de su lujosa suite parisina.
Nota de la autora: Por favor déjenme una reseña :)
Nota de la traductora: les dije que en algún momento el buen humor iba a regresar a este fic, aunque es del tipo que estoy segura nos da a todos penita ajena XD La verdad es que, aunque nos quedamos con las ganas de que estos dos recorran todo el camino juntos de una vez por todas me gustó mucho la forma en que la autora logra escribir una intoxicación por alimentos de forma adorable aunque incomoda. Y es que como otras personas comentaban en la historia original, a veces en los romances no se logra ver el día a día de una pareja, y eso no necesariamente es malo, pero cuando los autores deciden meter un poco de realidad, a mí personalmente me gusta, porque hace ver a las parejas más consolidadas como tal. La escena, como habrán notado algunos, está inspirada en un episodio de Sex and the city, y como dijo Carrie en el mismo, pasar una noche de intoxicación juntos no es lo más romántico del mundo pero si es signo de amor duradero. Nos vemos!
