Notas del autor
Uff no se hace cuanto no nos veíamos creo que tan solo unas semanas bueno es de mi agrado decirles que aquí está el siguiente cap disfrútenlo, me encantaría saber cómo ven la historia de momento les gusta, bueno sin molestarlos más que lo disfruten.
Cualquier review constructiva es más que bienvenida.
Declaimer: no me pertenece ningún personaje de Little Witch Academia, esto sencillamente lo hago pa divertirme.
Capítulo XIX
Introductio
Todo había sido en un dos por tres. Después de esa llamada con Hannah, Akko se dispuso a alistar una pequeña maleta con distintos cambios de ropa, además de, obviamente, sus productos esenciales para asearse. Después de ello, le mencionó todo a Lotte, que aún no se había ido, y esta quedó igual de sorprendida. Sin embargo, al rato no le puso mayor importancia y siguió leyendo.
'Seguramente lo de visitar a sus padres era todo una mentira,' pensó Akko mientras seguía revisando su maleta. En las últimas horas que le quedaban antes de partir a Blytonbury, arregló su cama, su escritorio un poco, y salió corriendo de Luna Nova.
Todo el trayecto hacia Londres fue bastante rápido, no hubo ningún contratiempo y lo único que la carcomía eran los nervios y la emoción de ver de nuevo a Hannah. Llegando a la estación y encontrándose con la chica, le dio un fuerte abrazo y partieron directamente al parking por el auto. Ahí fue donde conoció a la culpable de todo lo que estaba pasando en ese momento. Sarah, la hermana mayor de Hannah, era una chica alta con cabello negro y un rostro muy parecido al de su novia, solo que era un poco más fino en algunos aspectos. Tal vez tomó más genes de su madre, mientras que Hannah no. Sin embargo, decir que no era hermosa era una falta de respeto en toda la palabra.
De ahí, el comienzo de la amistad fue un poco agitado, aunque se fue diluyendo a medida que el viaje al hogar de Hannah tomaba lugar. Cuando aparcaron el auto, fue que la segunda sorpresa del día tuvo lugar: la casa de Hannah, como era de esperarse, era imponente. No era la típica mansión que uno esperaría ver ya que era zona urbana. Sin embargo, desde la puerta hasta los respectivos pisos que se apreciaban desde afuera con su típica arquitectura europea daban a entender el estatus de la gente que vivía en estos barrios.
Entrando al hogar siguiendo a su novia todo el tiempo, Akko detalló todos los aspectos que podía ver a su alrededor. Sin embargo, al entrar a lo que parecía ser la cocina, fue cuando todo empezó a tomar un vuelco que la llevaría a la situación en la que se encontraba en este momento.
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Estaba sentada en el comedor junto a Hannah. Frente a ellas se encontraba el hermano de Hannah, Oliver, que en una descripción rápida era la viva imagen del papá de Hannah: un hombre alto de cabello negro, con un cuerpo robusto pero no exagerado, y un rostro, digamos, atractivo. Él era sencillamente su versión adolescente. Oliver se encontraba con una switch en sus manos, mientras que a su derecha estaba Sarah, que de igual forma estaba con su celular distrayéndose. A su izquierda estaba la más pequeña de la familia, que seguía concentrada en su dibujo mientras devoraba sin piedad un pequeño tazón de galletas. En la silla principal del comedor se encontraba la madre de Hannah, que con un rostro serio las miraba constantemente. Del otro lado de la mesa estaba el papá de Hannah, que tenía las manos sobre el rostro.
Pasando lo que parecían ser unos cuantos minutos, finalmente los adultos se dispusieron a hablar.
"¿Sabes lo que estás haciendo, jovencita?" Akko escuchó decir a la mujer mayor mientras Hannah, por debajo de la mesa, le apretaba con fuerza la mano.
"Hija, ¿esto es en serio?" decía ahora el padre de Hannah, que había dejado de taparse el rostro con las manos y las miraba con una expresión confusa.
"Mamá, papá… yo…" se atragantaba Hannah mientras algunas lágrimas asomaban por sus ojos.
"Te lo dije, James, te lo dije repetidas veces que no la enviaras a una escuela solo de mujeres," decía la mujer ahora dirigiendo su rabia hacia su esposo.
"No me vengas con eso, Elizabeth. ¿A dónde más iba a ir? ¿O es que existe una escuela de brujería mixta?" respondía el hombre con igual fervor.
Mientras tanto, Akko, que no sabía cómo estaba aguantando este ambiente, miraba a su lado donde su novia, que a diferencia de ella, ya no podía contener sus lágrimas y mientras pequeños sollozos salían de su boca, los contenía mordiéndose los labios.
Viendo esto, Akko no pudo más. Hannah lo era todo para ella. Cada maldito segundo que le había dedicado para salir de esa depresión, cada respiro que dio a su lado para darle un nuevo propósito y salir adelante, todo eso se lo había dado la chica que estaba a su lado, nadie más. Y llenándose de valor, abrió la boca y dijo, "Señora Elizabeth y señor James, ¿me permitirían hablar?"
Las dos personas, que ya estaban escalando a los gritos, voltearon a ver a la japonesa al tiempo. Al darse cuenta del estado de su hija, los dos enmudecieron de inmediato y, tomando un respiro, esperaron a que la chica hablara.
Akko, tomando el bastón de la conversación, empezó a hablar. "Sé que, debido a esta confesión y a su inmediata reacción, ya se nos mostró de manera clara el apoyo que nos darán en un futuro, a Hannah y a mí. Sin embargo, hay algo que quiero decir antes de que me retire de su hogar," y dando una pequeña pausa, continuó. "Su hija Hannah England lo es todo para mí. Ella es la razón por la que seguramente sigo funcionando como un ser humano normal al día de hoy. Ella fue la luz que me iluminó en la oscuridad de mi mente, ella fue quien me dio un nuevo propósito en mi vida. Con su aprobación o no, les puedo jurar que haré todo lo posible por que ella sea feliz, porque la amo. Sin más que decir, me disculpo por la intromisión."
Y finalizando con eso, volteó a mirar de nuevo a Hannah, que la miraba desconcertada. Le dio un último apretón de manos, acompañado de un beso en la mejilla, para después pararse y empezar a caminar hacia la puerta.
Cuando salió del comedor principal y empezaba a acercarse ya a lo que era la entrada del hogar, escuchó cómo detrás de ella unos pasos rápidos se acercaban y la tomaban del brazo. Al voltearse, vio que era Hannah, que con determinación en los ojos, le dijo, "Voy contigo."
Akko abrió los ojos y, mientras escuchaba cómo más pasos venían provenientes del pasillo del comedor, dio media vuelta rápido y salió corriendo junto a Hannah del lugar.
