Aclaraciones. Me leí el cómic de Absolute Superman y desde ahí ni pude sacarme la idea de la mente.
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--Bitácora de la nave.-- Una voz robótica y sin emociones dijo mientras las luces de una pequeña nave de un solo tripulante se encendía. --Ciclo 34. He dejado de recibir señales de auxilio probenientes de Krypton... La ruta preestablecida a sufrido una ligera variación debido a fuerzas desconocidas.--
En el vasto y solitario vacío del universo, una pequeña nave que parecía que se destruirá con cualquier golpe navego sin un rumbo aparente.
--He logrado guardar la suficiente energía para un último hipersalto. Pero eso compremeteria mis demás funciones.-- La voz incorpora dijo mientras la nave tembló brevemente. --Anlisando los signos vitales de Kal-El, y la propia durabilidad de la cámara de criogenizacion Kal podra soportar gran parte de la radiación aunque aún no logro cuantificar las secuelas.--
El pequeño holoproyertor, del tamaño de una moneda parpadeo un poco a medida que un joven peliverde tocia algo de sangre en su mano aunque eso no lo detuvo seguir viendo lo que la IA de su nave había guardado en la bitácora.
--Ciclo 35. He recalculado los parámetros de la trayectoria, evitando las fuerzas desconocidas que desviaron nuestro curso original. El destino sigue siendo incierto, pero la esperanza de encontrar un refugio seguro para Kal-El permanece.--
El holograma hiperrealista mostró como la nave se adentra en el vasto e incierto espacio, las luces parpadean y los sistemas de soporte vital trabajan al límite de su capacidad. --La cámara de criogenización de Kal-El continúa funcionando, aunque con signos de desgaste. Los sensores indican que la radiación ha comenzado a afectar levemente su organismo, pero aún se mantiene estable.--
Kal limpio la sangre de su mano y boca con un viejo trapo mentiras el holoproyertor mostraba otra grabación de la bitácora. Sabía que IA de la nave, diseñada para protegerlo, el mismo había ayudado a su madre a diseñarla.
--Ciclo 36. He detectado una señal débil, procedente de un sistema estelar cercano. La energía restante es limitada, y un hipersalto en esta condición podría resultar en daños irreparables. Sin embargo, esta señal podría ser nuestra única oportunidad de encontrar un lugar habitable.--
La nave tembló nuevamente, y las paredes metálicas resonaron con el eco de la incertidumbre. En su interior, la cámara de criogenización se iluminó brevemente, mostrando el rostro sereno de Kal-El.
No le pareció raro a Kal ver su propio rostro. Diariamente, casi religiosamente veía exactamente los últimos ciclos de la bitácora. La IA fue creada por su madre y para el era su esencia.
--Ciclo 37. He tomado la decisión. Activaré el hipersalto hacia la fuente de la señal. Que el destino nos sea favorable.--
El holoproyertor se apagó dando fin las últimas grabaciones de la IA que su madre había guardado.
Kal, o como se hacía llamar en este planeta Izuku solo recogio el pequeño holoproyertor, antes de guardar en su mochila el papel con el cual había limpiado su sangre.
No sabía que podían hacer estos seres con sus genes así que no se arriesgo.
El sol amarillo de este planeta era sorprendente, lo dotaba de grandes habilidades, pero al mismo tiempo lo destruirá molécula a molécula. Era sorprendente y humillante como el traje de obrero qué usaba como minero era capas de absorber gran parte de la radiación.
El símbolo que marcaba la clase más baja se la sociedad de Krypton ahora era el símbolo que lo mantenía con vida.
--¡Hey chico! Se acabó el descanso regresa al trabajo.-- Una voz masculina se escucho del otro lado de la puerta de la pequeña habitación.
Kal simplemente se colocó una playera para cubrir su antiguo uniforme de minero antes de salir de la pequeña habitación y continuar con su trabajo.
Caminando junto a él, un hombre de rasgos similares a los de un oso solo termino de comer lo último de su almuerzo mientras se dirigían a la mina.
Seguramente su madre estaría ofendida qué después de todo su esfuerzo para librarlo del curel destino se su planeta terminará siendo nuevamente un minero.
Pero realmente no sabía nada más, además de haber pertenecido a la clase más baja de Krypton, sus padres eran cruelmente sometidos por la liga de la ciencia por revelarse contra ellos y el sistema clasista y marginal que regía en Krypton y que llevo a su posterior destrucción, así que realmente no tuvo acceso a la educación salvo a la que su madre le daba en sus raros momentos libres.
Además de que sentía vacío, había perdido a su madre y padre, lo único que realmente le importaba, y estaba muriendo lentamente en un mundo desconocido.
--Izuku... Hoy vienen los de inspección ya sabes que hacer.-- Un hombre se traje dijo sin dignarse en detener su andar.
--Aun sigo sin entender como es que se arriesgan tanto solo por darte trabajo.-- Dijo el gran hombre oso viendo a Kal el cual solo empezó a flotar lentamente.
En este mundo donde gran parte se la población tenía una super habilidad no necesitó oculta sus habilidades, o almenos una de ellas.
Valar era simple, no requeria usar demaciada "energía solar" así que sus degeneración no se aceleró.
Kal se elevó por el aire, dejando atrás al hombre oso y a los demás mineros que simplemente lo vieron por un momento antes de continuar con su trabajo.
En un rincón remoto de la mina, donde las cámaras de seguridad no alcanzaban, Kal encontró un lugar para ocultarse de los sujetos de inspección. Celebrar que el planeta dio una vuelta completa a su estrella después del nacimiento no era una práctica común en Krypton, las "edades" no era algo en lo que ellos se enfocaran a pesar de ser conciderados una civilización avanzada.
Pero haciendo una rápida conversión, podría decirse que tenía cerca de 20 años terrestres, aunque su físico era el de un adolescente terrano de unos 15 años. Además de que técnicamente era un indocumentado en cualquier nación que pisara.
El tipo que dirigía esta mina había sido muy géneroso en darle un trabajo, un techo y comida prácticamente a cambio de nada.
Tomo el pequeño estuche de herramientas que tenía escondido, este pequeño hueco en la mina se había convertido en un santuario para el, un lugar al que hasta el momento era el único con acceso, lo cual le hizo sentirse seguro.
Lo restos de su nave se encontraban tirados por todas partes, gran parte se había perdido al entrar a la atmósfera, y otra gran parte se perdió en el impacto en la Tierra. Kelex, el robot que había creado en su "infancia" junto a su madre y el cual había sobrevivido se había encargado de rescatar todos los retos y ponerlo a salvo casi al instante que chocaron en la Tierra.
Aunque ahora el pequeño robot estaba inerte, su batería se habai dañado y lamentablemente no contaba con los recursos necesarios para reactivarlo.
Kal, sentado en su rincón secreto dentro de la mina, contempló los restos dispersos de su nave. Su mente vagaba entre recuerdos de su infancia en Krypton y las enseñanzas de su madre, una de las pocas personas en las que había confiado completamente. Su madre siempre le había enseñado la importancia de la perseverancia y la esperanza, incluso en los momentos más oscuros.
Sus sentidos agudisados detectaron las voces de todos dentro de la mina. Aunque su atención se centró en las más alejadas y las cuales aparentemente habían aparecido de la nada. Camino lentamente a la salida de su pequeño refugio, aún no controlo del todo las nuevas habilidades de sus ojos pero si se concentraba podría verlos.
Las paredes se empezaron a volver traslúcidas dejándole a ver a los mineros en la plataforma base, los jefes de la mina estaban junto a los supervisores y otos sujetos de traje que ni reconoció, aunque rápidamente eso también se volvió traslúcido dejándole ver el primer nivel de la mina y así sucesivamente hasta llegar a su objetivo en lo más profundo de la mina.
--Es una lástima que tantas vidas se pierdan solo por una tonta rencilla entre familiares.-- Kal escucho gracias a su superaudicion mientra veía a un hombre con rasgos similares a los de un topo el cual ponía varias bombas de gran potencia en los pilares de la mina.
A su lado un sujeto de complexión delgada no dijo nada y solo permaneció en silencio viendo al hombre topo hacer el trabajo.
Kal sintió una mezcla de rabia y determinación. Sabía que debía actuar rápido para salvar a los mineros y desmantelar las bombas antes de que fuera demasiado tarde. No podía permitir que más vidas inocentes se perdieran por conflictos ajenos.
Con un último vistazo a Kelex y al pequeño santuario que había creado, Kal se dispuso a enfrentar esta nueva amenaza. Usando su supervelocidad, llegó al primer nivel de la mina en cuestión de segundos. Su ropa se había desintegrado dejando expuesto el traje que lo mantenía con vida, el símbolo de los El brillando tenuemente al igual que las mangas y parte inferior del pantalón.
Su cuerpo empezó a billar con luz dorada, señal de su avanzado deterioro molecular. Tocio algo se sangre en su mano aunque eso no lo detuvo de observar su alrededor.
No atravesó la mina para no comprometer su estabilidad pero eso significo que estaba perdido, el eco le hacia difícil concentrarse.
--¡Izuku! ¿Que demonios haces aquí?-- uno de sus jefes dijo molesto cuando lo vio prácticamente aparecer de la nada. --Los inspectores no tardarán en llegar a este nivel. Corre a esconderte si quieres conservar tu maldito empleo.--
Kal lo ignoro y simplemente observó a su alrededor.
--¿Y que haces vestido así? ¿Acaso eres un estúpido héroe?--
Una fuerte explosión sacudió la mina tomando a todos por sorpresa y causando derrumbes en algunos túneles, pero Kal rápidamente puso a salvo a todos agrabando su deterioro molecular.
Su jefe, y demás compañeros solo lo vieron con asombro que rápidamente paso a preocupación cuando Kal se arrodillo y empezó a escupir una gran cantidad de sangre.
Kal se apoyó contra una pared, jadeando por el esfuerzo y el dolor. Sabía que no podía seguir así por mucho tiempo. A pesar de su deterioro, debía asegurarse de que todos estuvieran a salvo y las bombas desactivadas. Con cada segundo que pasaba, sentía cómo la radiación debilitaba su cuerpo, pero su determinación era más fuerte.
--¡Izuku, tenemos que sacarte de aquí!-- dijo uno de sus compañeros, acercándose con preocupación, pero Kal rápidamente lo aparto. --No puedes seguir haciendo esto.--
Kal negó con la cabeza y se levantó con dificultad. --No puedo irme aún. Hay más bombas... Debo encontrarlas...--
Nuevamente sorprendió a sus compañeros cuando de un poderoso puñetazo creo un túnel directamente hacia la salida., el ángulo lo haría algo difícil de escalar, pero no imposible.
--Salgan por aquí. Buscaré las bombas.--dijo Kal sin dar oportunidad a la réplica. Usando su visión de rayos X, Kal escaneó la mina una vez más.
--No te dejaré aquí niño. Tu sales con nosotros.-- Su jefe dijo, preocupado por el claro estado de deterioro de Kal. Su piel parecía estar agrietandose mientas la sangre seguía saliendo de su boca.
Kal simplemente lo ignoro y siguió concentrandose en encontrar nuevamente a los atacantes.
--Eres un imbécil. Tienes suerte que pude usar mi quirk antes de que nos alcanzará la explocion.-- Kal distinguio al hombre delgado que aparentemente salió de una especie de portal junto al hombre topo. --Apurate a colocar las demás bombas antes de que vengan a investigar.--
Kal solo vio como el hombre topo empezó a manipular varias de las bombas. --Areglare esto, solo necesito incrementar la potencia de esto. Que el jefe después se preocupe por hacerlo parecer un accidente.--
Kal nuevamente abuso de las habilidades otorgadas por la radiación del sol amarillo y se movió a supervelocidad para llegar junto a los atacantes. Rápidamente inmovilizo al tipo de los portales.
--Esto no tiene que terminar en más violencia-- dijo Kal, con voz firme y decidida. --Ríndanse ahora, y nadie saldrá herido.--
El hombre topo gruñó y trató de activar una de las bombas pero Kal lo detuvo, sujetándole la mano con una fuerza sobrehumana. Los ojos de Kal ardían con un brillo dorado mientras lo miraba fijamente.
El hombre de los portales al ya no estar inmovilizado solo saco un blaster y disparo directo a la cabeza de Kal, pero para su sorpresa no lo hizo ningún daño.
El hombre delgado, con el blaster aún en la mano, retrocedió lentamente, visiblemente asustado por la invulnerabilidad de Kal. Mientras tanto, el hombre topo aprovechó la distracción para intentar escapar, pero Kal no se lo permitió. Con una velocidad impresionante, lo inmovilizó también, sujetándolo con firmeza.
--No te voy a dejar escapar-- dijo Kal, con una voz que denotaba su determinación. --¿Quién los envió? ¿Por qué están haciendo esto?-- preguntó Kal, buscando respuestas mientras mantenía a ambos hombres controlados.
Esta mina era lo único que tenía, además de que le daba empleo a cientos de personas que estos sujetos matarían simplemente por una rencilla entre unos familiares.
El hombre topo, a pesar de estar atrapado, rió sarcásticamente. --¿Crees que te lo diré chico? Quiza seas muy fuerte, pero no sabes en lo que te estás metiendo. Esto va mucho más allá de nosotros.--
Kal frunció el ceño, pero antes de que pudiera preguntar más, una serie de explosiones se escucharon en la distancia.
El hombre topo sonrió maliciosamente. --¿Porque no me dejas ir héroe? Tienes gente que salvar.--
Kal sabía que el hombre topo tenía razón. No podía permitirse perder tiempo interrogándolos mientras había vidas en juego. A pesar de sus circunstancias su medre le había enseñado que toda vida era valiosa, y si ea un "villano" el no era el indicado para jugarlo, así que contuvo sus ganas de partirle en cuello al sujeto.
En un destello, el junto a los atacantes ya estaban afuera de la mina, un grueso a le de metal los ataba y solo el hombre topo estaba consciente.
--¡¿Que carajos?!... --
--Mantenos vigilados, si el delgado se quiere despertar noquealo nuevamente. Puede crear portales.-- Kal dijo a unos de los mineros que estaban afuera antes de regresar nuevamente al interior de la mina.
Los mineros solo vieron como el niño que su jefe había contratado hace unos meses se metía nuevamente a la mina que parecía estar derumbandose.
El caos reinaba en la mina. Derrumbes y escombros obstruían los túneles, y los gritos de los mineros atrapados resonaban en la oscuridad. Kal usó su supervelocidad para mover los escombros y liberar a sus compañeros de trabajo, asegurándose de que todos estuvieran a salvo.
El deterioro de su cuerpo era evidente. Cada vez que usaba sus habilidades, el dolor se intensificaba. Pero no podía detenerse. No mientras hubiera vidas en peligro.
Mientras rescataba a los últimos mineros, escuchó la voz de su jefe. --¡Aquí! ¡Ayúdanos!--
Kal corrió hacia la dirección de la voz, encontrando a su jefe junto a los supervisores y las demás personas que solo había visito en fotografías. La Familia Quintum, los dueños de la mina.
Estaban en un pequeño pedazo de tierra que los salvó de una espantosa caída qué seguramente los mataría. Todos presentaron considerables heridas, posiblemente causadas por la cercanía a una explotación.
--¿Están todos bien?-- Pregunto mientra analizó la situación.
La mina tembló indicando que había empezado a derrumbarse. Kal solo volo en dirección a ellos y con algo de esfuerzo levantó el pedazo de tierra ignorando su malestar por la rápida degeneración.
Salió de la mina justo antes de que se derrumpara por completo y simple se derummbo sin poder soportar más el abrumador dolor se su cuerpo descomponiendose molécula a molécula.
Kal se desplomó en el suelo, incapaz de mantenerse en pie. Su cuerpo temblaba y cada respiración era una lucha. La Familia Quintum y los supervisores lo rodearon, sus rostros llenos de preocupación y gratitud.
--Izuku, no sé cómo agradecerte-- dijo uno de los supervisores. --Nos has salvado la vida.--
Kal intentó responder, pero solo logró toser más sangre. Sus ojos se cerraron lentamente, y la oscuridad lo envolvió.
Fin del capitulo.
Historia sin sentido y que iré escribiendo conforme se me vaya ocurriendo algo.
No soy tan fanático de Superman, pero Absolute Superman me gustó demasiado y simplemente no pude sacarme la idea de la mente.
