Capítulo 24: Entonces eres mío de la forma que soy tuya.
Aunque se mantenía silencioso Draco pudo sentir la mirada juzgona de parte de Potter, como si quisiera burlarse de sus intentos de encontrar a Annabeth, aunque no la conozca; le lanza miradas molestas, pero Percy rápidamente lo intercepta animándolo a seguir caminando. Sonríe de forma altiva cuando luego de pocas horas, en realidad pueden llegar a una sala llena de cascadas. El suelo era un gran pozo rodeado por un paso de piedra sumamente resbaladiza. El agua salía de unas enormes tuberías, chorreaba por las cuatro paredes de la estancia y caía con estrépito en el pozo.
Es un lugar bastante cuestionable, ruidoso, pero ahí están todos.
Annabeth, Grover, Tyson y el tipo de muchas manos.
Tanto Percy como Draco se abalanzan hacía ellos, Draco se abraza como un koala a una húmeda Annabeth, mientras que Percy se abraza a Grover de la misma forma. Annabeth lo deja estar contra ella un momento, antes de bajarlo y revisar su rostro con cuidado, cuando toca su hombro, sisea porque aun con el néctar sigue doliendo un poco.
Ella frunce el ceño ante eso.
Demasiado observadora para su bien.
—Los hemos estado buscando por horas, fuimos a Londres, tenemos paquete extra. —Señala rápidamente Percy ahora con la mano apuntando a Potter, que está a una cuidadosa distancia.
Con el ceño fruncido, pero sus ojos no dejan de desviarse a Tyson, Briares y las piernas de Grover.
Cree escucharlo susurrar sobre galletas, gemelos, un extraño sueño.
Parece casi cerca de vomitar.
Bueno, Draco no puede preocuparse de bebé Potter ahora.
—¿Un mortal? —pregunta Annabeth con una ceja levantada de incredulidad, Draco y Percy comparten una mirada incómoda, porque es más difícil de explicar que eso—. Esperen no han pasado horas, solamente han sido como 10 minutos desde que nos separamos. —Ahora cuestiona Annabeth preocupada.
Sí.
No.
Draco la mira confundida.
—Cuando nos separamos caímos varios minutos, luego la lucha contra el minotauro. —Grover suelta un chillido por eso—. Hemos estado caminando por horas por aquí antes de encontrarlos —asegura Draco a lo cual Annabeth solamente parece muy cansada.
—El laberinto es raro y parece distorsionar el tiempo, al igual que el espacio y dimensiones.
Suena como algo complicado.
Está cansado.
Hay una extraña charla que toma Percy con Briares, antes que este decida abandonarlos, lo cual es pésimo porque un monstruo de su altura podría ayudarles en las luchas siguientes; Potter es el único que parece feliz con la ausencia del monstruo de gran tamaño.
Inculto que no sabe nada de tener amigos gigantes de tu lado.
.
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Aunque Annabeth claramente no quiere a Potter en la misión, no les queda otra más que mantenerlo con ellos. No hay ninguna salida cerca y tampoco pueden darse el lujo de perder más tiempo; aunque nuevamente el tiempo parece ser algo relativo dentro de este lugar. Se instalaron en un pasadizo hecho de enormes bloques de mármol. En las paredes había soportes de bronce para las antorchas y daba la impresión de haber formado parte de una tumba griega. Aquello debía de ser un sector más antiguo del laberinto, cosa que era buena señal, según Annabeth.
Estaban cerca del taller de Dédalo.
Annabeth tuvo una ligera discusión con Percy sobre quien tomaría el primer turno, que Draco ignoró para poder dormir con la esperanza que cuando despierte su hombro duela menos.
Potter está alejado de todos, Draco no quiere que se marche, porque eso significaría que moriría y está en contra de la muerte tanto como sea posible con sus conocidos; pero tiene mucho sueño.
Percy se arroja a su lado y Draco se acerca a este para aprovechar el calor corporal, el chico se ríe antes de abrazarlo.
Dura unos momentos como Grover en entrar en una especie de estado de sueño.
No dura mucho.
Escucha voces.
—Maldición, Nico creo que la cagamos.
—Cállate, Will.
Las voces son lejanas y cuando abre los ojos nuevamente, no puede sentir nada cerca, pero casi está seguro que ha escuchado las voces de sus mocosos; se tensa un poco contra Percy, quien parece roncar ligeramente con una mano de forma descarada sobre su cintura.
Idiota.
Pero está cálido, así que Draco no se queja.
Siempre y cuando sea una almohada cálida, es aceptable.
—No lo entiendo, es un idiota. —La voz de Potter parece un susurro y tiene que mantener sus ojos cerrados para fingir dormir.
No debería espiar conversaciones, pero entiende a Percy cuando lo hace a través de los reflejos en Hogwarts, es muy tentador.
—Claro que es un idiota, esa primera semana en el campamento, te lo juro, quería arrojarlo por la pared de lava —habla Annabeth con diversión.
Tiene la extraña sensación que puede que estén hablando de él.
Una leve sospecha.
Es una tontería, Potter debería estar aprovechando para averiguar más sobre el mundo griego que viven ocultos de los demás.
No es un Ravenclaw, que eso lo tiene claro.
Gryffindor idiota.
—¿Tienen una pared de lava?
—Es para entrenamiento, la vida de un semidios no es fácil, por eso supongo que… es complicado algunas cosas al inicio. No lo vi antes, pero Draco había sido enviado desde una familia bastante privilegiada a un campamento a comprender todo desde cero. No me hice su amiga hasta una misión, como esta y comprendí que era un gran idiota, pero de buen corazón.
—Me cuesta verlo —admite Potter, pero aunque lo dice, parece algo recio a decirlo.
Se pregunta si piensa en el hombre lobo, en el ataque, en cómo salvó su trasero en el partido de quidditch.
Perra malagradecida.
—No es tan difícil, debajo de todo su comportamiento idiota y su constante manera de ser grosero, realmente hay alguien que ayuda a otros; yo también tengo un vínculo con él, eso fue lo que me preguntaste inicialmente, sobre el vínculo de Percy y Draco.
¿Por qué preguntaría eso?
Draco frunce el ceño y se alegra de estar de espaldas a ellos, para que no lo vean.
—Bueno, Malfoy dijo algo sobre vínculos en su explicación… de dónde vengo, ya sabes la escuela, en Londres. —Percy y Draco fueron muy claros en explicarle a Potter la mala idea que sería hablar sobre magia aquí, parece que escucho al final de cuentas—. No hay mucho de vínculos, tampoco de dioses, estoy casi seguro que esto es un extraño sueño inducido por drogas —afirma Potter, cansado a lo cual Annabeth solo parece tararear con paciencia increíble.
Maneja a Draco y Percy todo el tiempo, la paciencia viene con el rol de ser su amiga.
—No estamos seguros, hay muchos vínculos en nuestro mundo, Grover tiene un vínculo con Percy con sentimientos, pero el vínculo de Draco es algo más…fuerte. —Hay casi una sonrisa ante esa palabra—. Quirón no ha dicho mucho sobre el tema, tampoco hemos querido investigarlo tanto ya que no hay mucho sobre el tema, pero evoluciona y Draco parece obtener capacidad para vincularse con otros; lo cual es bastante interesante, cuando se vinculó conmigo estaba muy sorprendida, porque yo no era Percy. —Ahora mueve sus manos, puede sentirlo sin verlo, está nerviosa—. Percy aceptó a Draco de inmediato, fue raro, pero supongo que fue porque ambos eran nuevos y el vínculo se creó tan fácil que fue curioso. En cambio, Draco y yo tuvimos un mal inicio, nos odiamos, pero el vínculo se formó.
—¿Cómo?
—Estábamos en un hotel, donde estábamos drogados para olvidarnos de todo lo que pasaba afuera.
—¿Qué?
—Créeme no es bueno saberlo, pero entonces Draco ya nos había salvado la vida, luego de ser una carga; dejó de ser cobarde ante mis ojos, y solamente un niño asustado que se sobrepuso ante sus miedos para ayudarnos… lo admiré por eso. —Draco recuerda el túnel del amor, recuerda sentir magia saliendo de sí, pero ahora piensa que pudo ser electricidad por su padre y se pregunta si eso significa que si tiene algún poder después de todo; no es que lo quiera—. El vínculo fue más fácil de formar cuando estás al borde de la muerte con este una y otra vez, luego simplemente, se convierte en algo tuyo.
—…
Potter no responde, Draco deja de prestar atención para notar que Percy ha dejado de roncar, para sujetarlo un poco más fuerte contra él.
Está despierto.
—Con forme el vínculo crece, se siente como si Draco estuviera ahí, es mi amigo por supuesto, pero también es algo que es mío. —Sus ojos se abren ligeramente ante las palabras de Annabeth, Percy lo está viendo con una ligera sonrisa y ojos medio abiertos—. Es raro de explicar, pero hablé con Lavender y ella también lo siente. Percy es el primero en saltar adelante y tomarlo como si fuera una posesión, luchar por ser el primero en la lista de Draco. —Ahora hay burla en la voz de Annabeth.
Debe saber que están despiertos.
Ella es una chica lista.
—No se pude poseer a alguien —dictamina Potter incómodo, pero la risa de Annabeth parece confundirlo.
—Lo siento, no quise burlarme, solamente, es algo que yo habría dicho hace unos años; pero ahora es diferente, supongo que solamente aquellos que han pasado por un vínculo como este lo entenderían. La sensación de que alguien sea parte de ti aunque es su propia persona, una parte de dentro de ti como un órgano, pero al mismo tiempo como algo más. —Hay un silencio de sus palabras, antes que Annabeth camine para levantar a Grover.
Grover se despierta con un quejido, entonces siente un movimiento.
Antes que unos brazos pasen por su cintura, se mueve ante los ojos divertidos de Percy para quedar con la espalda contra el pecho del chico, pasar los brazos ahora contra Annabeth para traerla contra él; su cuerpo es cálido.
No le gustan las niñas.
Pero disfruta mucho los abrazos de Annabeth y Lavender.
Se siente como en casa.
Familia.
¿Mío?
Percy lo había dicho antes, que era suyo, no pensó que Annabeth o Lavender tuvieran esos sentimientos por él, pero no se siente mal; él los tiene a ellos como suyos después de todo.
—Annie —susurra contra la cabeza de la niña, quien solamente suelta un suspiro.
El brazo de Percy sigue en su cintura, pero ahora también intenta envolver un poco a Annabeth o al menos que sus manos también se toquen sobre Draco.
—Duérmete de nuevo rubia teñida. —Escucha su susurro.
Pero así, en medio de sus dos amigos, es fácil olvidar sus temores y caer profundamente dormido.
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En el laberinto no había amanecer, pero una vez que se despertaron todos y dieron buena cuenta de un estupendo desayuno a base de barritas de cereales y zumos envasados, emprendieron la marcha de nuevo. Draco está seguro que Percy soñó algo raro, tiene esa mirada preocupa cada que algo así pasa y aunque Potter parece incómodo, termina accediendo a caminar al lado de Grover.
Es la mejor persona para los nuevos chicos dentro del campamento.
Su brazo duele un poco más, cuando Annabeth lo revisa antes de emprender camino, bueno, su expresión no parece alegre.
Durante el viaje Potter le preguntó cosas a Grover, especialmente por sus pies y el sátiro era el más amable para explicarle algunos conceptos; también habló un poco del campamento, no entrando en detalles, pero sí explicando más de su mundo.
Los viejos túneles de piedra dieron paso a un corredor de tierra con vigas de cedro, como en una mina de oro o algo por el estilo.
Annabeth no estaba feliz.
—No puede ser —dijo—. Tendría que seguir siendo de piedra.
Llegaron a una cueva con el techo cubierto de estalactitas. En medio, había una fosa rectangular excavada en el suelo de tierra, como si fuera una tumba.
Grover se estremeció.
—Huele igual que el inframundo.
Potter se estremece, pero Draco solamente suspira, ese viaje no sería lindo.
Tyson que parecía querer recoger algo del suelo, gimotea cuando la fosa parece tragarlo y antes de saberlo, bueno, todo el piso parecía fracturado ya que todos comienzan a caer. Su brazo golpea nuevamente contra el suelo causando un pico de dolor, su mala suerte legendaria y todo parece rodar antes de que choquen contra algo.
En el caso de Draco, la espalda de Grover y con el codo de Potter incrustado en su vientre.
—¡Percy! —gritó Annabeth.
Habían caído por un túnel, donde una luz parecía iluminar un poco cerca, pero en general separados por unos barrotes sobre sus cabezas. Estaban bajo una rejilla de tubos de acero. Se veían árboles y un cielo azul.
—¿Qué es este lugar? —Escucha preguntar a Potter.
—¿Qué es esto? —habla Percy al mismo tiempo.
Entonces una sombra cubrió la rejilla y una vaca se quedó mirándolos desde arriba. Parecía una vaca normal, salvo por su extraño color: un rojo intenso, casi cereza. Draco nunca había visto ninguna igual.
La vaca mugió, puso la pezuña en una de las barras y retrocedió enseguida.
—Es una rejilla de retención —dijo Grover.
—¿Cómo?
—Las ponen a la salida de los ranchos para que las vacas no se escapen. No pueden andar sobre estas rejillas.
—¿Cómo lo sabes?
Grover resopló, indignado.
—Créeme, si tuvieras pezuñas, sabrías lo que es una rejilla de retención. ¡Son muy molestas!
Percy se volvió hacia Annabeth.
—¿Hera no habló de un rancho? Tenemos que comprobarlo.
Ella vaciló.
—De acuerdo. Pero ¿cómo salimos?
Tyson resolvió el problema golpeando con ambas manos la rejilla, que se desprendió del marco y salió disparada por los aires. Rápidamente se escuchó enseguida un golpe metálico y un mugido sobresaltado. Tyson se sonrojó.
—¡Perdón, vaquita! —gritó.
Draco aplaudió con algo de dolor, Tyson era jodidamente asombroso y útil.
Luego les izó fuera del túnel.
Estaban en un rancho, de eso no cabía duda. Una serie de colinas se extendían hacia el horizonte, salpicadas de robles, cactus y grandes rocas. Desde la entrada salía en ambas direcciones una cerca de alambre de espino. Las vacas de color cereza vagaban de acá para allá, pastando entre la hierba.
—Ganado rojo —observó Annabeth—. El ganado del sol.
—¿Cómo? —pregunto Percy.
—Para Apolo son sagradas—dice Draco de forma molesta, nada bueno sale de algo de Apolo.
—¿Vacas sagradas?
—Exacto. Pero ¿qué hacen...?
—Un momento —dijo Grover—. Escucha.
Al principio todo les pareció en silencio... pero luego lo captaron: una algarabía de aullidos, cada vez más cercana. La maleza crujió y se removió y enseguida surgieron dos perros. Con un pequeño detalle: que no eran dos, sino un perro de dos cabezas.
¿Por qué todos los perros por aquí ocupan más de una cabeza?
Parecía un galgo, con aquel cuerpo largo, esbelto y de un marrón lustroso, pero su cuello se bifurcaba en dos cabezas que gruñían, ladraban y no parecían muy contentas de vernos.
—¡Perro malo como Jano! —gritó Tyson.
—¡Arf! —le dijo Grover, alzando una mano a modo de saludo.
El perro de dos cabezas mostró los dientes. Draco teme que no le impresionó demasiado que Grover conociera la lengua animal. Entonces su amo surgió de la maleza y comprendió que el perro no pasaba de ser un problema menor.
Era un tipo descomunal de pelo canoso, con un sombrero de cowboy de paja y una barba blanca trenzada: en fin, como la encarnación del Tiempo, pero convertido en campesino de pinta peligrosa. Llevaba unos vaqueros, una camiseta de «NO ENSUCIE TEXAS» y una chaqueta tejana con las mangas arrancadas para que le vieras bien los músculos. En el bíceps derecho tenía tatuadas dos espadas cruzadas.
Y en la mano sostenía un garrote de madera del tamaño de una cabeza nuclear, con clavos de diez centímetros en la punta.
—¡Aquí, Ortos! —le dijo al perro.
El animal les gruñó otra vez para dejar claros sus sentimientos y, dándose la vuelta, fue a sentarse a los pies de su amo. El hombre los miró de arriba abajo, con el garrote preparado.
Draco notó de reojo como Potter parecía encogido en su lugar, se preguntó si se siente de la misma forma que Draco en su primera misión. Piensa también en cómo año tras año el chico parece tener mala suerte en Hogwarts, pero bueno ha evolucionado para tener también mala suerte en vacaciones.
—¿Qué tenemos aquí? —preguntó—. ¿Ladrones de ganado?
—Simples viajeros —le dijo Annabeth—. Estamos llevando a cabo una búsqueda.
El hombre contrajo los párpados con un tic.
—Mestizos, ¿eh?
—¿Cómo lo sabía...? — Percy inicio sin terminar.
Annabeth le puso una mano en el brazo.
—Yo soy Annabeth, hija de Atenea. Este es Percy, hijo de Poseidón. Mi amigo Draco un semidiós, Grover, el sátiro. Harry un… acompañante… Y Tyson...
—El cíclope —concluyó el hombre—. Sí, ya veo. —Le miró con el ceño fruncido—. Y reconozco a los mestizos porque soy uno de ellos, hijo. Yo soy Euritión, pastor de ganado de este rancho e hijo de Ares. Deduzco que han llegado a través del laberinto, como los otros.
—¿Otros? —preguntó Draco sintiéndose extrañamente nervioso.
Con un mal presentimiento.
—En este rancho recibimos muchos visitantes procedentes del laberinto —dijo Euritión con aire enigmático—. Pero no muchos salen de aquí.
—¡Hala! —exclamó Percy—. Me siento bienvenido.
El pastor echó un vistazo atrás, como si alguien estuviera observándonos. Luego bajó la voz.
—Solo les diré una cosa, semidioses: vuelvan al laberinto ahora mismo. Antes de que sea tarde.
—No nos iremos —insistió Annabeth—. Hasta que veamos a esos otros semidioses. Por favor.
—Entonces no tengo alternativa: he de llevaros ante el jefe.
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Primero fue la visita al rancho a manos de Gerión, tipo con tres cabezas, Draco jura que ve a Potter mareado ante eso y parece comprender que cualquier aventura que ha tenido hasta ahora, probablemente no es de este nivel. Luego como todo en esta vida, aparentemente Gerión está del lado de Luke, o del lado del dinero que ofrece Luke y terminan encerrados en una jaula, mientras Percy debía limpiar unos establos sin limpiar por miles de años antes de la puesta de sol.
Quiere decir que está sorprendido cuando al entrar a la jaula, Nico y Will están ahí.
Annabeth y Grover jadean sorprendidos, pero Draco tiene los brazos cruzados.
Potter parece al borde de un ataque de pánico, pero aunque en Hogwarts todos estaban al pendiente del niño de oro, la verdad es que Draco no puede preocuparse por esto aquí mismo.
Solamente dice dos nombres.
—Niccolo Di Angelo y William Andrew Solace.
Con tono de voz carente de emociones y un rostro lleno de molestia listo para la reprimenda.
—Puedo explicarlo —dice Nico, pero Draco está a un momento de ahorcarlo, lo cual hace al niño gimotear—. Estaba en una misión personal. —Y el idiota parece casi orgulloso de decirlo, nada más lejos de la realidad.
Cansado Draco se sujeta el puente de la nariz.
—¿De qué misión hablas?
—…
—Nico.
—Quiero saber más de mi madre. —Las palabras lo sorprenden, puede notar por la mirada de Nico que no es algo que le gustara revelar frente a tanto público—. Ella murió hace muchos años, pero su alma debe estar por aquí, si soy hijo de Hades debería poder encontrarla; Minos dijo que podría pagar un alma por otra —anuncia Nico con seriedad.
Oh vaya.
Draco mira al niño con mirada decidida, intenta no pensar en el inframundo que vio durante su primera misión. Aunque Draco no había querido morir, había visto lo mal que era ese lugar y si el alma de un ser querido estuviera ahí, sentiría la tentación de sacarlo de ahí. Mira de reojo a Will, que parece retorcerse en su lugar, como sanador sabe lo emocionado que era el niño por poder salvar y ayudar a los demás.
Su mirada regresa a Nico.
Piensa en sus padres, en Narcissa y Lucius, en lo que haría para que ellos estuvieran con vida y lo que podría sacrificar si algo les sucediera.
Mucho.
Una vez se quedó con Hades para ayudar a sus amigos, no dudaría en implorar cualquier cosa por sus padres.
Pero la vida no es así.
Vives.
Mueres.
Ambas partes son importantes, porque si no vives una vida, no puedes morir y descansar. Hay lugares horribles de tormento eterno, pero también los campos de Elíseo parecían un lugar hermoso para el descanso eterno. Pero aun así no quiere morir, ha intentado desde que conoce a Percy mantenerse con vida y no solo por temor a la muerte, siente que aún hay mucho por lo que vivir.
Pero Nico es joven, esta es su primera misión (no oficial), tiene que aprender.
—Pensé que eras feliz en la mansión Malfoy —susurra con voz baja, durante un segundo ve la duda en los ojos de Nico, antes de sujetarse un brazo.
Parece tan pequeño.
Todos son niños.
A veces Draco se siente un poco mayor, más de lo que es, por todo lo que ha vivido.
—Tus padres son geniales, especialmente Narcisa. —Es casi un murmullo sus palabras y siente el aprecio de su madre—. Pero tengo una madre, en alguna parte, tengo que saber sobre ella. —Ahora está desesperado y Draco se maldice.
¿Cuánto tiempo ha sido así?
No tienen vínculo, no pudo haberlo sentido, pero algo en Nico parece un poco roto.
Desesperado.
Piensa en Bianca viajando con las cazadoras, piensa en cómo ella siguió adelante y teme ver que Nico de alguna forma se ha quedado un poco rezagado; buscando alguna parte a la cual sentirse unido. Pensó que, al lado de Draco, Will y sus padres se sentirían a gusto; pero este niño sigue buscando algo.
—Quiero saber quién era yo.
—Eres Nico.
—Quiero recuperar mis recuerdos, quiero saber quién era.
—Eso no importa.
—¡ME IMPORTA A MI! —grita bastante enojado, lo cual alarma a los demás, demasiados observadores que a Draco le habría gustado no tener.
Esta conversación habría ido probablemente mejor a solas, Nico no es alguien que le guste el público, pero este se encuentra sufriendo y el enfoque que ha tomado hasta ahora no ha funcionado.
Se mueve incómodo en medio de la jaula, cree que empuja un poco a Grover, pero eso no evita que se acerque más a Nico, quien tiene los brazos cruzados y parece estar luchando fuertemente contra no llorar. Medita un poco sobre sus siguientes palabras, intenta pensar en algunas que puedan ayudar a este caso y por supuesto, el idiota de Percy Jackson parece tener la respuesta para ellas.
Siempre las tiene, en momentos difíciles.
Coloca ambas manos en sus hombros.
—Lo siento, tienes razón, es importante para ti. —Primero siempre ayuda que la otra persona sepa que si estás escuchando, Nico sorbe su nariz, Draco sonríe con cariño—. Eres hijo de Hades y estás más conectado a estas cosas que los demás. —Escucha a Potter ahogarse con su saliva—. No digo que tus recuerdos antes del hotel Lotus no sean importantes, solo digo, que también eres importante ahora como eres; con recuerdos o sin recuerdos, sigues siendo Nico, solo, Nico —añade con una sonrisa recordando cuando Percy le dijo esas palabras pero diferentes.
Draco, solo Draco.
Puede ver el rostro de su amigo dudar, así que continua.
—Sé que no puedo detenerte sobre tus búsquedas en el inframundo, sería como controlar a Percy cada que intenta lanzarse a una piscina. —Ve los labios de Nico arrugarse como si quisiera sonreír por eso—. Pero hacerlo sin decirle a nadie no es justo, estaba muy preocupado por ti, por ustedes. —Ahora ve a Will, que se mueve incómodo—. Cuando Quirón me dijo que no estaban, solo quería terminar esta misión e ir por ustedes dos.
—Pero no me siento cómodo en el campamento, yo…Will y tú son geniales, pero parece que no perteneciera a el campamento como Bianca a… —Se silencia.
Sabe lo que no dice.
A las cazadoras.
Bianca parecía haber nacido para ser una cazadora y Nico lucha por encontrar un lugar en el mundo.
Frunce el ceño pensativo, Nico siempre parecía feliz a su lado, pero si era consciente de que este buscaba estar obsesivamente a su lado o al de Will; lo cual parece no darle oportunidad de conocer a otros campistas y encontrar algo donde pertenecer.
Debe remendar ese error.
Hasta ahora cada vínculo ha sido forjado de forma casi impulsiva, en medio de la aventura y la lucha, excepto por Will que aún débil, fue algo que forjó desde su primer verano poco a poco que hasta ahora apenas si ha notado; pero este vínculo lo fuerza.
En este instante y duele como una perra.
Como una patada en el vientre y un calor en sus venas, pero reconfortante y cálido. Lo mismo que siente cuando Nico lo empuja de la cama con una patada, pero luego se acuesta a su lado porque no le gusta dormir solo.
Nico jadea cuando lo siente, se sujeta el pecho incrédulo sobre la camisa, Draco siente ardor también en su interior y jadea en busca de aire. Se sorprende de encontrar un hilo que los une, de color casi traslucido, pero de un blanco puro que lo hace sonreír de alguna forma. Puede que Nico fuera un hijo de Hades, pero su color es demasiado puro comparado a los demás.
Su alma es hermosa.
—¿Draco? —Se apresura Annabeth detrás de él, empujando a Grover y a Potter, pero Draco solo niega con la cabeza.
Nico no debe ver el hilo, pero lo ha sentido.
¿Puede forzar vínculos?
Tal vez en casos excepcionales como este, donde hay algo previo, una relación de amistad ahí o un aprecio de ambas direcciones.
Tiene que hablar con Quirón.
—Bueno ahora perteneces a mi persona, siempre tendrás un vínculo conmigo y puede que no te sientas cómodo en el campamento, pero ahora mismo si tienes un lugar al cual volver y alguien que se preocupa por ti. —Sonríe, los ojos de Nico se abren incrédulos, hay unos momentos de silencio donde su pecho parece arder mucho.
Entonces lo siente, es pequeño, diminuto, pero el agradecimiento está ahí lo que provoca que Draco sonría.
Son los sentimientos de Nico.
Se lanza para abrazarlo, Draco gime un poco ante su hombro, pero sujeta a Nico sobre él con fuerza. Este pequeño niño desesperado por afecto, atención y una madre; debería estar más alto en su lista de prioridades.
—Además, Bianca me mataría si algo te pasara.
—Regrésame mis putos sentimientos, Malfoy.
Suelta una ligera risa cuando Nico lo ve con molestia, pero siente el cariño en su interior y solamente bufa un poco cuando Draco le da palmaditas en la cabeza. Pero no se separa de él y Draco sabe que es por culpa del vínculo forzado, pero termina dormitando sobre Nico y un poco mareado.
Igualmente, el resto del día pasan en medio de la jaula.
Draco tiene sueño.
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Percy dice que usó moluscos para limpiar el establo, Draco no quiere saber qué significa eso, pero ahora son libres. Bueno Gerión obviamente rompió el trato porque no lo juró sobre el río Estigia. Euritión al final se queda a cargo cuando Percy derrota a Gerión y todos se marchan con tranquilidad del lugar. O eso quisiera pensar, a pesar de haber descansado gran parte del día, Draco siente que su hombro parece sentirse peor que antes y no sabe si es por forzar un vínculo. Luego de que todos fueran libres y que tanto Nico como Will se vieran de reojo cuando se presentó a "Harry Potter", ignoró la mirada fija de ambos sobre él.
—Todo tiene sentido ahora —había dicho Will viendo a Potter como si fuera un espectro y Draco no se siente cómodo al respecto.
Al menos con Will puede ahora ser revisado por un médico, lo cual, simplemente no parece una buena idea ahora por el rostro amargo de Will en medio de la cabaña de Gerión.
¿Ahora es la cabaña de Euritión?
—Es raro, la ambrosía debería sanarte, hay casi un porcentaje infra decimal de posibilidad que no funcione la curación divina en ti —explica Will mientras Percy y Nico están a su alrededor observando todo con curiosidad. Annabeth estaba con Grover preparando unos emparedados.
Notó a Tyson riendo de algo que dijo Potter, pero por la expresión de Potter no parecía querer ser gracioso.
—No me gusta como suena eso Doc —musita Draco, ahora no tiene la camisa, es curioso ver la cantidad de cicatrices que ha coleccionado estos últimos años.
Will no parece avergonzado de tocarlo, nunca lo estaba a pesar de sus sentimientos cuando entraba a modo médico. Aunque era joven para ser un médico principal de su cabaña, era casi tan bueno como Lee o Michael en curaciones; había intentado usar un canto antiguo, pero tampoco parecía funcionar muy bien y no quería cansarlo con la aventura que tenían por delante.
Se siente cansado y algo sudoroso.
Debe verse asqueroso.
—Solo he visto dos casos de esta situación, pasó una vez con un hijo de Hermes que enojó a su padre y otro hijo de Atenea no muy feliz con su madre; parecía ser un castigo de su padre divino —susurra Will preocupado. Draco intercambia rápidamente una mirada con Percy, quien tuerce los labios sabiendo que podría significar eso—. No es que algo cambie, estás recuperándote más rápido que un humano normal, pero parece como si la ambrosía no hiciera su trabajo; también puede ser algo del laberinto o estar lejos de tu elemento… en todo caso, creo que deberías volver al campamento antes que tu brazo empeore y tengas que operarlo.
Eso levanta alarmas en su mente.
—¿Cómo en Grey´s Anatomy? —pregunta horrorizado, atrayendo la atención de todos.
Si no estuviera tan alarmado, tal vez habría notado el rostro de Potter levemente sonrojado al ver su torso, pero ahora mismo estaba asustado por otras cosas.
—No debí dejar que mamá te pusiera esa serie.
—Cállate Percy, eres la Cristina Yang que necesito en mi vida.
—Eso habría sido tan adorable, si no fueras tan egocéntrico de pensar que eres como Meredith Grey y que todo gira a tu alrededor.
Le da un bufido, pero nota el rostro preocupado de Percy sobre su hombro que ahora parece tener un moretón de color oscuro bastante desagradable; no había sentido que el minotauro lo lastimara tan gravemente, pero ahora las cosas han cambiado.
¿Qué hay de la misión?
Annabeth da un paso adelante.
—Debes volver al campamento —anuncia con el rostro serio, lo cual hace que Draco se encoja antes de levantar el mentón.
Era necesario.
Iba a luchar para quedarse.
—Creo que tiene razón. —Le da la mirada más traicionada a Grover, quien se encoge en su lugar—. El laberinto es peligroso, si estás herido es mejor que vuelvas, tampoco podemos tener a un mortal mucho tiempo aquí —habla viendo a Potter, quien parece de dejar aturdido para verse tímido ante la mirada de todos sobre él.
Le da ahora la mirada de mierda a Potter, porque ahora por culpa de él no podrá quedarse.
—También debes llevar a Will, yo me quedaré con ellos en tu lugar —anuncia Nico, es turno de Will de ver traicionado a su amigo—. Draco ocupa protección, puedes ayudarlo si su herida empeora, yo debo seguir… no solo por mi madre, puedo ayudarlos —habla un poco más suave, a lo cual Will bufa de brazos cruzados.
No está feliz, tampoco lo está Draco.
Se pone sobre sus pies, gimotea un poco por el dolor de sus piernas.
Camina lentamente al exterior de la casa para sentarse en las escaleras frente a esta, Percy no tarda mucho en salir para ayudarlo a colocarse la camisa.
—Todo es una mierda.
—Te queremos a salvo.
—Cierra la boca o me enojaré contigo.
—¿Crees poder encontrar una salida?
La pregunta de Percy lo toma desprevenido, antes que este señale a su pecho y algo parezca iluminarse en el rostro de Draco. Los hilos suelen ser invisibles, pero al igual que había intentado buscar el de Annabeth, casi puede sentir el de Lavender por ahí. No siente nada por ella, los sentimientos parecen no traspasar el laberinto, pero si se concentra bien, es como si el pequeño hilo naranja se moviera frente a él queriendo que lo encuentre del otro lado.
—Quiero quedarme —dictamina con tristeza, pero Percy solamente lo deja caer con la cabeza sobre su regazo.
Quisiera decir que no tiene sueño por dormir todo el día, pero la verdad es que duerme bastante fácil ante la mano de Percy en su cabello.
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En la mañana Draco habló mucho con Nico, queriendo ponerse al día y Will estaba ahí luciendo bastante incómodo; desde el viaje en las sombras hasta sus escapadas al inframundo, parecía que Will estaba al tanto por eso. Le había prometido al pequeño doctor una gran reprimenda cuando esto acabara y el niño parecía infeliz. Nico aseguró que era bueno viajando entre las sombras, pero aún se cansaba mucho (Will parecía tener siempre chocolates para animarlo) y le advirtió que tuviera cuidado con la misión. Se lamentó no haber podido ir con él, pero luego de obligar a Annabeth, Percy, Grover y Tyson de cuidar a su pequeño cachorro; bueno, se sintió más tranquilo.
—Tienes que cuidar de nuestro hijo, mamá —habló dramáticamente viendo a Percy, quien se señaló estúpidamente antes de comprender el chiste.
—No te preocupes, papá, estaremos a salvo, no te vayas por cigarrillos con nuestro otro niño —sigue el juego señalando a Will.
—Y no olvides no hacer nada estúpido, no me veas con esa cara, ambos sabemos que eres tan idiota como para saltar a un volcán activo o algo así; no debes hacerlo.
—¿Me crees capaz cariño?
—Totalmente, la idiotez corre por tus venas.
Algunos se ríen, puede jurar que el rostro de Potter es de horror, pero Percy y Draco lo ignoran para darse un abrazo bastante torpe. El brazo de Draco está vendado (Will había traído bastantes suministros médicos) y apenas tiene un brazo levemente funcional, pero eso no impide que se abrace tanto de Annabeth como de Grover sin querer dejarlos; hay un abrazo bastante emotivo con Nico, que le hace sonreír cuando este se sujeta de él.
Lindo.
Su niño es adorable.
Tyson lo levanta del suelo y casi se queda sin aire, pero también lo agradece, con ese grandulón sin duda estarán a salvo.
Nico y Will también tienen un abrazo, Nico había querido darle la mano, pero Will es un abrazador por naturaleza.
—Estás en tantos problemas —le dice a Will cuando los chicos se marchan por un camino y Draco comienza a guiarlos por otro. Hay dudas en el rostro de Potter, pero había dejado de hablar con él y solo seguirlo.
Como tiene que ser.
Su yo de primer año tomaría esta oportunidad para restregarle en la cara quien era mejor, pero su yo de primer año había muerto hace mucho con la primera misión suicida que tuvieron.
Gracias a Percy Jackson.
—Solamente quería ayudarlo —musita Will, jugando con sus manos. Draco le da una mala mirada, pero este solamente se encoge un poco más—. No parecía querer que nadie más se enterara, y le cuesta tanto confiar en otros.
—Debiste decirme.
—No quería romper su confianza —suena miserable.
Draco se sujeta la frente con cansancio, da una vuelta a la derecha, alegre de que hasta ahora no hubiera monstruos. No dudaría en luchar, pero la idea de empeorar su herida y la palabra "operación", no era algo con lo que se sintiera cómodo por el momento.
O nunca.
No quiere cuchillos cerca de él.
Extraña tanto la magia.
—Se que te agrada Nico, pero preocúpate más por tu seguridad, nuestro vínculo es un poco débil para que me llamaras por ayuda, trabajaremos en eso; lo más importante es que ambos estén a salvo. Lo siento si eso significa no guardar secretos con Nico, pero hay cosas más importantes —le reprende con seriedad, Will suspira antes de asentir.
Parece haber captado la idea, le revuelve el cabello con cariño, haciendo que este lo vea un poco más animado y con ojos esperanzados de no haberlo molestado tanto.
Tiene sentimientos por él.
Pero también son amigos.
Sigue caminando por el laberinto, de reojo nota la mirada de Potter sobre él, pero cuando voltea, este desvía la mirada luciendo con el ceño fruncido; muy pensativo.
Idiota.
.
.
No hay monstruos por unos minutos más, lo cual es genial, porque comenzó a temer de encontrarse al minotauro de nuevo; hasta donde sabía había entrado aquí con ellos. Pero su buena suerte fue terminada en un giro mal dado, porque cuando aparecieron en un largo pasillo que parecía tener el final con una extraña luz, había una enorme criatura que volteó a verlos. Tenía el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros de una serpiente o un dragón y la cabeza de un león. Draco casi gime de forma audible, porque estaba frente a una Quimera, probablemente la misma que casi había matado a Percy en el arco durante su primera misión.
Su maldita suerte.
Debe ser culpa de Zeus, pensó que no lo quería y estaba bien, pero eso a quererlo muerto, que mal padre.
La quimera sisea mientras se pone de pie, claramente lista para el ataque.
Lo que faltaba.
Ignorando su brazo vendado, desata la lanza entre su mano buena y aunque será mucho menos efectiva sin ambas manos; bueno, supone que debe intentar.
—Will toma a Potter, el hilo me lleva más adelante, así que sigan el camino y en unos momentos los alcanzo —dice con una clara tranquilidad que no siente, puede que esa fuera la salida, o puede que los llevara a otra cámara antes de su destino final.
Will lo mira como si fuera un idiota, Potter parece compartir su opinión y Draco salta a la lucha.
¿Estúpido?
Totalmente.
¿Quiere verse genial?
Odia admitir que sí.
La quimera es rápida y para su poca sorpresa escupe fuego, porque claramente las quimeras tienen que escupir fuego, como si ser grandes con garras no fuera suficiente. Esquiva la llamarada con poca distancia, salta sobre esta con ayuda de la lanza y apenas puede girar para esquivar una de sus garras. La idea era verse genial, pero solamente está luchando para mantenerse con vida.
Diferencias entre una quimera y un hombre lobo.
Las quimeras eran peores.
Mucho más si no tienes una mano útil.
Maldice la idea de una operación en su futuro, sujeta la lanza con ambas manos y aunque siente el ardor de su brazo vendado incrusta con fuerza la lanza en una de las patas delanteras de esta. Ve a la quimera sisear de dolor, intentar morderlo, Draco saltando sobre su lomo a duras penas. Usa la magia para atraer su lanza, la quimera intenta sacarlo de su lomo; Draco rápidamente pasa la lanza que espera no se derrita (porque era de Aquiles y eso debe significar que es resistente) sobre las fauces de la bestia.
—¡Corran! —sisea mientras contiene a la bestia a duras penas, puede ver como por el otro lado del pasillo Will pasa empujando prácticamente a Potter.
Para ser alguien que ha luchado tanto, parece tan perdido que sería gracioso, si no estuviera al borde de morir o perder un brazo.
Will se asegura de empujar a Potter antes de voltear a la Quimera, Draco quiere gritarle que es un idiota por no irse, pero este solamente toma una gran cantidad de aire.
Y grita.
Fuerte.
La quimera se encoge, mientras Draco también cae al suelo, sujetando ambas manos contra sus oídos ante el sonido supersónico que acaba de lanzar Will. Su brazo duele por el esfuerzo, pero a pesar de lo aturdido que se siente y el fuerte dolor de cabeza, se abalanza contra Will para comenzar a correr fuera de ese lugar. Potter frente a ellos parece haber sido más afectado por el grito de Will y ambos deben arrastrarlo, antes de saltar fuera del pasillo.
Sorpresa.
Cuando cae sobre el pasto, gruñendo de dolor, la mirada de Lavender Brown solo le hace sonreír antes de desmayarse.
.
.
En el otro extremo de la estancia había una criatura monstruosa subida a un estrado reluciente. Tenía el cuerpo de un enorme león y cabeza de mujer. Habría resultado linda tal vez, pero llevaba el pelo pegado al cráneo, recogido en un moño inflexible, y se había puesto demasiado maquillaje, de manera que me recordaba a la profesora de música de tercer curso. Tenía prendida en el pecho una insignia con cinta azul que tardó unos segundos leer: «¡ESTE MONSTRUO HA SIDO DECLARADO EJEMPLAR!»
—Esfinge —gimoteó Tyson.
Annabeth se adelantó para seguirla, pero el monstruo dio un rugido y le mostró los aguzados colmillos que albergaba en su boca, por lo demás de aspecto normal. De inmediato, descendieron unos barrotes y bloquearon ambas salidas: la de su espalda y la que tenían enfrente.
Entonces el gruñido del monstruo se convirtió en una sonrisa radiante.
—¡Bienvenidos, afortunados concursantes! —dijo—. Prepárense para jugar a... ¡RESOLVER EL ENIGMA!
Resonaron unos aplausos enlatados desde el techo, como si hubiese unos altavoces invisibles. Los focos hicieron un barrido por toda la estancia, reflejándose en el estrado y confiriendo a los esqueletos un resplandor de discoteca.
—¡Premios fabulosos! —proclamó la esfinge—. ¡Supere la prueba y le tocará avanzar! ¡Fracase y me tocará devorarlo! ¿Quién va a ser nuestro próximo concursante?
Annabeth tomó del brazo a Percy
—De esto me encargo yo —susurró—. Ya sé qué va a preguntar.
Subió al podio del concursante, sobre el que se encorvaba aún un esqueleto con uniforme escolar. Ella lo quitó de en medio de un empujón y el esqueleto se desplomó en el suelo con estrépito.
—Perdón —le dijo Annabeth.
—¡Bienvenida, Annabeth Chase! —aulló la bestia, aunque ella no había dicho su nombre—. ¿Está lista para la prueba?
—Sí —declaró—. Dígame su enigma.
—¡Son veinte enigmas, de hecho! —respondió alegremente la esfinge.
—¿Cómo? Pero si en los viejos tiempos...
—¡Hemos elevado el listón! Para pasar, debe demostrar su habilidad en los veinte. ¿No es fantástico?
Los aplausos resonaban y se apagaban bruscamente, como si alguien fuera abriendo y cerrando un grifo.
Annabeth miró a Percy y Nico, nerviosa. Percy le dirigió un gesto con el puño para animarla.
—De acuerdo —contestó a la esfinge—. Estoy lista.
Resonó desde el techo un redoble de tambor. Los ojos del monstruo relucían de excitación.
—¿Cuál es... la capital de Bulgaria?
Annabeth arrugó el ceño.
—Sofía —dijo—, pero..
—¡Correcto! —Más aplausos enlatados. La esfinge sonrió tan abiertamente que volvieron a verle los colmillos—. Asegúrese por favor de marcar su respuesta claramente en la hoja de examen con un lápiz del número dos.
—¿Cómo? —Annabeth parecía perpleja. Enseguida apareció ante ella un cuadernillo y un lápiz perfectamente afilado.
—Asegúrese de que rodea cada respuesta sin salirse del círculo —dijo la esfinge—. Si ha de borrar, borre totalmente o la máquina no será capaz de leer sus respuestas.
—¿Qué máquina? —preguntó Annabeth.
La esfinge señaló con la zarpa. Junto a uno de los focos había una caja de bronce con infinidad de palancas y con la letra griega éta en un lado: la marca de Hefesto.
—Bueno —prosiguió la esfinge—, siguiente pregunta...
—Un momento —protestó Annabeth—. Aquello del animal que camina a cuatro patas por la mañana... ¿no va a preguntármelo?
—¿Disculpe? —dijo la esfinge, ahora claramente irritada.
—El enigma sobre el hombre. Camina a cuatro patas por la mañana, como un bebé; con dos a mediodía, como un adulto, y con tres por la tarde, como un viejo con su bastón. Ese es el enigma que planteaba siempre, ¿no?
—¡Y por eso justamente cambiamos la prueba! Porque los concursantes ya se sabían la respuesta. Bueno, segunda pregunta, ¿cuál es la raíz cuadrada de dieciséis?
—Cuatro —respondió Annabeth—, pero...
—¡Correcto! ¿Qué presidente estadounidense firmó la Proclamación de Emancipación?
—Abraham Lincoln, pero...
—¡Correcto! Enigma número cuatro. ¿Qué...?
—¡Un momento! —gritó Annabeth.
Draco habría querido decirle que dejara de quejarse. ¡Lo estaba haciendo muy bien! Tenía que limitarse a responder a las preguntas, pero su amiga era demasiado sabelotodo para eso.
Vivir una vida tranquila.
No.
Annabeth era hermosa, pero una gran idiota cuando quería serlo.
—Esto no son enigmas —alegó.
—¿Cómo qué no? Claro que lo son. Estas preguntas han sido diseñadas especialmente...
—Son sólo un montón de datos estúpidos, escogidos al azar. Se supone que los enigmas han de obligarte a pensar.
—¿A pensar? —La esfinge frunció el ceño—. ¿Cómo se supone que voy a evaluar si es usted capaz de pensar? ¡Qué absurdo! Bueno, ¿qué cantidad de fuerza se precisa...?
—¡Basta! —insistió Annabeth—. ¡Esta prueba es una idiotez!
—Hummm, Annabeth —intervino Grover, nervioso—. A lo mejor lo que deberías hacer es, ya sabes, terminar primero y protestar después.
—Soy hija de Atenea —alegó ella—. Y esto es un insulto a la inteligencia. No pienso responder a esas preguntas.
Los focos nos deslumbraron con su brusca intensidad. Los ojos negros del monstruo destellaban.
—Entonces, querida, si no pasa, fracasa. Y como no podemos permitir que ningún niño se quede atrasado, ¡será DEVORADA!
La esfinge mostró sus colmillos, que relucían como si fueran de acero inoxidable, y dio un salto hacia el podio.
Todo se volvió oscuro y Draco fue expulsado como espectador.
.
.
Cuando volvió a despertar lo hizo con un dolor de cabeza, pensaba que su amiga era una idiota si ese sueño significaba algo, sus amigos están en problemas, como siempre. Al intentar levantarse, no se sorprende estar en la enfermería o sentir un ardor en su brazo. Michael y Quirón que parecían estar a unos metros rápidamente están sobre él para revisarlo. No está seguro de querer saber sobre la operación, pero hay hilos y su brazo fue abierto; la magia es mucho mejor en estos casos, pero por ahora solo piensa en cómo explicarle a su madre esto sin que se vuelva loca.
Mejor no decirle.
Decide rápidamente.
Un pequeño e inofensivo secreto, como muchos otros.
La ambrosía parece volver a hacer efecto aquí, así que la recuperación no sería tan larga.
—Will nos contó, sobre todo, pensé en castigarlo, pero ahora ocupamos a todos los héroes disponibles. También me contó sobre tu acompañante mortal, aunque el que entre a este campamento significa que puede que tenga algo más que mortal en su interior; o tal vez las entradas al laberinto funcionan diferente.
No sabe qué decirle.
¿Qué es un hombre lobo?
¿Los magos son descendientes de Hécate?
¿Qué es San Potter?
Quirón parece feliz de verlo, así que rápidamente es dejado libre con un cabestrillo que se espera no tenga que utilizarlo al finalizar el día. Michael no parece feliz de dejarlo ir, pero Quirón camina con él escuchando parte de lo que han encontrado en el laberinto.
Parece que el consejo no está feliz con Grover, ya ha pasado la fecha, pero eso no es lo importante ahora.
Todos podrían estar en peligro y aunque Draco solo quiere entrar en el laberinto para buscar a sus amigos, Quirón le indica que es mejor recuperarse antes de una locura y que está a cargo de la lección de lucha de la mañana siguiente.
Porque lo había prometido.
Maldita sea.
—Draco. —La voz de Lavender es un bálsamo para su corazón, aunque al ver que camina al lado de Potter, quien parece admirarlo intensamente en su brazo, desanima un poco—. Me alegro que estés bien, Will parecía triste de que no lo dejaran dentro de la cirugía, pero fue el primero en decirnos que estabas mejor —habla con la mirada preocupada.
Draco sonríe ligeramente, antes de ver a Potter.
—¿Qué? —pregunta a la defensiva, saltando por cualquier movimiento de algún campista a lo lejos.
Idiota.
—Le expliqué un poco sobre… todo, ustedes parecen explicarle lo básico, pero ya sabes, no hablar del colegio parece ser lo que más le cuesta —admite Lavender de brazos cruzados, pero Potter parece un gato arisco muy lejos de su terreno.
No puede culparlo, fue enviado a este mundo de golpe y la primera vez que Draco estuvo en esto, también se había sentido perdido.
Suspira moviendo su otro brazo cansado.
—Bienvenido al campamento mestizo, Potter. Sé que las cosas no son como queremos, pero aquí estás a salvo —dice de forma apaciguada, pero Potter solamente lo mira de forma aún más desconfiada.
Maldito ingrato.
—Parece pensar que todo es un sueño extraño, no confía en nada aquí —añade Lavender, ganando la mirada de Potter.
Le resta importancia.
—Actúas raro, incluso más raro que antes, todos ustedes… es demasiado —farfulla con cansancio Potter y Draco solamente asiente.
Lo entiende, mejor que nadie, solo que no tiene tiempo para esto. Quirón tomó un descanso para hacer la cirugía, pero hay un campamento que preparar para una inminente lucha que podría pasar en cualquier momento si Luke encuentra la entrada.
Van a luchar.
Quisiera llevarse a Potter lejos de aquí, pero lo necesitan.
—No te apartes de Lavender, ella puede cuidarte, es mi mejor alumna —habla con seriedad. Ambos parecen querer quejarse, pero Draco le da una mirada a Lavender que la hace hacer un puchero y cruzarse de brazos—. Quirón quiere que de una clase mañana para los chicos nuevos, tengo que hablar con Clarisse, podría ser de ayuda ya que no se si mi brazo funcionara mañana; por ahora Potter está en el campamento y ocupa protección —afirma Draco ignorándolo a ambos para caminar al otro lado del campamento.
Se siente cansado y con sueño, pero hay mucho que hacer.
Se sorprende del rostro de los hermanos Stoll, quienes rápidamente se reúnen con él para hablar de ideas, no había notado hasta ahora que la gente confiaba tanto en él; también querían preguntar por Potter. Cuando les dijo quién era, ellos parecen hacer la misma mirada que Nico o Annabeth o incluso Will.
—Eso tiene sentido —dicen ambos al mismo tiempo.
No, nada tiene sentido maldita sea.
Dejen de decir eso.
Continuará…
Harry por el momento parece una pelota rota que es pasado de uno a otro mientras una lucha esta por delante de ellos. Draco no paso todo el laberinto y está de regreso en el campamento, hay muchas cosas que tienen que pasar por ahora.
Me encanta Draco queriendo lucirse frente a Potter de forma inconsciente.
Ahora tiene un vínculo con Nico, a la fuerza que lo desgasto más de lo que estaba, pero ya se está recuperando.
Mi cosito.
Espero disfruten los siguientes capítulos, porque se vienen cosas muy chungas para Drakito.
