Notas del autor
Hola gente hace un mes que no nos veíamos, bueno de mi parte no hay nada que decir solo agradecer a los que aun leen el fic y esperan un próximo cap con anticipación, e aquí el cap 18 que lo disfruten. O y gracias por el comentario de verdad lo aprecio eso es lo que me llena a seguir escribiendo la historia.
Cualquier review constructiva es más que bienvenida.
Declaimer: no me pertenece ningún personaje de Little Witch Academia, esto sencillamente lo hago pa divertirme.
Capítulo XVIII
Abrumpi
Estaba parada frente a la salida del terminal de Londres, impaciente por encontrar a esa persona que, por su propia estupidez, la había llevado a tener ciertas situaciones que, cuanto menos, eran incómodas. Mirando al cielo iluminado por las pocas estrellas visibles, respiró profundamente y soltó todo ese estrés, pues la noche prometía ser larga.
Divisando una característica coleta corta, vio que la chica por fin había llegado. Detrás de ella cargaba una mochila, tal vez con muda de ropa, pues seguramente no sabía cuánto tiempo iba a estar en la ciudad, y ella nunca le había dicho el tiempo.
Dando pequeños pasos hacia adelante para encontrarse con su novia, Hannah se dio cuenta de cómo la chica, al conectar con su mirada, salía corriendo hacia ella y, casi derribándola, la abrazaba diciendo, "Hannah, te extrañé tanto." Ella, sorprendida por la emoción con la que la chica la había recibido, se tomó su tiempo para devolver el gesto. Una vez que la energía había vuelto a su cuerpo, la rodeó con ambos brazos y respondió de igual forma.
"¿Viniste después del partido?" preguntó Akko, y ella, mirando un poco confundida, preguntó, "¿Por qué lo dices, Akko?" La chica, devolviendo la sonrisa y agarrándole la mano, dijo, "Llevas puesta la camiseta del equipo." Ella, mirando hacia abajo, notó que por debajo de su chaqueta estaba asomándose el escudo del Arsenal.
"Oh no, no, después del partido fuimos a almorzar algo y después nos dirigimos de nuevo a casa. Solo que, con todo lo que había pasado, no vi la oportunidad de cambiarme," le dijo mientras empezaban a dirigirse hacia el coche, y Akko simplemente la seguía charlando animadamente.
Cuando ya habían llegado al parking y encontrando el coche, fue que se dio cuenta de que el primer desafío del día estaba servido: presentarle a Akko a su hermana. Y mientras veía a la joven adulta recostada en el capó del Mercedes, un pequeño frío le recorrió la espalda. Sarah, por su lado, levantó la mirada al escuchar las voces acercándose, miró primero a Akko y luego volvió a mirar a Hannah, que cada vez se veía más pequeña. Sin dudarlo un minuto, preguntó, "¿Y tu novio?" Hannah, al escuchar esto, saltó un poco y, mirando de nuevo a Akko, respondió, "Sarah, te quiero presentar a mi novia, Atsuko."
Cuando esas palabras salieron de su boca, vio cómo su hermana abría los ojos a tal extremo que podía jurar que casi se le salían. "¿Espera un segundo, novia? ¿Eres lesbiana?" Y ahí había caído la bomba. La verdad es que nunca les había mencionado a ninguno de sus familiares que Akko era una chica y, aunque sabía perfectamente que fue un movimiento totalmente estúpido de su parte, Hannah tenía la corazonada de que nada malo ocurriría, o eso esperaba.
"Yo n-no s-se…" Su hermana trataba de decir algo coherente, sin embargo, nada podía salir de su boca. Hannah, volteando a mirar a Akko, vio cómo esta se estaba empezando a acercar a ella y tomándola de la mano la apretó fuertemente, como si tratara de buscar un refugio.
"¿Sarah?" preguntó, intentando sacar de su estupor a su hermana. La mayor, notando cómo Atsuko se escondía detrás de Hannah, simplemente tomó un respiro profundo y mirando a la japonesa a los ojos dijo, "Un gusto."
"I-igualmente," escuchó decir a la pequeña chica.
Decidiendo que era buen momento para partir ya hacia casa, Hannah se acercó al auto y tomó el puesto del copiloto. Akko, por su lado, se sentó en la parte de atrás y Sarah, siendo la conductora, tomó el puesto delantero. Durante el trayecto, aunque al principio el ambiente que se generaba era realmente desastroso, vio cómo su hermana empezaba a intentar pequeños acercamientos con la japonesa, y a medida que se iba rompiendo el hielo, todo iba tomando su lugar. Las bromas y comentarios sarcásticos típicos de Sarah no hacían sino sacar una sonrisa de la japonesa, algo que aliviaba a Hannah de sobremanera.
Ya acercándose a su hogar, Hannah notó cómo unas pequeñas mariposas iban naciendo en su estómago, pues aunque con su hermana había salido todo bien, no tenía idea de qué sucedería con sus padres. Aparcando el auto y saliendo primero de él, Sarah se adelantó y entró al lugar. Mientras tanto, Akko y Hannah no se movían de su puesto. La japonesa, siendo la segunda en salir, esperó a que Hannah saliera del auto. Cuando por fin la inglesa se había llenado de valor, abrió su puerta y, justo cuando había tocado el pavimento con sus dos pies, fijó su mirada en la peli café.
Dentro de esa mirada se encontraban muchas cosas, entre ellas varias preguntas que seguramente serían hechas en unos minutos, y muchas más emociones que no podía descifrar en el momento.
Caminando una al lado de la otra, se alcanzaba a oír un poco de ruido proveniente del interior del hogar. Tomándose una última vez de las manos, se dieron un apoyo mutuo y entraron al lugar. Hannah, sabiendo dónde se encontraban sus padres, caminó directamente a la cocina. Al acceder a dicho lugar, vio cómo su padre estaba comiendo un sándwich mientras su madre le preparaba algo a Emma, que estaba justo en la isla dibujando algo en un cuaderno.
Cuando los dos adultos posaron su mirada en las chicas, sus nervios se triplicaron y sintió un nudo en la garganta que nunca en su vida había experimentado. "Oh, Hannah, ya volviste. ¿Dónde está ese chico que te tiene tan enamorada?" dijo su madre, que solo la miraba por el rabillo del ojo, pues estaba de espaldas. Su padre, por otro lado, miraba entre ella y Akko y parecía que estaba entendiendo las cosas bastante rápido.
"Hola, mamá, hola, papá," fue lo que pudo salir de su lengua mientras jugaba con sus manos.
"¿Quién es ella?" preguntó la pequeña que había levantado la mirada de su dibujo y había notado la presencia de Akko al lado de Hannah.
"Ummm, ella es Atsuko, mi novia," salió su respuesta en un susurro pero bastante claro para que los que estaban allí lo escucharan.
"¿Novia?" salió de la boca de Emma un poco confundida.
"Cough, cough," era su padre que se había atragantado con el sándwich, mientras su madre se había quedado quieta sin decir nada a cambio. De pronto, de la nada, se asomó una cabeza por el pasillo por donde ellas habían entrado y la voz de un chico se escuchó "Mamá, ¿dónde dejaste mi camiseta naranja? La necesito para mañana."
Dándose cuenta de las dos nuevas presencias en la casa, el chico simplemente miró a Hannah y la saludó. "Hola, Han," y volteando a ver a Akko, de inmediato hizo clic en su cabeza: "Oh, así que no era un chico, sino una chica. Cool." Hannah, que se sentía atrapada en esas cuatro paredes, respiró un poco con el comentario de Oliver. "¿Y cómo se llama tu novia?" Hannah, que seguía tratando de acomodarse un poco, respondió, "Atsuko."
"Lindo nombre," respondió mientras Akko hablaba por primera vez, agradeciendo, "Gracias."
"Entonces, mamá, ¿sabes dónde está?" preguntaba de nuevo el joven, que ya le había restado importancia a su hermana y a Akko. No obstante, la madre, sin ponerle un mínimo de atención a su único varón, miró directamente a Hannah y a Akko y con un tono claro y fuerte dijo lo siguiente
"Tenemos que hablar."
