Notas del autor

Ufff por fin salió el quinto capítulo, lo siento sé que me demore un poco más, pero fueron más cosas externas que internas, ahora respondiendo a los comentarios de Paolo GUtarra Hola gracias por pasarte por otra historia mía, y si jajaja es un ship bastante raro pero por alguna razón siempre me había llamado la atención y gracias espero te siga gustando, ahora si sin más que decir espero que lo disfruten.

A por cierto cualquier review constructiva es bien recibida :).

Declaimer: no me pertenece ningún personaje de Little witch Academia, esto sencillamente lo hago pa divertirme.

Capítulo V

Dubias ac Iudiciis

'¿Por qué había hecho eso?'

Fue lo primero que le vino a la cabeza al siguiente día por la mañana, y es que, sumado el sentimiento obviamente extraño en su pecho y a la reacción que había tenido el otro día al ver a Akko llorando, esa noche tuvo un sueño en el que la pequeña japonesa era protagonista.

'Y ahora estoy soñando con ella, ¿qué me está pasando?'

'¿Por qué estoy teniendo estas sensaciones?'

'¿Será que …?'

'No. Imposible. No puede ser Akko.'

'Espera un segundo, ¿Acaso me gustan las chicas?, desde cuándo o solo será ella'

Y así siguió en letargo mientras miraba al techo de su cuarto, esperando a que algo o alguien apareciera a darle las respuestas que necesitaba que de verdad anhelaba en este momento, pero eso obviamente nunca llegó.

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"¡Hannah!" era Barbara que la estaba llamando, y volteando a mirarla dejo que la chica continuara "¿Vas a ir a clases o no?, Diana ya salió y solo nos quedan cuarenta minutos para comer algo"

'¿Ir a clases?'

"Barbs, ¿de que estas hablando?, si es sábado" la pelinegra apenas escucho lo que salía de su boca la miro con una mirada totalmente desconcertada y caminando hacia la puerta dijo "Mira hacia tu derecha, te espero en el comedor con Diana" haciéndole caso miro su mesa de noche y claramente en su calendario mágico decía -LUNES- dejándola de nuevo en trance.

Cuando ya las cinco palabras habían quedado grabadas en su cabeza, de un salto salió de la cama y corrió hacia el baño.

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"Argh, todo esto es tu culpa, Akko" decía en voz alta mientras guardaba su muñequera por si le dolía la mano.

Cuando ya vio que todo estaba empacado, miro el reloj y vio que aún le quedaban veinticinco minutos para comer algo, así que apurando el paso salió de la habitación directa al comedor.

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Caminando ya por el pasillo, a un paso bastante rápido fue que divisó a cierto trío de brujas que iban en su misma dirección.

"Akko, la próxima vez te vamos a dejar, como es posible que tardes tanto en arreglarte" reprochaba una bruja de cabellera naranja

"Ugh, si esto pasa de nuevo te verteré una poción venenosa por la garganta cuando estés dormida" amenazaba ahora una bruja de aspecto intimidante.

"L-lo siento chicas, pero en verdad no fue mi culpa" respondía una bruja un poco desaliñada tal vez debido a que se había parado en apuras.

"Entonces ¿de quién más va a ser?" preguntaba Sucy con un tono de sospecha.

"E-es de…" Y cuando Akko iba a terminar de responder sus miradas se cruzaron, ojos color carmesí y carbón se entrelazaron y un pequeño brillo empezó a surgir en ellos.

En un segundo Hannah vio como la japonesa dejaba de lado la conversación que estaba teniendo, y salía corriendo hacia ella gritando su nombre "¡Hannah!" sintió como unos brazos la rodeaban con fuerza y la apretaban de manera cariñosa, si es que se podría decir de esa forma.

Mientras ellas dos estaban en el acto, Hannah vio por encima del hombro cómo, Sucy y Lotte las miraban y podía jurar, que nunca las había visto tan sorprendidas, pero como las podía culpar, si hasta ella misma no se esperaba semejante acción por parte de Akko, de hecho, era incluso extraño porque en ese instante que la vio corriendo hacia ella parecía como si la Akko de siempre hubiera vuelto, como si esa herida que ella estaba segura seguía abierta se hubiera empezado a cerrar.

Volviendo ya a su realidad, observo como la chica se iba alejando un poco de ella, para poder hablarle "¿Por qué estás aquí?" preguntaba mientras se acomodaba un mechón de pelo con la mano "A!, ya se, seguro también te quedaste dormida, ¿cierto?" Hannah solo pudo asentir, y mientras miraba a la chica, unas ganas irresistibles de abrazarla le empezaban a surgir del pecho 'Dios, como puede ser tan tierna'

"Y…, como sigues de la muñeca, ya te sientes mejor" continuaba la chica mientras la tomaba delicadamente de su mano derecha, otra cosa que definitivamente hizo derretir su corazón.

Tomando todas las fuerzas que le quedaban respondió "Sí, Akko me siento mucho mejor, gracias, aunque a veces me duele, pero solo me coloco la muñequera y se me pasa" viendo como la peli café asintió dando a entender que su respuesta había sido satisfactoria, aprovechó el momento de silencio que siguió para preguntar "Y tu?, ¿también te levantaste tarde?" asintiendo para después rascarse la cabeza en son de nerviosismo continuo "S-si, aunque Lotte y Sucy me esperaron, para no tener que salir sola, ya sabes" ya dando el tema por zanjado y con un sentimiento evidente de incomodidad al no saber de qué más hablar fue que Akko le sugirió algo "A-a um Hannah, quieres ir con nosotras a desayunar, s-solo si quieres, después de todo Barbara y Diana te deben estar guardando algo"

Pensando seriamente la propuesta, y asumiendo que seguramente Barbs y Diana ya estarían de camino al salón asintió mientras decía "Sí, sí quiero, además no te preocupes por ellas dos, seguramente ya estarán de camino a clase"

Y así partieron las cuatro chicas, ante una evidente confusión de Lotte y Sucy que seguramente Akko tendrá que explicar más tarde.

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Llegando ya al comedor, por suerte para las chicas todavía estaban sirviendo comida, Hannah antes de recoger su plato revisó el lugar usual en donde siempre se hacía con sus dos amigas, y viendo que ya no había nadie ocupándolo, siguió por el buffet para escoger algo de comer.

Digamos, que debido a la hora, y a que las clases estaban a punto de empezar no había mucho que escoger, solo un poco de lo que parecía ser papa con huevo, algunas salchichas que sobraban con un pedazo de pan y una taza de café, no estaba mal pero era muy inusual que ella comiera todo esto a esta hora pero no había de otra.

Sentadas ya en la mesa, las cuatro empezaron a degustar su comida con tranquilidad. El ambiente por extraño que parezca era muy suave, y eso era lo que no cuadraba, ya que, si retrocedemos en el tiempo, lo que estaba ante sus ojos seguramente era imposible, si las cosas hubieran seguido como siempre probablemente ella estaría encima de Akko lanzándole toda clase de insultos existentes mientras la chica respondía de la misma manera.

Tomando ya un poco de su taza de café, desvió su mirada hacia dicha chica que estaba a su lado, su postura era más rígida de lo normal y qué decir de la forma en que comía, era totalmente diferente de hecho se podría decir que era un poco más refinada, ya no jugaba con la comida, pero, eso sí, charlaba animadamente sin dejar de lado ciertos modales.

Con esto Hannah se dio cuenta de algo, y es que era evidente que desde que sufrió el rechazo Akko había cambiado, ya no era la misma chica alborotadora de antes, pero no apartaba ciertas acciones que la definían como era, eso se vio cuando se encontraron en el pasillo.

Se podría decir que se estaba reconstruyendo poco a poco.

Y ella quería ser parte de eso, no sabe en qué momento, pero ya lo había decidido, no importaba lo que dijeran sus padres o Diana o Barbara o cualquier otra persona de su alrededor, Hannah estaba dispuesta a darlo todo por esta pequeña japonesa.

Y ¿por qué? ¿No era demasiado rápido?

Bueno que se puede decir, así son los sentimientos llegan de la nada y en cualquier momento.

Y aunque ella es consciente de que su mente lo quiera negar, su corazón ya lo sabe.

Por extraño que parezca se había enamorado de Atsuko Kagari.